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EL APRENDIZAJE DE
~
LAS MATEMATICAS
ESTADO ACTUAL DE
LAS INVESTIGACIONES
VICENTE BERMEJO (*)
M. OLIVA LAGO .
E L estudio psicológico de las opera
ciones aritméticas elementales se
inicia desde principios de siglo (Ar
nett, 1905; Browne, 1906; Brownell,
burg, Kossan, Schwartz y5wanson, 1983).
Aunque Co.bb y 5teffe (1983), Davydov y
Andronov (1980) y Resnick (1981) utilizan
el "experimento de enselianza", no obs
1928; Bushwell y Judd, 1925); no obstan tante éste consiste esencialmente en una
te, sólo en fechas recientes se aprecia el ampliación de la entrevista clínica. Otra
surgimiento de un paradigma general, que manifestación de dicho consenso radica
aúna diferentes modelos sobre los proce en el reconocimiento de la importancia de
sos cognitivos utilizados por los niños las habilidades numéricas básicas, tales
durante la realización de tareas aritméti como el conteo, la estimación y la percep
cas concretas, y el modo en que cambian ción de la cantidad numérica, para especi
dichos procesos con el transcurso del ficar los procesos cognitivos responsables
tiempo. 5e'gún Brown (1970), los or(genes del aprendizaje de las operaciones aritmé
de este paradigma arrancarían de dos ticas elementales. La revalorización del
fuentes: de la simulación de los procesos conteo, por· ejemplo, como un elemento
cognitivos y de la obra de Piaget. Y desde relevante en el estudio de los procedi
ambas orientaciones se afirma que los mientos utilizados .por los niños en la
procesos cognitivos no pueden observarse resolución de problemas aditivos, es el
directamente, por lo que el investigador se fruto de numerosas investigaciones (Gel
ve obligado a inferir tales pro'cesos, utili man y Gallistel, 1978; Fuson, 1982; Fuson
zando: a) modelos de simulación (De Corte y Richards, 1979; 5teffe, Thompson· y
y Verschaffel, 1985; Greeno, Riley y Gel Richards, 1982; 5teffe y coL, 1983). En
man, 1984; Riley, Greeno y Heller, 1983; ellas se pone en entredicho la poster
5ieglár y Robinson, 1982); b) aportaciones gación que ha sufrido dicha habilidad,
acerca de los estadios evolutivos (Carpen situándola en un primer plano. En las
ter y Moser, 1982, 1983; 5tarkey y Gel páginas que siguen trataremos de com
man, 1982; Steffe, von Glasersfeld, Ri pendiar las aportaciones más significa
chards y Cobb, 1983); c) análisis de la tivas que se han hecho en torno a la
influencia del marco cultural (5axe, 1982; adquisición y aprendizaje de las nocio
~ Hatano, 1982); d) análisis de los procesos
de instrucción (Nesher, 1982); e) modelas
nes matemáticas elementales, tales como
el conteo, la cardinalidad, el número, la
de procesamiento cognitivo (Case, 1978, adición, etc., resaltando aquellos aspectos
1982; Co/lis, 1982). que, a nuestro entender son más origina
Una de las manifestaciones del consen les o pueden resultar más útiles con res
<, so que comienza a surgir en torno a este pecto a la práCtica educativa.
paradigma, se refiere a los métodos utili
zádos para investigar los aspectos funda
mentales de las operaciones aritméticas
LA POSICION CLASICA
álementales, limitándose predominante DE PIAGET
mente al uso de la entrevista clínica (Gins
Piaget (Gréco, Grize, Papert y Piaget,
(*) Departamento de Psicología Evolutiva y de la
1960; Piaget, 1983; Piaget y 5zeminska,
'Educación de la Facultad de Psicología de la 1941) es uno de los primeros autores que
Universidad Complutense de Madrid. LC.E: Uni· analiza empíricamente yen profundidad el
versidad Complutense de Madrid. origen y desarrollo del número y de otras
~35
pecto al concepto de número, hay tres se corresponde con el comienzo, de la
teorías que pretenden determinar su ori conservación de las cantidades, pero sólo
gen: 1, la teoría cardinal; 2, la teoría para determinadas transformaciones, co
,ordinal, y 3, la teoría cardinal-ordinal de mo la correspondencia término a término y
Piaget. La teoría cardinal es una traduc la reproducción de las cantidades por me
ción literal de la teoría de Frege-Russell dio del análisis exacto de las figuras
(1884-1903) en términos psicológicos; por aunque la equivalencia no es durable. En
lo que la explicación de los orígenes psico esta segunda etapa, el niño no opera
lógicos del número se convierte en una todavía, aunque sea capaz de llevar a cabo
tarea análoga a la de explicar cómo llegan un análisis correcto no enteramente in
los niños por primera vez a comprender el dependiente de la percepción. Por último
número cardinal. La teoría ordinal (Brai en la tercera etapa, la ordinación y la
nerd, 1973a, 1973b, 1973c) se inspira en cardinación pueden equipararse tanto po
la aproximación relacional del número. sus estructuras como por sus resultados
Dicha teoría asume que el número hace en ambos casos triunfa la operación sobre
referencia a los términos de las relaciones la intuición. La composición operatoria
asimétricas-transitivas de las progresio acaba' por sobreponerse a la constatación
nes que generan tales relaciones. En con perceptiva, o más exactamente aquélla
secuencia, el origen psicológico del nú dirige y supedita a ésta. En la primera
mero se identifica con el origen psicológi etapa no existe todavía coordinación entre
co del número ordinal. Por último, la teoría el proceso de carácter ordin'al y los proce
cardinal-ordinal de Piaget, como su propio sos de carácter cardinal. En la segunda, las
nombre indica, hace referencia tanto al relaciones son más complejas, ya que
significado ordinal como cardinal del con señalan el comienzo de la coordinación
cepto de número, combinando la dimen entre ambas estructuras, aunque sólo a
sión clasificatoria y relacional del mismo. nivel intuitivo. En la terceta etapa, el niño
Piaget considera inadecuado sostener que resuelve correctamente todas las tareas
el sistema de los números naturales se que se le plantean, bien al pedirle que
basa exclusivamente bien en los números determine un valor cardinal por medio de
ordinales, bien en los números cardinales, un rango concreto, bien al solicitarle que
ya que tienen que identificarse tanto con averigüe un rango particular a partir de
los unos como con los otros. Este autor valor cardinal. Comprende, por tanto, la
(1983) afirma que la construcción de los relación existente entre la ordinación y la
números cardinales no puede explicarse, cardinación.
como creían Whitehead y Russell (1910
Con respecto a la adición, se trata de una
13), por el simple establecimiento de la
operación que aúna las partes en un todo
correspondencia uno a uno entre clases
Es decir, la adición es una operación
equivalentes, ya que la correspondencia
reversible que se .constituye cuando, po
que ellos utilizan introduce implícitamente
una parte, los sumandos se reúnen en un
la unidad y, por lo tanto, el número, lo que
todo y, por otra, cuando dicho todo se
convierte su argumento en circular. Cuan
considera constante (invariante) con inde
do se trata con conjuntos finitos, los nú
pendencia de las diversas particiones que
meros cardinales no pueden disociarse de
puedan efectuarse. Ahora bien, para que
los ordinales y están sujetos a tres condi
el todo sea conceptualizado como cons-
ciones: A) abstracción a partir de las cuali
tante, el niño tiene que poseer la conser
dades, lo que hace que todos los objetos
vación operatoria. Piaget y Szeminska
individuales sean equivalentes y por lo
(1941) utilizan tres técnicas para estudia
tanto: 1 = 1 =1; B) el orden es necesario
para distinguir los objetos entre sí; C) la la composiCiÓn aditiva: a) identidad de
inclusión de (1) en (1 + 1), después de todo a pesa~ de las distintas composicio
nes aditivas de sus partes; b) igualación de
(1 + 1) en (1 + 1 + 1), etc. Por tanto, el
dos cantidades, y c) partición del todo en
número resulta de la síntesis de la clasifi
dos partes equivalentes. Los resultados
cación de objetos equivalentes y del orden
empíricos ábtenidos muestran la existen
de los mismos, de modo que mediante un
cia de una etapa inicial en la que no hay
proceso iterativo se cuantifica, dando lu
composición aditiva, una etapa intermedia
gar a la serie de los números enteros.
en la que se manifiesta una composición
En cuanto a la evolución de la cardina aditiva intuitiva y una etapa final en la que
ción y la ordinación (Piaget y Szeminska, se da una composici6n aditiva real, defi
1941), distinguen tres fases: en la prime nida por la invarianza del todo y la reversi
ra, la seriación, que e,s pre-ordinal (el niño bilidadde las operaciones que la consti
no comprende espontáneamente el orden tuyen. De modo más explícito, en la pri
progresivo de los elementos), se corres mera etapa el niño se rige por las relacio
ponde con la primera etapa de la cardina nes perceptivas, llegando a conclusiones
ción, en la que no hay ninguna conserva erróneas al 'comparar entre sí las diversas
ción de las cantidades -sean éstas conti partes de dos conjuntos equivalentes, o a
nuas o discontinuas-o Son dos las carac ignorar que'los elementos dispuestos ante
terísticas que comparten: la naturaleza él constituyen u n todo constante y que, po
global y la dependencia de la experiencia lo tanto, los elementos sustraídos a una de
perceptiva inmediata. En la segunda, la las partes son adicionados a la restante
ordinación (basada en la seriación y co De todo ello se desprende que en esta
36 Psicólog)s
ción auténticas, sino tan sólo acciones niños de dos años no utilizan aún la
ri. La segunda etapa supone un paso más parecen cumplir los principios de corres
aditiva, puesto que las totalidades se es Los trabajos de Fuson y Richards (1979)
tructuran mejor gracias a la intuición es confirman estos resultados, al' hablar de la
conservación operatoria, no puede haber ceso evolutivo a lo largo de los tres, cuatro
una totalidad en sus partes o realizar el Groen y Resnick (1977) confirma que el
proceso inverso (a'unar las partes en un conteo de los niños va más allá de la mera
todo), ya que las igualdades son estables, rutina memorística, encontrando que ha
gracias a la conservación resultante de cia los cuatro años y seis meses son
la competencia cognitiva de los preesco Gallistel (1978) defiende que los niños
los resultados obtenidos por dichos ni/'losy pueden representarse de modo preciso:
los cpnseguidos por niños mayores. En pero sr podrían contar sin,dificultad can
consecuencia, lo único que se obtiene es tidades pequeñas. Por tanto, mientras que
nitivo, entendiéndose éste además como dad numérica, Gelman y Gallistel consi
un proceso de todo o nada. En la actuali deran que esta tarea puede realizarse con
sencia total de conocimiento sobre la no tres y cuatro años, que la cardinalidad
defendra que los ni/'los pequeños no po adquisiCión de esa noción. No obstante,
seran conocimiento alguno del concepto los resultados obtenidos son poco con
resultado de una simple rutina memorísti cierta ambigüedad, sino que el mismo
G'allistel, 1978; Gelman y Meck, 1983; Otro aspecto dela teoría de Gelman, que
G reeno, Riley y Gelman, 1984), se oponen no queremos dejar en el tintero aunque
a esta orientación, argumentando que los proceda de Rozin (1976), es la difererrcia
procesos cognitivos implicados en el con ción que establece entre conocimiento
teo preparan la adquisición de habilidades implícito y explícito. Gelman y Gallistel
numéricas más complejas. (1978) afirman que el hecho de que inclu
¡ Gelman y Gallistel (1978) hablan de so niños de dos años y seis meses puedan
1 habilidades numéricas de abstracción y de manifestar en sus ejecuciones los tres pri
razonamiento. Las primeras permiten al meros principios de conteD, descritos ante
ni/'lo determinar la cantidad numérica es riormente, no implica que dispongan de un
pecífica o relativa, y las segundas consis conocir:niento explícito de los mismos.
\¡ ten en ju icios acerca de las transformacio Tampoco significa que el desarrollo a par
tir de dicha edad sea trivial; al contrario, se
nes, las relaciones entre conjuntos y los
efectos de la aplicación sucesiva de varias manifestará un gran avance tanto en el
operaciones. Las habilidades de razona número de elementos "que pueden contar,
miento solo pueden ser aplicadas, si pre como en la amplitud de la secuencia de
viamente el niño ha logrado una represen numerales que pueden recordar, en el
tación numérica del conjunto; para lo cual . modo de coordinar los diversos compo
dispone de dos medios: el conteo y la nentes del proceso de conteo, etc. En
percepción inmediata de la cantidad. El efecto, Greeno, Riley y Gelman (1984), en
éxito en la primera tarea supone el domi el análisis que llevan a cabo para carac
nio de cinco principios fundamentales: a) terizar la comprensión implícita de los tres
el principio de correspondenCia uno-a primeros principios, indican que la compe
uno; b) el de orden estable; e) el principio tencia atribuida a los niños no supone que
de cardinalidad; d) el de abstracción, y e) el apliquen tales principios en todas las ta
principio de irrelevancia del orden. Ahora reas o situaciones en que son necesarios:
~3
.L
el que la comprensión de los ,c~ncepto.s respuestas emitidas por los sujetos.
cuantitativos se haga más explicita, flexr Por otra parte, este modelo asume que
ble y robusta"; entendiendo por flexibil~ en toda teoría sobre el desarrollo cognitivo
dad la habilidad para generar procedi debe considerarse la diada estructuras
mientos que consigan alcanzar la meta procesos, a fin de tener en cuenta tanto la
para la que son generados en div~~sas representación del conocimiento como el
actuaciones, y por robustez, la hablllda~ desarrollo del mismo. Según esto, en el
para adaptar un procedimiento a las eXI conocimiento restrictivo la estructura cog
gencias impuestas por la tarea ..Gelma.n y nitiva sería un algoritmo unitario, mien
Meck (1983) insisten en esta misma dife tras que el proceso evolutivo serra la opti
renciación entre conocimiento implícito y mización o reforma ("amendment"). Así,
explícito, afirmando que, en ocasi?ne~, el el n iflo aplica el algoritmo codificado en su
conocimiento implícito de la cardinalidad memoria como un todo para contar, de
aparece oculto debido a que lasdific.ulta sempeñando estas tareas correctamente.
des existentes en la tarea propuesta sirven O bien, modifica dicho algoritmo, af\adien
de distractor. do en general nuevos procedimientos, pa
ra solventar tareas más complejas, como
LA TEORIA DEL puede ser el contar con decenas (ver
CONOCIMIENTO PARCIAL Siegler y Robinson, 1982). Con respecto al
conocimiento variable, la estructura cog
La observación de dos hechos significa nitiva está constituida por un conjunto de
tivos van a dar pie a Wilkinson (1982a, componentes modulares y el proceso evo
1982b, 1984) para la construcción de la lutivo es el auto-control. Los primeros son
teoría del conocimiento parcial. El primero unidades separadas de conocimiénto que
se refiere a la edad en que los nif\os pueden organizarse en un algoritmo para
manifiestan el conocimiento de un con realizar una tarea determinada, llegando a
cepto o exhiben una habilidad. Esta edad buen término dicha acción si la unión
puede variar sustancialmente según el pretendida es la pertinente, o por el con~
tipo de tarea solicitada para evaluar tales trario, se fracasa si no se ha formado el
conceptos o habilidades (ver Miller, 1976; algoritmo apropiado. El autocontrol per~i
Trabasso, 1977; Wilkinson, 1976). V, en te la detección de errores y su corrección
segundo lugar, el hecho de que durante el posible en rutinas más congruentes. Así,
período de adquisición de un concepto o el niño puede no tener en cuenta el princi
habilidad los niños suelen dudar y vacilar pio de estabilidad de la secuenciaciónde
entre el éxito y fracaso en fa realización de los numerales, equivocándose en el con
las tareas propuestas, de modo que pue teo; o bien, se percata de dicho error y lo
dan resblver correctamente algunas prue aplica correctamente en la sigu iente prue
bas, mientras fracasan en otras que son ba.
completamente similares (Brainerd, 1979; En un experimento con niflos de cuatro a
Flavell, 1982; Siegler, 1981). Estas dos cinco af\os, Wilkinson (1984) encuentra
observaciones, fácilmente constata bies que los componentes cognitivos más im
en el ámbito evolutivo, ponen de relieve la portantes para el aprendizaje del conteo
insuficiencia explicativa de los modelos son la etiquetación, la partición y el stop.
tradicionales y sugiere a Wilkinson la Igualmente, confirma. la distinción entre
formulación de una teoría que dé cuenta conocimiento restrictivo y variable, propo
de las fases iniciales y de la transición en niendo el coeficiente w para medir mate
la adquisición de cualquier concepto. máticamente el grado de estabilidad del
Aunque la teoría del conocimiento par conocimiento. De algún modo, como
cial pl.lede aplicarse en cualquier ámbito apunta el mismo autor, la metáfora de la
del desarrollo cognitivo; se presta, no obs equilibración propuesta por Piaget (1974),
tante, de manera especial para ilustrar la deja de ser tal para convertirse en una
adquiSición de la habilidad de contar, ya medida exacta. Sin compartir totalmente
que el niflo suele pasar varios meses, qui el optimismo mostrado por Wilkinson, en
zás aflos, contando correctamente a ve tendemos que su esfuerzo teórico y mate
ces, y otras veces erróneamente (Wilkin mático realizado con vistas a cuantificar el
son, 1984). Desde esta postura, el cono mismo proceso evolutivo, el problema ca:
cimiento parcial puede ser restrictivo o pital y quizás, por ende, el más atractivo
variable.' El primero se da cuando el niflo para todo psicólogo evolutivo, merece
responde bien o mal de manera consisten nuestro reconocimiento. Sin embargo, te
te, como cuarido cuenta correctamente nemos también que mostrar en la misma
hasta cinco, pero falla siempre que tiene carta nuestra cautela con respecto a la
que contar conjuntos más numerosos. En viabilidad de las aportaciones más origi
cambio, el conocimie.nto variable se mani nales de este autor.
fiesta cuando' éxito y error se suceden
frecuentemente. Ahora bien, estos dos EL ESQUEMA PARTE-TODO
tipos de conocimiento no están estricta
mente delimitados; sino que más bien Hasta fechas relativamente recientes
habría que considerarlos como los extre los estudios acerca del conocimiento arit
mos de un continuo, en el que aparecen mético de los niflos se centraban funda
mezclados en proporciones variables. El mentalmente, bien en el conocimiento
38~
conceptual (Chi, 1978; Gentner, 1975; La aplicación sistemática del esquema
Brown, 1978; Groen y Resnick, 1977). Sin ción, según la cual un conjunto (el todo)
embargo, hoy se resalta también la impor puede ser descompuesto en distintas par
I
permite incorporar elementos ho explíci
tos en las mismas, asignar los .valores
dimiento para ser operativo. Asf'se ilustra
II
correspondientes y facilitar .de este modo
estrategias mentales de cálculo, ya que en
40~
: En esta misma' óptica, Carpenter, Hie ciones y procesos que originan las tareas
bert y Moser (1983) ensefían a nifíos de de conteo, comparación de magnitudes,
primer grado a efectuar el análisis de los adición y conservación del número, para
problemas basándose en la relación parte poder integrarlas en un único modelo de
todo. Tras el período de instrucción fijado, comprensión conceptual del número. Nos
observan que los escolares resuelven to limitaremos a exponer únicamente los
dos los problemas de resta mediante el uso modelos que explican la adquisición del
de una sola estrategia: el "séparating", conteo en los nifíos: Con tal objetivo, pre-.
que consiste en separar el conjunto menor sentamos, a continuación, algunos de sus
:del mayor, contando el resto. Al interpre hallazgos más interesantes en dos experi
tar estos datos, surgen al menos dos expli mentos: conteo abstracto y conteo a partir
'caciones: bien que los nifíos han entendi de un valor distinto de uno. En el primero,
do una única interpretación de la resta, extraen la existencia de tres patrones de
'bien que han comprendido la posibilidad comportamiento en dicha habilidad: 1. el
de utilizar múltiples estrategias y optan ,-- grupo de los nifíos cuyo conteo no sobre
por la más sencilla. La valoración de esta pasa el valor 19; 2. el grupo cuyo rango de
forma que estos modelos proporcionan, carácter: crítico al desarrollo secuencial del
por una parte, un marco comparativo que conteo, ya que los nifíos no aprehenderán
sión del proceso evolutivo. 2. La investi no dominen los valores precedentes. Er/
por maestros para evaluar el conocimiento teo en niños que cuentan hasta veinte.,En
que permite el modelado tanto de las re estructura concreta. El niño parte del nú
presentaciones como de los procesos que mero uno si no sele pide que lo haga a
el nif'io realiza. Esta pertienencia de nues partir de,otro valor y prosigue secuencial
tr.o tema ha favorecido probablemente la mente con los números siguientes hasta
formación de modelos entre los pSicólogos donde alcanzan' sus recursos de conteo
cognitivos (De Corte y Verschaffel, 1985; (ver figura n. Q 1). Una vez que éstos le
Greeno, 1985; Siegler y Robinson, 1982): 'número o dan porfinalizado el conteo. Este
Is'información, aunque pretende superar gún él cual existe una lista ordenada de
dos de las críticas. más frecuentes imputa numerales almacenada en memoria sien
lugar a' una visión un tanto- dispersa y La recuperación del "siguiente" numeral
(1982) tratan de" inferir las representa Esto se debe a que Greeno y col. asumen _
~4
Representar el conjunto
NO
Situar el marcador en el
objeto siguiente .
NO .
Recuperar el siguiente numeral
Objetivo conseguido
Situar el marcador en el
siguiente numeral
Asociar numeral y conjunto
Fig. 1., Modelo para el conteo (variante de Greeno, Riley y Gelman, 1984, p. 133)
que la lista de numerales puede ser recu pueden conexionarse a I.os nombres de la
perada de la memoria sirviéndose de los decenas, asr como la de evitar la·necesida
indicios proporcionados por los numerales de conexiones individuales entre cada pa
previamente utilizados. A juici.o.de estos de números sucesivos; la segunda indic
autores, este modelo puede considerarse los lugares en los que puede utilizarse la
como una estructura de. conocimiento ini regla generativa, es decir, la concatena
cial, de modo que sólo puede utilizarse el ción del nombre de la decena con cada un
primer numeral para'efectuar la entrada de los miembros de la lista de drgitos. E
en la lista, consiguiendo que otros nume Modelo 111 tan sólo incorpora dos cambio
rales sirvan de "puntos de entrada" me en relación al anterior, la adición de la lista
diante un aprendizaje posterior. El Mode de centenas y el perfeccionamiento de la
lo 11 es adecuado para los niños que dos listas anteriormente descritas.
cuentan entre 20-99. Dentro de la repre En la terminologra de Wilkinson (1984)
sentación, los números pueden ser etique Siegler y Robinson (1982) plantean la exis
tados como miembros de dos listas: la lista tencia de una regla,.procedimiento o algo
de repetición de drgitos que incluye los ritmo, que se recupera como un todo de l
números entre 1 y 9 Y la lista de aplicabi memoria, por lo que será utilizado de mod
lidad de la regla generativa.La función de consistente en las distintas situaciones
la primera es designar los números que Además, el proceso evolutivo influye po
42~
medio de leves modificaciones del algorit modelo· postula que cuando un niflo des
mo incompleto; introduciendo mejoras en conoce el orden en que se siguen las
la representación infantil. En efecto, Sie decenas, opta por una elección aleatoria
gler y Robinson explican que los errores mientras que Fuson y col. (1982) encuen
propios de las primeras etapas.ensombre tran que existen decenas "favoritas" y
cen los tiempos de reacción posteriores menos favoritas dependiendo de los suje
debido a que operan procesos cada vez tos.
más· perfectos sobre representaciones Por otra parte, son asimismo numerosos
fundamentalmente similares. Por otra los esfuerzos por determinar el conoci
parte, Fuson, Richards y Briars (1982) miento y los procesos involucrados en la
observan,· en contraposición a Siegler y resolución de problemas aritméticos de
Robinson (1982), que durante el perrodo suma y resta elementales. Aún cuando los
de adquisición de la secuencia de numera diversos autores (De Corte y Verschaffel,
les, se manifiestan tres formas diferentes 1985; Greeno, Riley y Gelman, 1984;
de conteo en una misma ejecución: una Kintsh y Greeno, 1985"; Riley, Greeno y
primera convencional, ya que forma parte Heller, 1983, entre otros) convienen en
del conocimiento que el niflo tiene de la que las dificultades de los niflos estriban
secuencia de numerales; una segunda fundamentalmente en la construcción de
estable y no convencional, y una final no una representación inicial adecuada del
estable, con un patrón poco. consistente a problema y no en la elección o en la ejecu
lo largo de las sucesivas repeticiones de la ción de la operación pertinente, y desarro
secuencia. Estos autores rechazan el Mo llan sus modelos dentro del mismo marco
delo I de Siegler y R·obinson (1982), debido teórico, difieren, no obstante, en cuanto a
a que las formas no estables de ejecución los aspectos que destacan. La figura n. g 2
no son producciones aleatorias como pre muestra un ejemplo de modelo de la suma.
~
tende el modelo, aunque tampoco sean Riley y col. (1983) hacen hincapié en el
\ enteramente regulares; Las secuencias procesamiento semántico y en la relación
1
.1
producidas por el Modelo I constan de dos entre conocimiento conceptual y de proce
I
I partes: a) una convencional y estable cons dimiento en el desarrollo de la habilidad
tante a lo largo de los diversos ensayos y para resolver problemas aritméticos ele
1 b) una parte final que difiere de ensayo a
ensayo. Fuson y col. (1982), sin embargo,
mentales. Proponen tres modelos diferen
tes según el grado de dependencia respec
~ obtienen resultados contrarios a ambas to a las representaciones de la informa
predicciones; encontrando que las partes ción contenida en el problema y según el
finales de las formas estables y convencio poder de los procesos inferenciales impli
nales varran entre los distintos ensayos y cados en los esquemas.
las no estables no son completamente Kintsch y Greeno (1985) afirman que no
aleatorias. En consecuencia, exponen la basta con atender a las estructuras de
necesidad de incluir un proceso probabi conocimiento y a los procedimientos de
Hstico. La misma objeción se mantiene en resolución, sino que deben identificarse
relación al Modelo 11, puesto que este los aspectos del "input" textual, ·que regu-
SI I Salida con A + B
• en el contador
NO
Aumentar el contador en 1
~43
ceptuales y de procedimiento.', De este esta habilidad sea un elemento facili
modo, su modelo contiene una represen para adqu.irir un concepto de númer
tación dual: un texto base proposicional y namente desarrollado. Así, cuand
un modelo del problema más abstracto, nii'los utilizan procedimiel1tos de co
actuando'en la transición de una a otra las más avanzados, como, p.or ejemplo
estrategias desencadenadas por las pro menzar el conteo a partir de' un valo
posiciones del texto base. Dichas estrate dinal sin necesidad de recurrir al recu
gias pueden precisar de la concurrencia de de los numerales anterjores, se ha o
esquemas de alto orden, a fin de estable vado (ver Davydov y Andronov, 1980
cer relaciones entre los conjuntos y asig ignoran que el valor cardinal. de pa
nar los papeles correspondientes en el comp.rende a todos los elementos an
modelo del problema. En esta misma línea, res. Igualmente existen dudas respe
aunque sin un análisis tan pormenorizado conocimiento subyacente a las respu
del1exto, se encuentra el trabajo de De infantiles emitidas· ante la preg
Corte y Verschaffel (1985). Estos·autores, "¿cuántos?" .en los diseí'íos experim
aun cuando. comparten con Riley y col. les, ya que parece tratarse de una
(1983) la importancia asignada alprocesa aprendida, que se ejecuta sin compre
miento semántico, exponen la necesidad el contexto referencial o el problema
de un componente conceptual adicional, creto planteado (Fuson, Pergament, L
que denominan "esquema del problema y Hall, 1985). Sin embargo, esto no
verbal" (WPS), Este componente adicional interpretarse como un regreso'a la po
pone de relieve que la activrdad de inter de Piaget y Szeminska (1941), como
pretar y analizar el texto verbal no sólo está mos ·dicho anteriormente. Al cont
influenciada por el contenido del mismo, son numerosos los estudios que ab
sino también por su naturaleza y el con por el papel desempei'lado por ~as h
texto en .el cual el nif'lo se enfrenta con el dades numéricas básicas en la adquis
problema. Es .decir, en, su opinión, se de las operaciones lógicas. Así se mue
precisa: a) un conocimiento acerca del por ejemplo, en los trabajos de entr
papel 'e intención de los problemas; b) un miento (Clements, 1984; Case,' 1
conocimiento relativo a su estructura, de Saxe, 1979; Young y McPherson, 1
manera que le permita orientarse desde basados en los modelos de las operaci
un principio hacia ciertos conceptos y lógicas (seriación y clasificación) y e
relaciones del texto. base proposicional, y modelos de conteo, aunque los datos
c) un conocimiento implicito de' ciertas nidos no permitan hacer conclusione
reglas, suposiciones y acuerdos inheren finitivas al respecto. Además, esta n
tes, que posibilitan una correcta interpre aproximación ha perm itido superar la
tación de las ambigüedades e imprecisio concepción de los procesos de todo o
nes del problema. en la explicación del desarrollo, de
Para concluir este apartado, baste seí'ía diendo que los nii'los disponen d
lar que si bien algunos modelos hacen bagaje conceptual que se incrementa
hincapié en la representación de las es gresivamente a lo largo de la evolu
tructuras y procesos cognitivos que con
ducen a la solución del problema (Greeno, En cuanto a los estudios desarroll
Riley y Gelman, 1984; Riley, Greeno y sobre la resolución de problemas verb
Heller, 1983; Siegler y Robinson, 1982); numéricos, los esfuerzos recientes se
otros, por el contrario, canalizan su esfuer centrado en la creación de modelo
zo sobre todo hacia los mecanismos y simulación para describir los proc
:procesos de interpretación del texto verbal cognitivos su byacentes:.Si bien este in
y la conexión de éstos con la representa- . to resulta claramente atractivo, los d
ción y resolución del problema (De Corte y empíricos no son todavía_concluye
Verschaffel, 1985; Kintsch y Greeno, ya que no existen elementos de juicio
1985). considerar de modo terminante que a
no de los modelos propuestos se ad
perfectamente a las ejecuciones de
CONCLUSIONES niños. Así, por ejemplo, en el estud
Riley y col. (1983) un porcentaje signi
Tras lo expuesto a lo largo de estas tivo de n~í'íos realizan ejecuciones qu
páginas podemos concluir que la investi son explicadas por los modelos. Asimis
gación en torno a la· adquisición de las Carpenter y Moser (1983) sei'lalan qu
operaciones aritméticas elementales se secuencia propuesta por algunos mod
centra fundamentalmente en el estudio de sobre la habilidad de resolución de pro
los procedimientos de la aritmética infor mas, no se corresponde con los d
mal y la resolución de problemas verbales obtenidos en un estudio longitudinal (
numéricos. Ambas líneas de investigación penter y Moser, 1983). Es también
convergen en la delimitación de los proce cuente en estos modelos centrarse e
sos cognitivos implicados en los distintos procedimientos informales de conteo
.niveles de competencia mostrada por los en determinar cuál es el efecto d
nii'los. instrucción formal sobre la estructura
Respecto a los estudios sobre la aritmé nitiva del nif'io. De los modelos expue
tica informal, el conteo ha acaparado la tan sólo Resnick (1983) se ocupa del d
mayor atención de los autores. A pesar de rrollo del conocimiento conceptual
procedimiento. bajo la infh,lencia de la nocida o poco familiar, dicha expectativa
enseñanza formal. El resto de los modelos no se produce, formando frecuentemente
atienden fundamentalniente a las compe una representación inicial adecuada.
tencias matemáticas que poseen los ni En consecuencia, sería aconsejable que
ños, sin necesidad de recibir instrucción en la práctica educativa se formulen los
para ella. En estas investigaciones se problemas de manera que se expliciten
omite, pues, el estudio de la dinámica de claramente las relaciones semánticas en
los procesos de transición, dependientes tre las.cantidades propuestas. Igualmente,
de los recursos que la instrucción formal habría que evitar los programas qu.e tien
proporciona. Tal desconocimiento hace
difícil la elaboración de nuevos programas
a
den' formar experttos en un tipo especí
fico de tareas, fomentándose por el contra
de enselianza basaQos en dichos modelos. rio la práctica en la resolución de proble
Otro de los aspectos estudiados en rela mas de diferentes características. Tam
ción a 10S'problemas verbales aritméticos bién hay que hacer constar la importancia
se refiere' a su jerarquización en función que se está concediendo al papel desem
del grado de dificultad, generalmente atri peñado por la capacidad de procesamiento
buida al lugar ocupado por la incógnita. de información y su posible incidencia en
Sin embargo, nb parece que este dato sea ·Ia -resolución de problemas matemáticos
el.:ú.nico responsable..de que unosproble elementales (Case, 1982; Kintsch y Gree
mas resulten más difíciles que otros .. La no, 1985; Romberg y Collis, 1980). En este
estructura semántica del problema y el sentido,'Kintsch y Greeno consideran que
grado de familiaridad con ,el mismo, pue esta hábilidad cognitiva básica puede ser
den hacer,que problemas en los Qu'e.la in la fuente de errores cometidos por los ni
cógnita se mantiene en el mismo lugar/se ños en algunas ocasiones y no su falta de
diferencien, no obstante; en cuanto al gra conocimiento. Finalmente, queremos se
do de complejidad. A este respecto, De lialar que las investigaciones futuras en
Corte, Verschaffel y De Win (1985) y Hud este área deberán 'esforzarse no sólo en
son (1983) han selialadoque la reformula completar el acervo de conocimientos
ción de problemas explicitando claramen existentes en torno a los mecanismos y
te las relaciones semánticas entre las can procesos cognitivos implicados en el
tidades, mejora el proceso de representa aprendizaje de estas nociones, sino tam
ción y ejecución de los mismos. Asimismo bién, y de modo especial debido a la
.1 indigencia de estudios, de la aplicación e
la familiaridad con el problema; hace que
s~ creen expectativas asociadas a deter inserción pertinente de estos conocimien
minadas formulaciones,. de manera que tos en el ámbito escolar. .
cuando aparece una formulación desco
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