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Portafolio #1.

APORTES HUMANOS Y PEDAGÓGICOS DE LA ESCUELA DE FRANKFURT A LA


ESCUELA DE HOY

Por
Dairo de jesus peña carrasco

Presentado a:
HERNÁN RIVAS MARTÍNEZ

Fundación Universitaria Claretiana


Programa de Ingeniería de Sistemas
IV Semestre
Educación Liberadora

Quibdó, Noviembre 2017

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TEORIA CRÍTICA Y EDUCACION LIBERADORA

Uno de los cimientos del desarrollo de las comunidades es la Educación, la educación es


transversal a todos los aspectos de la vida de un país y es la catalizadora de los cambios
más profundos en las sociedades modernas.

En estos últimos tiempos la humanidad y por lo tanto la educación ha estado pasando por
una profunda crisis de sentido y orientación (Pérez, sf:1) lo que se refleja en la formación
de las personas y por ende de las familias, de las sociedades y de las comunidades; es por
este motivo que proponer una educación diferente es la clave para lograr que las personas
sean formadas no solo en cuestiones técnicas y operativas, sino que se forme un
ciudadano crítico que no acepte de manera inocente todo aquello que el sistema le ofrece,
que lo teórico que nos ofrece la preparación universitaria tengamos la iniciativa de
corroborarlo con nuestras experiencias, en palabras de Pérez:

Necesitamos con urgencia una educación que proporcione una brújula para poder orientarnos
en este mundo turbulento en que vivimos. Una educación que, en palabras de Mounier,
despierte el ser humano que todos llevamos dentro, nos ayude a construir la personalidad y
encauzar nuestra vocación en el mundo. Se trata de desarrollar la semilla de uno mismo, de
promover ya no el conformismo y la obediencia, sino la libertad de pensamiento y de
expresión, y la crítica sincera, constructiva y honesta. (sf :5)

Esta afirmación se relaciona con el concepto de la escuela de Frankfurt y su propuesta


acerca de la teoría crítica, en la que indaga entre otras cosas sobre las ciencias sociales,
esta escuela revoluciona el pensamiento occidental, es un sismo intelectual que mueve las
bases de las ciencias humanísticas. Esto es importante para la educación porque “Para las
pedagogías liberadoras la Escuela de Frankfurt fue el sustrato en donde se encontrarían
los argumentos para preguntarse por el papel de los medios de comunicación, la cultura, el
ambiente educativo y las relaciones con el poder, el análisis del discurso de las ciencias y
la interpretación que de él hacen los docentes.”

La necesidad de los sistemas educativos para autocriticarse es clave en la evolución y


adaptación permanente que deben elaborar los docentes, los pedagogos, los
administradores educativos y de todas aquellas personas o entidades que se relacionan
con la educación, porque desde la autocrítica se reconocen las debilidades, los errores y
desde allí generar los cambios necesarios.

Uno de los aportes a esta autocritica lo hace Peter McLaren, quien retoma el discurso de
Paulo Freyre, y señala la necesidad de la pasión como insumo necesario en las
pedagogías para propiciar cambios, también invita a salirse de los esquemas político-
administrativos “normales” para aventurar nuevas formas de ver el mundo, formas
revolucionarias, innovadoras, que retoman la importancia del compromiso desde lo político
pero como practica crítica y de acción pedagógica. También reconsidera el rol del docente,
viéndolo como un agente revolucionario dese la educación con prácticas como la

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alfabetización (aquí retoma a Freyre), Mclaren transversaliza el tema de la educación a
todos los aspectos de la sociedad en especial a su contexto norteamericano pero sin dejar
de nombrar ocasionalmente a Latinoamérica.

Al respecto Serra y Canciano en un entorno más cercano a nosotros, sobre la tarea de


enseñar, también en un sentido crítico, menciona:

Se trata de trabajar e instalar en las instituciones, discusiones acerca de cómo


construir hoy condiciones de enseñanza basadas en la igualdad, cómo hacer de la
escuela un lugar de disputa de las injusticias y desigualdades sociales, por qué y
desde dónde rechazar el conformismo y esa sensación de que nada se puede
hacer.

También acudimos a Serra y Canciano, para resaltar la importancia del maestro para que
el discurso se vuelva práctica, para que el sueño se materialice. Porque si la teoría crítica y
la educación liberadora son las bases teóricas de la opción de un cambio radical en las
estructuras sociales, va a ser los maestros los docentes, los normalistas y todas aquellas
personas (hombres y mujeres) que están en contacto directo con la realidad de las
sociedades las que llevan la teoría a la praxis; ya sea desde la charla con el niño o niña,
desde el internet, desde una pequeña sede educativa en medio de las montañas, desde un
gran aula en una universidad, desde un colegio moderno en la ciudad o desde el atrio de la
iglesia y debajo de una carpa en contextos de emergencia.

Freyre, (sf) sobre el papel del educador nos dice, “el educador hará su contribución con
una educación crítica y criticadora, la educación critica es un elemento de acción entre la
masa popular, una clase media creciente y una elite política y económica.” Lo que
concuerda con toda la propuesta de la teoría crítica y de la educación liberadora acerca de
un sujeto (el docente) que debe tener una posición de indagación, de duda, de sospecha,
que debe ser resulta en sentido positivo de transformación, tamizando las diferentes idas
para trasmitir a su pupilos su propia inquietud pero sin la contaminación que él ya debió
eliminar originalmente.

Además, Serra y Canciano señala que la enseñanza puede ser también un acto político
que entregue “la herencia cultural que habilite a apropiarse de los interrogantes de este
mundo y a elaborar los propios” con esto se refiere entre otras cosas a la necesidad de que
los maestros incentiven a los educandos a conocer la historia propia y la del otro (los
afrodescendientes, los campesinos, los pobres, los indígenas, etc.), este conocimiento
facilita la construcción de una sociedad más igualitaria, formando desde la escuela
personas críticas y de acción, capaces de generar movimiento hacia arriba en sus
comunidades partiendo de ellos en un cambio interno, pasando por su entorno, su familia,
para trascender a toda la sociedad.

Sobre esta posición política, Freyre (1997) dice sobre la escuela “La escuela no es, ni ha
sido neutral, obedece a los intereses de una clase, ya sea esta dominante o la que se le

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contrapone.” Esta negación de neutralidad le da a la educación su papel de motivadora
social, de instrumento de poder en uno u otro sentido, y desde esta posición también
debemos tener en cuenta que la crítica se convierte en u instrumento de ejercicio de poder
que beneficia los intereses de aquel sector que la elabora (la crítica).

Finalmente, es claro que la educación, la enseñanza y la escuela como partes de un todo


transformador son influidas por corrientes de pensamiento crítico que se alimentan de
fuentes como la escuela de Frankfurt o los aportes de P. Freyre en un contexto
latinoamericano.

En este proceso de transformación de la sociedad latinoamericana, el papel del docente es


clave, porque a diferencia de los docentes de Europa, Estados unidos o algunos países
asiáticos, las condiciones de trabajo, remuneración, salud, seguridad y todo aquello que se
relaciona con su desarrollo profesional y personal es deprimente. El papel no es valorado
en su justa medida, ni el estado ni la sociedad reconocen a ese agente transformador que
se aventura a los lugares más inhóspitos del país para alfabetizar para llevar
oportunidades de crecimiento, de desarrollo, para abrir las puestas del mundo a los niños y
niñas (también adultos) que de otra manera estarían aislados y en mayor desventaja frente
a un mundo cada vez más globalizado e interconectado.

BIBLIOGRAFIA

Serra. M y Canciano. E, (2006). Las condiciones de enseñanza en contextos críticos.


Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Argentina

Freire, P. (SF) La educación como práctica de la libertad. Ediciones Pepe, Medellín

Freire, P, Pérez E, y Martínez F. (1997) Diálogos con Paulo Freire, Editorial caminos, la
Habana

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