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testigo de los tiempos

Por la ruta del singani en Bolivia


siglos X V I - X X I * ^

r i

ESTHER AlLLÓN SORIA /


(eds.)
San Pedro: Testigo de los tiempos. Por la ruta del singani en Bolivia / Esther
Aillón, María Angélica Kirigin, eds. - Sucre: ABNB, 2013.
348 p. 17x23 cm. - (Investigaciones; 3)
ISBN. 978-99954-866-2-4 - D.L. 3-1-209-13 P.O.
1. Prov. Ñor Cinti, Chuquisaca - Historia. 2. Prov. Sud Cinti, Chuquisaca —
Historia. 3. San Pedro (Viña) - Historia. 4. Vitivinicultura - Empresarios - Agroin-
dustria - Aspectos históricos — Bolivia.
I. Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, Ed. II. Kirigin, María Angélica, III.
Título. IV. Serie.

© Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, 2013


© Esther Aillón Soria / María Angélica Kirigin Villena, 2013

Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia


Dalence N° 4
Casilla postal 793
(591) 4 6451481 / (591) 46452246
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abnb@entelnet.bo

Edición al cuidado de: Esther Aillón / María Angélica Kirigin / Alfredo Ballerstaedt G. / Moisés Pacheco
Diseño de la tapa y contratapa: Moisés Pacheco / Luis Callisaya
Indices geográfico, onomástico y temático: Esther Aillón
Digitalización: Nohely Rocha, Marlene Jemio y Ana Terrazas

Tapa y contratapa: Ilustración del Valle de Cinti, 1930 / Familia Calvo Linares (Chuquisaca)
Mapa de contratapa: Ecco Comunicación Integral / Actualización de Luis Callisaya
Archivo fotográfico: Ecco Comunicación Integral / Familias Calvo Pacheco y Calvo Kirigin

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
sea mecánico o electrónico, sin la autorización por escrito del titular del copyright.

ISBN 978-99954-866-2-4
D.L. 3-1-209-13 P.O.

Impreso en Bolivia / Printed in Bolivia


Tabla de contenido
Agradecimientos 17
Presentación 23
II Proyecto 25
Prólogo 29
luí inducción 33

PRIMERA PARTE
C I N T I ANTES D E LA VID

(¡APfTULO l
<>000 a.C - 1540 d.C. Cerro Tonka, Talasas y dominio Inka
Pueblos originarios del Valle de Cinti 49
El área de estudio 50
Secuencia de desarrollo prehispánico en los valles del sur 51
Aproximación etnohistórica al valle de Cinti 53
Los antiguos pobladores del valle de Cinti vistos desde la arqueología 54
I .os primeros pobladores (6000-2000 a.C.) 55
Las sociedades aldeanas (2000 a.C.-400 d.C.) 56
I as sociedades complejas (400-1450 d.C.) 56
La presencia Inka (1450-1540 d.C.) 58
Caminos, arrieros y haciendas (1540-1950 d.C.) 58
I M avaciones, cronología y materialidad 59
El Porvenir 59
Palca Chica 61
Manifestaciones rupestres 62
( lonsideraciones finales 63

SEGUNDA PARTE:
VIÑA SAN P E D R O Y SUS PROPIETARIOS EN TIEMPOS COLONIALES

< \•11111 o 2
ligios XVI-XVII
II origen de la vid y de la Viña San Pedro Mártir, en Cinti
Pl mu r tronco de propietarios: de Dominicos a Alonso de Fonseca Falcon 75
1 a región al momento de la caída del Tawantinsuyo 76
I .i expansión chiriguana 77
( Üuti y el destino de sus primeras fundaciones: ataques, abandonos y refundaciones.... 81
CAPÍTULO 1

6000 a.C- 1540 d.C


Cerro Tonka, Talasas y dominio Inka
Pueblos originarios del Valle de Cinti

Claudia Rivera Casanovas


Marcos Michel López
Sonia Alconini Mújica

Imagen 1: Cerro Tonka

Los valles del sur de Bolivia son regiones de primera importancia para el estudio de
las sociedades pasadas que los poblaron. Su ubicación estratégica, entre las tierras
altas y las zonas de piedemonte hacia el este, su clima templado y la diversidad de
recursos naturales: flora, fauna, minerales, suelos con potencial agrícola hicieron de
estas regiones lugares óptimos para los asentamientos humanos y el desarrollo, a tra-
vés del tiempo, de manifestaciones culturales particulares. La constante relación de
estas poblaciones con otras asentadas en las tierras bajas y el altiplano dieron lugar a
fluidas redes de interacción que contribuyeron a configurar identidades y patrones
culturales singulares.
Sin embargo, poco es lo que se conoce en detalle sobre estas sociedades pre-
hispánicas y sus manifestaciones materiales. La existencia de una variedad de estilos
•.II SAN PUDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 51

( erámicos, de sitios o asentamientos arqueológicos, con y sin arquitectura, así como ilcl valle. Esto le otorga características singulares por su color rojizo que contrasta con
pinturas y grabados rupestres en cuevas o sobre afloramientos rocosos, muestra de- i< >iios violáceos, grises y amarillos en las serranías del este del valle.
s a r r o l l o s locales importantes que requieren un estudio arqueológico sistemático. En Los ríos principales de la región son el Río Chico, que se une con el Río Tu-
particular, el valle de Cinti y más específicamente el cañón cinteño presentan una mi isla en la localidad de La Palca, formando el Río Grande que hacía el sur se une al
multiplicidad de sitios arqueológicos mediante los cuales se puede conocer las socie- l í o San Juan del Oro, frente a la población de Villa Abecia, dando lugar a su vez al
dades pasadas y sus dinámicas sociales y culturales. 1
río Camblaya, afluente principal del Pilcomayo. La región es seca debido a los vientos
'|ii« c ruzan la cordillera oriental hacia el sudoeste. Las precipitaciones pluviales son
4

El área de estudio • i asas, fluctúan entre 400 y 500 mm por año. La temperatura media anual es del7
El valle de Cinti se ubica en la región meridional de la provincia Ñor Cinti del | I .S"C, con una máxima de 35°C.
departamento de Chuquisaca (Mapa 2). Al oeste presenta una formación rocosa La vegetación predominante es xerofítica y está conformada por árboles y ar-
de arenisca rojiza con mesetas y picos, que dan lugar a los cerros Tonka. Hacia el I H ios espinosos: variedades de algarrobo, churqui, palqui y chañar, además de otros
este tiene formaciones sinclinales aserradas con un componente calcáreo. En la base •boles como el molle y la higuerilla. Destacan una variedad de cactáceas y gramí-
del valle, terrazas aluviales bordeadas por ríos y profusa vegetación dan lugar a un ii. i . lista vegetación se complementa con especies introducidas: eucaliptos, árboles
paisaje de belleza única. El valle corre de norte a sur, variando su altura entre 2350 límales y vid. La base del valle es un área antrópica, alterada por el hombre a través
y 2900 msnm. |f I i lempo, creando, en las márgenes de los ríos, superficies aptas para la actividad
Fisiográficamente se encuentra en la región de subpuna, también conocida ni [( ola. La fauna originaria de la región fue abundante y variada. Hoy en día, debido
como puna desgarrada o zona de los valles. Fue una antigua planicie con cierto de-
2 i I i presencia humana, se ha refugiado en las quebradas y partes altas. Actualmente
clive hacia el este, con una altura menor a la puna altiplánica, y se encuentra cortada 1| fauna nativa está compuesta por vizcachas, zorros, aves, reptiles, murciélagos y una
por una serie de valles jóvenes. La región estuvo probablemente ligada al altiplano, v mellad de roedores. En los ríos existen peces pequeños (challhuas). En las partes al-
formando una sola superficie. El solevantamiento de las Cordilleras Central Azana- i i . le las serranías se encuentra el venado andino o taruka, pequeños felinos y pumas.
ques, Los Frailes, Chichas, Lique y Mochara cortó esta continuidad y formó una
cuenca al oeste y una superficie erosionada al este, con un desagüe hacía las hoyas del Semencia de desarrollo prehispánico en los valles del sur
Amazonas y del Plata. I I valle de Cinti tuvo una singular importancia para las sociedades prehispánicas
Desde un punto de vista geomorfológico la base del valle y las serranías forman lltlplánicas, vallunas y chaqueñas, debido a su ubicación geográfica intermedia entre
parte de unidades de origen estructural sinclinal y anticlinal con dirección variable I i 11, i ras bajas del Chaco, los valles altos adyacentes y la altiplanicie del sudeste de
y pendientes medias a altas. Este paisaje está compuesto por estratos y formaciones I'• .i. isi Pese a la presencia de muchos restos culturales de sociedades pasadas, el valle
rocosas de diversos tipos: areniscas, conglomerados, limonitas, calizas, arcilitas, mor- i i no ha sido investigado. La mayoría de las referencias proviene de áreas vecinas
gas, lutitas y cuarcitas. Sin duda, la formación geológica más importante es la gran
3 lo i ule se han efectuado algunas investigaciones de carácter descriptivo. 5

falla inversa, que corresponde a las paredes del cañón y corre a lo largo de gran parte I Ina de las pocas fuentes de información sobre la arqueología de Cinti es el
II ilnijo de Juan Ramírez (1935) que señala la existencia de asentamientos arqueoló-
lios ile los pueblos "chichas", caracterizados por pequeños caseríos sobre colinas y
1 Los trabajos de investigación arqueológica, apoyados por SAGIC S.A. entre 1993 y 1995, cuyos
Jilos presentamos, sentaron las bases para continuar otras investigaciones sistemáticas y más detalladas i s apropiados para la defensa, ubicados en la banda oriental de los ríos Grande y
en el valle de Cinti y regiones vecinas. Claudia Rivera prosiguió las investigaciones en el valle ampliando < hito. 'I ámbién existen referencias sobre la presencia de sitios arqueológicos con arte
temas como: la secuencia cronológica y cultural, las características de los patrones de asentamiento a través
del tiempo, las formas de organización sociopolítica prehispánica, el uso de recursos locales en la econo-
Rlía de estas poblaciones y las redes de interacción en sus diferentes aspectos. Para mayor información ver
Rivera Casanovas 2002, 2003, 2004, 2006, 2008, 2010, 201 la y 2011 b. 1 Muñoz Reyes, 1980.
2 Muñoz Reyes, 1980. Ver Ibarra Grasso, 1957, 1960, 1973; Kuljis y Bustos, 1977; Lecoq y Céspedes, 1996; Metraux,
3 ERST-GEOBOL, 1982. .i .n Beunett, 1936; Vignale e Ibarra Grasso, 1943.
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 53

rupestre. De particular interés es el trabajo de Pedro Vignale y Dick Ibarra Grasso


6
tablecieron una serie de centros regionales con funciones administrativas y
( I 943) cuyos mapas regionales de "antigales" del sur de Bolivia registran la existencia i ¡males. Construyeron una cadena de fortalezas en los valles ubicados al este
de asentamientos prehispánicos en el valle. con el fin de resguardar las fronteras del imperio y contener el avance de los
La información arqueológica de regiones vecinas ha permitido construir una guaraníes. 10

peí ¡odización regional preliminar de cuatro períodos: Precerámico, Formativo, Desa-


rrollos regionales y Tardío.
iroxl mación etnohistórica al valle de Cinti
a) Período Precerámico (6000-2000 a.C.) se caracteriza por la existencia de
i i inohistoria se refiere a la descripción y estudio de las sociedades andinas que
sociedades de cazadores y recolectores con un alto grado de movilidad como
estrategia de acceso a diferentes recursos de subsistencia. Cuevas y abrigos • • ¡pañoles encontraron en el momento del contacto y conquista. Las fuentes
rocosos, así como campamentos al aire libre sirvieron de morada a estas po- M I i de los siglos XVI y XVII proporcionan importante información sobre la
blaciones y fueron lugares donde realizaron una variedad de actividades. 7
iiI un u ion económica, social y política de diferentes poblaciones y grupos étni-
Artefactos distintivos de este período son las puntas de proyectil foliáceas o I )i ai i lerdo a estas fuentes, las sociedades andinas que ocuparon el altiplano
pedunculadas, raspadores, cuchillos y otros instrumentos líticos. i m i d e los valles de Bolivia estaban organizadas en reinos o señoríos, que se
ion para lormar confederaciones en algunas regiones. Estos señoríos se carac-
b) Período Formativo (2000 a.C.-400 d.C.) muestra el desarrollo de socieda-
II non por tener una organización dual, con territorios ubicados generalmente
des sedentarias con economías agrícolas y pastoriles. Sus asentamientos se
localizan en la base de los valles cerca de fuentes de agua y tienen viviendas • I illiplano y una serie de colonias establecidas en diferentes pisos ecológicos,
de planta circular. Estas sociedades crearon una serie de tecnologías entre las
8
|lli l( permitía tener acceso a una variedad de productos. Según la lista de
11

que se encuentra la producción de objetos de cerámica. le ( apoche, los señoríos que ocupaban el altiplano boliviano y parte de
liles I nerón los Pacajes, Carangas, Soras, Quillacas, Caracaras, Charcas, Chuis
c) Período de Desarrollos Regionales (400-1450 d.C.) corresponde a los pe-
1

y i lili has.
ríodos conocidos en la arqueología andina como Horizonte Medio, vincula-
do a la expansión de Tiwanaku en los Andes centro sur (400-1000 d.C.) y al I os estudios etnohistóricos sobre la región muestran un panorama confuso
período Intermedio Tardío (1000-1450 d.C). Se caracteriza por el desarrollo ruó a la ocupación del valle de Cinti en los siglos XVI y XVII. Por un lado,
il|iin i I ' » S 6 ) plantea que la Confederación Quillacas, conformada por varios gru-
de señoríos en gran parte del altiplano y valles. En los valles, este período está
marcado por una mayor complejidad social, la intensificación de los sistemas os, i oinpartía un espacio multiétnico junto con los Caracaras, las tierras en
agrícolas y un crecimiento poblacional manifiesto en la cantidad y tama- III I i i r. d e Pahacollo, en el extremo norte de la región cinteña. Por otra parte, en
ño de los asentamientos. Estos se ubicaban en elevaciones cerca del valle, i 1 i . unor señala que una serie de valles como los de Tarija y Cinti constituían
cumpliendo funciones habitacionales, funerarias y en algunos casos rituales. 9
i s n i ¡encales de los territorios Caracara, Quillacas y Chicha, y que en ellos
Se han registrado estilos cerámicos Huruquilla, Yura, Yampara y otros, cu- il raban grupos Tomatas y Churumatas. Entre estos valles y las llanuras cha-
yos motivos sugieren interacción entre diferentes regiones. Un componente illi ii i los inkas instalaron grupos de mitimaes procedentes de diferentes partes del
importante en los valles es la cerámica incisa, decorada con motivos de las nando y readecuando una serie de fortalezas con el propósito de defender
tierras bajas del Chaco. i no « l e los ataques de los chiriguanos. Los documentos también mencionan
inkas trasladaron a estos sectores a los Moyo-Moyo, considerados "salva-
d) Período Tardío (1450-1540 d.C.) se distingue por la presencia inka en la
i poi o bravura, con el fin de conquistar grupos meridionales y resguardar la
región. Los inkas conquistaron y dominaron a las poblaciones locales y es-
|i i n i i i i \, Saignes menciona una serie de fortificaciones que guarnecían
' i inka al sur del Pilcomayo. En su estudio cita a un testigo español que a
Strecker, 1987; Trimborn, 1967.
Lecoq y Céspedes, 1996; Rivera et al, 1993.
Lecoq y Céspedes, 1996. M mi, 1997; Bennett, 1936; Ibarra, 1973; Lecoq y Céspedes, 1996; Raffino, 1993; Saignes, 1985.
Kuljisy Bustos, 1977; Vignale e Ibarra Graso, 1943.
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 55

fines del siglo X V I vio grandiosas fortalezas y numerosos pueblos entre Villa Abecia lineo personas recorrió el terreno mediante transectos flexibles, separados por 20
(Camataquí) y Cinti, sobre el río San Juan. 12
i n r i ros, para identificar sitios y rasgos arqueológicos en superficie. Se realizaron CO-

En cuanto a los habitantes originarios del valle de Cinti y su filiación étnica, no BO iones diagnósticas de materiales culturales en superficie para asignar una filiación
existen datos concretos que permitan aclarar la situación. Los documentos coloniales i ultural a los asentamientos.
no mencionan habitantes nativos. Al contrario, señalan la falta de población origi-
naria y la presencia de población forastera flotante, situación común durante todo el I os primeros pobladores (6000-2000 a.C.)
período colonial. Este panorama de aparente despoblamiento se debería en parte a
13 II I'triodo Precerámico corresponde a las primeras ocupaciones humanas en la región
que grupos de mitimaes establecidos en los valles retornaron a sus regiones originarias • ii .u terizadas por la presencia de grupos de cazadores y recolectores. Se registraron
0 fueron encomendados a quienes los reclamaron para sus reducciones fundadas en • un i o sitios, tres de ellos en la meseta del Cerro Tonka Bajo y uno en una quebra-
antiguas cabeceras. En todo caso, aun no se cuenta con una explicación satisfactoria
14 da alta de la serranía este (Mapa 4). El patrón de asentamiento se caracteriza por la
sobre lo ocurrido con la población local en el siglo XVI. I •> i sencia de sitios ubicados en las planicies de altura como la meseta del cerro Tonka
MJo y quebradas altas con cursos intermitentes de agua y ojos de agua ubicados en la
Los antiguos pobladores del valle de Cinti vistos desde la arqueología irania este (Imagen 1). Quizá la ocupación de estos ambientes estuvo vinculada a
Dados los antecedentes mencionados, la información arqueológica y etnohistórica 11 ategias económicas de explotación de recursos como la caza de animales, la reco-
regional sugiere que el valle de Cinti es un área de especial trascendencia para com- lé • • ii >n de frutos silvestres y el acceso a fuentes de materia prima para la fabricación
prender los procesos de poblamiento y ocupación en los valles del sur de Bolivia. Se |l 11 isi i umentos líticos y de otra variedad.
identificaron 17 sitios arqueológicos que corresponden a distintos períodos. Poste- 15
Los sitios arqueológicos en la meseta del cerro Tonka Bajo presentan en su-
riormente se escogieron dos de estos sitios para realizar excavaciones limitadas con la I" i li< ie artefactos y materiales líticos. El tamaño de estos sitios de acuerdo a la con-
finalidad de afinar la secuencia cronológica y cultural y obtener fechados absolutos I I ni ración de estos materiales varía entre 100 y 200 m . Los artefactos típicos son
2

que validen los resultados obtenidos en prospección. ttrolormas, puntas de proyectil, percutores, bifaces, lascas, astillas y núcleos líticos
Los trabajos de prospección sistemática y análisis de materiales recuperados p a i i la fabricación de artefactos. Dichos restos sugieren la existencia de talleres líticos
permitieron estructurar una secuencia de cuatro períodos prehispánicos. Se explo- llrc libre. La presencia de diferentes tipos de roca en el área como la cuarcita y el
raron las características de los patrones de asentamiento; la relación entre los asenta- i ili mal de buena calidad para la fabricación de implementos, la existencia de fauna
mientos humanos y los recursos locales a través del tiempo. Los estudios arqueológicos la en las quebradas y meseta, además de especies arbustivas con abundancia de
exploratorios fueron realizados entre 1993 y 1994, estableciéndose una aproximación Irlllos silvestres, como el palqui y el algarrobo, pudo ser decisiva para el asentamiento
inicial sobre la secuencia de ocupación humana en el valle, una cronología y perio- II i i o s sitios.
dización con base en información arqueológica de primera mano y los patrones de I I sitio de Chiquero Loma, ubicado en la parte alta de la quebrada de Zacarí,
asentamiento. Se efectuó una prospección sistemática por muestreo para entender rt lu • 11 mía este (ver Mapa 4) puede ser situado a finales de este período. Se trata
la ocupación prehispánica. Para este cometido se eligió un área de 30 k m entre la 2
i un alero rocoso o abrigo con pintura rupestre ubicado en la quebrada, cerca de un
población de Camargo y la localidad de Palca Grande en el cañón cinteño. Esta área
16 III ti intermitente de agua. En la base de éste se encontraron artefactos líticos como
lúe delimitada cuidadosamente para incluir dentro de ella distintos microambientes > ' p.u lores, lascas, núcleos y una punta de proyectil triangular de pedernal. También
dd valle: mesetas altas, base de valle, serranías y quebradas (Mapa 4). Un equipo de lu " i i i r ó un entierro humano asociado a algunos fragmentos toscos de cerámica,
•i I i i » ¡ación entre estos elementos es correcta, posiblemente refleje un momento
M I I , i o n entre este período y el siguiente.
12 Saignes, 1985: 31. Datos tomados de la Probanza de Luis de Fuentes, AGI-Charcas-Patronato 137.
" Zulawski, 1985. Por lo que sabemos hasta ahora, los grupos de cazadores-recolectores de este
" Presta, 1992. lindo i stablecieron patrones de movilidad que les permitieron acceder a una serie
IS Rivera Casanovas et al, 1993.
"' San Pedro se encuentra a 12 Km. de Camargo.
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA
CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 57

de recursos en diferentes ambientes del valle y las serranías vecinas. Es posible que en .i los ríos. El acceso restringido que presenta muchos sitios, generalmente limitados
este periodo también existieran asentamientos en la base del valle, que probablemente koi quebradas o paredes rocosas sugiere ciertas características defensivas (Imagen 5).
fueron destruidos por las actividades agrícolas posteriores y la acción erosiva del río, o Los sitios arqueológicos se caracterizan por ser ciudadelas con sectores diferen-
que estén enterrados bajo los sedimentos depositados en diferentes épocas. « lados: áreas domésticas que presentan estructuras rectangulares, a veces circulares,
pinos, cistas funerarias, plataformas, graderías, muros de contención y en algunos
Las sociedades aldeanas (2000 a.C.-400 d.C.) tusos muros perimetrales. Estos asentamientos, conocidos localmente con el nombre
I as sociedades aldeanas en los valles del sur de Bolivia son conocidas gracias a traba- • I' "talasas", fueron construidos sobre terrazas que permitieron la habilitación de es-
jos realizados en Tarija y Potosí. Se trata de asentamientos pequeños localizados en
17 |M> ios horizontales para la ocupación y desarrollo de actividades. La distancia entre
terrazas aluviales próximas a los ríos con casas de planta circular. La cerámica varía se- • MU láclelas varía entre uno y tres kilómetros, existiendo una fuerte correlación entre
gún las regiones, sin embargo un elemento común es, en muchos casos, la decoración nelos aptos para cultivos y la localización de las ciudadelas.
incisa. En el valle de Cinti no se encontraron sitios arqueológicos que correspondan al La base económica de estas sociedades fue la agricultura, los cultivos prin-
Período Formativo. Sin embargo, el entierro de Chiquero Loma asociado a fragmen- • ipiles debieron ser el maíz, el ají y otros productos adaptados al medio. Las zonas
tos toscos de cerámica podría corresponder a este período y también algunas fases del M I (i olas estuvieron ubicadas en la base del valle donde los suelos profundos y fértiles,
arte rupestre que se halla en este alero. En otros valles los asentamientos de este pe-
18 • iiii aptos para los cultivos. Las laderas del valle así como las serranías, donde no se
ríodo generalmente se encuentran muy cerca de los ríos, lo cual incide negativamente pudieron construir terrazas de cultivo por la ausencia de agua o de suelos, fueron
en su conservación debido a que la acción del agua erosiona los suelos, lavando los ipiovechadas para la extracción de diferentes recursos (caza, madera, combustible,
depósitos culturales, tal es el caso de los valles de Cochabamba y del este de Potosí. 19 i s silvestres, rocas y otros).
La cerámica de las ciudadelas es diversa, refleja variaciones cronológicas y más
Las sociedades complejas (400-1450 d.C.) I* un estilo. Predominan las vasijas de uso doméstico como cuencos, jarras globula-
Hacia el año 400 d.C. las sociedades vallunas experimentaron importantes cambios • ollas y cántaros. También son comunes los vasos en forma de copa. La cerámica
en sus modos de vida y tipos de organización social. Hubo un mayor nucleamiento ' i i denominada Huruquilla por Ibarra Grasso (1957, 1973) es común en todos los
poblacional, expansión de áreas agrícolas, fluidas redes de intercambio e interacción I H iiiamientos (Imagen 8).
con otros poblados y, en muchos lugares, se sentaron las bases para el desarrollo de La cerámica decorada generalmente es bicromática, con motivos pintados en
organizaciones políticas regionales que se consolidaron luego del año 1000 d.C. Este III io sobre un fondo gris o naranja. En algunos casos los diseños están pintados en
p e r í o d o de Desarrollos Regionales fue identificado en el valle de Cinti por la presencia K>)o o sepia. Los motivos más comunes son geométricos: triángulos rellenos, volutas,
de nueve sitios arqueológicos emplazados en sectores elevados cercanos a la base del I pnales, signos escalonados, líneas onduladas, "ojos" y otros. Son también comunes
valle y de los ríos (Imagen 4). M . . i os asentamientos los fragmentos de urnas y cántaros decorados con impresiones
Los asentamientos arqueológicos con presencia de cerámica gris o Huruquilla A mazorcas de maíz e incisiones de líneas onduladas y círculos. Este tipo de cerámica
se han agrupado dentro de este período, que abarca un amplio margen de tiempo Mlgiere una fuerte relación con las tierras bajas del sudeste boliviano donde también
debido a que hasta el momento no se han identificado diferencias significativas en M han reconocido estilos similares de probable filiación Chañé.
el patrón de asentamiento ni en el material cerámico que permitan establecer con Otros materiales hallados en la superficie de estos asentamientos son cuentas
seguridad subdivisiones cronológicas. En este período se nota un cambio en el uso del • I. ollar trabajadas en concha de caracol y sodalita, que no son locales y debieron Ue-
espacio, los asentamientos se sitúan en lomas y formaciones rocosas elevadas, cercanas | M desde otras regiones. Esta es una evidencia de las redes de interacción e intercam-
l'i.i que existieron entre las poblaciones del valle y otros grupos en regiones distantes
<<
l I 111 ¡plano y del piedemonte chaqueño. Las caravanas de llamas debieron jugar un
Ver Ibarra Grasso, 1973; Lecoq y Céspedes, 1996.
17
K>l importante, como medio de transporte, en estas interacciones.
'" Rivera Casanovas y Michel López, 1995.
" Brockington et al, 1995; Lecoq y Céspedes, 1996.
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN B O L I V I M CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE C I N T I 59

La presencia Inka (1450-1540 d.C.) i ii ivni iones, cronología y materialidad


El período Tardío está marcado por la presencia inka en la región. En j$ valle, se I dalos tic la prospección sistemática realizada en el valle, proporcionaron paráme-
manifiesta por la presencia de cerámica gris con características nuevas en la,. formas y s llii i' i realizar pozos de sondeo en dos asentamientos que presentaron caracterís-
H

decoración, con la presencia de aríbalos, platos con cabezas zoomorfas, jarras, y una II i pat t i i ulares para entender la secuencia de ocupación en el valle: El Porvenir y
decoración típica con rombos y bandas. También se presenta un estilo inka provincial l'rtlm ( l u c í .
que mezcla elementos de la cerámica local, resultando un estilo que podríannos llamar
Huruquilla-Inka (Imagen 9). I I Tui venir
El patrón de asentamiento no cambia, los sitios del período anterior «continúan ii le P.l Porvenir se encuentra sobre una elevación sinclinal rocosa, en la orilla
siendo ocupados. El tipo de control que los Inka ejercieron en el valle aún ino es claro j t i l e i d . i d e l Río Chico, cerca de la hacienda El Porvenir (ver Mapa 2). El asenta-

y se hace necesario ampliar el área de estudio para tener una perspectiva regional. El ,i baila rodeado por quebradas tanto al norte como al sur, con un acceso difi-
sitio de Culpina, ubicado a 10 km. al este del valle de Cinti, parece haber jugado un l l l o s o Si 11 . u . i de una ciudadela caracterizada por la existencia de estructuras arqui-

rol administrativo importante en este período, lo cual se hace evidente en $u tamaño i o i i i i is rectangulares, grandes muros divisorios de espacios, muros de contención,

(aproximadamente 20 ha.) y en su localización estratégica, que permitió controlar la \a serie de plataformas que sirvieron para actividades de tipo doméstico,
fértil pampa de Culpina. Este asentamiento debió relacionarse con la avanzada Inka llllu publico y de vivienda. En la mayor parte del sitio son visibles los cimientos
hacia el piedemonte y el Pilcomayo. Estudios recientes sobre la frontera Inka en la || ilobli hilera, de una serie de estructuras de planta rectangular, aunque también
parte este de Chuquisaca sugieren dinámicas complejas de relacionamiento entre las liiin algunas estructuras de planta semioval. Las distintas terrazas y plataformas
poblaciones locales, el Estado Inka y los grupos Chiriguanos. 20 I.III IIII uladas unas con otras mediante graderías (Imagen 6).

En la parte noroeste de la ciudadela, en el lugar donde la formación topo-


Caminos, arrieros y haciendas (1540-1950 d.C.) i l i . i t c una curva a manera de entrada, se encuentran una serie de terrazas que
El camino empedrado que sube desde San Pedro a Culpina es de origen prehispánico. lli HUÍ ser de uso agrícola. No existen evidencias de estructuras en ellas, sólo algu-
Dentro del área de estudio se identificaron cuatro sitios en las serranías este, dos de • i o mi os ubicados a un costado de las mismas. Algunos de estos recintos tienen
ellos cercanos a la hacienda San Pedro Mártir, asociados con el camino empedrado 1 l i m a o v a l y conservan el acceso marcado por dos piedras largas, paradas, dispuestas

que se dirige a Culpina (Ver Mapa 3). Se trata de corrales de distintas dimensiones, i los lados y una pequeña grada de piedras planas en la parte inferior. En el extremo
con muros perimetrales de piedra, en algunos casos con presencia de pequeftas estruc- i existen estructuras, solo un gran espacio demarcado por un muro perime-
turas rectangulares. Estos sitios se hallan cercanos a quebradas donde existen cursos I h i l i p u (olinda con la quebrada próxima, delimitando el sitio. El sitio tiene una

de agua, permanente o estacional, que fueron usados de forma temporal. líl material li n ion aproximada de siete hectáreas, siendo uno de los más grandes registrado
cerámico asociado corresponde a ollas y cántaros coloniales y republicanos. lian i e l momento en el área de prospección. Las excavaciones realizadas en un sector
Estos caminos prehispánicos han formado parte de la red vial inkaika, que fue- "ii pl H.llorínas amplias permitieron conocer diferentes etapas de la ocupación y
ron utilizados y reutilizados a lo largo del tiempo. Por su posición en las partes altas de i mi 11 uc i ion de estructuras.
la serranía y su vinculación a caminos y sendas debieron ser utilizados por los arrieros I n e l sector excavado, el primer episodio de ocupación se presentó sobre la roca
que transitaban por ellos y descansaban en los corrales, vinculando así las actividades lu '.r nata de un relleno artificial de tierra limosa dispuesto sobre la roca para
económicas de las haciendas en el valle. También pudieron servir para mantener en el n i i superficies horizontales y poner los cimientos de las estructuras, consistentes en
lugar a chivos y ovejas que pastaban en la serranía y se alimentaban de frutos silvestres i l t i h l e hilera de piedras. Aparentemente, las paredes fueron de adobe. Con el tiempo,

y otras plantas. . i r. es mu (uras que parecen haber cumplido funciones domésticas, probablemente
1 l l i l l a i i o n e s , fueron abandonadas y el sector fue nuevamente rellenado con capas de

lli n i < en iza y basura. Sobre este relleno se crearon superficies de ocupación asociadas
| lina plataforma, una cista y estructuras (ver Imagen 7).
Alconini, 1997.
(.(I SAN I ' I I H<< I I I \ K.< > DI I < >s i IKMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 61

El rasgo descubierto más importante fue una tumba o cista circular cons- Otros materiales comunes fueron los huesos de animales encontrados en casi
truida con piedras y grandes lajas obtenidas de las formaciones rocosas del lu- dos los estratos excavados, que corresponden a ungulados o mamíferos grandes,
gar. La cista se construyó haciendo un hoyo sobre los estratos culturales hasta i<ibablemente llamas, y en algunos casos cérvidos (ciervos o tarukas). Estos huesos
llegar a la roca madre que sirvió de base a la misma. Luego se dispusieron lajas uestran marcas de cortes, y en muchos casos, un color amarillento que indica que
verticales de unos 50 cm de alto y sobre ellas piedras cortadas y cantos rodados cron cocidos. Estos datos muestran que los antiguos habitantes de Cinti consumían
unidos con argamasa arcillosa. En la pared de la cista existen dos peldaños o carne cocida de estos animales.
salientes que debieron servir de apoyo para depositar el entierro y las ofrendas.
Como tapa se puso una gran laja trabajada en forma circular. El entierro estuvo
alca Chica
conformado por varios individuos, asociados con artefactos de madera: peque-
I |te sitio corresponde a una ciudadela construida sobre una elevación sinclinal ubica-
ños cuencos y vasos, torteras circulares para hilar con sus varillas o ejes, partes
da en la orilla izquierda del Río Chico, a dos kilómetros al sur de la hacienda San Pe-
de un bastón o arco y otros restos; además de tazones acampanados profusa-
ilio. Se halla delimitado por dos quebradas tanto al norte como al sur (Imagen 5). Su
mente decorados, y restos de textiles desintegrados. Sobre la cista se construyó
extensión es de dos hectáreas. La ciudadela presenta plataformas o terrazas habitacio-
posteriormente un muro. 21
II.iles sobre las que se construyeron estructuras rectangulares con cimientos y muros
Las evidencias obtenidas en la excavación sugieren que en el sector probable- ile piedra, cistas funerarias y espacios abiertos o patios. Las excavaciones en un sector
mente se desarrollaron actividades domésticas y otras vinculadas a ritos funerarios. del sitio pusieron al descubierto una serie de superficies de ocupación pertenecientes
Muestras de carbón obtenidas en la cista y en uno de los estratos fueron fechadas i patios externos a las viviendas. En estos lugares se realizaron actividades domésticas
con los siguientes resultados calibrados y corregidos: (2 Sigma) 964 ± 58 AP (986 + • u n i ó la preparación de alimentos en fogones y el descarte de desechos provenientes
58 d.C.) para el estrato sobre la roca madre, y 904 ± 58 AP (1046 + 58 d.C.) para la • le diversas actividades diarias. Las superficies de ocupación estaban sobre terrazas
tumba o cista. Estas fechas sitúan a El Porvenir en la segunda mitad del período de i (instruidas con relleno de sedimentos limosos y basura.
Desarrollos Regionales.
Los fechados obtenidos de muestras de carbón tomadas en diferentes contex-
El material cerámico recuperado en excavación está constituido por cerá- ins son tardíos. Una muestra tomada en el relleno depositado sobre la roca madre
mica doméstica: ollas, cántaros, cuencos, tazones, caracterizada por la ausencia de dio la fecha de 840 ± 63 AP (1110 ± 63 d.C), mientras que otra muestra obtenida
decoración, un acabado por alisado, cocción oxidante o reductora y una pasta con n uno de los fogones asociados a un piso de ocupación, construido sobre el relleno,
inclusiones de arena y lutita de varios tamaños que hacen la diferencia entre una dio la fecha de 882 ± 64 AP (1068 ± 64 d.C). Por encima de estos contextos se
pasta más fina y más tosca. La cerámica fina: copas o tazones acampanados, vasos,
22
identificó otra superficie de ocupación con fogones, asociada a material cerámico
cuencos, vasijas globulares con y sin pitón y otras formas, usadas para servir o con- I luruquilla-Inka, que con seguridad puede ser asignada a una fecha posterior a las
tener alimentos y bebidas, se caracteriza por una cocción mayormente reductora \ obtenidas.
que da lugar a pastas grises. El acabado por alisado es más fino y en algunos casos se
El material cerámico corresponde a cerámica de uso doméstico: ollas, fuentes,
presenta pulido y engobado. Las inclusiones predominantes son arena y lutita fina.
lanas, cuencos, con acabado por alisado, cocción oxidante o reductora e inclusiones
La decoración es monocroma: negro sobre gris y está constituida por una variedad
de lutita y arena. La cerámica más fina y de servir está compuesta por cuencos, tazo-
de motivos entre los que destacan "ojos", triángulos rellenos con puntos, líneas
nes, jarritas y vasijas globulares. La decoración es variada existiendo motivos geomé-
sinuosas verticales y horizontales, líneas escalonadas y líneas curvas o en zigzag,
n u os como líneas rectas paralelas, "ojos" líneas en zigzag, escalones. También se evi-
(lomo materiales foráneos se encontraron cuencos y fragmentos de jarras con una
denció en el último estrato de ocupación material tardío Huruquilla-Inka compuesto
pasta fina sin inclusiones y un engobe rojo oscuro de la tradición Chicha.
poi aríbalos de pasta gris con decoración de llamitas, típicas de la tradición inka, así
lomo kerus y ollas con formas inka. Entre estos materiales también están presentes
11 Rivera * iatanovas y Michel López, 1995 . a
Iragmentos de cántaros pequeños y cuencos con engobe de tonos rojo oscuro y ma-
12 Para una descripción detallada de pastas, ver Rivera ( lasunovas et al, 1993. i de la tradición Chicha del sudeste de Potosí.
62 SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 63

Los restos de fauna recuperados en los basurales, fogones y pisos de ocupa- Ks posible que los grabados hayan estado relacionados con el antiguo camino que
ción en La Palca corresponden a camélidos y cérvidos además de aves. Esto indica i omunicaba el valle de Cinti con los valles altos del este y Culpina, debido a que la
que dentro de la dieta de las poblaciones tardías del valle estos animales jugaron un uebrada del Río San Pedro fue un paso natural hacia estos puntos. 25

rol importante. El sitio Cam-17, documentado por Roy Querejazu en 1993, está ubicado a
00 metros al este de la hacienda de San Pedro, a 2290 msnm. Se trata de una roca
Manifestaciones rupestres renisca con grabados a percusión. Los diseños muestran una circunferencia grande,
Los valles del sur de Bolivia poseen gran cantidad de sitios con manifestaciones ru- |n cuyo interior existe otro círculo más pequeño y espirales. Posiblemente los graba-
pestres. Diferentes formaciones rocosas, cuevas y aleros fueron usados por distintos os son vestigios de un panel mucho mayor que se destruyó con el tiempo.
grupos prehispánicos para plasmar ya sea mediante la pintura o el grabado, una serie El sitio de Chiquero Loma, también conocido como la Cueva del Diablo,
de figuras y diseños relacionados con su cosmovisión y cultura. Por la presencia de K encuentra en la quebrada de Sacarí a 2680 msnm. Se trata de un alero rocoso
formaciones rocosas existe una gran cantidad de sitios con arte rupestre en el área le 30 metros de largo por tres de ancho y dos de alto. Las paredes son de piedra
comprendida entre el suroeste de Chuquisaca, el sudeste de Potosí y la parte oeste de | lliza deleznable y antiguamente estuvieron cubiertas por pinturas rupestres. En
Tarija. En el valle de Cinti existen varios sitios con petroglifos y pinturas rupestres,
23
actualidad sólo algunos sectores conservan restos de ellas debido a factores
entre ellos Peña Colorada, Cam-17 y Chiquero Loma. 24
le erosión y al vandalismo. Entre las pocas pinturas que quedan se distinguen
El sitio de Peña Colorada, reportado y parcialmente descrito por Trimborn meuivos zoomorfos de una lagartija y cuadrúpedos. También se observan trazos
(1967), se encuentra cercano a la hacienda San Pedro Mártir, a dos kilómetros li ni ales paralelos además de un motivo cruciforme. Los colores empleados son el
al este de la misma, en un afloramiento rocoso a 2525 msnm (Imagen 11). Los fojo y el gris.
petroglifos se encuentran grabados a lo largo del afloramiento de arenisca, pre- Sobre los motivos antiguos se sobreponen dibujos modernos trazados con car-
dominando la orientación norte. Existen 14 rocas de diferentes dimensiones con bou, representando diferentes animales, iglesias, cruces y frases cristianas, así como
diversas figuras geométricas, curvilíneas, antropomorfas y zoomorfas. Destacan las ibres de personas. A partir de las evidencias de ocupación, anteriormente mencio-
representaciones de círculos radiados o soles, cruces concéntricas, triángulos espi- .ul.is, asignamos al sitio una filiación temprana. Las evidencias sugieren que el lugar
ralados, motivos tipo cruces con apéndices en los extremos, motivos serpentifor- mío servir como refugio, así como para actividades de tipo ritual relacionadas con
mes unidos a círculos o que terminan en volutas o grecas, círculos y puntos. Entre 11 pinturas rupestres.
los motivos zoomorfos existen representaciones de cuadrúpedos y aves, los motivos
antropomorfos están relacionados con personajes esquemáticos, en algunos casos < onsideraciones finales
seres tomados de la mano. Llama la atención la representación de hachas, común I l is resultados de las investigaciones arqueológicas en el valle de Cinti proporcionan
en el sur de Bolivia. Información importante para conocer y entender las características de las sociedades
Estos motivos fueron grabados mediante dos técnicas diferentes de ejecución: IMI hispánicas. La información obtenida tanto en prospección como excavación con-
grabados con surcos cuidadosamente labrados por medio de puntos de golpe muy I i i una base para el desarrollo de nuevos problemas de investigación como el es-
unidos, tal vez inclusive pulidos, y en menor cantidad grabados "punteados" en los nitlio de la organización social, política y económica de estas sociedades, los vínculos
que se notan los diferentes puntos de golpe, a veces algo irregulares, con líneas más •|ii' mantuvieron con grupos vecinos así como la interacción y dinámicas regionales
superficiales y más frescas, seguramente de menos antigüedad. La profundidad de los i|ne se generaron.
grabados es de dos milímetros en promedio. La diferencia en la técnica de produc-
ción probablemente indica el grabado de motivos en diferentes períodos de tiempo. l'.studios recientes de Claudia Rivera muestran que el camino empedrado que pasa a los pies de
l " i olorada, cerca de la hacienda de San Pedro Mártir -que se dirige a Culpina- fue parte de la red vial
1

|Hi hispánica. 1 )uranre la ocupación y dominio Inka en la región formó parte del Qhapaqñan o red vial inkaica.
a Fernández Distel, 1994; Strecker, 1987. i <> I i < olonia y la República este camino siguió siendo transitado por arrieros, comerciantes y hacendados.
CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI

M SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA

Agradecimientos
El estudio de los grupos de cazadores, su transición hacia una vida seden-
Agradecemos a SAGIC S.A. y al Presidente de su directorio Lic. Carlos Calvo Galindo
taria y el establecimiento de las primeras villas o poblados ligados a una creciente
por el apoyo y colaboración brindados para el desarrollo de las investigaciones arqueoló-
complejidad social, es un punto a ser profundizado. Las evidencias son escasas pero gicas en el valle de Cinti, así como a Esther Aillón Soria, Encargada del Archivo Históri-
significativas. Estudios a nivel regional permitirían conocer las tipologías de instru- co de SAGIC También hacemos extensivos nuestros agradecimientos a las autoridades
mentos líticos que identifican a estos grupos, los patrones de movilidad y el proceso nacionales de cultura que avalaron esta investigación en diferentes gestiones: Alberto
Bailey, Secretario Nacional de Cultura; Juan Albarracín y Oswaldo Rivera, Directores
de sedentarización.
del Instituto Nacional de Arqueología, respectivamente. Matthias Strecker, Secretario
Sin duda uno de los temas importantes que deben ser abordados a escala re- de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia, nos apoyó constantemen-
gional es el referido al material cerámico conocido como estilo Huruquilla, y su im- te. Varias personas participaron y colaboraron en los trabajos en diferentes etapas: Sonia
plicancia como indicador de la existencia de una entidad política al sur de Bolivia. La Alconini formó parte del equipo de investigación en la fase de prospección, mientras
presencia de este material en los sitios arqueológicos del valle de Cinti, pertenecientes que Dante Angelo y Pilar Lima colaboraron en tareas de análisis. Axel Nielsen colaboró
con el trabajo de prospección. Nuestro especial agradecimiento a las autoridades y po-
al período de Desarrollos Regionales indica una larga tradición probablemente re-
bladores de Camargo y el valle de Cinti.
lacionada con una sociedad particular establecida en la región. Cabe preguntarse
26

cuáles fueron las características de esta sociedad, cómo se integraban las poblaciones
del valle en un esquema local y regional, y cuáles fueron las implicaciones en la inte-
racción con otros grupos vecinos, como los de las tierras bajas del Chaco.
El valle de Cinti, por sus rasgos topográficos y su ubicación geográfica interme-
dia, es un corredor natural entre regiones, lo que seguramente permitió un constante
contacto e intercambio con otros grupos. Excavaciones intensivas de los sitios arqueo-
lógicos, especialmente en áreas de vivienda, proporcionarían importante información
sobre este punto.
La presencia inka en la zona es otro tema a desarrollar: ¿qué tipo de control
ejercieron los inkas en el valle, cuál fue la relación con la población local y cómo in-
fluyó en la interacción de los grupos locales con otros grupos vecinos?, son temas que
merecen un estudio detallado. A esto se añade una necesaria reevaluación de las in-
terpretaciones etnohistóricas sobre la región, considerando que existe una mayor dis-
ponibilidad de información arqueológica para su contrastación con fuentes escritas.
Finalmente, la ocupación colonial temprana en el valle también necesita ser
estudiada en detalle. Los primeros asentamientos estuvieron ubicados en la base del
valle, ligados a actividades agrícolas, especialmente al cultivo de la vid para la produc-
ción de vino y licores, así como frutos mediterráneos. Poco se sabe sobre el destino de
la población originaria a la llegada de los europeos a Cinti. Los documentos coloniales
señalan la falta de población, situación que se mantendrá por el resto del período
colonial. Este tema es de suma importancia para entender la configuración social y
cultural del valle en tiempos coloniales y actuales.
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI EN BOLIVIA
CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI 69
CAPÍTULO 1: PUEBLOS ORIGINARIOS DEL VALLE DE CINTI "1

Mapa 3
Área de prospección arqueológica del Valle de Cinti
Región de Camargo
SAN PEDRO: TESTIGO DE LOS TIEMPOS. POR LA RUTA DEL SINGANI
72

Mapa 4
Áreas de estudio del Valle de Cinti
Región de Camargo

SEGUNDA PARTE:
VIÑA SAN PEDRO Y SUS PROPIETARIOS
E N TIEMPOS COLONIALES

Á R E A D E ESTUDIO ¿k.
VALLE D E CINTI N

R E G I Ó N D E CAMARGO ESCALA=l:50.000

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