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Tema: ¿Para qué sirven los dones espirituales?

INTRODUCCIÓN:
En nuestro mensaje anterior enfocamos la atención en el trabajo que hace el
Espíritu Santo en el otorgamiento de los dones espirituales. Ahora traemos otro
singular pasaje que habla del mismo asunto, pero dirigido más al propósito con
el que fueron dados los dones espirituales.
En los cuatro capítulos que hablan de ellos, tres de Pablo y uno de Pedro,
encontramos al final de su contenido este particular énfasis. Por otra parte,
Efesios 4 es el único pasaje que nos revela los llamados “dones ministeriales”
donde Jesucristo es el autor y dispensador de estas gracias divinas.
En esto destacamos que fue precisamente el mismo Cristo que escogió a los
apóstoles para que estuvieran con él, y les trasmitieran las enseñanzas de las
que hoy gozamos, pero también a los profetas y pastores, como los
responsables para poner todo el fundamento que la iglesia necesitaba.
Es un pasaje interesante porque su contexto inmediato tiene que ver con el
descenso y luego el ascenso del Señor. Es todo un cuadro que nos muestra la
muerte, resurrección y ascensión del Señor a los cielos, pero previo a su
entrada triunfal a la Patria de donde vino, y con la majestad que involucró su
regreso de acuerdo con la visión del Salmo 24:7-9, dio dones a los hombres.
Esto es muy emocionante.
Ver a Cristo entregando dones a los hombres, al mejor estilo de esos reyes que
fueron a la batalla y regresaron triunfantes con sus botines, es simplemente
confirmar que aun antes de irse al cielo, Cristo dejó todo en orden. Y es en un
pasaje como este donde vemos con tanta claridad la razón por la que a la
iglesia del Señor se le confirieron dones espirituales. Cuáles son las razones
que nos presenta Pablo en este pasaje.
I. PREPARAR AL CREYENTE PARA LA OBRA DEL MINISTERIO
1. Perfeccionar a los santos (vers. 12).
Como ya hemos dicho estos son los “dones ministeriales”. Al parecer estos
fueron los primeros dones que se le otorgó a la iglesia cuyo fin fue el de
afirmarla desde su nacimiento. Como se ve en la lista, los primeros que
aparecen son los “apóstoles y profetas”.
Sin duda que estos dos oficios fueron determinantes para la consolidación de la
iglesia en cuanto a su doctrina y en la revelación de la palabra. Los apóstoles
establecieron el fundamento a través de la llamada “fe apostólica” de donde
viene todo lo que hoy creemos como doctrina.
Por supuesto que los 12 apóstoles fueron los que el Señor asignó para el trabajo
de equipar a cada creyente. Y lo mismo hicieron los profetas, quienes recibieron
el mensaje del Señor para la edificación, exhortación y consuelo de la iglesia.
Estos hombres ejercieron un gran ministerio de dar a conocer la palabra de Dios
hasta que finalmente tuvimos el llamado “canon bíblico”. Y lo que ambos
hicieron, incluyendo a los tres dones restantes, fue la “perfeccionar a los
santos”. Esta palabra significa “equipar”, “remendar” o “preparar” las redes para
la tarea de la pesca. Esta es la gran tarea de un pastor.
2. Para la edificación del cuerpo de Cristo (vers. 12b).
El propósito de los dones no puede ser otro que este. Cuando los dones
espirituales se centran en la persona, como si él fuera el dueño de ellos para su
propio consumo, la iglesia pierde la bendición de haber sido edificada. Y de
acuerdo con lo que Pablo nos expresa acá el gran propósito por lo que existen
los dones espirituales es para traer edificación al cuerpo de Cristo.
Esto nos pone de manifiesto que el uso de los dones espirituales ha sido dado
para que la iglesia se desarrolle en un crecimiento tal que haga realidad lo que
el mismo apóstol señala en el (vers. 16).
Resulta interesante que de estos cuatro dones nombrados (el don pastor-
maestro), que siempre se consideró como uno solo, el de evangelista y pastor
sería el que le daría a la iglesia su consolidación en el tiempo.
Los primeros dos pusieron el fundamento, los otros dos harían la construcción
de una edificación que, de acuerdo con lo Pablo dice, «… sería según la
actividad propia de cada miembro…”, de manera que se edificara en amor. La
tarea de un pastor es la de equipar a equipar a los santos; la de edificarlos con
el propósito que ellos hagan la obra del ministerio.

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