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Autismo y trastorno del

Espectro Autista.
Abordaje Cognitivo
Conductual
Módulo 5: Nociones y herramientas básicas de la
psicología conductual.
En este módulo se presentan las principales nociones básicas de la psicología del comportamiento,
para poder introducirnos en los próximos módulos, en los modelos de tratamiento conductuales
de UCLA (Lovaas) y de UNC (Teacch).

En la Unidad 1 se presenta el modelo de aprendizaje que caracteriza el tratamiento conductual


contemporáneo y la noción de condicionamiento operante, que lo distingue al modelo conductual
clásico (basado en la pareja estímulo y respuesta). Se desarrollará además, la noción de análisis
funcional del comportamiento (AFC), como instrumento privilegiado del ABA (análisis
comportamental aplicado)

La Unidad 2, trabaja las grandes categorías del tratamiento conductual (refuerzo y apoyos) y; se
focaliza en las habilidades correspondientes en el instructor terapeuta para que la intervención
sea eficaz.

Email: ceasaludd@gmail.com / Tel: 5411 6857-1306 / Amenabar 3141 CABA (1429)


UNIDAD 1: NOCIÓN DE APRENDIZAJE CONDUCTUAL. EL
CONDICIONAMIENTO OPERANTE. EL ANÁLISIS FUNCIONAL DEL
COMPORTAMIENTO (AFC) EL ANÁLISIS COMPORTAMENTAL APLICADO
(ABA).

Presentación de la Unidad:

En esta unidad se introducen el modelo de aprendizaje que debe entenderse como propio
del tratamiento conductual contemporáneo y la noción de condicionamiento operante
correspondiente.

La intención de esta Unidad es que se pueda distinguir este modelo respecto del modelo
conductual clásico de principios del siglo XX, correlativo del modelo de aprendizaje
basado en la pareja estímulo y respuesta (E-R).

Luego se desarrolla el modelo de análisis comportamental aplicado, y se explicita el


alcance de la perspectiva de tratamiento que se conoce como ABA (Análisis
Comportamental Aplicado)

La intención de presentar el análisis funcional del comportamiento es brindar una


herramienta basada y apoyada en evidencia contrastable, para la construcción y diseño de
intervenciones.

Con el ABA (Análisis Comportamental Aplicado) se pretende delimitar su significación al


modelo general de intervención conductual, distinguiéndolo de modelos de tratamientos
específicos

Objetivos:

Se espera que al finalizar la unidad el alumno:

Comprenda el modelo de aprendizaje de la psicología conductual. En particular, la noción


de condicionamiento operante y pueda, luego, reflexionar sobre su pertinencia en el
tratamiento de los TEA.

Comprenda el modelo de análisis funcional del comportamiento, y pueda delimitar el


verdadero alcance del modelo de análisis conductual aplicado.

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¿Cuál es para usted, la relación entre el modelo conductual de
condicionamiento operante, y el tratamiento de los trastornos
generalizados del desarrollo?

¿Cuál es para usted, la importancia del Análisis Funcional del


Comportamiento, para el tratamiento de los trastornos generalizados
del desarrollo?

¿Cómo debe entenderse el alcance del ABA en el tratamiento del


autismo y los TGD?

Durante el desarrollo de esta Unidad:

 Resuma los núcleos conceptuales de las unidades temáticas, eligiendo


palabras claves de cada una y realizar mapas conceptuales con ellas.

 Formule preguntas personales por cada subunidad temática.

 Investigue y busque información en la web sobre los temas tratados y


compare sus notas con los artículos encontrados.

 Profundice en los artículos y autores mencionados en la Unidad.

 Comparare las temáticas desarrolladas, con la representación de estos


temas que existen en su lugar de trabajo, estudio, o entorno socio familiar.

 Intercambie estas lecturas en el foro semanal.

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Tema 1: Introducción a la psicología del comportamiento, su modelo de aprendizaje y
la noción de condicionamiento operante.

.- Introducción.

El tratamiento conductual que venimos desarrollando, se basa en un modelo de aprendizaje


que se conoce con el nombre de condicionamiento operante, cuyo principal creador fue B.
F. Skinner (1938)
Esta manera de entender el aprendizaje, distingue al tratamiento conductual del modelo
clásico de estímulo y respuesta, y justifica una intervención comportamental que trabaja
con la hipótesis de fortalecer el desarrollo psicológico.

Como dijimos, lo que distingue este modelo es la concepción acerca del aprendizaje.

El modelo clásico, principalmente presentado por Watson en la segunda década del siglo
XX, principalmente se basa en la noción del reflejo condicionado, y el par Estimulo
Respuesta (E-R)
Principalmente se basa en la idea de que todo comportamiento es una respuesta inmediata a
un estímulo o conjunto de estímulos que lo hacen posible.

Es decir el estímulo es la principal variable del comportamiento.


Su eficacia está determinada por romper el umbral de inercia que el organismo mantiene y
provocar una conducta que sin él no se produciría.

El estímulo para ser estímulo debe ser eficaz, es decir provocar efectivamente la respuesta.

El aprendizaje se basa en un mecanismo general de condicionamiento Externo, de esta


condición refleja del comportamiento de responder, de modo inmediato, según sea el
estímulo.
A este modelo de aprendizaje se lo llama reflejo condicionado, o condicionamiento reflejo.
Es decir, la conducta es el mero reflejo de las condiciones que las provocan.
En sí mismo, este modelo no trae mayor dificultad que la de ser insuficiente, para servir a la
solución del problema de cómo educar aprendizajes complejos que son espontáneos y no
pueden ser enseñados. Sin embargo, se muestra útil para provocar diferentes tipos de
respuestas complejas.

El modelo de condicionamiento reflejo, se basa en el principio general, según el cual,


asociando el estímulo específico (eficaz) a distintas condiciones gobernables, externas o
internas, la respuesta puede ser condicionada para responder de modo reflejó, al nuevo
estímulo artificialmente organizado.

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Manipulando las condiciones asociadas a un estímulo eficaz, que provoca una respuesta, se
pretende trasformar y modificar los comportamientos, provocando la aparición o
fortalecimientos de conductas o habilidades funcionales, y la reducción o eliminación de
conductas disfuncionales.

Este modelo, según vimos, es muy artificial y es insuficiente para trabajar con la variable
del desarrollo psicológico espontáneo, sin la cual toda modificación del comportamiento se
condena a resultados harto limitados en calidad, cantidad y tiempo.
Por esa razón, es imprescindible saber diferenciar con mucho cuidado, las distintas
perspectivas que supone el tratamiento conductual o (ABA), para poder justificar la razón
por la cual, unos modelos pueden solucionar a largo plazo, un problema como el autismo y
otros no.

La noción de refuerzo positivo y negativo (tristemente confundidas con la idea de premio y


castigo), organizadoras centrales de la intervención conductual, son solidarias y
dependientes del modelo de aprendizaje que elijamos seguir.

Si no comprendemos la diferencia que inaugura el condicionamiento operante, respecto al


condicionamiento reflejo, no podremos entender el lugar que ocupa el refuerzo, en la
solución de un problema como el que representa el compromiso generalizado del
desarrollo.

.- El condicionamiento operante.

En apariencia el modelo de condicionamiento operante y el condicionamiento reflejo, es


mínima.

El principio básico del modelo es que las conductas se aprenden y se mantienen como
resultado de sus consecuencias.
De esta manera como en el modelo clásico, se conserva la importancia de la influencia del
medio ambiente exterior.

A diferencia del modelo clásico de estímulo respuesta, se invierte la carga de importancia


de la respuesta.

En el primer modelo, la respuesta es provocada por el estímulo.


En el segundo modelo la respuesta o conducta, es la fuente del comportamiento futuro.

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Aquí prevalece el proceso de retroalimentación y autorregulación del comportamiento, afín
con los principios del desarrollo psicológico espontáneo, como proceso en adaptación
activa y permanente al medio ambiente.

Aunque la respuesta, está condicionada por las contingencias del medio ambiente,
artificialmente gobernadas, sigue siendo la respuesta del organismo la que activa el
comportamiento futuro.

La acción desde el exterior funciona como reacción del medio a la respuesta activa del
organismo, según la cual el organismo organiza el comportamiento futuro.

En el primer modelo en organismo es meramente reactivo responde a estímulos de modo


reflejo e inmediato, por lo cual el tratamiento, sólo debe preocuparse por la selección y
organización de los estímulos presentados, y el modo en que se los asocia a estímulos
eficaces existentes.

En el segundo modelo, el organismo regula su propio comportamiento, a partir de las


consecuencias que sus respuestas tienen en el medio ambiente.

De este modo, el medio ambiente exterior, es determinante e influencia el proceso que


expresa el organismo, pero su influencia es relativa a la organización del proceso en el que
el organismo ya está comprometido.

Traducido en términos del desarrollo psicológico y sus leyes, la respuesta del medio (las
consecuencias de la conducta) es asimilada (integrada), por el organismo a un proceso
preexistente y relativamente autónomo al evento externo, provocando en el
comportamiento, o bien, la modificación, o bien el mantenimiento de la dirección del
proceso que determinó la propia respuesta.

De esta manera, el comportamiento, entendido como un proceso activo de adaptación


permanente al medio ambiente, se retroalimenta de sus propias conductas, reorganizándose
según la respuesta que recibe del medio. Aquí, la reacción se focaliza en el medio
ambiente y el proceso activo se ubica en el comportamiento espontáneo del organismo.

Al igual que el desarrollo psicológico, el comportamiento es entendido, en este modelo, en


el marco de un proceso activo y organizado que lo trasciende y que mantiene con el medio
ambiente, una relación adaptativa, que lo condiciona e influencia (acomodación) al mismo
tiempo que le permite sostener una fuerte autonomía relativa.

De este modo, el tratamiento no se ocupará, meramente de organizar el conjunto de


estímulos eficaces y sus condiciones de aplicación en tiempo y forma, sino comprender el
proceso que expresa y en el que está comprometido el comportamiento o respuesta del

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organismo, para organizar, a partir de la lógica de este proceso, las modificaciones en su
orientación y dirección.

Hace falta, ahora, observar otra característica relacionada con esta diferencia en la
organización y la comprensión del tratamiento.

El modelo clásico, evalúa el comportamiento como una unidad en sí misma y se preocupa


en diseñar las condiciones (estímulos eficaces) de su aparición.

Por esta razón, como vimos anteriormente, puede y sabe crear o eliminar comportamientos
complejos de modo eficaz, pero carece de la capacidad de organizar y educar el desarrollo,
para que comportamientos que no pueden enseñarse, puedan emerger y que las habilidades
aprendidas adquieran la flexibilidad y autonomía suficiente para aplicarse a situaciones y
contextos nuevos.

El modelo que privilegia el condicionamiento operante por sobre el condicionamiento


reflejo, considera el comportamiento como un proceso activo y permanente.

Por consiguiente, no evalúa la respuesta objetivo aisladamente para diseñar las condiciones
eficaces de su aparición, sino que, la considera como el resultado de un proceso adaptativo,
dinámico, organizado y autorregulado, que cuanto mejor y más profundamente se
comprende, mejor podrá redireccionarse, desde la propia lógica que este expresa.

No organiza el diseño de estímulos eficaces para provocar una respuesta objetivo, sino que
organiza, a partir de la comprensión del proceso que expresa la conducta, las posibilidades
de sus direccionamiento a partir de la administración de dos tipos de refuerzos llamados
habitualmente refuerzos positivos y negativos.

Lo que hace esta intervención, es intervenir sobre un proceso que no limita, sino que, por el
contrario, acompaña estratégicamente.

Es decir, para modificar la conducta no se trabaja “en contra de” la conducta manifestada,
sino “con ella”, mejor dicho, con el proceso del que ella resulta como consecuencia.

De este modo, la modificación, externamente influenciada, no está provocada


externamente, sino, por el contrario, es el resultado de un direccionamiento
(reorganización) de un proceso autorregulado y relativamente autónomo del organismo.

Por esta razón, una vez realizada la modificación, tenderá, no sólo a apoyarse en este
proceso autónomo, en vez de depender de las condiciones externas que lo hicieron posible,
sino que además, al ser consecuencia de este proceso redireccionado, quedará integrada
funcional y dinámicamente al proceso del que emerge.

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De este modo el aprendizaje, en términos conductuales, no es el nuevo comportamiento
resultante, sino la reorganización del proceso de autorregulación espontánea que realiza el
organismo y como tal es fuertemente autónoma de las condiciones que facilitaron esta
reorganización.

Por esta razón, las condiciones que provocan la modificación y reorganización del proceso,
pueden retirarse luego sin sacrificar las nuevas respuestas, ya que estas dependerán de las
nuevas condiciones presentes en el propio proceso de autorregulación y no de las variables
externas del ambiente.

Por el mismo criterio, queda justificada la razón por la cual, esta modificación en el proceso
de organización autónomo y autorregulado de la conducta, genera nuevos comportamientos
funcionales que no requieren haber sido enseñados y/o provocados previamente.

Para simplificar, podemos decir que el modelo clásico modifica conductas, mientras que el
modelo de condicionamiento operante modifica el proceso que organiza las conductas.

De este modo, las modificaciones obtenidas no son meros comportamientos artificialmente


provocados y condenados a extinguirse o a perdurar tal cual fueron enseñados.

Muy por el contrario, las modificaciones obtenidas resultan del mismo proceso trasformado
por el redireccionamiento (reorganización) que provocamos con la intervención.

Esta consecuencia traducida en términos de la psicología del desarrollo, es la justificación


de por qué, un tratamiento conductual interviene provocando transformaciones en el
proceso del desarrollo espontaneo, del que resultan las estructuras psicológicas complejas
que no pueden enseñarse.

Aquí la noción de estímulo, pierde su privilegio y es suplantada por la noción de refuerzo.

No se busca estimular una respuesta sino administrar estratégicamente un proceso existente.

En lo que respecta a nuestro tema, ese proceso es el desarrollo de estructuras psicológicas,


y lo que busca el tratamiento es provocar algunas reorganizaciones estratégicas.

En la próxima unidad profundizaremos sobre la caracterización técnica de los refuerzos y


su administración.

En esta primera unidad introductoria alcanza con empezar a diferenciar las nociones de
estímulo y refuerzo.

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El estímulo pretende provocar una respuesta, si lo logra la respuesta aparece.
El refuerzo busca reforzar un proceso que no crea. Intenta reorganizarlo estratégicamente a
partir de su intervención.

El único secreto y la gran diferencia entre los modelos, es que la intervención que provoca
esta transformación en el proceso, no hace otra cosa que administrar el modo en que el
proceso será reforzado.
Para ello cuenta con sólo dos modos posibles de refuerzo, el refuerzo positivo y el refuerzo
negativo.

Para sintetizar, lo único que hace el tratamiento conductual es reforzar el proceso,


espontáneo y autónomo que organiza la conducta.

Del modo en que lo haga, resultaran o no las reorganizaciones que se pretenden provocar en
el proceso.
Estos refuerzos no son estímulos, son condiciones externas que buscan determinar dos tipos
posibles de influencia sobre el proceso de organización de la conducta, el refuerzo de la
dirección y orientación que manifiesta la conducta, o su cambio de dirección y orientación.

La primera de estas dos consecuencias, se llama retroalimentación positiva o feedforward.


La segunda de las consecuencias (el cambio de dirección) se denomina comúnmente,
retroalimentación negativa o feedback.

Se ve con claridad como el tratamiento conductual, cuando es comprendido, tiene los


componentes necesarios para trabajar en la reorganización del desarrollo de las estructuras
psicológicas de las que resulta la conducta.

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Tema 2: ABA. Análisis Conductual Aplicado.

.- Introducción.

En el tratamiento conductual de los trastornos generalizados del desarrollo, es común


encontrarse con el termino ABA Applied behavior analysis (Análisis Conductual aplicado).
La noción es habitualmente confundida, con un modelo o programa de tratamiento, pero en
sentido estricto, esa interpretación es claramente errónea.

Creemos que en este campo de intervención, relativizar los términos o generalizarlos de


modo impreciso, conduce a graves errores en la instrumentación y diseño de las
intervenciones. Cuando nos referimos a un programa de tratamiento, hablamos de un
programa que ha sido específicamente desarrollado para tales fines.

Como ejemplo, podemos mencionar los dos programas que trabajamos en esta
especialización:

El programa para Autismo preescolar de la Universidad Californiana de los Ángeles


(UCLA) que dirigió el doctor Lovaas.
Y el programa de educación para chicos con trastornos profundos de la comunicación y el
lenguaje, que desarrollo la división Teacch (Treatment and Education of Autistic and
Communication related handicapped Children), de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Carolina de Norte (UNC)

Estrictamente hablando ABA, no es un tratamiento, sólo hace referencia a un modelo


general de intervención.

Considerar ABA un tratamiento para el autismo o los trastornos generalizados del


desarrollo, obligaría a reconocer que se está ofreciendo un programa general, que carece de
la especificidad exigida por este campo de intervención.

En sí mismo el nombre ABA, lo único que hace es dar cuenta que el modelo de
intervención y las técnicas aplicadas son conductuales.

No obstante, el modelo ABA, se aplica a una enorme cantidad de situaciones y campos


clínicos y educativos, de trabajo, heterogéneos, que nada tienen que ver con nuestro tema.

Según lo venimos desarrollando desde la primera unidad, el campo del autismo y el de los
trastornos generalizados del desarrollo, requiere, no sólo modelos específicos de
intervención, sino también, un modo de comprensión particular del problema.
Hablando con propiedad ABA, a lo único a lo que hace referencia explícita, es a que
nuestra intervención sobre el comportamiento, se basa en el análisis del mismo.

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En lengua española, estamos acostumbrados a encontrar la expresión análoga de “análisis y
modificación de la conducta”

Por todo esto, es impropio decir que el modelo ABA, puede definir el tratamiento de
elección y primera línea del autismo y/o los trastornos generalizados del desarrollo.

Las razones son simples.


Hasta el momento hemos establecido que desde finales de los años 50 y principalmente
durante los años 60, se vienen desarrollando diferentes intervenciones educativas
conductuales en el campo del autismo.
En ese contexto, distinguimos a partir de los años 70, entre dos modelos de intervención
conductual, el primero que llamamos clásico, al que relacionamos con el modelo
conductual clásico de E-R (estímulos y respuestas), y un modelo contemporáneo ligado a
los problemas del desarrollo y su comprensión, que llamamos “cognitivo conductual” y que
relacionamos al modelo de condicionamiento operante, según vimos en el tema 1.
Ejemplo de estos modelos contemporáneos, son el programa Lovaas (UCLA) y el programa
Teacch (UNC).

Como sabemos, ambos modelos, el clásico y el contemporáneo, son conductuales y se


basan en la modificación de la conducta derivada de su previo análisis.
En ese sentido, siendo muy diferentes, técnicamente hablando, ambas perspectivas se
pueden considerar ABA. Pero los modelos contemporáneos constituyen auténticas
perspectivas de elección, mientras que los clásicos no.

La diferencia entre uno y otro, no depende de la aplicación de las técnicas utilizadas, en


ambos casos son las mismas (la desarrollaremos en las próximas unidades y el módulo que
sigue), sino del modelo de comprensión del problema.

El modo en que nosotros entendemos el problema, va a determinar la cualidad del análisis


que realizamos y del que resultará la aplicación de las técnicas conductuales.

Hasta ahora vimos que, considerar un compromiso del desarrollo, desde el punto de vista
neurobiológico o psicológico, implica una gran diferencia en la comprensión del problema
y por lo tanto, implica también, enormes diferencias en el diseño, en la lógica de abordaje y
en la planificación del programa de tratamiento.

Ahora bien, cuando nosotros hablamos de tratamiento ABA, no estamos pudiendo


distinguir, a qué tipo de análisis nos referimos y a qué modelo de comprensión del
problema hace referencia el análisis. Por lo tanto, tampoco podemos distinguir el
programa, ni la intervención que derive de un tipo y otro de análisis, o de un tipo u otro de
modelo de comprensión.

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En el autismo esta diferencia, según vimos, es una diferencia sustancial en los resultados
del tratamiento y en la posibilidad de solucionar, o no, el problema.

Si ABA, se refiere a la mera modificación del comportamiento, basada en el análisis de las


condiciones de los estímulos eficientes, para poder generar una respuesta específica (E-R),
entonces no es un modelo que debamos alentar y no puede ser considerado un tratamiento
de elección.

Si ABA, presupone el análisis y la comprensión del desarrollo idiosincrático que presentan


los chicos, para poder ajustar las condiciones del entorno y administrar adecuadamente el
modo en que refuerzo el propio proceso de desarrollo, entonces sí, y sólo así, corresponde
considerarlo tratamiento de primera línea de elección.

Por todo lo expuesto, es fácil entender que ABA, es un término demasiado general e
inespecífico para juzgar un modelo de tratamiento en el campo específico de los trastornos
generalizados del desarrollo. El término ABA, sólo hace referencia a la orientación
conductual del tratamiento y sabemos, que en la posibilidad de saber distinguir, entre
diferentes tipos de orientaciones conductuales (clásicas y contemporáneas) se juega el éxito
o el fracaso de la estrategia de abordaje.

Por la misma razón, es un error plantear el debate sobre la elección del tratamiento, en
términos de tratamiento conductual o no conductual del autismo y los trastornos
generalizados del desarrollo.

Ese criterio ha pretendido establecer las posibilidades del tratamiento reduciéndola a la


discusión acerca de sí es eficaz, aplicar las técnicas de análisis y modificación de
conductas, para la solución de problemas como los que presentaba el autismo y trastornos
semejantes.

En ese falso debate, hoy en día, todavía se pueden encontrar posiciones a favor y en contra
del modelo ABA, como si en sí mismo, expresará que tratamiento estamos eligiendo.
Pero la realidad y la historia expresan otra cosa.
La historia ha demostrado que la mera aplicación de técnicas conductuales, no puede
solucionar un problema como el que representan los compromisos generalizados del
desarrollo (TGD).

No obstante, con criterios adecuados de comprensión del desarrollo psicológico, la


aplicación de técnicas conductuales adquiere, según vimos en la unidad anterior y en
módulos anteriores, funciones, objetivos y cualidades diferentes que sí pueden colaborar en
solucionar este tipo de problemas. Para finalizar este apartado, debemos aclarar, no
obstante, que el debate a favor o en contra del modelo ABA, es inadecuado desde otro
punto de vista más, ya que en la actualidad, no existe hablando con propiedad, una

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alternativa al modelo conductual, desde el punto de vista del abordaje terapéutico
educativo, suficientemente justificada y apoyada en evidencia mínimamente significativa .
Por lo que no tiene un lugar privilegiado, debatir a favor o en contra del modelo ABA, sino
mejor, acerca del modelo de comprensión del proceso, que está detrás de la aplicación de
técnicas de modificación de conductas.

En la próxima unidad presentaremos estas estrategias en detalle.


Debemos comprender que el desarrollo y la superación de los tratamientos conductuales, no
lo constituyen modelos no conductuales, sino modelos conductuales que trasformaron el
modo de comprender la naturaleza del problema de los compromisos generalizados del
desarrollo y por tanto, modifican la función y objetivos de la intervención conductual, pero
no necesariamente las técnicas y las reglas y principios de su aplicación.

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Tema 3: AFA. Análisis Funcional del Comportamiento.

.- Introducción al Análisis Funcional.

El análisis funcional es un método de evaluación y diseño de estrategias de intervención.


Su importancia estriba en que nos permite diseñar programas de intervención más
específicos y concretos en la definición de objetivos.
Como método, en sí mismo, no es exclusivo de la psicología, ni del campo de los trastornos
generalizados del desarrollo. Puede ser utilizado en cualquier campo disciplinario.

El Análisis Funcional, es un modelo ideal para poder identificar variables concretas de


trabajo y en función de ellas, diseñar intervenciones específicas, que conducen a soluciones
factibles de realización.
Simplificando, es un modelo de diagnóstico y resolución de problemas. A través del
análisis funcional de variables, el modelo permite el diseño y la construcción funcional y
práctica de soluciones.

En las últimas décadas, las corrientes psicológicas que comienzan a promover en el mundo
la perspectiva de la terapia “basada en evidencia”, empiezan a tomar como modelo
privilegiado, el modelo del análisis funcional, aplicado al campo del comportamiento
humano. Por sus características el AFC, se presenta como un modelo con altísima afinidad
con los problemas que presenta el diseño de programas de aprendizaje, terapéuticos
educativos, para el campo de los trastornos generalizados del desarrollo y el autismo.

Este privilegio lo adquiere por ser un modelo que permite construir soluciones específicas
para problemas concretos, independientemente de las categorías diagnósticas de que se
trate.
Por ejemplo, el diseño de modelos de intervención sobre el autismo, requiere modelos de
diagnóstico y solución de problemas relativos al lenguaje y sus problemas, la atención, a la
imitación, que no pueden derivar de una teoría o explicación general del autismo.

Es decir, el análisis funcional permite un abordaje más concentrado en el “cómo” y menos


focalizado en el “qué”
Es decir, un abordaje que no se focaliza en explicar “qué” es el autismo, sino en cómo es
factible y realista diseñar un modelo de solución a un problema como el desarrollo del
lenguaje (por ejemplo), según los modos característicos en que suele presentarse en chicos
autistas, y basado, sobre todo, en “cómo” específicamente se presenta en cada chico en
particular.

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Continuando con el ejemplo, el AFC, es un modelo que nos invita a solucionar los
problemas que acostumbramos a abordar en el campo del autismo, y no el autismo en sí
mismo.
Frente al problema del lenguaje de un chico autista, no me voy a focalizar en explicarlo
desde el trastorno autista que presenta el chico, sino en describir funcionalmente las
variables que lo explican y hacen posible (“Cómo es posible”), de manera tal que, si el
análisis es funcionalmente adecuado, el diseño de una solución al problema analizado
“funcionalmente”, es una probabilidad realista y factible, según sea el gobierno que tenga
de las variables que están en juego.

Este es uno de los modos de entender la funcionalidad del modelo, su función es, mucho
más resolver problemas, que explicarlos.
Por tal motivo ha tenido un lugar de privilegio en el campo científico, aunque sólo
tardíamente se integró a las ciencias afines con el campo de la salud y la psicología, más
acostumbrada a modelos teórico especulativos y metapsicológicos, que a la investigación
empírica y al análisis funcional en el campo de la aplicación clínica de la producción
científica.

.- Análisis Funcional del comportamiento.

El AFC, parte del principio de que todo comportamiento es una variable que depende de
factores y que, gobernando esos factores, puede gobernarse el proceso en cuestión.

Variables Determinantes/ Variables Dependientes.

De este modo los comportamientos se dividen en dos tipos:

Comportamientos problemas y Comportamientos metas (objetivos).

Cada uno de ellos, requieren la construcción de un análisis funcional.

Para ello, los comportamientos se descomponen en variables determinantes, fuertes y


variables determinantes débiles.

Todas las variables deben ser efectivamente identificables – no pueden ser meramente
concebibles o hipotéticas-

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De esta manera el diseño de resolución del problema podrá ser efectivamente realizable si
se reúnen las condiciones necesarias.

Luego de identificar variables determinantes del problema y de la meta u objetivo, y


distinguirlas en fuertes y débiles o, -según su funcionalidad- en funcionales y
disfuncionales, se pueden dividir todavía, en aquellas variables determinantes que son
gobernables y aquellas que no lo son.

Nota: La funcionalidad o disfuncionalidad siempre es relativa al comportamiento en el que


estoy focalizando el análisis.

Ej. La dificultad en el desarrollo de la imitación vocal es funcional al problema del


desarrollo del lenguaje y será una variable disfuncional en algunos análisis funcionales del
comportamiento meta (el comportamiento verbal)

Para resumir, las variables que determinan un problema o el objetivo que buscamos
alcanzar, pueden dividirse en: Identificables/ No identificable; Fuertes/ débiles;
Funcionales/ Disfuncionales; Gobernables/ No Gobernables.

Tipos de variables determinantes.

Identificables/No identificables.

Fuertes/Débiles.

Funcionales/Disfuncionales.

Gobernables/No Gobernables.

Se ve, como el proceso de comprensión del problema y de su solución, adquiere un método


racional y realista que sirve como modelo de trabajo y organización para la toma de
decisiones y el diseño de una estrategia de intervención. Es decir, la intervención se basa,

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entonces, en un juego de fuerzas entre variables identificables y determinantes de los
procesos en cuestión, de las cuales algunas pueden ser gobernables y otras no.

Una ventaja de este modelo, es que orienta la explicación hacia la solución del problema sin
privilegiar a priori, un tipo de variables por sobre otras (ej. físicas, químicas, sociales,
psicológicas, individuales, familiares, etc.)

La eficacia del modelo va a depender mucho de nuestra habilidad para diseñar los análisis
funcionales más adecuados para la solución del problema que tenemos por objetivo o meta.

Se ve que varios modelos explicativos son posibles para un mismo problema, por lo que se
privilegiará el modelo que se considere, el más factible de conducir a la solución de mayor
alcance.
El análisis Funcional del comportamiento es el instrumento más importante para una
intervención terapéutica basada en evidencia justificable.

Se ve también con claridad, cómo a partir de esta perspectiva, el modelo se convierte en


una verdadera herramienta, ya que a partir de este enfoque, que un problema tenga
solución o no, no depende exclusivamente de su explicación general, sino de poder alcanzar
la adecuada construcción de modelo de análisis y resolución del problema.

La explicación del problema no está dada a priori por la categoría diagnóstica (Ej. Autismo;
TEA, etc.), sino que, inversamente a la tradición clínica, no se parte de la explicación del
problema para concebir la posibilidad de una solución, sino que se parte del objetivo que
pretendemos, para diseñar la explicación del problema más apta, para alcanzar nuestra meta
de modo realista y factible.

Por supuesto, no todos los problemas tendrán la solución que pretendemos, pero la
evidencia a demostrado que aplicando esta perspectiva, campos clínicos que se presuponían
insolucionables desde su marco teórico conceptual, no lo eran desde el punto de vista
funcional. Con este modelo, no se pueden alcanzar siempre soluciones absolutas, pero
todas las soluciones que se plantean serán, con diferentes grados de alcances, realistas y
factibles y, no meramente conjeturales. Por lo tanto podemos hablar de alcanzar el óptimo
de solución en cada caso. Para finalizar, agregamos solo unas citas del manual de Lovaas
(The Me Book) que dan cuenta de la afinidad de este modelo con el diseño de programas
terapéuticos educativos en el campo del autismo y otros trastornos del desarrollo.

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“Se dieron otros desarrollos conforme nos íbamos alejando del modelo tradicional de enfermedad
con prestación de servicios”

“Fuimos desglosando los grandes constructos hipotéticos autismo, afasia, retraso, etc. hasta
reducirlos a componentes o conductas mas manejables”.

“No ofrecíamos tratamiento para el autismo ni para la esquizofrenia; en su lugar enseñábamos


conductas especificas a los niños, como el lenguaje, el juego o el cariño”

“Los programas de enseñanza eran intercambiables para las diferentes categorías diagnósticas en el
sentido de que, lo que habíamos aprendido sobre la enseñanza del lenguaje para niños afásicos o
autistas era igualmente aplicable pata los niños con retrasos”

“Toda la empresa diagnóstica se fue haciendo cada vez más irrelevante”

“Uno de los aspectos más gratificantes de nuestro proyecto se centraba en el desarrollo de técnicas
específicas de intervención”

“Durante años, muchos profesionales se habían sentido muy incómodos a la hora de enfrentarse a
preguntas de padres o profesores relacionadas con cómo tratar problemas específicos:
¿Cómo se enseña al niño a usar el baño? ¿Cómo se ayuda al niño mudo a hablar? ¿Cómo se ayuda a
un niño agresivo a ser más amistoso? Por fin habíamos encontrado unas respuestas concretas a esas
preguntas. Quizá la falta de respuestas haya sido la razón original para postular problemas internos
como la causa de los problemas del niño.
Si los problemas eran internos y estaban ocultos, entonces nadie, excepto los profesionales con
formación, podía trabajar con ellos. Quizá este aislamiento contribuyera a prolongar nuestra
ignorancia”

“Autismo, Retraso, Daño cerebral y demás categorías diagnósticas fueron reducidas a otras
Unidades de conducta más pequeñas y manejables, como el lenguaje, el juego y las habilidades
personales, las cuales valían para todas las categorías diagnósticas” “Se redujo el énfasis en las
pruebas diagnósticas”

“Los pasos más importantes en la modificación de conducta se dieron en la reducción del problema
grande y bastante general de la incapacidad, a Unidades de conducta con variables ambientales más
manipulables”

“Ese análisis y la manipulación sistemática parecen haber facilitado enormemente la investigación


científica, que es una clave del progreso en la educación y en la psicología.”

“Podemos ver el comienzo del conocimiento acumulativo. Como tal análisis aún está en su fase
incipiente, para lo que mejor servirá este manual será para establecer una relación tanto de ayuda
como de trabajo entre el estudiante y las personas con problemas de desarrollo, sobre la que habrá
que investigar y aprender mucho más antes de poder ser profesores verdaderamente eficaces”

“Cuando realmente hayamos encontrado la manera de enseñar, tendremos los instrumentos


necesarios para ayudar a las personas con problemas de desarrollo”

Email: ceasaludd@gmail.com / Tel: 5411 6857-1306 / Amenabar 3141 CABA (1429)


Actividad del Foro:

¿Cuál es la relación entre el modelo de condicionamiento operante, y el tratamiento de los


trastornos generalizados del desarrollo?

¿Cuál es la relación entre el modelo de condicionamiento operante, y el tratamiento de los


trastornos generalizados del desarrollo?

Bibliografía:

.- Lovaas. I.O: The Me Book. UCLA. Existe versión electrónica en castellano.

.- Primero G.: ¿Qué significa análisis funcional de la conducta? Existe versión electrónica.

Email: ceasaludd@gmail.com / Tel: 5411 6857-1306 / Amenabar 3141 CABA (1429)

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