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Espectro Autista.
Abordaje Cognitivo
Conductual
Módulo 5: Nociones y herramientas básicas de la
psicología conductual.
En este módulo se presentan las principales nociones básicas de la psicología del comportamiento,
para poder introducirnos en los próximos módulos, en los modelos de tratamiento conductuales
de UCLA (Lovaas) y de UNC (Teacch).
La Unidad 2, trabaja las grandes categorías del tratamiento conductual (refuerzo y apoyos) y; se
focaliza en las habilidades correspondientes en el instructor terapeuta para que la intervención
sea eficaz.
Presentación de la Unidad:
En esta unidad se introducen el modelo de aprendizaje que debe entenderse como propio
del tratamiento conductual contemporáneo y la noción de condicionamiento operante
correspondiente.
La intención de esta Unidad es que se pueda distinguir este modelo respecto del modelo
conductual clásico de principios del siglo XX, correlativo del modelo de aprendizaje
basado en la pareja estímulo y respuesta (E-R).
Objetivos:
.- Introducción.
Como dijimos, lo que distingue este modelo es la concepción acerca del aprendizaje.
El modelo clásico, principalmente presentado por Watson en la segunda década del siglo
XX, principalmente se basa en la noción del reflejo condicionado, y el par Estimulo
Respuesta (E-R)
Principalmente se basa en la idea de que todo comportamiento es una respuesta inmediata a
un estímulo o conjunto de estímulos que lo hacen posible.
El estímulo para ser estímulo debe ser eficaz, es decir provocar efectivamente la respuesta.
Este modelo, según vimos, es muy artificial y es insuficiente para trabajar con la variable
del desarrollo psicológico espontáneo, sin la cual toda modificación del comportamiento se
condena a resultados harto limitados en calidad, cantidad y tiempo.
Por esa razón, es imprescindible saber diferenciar con mucho cuidado, las distintas
perspectivas que supone el tratamiento conductual o (ABA), para poder justificar la razón
por la cual, unos modelos pueden solucionar a largo plazo, un problema como el autismo y
otros no.
.- El condicionamiento operante.
El principio básico del modelo es que las conductas se aprenden y se mantienen como
resultado de sus consecuencias.
De esta manera como en el modelo clásico, se conserva la importancia de la influencia del
medio ambiente exterior.
Aunque la respuesta, está condicionada por las contingencias del medio ambiente,
artificialmente gobernadas, sigue siendo la respuesta del organismo la que activa el
comportamiento futuro.
La acción desde el exterior funciona como reacción del medio a la respuesta activa del
organismo, según la cual el organismo organiza el comportamiento futuro.
Traducido en términos del desarrollo psicológico y sus leyes, la respuesta del medio (las
consecuencias de la conducta) es asimilada (integrada), por el organismo a un proceso
preexistente y relativamente autónomo al evento externo, provocando en el
comportamiento, o bien, la modificación, o bien el mantenimiento de la dirección del
proceso que determinó la propia respuesta.
Hace falta, ahora, observar otra característica relacionada con esta diferencia en la
organización y la comprensión del tratamiento.
Por esta razón, como vimos anteriormente, puede y sabe crear o eliminar comportamientos
complejos de modo eficaz, pero carece de la capacidad de organizar y educar el desarrollo,
para que comportamientos que no pueden enseñarse, puedan emerger y que las habilidades
aprendidas adquieran la flexibilidad y autonomía suficiente para aplicarse a situaciones y
contextos nuevos.
Por consiguiente, no evalúa la respuesta objetivo aisladamente para diseñar las condiciones
eficaces de su aparición, sino que, la considera como el resultado de un proceso adaptativo,
dinámico, organizado y autorregulado, que cuanto mejor y más profundamente se
comprende, mejor podrá redireccionarse, desde la propia lógica que este expresa.
No organiza el diseño de estímulos eficaces para provocar una respuesta objetivo, sino que
organiza, a partir de la comprensión del proceso que expresa la conducta, las posibilidades
de sus direccionamiento a partir de la administración de dos tipos de refuerzos llamados
habitualmente refuerzos positivos y negativos.
Lo que hace esta intervención, es intervenir sobre un proceso que no limita, sino que, por el
contrario, acompaña estratégicamente.
Es decir, para modificar la conducta no se trabaja “en contra de” la conducta manifestada,
sino “con ella”, mejor dicho, con el proceso del que ella resulta como consecuencia.
Por esta razón, una vez realizada la modificación, tenderá, no sólo a apoyarse en este
proceso autónomo, en vez de depender de las condiciones externas que lo hicieron posible,
sino que además, al ser consecuencia de este proceso redireccionado, quedará integrada
funcional y dinámicamente al proceso del que emerge.
Por esta razón, las condiciones que provocan la modificación y reorganización del proceso,
pueden retirarse luego sin sacrificar las nuevas respuestas, ya que estas dependerán de las
nuevas condiciones presentes en el propio proceso de autorregulación y no de las variables
externas del ambiente.
Por el mismo criterio, queda justificada la razón por la cual, esta modificación en el proceso
de organización autónomo y autorregulado de la conducta, genera nuevos comportamientos
funcionales que no requieren haber sido enseñados y/o provocados previamente.
Para simplificar, podemos decir que el modelo clásico modifica conductas, mientras que el
modelo de condicionamiento operante modifica el proceso que organiza las conductas.
Muy por el contrario, las modificaciones obtenidas resultan del mismo proceso trasformado
por el redireccionamiento (reorganización) que provocamos con la intervención.
En esta primera unidad introductoria alcanza con empezar a diferenciar las nociones de
estímulo y refuerzo.
El único secreto y la gran diferencia entre los modelos, es que la intervención que provoca
esta transformación en el proceso, no hace otra cosa que administrar el modo en que el
proceso será reforzado.
Para ello cuenta con sólo dos modos posibles de refuerzo, el refuerzo positivo y el refuerzo
negativo.
Del modo en que lo haga, resultaran o no las reorganizaciones que se pretenden provocar en
el proceso.
Estos refuerzos no son estímulos, son condiciones externas que buscan determinar dos tipos
posibles de influencia sobre el proceso de organización de la conducta, el refuerzo de la
dirección y orientación que manifiesta la conducta, o su cambio de dirección y orientación.
.- Introducción.
Como ejemplo, podemos mencionar los dos programas que trabajamos en esta
especialización:
En sí mismo el nombre ABA, lo único que hace es dar cuenta que el modelo de
intervención y las técnicas aplicadas son conductuales.
Según lo venimos desarrollando desde la primera unidad, el campo del autismo y el de los
trastornos generalizados del desarrollo, requiere, no sólo modelos específicos de
intervención, sino también, un modo de comprensión particular del problema.
Hablando con propiedad ABA, a lo único a lo que hace referencia explícita, es a que
nuestra intervención sobre el comportamiento, se basa en el análisis del mismo.
Por todo esto, es impropio decir que el modelo ABA, puede definir el tratamiento de
elección y primera línea del autismo y/o los trastornos generalizados del desarrollo.
Hasta ahora vimos que, considerar un compromiso del desarrollo, desde el punto de vista
neurobiológico o psicológico, implica una gran diferencia en la comprensión del problema
y por lo tanto, implica también, enormes diferencias en el diseño, en la lógica de abordaje y
en la planificación del programa de tratamiento.
Por todo lo expuesto, es fácil entender que ABA, es un término demasiado general e
inespecífico para juzgar un modelo de tratamiento en el campo específico de los trastornos
generalizados del desarrollo. El término ABA, sólo hace referencia a la orientación
conductual del tratamiento y sabemos, que en la posibilidad de saber distinguir, entre
diferentes tipos de orientaciones conductuales (clásicas y contemporáneas) se juega el éxito
o el fracaso de la estrategia de abordaje.
Por la misma razón, es un error plantear el debate sobre la elección del tratamiento, en
términos de tratamiento conductual o no conductual del autismo y los trastornos
generalizados del desarrollo.
En ese falso debate, hoy en día, todavía se pueden encontrar posiciones a favor y en contra
del modelo ABA, como si en sí mismo, expresará que tratamiento estamos eligiendo.
Pero la realidad y la historia expresan otra cosa.
La historia ha demostrado que la mera aplicación de técnicas conductuales, no puede
solucionar un problema como el que representan los compromisos generalizados del
desarrollo (TGD).
En las últimas décadas, las corrientes psicológicas que comienzan a promover en el mundo
la perspectiva de la terapia “basada en evidencia”, empiezan a tomar como modelo
privilegiado, el modelo del análisis funcional, aplicado al campo del comportamiento
humano. Por sus características el AFC, se presenta como un modelo con altísima afinidad
con los problemas que presenta el diseño de programas de aprendizaje, terapéuticos
educativos, para el campo de los trastornos generalizados del desarrollo y el autismo.
Este privilegio lo adquiere por ser un modelo que permite construir soluciones específicas
para problemas concretos, independientemente de las categorías diagnósticas de que se
trate.
Por ejemplo, el diseño de modelos de intervención sobre el autismo, requiere modelos de
diagnóstico y solución de problemas relativos al lenguaje y sus problemas, la atención, a la
imitación, que no pueden derivar de una teoría o explicación general del autismo.
Este es uno de los modos de entender la funcionalidad del modelo, su función es, mucho
más resolver problemas, que explicarlos.
Por tal motivo ha tenido un lugar de privilegio en el campo científico, aunque sólo
tardíamente se integró a las ciencias afines con el campo de la salud y la psicología, más
acostumbrada a modelos teórico especulativos y metapsicológicos, que a la investigación
empírica y al análisis funcional en el campo de la aplicación clínica de la producción
científica.
El AFC, parte del principio de que todo comportamiento es una variable que depende de
factores y que, gobernando esos factores, puede gobernarse el proceso en cuestión.
Todas las variables deben ser efectivamente identificables – no pueden ser meramente
concebibles o hipotéticas-
Para resumir, las variables que determinan un problema o el objetivo que buscamos
alcanzar, pueden dividirse en: Identificables/ No identificable; Fuertes/ débiles;
Funcionales/ Disfuncionales; Gobernables/ No Gobernables.
Identificables/No identificables.
Fuertes/Débiles.
Funcionales/Disfuncionales.
Gobernables/No Gobernables.
Una ventaja de este modelo, es que orienta la explicación hacia la solución del problema sin
privilegiar a priori, un tipo de variables por sobre otras (ej. físicas, químicas, sociales,
psicológicas, individuales, familiares, etc.)
La eficacia del modelo va a depender mucho de nuestra habilidad para diseñar los análisis
funcionales más adecuados para la solución del problema que tenemos por objetivo o meta.
Se ve que varios modelos explicativos son posibles para un mismo problema, por lo que se
privilegiará el modelo que se considere, el más factible de conducir a la solución de mayor
alcance.
El análisis Funcional del comportamiento es el instrumento más importante para una
intervención terapéutica basada en evidencia justificable.
La explicación del problema no está dada a priori por la categoría diagnóstica (Ej. Autismo;
TEA, etc.), sino que, inversamente a la tradición clínica, no se parte de la explicación del
problema para concebir la posibilidad de una solución, sino que se parte del objetivo que
pretendemos, para diseñar la explicación del problema más apta, para alcanzar nuestra meta
de modo realista y factible.
Por supuesto, no todos los problemas tendrán la solución que pretendemos, pero la
evidencia a demostrado que aplicando esta perspectiva, campos clínicos que se presuponían
insolucionables desde su marco teórico conceptual, no lo eran desde el punto de vista
funcional. Con este modelo, no se pueden alcanzar siempre soluciones absolutas, pero
todas las soluciones que se plantean serán, con diferentes grados de alcances, realistas y
factibles y, no meramente conjeturales. Por lo tanto podemos hablar de alcanzar el óptimo
de solución en cada caso. Para finalizar, agregamos solo unas citas del manual de Lovaas
(The Me Book) que dan cuenta de la afinidad de este modelo con el diseño de programas
terapéuticos educativos en el campo del autismo y otros trastornos del desarrollo.
“Fuimos desglosando los grandes constructos hipotéticos autismo, afasia, retraso, etc. hasta
reducirlos a componentes o conductas mas manejables”.
“Los programas de enseñanza eran intercambiables para las diferentes categorías diagnósticas en el
sentido de que, lo que habíamos aprendido sobre la enseñanza del lenguaje para niños afásicos o
autistas era igualmente aplicable pata los niños con retrasos”
“Uno de los aspectos más gratificantes de nuestro proyecto se centraba en el desarrollo de técnicas
específicas de intervención”
“Durante años, muchos profesionales se habían sentido muy incómodos a la hora de enfrentarse a
preguntas de padres o profesores relacionadas con cómo tratar problemas específicos:
¿Cómo se enseña al niño a usar el baño? ¿Cómo se ayuda al niño mudo a hablar? ¿Cómo se ayuda a
un niño agresivo a ser más amistoso? Por fin habíamos encontrado unas respuestas concretas a esas
preguntas. Quizá la falta de respuestas haya sido la razón original para postular problemas internos
como la causa de los problemas del niño.
Si los problemas eran internos y estaban ocultos, entonces nadie, excepto los profesionales con
formación, podía trabajar con ellos. Quizá este aislamiento contribuyera a prolongar nuestra
ignorancia”
“Autismo, Retraso, Daño cerebral y demás categorías diagnósticas fueron reducidas a otras
Unidades de conducta más pequeñas y manejables, como el lenguaje, el juego y las habilidades
personales, las cuales valían para todas las categorías diagnósticas” “Se redujo el énfasis en las
pruebas diagnósticas”
“Los pasos más importantes en la modificación de conducta se dieron en la reducción del problema
grande y bastante general de la incapacidad, a Unidades de conducta con variables ambientales más
manipulables”
“Podemos ver el comienzo del conocimiento acumulativo. Como tal análisis aún está en su fase
incipiente, para lo que mejor servirá este manual será para establecer una relación tanto de ayuda
como de trabajo entre el estudiante y las personas con problemas de desarrollo, sobre la que habrá
que investigar y aprender mucho más antes de poder ser profesores verdaderamente eficaces”
Bibliografía:
.- Primero G.: ¿Qué significa análisis funcional de la conducta? Existe versión electrónica.