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Hoy se celebra el Día de la Mujer en muchos países del mundo. Toda fecha importante
tiene una historia de luchas, triunfos y dificultades que vale la pena conservar como
patrimonio cultural para heredarlo a las nuevas generaciones. Las luces memorables del
pasado no deben olvidarse.
Aprender del pasado es aprovechar la enseñanza que nos dejaron los errores de nuestros
antepasados y valorar sus aciertos para conservar lo bueno y evitar las viejas fallas. Así los
recursos que se emplearon ayer para caminar hasta donde estamos hoy seguirán
beneficiándonos, ya sea por la infraestructura que dejaron o por la experiencia, el
conocimiento o las memorias que se plasmaron en la historia, siempre y cuando tengamos
el hábito de reflexionar en los elementos que conformaron nuestra cultura.
Una buena manera de preservar los méritos que nos han llevado a establecer que hoy sea
el Día de la Mujer es reflexionar brevemente en lo que da sentido a esta fecha, para crecer
más como personas, de cara a nuestra cada vez más importante participación en la
sociedad.
El Día de la Mujer nos debe hacer reflexionar en el don tan grande que tiene la humanidad
en todas y cada una de las mujeres. Es importante que valoremos a la mujer por su
enorme papel en la conservación de la especie humana y de los valores. Las leyes de la
oferta y la demanda y las compensaciones basadas sólo en la productividad no hacen
justicia a la hora de determinar el sueldo de un empleado y menos aún cuando se trata de
una mujer con hijos.
¿Cómo poner precio al cuidado cariñoso de los bebés? No es tan sencillo como calcular lo
que cobraría una nana. Los primeros años en la vida son determinantes para desarrollar
las bases que nos permitirán desenvolvernos socialmente, desde el lenguaje y los gestos,
hasta los valores humanos y morales que aprendemos por imitación y que son
indispensables para desarrollar lazos con nuestros semejantes.
Cuando falta este cariño la persona es psicológicamente inestable y puede causar mucho
daño, incluso material, a la comunidad. Este elemento también tendríamos que medirlo y
agregarlo al costo de desempeñar el puesto de madre. Además la mujer en el hogar es
administradora, maestra, encargada de la proveeduría de alimentos y enseres, encargada
de la higiene y limpieza, decoradora, enfermera, recepcionista, disciplinadora, encargada
de la nutrición de la familia y anfitriona de su marido y de sus amistades.
Esta noción es falsa porque nadie puede reemplazar su rol dentro de la familia.
Creo que las mujeres por naturaleza tienen ventaja ante los hombres para desarrollar
estos campos.
Ojalá que valoremos mejor el rol que la mujer está dejando por sumarse a las filas de los
trabajadores, porque el calor del hogar brota del corazón de la mujer y un hogar sin
corazón es una cueva fría.