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DERECHO CIVIL I

TEMA 16: EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS

1 - EL EJERCICIO DE LOS DERECHOS


 Expondremos aquí tres cuestiones de general aplicación que tienen que ver con el ejercicio por su titular
de los derechos que le son propios:
 Teoría de representación - Procede tratarla a continuación del estudio de la titularidad de los
derechos, ya que la representación es una forma de imputar efectos jurídicos al titular del derecho
como consecuencia de la actuación de terceros por cuenta de aquéllos. Es, en este sentido, una
prolongación de la legitimación individual del titular.
 Protección de la apariencia jurídica - Como un límite al ejercicio eficaz de los derechos contra
terceros.
 Mandato de la buena fe y de la prohibición de abuso de derecho - Como otro límite en el ejercicio
de los derechos.

2 – LA REPRESENTACIÓN

2.1 - CONCEPTO
 La representación es una institución mediante la cual una persona queda legitimada para actuar en el
ámbito de los asuntos de otra, de forma tal que realice actos o contratos con terceros en interés y por
cuenta de la persona cuyo asunto gestiona y produzca de modo directo o indirecto una determinada
eficacia en la esfera jurídica de ésta.
El título legitimador que permite a un tercero injerirse en asuntos ajenos, legitimando su gestión, es una
especial “autorización”, conocida con el nombre de apoderamiento o poder. El CC concibe esta
autorización como un elemento incorporado en un contrato gestorio entre el representante y el
representado, y este contrato gestorio se identifica básicamente con el contrato de mandato.
La eficacia de este contrato es la obligación recíproca que adquieren ambas partes: el mandante, de
asumir las relaciones jurídicas que el mandatario haya contraído con tercero dentro de los límites del
mandato; el mandatario, al cumplimiento de la gestión en beneficio del principal.
Pero no es preciso que la “autorización legitimadora” sea parte de un contrato gestorio, ni es necesario
que, sea precisamente un contrato de mandato.
Si la actividad gestoría se ha desarrollado sin autorización previa o con extralimitación de ésta, la
asunción de efectos por parte del representado sólo se produce si éste ratifica la actividad del
representante. Este puede actuar como mero transmisor o determinar en mayor o menor medida
elementos del contrato, como por ejemplo, se encarga de vender una finca y se deja al representante la
discrecionalidad de encontrar comprador y fijar las condiciones de venta.

1.2 – CLASES DE REPRESENTACIÓN

 REPRESENTACIÓN DIRECTA E INDIRECTA


 Representación directa - Cuando el representante y el tercero concuerdan en que los efectos del
negocio que celebren se produzcan de manera directa en la esfera jurídica del representado; el
contrato se celebra por el representante, pero los derechos y obligaciones resultantes del mismo los
adquiere el representado o mandante, quedando ajeno a estos efectos el propio representante. Por
esta razón, el representado debe ser capaz para el contrato cuyos efectos se le imputan.
 Representación indirecta - Cuando el mandatario resulta personalmente obligado con el tercero. La
asunción de efectos por el mandante-representado se caracteriza ahora no por la eficacia directa de

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la actuación representativa, sino por la obligación de comunicar los efectos del contrato, que recae
sobre el mandatario, y la obligación de asumirlos, que recae sobre el mandante.
A pesar de que generalmente se piensa lo contrario, lo definitorio del carácter directo o indirecto de la
representación es el acuerdo de heteroeficacia entre el representante y el tercero, no la circunstancia
de que el representante haya actuado en nombre ajeno, o declarado que actúa en nombre ajeno.
No hay representación de ningún tipo cuando una persona celebra un contrato bajo un nombre falso.
Quién contrata por él y utiliza un nombre falso se obliga personalmente.
Cuando el mandatario "obra en su propio nombre”, refiriéndose a la representación indirecta, el
mandatario es el obligado directamente en favor de la persona con quien ha contratado, como si el
asunto fuera personal suyo.
Los derechos o bienes que el mandatario adquiere del tercero pasan directamente a poder y titularidad
del mandante, a pesar de no haberse celebrado el contrato a nombre suyo. Basta la relación gestoría
entre mandante y mandatario para que ello sea así.
Las cosas propias del mandante son:
 El mandante tiene acción contra el tercero, pero no puede fundar la misma en ningún título o razón
que no pudiera utilizar el mandatario contra el tercero.
 El mandatario siempre responde ante un tercero, aunque se descubra o se haga patente
ulteriormente la relación gestoría que le une con el mandante oculto.
 El tercero no puede proceder contra el mandante en tanto en cuanto éste continúe queriendo
mantener oculta la relación representativa, aunque sea conocida del tercero.
 El mandatario no está obligado a manifestar por cuenta de quien actúa.

 REPRESENTACIÓN VOLUNTARIA Y LEGAL


 Representación voluntaria - Cuando la legitimación del representado depende de un acto voluntario
de autorización del mandante, que se conoce con el término de apoderamiento o poder.
 Representación legal – es legal la representación cuando una persona gestiona los intereses de otra,
actuando por su cuenta y nombre, sin que el representado le haya conferido apoderamiento,
derivando directamente de la ley la función representativa del representante.
La representación legal viene dispuesta por la ley en función de la protección de ciertos intereses
personales del representado. Se trata de una sustitución de una voluntad ajena, y se inserta dentro
de un mecanismo más amplio de guarda y custodia de la persona afectada o de terceros. Al no
fundarse en un apoderamiento voluntario, esta representación no es revocable por el principal, ni
está sometida a instrucciones o límites impuestos por éste, y es normalmente una representación de
alcance general.
Los casos más comunes de representación legal son:
 Representación legal de los hijos menores (o mayores incapacitados) por sus padres.
 Tutela de los menores o incapacitados
 Defensor del desaparecido y el representante legal del ausente
 Administrador de una herencia en administración
 Albacea testamentario
 Administradores concursales

2.3 – EL APODERAMIENTO
 No es más que el efecto representativo (directo o indirecto) implícito en todo contrato de mandato o en
otro contrato gestorio. Incluso cuando la relación básica no es un mandato o cuando no hay contrato
gestorio alguno, la "autorización" en que consiste el apoderamiento ha de regularse, a falta de otras

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normas, por las propias del mandato. Las normas del mandato constituyen la regulación típica de la
doctrina de la representación.

2.4 - FORMA
 El contrato puede perfeccionarse verbalmente o por escrito o inferirse su existencia de hechos
concluyentes que revelen la concurrencia de una voluntad de las partes en este sentido. También la
ratificación puede ser expresa o tácita.

2.5 - ALCANCE
 La mayoría de los actos de la vida jurídica pueden acometerse por uno mismo o por representación.
Existen excepciones, con todo. El testamento no puede hacerse por representante. También hay límites
cuando se trata de actos del Derecho de familia o de bienes de la personalidad.
El mandato es general o especial. El primero comprende todos los negocios del mandante, el segundo
uno o más negocios determinados. Un mandato expreso en el puede ser tácito en el sentido del artículo
1.710 y general en el sentido del artículo 1.712. Cada precepto se refiere a perspectivas distintas. Y un
mandato concebido en términos generales, del artículo 1.713 puede ser un mandato general o especial
en el sentido al que se refiere el artículo 1.712.
El mandatario no puede traspasar los límites del mandato; no se consideran traspasados estos límites
cuando el encargo se desempeña de manera más ventajosa para el principal que la prescrita por éste. El
mandatario que traspasa los límites del poder queda obligado directamente con el tercero con quien
contrata.

2.6 – SUSTITUCIÓN DEL REPRESENTANTE


 El apoderado puede nombrar sustituto si el mandante no se lo ha prohibido, pero responde de la
gestión de aquél cuando no se le dio la facultad para nombrarlo o cundo, habiéndose concedió aquélla,
el elegido es notoriamente incapaz. Si el mandante prohibió el nombramiento del sustituto, lo hecho
por éste será nulo. En cualquier caso, el mandante tendrá acción no sólo contra el mandatario, sino
también contra el sustituto, al que podrá exigir el cumplimiento de las mismas obligaciones a que
estuviere sujeto el mandatario.
El CC se refiere a la sustitución, entendida ésta como un acto por el que el mandatario nombra en su
propio nombre a un representante.
Aunque no regulado en el Código, está el subapoderamiento que el mandatario puede dar, nombrando
apoderado a un tercero en nombre del representado.
En ningún caso, salvo que el mandante lo consienta, el mandatario puede eximirse de sus obligaciones
frente a aquél por vía de sustitución de un tercero.

2.7 – EXTINCIÓN DE LA REPRESENTACIÓN


 Se extingue el poder cuando se extinga la relación gestoria que haya sido la causa jurídica de la
actuación representativa. Si ésta es un mandato, el poder se extingue por las siguientes causas (1732
CC):
 Revocación del mandato representativo hecha por el mandante - La revocación es libre y no está

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sujeta a alegación de causa ni se precisa que su ejercicio sea temporáneo.


 El mandatario tampoco está obligado a continuar incondicionalmente la gestión que se
comprometió a realizar - Si el mandante sufre perjuicio por la renuncia, el mandatario tendrá que
indemnizarle.
 El mandato civil se extingue por la muerte del mandante o mandatario o por la quiebra o
suspensión de pagos o concurso de uno u otro - En caso de morir el mandatario, sus herederos
tendrán que comunicar esta circunstancia al mandante y proveer entretanto a lo que las
circunstancias exijan en interés del mandante. El mandatario debe concluir el negocio ya comenzado
cuando muere el mandante, si hubiese peligro en la tardanza.

3 - PROTECCIÓN DE LA APARIENCIA JURÍDICA

3.1 – LA REPRESENTACIÓN APARENTE


 Se habla de representación aparente para describir una especial vinculación que resulta que para una
persona del hecho de que otra haya creado en terceros la apariencia de que la actuación FALSUS
PROCURATOR se halla autorizada por el principal. Sólo se puede hablar de representación aparente
cuando no hay mandato, ni incluso tácito o, cuando habiéndolo, se ha producido una extralimitación por
parte del mandatario.

3.2 – LA PROTECCIÓN DE LA APARIENCIA EN LA ADQUISICIÓN DE BIENES INMUEBLES


 Los artículos 34, 37 y 40 LH son las normas que configuran el llamado principio de fe pública registral.
Este principio expresa de la forma siguiente: quien hubiera adquirido un derecho inmobiliario, de buena
fe y a título oneroso, de un titular que según el registro estaba legitimado para disponer de él, será
protegido, siempre que a su vez inscriba el derecho, aunque más tarde se anule o se resuelva o rescinda
o caduque el derecho disponente por causas que no consten en el Registro de la propiedad.
Este principio no puede confundirse con el principio de inoponibilidad porque no protege la apariencia
jurídica, sino que premia al titular que inscribe.
Examinaremos a continuación el ámbito de protección derivada del principio de fe pública:
 El principio de fe pública protege frente a cualquier tipo de ineficacia inicial o sobrevenida, de que
pueda adolecer el título del transmitente.
 Ha de ser válido el propio título del tercer adquiriente: La fe pública registral no purga las cusas de
nulidad e ineficacia del propio título, sino las que afectan al título del transmitente o constituyente.
 El disponente o transmitente del derecho afectado de ineficacia ha de haber inscrito su derecho
antes de que se produzca la adquisición del tercero.
 Las causas de resolución o nulidad no han de constar en el Registro.
 La adquisición del tercero ha de ser onerosa.
 La fe pública registral no protege frente a derechos que el Ordenamiento considera oponibles a
tercero con independencia de su constancia registral.
 El adquiriente ha de ser tercero ajeno al contrato o título que después se resuelva o anula.

3.3 – PROTECCIÓN DE LA APARIENCIA EN LA PROTECCIÓN DE BIENES MUEBLES


 En materia de bienes muebles no registrables, viene a reputarse que el poseedor en concepto de dueño
de una cosa es el propietario de la misma. Quien desea adquirir un bien mueble de este tipo no suele
exigir que el transmitente le exhiba el título de adquisición, bastándole con el solo hecho de ser
poseedor.
La regulación civil es mucho más complicada de aclarar, debido a una ya antigua y clamorosa disputa

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sobre cómo deba interpretarse el texto del artículo 464.I CC cuando establece que "la posesión de
bienes muebles", adquirida de buena fe, equivale al título. Sin embargo, el que hubiese perdido una
cosa mueble o hubiese sido privado de ella ilegalmente, podrá reivindicarla.
El artículo 464.I CC no consagra ninguna adquisición a NON DOMINO. La equivalencia a título no es
incompatible con la reivindicación del dueño, que es posible en todo caso cuando haya perdido la cosa o
haya sido ilegalmente privado de ella.
La equivalencia a título significa:
 Que el antiguo poseedor de la cosa puede ampararse en aquella antigua posesión para reivindicar,
sin necesidad de probar su título de dominio, pues la posesión equivale a título de propiedad.
 Que para usucapir ordinariamente las cosas muebles, adquiridas de un no dueño, sólo se necesita
buena fe y transcurso de 3 años.
 El poseedor de buena fe de una cosa mueble, demandado en una acción de reivindicación, también
dispone de una "equivalencia a título".

4 - LÍMITES AL EJERCICIO DE LOS DERECHOS

4.1 – BUENA FE Y ABUSO DEL DERECHO


 El artículo 7 del CC ordena que los derechos se ejerciten conforme a las exigencias derivadas de la buena
fe, añadiendo que la ley no ampara el abuso de derecho. Para el TS, el límite derivado del abuso del
derecho es de interpretación restrictiva. El artículo 7 CC concibe la buena fe como un límite al ejercicio
de los derechos, considerando ilícito, un acto de ejercicio formal del mismo que no responda al estándar
legal de la buena fe.
La buena fe es un concepto utilizado para declarar la ineficacia de cláusulas contractuales.
El control de licitud conforme a la buena fe sólo debe prohibir o sancionar el ejercicio del derecho
cuando se den algunas de estas circunstancias:
 Cuando se produzca una relación de asimetría manifiesta entre la ausencia de interés individual y el
sacrificio de un interés ajeno.
 Cuando la actitud previa del titular del derecho, y el modo de proceder sobre el mismo, hayan creado
determinadas perspectivas en terceros, que deban ser protegidas.
 Cuando el uso que se hace del derecho o de la institución en la que el titular se ampara se oriente a
la consecución de efectos indirectos a los tenidos en cuenta por el ordenamiento a la hora de
institucionalizar el derecho en cuestión. Cuando resulta probado que el titular ejercita su derecho
con la exclusiva intención de dañar a otro.

4.2 – TIPO DE CONDUCTAS CONTRARIAS A LA BUENA FE


 Ha sido la doctrina alemana la que ha elaborado listas de casos a los que pueden reconducirse la
multitud de supuestos a los que les resulte de aplicación el mandato del artículo 7 CC:
 La contrariedad a los propios actos - El titular de un derecho que pretende su ejercicio en
contrariedad a su propia conducta anterior, de la cual un tercero ha podido inferir una confianza
legítima de que el derecho no sería ejercitado, o que lo sería de determinada manera.
 Retraso desleal en el ejercicio de un derecho - Se trata de supuestos en los que una persona no
ejercita oportunamente un derecho, generando confianza legítima en terceros.
 Pretender la nulidad de un negocio por defectos formales - Cuando el que provocó el defecto de
forma o sin esta casación, consintió durante un tiempo la normal ejecución de los efectos del
negocio.

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