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-En ese momento de estallido emocional que está pataleando debes de vigilarle y
protegerle para que no se haga daño, no dañe a nadie y tampoco a nada.
-Durante la tormenta emocional su cerebro no está activado para razonar por lo cual
una vez pasados los gritos, el lloro y la pataleta y se haya calmado es momento de
utilizar la lógica y hablar de lo que ha pasado.
-Comparte la experiencia con él, acompañarle en ese momento tan difícil ya que
necesita sentirse comprendido y esto no significa ser permisivo y dejarle hacer lo
que quiera.
De esta manera él sabe que estas a su lado tanto en los buenos momentos como en
los que se comporta mal o está descontrolado.
Ahora, te voy contar como puedes conectar con tu hijo, pero para ello
antes debes dejar a un lado los miedos y fantasmas de las experiencias
pasadas y no dejarte llevar por los del futuro. Sólo céntrate en lo que quieres
transmitirle o enseñarle en ese momento.
-Dile frases como: “Estoy contigo”, “Tienes mi apoyo. Incluso cuando estás enfadado
y no me gusta tu manera de actuar, te quiero y estoy a tu lado”, “Entiendo que lo
estás pasado mal, yo te apoyo”, “Veo que estas enfadado y te resulta difícil estar
quieto. Te ayudaré”, “Te comprendo. Se lo que sientes”.
En algunos padres hay una tendencia a cuando su hijo se porta mal a no hacerle
caso, a ignorarlo, pensando que ya se le pasará.
Desde mi experiencia con los niños puedo decirte que si empatizas con tu hijo,
habrá cooperación. Entiendo que puede que a veces sientas que tus comentarios o
explicaciones tranquilizadoras no sirven con él y tú te agotas.
Pero sabemos que una respuesta empática es mucho más consoladora. Te sugiero
que la próxima vez que tu hijo se sienta mal, te pongas en su lugar e intentes sentir
lo que siente él. Al principio uno se puede sentir hasta incómodo o extraño, por la
falta de costumbre, todo es cuestión de práctica.