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Los indicios de una violencia

sin retorno entré dos bandos

Andres Felipe Rincon Nuñez

Colegio león magno

Reseña critica

Historia

Undécimo

2020
Los indicios de una violencia
sin retorno entré dos bandos

El conflicto armado en Colombia corresponde a diversos fenómenos políticos, económicos

y sociales, que al parecer continúan siendo vigentes desde el año 1920 de la historia

nacional. Dado que, la violencia en el país fue uno de los resultados del poder y el control

que ejercían los Estados Unidos sobre la región, la lucha por el dominio de la tierra, la

contienda entre el partido liberal y conservador, al considerarse que el primero estaba

lisiado por las ideas del socialismo, y que el segundo de corte capitalista, contaba con las

garantías legales para perseguir, encarcelar, y asesinar a todos aquellos que representaran

al comunismo. En diferencias acentuadas tendencias hacia la exclusión política y

económica de la mayoría de la población colombiana han sido cuna de formidables actos

de resistencia civil y de persistentes alzamientos armados desde la segunda mitad del siglo

XIX hasta el presente el cual ha tenido un gran impacto que a través de los años ha tenido

unos drásticos cambios en la sociedad colombiana.

Ficha técnica

Título: fragmentos de la historia del conflicto armado (1920 – 2010)

Director: Alfredo molano bravo

País: Colombia

Fecha de publicación: 2015

Género: informe e investigación


Páginas:55

Idea central: el origen e implicaciones del conflicto armado desarrollado en la sociedad

colombiana desde principios del siglo XX hasta la actualidad

Sinopsis: la implicación de dos partidos políticos los liberales y conservadores los cuales

dieron la lucha de diferentes grupos sindicalistas dado por la necesidad de imponer la

presencia de los dos partidos políticos por medio de diferentes grupos armados e ideologías

políticas con el fin de tomar el control de las masas colombianas

Editorial: Universidad de Antioquia, Secretaria General

Palabras clave: Conflicto armado, Colombia, Historia, Violencia, Estado, lucha, violencia

La exclusión política y económica ha sido causa de protestas y movimientos populares

estigmatizados como criminales y reprimidos no pocas veces a sangre y fuego. Poderosas

corrientes políticas, arraigadas en el aparato estatal, siguiendo prácticas patrimoniales y

clientelistas, han bloqueado los intentos de democratización impulsados por fuerzas

populares. El liberalismo perdió la Guerra de los Mil Días y fue marginado de la vida

política hasta el triunfo de Olaya Herrera en 1930; en los años 20 y 30 las luchas de los

campesinos e indígenas en regiones cafeteras de Santander, Cundinamarca, Tolima y

Cauca fueron reprimidas brutalmente; liberales y socialistas fueron aterrorizados en los

años 40 donde, Jorge Eliecer Gaitán el jefe del partido liberal, era la imagen viva de las

clases obreras y oprimidas que llevaban sobre sus hombros, la pobreza y la miseria que se

perpetuaba en los campos de Colombia.


Sin embargo, al reconocerse que Gaitán como aspirante presidencial obtendría la victoria

electoral, fue asesinado en extrañas circunstancias el 9 de abril de 1948; el Partido

Comunista fue ilegalizado en los años 50 y perseguido durante el Frente Nacional; los

partidos tradicionales cerraron el acceso al poder a movimientos alternativos como el

MRL, la Anapo y el Frente Unido. En los años 70 y 80 se puso fin al intento de la reforma

agraria, un paro nacional fue ahogado en sangre, la Unión Patriótica fue exterminada. El

cultivo campesino del café fue una conquista popular contra la hacienda cafetera, pero los

beneficios de esta economía han sido controlados en gran parte por los grupos que manejan

su comercialización. La gran ganadería, que ocupa la mitad de la superficie agrícola, se ha

expandido a costa de las tierras que los colonos con su trabajo han civilizado ante la mirada

impasible del Estado. Los cultivos ilícitos son el efecto de estas condiciones y han

facilitado el tráfico de estupefacientes, fenómenos declarados como actividades criminales

por parte de EE. UU. y de Colombia. Los programas de sustitución de cultivos han

fracasado uno tras otro. Los intereses de terratenientes, gamonales y narcotraficantes han

impedido la democratización económica y política de las regiones periféricas donde el

Estado es fuerte militarmente y débil socialmente. Los 9 sectores anti reformistas

económicos han encontrado apoyo en las Fuerzas Armadas tuteladas y ahormadas por los

intereses estratégicos de EE. UU. Para completar el cuadro, los gobiernos han facilitado –

cuando no cooperado abiertamente con ella– la organización paralela de grupos armados

privados que han atropellado los derechos humanos y han polarizado la opinión pública.

Quizás el último intento de usar el viejo molde del status que fue el régimen de la

Seguridad Democrática. En las siguientes décadas los intentos de paz con las fuerzas

insurgentes fueron saboteados sistemáticamente por “enemigos agazapados” que


terminaron apuntalando al paramilitarismo y beneficiándose del narcotráfico. A fines de la

década el orden político hizo crisis y le abrió paso a la Constitución de 1991, que avanzó

en el reconocimiento de los derechos humanos, pero también afianzó la internalización de

la economía y la dependencia de las poderosas multinacionales.

Valoración

Yo le doy una valoración 8 de 10 ya que maneja una buena línea temporal respecto a los

hechos de acrecentaron la violencia entre los partidos políticos y el surgimiento de grupos

armados representados por este, pero interpreta una regular intención frente a los esfuerzos

de la política colombiana del siglo XXI para la mitigación de la violencia del país; también

en la implementación argumentativo pienso que tiene buenas intenciones de explicar la

importancia de este en la historia reciente de Colombia nacionalmente e

internacionalmente.

Conclusión

en conclusión, El conflicto armado en Colombia, es el resultado desagradable de un Estado

que asocia la victoria política y los intereses financieros de unos pocos, al ejercicio legal o

ilegal de la violencia. A tal punto, que no se trata de justicia, paz y equidad, si no de la

protección privada y egoísta de la riqueza, el cual conlleva a la desigualdad de clases y la

lucha política de partidos los cuales luchan por tomar el poder y así darle una supuesta

solución a lo anterior.

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