El modelo IS-LM ha sido una herramienta central para enseñar y practicar
macroeconomía, debido a que posee un poderoso marco de referencia para entender las fluctuaciones macroeconómicas, aún teniendo desventajas tales como la carencia de fundamentos microeconómicos, rigidez de precios, ningún rol para las expectativas y mucha simplificación de complejidades económicas. La hipótesis del autor es que existe una mejor opción para el análisis de las fluctuaciones en el corto plazo que se adecue a supuestos más reales y actuales (como las conductas del banco central y la efectividad en el corto plazo de las políticas fiscales y monetarias). La idea principal del trabajo es presentar una alternativa del tradicional modelo IS-LM reemplazando la curva LM y el supuesto de que el banco central persigue un objetivo de oferta monetaria por la idea de que sigue una regla de tasa de interés real. El autor encuentra seis ventajas respecto al modelo original, más otras dos si se agrega el mercado de dinero y tres más si se supone una economía abierta.
Primeramente, se parte de una versión simple del modelo IS-LM mediante
dos relaciones que involucran el producto y la tasa de interés. La primera relación (curva IS) refiere al equilibrio en el mercado de bienes. Un alza en la tasa de interés reduce la demanda de bienes, dado un nivel fijo de ingresos, ya que reduce la demanda de inversión. En consecuencia, se obtiene una relación negativa entre producto y tasa de interés. La segunda relación (curva LM) refiere al equilibrio en el mercado de dinero. La cantidad de dinero demandada aumenta con el nivel de ingreso y disminuye con la tasa de interés. Dada la oferta monetaria fija, un incremento del nivel de ingreso tiene que ir acompañado de un incremento del tipo de interés para mantener al mercado en equilibrio. Por ende, hay una relación positiva entre producto y tasa de interés. La intersección de ambas curvas determina el nivel de producto y la tasa de interés que hacen que el mercado de bienes y el mercado de dinero estén en equilibrio. Ante la importancia que cobró la inflación, el modelo incorporó la oferta agregada, ya que relaciona el nivel de producto con el nivel de precios (curva AS). Un aumento en el nivel de producto genera un aumento en el nivel de precios, a través de las firmas fijadoras de precio o los salarios. Esta versión, conocida como IS-LM-AS, tiene como principal virtud que estudiantes y hacedores de política, sin conocimiento en economía, con algo de esfuerzo, puedan dominar su mecánica, comprender su intuición y aplicarlo en situaciones particulares.
El autor cree que dos elecciones fundamentales en la construcción del
modelo no lo transforman en la mejor herramienta para explicar las fluctuaciones actuales: la primera, que los precios nominales no se ajusten completa e inmediatamente frente a perturbaciones; y la segunda, la carencia de fundamentos microeconómicos. Además, añade otros tres aspectos específicos que son difíciles, inconsistentes o irreales. Primero, se tienen diferentes tasas de interés que son relevantes en diferentes partes del modelo: la tasa de interés real es relevante en la demanda de bienes y respecto a la curva IS, mientras que la tasa de interés nominal es relevante en la demanda de dinero y como también en la curva LM. Segundo, las curvas de demanda agregada y oferta agregada son relaciones entre producto y nivel de precios, mientras que sólo nos interesa el comportamiento del producto y la inflación. Tercero, el modelo asume que el banco central establece una oferta monetaria fija, cuando en verdad la mayoría de los mismos le presta poca atención.
La nueva propuesta modifica el supuesto de que el banco central sigue una
regla de oferta monetaria por una regla de tasa de interés real, lo cual representa un comportamiento mucho más real del banco central y constituye la primera ventaja por sobre el modelo IS-LM-AS. Hay dos razones para enfocarse en esta regla: realismo (el banco central cambia su tasa de interés nominal frecuentemente acorde a la inflación esperada para establecer una tasa de interés real) y simplicidad y coherencia del modelo (en el modelo original, la tasa de interés nominal era relevante en la curva IS mientras que la real, en la curva LM). La segunda ventaja del nuevo enfoque es que describe la política monetaria en términos de la tasa de interés real. La forma más simple de una regla de tasa de interés real es una que depende de la inflación. Cuando la inflación es alta, elige una tasa de interés real alta para contraer el producto y bajar la inflación. Cuando es baja, elige una tasa baja para incrementar el producto. Esta regla reemplaza a la curva LM del tradicional modelo keynesiano y, debido a su sencillez (ya que la curva LM es una derivación del análisis del mercado de dinero), se convierte en la tercera ventaja. Dado que la elección de la tasa de interés real del banco central depende solamente de la inflación, para una tasa de inflación dada, la regla de la tasa de interés real es solamente una línea horizontal (llamada MP). La intersección con la curva IS determinan el nivel de producto y tasa de interés real para una tasa de inflación dada. Existe una relación inversa entre producto e inflación y, al resumir ambos elementos el lado de la demanda, es llamada la curva de demanda agregada. Alta inflación causa que el banco central aumente la tasa de interés real, disminuyendo el producto. En el modelo IS-LM, en cambio, una alta inflación reduce el stock de dinero real, así incrementa la tasa de interés de equilibrio en un nivel dado de producto. La cuarta ventaja es que la curva de demanda agregada describe la relación producto e inflación.
Por el lado de la curva de oferta agregada, el autor se basa en la propuesta
de Taylor: la inflación en cualquier punto del tiempo está dada y ante ausencia de shocks inflacionarios, la inflación se incrementa cuando el producto está por encima de su nivel natural y cae cuando está por debajo. Esto acarrea dos suposiciones: la primera, ante un incremento en la demanda agregada, este impacta enteramente en el producto; la segunda, que cuando el producto iguala su estado natural y no hay shocks inflacionarios, la inflación está estable. Que la inflación esté dada en un punto en el tiempo, implica que en el corto plazo la curva de oferta agregada es horizontal. A esta línea se le llama línea de inflación ajustada (IA) porque fija cómo cambia la inflación con el producto. La intersección de las curvas AD e IA establece la inflación y el producto. La inflación determina la tasa de interés real y esta, determina el producto. Así, la quinta ventaja es que en la versión simple del modelo, no hay simultaneidad. Una desviación del producto de su nivel natural causa que la inflación cambie, lo cual a su vez causa que el banco central cambie la tasa de interés real, dando origen a que el producto se mueva regresando a su nivel natural. Estas simples dinámicas permiten describir los caminos de las principales variables macroeconómicas, desde el momento de un shock hasta cuando la economía regresa a su equilibrio a largo plazo, convirtiéndose en la sexta ventaja, ya que las mismas son sencillas y razonables. En contraste, en el modelo IS-LM-AS, cada vez que el crecimiento del dinero y la inflación difieren, el stock de dinero real cambia y la curva LM se mueve. Como resultado, la trayectoria de la economía después del shock usualmente tiene un salto del producto por encima del nivel natural e involucra espirales producto-inflación hasta volver al equilibrio.
Agregando el mercado de dinero, el banco central influye en la tasa de interés real inyectando o drenando base monetaria de los mercados financieros. Para analizar el mercado de dinero, se inicia con la ecuación convencional de equilibrio del mercado, donde la oferta monetaria depende negativamente de la tasa de interés nominal y positivamente del producto. En el modelo modificado, la base monetaria no es un objetivo que el banco central que esté persiguiendo, si no una herramienta que utiliza para manipular la conducta de las tasas de interés. Como consecuencia, la séptima ventaja es que el concepto de dinero es no ambiguo. Pero como el modelo está en términos de tasa de interés real, se descompone la tasa de interés nominal de la condición de equilibrio del mercado de dinero en tasa de interés real e inflación esperada. Mediante estática comparada, se concluye que se puede utilizar la base monetaria para disminuir la tasa de interés real asumiendo rigidez, o no, en los precios (excepto para una flexibilidad instantánea para todos los precios). Así se llega a la octava ventaja: se pueden incorporar totalmente cambios endógenos en la inflación esperada dentro del análisis de la demanda agregada, afectando la forma en que el banco central debe ajustar el stock de dinero a fin de seguir su regla de tasa de interés real, pero sin efectos adicionales en la demanda agregada.
Finalmente, se considera el modelo en una economía abierta. Ya que
tradicionalmente se utilizan supuestos que concluyen en que la tasa de interés doméstica real tiene que ser igual a la tasa de interés internacional real (los activos entre países son sustitutos perfectos, no hay barreras para los flujos de capital y las expectativas del tipo de cambio real son estáticas), el autor se basa en otro supuesto más real que le permite al banco central seguir controlando la tasa de interés real. El mismo es que la inversión neta extranjera, la compra doméstica de activos extranjeros menos la compra extranjera de activos nacionales, es una función decreciente de la tasa de interés doméstica real. Así, tanto la tasa doméstica como real, pueden diferir. Se demuestra que el modelo es compatible con tipo de cambio fijo, flexible o flotante, concluyendo en que esta variante tiene tres ventajas más: la novena es que la misma estructura puede ser usada para analizar una economía cerrada o una economía abierta con tipo de cambio fijo o flotante; la décima, se puede mostrar cómo una tasa de cambio fija restringe la política monetaria, sin necesidad de adoptar una visión irrealista de que el tipo de cambio fijo determina completamente la política monetaria; y la undécima ventaja, se muestra la asimetría bajo un sistema de tipo de cambio fijo: el banco central es libre de perseguir políticas que generen ganancias de reservas internacionales, mientras que, llegado a cierto punto, cuando se queda sin reservas, no puede hacer políticas que generen pérdidas de reservas internacionales ya que en ese punto debiera o abandonar el tipo de cambio fijo o la regla de tasa de interés real.
Además de esta alternativa, el autor plantea otras variantes: una curva MP
con pendiente creciente donde el banco central está interesado en hacer que la tasa interés real dependa, además, del producto; una curva de oferta agregada con expectativas aumentadas, en vez de la inflación ajustada; una curva de equilibrio de mercado de dinero, envolviendo en un modelo un rango de supuestos sobre la política monetaria; y por último, una visión más complicada sobre los mercados financieros, que no dependa exclusivamente de la tasa de interés real, si no de otras tasas y de la cantidad de crédito disponible.