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Tu trono, oh Señor es como una llama encendida (Daniel 7:9). Eres el Dios
que responde con fuego (1 Reyes 18:24). El fuego va delante de ti, oh Señor
y abrasa a tus enemigos (Salmos 97:3). Señor, libera tu fuego y quema las
obras de las tinieblas. Bautízame con el Espíritu Santo y fuego (Lucas 3:16).
Que tu fuego esté en mis manos para sanar a los enfermos y echar fuera
demonios. Que tu fuego queme en mis ojos, mi corazón, mis entrañas, mi
boca y mis pies. Que tu fuego esté en mi lengua para predicar y profetizar.
Recibo lenguas de fuego. Que tu palabra sea predicada con fuego (Jeremías
23:29). Hazme un ministro de fuego (Hebreos 1:7). Libérame con tu fuego
(Salmos 18:13). Que tu fuego me proteja y me cubra (Éxodo 14:24). Libero el
fuego de Dios para que queme los ídolos de la tierra (Deuteronomio 7:5). Que
las obras de la brujería y el ocultismo se quemen en tu fuego (Hechos
19:19). Purifícame con tu fuego (Malaquías 3:2). Que tu fuego se libere en
Sion (Isaías 31:9). Que los espíritus de la lujuria y la perversión sean
destruidos con tu fuego (Génesis 19:24). Que se manifieste el espíritu
abrasador para consumir las obras de las tinieblas (Salmos 140:10). Que tu
llama consuma a los espíritus malignos (Salmos 106:18). Que tu gloria
encienda una hoguera como ardor de fuego (Isaías 10:16). Haz oír tu potente
voz, y haz ver el descenso de tu brazo, con llama de fuego consumidor, con
torbellino, tempestad y piedra de granizo (Isaías 30:30). Que Babilonia sea
como mala hierba que tu fuego consuma. Que no puedan salvarse del poder
de la llama (Isaías 47:14). Señor, ven y reprende a tus enemigos con llamas
de fuego (Isaías 66:15). Que toda carne vea tu fuego manifestarse (Ezequiel
20:48). Crea de noche un resplandor de fuego que eche llamas (Isaías 4:5).
Que el fuego de tu presencia se manifieste en mi vida (Salmos 97:5). Que los
demonios queden al descubierto y sean echados con tu fuego (Hechos 28:3).
Deja caer tus rayos sobre el enemigo (Salmos 78:48). Despide tus
relámpagos y dispersa al enemigo (Salmos 144:6). Que tu luz sea por fuego y
tu santo por llama que consuma los cardos y espinas en mi vida (Isaías
10:17). En el nombre de Jesús. Amén y Amén.
Padre Santo que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre, Señor te
bendecimos, te adoramos, te honramos mi Dios, tu eres el que pelea por mi
Señor, tu eres Jehová de los ejércitos, Dios de guerra, poderoso, tuya es la
gloria, tuya es la alabanza y la adoración, la sabiduría, el poder, las riquezas
y el imperio por los siglos de los siglos mi Señor.
En esta hora me vuelvo a ti Señor en el Nombre de Jesús, quito de mi todo
enojo, Ira, contienda, rencores, tristezas, y renunció a esto en el nombre de
Jesús.
¡Perdono a todos mis ofensores en el nombre de Jesús! Perdono a todos los
que me hirieron, a los que me calumniaron, entristecieron, a los que me
tuvieron en poco y menospreciaron, a los que me maldijeron, los bendigo en
El nombre de Jesús y los perdono en el nombre de Jesús.
Habiendo perdonado a mis ofensores te pido perdón en el nombre de Jesús,
ruego perdón en el nombre de Jesús y para tu Gloria Señor.
Gracias Padre Santo, recibo tu perdón en el nombre de Jesús, te pido que mi
nombre sea escrito en el Libro de la vida.
Ahora digo a todo espíritu inmundo, demonios, les ordeno, fuera, fuera,
¡Fuera! ¡En El nombre de Jesús!
¡Fuera enojos, te ordeno enfermedades, fuera Ira, fuera rencor en el nombre
de Jesús, te ordeno fuera resentimiento, suelta mi vida ya no tienen poder
sobre mí, ni derecho legal, fuera ahora en el nombre de Jesús! Salen de mi
ahora fuera, se desprenden por vomito, eructo, tos, salen, les ordeno fuera
en el nombre de Jesús, los debilito demonios. Los quemo con fuego, se
queman ahora con el fuego santo ¡ahora!, fuera en el nombre de Jesús,
donde estén operando en mi cuerpo les ordeno que me desocupen, que me
suelten ahora en el nombre de Jesús de Nazaret, mi cuerpo es templo del
Espíritu Santo, así que no les permito estar en mí, así que, fuera se van
ahora en el nombre de Jesús de Nazaret.
DONES ESPIRITUALES PARA LOS CREYENTES
1Co 12:7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu
para provecho.
PERSPECTIVA GENERAL. EL Espíritu Santo se manifiesta mediante una
variedad dones espirituales que se les dan los creyentes (1Co 12:7). Esas
manifestaciones de Espíritu
son para la edificación y santificación de la iglesia (1Co 12:7). Eso don
espirituales no son lo mismo que los dones y ministerios mencionados en Ro
12:0.8 y Ef. 4:11, por los cuales el creyente recibe el poder y la capacidad
para servir de manera permanente en la iglesia. La lista de 1Co 12:8-10 no
incluye todos los dones, los cuales pueden manifestarse en diversas
combinaciones.
(1) Las manifestaciones del Espiritu se dan segun la voluntad del Espíritu
(1Co 12:11 cuando surge la necesidad y de acuerdo con el anhelo del
creyente (12:31; 14:1).
(2) Algunos dones pueden manifestarse por medio de una persona de
manera regular, y un creyente puede tener más de un don para necesidades
especiales. El creyente debe desear los "dones" y no un solo don (1Co
12:31, 14:1).
(3) No es bíblico ni prudente suponer que porque alguien ejerza un don
espectacular, esa persona es más espiritual que una que tenga dones
menos espectaculares. Además, tener un don no significa que Dios aprueba
todo lo que hace o enseña una persona. No deben confundirse los dones
espirituales con el fruto del Espíritu, que se relaciona más directamente con
la santificación y el carácter cristiano (Gá 5:22-23).
(4) Satanás o los falsos profetas que se disfrazan de siervos de Cristo
pueden falsificar la ñ manifestación del Espíritu mediante los dones (Mt
7:21-23; 24:11,24; 2Co 11:13-15; 2TS 2:8-10). El creyente no debe creer en
toda manifestación espiritual, sino que debe probar los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo" (1.Jn 4:1;
comp. 1Ts 5:20-21).
DONES INDIVIDUALES:
En 1Co 12:8-10. Pablo enumera la diversidad de dones que el Espíritu Santo
da a los creyentes. Aunque no define aquí sus características, podemos
deducirlas de otros
pasajes de las Escrituras.
(1) La palabra de sabiduría.
Es una declaracion sabia mediante la obra del Espíritu Santo. Aplica la
revelación de la Palabra de Dios o la sabiduría del Espiritu Santo a una
situación o a un problema especificos (Hch 6:10; 15:13-22). Sin embargo, no
es lo mismo que tener la sabiduria de Dios para el diario vivir. Esta se
obtiene mediante el estudio asiduo y la meditación en la Palabra y en los
métodos de Dios, y mediante la oración (Stg 1:5-6).
(2) La palabra de ciencia o de conocimiento.
Es una declaración inspirada por el Espiritu Santo que revela conocimiento
de personas, circunstancias o verdades biblicas. A menudo se relaciona
estrechamente con la profecía (Heh 5:1-10; 10:47-48; 15:7-11; 1Co 14:24-25).
(3) Fe.
Esta no es fe salvadora, sino una fe sobrenatural y especial impartida por el
Espiritu Santo que capacita al creyente para que crea que Dios puede hacer
lo extraordinario y lo milagroso. Es la fe que mueve montañas (1Co 13:2) y
con frecuencia aparece combinada con otras manifestaciones tales como
sanidades y milagros (véanse Mt 17:20; Mr 11:22-24; Lc 17:6).
(4) Dones de sanidades.
Estos dones se dan a la iglesia para restaurar la salud fisica por medios
sobrenaturales (Mt 4:23-25; 10:1; Heh 3:6-8; 4:30). El plural ("dones") indica
la sanidad de diversas enfermedades y sugiere que cada acto de sanidad es
un don especial de Dios. Aunque los dones de sanidad no se dan a cada
miembro del cuerpo de Cristo de manera especial (cf. 1Co 12:11,30), todos
los creyentes pueden orar por los enfermos. Cuando hay fe, serían sanados
los enfermos. La sanidad también puede producirse como resultado de la
abediencia a las instrucciones de Stg 5:14-16 (véanse Stg 5:15).
(5) El hacer milagros.
Son actos de poder sobrenatural que alteran el curso normal de la
naturaleza. Incluyen actos divinos en los que se manifiesta el reino de Dios
contra Satanás y los espiritus malos.
(6) Profecía.
Se debe distinguir entre la profecia como manifestación temporal del
Espíritu (1Co 12:10) y la profecia como un don de ministerio de la iglesia (Ef
4:11). Como don de ministerio, se da la profecía sólo a algunos creyentes,
que deben desempeñarse como profetas dentro de la iglesia. Como
manifestacion del Espiritu, la profecía esta sempre a disposición de cada
creyente lleno del Espiritu (Hch 2:17-18).
En cuanto a in profecia como manifestación del Espiritu:
a) La profecía es un don especial que capacita al creyente para dar
un mensaje de revelación directa de Dios bajo el impulso del Espiritu Santo
(1Co 14:24-25 29-31). No es la recitación de un sermon preparado con
anterioridad
(b) Tanto en el AT como en el NT, la profecía no es primordialmente
predicción del futuro, sino la proclamación de la voluntad de Dios y la
exhortación y el estímulo al pueblo de Dios a la justicia, la fidelidad y la
paciencia 1 Cor. 14:3
(c) El mensaje puede poner al descubierto el estado del corazón de una
persona (14:25) u ofrecer fortaleza, aliento, consuelo, advertencia y juicio
(14:3,25-26,31).
(d) La iglesia no tiene que recibir tal profecía como un mensaje in infalible,
porque muchos falsos profetas entrarán en la iglesia (1Jn 4:1). Por lo tanto,
toda profecía debe ser probada para su autenticidad y verdad (1Cor.
4:29;,32; 1Ts 5:20;-21) preguntándose si se conforma a la Palabra de Dios
(1Jn 4:1), si estimula la vida piadosa (1Ts. 6:3), y si la expresa alguien que
sinceramente está viviendo bajo el Señorío de Cristo (1Co 12:3).
(e) La profecia se manifiesta bajo la voluntad de Dios y no de los seres
humanos. EI el NT no indica que la iglesia buscara la revelación a dirección
de los que se decían
ser profetas. La profecía se daba a la iglesia solo cuando Dios iniciaba el
mensaje (1Co 12:11; 2P 1:21).
(7) Discernimiento de espiritus.
Mediante este don especial, el Espiritu faculta para discernir y juzgar
debidamente las profecias y distinguirse si un mensaje es o no es del
Espíritu Santo (véanse 1Co 14:29). Hacia el fin del mundo cuando habrá un
gran aumento de falsos maestros (véanse Mt 24:5) y de tergiversación del
cristianismo
bíblico (véase 1Ti 4.1), será sumamente importante ese don para la iglesia.
(8) Diversos géneros de lenguas.
Con respecto a las lenguas" gr glosa que significa: idioma) como
manifestación sobrenatural del Espíritu, debe señalarse lo siguiente:
(a) Pueden ser lenguas humanas habladas y vivas (Hch 2:4-6) o lenguas
desconocidas en la tierra, como por ejemplo "lenguas ... angélicas (1Co
13:1; véase cap.14 1Cor). Tal lenguaje no se ha aprendido y a menudo es
incomprensible tanto para el que habla (14:14) Como para los que escuchan
(14:16)
(b) Al hablar en lenguas el espíritu humano y el Espiritu de Dios se
encuentran de modo que el creyente se comunica directamente con Dios (es
decir, en la oración, la alabanza la adoración o la acción de gracias).
expresándose con el espíritu y no con la mente (1Co 14:2.14) y orando por sí
mismo o por los demás bajo la influencia directa del Espiritu Santo sin que
intervenga la actividad mental (comp. 1Co 14:2,4,15,28; Jud 20).
(c) En la congregación las lenguas deben ir acompañadas de una
interpretación dada por el Espíritu ñ que comunique el contenido y
significado del mensaje a la iglesia (1Co 14:3.27-28) Puede contener
revelación, conocimiento, profecía o enseñanza para la asamblea (comp.
1Co 14:6).
(d) Debe regularse el hablar en lenguas dentro de la congregación. El que
habla nunca puede estar en éxtasis ni fuera de control" (1Co 14:27-28).
(9) Interpretación de lenguas.
Mediante este don, el Espiritu faculta para comprender y comunicar el
significado de un mensaje en lenguas. Cuando se interpretan para la
congregación, las lenguas funcionan como una instrucción para la
adoración y la oración, o como profecía. La iglesia puede entonces
participar en esa revelación inspirada por el Espíritu.
Las lenguas interpretadas con un medio de edificación a toda la
congregación a medida que responde al mensaje (comp. con 1Cor. 14:6,13).
Puede recibir el don de la interpretación de lenguas el que habla en lenguas
u otro creyente. El que habla en lenguas también debe pedir el don de
interpretación (1Co 14:13).
LIBERACÓN DE DEMONIOS
Recuerda que sólo debemos adorar a Dios. "Dios es espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren". (Juan 4:24)
Primero, proclama tu entrega al Señor Jesucristo diciendo: Jesucristo es mi Señor y
Salvador. El murió en la cruz por mis pecados, y resucitó de los muertos al tercer día. Me
arrepiento de todos mis pecados. Perdóname, Señor Jesús. Gracias, Jesús, por
limpiarme con Tu preciosa sangre. ¿Cómo salen los espíritus malos? En el griego, la
palabra para "aliento" y para "espíritu" es la misma, "pneuma". Cuando se echan fuera
los espíritus en el nombre de Jesús, estos acostumbran salir con el aliento, en la forma
de tos, eructos, estornudos, bostezos, lloro, o suspiros. Decimos a la gente durante la
liberación que se relaje y no crucen los brazos ni las piernas. Permite que los demonios
salgan de cualquier parte de tu cuerpo.
Ahora repite:
En el nombre de Jesucristo, ordeno que salgan de mí todo espíritu de adulterio, de
fornicación, de adivinación, horóscopo (nombra tu signo si lo sabes), espiritismo,
adoración al diablo, meditación transcendental, proyección astral, levitación, espíritus
de la tabla ouija, hipnotismo, auto-hipnotismo, magia negra, magia blanca, hechicería,
espíritu de brujería, espíritu de papá Noel, espíritu de necromancia, y todos los demás
espíritus de ocultismo, en el nombre de Jesús.
Respira profundo, y exhale.
Cuando una persona ha estado involucrada en alguno de los anteriores, es posible que
no se dé cuenta que ha hecho un pacto con el diablo. Posiblemente no deseaba hacerlo,
pero por sus acciones, lo hizo. Para romper todo pacto que posiblemente hiciste con
Satanás y sus demonios, di lo siguiente: En el nombre de Jesús, rompo todo acuerdo o
pacto que hice con Satanás y sus demonios, y todo pacto que se hizo a mi favor por
cualquier persona, viva o muerta. Ahora rompo este pacto en el nombre de Jesús. El
único pacto que deseo es con el Señor Jesucristo, mi Señor y Salvador. Ahora ordeno
que salga de mí en el nombre del Señor Jesús todo espíritu que el diablo me envió
cuando entré a su terreno.
Respira profundo y exhale.
Ahora vamos a tratar con espíritus de soberbia. Di lo siguiente: En el nombre de Jesús,
ordeno que salgan de mí todo espíritu de soberbia, altivez, orgullo, justicia por mi propia
cuenta, critica, juicio, murmuración, contención, pelea, vanidad, arrogancia, insolencia,
falta de control, jactancia, egoísmo, burla, perfeccionismo y todos los espíritus afines.
Respira profundo y exhale.
Ora de la siguiente manera: Señor Jesús, muéstrame cómo puedo desarrollar un espíritu
humilde. En tu nombre, Amén. Vamos a tratar ahora los espíritus de engaño. Di: En el
nombre de Jesús, ordeno que salgan de mí todo espíritu de mentira que el enemigo me
ha enviado, y todo espíritu que me hace mentir. Ordeno que salgan de mí todos los
espíritus de adulación, exageración, insinuación, imaginaciones vanas, engaño,
testimonio falso, y todos los espíritus afines.
Respira profundo y exhale.
Di lo siguiente: En el nombre de Jesucristo, ordeno que salgan de mí espíritu de vértigo,
espíritu perverso, espíritu que tuerce el Evangelio de Jesucristo, espíritus de doctrinas
falsas, espíritus que causan fracaso tras fracaso, espíritus de pobreza, y todo espíritu
que me roba las bendiciones de Abraham, los bienes materiales y financieros que Dios
quiere que tenga.
Respira profundo y exhale.
Para expulsar celos y espíritus semejantes, di: En el nombre de Jesús, ordeno que
salgan de mí todos los espíritus de celos, envidia, homicidio, ira, mal genio, rabia,
venganza, egoísmo, y todos los espíritus afines.
Respira profundo y exhale.
Algunas personas no pueden dejar de llorar y lamentar la pérdida de un ser querido. Dios
espera que sintamos dolor durante un tiempo razonable, pero si nuestra tristeza se
perpetúa, puede ser debido a un espíritu de luto o de pesadez. Para echarlos fuera, di lo
siguiente:
En el nombre de Jesús, ordeno que salgan de mí todo espíritu de luto, de pesadez, de
lamento, tristeza, pena, congoja, lloro, soledad, depresión, auto-compasión, desespero,
oscuridad, desaliento, escapismo, suicidio, y el espíritu de muerte.
Respira profundo y exhale.
Después ora así: Señor Jesús, restáurame en el gozo tuyo. Dame el óleo de gozo en lugar
de luto, el gozo de conocerte, el gozo de laborar para tu Reino, el gozo de ganar almas,
el gozo de ser llamado árbol de justicia, para que Tú, Señor Jesús, seas glorificado. Te lo
pido en tu nombre, Amén.
AHORA RECIBE EL GOZO DEL SEÑOR.
Saquemos seguidamente los espíritus que causan aflicción física. Di lo siguiente:
En el nombre de Jesús, ordeno que salga de mí todo espíritu de enfermedad,
especialmente (nombra la que te aflige). Ordeno que salgan de mí los espíritus de
aflicción, dolor, y sufrimiento agudo.
Respira profundo y exhale.
Ahora vamos a tratar con los espíritus de esclavitud. Di: En el nombre de Jesús, ordeno
que toda cadena de esclavitud sea rota y que las ligaduras que me atan sean quitadas
de mí. A todos los espíritus de esclavitud o adicción a la nicotina, las drogas (legales e
ilegales) alcohol, dulces y golosinas, cafeína, glotonería (nombra toda clase de atadura
o esclavitud que tengas). Ordeno que todos estos espíritus salgan de mí en el nombre de
Jesús.
Respira profundo y exhale.
Ahora, vamos a expulsar a los demonios de temor. Di: En el nombre de Jesús, ordeno
que salgan de mí todos los espíritus de temor, especialmente de temor a (nombra todo
lo que te da temor o que te hace sentir miedo), las alturas, claustrofobia, a los
demonios, cobardía, al hombre, y temor de perder la salvación. Ordeno que estos
espíritus salgan de mí en el nombre de Jesús. También ordeno que salgan de mí el
espíritu de Magor-Missabib, terror, susto, temblor, angustia, pesadillas, y todos los
espíritus afínes.
Respira profundo y exhale.
Ahora, renuncia a la esclavitud a ciertas lujurias, diciendo: En el nombre de Jesús,
ordeno que salgan de mí todos los espíritus de lujuria, fantasías sexuales, perversión,
fornicación, adulterio, masturbación, sexo oral, sodomía, incesto, violación,
homosexualismo, lesbianismo, sexo anal, sexo con animales, sexo con espíritus,
concupiscencia de los ojos, pornografía, prostitución, y todo espíritu de sexo impuro, en
el nombre de Jesús.
Respira profundo y exhale.
Las cosas en nuestra vida que son una abominación al Señor muchas veces están bajo
el control de demonios. Anteriormente discutimos las 7 acciones abominables para Dios
(Proverbios 6:16-19). Renuncia a ellas diciendo: Ordeno que salgan de mí, en el nombre
de Jesús, el espíritu de aborto, el espíritu que derrama sangre inocente, el espíritu de
Baal, de Moloc, de sacrificio de niños, y que salgan de mi familia, en el nombre de Jesús.
También ordeno que salgan de mí el espíritu que me hace pensar en planes malignos, el
espíritu de Jezabel, que divide iglesias, el espíritu causante de que mis pies corran al
mal, que me hace decir cosas malas, que me impulsa a dar falso testimonio, que me
hace sembrar discordia entre hermanos. Ordeno que todos estos espíritus salgan de mí
en el nombre de Jesús.
Respira profundo y exhale.
En el nombre de Jesús, ahora ordeno que salga de mí todo espíritu que esté bajo la
autoridad de Abadón (Apoleón), el ángel del abismo, el espíritu que atormenta. Ordeno
que estos espíritus, nunca más, tengan poder, ni atormenten a mi familia o a mí, y que
salgan de nosotros ahora, en el nombre de Jesús.
Respira profundo y exhale.
En el nombre de Jesús, ordeno que salgan de mí todos los espíritus de engaño, de
doctrinas de demonios, todos los espíritus de ritos, formalismo, error doctrinal,
legalismo, religiosidad, espíritus seductores, y todos los espíritus del movimiento Nueva
Era.
Respira profundo y exhale.
En el nombre de Jesús, ordeno que salga de mí todo espíritu de encantación, hechicería,
rebeldía, que me impide obedecer a la verdad, que hacen que no sea firme en las cosas
del Señor. Ordeno que todos salgan de mí en el nombre de Jesús.
Respira profundo y exhale. Ordeno que salgan de mí el espíritu de sueño profundo,
olvido, indiferencia, pereza, el de dejar las cosas siempre para mañana, confusión,
espíritus que estorban mi entendimiento de la Palabra de Dios, que me dan sueño al oír
la Palabra, espíritus de duda, incredulidad, escepticismo, y todos los espíritus afines, en
el nombre de Jesús.
Respira profundo y exhale.
Ordeno que salgan de mí, en el nombre de Jesús, el espíritu de estupor, necedad,
lentitud de habla, lentitud de entender o aprender y todos los espíritus afines. Respira
profundo y exhale. En el nombre de Jesús, ordeno que salgan de mí el espíritu del
anticristo, rebelión, profecías falsas, y todos los espíritus afines.
Respira profundo y exhale.
Ahora mandamos salir los espíritus religiosos en el nombre de Jesús. Ordeno que salgan
de mí en el nombre de Jesús el espíritu de Nehustán, religiosidad, ritualismo,
formalismo, amuletos, idolatría, y toda religión falsa.
Respira profundo y exhale.
TERMINANDO TU LIBERACIÓN
Cada vez que ordenamos a los espíritus malos salir de nosotros, debemos siempre
invitar al Espíritu Santo a que tome el lugar de los espíritus que echamos fuera.
Entonces, para terminar tu liberación, ora: Espíritu Santo, te pido que me llenes con todo
lo que Tú eres, con tu amor, tu gozo, tu paz, tu bondad, tu benignidad, tu paciencia, tu
fe, tu mansedumbre, y tu dominio propio. Muchas gracias, Señor, Amén.
Padre Santo que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre, Señor te bendecimos, te
adoramos, te honramos mi Dios, tu eres el que pelea por mi Señor, tu eres Jehová de los
ejércitos, Dios de guerra, poderoso, tuya es la gloria, tuya es la alabanza y la adoración,
la sabiduría, el poder, las riquezas y el imperio por los siglos de los siglos mi Señor.
En esta hora me vuelvo a ti Señor en el Nombre de Jesús, quito de mi todo enojo, Ira,
contienda, rencores, tristezas, y renunció a esto en el nombre de Jesús.
¡Perdono a todos mis ofensores en el nombre de Jesús! Perdono a todos los que me
hirieron, a los que me calumniaron, entristecieron, a los que me tuvieron en poco y
menospreciaron, a los que me maldijeron, los bendigo en El nombre de Jesús y los
perdono en el nombre de Jesús.
Habiendo perdonado a mis ofensores te pido perdón en el nombre de Jesús, ruego
perdón en el nombre de Jesús y para tu Gloria Señor.
Gracias Padre Santo, recibo tu perdón en el nombre de Jesús, te pido que mi nombre sea
escrito en el Libro de la vida.
Ahora digo a todo espíritu inmundo, demonios, les ordeno, fuera, fuera, ¡Fuera! ¡En El
nombre de Jesús!
¡Fuera enojos, te ordeno enfermedades, fuera Ira, fuera rencor en el nombre de Jesús, te
ordeno fuera resentimiento, suelta mi vida ya no tienen poder sobre mí, ni derecho legal,
fuera ahora en el nombre de Jesús! Salen de mi ahora fuera, se desprenden por vomito,
eructo, tos, salen, les ordeno fuera en el nombre de Jesús, los debilito demonios. Los
quemo con fuego, se queman ahora con el fuego santo ¡ahora!, fuera en el nombre de
Jesús, donde estén operando en mi cuerpo les ordeno que me desocupen, que me
suelten ahora en el nombre de Jesús de Nazaret, mi cuerpo es templo del Espíritu Santo,
así que no les permito estar en mí, así que, fuera se van ahora en el nombre de Jesús de
Nazaret.