Efeso La Unidad Puede Ser Una Realidad PDF

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ESTUDIOS BÍBLICOS
ELA:
LA UNIDAD PUEDE SER
UNA REALIDAD
(EFESIOS)
STANFORD ORTH
A menos que se indique lo contrario, todas las citas
bíblicas están tomadas de la Versión Reina-Valera 1960
Primera edición, 1997
©Todos los derechos reservados
Editado por el personal de:
Ediciones las Américas, a.c.
Prol. Reforma 5514,
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www.edicioneslasamericas.com
ISBN 968–6529–54–3
CONTENIDO
1. Escogidos para alabanza de su gloria
Efesios 1:1–6
2. Perdonados y seguros
Efesios 1:7–14
3. Iluminados y entendidos
Efesios 1:15–23
4. Vivos por la gracia
Efesios 2:1–10
5. Unidos en un cuerpo
Efesios 2:11–22
6. Arraigados en amor
Efesios 3:1–21
7. Solícitos en guardar la unidad
Efesios 4:1–10
8. Edificados en amor
Efesios 4:11–16
9. Vestidos del nuevo hombre
Efesios 4:17–32
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10. Llenos del Espíritu Santo

Efesios 5:1–21
11. Sumisos ante los otros
Efesios 5:22–6:9
12. Equipados para resistir
Efesios 6:10–24
SER UNA REALDAD EFESIOS

GLESIA POR MEDIO DE LA DIOS MANDA QUE HAYA UNIDAD EN LAS RELACIONES ENTRE LO
SUCRISTO 4–6
Los creyentes deben promover la unidad y la edificación 4:1–16

edención 1:1–14 Los cristianos deben esforzarse en guardar la unidad en la iglesia 4:1–6
3–6 Los líderes dotados deben llevar a los creyentes a la madurez para que se edifiquen mutu
1:7–12 El creyente debe vivir una vida transformada 4:17–5:21
nto 1:13–14 Vestirse del nuevo hombre 4:17–24
minación espiritual para comprender la Caracterizarse por las buenas relaciones 4:25–5:4
3 Andar como hijo de luz 5:5–14
1:15–16 Ser lleno del Espiritu 5:15–21
o espiritual 1:17–23 La armonía en el hogar requiere sumisión mutua 5:22–6:9
los creyentes con Cristo 2:1–10 Armonía entre esposa y marido 5:22–33
uertos espiritualmente 2:1–3 Armonía entre padres e hijos 6:1–4
con Cristo 2:4–7 Armonía entre siervos y amos 6:5–9
ia y la fe, sin obras 2:8–10 El creyente necesita equiparse con la armadura divina para resistir al enemigo de l
tiles y judíos en la iglesia 2:11–22 Resistir a Satanás en el poder de Dios 6:10–13
dos de Dios 2:11–13 Resistir con la armadura espiritual 6:14–20
ueron reconciliados con Dios y los judíos Conclusión 6:21–24
Dependencia de Pablo 6:19–20
tes son miembros de la iglesia 2:19–22 Informes de Pablo 6:21–22
l misterio de la iglesia 3:1–13 Bendición 6:23–24
re la unión de gentiles y judíos 3:1–6
os 3:7–13
mprender las dimensiones del amor
Cristo 3:14–17a
3:17b–19a
e Dios 3:19b
1
Escogidos para alabanza de su
gloria
Efesios 1:1–6
La carta a los Efesios es una joya brillante de la literatura paulina. Fue la epístola
favorita del reformador Juan Calvino y el libro que más inspiró a Juan Bunyan para
escribir su conocida obra El Progreso del Peregrino. En ella, Pablo comunica un
mensaje dignificante y armonizador en medio de las tensiones que había en la iglesia del
primer siglo. Para las congregaciones de hoy, Efesios enseña que en el cuerpo de Cristo,
Dios ha eliminado las barreras que separan a los seres humanos.
Además, Efesios manda que la armonía se manifieste en todas las relaciones entre
los cristianos. El individualismo ha minado la capacidad de conducirnos como parte de
una congregación, pero Dios está creando una nueva comunidad para que ella
manifieste un nuevo estilo de vida.
¡PENSEMOS!
Inicie el estudio de la carta leyéndola detenidamente varias
ocasiones, como si fuera la primera vez. Hágalo y sienta las
emociones de Pablo cuando la escribió. Lea 2:13–18, 4:2–6,
4:32–5:2; 5:21 y en su opinión diga: ¿cuál era el tema que
más preocupaba a Pablo? ¿Cómo le impactan las actitudes
del autor?
AUTOR Y FECHA
El apóstol Pablo escribió esta carta a la iglesia que se encontraba en la ciudad más
importante de la provincia romana de Asia. Éfeso quedaba cerca del mar Egeo, en Asia
Menor, en la región que actualmente es Turquía. En su tercer viaje misionero, el apóstol
había predicado y enseñado aproximadamente por tres años en esa ciudad y así fue
como se estableció la iglesia.
Pablo estaba encarcelado cuando escribió esta carta (3:1; 4:1; 6:20). Estuvo
prisionero en Roma la primera vez en los años 60–62 d.C. Probablemente envió por
medio de Tíquico y Onésimo las cartas a Éfeso, Colosas y a Filemón en el año 60 o 61
d.C.
PROPÓSITO Y TEMA
Esta carta enseña el tema de la iglesia, pero la preocupación que motivó al autor es
más específica y su mensaje muy práctico. Él estaba preocupado por el problema que
más agobiaba a las congregaciones cristianas desde que comenzaron: que los creyentes
de trasfondos distintos tienen que aprender a convivir y servir a Dios en unidad y
armonía dentro de la nueva comunidad. Efesios 4:1–3 expresa la exhortación principal
de la carta: “os ruego que andéis… con toda humildad y mansedumbre, soportándoos
con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en
el vínculo de la paz”.
En aquellos días, el problema giraba alrededor de las tensiones entre judíos y
gentiles. Era difícil para el judío cristiano aceptar que un despreciado e inmundo gentil
podía ocupar el mismo lugar que él. Los primeros cristianos judíos pensaban que si un
gentil recibía la redención, entonces tenía que cumplir con las costumbres judías, como
la circuncisión y la dieta especial. El judío no se relacionaba socialmente con los
gentiles porque éstos no seguían los reglamentos del Antiguo Testamento. Entonces,
muchos los trataban como cristianos de “segunda clase”, y a la vez, éstos
menospreciaban a los judíos, porque tenían que cumplir demasiadas normas religiosas.
La visión de Pedro y la conversión de Cornelio y los de su casa en Hechos 10–11,
enseñaron a los cristianos judíos que no era necesario guardar las leyes dietéticas y que
los gentiles podían recibir a Cristo y gozar de las mismas bendiciones que los judíos.
Sin embargo, seguía la confusión y había mucha tensión en las relaciones entre ellos. El
concilio de Jerusalén trató esos temas (Hechos 15), pero también había conflictos en la
iglesia de Antioquía (Gálatas 2:11–16). Pablo tuvo que insistir en muchas de sus cartas
en que la salvación se recibe sólo por la fe, que los gentiles no tienen por qué conducirse
como judíos, y que los dos pueblos son iguales cuando pertenecen al cuerpo de Cristo.
En Efesios 1–3, Pablo detalla los muchos privilegios de los cristianos, que son
iguales tanto para el judío como para el gentil. Aclara que todos ellos habían estado
muertos en sus pecados. Los cristianos, ya sean judíos o gentiles, son salvos por la
gracia y la fe, no por cumplir con costumbres religiosas. En estos capítulos, Pablo
intercede dos veces para que los creyentes comprendan la obra de Dios y el amor que
han de manifestar en sus relaciones.
El segundo párrafo del cap. 2 es el corazón doctrinal de la carta (2:11–22). Esos
versículos enseñan al gentil que no está fuera de las bendiciones de Dios. Por el
sacrificio de Cristo se ha acercado; el creyente tiene paz con Dios y con todos los
redimidos, incluyendo a los judíos. Entonces, el gentil no debe sentirse inferior. El
párrafo enseña a los judíos que no pueden vivir distanciados de los gentiles, porque con
su muerte, Cristo destruyó la pared intermedia que los separaba. ¡Milagro de milagros!
Dios ha reconciliado a personas de todas las naciones, incluso a los que habían peleado
con los hebreos desde tiempos de Abraham. ¡Dios creó algo totalmente nuevo! De entre
toda la humanidad, él formó una comunidad de que hará posible la paz universal en su
futuro reino en la tierra (1:10).
Sin embargo, Pablo, con tristeza, observaba que las congregaciones fallaban a Dios,
porque manifestaban soberbia e ira, y les faltaba paciencia, misericordia y perdón. En
los caps. 4–6, él describe la vida de unidad y santidad que debe existir en las
congregaciones cristianas. Pablo aclara que Satanás es el enemigo que quiere hacer
fracasar a la iglesia en esa tarea. Los creyentes lo vencerán sólo si utilizan una armadura
espiritual.
Entonces, el propósito de Pablo era promover la unidad entre los creyentes de las
congregaciones. Efesios comunica la motivación doctrinal y hace una fuerte exhortación
para que aun las personas con trasfondos muy distintos, tengan madurez espiritual, las
cualidades necesarias y la conducta correcta para llevarse bien con otros creyentes.
BOSQUEJO DE EFESIOS
Salutación 1:1–2
A. DIOS FORMÓ LA IGLESIA POR LA REDENCIÓN EFECTUADA POR
CRISTO 1:3–3:21
1. Dios es alabado por la redención 1:3–14
2. El creyente necesita iluminación para comprender sus bendiciones
1:15–23
3. Dios resucitó y exaltó a los creyentes con Cristo 2:1–10
4. Dios reconcilió a los gentiles y judíos en la iglesia 2:11–22
5. Pablo anunció el misterio de la iglesia. 3:1–13
6. El creyente necesita comprender las dimensiones del amor 3:14–21
B. DIOS MANDA QUE HAYA UNIDAD EN LA IGLESIA 4:1–6:20
1. Los creyentes deben promover la unidad y el crecimiento 4:1–16
2. El creyente debe vivir una vida transformada 4:17–5:21
3. Las relaciones hogareñas requieren sumisión mutua 5:22–6:9
4. Se necesita la armadura divina para resistir al enemigo de la unidad
6:10–20
Conclusión 6:21–24
LA INICIATIVA DE DIOS EL PADRE 1:1–6
En los primeros dos versículos se encuentra la fórmula acostumbrada para iniciar
una carta griega. Se menciona 1) el autor, 2) los destinatarios y 3) el saludo.
¡PENSEMOS!
¿Qué dice Pablo acerca de sí mismo? ¿Cómo llegó a ser
apóstol? ¿Cómo describe a los que están en Cristo? Para
usted, ¿Qué significa ser santo? ¿Cuál es el saludo que el
autor envía a los destinatarios?
Dios escogió a Pablo para ser apóstol 1:1–2

De inmediato, el apóstol insiste en que Dios es el autor de toda buena obra y que
éstas no dependen del hombre. Pablo fue apóstol, un líder con autoridad en la iglesia,
por la voluntad de Dios, no por ambición personal. El título apóstol se refiere
principalmente a los doce que fueron discípulos de Cristo y a Pablo. Ellos fueron los
primeros enviados a predicar el evangelio y establecer las iglesias. Además, hicieron
obras milagrosas que autenticaban el mensaje que predicaban. Recibieron las
revelaciones de Dios y enseñaron las verdades divinas a la primera generación de
cristianos. Varios escribieron libros inspirados por Dios, que forman la mayor parte del
Nuevo Testamento.
Los creyentes en Cristo son santos y fieles porque han sido apartados según el
propósito divino para el servicio a Dios. El término “santo” recuerda al lector que no
cumplirá el propósito del Señor en la vida a menos que sea un instrumento útil en sus
manos. El apóstol Pablo describe a los cristianos como fieles, que aquí significa
“creyentes”. Son santos y creyentes porque están unidos en Cristo Jesús, concepto que
se encuentra mencionado once veces en los vv. 1–14. Él no nos ayudó desde lejos, sino
que se identificó con nosotros y estamos unidos con él para toda la eternidad.
Algunos manuscritos griegos no contienen la frase “en Éfeso”. Probablemente esto
indica que muy pronto la carta empezó a circular en otras ciudades y provincias. La
dirección original fue omitida en algunas copias para darle una aplicación más
universal.
Gracia y paz combinan los saludos griego y oriental, pero ahora con un significado
cristiano muy profundo. El saludo “gracia” expresa el deseo de que Dios manifieste de
manera total su favor. El saludo “paz” desea el bienestar total, la tranquilidad de
corazón, la armonía con otros y con Dios así como la prosperidad en lo espiritual tual, lo
físico y lo material.
Dios bendijo espiritualmente al creyente 1:3
Los vv. 3–14 son un himno de alabanza a la Trinidad que comienza con la expresión
“bendito sea el Dios y Padre”. Se divide en tres estrofas definidas por la repetición del
refrán “para la alabanza de su gloria” que aparece en los vv. 6, 12 y 14. Los vv. 3–6
enfocan la obra del Padre y del 7–14, la obra del Hijo. En esta última sección, los vv. 13
y 14 introducen el sello del Espíritu Santo.
¡PENSEMOS!
Haga una lista de las bendiciones que usted encuentra en los
vv. 3–5. Cuando lee que Dios escogió a los cristianos de
antemano, ¿qué le hace sentir? Según los vv. 4–5, ¿por qué
nos escogió Dios? ¿Qué sentimientos lo motivaron a adoptar
hijos en su familia?
Unámonos en adoración y gratitud en este párrafo que brota de un corazón

maravillado por todo lo que Dios ha hecho por el cristiano. Las bendiciones pertenecen
a cada creyente “en los lugares celestiales”, frase que Pablo usa cinco veces en Efesios
para referirse a la esfera espiritual de las realidades invisibles. No son bendiciones

terrenales, superficiales, engañosas, corruptibles y pasajeras, sino que son bendiciones
espirituales, reales, divinas y eternas.
Dios escogió a los cristianos para ser santos 1:4
El v. 4 introduce uno de los conceptos más profundos en las Escrituras, el de que
Dios escogió al individuo para que fuera su hijo antes de que esa persona decidiera creer
en Cristo. Toda la Escritura enseña que Dios toma la iniciativa para rescatar a los
humanos. En este pasaje, Pablo lo menciona en los vv. 4, 5, y 11 (comp. 2
Tesalonicenses 2:13; Romanos 8:28–30; Juan 6:44).
A la vez, la Biblia enseña claramente que el hombre y la mujer necesitan creer en
Jesucristo para su salvación (Juan 1:12; 3:16; 18; 5:24; Romanos 4:5; 10:9–
10).Entonces, Dios lo ha escogido, pero el hombre necesita responder por su propia
voluntad. La relación de estas dos verdades –la decisión de Dios y la decisión del
hombre–es un misterio escondido en los consejos de nuestro Dios, quien siempre obra
con justicia.
El hombre cuestiona esta enseñanza porque piensa que es el “capitan” de su propio
destino. Aun en la salvación, él quiere creer que ha hecho algo bueno, pero Dios insiste:
“por gracia sois salvos … para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8–9; comp. 1 Corintios
1:28, 29, 31). La doctrina de la elección divina enseña al hombre a humillarse delante
del Señor y a estar agradecido porque le escogió sin que mereciera ningún bien.
Esta enseñanza también le da al creyente la seguridad de su salvación, porque ésta
no depende de la conducta inestable e inconstante del individuo. Los propósitos eternos
de Dios no fallan (Romanos 8:30). El autor también enseña la finalidad del amor y la
elección del Padre: “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”. Dios
escogió al creyente para hacerlo conforme a la imagen de su Hijo.
Cuando la doctrina de la elección cause dudas y discusiones, aprendamos del
ejemplo del apóstol. Para él, esta maravillosa verdad era motivo de alabanza y gratitud.
Por su beneplácito y amor, Dios extendió su gracia a algunos de los que se iban
precipitando hacia la destrucción. Él planeó y ejecutó todos los elementos necesarios
para rescatarlos y adoptarlos como hijos suyos, “según el puro afecto de su voluntad”
(vv. 5, 9). Era la única manera de lograrlo, porque el hombre no podía hacerlo. “¡La
salvación es de Jehová!” (Comp. Romanos 11:33.)
Dios adoptó a los cristianos para su gloria 1:5–6
El v. 5 enseña el segundo propósito de la elección. El ser humano es un esclavo,
pero el creyente es un hijo privilegiado en la familia de Dios. Un hijo disfruta del amor
especial de su Padre. La relación de un buen padre con su hijo es de confianza,
proximidad e intimidad. El creyente en Cristo nunca debe sentirse solo, ni alejado, ni
extraño. Dios está cerca y el creyente puede entrar en una relación de dulce comunión
con su Padre (Juan 14:21).
El tercer propósito de la elección está en el v. 6: “para alabanza de la gloria de su
gracia”. Rescatar a multitudes de pecadores y transformarlos en sus hijos amados para
toda la eternidad es una de las obras más grandes de Dios. Él se glorifica en esto, porque
se exhibe su amor, poder, sabiduría, justicia y gracia. La buena conducta y servicio de
los redimidos ensalza la reputación de Dios (1 Pedro 4:11, 14). Los labios de ellos le
alaban a é1 por su gracia (Hebreos 13:15). ¡Sea alabado Dios porque está formando su
iglesia y su familia con hijos adoptivos! El creyente es aceptado, no por sus virtudes,
sino porque está unido con Cristo, quien es el amado del Padre. ¡La gracia de Dios es
maravillosa!
¡PENSEMOS!
¿Cuál es el servicio que Dios desea que usted cumpla? ¿Qué

le falta a usted para vivir a la altura de los títulos “santo” y
“fiel” (o “creyente”)? En los vv. 1–6, ¿qué aprendió acerca
del carácter del Padre? ¿Qué entendió acerca de Jesucristo?
¿Cuál es la bendición que más le motiva a adorar a Dios?
¿Qué le impulsa a ser más obediente a Dios?
2
Perdonados y seguros
Efesios 1:7–14
La iglesia está fundamentada en la obra del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En
los vv. 3–6, el apóstol enfocó el amor y la gracia del Padre, quién escogió a los humanos
antes de la fundación del mundo para que fuesen sus hijos y así exhibieran su gloriosa
gracia. Pablo ahore adora a Dios por las obras de Jesucristo.
La elección fue hecha por el Padre vv. 3–6
La redención fue realizada por el Hijo vv. 7–12
La seguridad la da el Espíritu Santo vv. 13–14
¡PENSEMOS!
¿ Cómo define usted las palabras “redención”, “perdón” y
“gracia”? ¿Qué siente cuando lee téminos como “’riquezas”,
”sobreabundar’ “todo”? Lea detenidamente los vv. 8–10.
¿Por qué se da al creyente sabiduría e intelligencia? ¿Cuál es
la voluntad de Dios en el universo? En los vv. 5–11, ¿Cuáles
son las frases y tér minos que indican que Dios controla la
historia y que la lleva hacia una meta?
EN CRISTO SOMOS PERDONADOS 1:7

Se cuenta que un jovencito, con la ayuda de su papá, hizo un modelo de barco.
Trabajaron en él muchos meses, y quedó maravillosamente bello y fino. Lo pusieron a
navegar a orillas de un lago cerca de su casa y lo disfrutaron mucho. Pero un día, un
viento lo arrastró muy lejos y desapareció. El muchacho llegó a casa inconsolable y
triste. Después de mucho tiempo, cuál no sería su sorpresa al ver su barquito en la
vitrina de una tienda, por lo que entró en ella para reclamarlo. Sin embargo, el dueño lo
había comprado a un pescador y le dijo que tendría que pagar por él. Él buscó trabajo
para ganar dinero y después de mucho esfuerzo, volvió a la tienda y lo compró.
Caminando a su casa, le dijo al barquito: “Ahora eres mío dos veces, una vez porque te
hice y otra vez porque te compré”.
La redención es el pago de un precio de rescate y Dios es dos veces dueño del
cristiano, ya que es su Creador y también envió a su Hijo para recibir el castigo de
nuestros pecados (1 Corintios 6:20; 1 Pedro 1:18, 19) La sangre de Jesucristo representa
su vida, misma que él entregó al morir en la cruz por nosotros, La muerte del Hijo de
Dios fue el sacrificio infinito que obtuvo todas las bendiciones que enseña este pasaje.
La primera bendición que menciona Pablo es “el perdón de pecados, según la
riqueza de su gracia”. El hombre necesita humillarse y reconocer que es un rebelde
pecador que no ha escogido los caminos de Dios. Al aceptar por fe la redención que
Dios ofrece, las Escrituras prometen que él perdona los pecados, porque Jesús murió por
todos (Romanos 5:8–10; Salmos 103:12).
EN CRISTO HABRÁ UNIDAD 1:8–10
Pabloconsidera muy importante la siguiente bendición que menciona. Dios da al
creyente la capacidad espiritual de conocer los propósitos y planes divinos. El mundo
del primer siglo había perdido la esperanza, pero Cristo se la devolvió. En las
Escrituras, un misterio es un conocimiento que el hombre no puede percibir por su
propia cuenta, sino que tiene que serle revelado por Dios, quien manifiesta lo que no era
conocido antes, a saber, que todas las cosas que están en el cielo y en la tierra serán
reunidas en Jesucristo. El verbo “reunir” incluye tres ideas: 1) restauración, 2) unión y
3) supremacía. Satanás y la humanidad han estado en rebeldía contra el Rey, pero la
muerte de Jesucristo destruyó el dominio del pecado y del diablo. Jesucristo restaurará
el reinado de Dios sobre todas las cosas.
REUNIR TODO EN CRISTO
= RESTAURACIÓN
+ UNIÓN
+ SUPREMACÍA
También la separación y fragmentación del hombre, la sociedad y la naturaleza,
serán sanados cuando todo sea unido de nuevo en Cristo. Aquí Pablo introduce el tema
de la unidad que será su enseñanza y exhortación de los capítulos 2–5. Dios une a todos
los creyentes en un solo cuerpo, sin importar su nacionalidad, nivel socioeconómico,
preparación, sexo o edad. La iglesia es en la actualidad una muestra de la unión de todas
las cosas en el futuro. El amor mutuo de los creyentes y la armonía entre ellos deben
manifestar al mundo que Dios es poderoso para destruir todas las barreras y transformar
la naturaleza egocéntrica de los humanos (Juan 13:34–35).
El Rey Jesucristo gobernará sobre todas las cosas. Él ganó la victoria por su muerte
y resurrección (vv. 20–21). El triunfo final será en “el cumplimiento de los tiempos”,
que se refiere a la época final de su segunda venida, su reino y el estado eterno, cuando
todo será sometido a la perfecta voluntad de Dios.
La información sobre la supremacía de Cristo, el propósito de Dios en la iglesia y
los planes para el final de los tiempos, se encuentra en la palabra de Dios. El Espíritu
Santo que mora en los creyentes les da iluminación para que entiendan esas enseñanzas.
El triunfo de Cristo motiva al creyente a obedecer y servir a Dios con fidelidad.
EN CRISTO SOMOS HERENCIA DE DIOS 1:11–12
¿Cuál es la herencia del v. 11? La versión Reina-Valera de la Biblia indica que los
creyentes reciben una herencia. Otros versículos enseñan esta verdad (v. 14). Sin
embargo, la voz pasiva del verbo parece comunicar que los creyentes son una herencia o
posesión de Dios. Es decir, que por haberlos comprado con el sacrificio de Cristo, han
llegado a ser la herencia que corresponde a Dios. Como en 1:18, esta verdad enseña que
los creyentes son un valioso tesoro. El Dios de los cielos, a quien no le hace falta nada,
amó a los humanos e hizo lo inconcebible para lograr que muchos de ellos le
pertenecieran. ¡Qué gloriosa verdad, que nosotros tengamos tanto valor para el Creador!
Note los vocablos que otra vez dicen que Dios planeó todo para nuestro bien y para
su propia gloria: predestinados, propósito, designio, voluntad. Todo lo que Dios ha
hecho para la salvación de los creyentes y la formación de la iglesia, ha sido para
manifestar las excelencias de su persona y sus obras: “a fin de que seamos para alabanza
de su gloria”. El milagro del perdón, la sabiduría, el conocimiento y la unidad que Dios

está efectuando en la iglesia, exhibe su gloria y poder.
Pablo está preparando a los lectores para que comprendan y mantengan la unidad de
la iglesia. “Los que primeramente esperábamos en Cristo”, se refiere a él mismo y a
otros creyentes judíos. En el libro de los Hechos, los primeros que creyeron fueron
judíos (Hechos 2; Romanos 1:16). En el v. 13, dirá “en él también vosotros”, haciendo
referencia a los gentiles de Éfeso. Todo el v. 13 habla de ellos. Después, en el v. 14, el
autor incluye a todos, judíos y gentiles, al decir “nuestra herencia”. El apóstol quiere
aclarar que todas las bendiciones mencionadas en los vv. 3–14 pertenecen a los
creyentes gentiles tanto como a los judíos. Ser “herencia de Dios” era la posición de los
judíos en el Antiguo Testamento; eran “la porción” o “herencia” del Señor. Sin embargo,
ahora en la iglesia, los no judíos tienen el mismo privilegio.
BENDICIONES ESPIRITUALES
Redención y perdón v. 7
Unión en Cristo vv. 8–10
Posesión de Dios vv. 11–12
Sellados por el Espíritu vv. 13–14
EN CRISTO SOMOS SELLADOS POR EL ESPÍRITU 1:13–
14
La última de las bendiciones espirituales mencionadas en este párrafo es una obra de
Jesucristo y también del Espíritu Santo. Por estar “en él”, es decir, en Jesucristo, fuimos
“sellados con el Espíritu Santo de la promesa” en el momento de la salvación.
¡PENSEMOS!
Según el v. 13, ¿qué tiene que hacer una persona para recibir
todos las bendiciones descritas en este párrafo? ¿Cuándo es
sellado el creyente? ¿Qué significa que un objeto o
documento lleve un sello? Entonces, ¿en qué sentido es el
Espíritu Santo un “sello” en el creyente? ¿Qué beneficio
práctico puede tener el sello del Espíritu Santo en nuestras
vidas?
Antes de hablar de las implicaciones que tiene ser sellados por el Espíritu Santo, el
autor señala la parte humana de la conversión. El hombre hace dos cosas: oye la palabra
del evangelio y cree en Jesucristo. Su parte es sencilla. Todo lo demás en este gran
párrafo del v. 3 hasta el v. 14 es obra de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El evangelio
es sencillo para el humano, pero costó mucho a Dios.
El que toma esta decisión es sellado por el Espíritu Santo. En los tiempos antiguos,
la figura del sello tenía mucho significado. En Ester 8:8 y Jeremías 32:9–12, un
documento fue sellado para asegurar su autenticidad. En Daniel 6:17 y Mateo 27:66, el
sello significa autoridad. En Cantares 8:6, el sello muestra que los amantes pertenecían
el uno al otro.
Pablo enseña que el Espíritu Santo mora en cada hijo de Dios (Romanos 8:9). El
Espíritu hace muchas obras en el creyente. Entre ellas, la presencia del Espíritu que lo
identifica como una anténtica posesión de Dios. El sello enfoca el futuro del creyente en
las palabras: promesa, arras, herencia, hasta la redención de la posesión adquirida.
Efesios 4:30 afirma: “fuisteis sellados para el día de la redención”.
Arras es una palabra que data de los tiempos de los comerciantes fenicios. Era el
pago parcial del precio de una mercancía o una tierra. En tiempos antiguos, el anticipo
era una proporción grande y muy comprometedora. Si el vendedor fallaba, tenía que
devolver el doble más los intereses. Si el comprador no cumplía el negocio, perdía todo
lo que había pagado. La presencia del Espíritu promete y garantiza que Dios completará
su obra de redención cuando el creyente esté con Cristo, reciba su herencia, tenga
cuerpo glorificado y sea librado totalmente del pecado.
Ahora tiene “las primicias del Espíritu” (Romanos 8:23). La vida espiritual del
creyente es la misma vida eterna que gozará en su existencia glorificada futura. Las
obras que el Espíritu Santo realiza en nosotros hoy son muestra de lo que será nuestra
experiencia en el futuro. ¡Su presencia nos asegura que Dios completará todo su
propósito en nosotros “¡para alabanza de su glora!”
¡PENSEMOS!
¿Cuánto tiempo está comprendido en los vv. 3–14? ¿Qué ha
aprendido acerca del carácter y atributos de Dios en los vv.
3–14? ¿Cuáles son algunas reacciones que el individuo debe
tener al estudiar este pasaje? ¿Sus familiares y amigos ven
en su vida evidencias de que usted es hijo de Dios, que está
creciendo en santidad, y que tiene un discernimiento
espiritual acerca de los planes de Dios? ¿Observan otras
personas que usted tiene la seguridad de que pertenece a
Dios?
3
lluminados y entendidos
Efesios 1:15–23
Efesios es la única carta del apóstol Pablo que contiene dos extensas oraciones, en
este párrafo y en 3:14–21. En su vida terrenal, el creyente no comprenderá totalmente el
significado y aplicación de las verdades de la elección, la redención, el perdón y el
misterio de los propósitos de Dios para el futuro. Sin embargo, es el beneficiario de esas
grandes obras divinas y debe conocerlas lo más posible. No puede decir que ha
aprendido lo que Dios ha hecho por él sino hasta que transforme su manera de pensar y
actuar. Por eso, Pablo pide que los ojos del creyente sean alumbrados.
¡PENSEMOS!
Según el v. 15, ¿por qué da gracias Pablo? ¿Cuál la petición
que hace en los vv. 17–18a? Según los vv. 18–19, ¿qué quería
Pablo que los efesios comprendieran? Si el creyente tiene
una profunda comprensión espiritual de estas verdades,
¿qué impacto debe hacer en su vida cada una de ellas? En su
opinion, ¿de qué hablaba Pablo cuando mencionó
esperanza? ¿cuando mencionó “su herencia en los santos”?
GRATITUD POR LOS EFESIOS 1:15–16A

El himno de alabanza a Dios concluyó en el v. 14, pero Pablo no deja de celebrar las
obras de Dios. Aunque se daba cuenta de las debilidades en la vida de los cristianos
efesios, Pablo expresa su profunda gratitud a Dios por su fe y amor, porque
manifestaban una vida de fe y dependencia del Señor y también de afecto hacia los
miembros del cuerpo de Cristo.
La fe inicia la vida cristiana cuando una persona decide creer el evangelio y confiar
en Jesucristo como su único y suficiente Salvador. Pero también, su vida se caracteriza
per la dependencia de la presencia, sabiduría, poder, dirección y apoyo de Dios. La fe es
la compañera de la obediencia. El creyente que no depende de Dios no puede
obedecerlo (Filipenses 2:13; Hebreos 11:6).
Pablo habla del amor que, en obediencia a Dios, acepta y sirve con cariño a otras
personas aunque no sean atractivas o no nos correspondan en la misma forma. Efesios
4:2–3 enseña que ese amor va acompañado de humildad y paciencia que soporta a los
que nos ofenden y hace un esfuerzo sobrehumano para mantener la unidad y la paz. Los
efesios tenían ese amor en su corazón por medio del Espíritu Santo y lo ejercían los
unos para con los otros. Jesucristo enseñó en Juan 13:34–35 que observar el amor que
hay entre los cristianos hace gran impacto en los que no conocen a Cristo. En cambio, la
falta de amor entre los creyentes es un escándalo y hace que el incrédulo rechace el
mensaje de salvación.
CONOCIMIENTO DE DIOS 1:16B–18A
Después de la acción de gracias, se encuentra la petición de Pablo, que incluye un
ruego fundamental: que Dios diera a los efesios “espíritu de sabiduría y de revelación…
alumbrando los ojos” de su entendimiento. El resto de su oración detalla varios temas
que el cristiano debe conocer con la ayuda de Dios.
Su petición señala verdades muy esenciales para el creyente en Cristo. En primer
lugar, aprendemos que el conocimiento es muy importante. La conversión viene por
aprender y confiar en la información recibida acerca de Jesús (1:13), También, el
caminar con Dios por el resto de la vida requiere que el creyente siga alimentándose con
los conocimientos que sólo vienen del Señor a través de su palabra: “transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2). Dios quiere quitar
los móviles egocéntricos, los deseos carnales y los valores mundanos de nuestro
pensamiento y reemplazarlos con su voluntad. Los 66 libros de la Biblia son útiles.
“para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Debe ser nuestra
tarea de toda la vida entender el mensaje de la Biblia y permitir que nos domine. Para
esto, debemos aprovechar las muchas oportunidades que tenemos de leer, escuchar,
estudiar, ser enseñados, memorizar, meditar profundamente y obedecer la palabra de
Dios.
En segundo lugar, esta petición nos aclara que el cristiano no es capaz de
comprender las verdades espirituales, aplicarlas a la vida y al cuerpo de Cristo, y hacer
que éstas cambien su pensar y su conducta. Más bien, su autor tiene que hacernos
entenderlas y obedecerlas. Cada día debemos abrir nuestro corazón y voluntad y pedir
que él alumbre los ojos de nuestro entendimiento para comprenderlo, cambiar nuestras
actitudes y pensamientos y transformar nuestra vida.
El resto de Ia oración, hasta el final del cap. 1, dice qué verdades quería el apóstol
que comprendieran los efesios. Según el v. 17, el primer tema que necesitaban conocer
es Dios mismo. Entrar en la salvación es conocer a Cristo por primera vez. Crecer en la
vida cristiana requiere que sigamos conociéndolo con más profundidad e intimidad
(Juan 14:21; compárese con Proverbios 2:1–10).
Todo lo que Dios hace y hará por nosotros se fundamenta en su carácter. Desde
Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia enseña cómo es Dios, la forma en que piensa, qué le
agrada, qué ha hecho, qué planes tiene, cuáles son sus atributos, cómo trata con el
mundo, el creyente y su pueblo. La meta de Dios para el cristiano es que sea
conformado a la imagen de su Hijo, que tenga y manifieste el carácter de Dios mismo.
¿Lo conocemos realmente? La evidencia de que le conocemos es nuestra
transformación a la imagen de él y la medida en que llevamos fruto para él.
CONOCIMIENTO DE LA ESPERANZA 1:18B
El segundo tema que Pablo pidió que comprendieran es “la esperanza a que él os ha
llamado”. El creyente necesita ver con los ojos de la fe las bendiciones que le esperan
en el futuro. La visión espiritual del porvenir cambia sus actitudes y valores en el
presente y le da conciencia del amor de Dios para él y los propósitos gloriosos que el
Señor cumplirá en él. Le anima y le da paciencia en medio de las pruebas presentes,
porque sabe que Dios tiene una vida mucho mejor para él en el futuro. Además, le hace
cambiar sus prioridades de las ambiciones materiales y terrenales a las actividades y
valores que permanecerán por la eternidad.
Las promesas seguras de Dios garantizan que estaremos libres de pecado y de los
fracasos que éste trae, y que tendremos un cuerpo transformado y glorificado, sin las
debilidades, limitaciones, enfermedades y mortalidad que experimentamos hoy. Aun el
mundo de maldad, de contaminación, de guerras y de imperfección y tragedias naturales
será transformado cuando Cristo venga a ser Rey de una nueva tierra y un nuevo cielo.
La esperanza nos hace regocijar y ser optimistas (2 Corintios 4:17; Filipenses 3:21; 1
Juan 3:2).
CONOCIMIENTO DE LA HERENCIA 1:18C
Se ha mencionado la herencia que tenemos y que recibiremos. Sin embargo, la frase
del v. 18, “las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”, enfoca otro concepto.
Pablo dice que Dios ha recibido una herencia, que son los santos que él ha comprado
para ser su posesión. Pablo vuelve a hablar de la enseñanza del v. 11 y de la “posesión
adquirida” en el v. 14. En el Antiguo Testamento tambien se afirma: “porque la porción
de Jehová es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó” (Deuteronomio 32:9).
¡Meditemos en esto! Los cristianos son riquezas en la tesorería divia. Dios es el
Creador del mundo y Jesucristo es Sustentador del universo, pero una posesión valiosa
es el pueblo que él ha redimido por la muerte de Jesucristo. Pablo oraba para que sus
lectores reconocieran el valor que tenían delante de Dios, que se regocijaran, que
experimentaran el calor del afecto de Dios y la seguridad de saber que son valiosos para
él.
“ALUMBRANDO LOS OJOS PARA QUE
SEPÁIS…”
1. El carácter y obras de Dios
2. Nuestra esperanza
3. Que somos herencia de Dios
4. El poder de la resurrección
5. El señorío de Cristo sobre todo
6. Que Cristo es la Cabeza de la iglesia
7. Que la iglesia complementa a Cristo
CONOCIMIENTO DEL PODER DE DIOS 1:19–23
Lo último que Pablo pidió es que los efesios comprendieran el poder divino. El
apóstol describe la magnitud de ese poder, especialmente el que se manifestó a través de
Jesucristo. Pablo quiere que comprendamos el poder que, por el Espíritu Santo, mora en
el creyente para ser transformado y obedecer al Altísimo.
¡PENSEMOS!
¿Qué evento dio evidencia del poder de Dios? Según Pablo,
¿qué relación tiene el poder de Dios con el creyente? Al
emplear la figura del cuerpo y la cabeza, ¿qué verdades
señala Pablo en cuanto a Cristo y la iglesia?
El poder de Dios resucitó a Jesucristo 1:20a

El poder de Dios resucitó de la muerte al que llevó la culpabilidad de toda la
humanidad. Habiendo estado bajo la maldición más grande y el castigo más severo,
Jesucristo fue resucitado victorioso sobre el pecado y Satanás.
Su resurrección fue necesaria para salvarnos. Pablo escribió en 1 Corintios 15 que si
Cristo no hubiera resucitado, estaríamos todavía en nuestros pecados. Su resurrección
nos santifica, porque tenemos dentro de nosotros la capacidad de vivir para la justicia
(Romanos 6:3–4; Colosenses 3:1–3). La resurrección de Jesús obró también nuestra
futura resurrección y transformación a la imagen de Jesucristo (Romanos 8:11).
El poder de Dios le exaltó y sometió a él todas las cosas 1:20b–22a
Después de la resurrección, el poder de Dios le exaltó al ponerlo a su diestra. La
diestra del Padre es una posición de autoridad y señorío sobre las potencias terrenales y
espirituales, sean pasadas o futuras, reyes o ejércitos humanos, potencias angélicas o
satánicas.
El Señor vivió como un ser humano, pero divino y perfecto, y Señor del universo.
La muerte y la resurrección de Cristo vencieron el reino de las tinieblas y el complot de
Satanás para usurpar el dominio de Dios. Jesucristo es el soberano absoluto de todo 1r
que existe.
El poder de Dios le hizo cabeza de la iglesia 1:22b–;23
En estos últimios vv., el autor de Efesios introduce el tema más prominente de la
epístola y lo relaciona con la soberanía de Cristo. Per su resurección y exaltación a la
diestra del Padre, Jesús también llegó a ser la cabeza de su cuerpo, que es la iglesia.
Dentro de su dominio está la iglesia, y él es su Señor.
La figura del cuerpo enseña que la iglesia es un organismo que tiene la vida de Dios.
Está compuesta de muchos miembros que son interdependientes. Además, tiene una
cabeza, sin la cual no podría funcionar. La cabeza del cuerpo humano inspira, gobierna,
guía, une, coordina, sostiene y protege. Jesucristo hace todo esto per la iglesia.
La última frase del capítulo expresa una sorprendente maravilla: el cuerpo es “la
plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. En otras palabras, la iglesia llena
(completa y complementa) a Jesucristo, quien a su vez es el que llena todo el universo
en todas las maneras posibles. ¡Es increíble el honor y significado que Pablo asigna a la
iglesia! El pueblo de Dios completa al Señor de la iglesia. No sólo es imposible que el
cuerpo exista sin la cabeza, sino que es necesario para los propósitos de Dios, que la
cabeza tenga cuerpo. La iglesia completa y complementa a Cristo, para que juntos
cumplan la voluntad divina.
Entonces, el creyente ha de 1) conocer más a Dios; 2) tener el optimismo que trae la
esperanza; 3) saber que Dios nos ha heredado como su posesión; 4) conocer y
apropiarse de la fuerza transformadora que resucitó y exaltó a Cristo; 5) confiar en Jesús
que tiene bajo su control las potencias del universo; 6) obedecer la autoridad de la
cabeza de la iglesia y 7) apreciar que estamos unidos a Cristo, somos su complemento,
para que él lleve a cabo sus propósitos.
Si comprendemos la posición de honor y seguridad que Dios ha dado a los

redimidos, anhelaremos despojarnos de la corrupción del viejo hombre, ser renovados
en nuestro interior y vestirnos de la santidad y amor del nuevo hombre (4:22–24).
¡PENSEMOS!
Piense en las personas por las que usted siente más
responsabilidad. ¿Qué debe pedir a Dios por ellos? Si el
apóstol Pablo le escribiera una carta, ¿por qué motivos daría
gracias por usted? ¿por su iglesia? ¿Cuál sería su perición
por usted? ¿por su iglesia? ¿Qué aspectos de la petición de
Pablo en los vv. 17–19 le urge pedir para su vida? En su
opinion, ¿cuáles son algunas maneras prácticas de adquirir
el conocimiento de Dios y sus obras? Dé un ejemplo de la
manera en que el poder de Dios está operando en su vida.
¿En qué aspecto le ayuda saber que Jesucristo tiene
autoridad sobre todas las cosas? Cuando su iglesia
experimenta tensión entre sus miembros, ¿cómo les
ayudarían algunas de las verdades de este párrafo?
4
Vivos por la gracia
Efesios 2:1–10
Ahora el apóstol lleva al lector desde la gloriosa diestra de Dios (1:20–23) hasta la
profunda oscuridad del reino del “príncipe de la potestad del aire”, Satanás mismo (2:2).
En el primer capítulo, Pablo habló de las increíbles alturas de bendición, esperanza y
poder divino. Supimos que el creyente está del lado ganador en la batalla entre la luz y
las tinieblas. Ahora, nos hará recordar el abismo del cual nos sacó. Después, con igual
rapidez, nos subirá de nuevo hasta sentarnos también con Cristo en los cielos. Nos lleva
en estos “viajes” para decirnos que “la salvación es de Jehová”. Dios está formando la
nueva comunidad por un milagro de gracia.
¡PENSEMOS!
Basado en los vv. 1–3, diga cuáles son las influencias
negativas en la persona que no tiene una relación personal
con Jesucristo. ¿Sus metas y deseos? ¿Las consecuencias de
sus decisiones? ¿Su conducta? ¿Cómo explica que sea
posible estar “muerto” cuando uno está vivo?
Al leer los vv. 4–7, ¿qué pensamientos encuentra que son
paralelos a 1:20? Según estos vv., ¿qué motivó a Dios a
salvar al creyente de la culpa de su pecado? ¿Cuáles son las
distintas cosas que Dios ha hecho a nuestro favor? Según el
v. 7, ¿cuál fue el propósito de Dios al salvarnos? ¿Cómo le
hace sentir esto? ¿Por qué era importante que los efesios
recordaran las verdades de los vv. 1–7?
DESDE LA MUERTE Y LA IRA 2:1–3

Decir que una persona está muerta cyando obviamente está viva, es chocante y hasta
ofensivo. Sin embargo, Pablo dice que el que no tiene una relación personal con Dios
está muerto; no posee la vida que realmente cuenta, la espiritual. Así como la muerte
física es la separación del alma y el cuerpo, la muerte espiritual es la separación de la
persona y Dios, el autor de toda vida. Estas son palabras duras. Sin embargo, en esta
forma el apóstol enseña, 1) que no podíamos entender nuestro problema, 2) que éramos
incapaces de ayudarnos a nosotros mismos, 3) que la salvación no es un cambio
superficial, sino un milagro divino de resurrección espiritual (v. 5) y 4) que sólo la obra
del Espíritu Santo puede penetrar en el pensamiento y corazón de la persona para que
reconozca su pecado y reciba a Cristo como su Salvador (compárese con 2 Corintios
4:4).
Los vv. 2–3 describen otras características de las personas que están alejadas de
Dios y de la vida.
Siguieron la corriente de este mundo v. 2a
La persona alejada de Dios anda on sus delitos y pecados porque está siguiendo “la
corriente de este mundo”. Pablo no se refiere al mundo material, sino al sistema
mundano de ambición personal, la búsqueda de poder, la sensualidad desenfrenada, la
soberbia, el materialismo y otros valores puramente terrenales.
Siguieron a Satanás v. 2b
“El príncipe de la potestad del aire” es Satanás (comp. Mateo 9:34; Juan 12:31). Él
gobierna el reino de las tinieblas. Sus huestes ocupan lugares invisibles. Es el padre de
la mentira que engaña a los humanos para que piensen que hacen el bien cuando en
realidad hacen el mal, que tienen vida cuando están muertos, que están felices cuando
están desesperados, que están seguros cuando están en peligro de perder su alma
eternamente (2 Corintios 11:13–15).
Siguieron los deseos de la naturaleza pecaminosa v. 3
La tercera fuerza que influye en el pensamiento y conducta son “los deseos de
nuestra carne”. Para el apóstol Pablo, el concepto de la carne no se limita a los apetitos
del cuerpo. Incluye todo el mal de la naturaleza de pecado que está dentro del hombre,
todas las formas de desobediencia a Dios que brotan de su egocentrismo, orgullo,
amargura, enojo, resentimiento, avaricia, celos, injusticia, necedades y otros malos
pensamientos. El hombre no puede echar la culpa de su desobediencia sólo a las
influencias externas del mundo y Satanás.
Entonces, el hombre tiene tres enemigos que lo dominan hasta que recibe la
presencia de Dios para combatir los. Los enemigos son el mundo que lo rodea, su propia
naturaleza y las mentiras de Satanás, quien influye en sus pensamientos. El cristiano
también tiene los mismos enemigos, pero ya han sido derrotados por la victoria de
Jesucristo en la cruz. Cuando el creyente permite que el Espíritu Santo, que mora en él,
domine su vida, entonces se neutralizan esas fuerzas para que obedezca la voluntad de
Dios.
Estos vv. resumen la condición del hombre que no tiene a Cristo. Debemos observar
que la Biblia no enseña que todo hombre ha cometido todo lo malo que puede hacer,
sino que todo su ser está influenciado por el pecado: su alma, espíritu, cuerpo,
pensamientos, sentimientos, voluntad, ambiciones, propósitos y relaciones. Tampoco
enseña la Biblia que un hombre no puede hacer cosas buenas, ni le resta valor, porque
fue creado a la imagen de Dios. Todos los hombres son pecadores: “por cuanto todos
pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.
HASTA LA VIDA Y EL CIELO 2:4–7
La descripción de la humanidad en los vv. 1–3 es triste y desalentadora. Sin

embargo, con las palabras “pero Dios” todo cambia. Lo que el hombre muerto y
pecaminoso no puede hacer por sí mismo, Dios lo ha hecho. La misericordia y el amor
de Dios le motivaron a rescatar al impotente ser humano.
En estos vv. se encuentra un claro paralelismo con 1:20. Dios resucitó de los
muertos a Jesucristo y lo sentó en los lugares celestiales. Ahora en 2:5–6, Pablo afirma
que Dios da vida al creyente, le resucita y le sienta en los lugares celestiales junto con
Cristo. El estado de muerte requería una resurrección. Pablo dice que el creyente es una
“nueva criatura” (2 Corintios 5:17). Cristo describe el cambio como nacer de nuevo
(Juan 3:3) y promete que el creyente “tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas
ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
PERO DIOS…
Nos dio vida con Cristo v. 5
Nos resucitó con él v. 6
Nos hizo sentar en los lugares celestiales v. 6
Sorprendente es nuestra exaltación con Cristo. Estando todavía sobre la faz de la
tierra, Dios ya nos ha trasladado al cielo espiritualmente. Según el v. 7, el deseo y
propósito divino es seguir mostrándonos las “abundantes riquezas de su gracia” por
todos los siglos venideros. ¡Qué gran amor! ¡Qué gracia tan inefable! El que estaba
muerto, ahora está vivo eternamente y es objeto de la gracia y bondad de Dios.
ÚNICAMENTE POR GRACIA 2:8–10
Es paradójico que la mejor noticia para la humanidad sea tan difícil de aceptar. El
orgullo, la soberbia y la independencia de la naturaleza pecaminosa del hombre le dicen
que puede hacer algo para salvarse. Es humillante admitir que uno es incapaz de
contribuir en alguna forma para obtener los beneficios que recibe. Sin embargo, al
hablar de cómo recibir la salvación eterna, ¡con qué energía el apóstol Pablo rechaza los
esfuerzos humanos! Este mensaje es la mejor noticia que la persona pueda escuchar. Si
la salvación dependiera de ella misma, no tendría esperanza.
¡PENSEMOS!
Con respecto a lo que Dios ha hecho por los humanos, ¿cuál
debe ser la respuesta correcta del hombre? ¿Cómo explica
usted el significado de “fe”? ¿De la palabra “gracia”?
¿Cuáles actividades deben incluirse en “buenas obras”?
¿Cuál es el papel de las buenas obras? Según el v. 9, ¿por
qué es importante que la salvación no sea por obras? ¿Por
qué era importante que los efesios recordaran las verdades
de los vv. 8–10? Según el v. 10, ¿cuál es la naturaleza y
propósito del creyente en Cristo?
Por gracia v. 8
Gracia es una palabra clave en este párrafo. Pablo la usó en los v. 5 y 7. La repite
aqui porque es el momento adecuado para explicarla. No sólo la conversión es por
gracia. Toda bendición de Dios, ahora y por la eternidad, es sólo por la gracia divina.
Cada cambio en nosotros, desde el momento de recibir a Cristo y aquellos que nos
conforman más y más a la imagen de él, todo es una manifestación de la gracia de Dios.
La gracia de Dios es el favor inmerecido del Señor. Es la libre manifestación de su
amor a los que no lo merecen. No sólo no lo merecemos, sino que de acuerdo a la
justicia de Dios, debíamos recibir el castigo eterno por nuestra rebeldía contra él. La
redención de cada persona, sin importar cuán recta y atractiva sea según los hombres, es
un milagro de la gracia divina. Blas Pascal, filósofo francés del s. XVII dijo: “La gracia
es requerida para transformar al hombre en santo; y aquél que duda de esto, no sabe ni
lo que es un hombre ni lo que es un santo”.
Por medio de la fe v. 8
La segunda palabra clave es fe. No es únicamente una fe intelectual que acepta la
veracidad de una enseñanze. Santiago nos recuerda que los demonios creen en la
existencia y el poder de Cristo. La fe no es creer en Jesucristo y también confiar en uno
mismo y en lo que uno hace.
La fe verdadera incluye los conceptos de creer y confiar. Jean Francois Gravalet
caminó en un alambre de 300 mts. de largo tendido a 50 mts. por encima de las cataratas
de Niágara cargando a un hombre sobre sus hombros. Cuando hubo llegado sin novedad
al otro lado, preguntó a otro hombre de la multitud que presenció el acto”: “¿Cree que
puedo llevarlo a usted?” El señor respondió: “¡Cómo no! Acabo de ver que puede
hacerlo!” “Entonces, suba, dijo Gravalet”. Pero el hombre gritó: “¡Ni pensarlo!” No
existe fe verdadera cuando uno no confía.
Pero cuando uno cree que Jesús murió por sus pecados y resucitó de los muertos y
confía totalmente en la salvación por él, esa persona está confiando a Cristo su vida y
destino eterno. Cristo es el único Salvador; no hay otro. Él es el Salvador suficiente; no
hay que confiar en otra cosa además de él. No hay que confiar en la iglesia, el
predicador, las ordenanzas o sacramentos, en las buenas costumbres, el servicio que uno
hace a Dios, en los actos de caridad o en los esfuerzos por vivir como cristiano. Un
maestro explicó la fe en estos términos: “Desechando todo lo demás, yo confio en
Jesucristo”. Compare el testimonio personal de Pablo en Filipenses 3:8–9.
Cuando el autor dice en el v. 8: “y esto no de vosotros, pues es don de Dios”, no se
refiere sólo a la fe como un don de Dios. Aquí Pablo quiere decir que todo lo que es la
salvación por gracia y por fe es un don de Dios (Romanos 3:24).
No por obras. v. 9
Obras en este v., no se limitan a los actos de caridad que hagamos a favor de otras
personas. Pablo habla de cualquier esfuerzo humane o actividad buena que hagamos,
como tratar de mejorar nuestro carácter y comportamiento, ser excelentes trabajadores o
profesionistas, obedecer y apoyar a las autoridades, cumplir con los ritos religiosos, ser
buenos esposos, esposas, padres e hijos y cualquier otra cosa que nuestras creencias,
educación o conciencia nos impulsen a hacer.
Pablo afirma que esas obras no contribuyen a nuestra salvación. La Biblia enseña
que nuestro pecado es tan profundo, nuestra culpabilidad delante de Dios tan infinita y
hasta los móviles para hacer el bien tan egocéntricos, que el juicio de Dios cae sobre
nosotros de todos modos. Dios no exige que tengamos más buenas obras que malas para
salvarnos. Él sólo acepta la perfección, la perfecta rectitud de su Hijo. Él recibe a los
hombres que han sido “hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21). Los esfuerzos
por ser buenos son como bañarnos, vestirnos bien y peinarnos cuidadosamente, cuando
nuestro barco se está hundiendo (Romanos 4:5; Tito 3:5; Isaías 64:6).
Creados para buenas obras v. 10
El v. 10 está íntimamente relacionado con el 9 para seguir la enseñanza sobre las
obras. Hechura significa la obra maestra de un artista. Si alguien pudiera salvarse por
sus propias obras, sería producto de él mismo, pero el cristiano es la obra maestra de
Dios, la nueva criatura que Pablo describe en los versículos 5–6.
Ahora aprendemos el lugar correcto de las buenas obras. Dios ha creado nuevas
personas para que le obedezcan y realicen las obras que él ha planeado que hagan.
¿Comprendemos la diferencia? La salvación no se recibe por las obras, ni tampoco por

la fe más las obras. Se recibe únicamente por la fe; la salvación es obra de Dios. Por lo
tanto, la verdadera conversión produce obediencia. Ésta es el fruto inevitable de la vida
de una nueva criatura. Santiago 2:26 lo enseña también: “la fe sin obras está muerta”
(comp. 1 Juan 3:9).
NO: Fe + Obras → Salvación
SÍ: Fe → Salvación → Obras
¡PENSEMOS!
¿Quiénes son las personas que necesitan que usted les
muestre misericordia, amor y gracia? ¿Cómo lo hará usted?
¿Por qué es dificil que las personas reciban la salvación por
la gracia y por la fe? ¿Cuáles son algunas de las buenas
obras que Dios le ha preparado para hacer? En este pasaje,
¿qué aprendió para ayudarle a explicar mejor el evengelio?
Cuando exponemos el evangelio, ¿por qué es tan importante
que otras personas entiendan el lugar que ocupan las buenas
obras?
5
Unidos en un cuerpo
Efesios 2:11–22
Este pasaje tiene importancia especial para el mensaje y propósito de la carta. Pablo
ha enseñado que las maravillosas bendiciones de Efesios 1 y 2 son tanto para gentiles,
como para judíos (observe los pronombres 1:12–14, “nosotros”, “vosotros”, “nuestra”;
2:1–3, “vosotros”, “todos nosotros”). Ahora, Pablo contestará la pregunta, ¿por qué son
iguales los gentiles creyentes y los judíos creyentes en la iglesia? Los gentiles debían
saber la respuesta para no sentirse inferiores y los judíos necesitaban entenderlo para no
exigir que los no judíos guardaran los requisitos de la ley de Moisés. Todos necesitaban
esta enseñanza para que aprendieran a convivir en amor y armonía. Las exhortaciones
de los caps. 4–6 sobre el deber de guardar la unidad se basan en la enseñanza de este
párrafo.
¡PENSEMOS!
¿A quiénes se dirige Pablo en este pasaje? ¿Qué es un
“gentil”? ¿De qué y de quiénes estaban excluidos? Lea hasta
el final del capítulo para apuntar en dos columnas 1) lo que
los gentiles eran antes y 2) lo que son los que creen en Cristo.
¿Cuál fue el evento que cambió la posición de los gentiles?
¿Cómo se relaciona la enseñanza de este párrafo con la de
2:1–10? En estos dias, ¿cuáles son las diferencias que a
menudo distancian a los miembros de una congregación?
ANTES ALEJADOS, AHORA CERCANOS 2:11–13

E1 problema era grande. Debemos entender la separación que existía entre judíos y
gentiles para apreciar la enseñanza de este pasaje y apicharo a nosotros. El v. 11 no
expresa una realidad sólo teológica, sino también social. La incircuncisión era un
término, de sumo desprecio y odio. Pablo reprocha al judío, señalando que la

circuncisión es una distinción sólo del cuerpo, no del corazón Por otro lado, el gentil
consideraba al judío enemigo de la raza humana. Los griegos y romanos, convencidos
de su superioridad, hacían la guerra contra todos los demás pueblos. El nacionalismo y
el racismo no son males del mundo moderno solamente.
Los apóstoles y otros judíos tuvieron que aprender a predicar el mismo mensaje
tanto a gentiles como a judíos e invitarles a ser salvos sin que tuvieran que cumplir con
las costumbres que gnardaban los hebreos. Para éstos, era increíble que alguien pudiera
ser aceptado por Dios sin guardar los requisitos de la ley antigua y las interpretaciones
de los rabinos. Por eso preguntaron a Pedro con incredulidad: “¿por qué has entrado en
casa de hombres incircuncisos, y has comido con ellos?” (Hechos 11:1–3). La vida, la
casa, la comida y toda la existencia del gentil era sucia e inmunda para el hebreo.
El choque cultural y religioso se hizo más agudo cuando los cristianos judíos y
gentiles tuvieron que convivir socialmente en la congregación cristiana. El problema
llegó a hacer crisis en Antioquía, donde los cristianos habían logrado vencer las
barreras. Pero llegó una comisióan de creyentes judíos de Jerusalén que no entendían la
nueva libertad de los cristianos. Los judíos creyentes se separaron de nuevo de los
gentiles creyentes para complacer a los legalistas. Sus acciones amenazaban Ia pureza
del evangelio de la gracia y la unidad de la iglesia estaba en peligro.
Pablo enfrentó a Pedro, Bernabé y otros en Antioquía por comprometer la doctrina
de la gracia y la fe. Fue un momento crítico para el futuro de la doctrina y la unidad
(Gálatas 2:11–16). Aún después, el prejuicio y la tradición de los judíos siguió siendo
tan persistente que Pablo tuvo que corregir ese error en muchas de sus cartas.
El distanciamiento entre el judío y el gentil iba más allá que sólo en lo cultural y
social. Tenía sus raíces en el judaísmo. El v. 12 señala las verdaderas ventajas de los
judíos por ser la nación que Dios había escogido para cumplir sus propósitos en el
mundo (compárese con Romanos 9:4–5). El gentil no tenía Mesías (Cristo) y no había
recibido las promesas del pacto que recibieron Abraham y sus descendientes. Tampoco
tenían la esperanza del Mesías, ni del reino, in del perdón, promesas que las
revelaciones divinas comunicaron a los judíos. Los autores gentiles testificaban de la
desesperación de los gentiles, cuyas religiones, filosofías y creencias de misterio habían
fallado. Su “edad dorada” ya había pasado. El primer siglo fue una época de muchos
suicidios. Para los gentiles, la historia no marchaba hacia ningún destino, En cambio, el
judío tenía sus Escrituras y la promesa de ver un mejor día.
Sin embargo, después de la cruz, el gentil tuvo oportunidad de acudir a Jesucristo
por fe y hacerse miembro del cuerpo de Cristo junto a los judíos que también por la fe
en Jesús llegaron a ser salvos. “Pero ahora en Cristo jesús… habéis sido hechos
cercanos por la sangre de Cristo”.
El cuadro de separación y desesperación del gentil antes de la muerte de Cristo
ejemplifica la necesidad de toda persona que no lo conoce a él. Aunque no lo reconozca,
está sin Cristo, alejado de la comunidad que le puede apoyar y edificar, ajeno a las
promesas de Dios, sin seguridad y sin esperanza.
RECONCILIADOS POR CRISTO 2:14–18
No podemos imaginar lo revolucionario que era lo que Pablo afirma en el v. 13. La
referencia que hace en este versículo a “la sangre de Cristo”, lleva al autor a explicar lo
que el Señor logró con su muerte.
¡PENSEMOS!
Busque las veces que las palabras paz y uno se encuentran en
estos versiculos. ¿Cuáles son las frases en los vv. 13–16 que
afirman que fue la muerte de Cristo la que logró la paz?
Según los vv.14–18, ¿qué hizo Cristo, especialmente en su
muerte? En el v. 14, Pablo habla de “la pared intermedis de
separación”.En v.15, ¿cómo explica ese concepto? Según los
vv. 15–16, ¿cuáles fueron los propósitos de Cristo cuando
hizo la paz? En loa vv. 15–16, ¿cómo llamó Pablo a la nueva
comunidad que hizo Cristo?
Los vv. 14, 15 y 17 afirman quo él es nuestra paz, el que hizo la paz y el que vino y
anunció las buenas nuevas de paz. Jesucristo es el más grande pacificador y lo hizo por
medio de su sacrificio en la cruz. El que pacifica, muchas veces tiene que hacer grandes
sacrificios. Además, “de ambos pueblos (judío y gentil) hizo uno”.
Desde el inicio de la historia, el pecado fragmentó la sociedad, comenzando con las
mutuas acusaciones que se lanzaron Adán y Eva y la muerte de Abel por mano de Caín.
Desde entonces, la humanidad no ha dejado el camino del odio, la lucha y la guerra
(Romanos 3:14–17). Los profetas prometieron que en el reino del Príncipe de Paz habrá
paz universal en el mundo. Ese día aún no ha llegado, pero por medio de la muerte del
Mesías, Dios ha creado en el mundo una comunidad de paz (Gálatas 3:28; Colosenses
3:11). Esto es un milagro, porque los grandes reyes, imperios, diplomáticos y religiosos
no han logrado pacificar al mundo.
El cuerpo de Cristo es único; es una muestra actual del día triunfante en que Dios
reunirá en Cristo todas las cosas (1:10). Ahora é1 desea que en esta comunidad se
manifieste el milagro de amor y paz entre las personas que han peleado por siglos y
siglos: judíos y gentiles, ricos y pobres, jóvenes y ancianos, habitantes del sur y del
norte, del oriente y del occidente, instruidos y sin educación, hombres y mujeres.
Cristo abolió la ley 2:14–15
En los tiempos de Cristo y de Pablo, una pared literal de los patios del templo de
Jerusalén separaba a los gentiles de los judíos. Una inscripción en hebreo y griego
prohibía que los gentiles pasaran esa barrera. Esa pared fue derribada durante la
destrucción del templo en el año 70 d.C. Sin embargo, Pablo, hablando figuradamente,
anuncia que la pared cayó cuando Cristo murió. El v. 15 explica que la pared simboliza
a la ley mosaica, cuyas demandas separaban a los hebreos de todos los demás pueblos.
Las normas de moralidad y justicia fueron reafirmadas por los apóstoles y los
cristianos siguen guardándolas.
Sin embargo, el templo, el sacerdocio, los sacrificios, los ritos, las fiestas y la dieta
no rigen ahora la vida del pueblo de Dios. Entonces, judíos y gentiles cristianos deben
manifestar una vida de santidad, espiritualidad y unidad, aparte de la ley antigua.
Notemos que Dios creó una nueva humanidad. Los gentiles no llegaron a ser judíos,
pero tampoco los judíos llegaron a ser gentiles. Cristo creó “en sí mismo, de los dos un
solo y nuevo hombre”. Clemente de Alejandría escribió hace muchos siglos: “Nosotros,
los que adoramos a Dios de una manera nueva, como la tercera raza, somos los
cristianos”. En este pasaje, el “nuevo hombre” no es el individuo, sino el conjunto de
redimidos, el cuerpo de Cristo.
Cristo reconcilió a los hombres 2:16
A la misma vez, Jesucristo en su muerte formalente reconcilió a los redimidos,
primero, “con Dios” y segundo, “a ambos en un solo cuerpo” (Romanos 5:1). En
Efesios, es más prominente la reconciliación de hombre con hombre. En la práctica, no
todos los que han nacido de nuevo viven ea armonía, amistad y paz. La nacionalidad, las
razas, las diferencias socio-económicas y relaciones interpersonales los dividen. Las

costumbres cristianas y las normas de conducta los separan.
Para entender la enseñanza de Pablo, el lector tiene que distinguir entre las grandes
y eternas consecuencias de la obra de Cristo en la cruz, por un lado, y por otro, la
manifestación de esa armonía en la vida de la iglesia. Primero, hemos de entender la paz
que Cristo hizo cuando formó la iglesia que es su cuerpo. Después, tenemos que
comportarnos de manera que la armonía y la unidad se manifiesten en el mundo.
Efesios 4–6 enseña las actitudes y conducta necesarias. Sólo en la iglesia de
Jesucristo los humanos pueden ver y experimentar la verdadera reconciliación y
armonía. Debemos entender que aun cuando los cristianos son miembros de diferentes
denominaciones o congregaciones, pueden y deben mostrar el amor, la comprensión y la
comunión cristiana.
Se debe recordar también que el Nuevo Testamento señala situaciones especiales en
que los creyentes no pueden estar en comunión con una persona que desobedece a Dios
y no se ha arrepentido, o cuando insiste en aferrarse a una doctrina contraria a la palabra
de Dios, o cuando causa divisiones en la iglesia (1 Corintios 5:5, 11; 1 Timoteo 1:19–
20; 2 Timoteo 2:16–18; Tito 3:9–11).
JESUCRISTO…
Acercó a los gentiles v. 13
Abolió la ley v. 15
Creá un nuevo hombre v. 15
Reconcilió ambos pueblos v. 16
en un cuerpo v. 17
Anunció la paz
Cristo anunció la paz 2:17–18
La venida de Jesús tuvo como propósito anunciar la paz que sólo su muerte y la obra
del Espíritu Santo en los creyentes pueden efectuar. Isaías 52:7 profetizó este anuncio de
paz y los pasajes de Juan 10:16 y 17:11 son ejemplo de su enseñanza acerca de la paz.
El v. 17 recuerda al lector que todos necesitaban escuchar este anuncio. Por supuesto,
los judíos lo necesitaban para que evangelizaran también a los gentiles. Tenían que
conocer este anuncio para que no exigieran a los gentiles que guardaran la ley. Pero
también hacía falta este anuncio a los gentiles (v. 11). Ellos habían odiado a los judíos y
necesitaban vencer sus prejuicios. También debían sentirse igualmente bendecidos y
privilegiados en la iglesia. Todos tienen amplia “entrada por un mismo Espíritu al
Padre”.
LA NUEVA COMUNIDAD 2:19–22
Efesios enseña el privilegio de estar en el cnerpo de Cristo, pero especialmente el de
los gentiles que antes estaban alejados de las bendiciones de Dios. En los vv. 15 y 16,
Pablo ya usó dos figuras para describir a la iglesia:”nuevo hombre” y “un solo cuerpo”.
Ahora usa tres ilustraciones más, que son figuras pintorescas y llenas de significado
para comunicar la naturaleza de la iglesia.
¡PENSEMOS!
En los vv. 19–22, ¿Cuáles son los simbolos que representan a
la iglesia? ¿Qué podemos aprender de cada una de esas
figuras? ¿Cómo es que son un fundamento los apóstoles y
profetas? En su opinión, ¿por qué es Jesucristo “la principal
piedra del angulo”? ¿Cuáles son otras características del
edificio? Según el v. 22, ¿ cuál es la functión de un templo?

Contraste la “morada de Dios” en el Nuevo Testamento con
la del Antiguo Testamento. En 1 Pedro 2:4–5, ¿qué más se
aprende de la figura del edificio?
La nueva ciudadanía 2:19a

“¡No sois extranjeros… sino conciudadanos!” Los gentiles estaban alejados de la
ciudadanía de Israel, pero ahora pertenecen a una nueva nación. En el primer siglo, la
ciudadanía era aún más valorada que en la actualidad porque definía las amistades,
derechos, protección, e identidad de la persona. Sin embargo, la ciudadanía nueva
provee más significado y seguridad que cualquie relación anterior. Los cristianos están
más cercanos que los vecinos. En la nueva nación se aman, se entienden, se apoyan y su
relacióa es para siempre (Filipenses 3:20–21).
La nueva familia 2:19b
En el Nuevo Testamento, esta es la figura más común de la iglesia. Pablo instruyó a
Timoteo para que tratara a los cristianos como “padre”, “madre”, “hermaaios” y
“hermanas”. Estos son términos de cariño, compromiso y relación permanente Entre
familiares se conocen las debilidades y las virtudes de los demás. Se sacrifican los unos
por los otros. En el cuerpo de Cristo tamibién encontramos conocimiento, confianza,
cariño, compromiso y sacrificio. Somos de la familia, “la familia de Dios”.
FIGURAS DE LA IGLESIA
Nuevo hombre v. 15
Un solo cuerpo v. 16
Conciudadanos v. 19
Familia de Dios v. 19
Templo santo v. 21
La nueva morada de Dios 2:20–22
El autor visualiza una estructura grande y bella que tiene materiales muy especiales.
El fundamento son los apóstoles y profetas. La “piedra principal del ángulo” es
Jesucristo. El edificio está “bien coordinado”, o sea su diseño es perfecto, íntegro, está
bien unido. El edificio “va creciendo” (comp. 1 Pedro 2:4–5). Las piedras que lo forman
son los creyentes, tanto gentiles (”vosotros también so is juntamente edificados”) como
judíos. El habitante de ese edificio es “Dios en el Espíritu”. Por eso, no es cualquier
edificio, “es un templo santo”
Ser parte del templo de Dios donde mora el Espíritu Santo es el privilegio más
grande del gentil. Aunque creyera en el Dios de los judíos y adorara a Jehová en verdad,
al gentil de antaño no se le permitía estar cerca de la presencia del Señor en el templo
judío. Ahora, todos los creyentes gentiles forman parte del templo donde reside la
presencia de Dios. La morada divina en el mundo está dentro de la iglesia y de cada
creyente.
Por medio de los “apóstoles y profetas”, Dios comunicó las verdades que ahora
tenemos en el Nuevo Testamento. Por el orden de estos nombres se sabe que los
profetas no son los del Antiguo Testamento, sino los de la época apostólica. Además del
Antiguo Testamento, el Nuevo sigue siendo la norma de doctrina, de vida y servicio de
la iglesia.
La piedra del ángulo es la primera que los constructores colocaban en una esquina
para iniciar y orientar los cimientos de un edificio. Jesucristo es esa primera piedra que
orienta a todo lo demás para que la iglesia glorifique a Dios.
Entonces, el maravilloso mensaje de este párrafo es que Cristo, cuando murió,

reconcilió a los gentiles con los judíos. Él hizo posible que cualquier persona pudiera
unirse con otra en el cuerpo de Cristo, no importando la enemistad, las diferencias o las
costumbres que antes tenían.
¡PENSEMOS!
En Efesios, Pablo desafía las actitudes equivocadas tanto de
gentiles como de judíos. ¿Qué debía saber cada grupo? ¿Qué
características o costumbres de los creyentes pueden
levantar barreras entre los cristianos de hoy día? ¿Cuáles
son algunas “leyes” innecesarias que interponen barreras
entre los creyentes? Basado en cada figura de la iglesia de los
vv. 15, 16, 19 y 21–22, ¿qué aprendemos acerca de cómo
comportarnos en nuestra relación con otros cristianos? ¿Qué
aprendemos sobre cómo deben funcionar juntos los
miembros del cuerpo? En su congregación, ¿hay personas a
las que no les está permitido disfrutar plenamente de los
privilegios de ser parte del cuerpo de Cristo? ¿Por qué?
¿Por qué es importante que cada creyente experimente la
unidad y armonía con los demás?
¿Cuáles son algunas actitudes de los cristianos que pueden
ser obstáculo para que otros acepten el evangelio? ¿Cuál es
el mensaje misionero de este pasaje? Según el Nuevo
Testamento, ¿en qué circunstancias está justificada o es
necesaria la separación entre los creyentes? ¿Qué debemos
aprender acerca del papel de ser pacificador? Basado en el
pasaje, decida cuál será su nueva actitud o comportamiento.
6
Arraigados en amor
Efesios 3:1–21
El cap. 3 tiene dos párrafos. En los vv. 1–13, el apóstol explica el papel especial que
Dios le dio para que los cristianos llegaran a entender la doctrina acerca de la iglesia, la
enseñanza que se vio en 2:11–22. En los vv. 14–21, se encuentra la segunda oración de
esta carta con peticiones muy importantes para el mensaje de Efesios.
PABLO, PORTADOR DEL MISTERIO 3:1–13
En el v. 1, el apóstol dijo que era “prisionero… por vosotros los gentiles”. En los vv.
2–13, Pablo explicará por qué el ministerio a los gentiles era la causa de su prisión.
También, explicará por qué los gentiles no debían afligirse por ello. En vez de sentirse
culpables, debían saber que sus tribulaciones por ellos le habían traído mucha bendición
y que no debían desmayar. Es decir, las aflicciones de Pablo, incluso su
encarcelamiento, valían la pena. No se lamenta ni se arrepiente de haberse dedicado al
ministerio a favor de los gentiles. Más bien, se sentía privilegiado. ¿Cuáles fueron esos
privilegios tan grandes que valía la pena aun ir a prisión?
¡PENSEMOS!
¿Por qué dijo Pablo que era “prisionero de Cristo”? ¿Cuál

es la actitud de Pablo con respecto a su servicio a Dios?
Según el v. 3, ¿cómo supo el apóstol que los gentiles y judíos
serían unidos? Según el v. 5, ¿cuál es el sentido de la palabra
“misterio”? ¿Cuál es el v. en este pasaje que resume el
contenido del misterio? ¿Qué es más sorprendente, la
participación de los judíos o la de los gentiles? ¿Por qué? En
el v. 7, ¿cuáles son las tres palabras que describen la
inclusión de los gentiles? ¿Qué implica cada palabra? En su
opinión, ¿por qué no se había revelado antes este misterio?
A Pablo le fue dada la revelación del misterio 3:1–6

El primer privilegio que Pablo tuvo con relación a los gentiles fue el haber recibido
la revelación del misterio de la iglesia. Revelar es dar a conocer una verdad que por
medios naturales el hombre no podía saber. Darle esta revelación fue un acto de “la
gracia de Dios”, porque Pablo no merecía ese privilegio; esa información se la dió Dios.
Según los vv. 5 y 9, un misterio es una información que estuvo escondida, era
secreta y no se había dado a conocer antes. Pero ahora se ha dado a conocer. El Antiguo
Testamento decía que los gentiles recibirían bendición en el futuro, pero no enseñó que
judíos y gentiles estarían unidos en la iglesia, disfrutando de la misma relación con
Dios.
A Pablo le fue encargado anunciar el misterio 3:7–13
¡PENSEMOS!
Según el v. 8, ¿qué otro privilegio tuvo el apóstol Pablo?
¿Cómo enfatiza que este privilegio fue una manifestación de
la gracia de Dios? Según los vv. 8–10, ¿quiénes son los que
aprendieron del misterio? Al observar la obra de Dios en la
iglesia, ¿qué aprenden los ángeles? En sus propias palabras,
diga ¿cuáles son los resultados de la obra de Cristo según los
vv. 11–12? En los vv. 1 y 13, Pablo menciona sus
tribulaciones. ¿Qué dicen los vv. 2–13 para explicar el
motivo de sus sufrimientos? ¿Cómo sirvió este párrafo para
que los efesios no se desanimaran por los sufrimientos del
apóstol?
El segundo privilegio fue el de anunciar a los hombres las noticias que Pablo había
recibido por revelación. De nuevo, afirma que la capacidad para hacerlo se la dio Dios
mismo (v. 7). También aclara que no merecía ese privilegio (v. 8). En otras cartas, Pablo
también reconoció su humilde estado y la gracia de Dios que obraba en él (1 Timoteo
1:15; 1 Corintios 15:9–10). ¿Estamos nosotros conscientes de que los privilegios de
servicio los recibimos por la gracia de Dios?
El anuncio de esta revelación llegó a tres grupos. Cada vez que predicaba a los
gentiles, Pablo estaba anunciando este nuevo privilegio y bendición. Cualquier gentil
podría entrar en una relación personal con Dios por medio de la fe, sin participar del
judaísmo.
Pero los judíos tenían que oir también que los gentiles habían sido incluidos en la
iglesia. Su tendencia era de no predicarles el evangelio. Después, no querían convivir
con los gentiles en una relación de igualdad dentro de la iglesia. Entonces, Dios mandó
Pablo a “aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio”. Todos los miembros del
cuerpo de Cristo tenían que entender este misterio para que predicaran el evangelio a
todo el mundo, para que no mezclaran elementos judaicos en el mensaje, y para que
hubiera aceptación mutua de los dos grupos en las congregaciones.
Pero, había otro grupo que supo del misterio y también aprendió de él. Según el v.
10, los ángeles conocieron el misterio de la unidad de judió y gentil. Los ángeles santos
son siervos de Dios que cumplen muchas funciones. Pero el Nuevo Testamento dice que
también observan las obras de Dios, se maravillan y aprenden de él. Pedro escribió que
las profecías de los sufrimientos y las glorias del Mesías eran “cosas en las cuales
anhelan mirar los ángeles” (1 Pedro 1:11–12; compárese también con Lucas 15:7;
Hebreos 1:14; 1 Corintios 11:10), ¿Qué aprendieron los ángeles cuando supieron de la
unión de judíos y gentiles en la iglesia? Conocieron la “multiforme sabiduría” de Dios.
Según su “propósito eterno”, Dios, por la muerte de Cristo, reconcilió eternamente a
personas de todas las culturas, lenguas, costumbres, razas y nacionalidades, personas
que habían estado en conflicto de una u otra forma a través de la historia humana. Este
plan perfecto manifiesta la bella sabiduría divina.
En el v. 13 aprendemos la razón que motivó a Pablo a explicar al lector su papel
importante en la transmisión del misterio de la iglesia. Lo hizo para que los gentiles no
se sintieran mal y no se desanimaran por ser la causa de sus prisiones. Pablo les
consuela diciendo que él fue escogido para este ministerio, que Dios le brindó la gracia
y fortaleza para cumplirlo y que era un gran privilegio ser portador de la revelación
tanto a los judíos como a los gentiles. Los sufrimientos valían la pena para abrir el
camino de la salvación a las naciones del mundo. La gloria de Dios les llegó porque
Pablo sufrió.
PABLO, APÓSTOL A LOS GENTILES
Recibió la revelación 3:1–6
del misterio de la iglesia 3:7–13
Anunció ese misterio a
todos
Hemos aprendido que la iglesia es muy importante en el plan de Dios. 1) La hizo
tema de una sorprendente revelación a los apóstoles. 2) Es parte del mensaje del
evangelio. Es imprescindible que todos los pueblos sepan que pueden entrar a la nueva
comunidad. 3) Es central en la historia humana y al propósito eterno de Dios,
manifestando su poder y sabiduría en el universo. 4) Conocer la realidad de la iglesia es
necesario para la vida cristiana. Nos anima saber que pertenecemos a ella. Nos inspira a
sacrificarnos para proteger su unidad, como hizo Pablo. Nos hace apreciar el milagro de
la reconciliación y la paz y querer adorar a Dies.
Estamos viendo la grandeza de la iglesia desde el punto de vista divino.
Posiblemente el comportamiento imperfecto de los miembros de ella tiende a
desilusionarnos. Sin embargo, comprender la realidad espiritual, divina, sabia y eterna
de la iglesia nos motiva a mejorar nuestra conducta y testimonio ante el mundo. Los
siguientes pasajes nos enseñan a hacerlo.
ORACIÓN POR EL AMOR 3:14–21
¿Cómo pueden los cristianos vivir la reconciliación y la paz dentro de la comunidad
cristiana? Pablo contesta que debemos orar por ella. En la oración de 1:15–23, el apóstol
nos dio un modelo al orar para que los cristianos entendieran lo que Dios está haciendo.
Ahora, en este pasaje, suplica a Dios que haga maravillosos cambios en cada cristiano
para que su comportamiento en la iglesia sea correcto.
Doblar las rodillas manifiesta dependencia en Dios y también la intensidad de la
súplica. Los judíos acostumbraban a orar de pie. El arrodillarse o postrarse era evidencia
de profunda devoción que se observaba en algunas ocasiones especiales (1 Reyes 8:54;

Hechos 7:60; 9:40; 20:36; Lucas 22:41). Pablo ora aquí con profunda emoción, ya que
sentía preocupación porque los creyentes manifestaran el amor y la nnidad. Sintamos
nosotros su emoción y seamos solícitos también para pedir a Dios la armonía entre los
miembros de nuestra iglesia.
El título Padre habla de que existe una familia y, según el v. 15, Dios el Padre es el
creador de la noción de la paternidad. La iglesia (2:19), las familias humanas y
cualquier grupo que se pueda llamar “familia” se deriva del prototipo divino, la Santa
Trinidad (1:3). Todo padre debe reflejar el cariño, confianza, paciencia, firmeza,
protección, sostén, disciplina, enseñanza, sacrificio, responsabilidad y liderazgo del
Padre celestial. Todo lo que aprendemos del carácter y obras del Padre supremo, amplía
y ennoblece nuestro concepto de la paternidad humana.
La petición por el señorío de Cristo 3:16–17a
La fortaleza espiritual que Pablo pide tiene como finalidad que Cristo habite
profundamente en el corazón. Cada creyente tiene la presencia de Cristo en su vida por
medio del Espíritu Santo (Romanos 8:9; Colosenses 2:23). Pablo no pide la presencia de
Cristo, sino su dominio y su manifestación o, como Pablo dice en Gálatas 4:19: “que
Cristo sea formado en vosotros”.
Pablo señala tres factores en esta petición. 1) La respuesta será conforme a la
medida de “las riquezas de su gloria”, es decir, sus inagotables recursos. 2) La fortaleza
y el dominio de Jesucristo sucedarán “en el hombre interior”. Pablo no quiere efectos
superficiales, sino una transformación fundamental en el carácter, actitudes, valores,
móviles, y decisiones del cristiano. Después, el cambio se dará a conocer en el
comportamiento externo del individuo. 3) Finalmente, esta transformación interna, para
ser conformados a la imagen de Cristo, sólo puede obrarse “por su Espíritu” (2
Corintios 3:18).
La petición por amor 3:17b–19a
Que “seáis… capaces de comprender… y de conocer el amor de Cristo” es la
segunda petición y enfoca un aspecto de la imagen de Cristo y del fruto del Espíritu
Santo: el amor (compárese con Gálatas 5:22). El amor motiva la unidad en la iglesia. En
4:2, Pablo señalará la necesidad de la humildad, la mansedumbre y la paciencia, pero
siempre en amor.
Pablo emplea dos figuras para enfatizar de nuevo que él pide una transformación
profunda en la vida del creyente. Arraigados es una figura del lenguaje agrícola que se
refiere a un árbol alto, cuyas profundas raíces buscan muy por debajo de la tierra el agua
y el alimento para sostener la vida y producir fruto. El cristiano ha de tener sus raíces
profundamente arraigadas en el amor. Cimentados es una figura arquitectónica. Se
relaciona con un edificio que tiene fuerza, solidez y permanencia, porque tiene un
excelente fundamento. Las raíces y los cimientos no se ven, pero su fuerza se conoce en
el árbol verde y fructífero y en el edificio fuerte.
El creyente debe comprender todas las dimensiones del amor, su inmensidad y sus
múltiples facetas, especialmente en lo que se refiere a las variadas relaciones entre los
miembros del cuerpo de Cristo. Los creyentes aprenden juntos estas dimensiones al
convivir en amor dentro de la nueva comunidad de fe formada “con todos los santos”.
Pero la clave para aprender este amor es “conocer el amor de Cristo”. El mismo
amor que Jesucristo manifestó por nosotros es el que debemos demostrar hacia los
demás (5:2; 2:7).
MAS EL FRUTO DEL ESPÍRITU ES AMOR…
Gálatas 5:22
La petición por la plenitud de Dios 3:19b
Cada petición es atrevida, pero la última, aún más audaz: que lo que Dios es, llene la
vida del creyente. Pablo pide que el creyente conozca y manifieste al máximo la
presencia, carácter y control sobre su vida de Cristo. En la creación del hombre, la
Trinidad declaró: “hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza” (Génesis 1:26). Pero los hombres escogieron el pecado y mancharon la
imagen de Dios en ellos. Sin embargo, Dios obra la redención y la santificación del
creyente para que de nuevo, la imagen de Dios se manifieste en la criatura.
La oración de Pablo se conforma a los propósitos de Dios para los miembros del
cuerpo de Cristo. ¡Qué maravillosa la gracia de Dios que va transformando al pecador a
su imagen perfecta! (Romanos 8:29; Gálatas 4:19; 2 Corintios 3:18; 1 Juan 3:2)
Pensemos en una congregación de personas unidas en amor porque son como Dios y
que manifiestan el mismo amor de Cristo cuando él se entregó por nosotros.
TRES PETICIONES
1. Por darle el señorío a Cristo.
2. Por comprender el amor de Cristo.
3. Por tener la plenitud de Dios.
La doxología 3:20–21
La sublime oración del apóstol concluye señalando que Dios contestará. En vez de
ser muy difícil que Dios conteste tan grandes peticiones, Pablo asegura que él puede
hacer mucho más de lo que podemos pedir o imaginar.
El concepto que aparece en el último versículo es muy significativo. Dios recibe
“gloria en la iglesia”, y la recibirá por siempre. El propósito de Dios es que la iglesia
exhiba los atributos divinos y así le dé gloria, y reconocimiento para siempre. Que la
iglesia viva en unidad, armonía, paz y santidad, de manera que Dios sea glorificado. Por
eso, el apóstol oró pidiendo que los cristianos hicieran a Cristo el Señor de sus vidas,
que conocieran el amor de Cristo para manifestarlo en todas sus relaciones y que fueran
llenos de la plenitud de Dios. ¡Así la iglesia glorificará a Dios!
En los capítulos 4–6 estudiaremos los detalles de cómo podemos vivir la vida
transformada, la vida del “nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad”
(4:24).
¡PENSEMOS!
¿Qué aprendió en este capítulo acerca de la actitud del
cristiano cuando pasa por pruebas? Si usted supiera que
otra persona está sufriendo para que usted esté mejor, ¿cuál
sería su reacción? ?Cuándo Sufrió usted por haber hecho lo
correcto? ¿Cómo reaccionó? ¿Cómo podemos desarrollar la
actitud que Pablo tenía hacia los padecimientos? En la
descripción del ministerio de Pablo en los vv. 1–13, ¿qué
principios le ayudan a usted en su servicio a Dios? En la
oración de los vv. 14–12, ¿qué aspecto es más significative
para su vida? ¿Por qué persona o iglesia debe usted hacer
estas peticiones? Cuando usted intercede por alguien, ¿es
provechoso decirle qué peticiones está haciendo? ¿Por qué
O, ¿por qué no? ¿Qué motivos de adoración a Dios
encuentra en este capítulo? Evalúe el impacto en su vida de
lo que hemos estudiado en Efesios. ¿Ha cambiado sus
actitudes? ¿Su conducta? ¿Cuáles son algunas metas que
tiene al respecto?
7
Solícitos en guardar la unidad
Efesios 4:1–10
El reformador del s. XVI, Juan Calvino, describe Efesios 4:1–16 diciendo que es “el
gobierno de la iglesia”. Aquí se encuentran los principios que hacen unificarse,
fancionar y crecer al cuerpo de Cristo. Los vv. 1–6 son una exhortación a la unidad y
explican los medios y motivación para esa unidad. Por otro lado, los vv. 7–16 enseñan
los procedimientos para la edificación y crecimiento de la iglesia. Veremos los vv. 1–10
en este capítulo de esta guía de estudio y los vv. 11–16 en el próximo. La congregación
que conozca y practique el patrón de ministerio que Pablo señala en Efesios 4:1–16
cumplirá su cometido en la iglesia y el mundo.
GUARDANDO LA UNIDAD 4:1–6
Estos versículos muestran la preocupación principal de Pablo cuando escribió la
carta: lograr la unidad de la iglesia en Éfeso. Resolver la tensión entre miembros judíos
y no judíos era el reto principal de las iglesias del primer siglo, porque su mentalidad,
estilo de vida y normas de conducta eran muy distintos. Cada grupo se sentía superior al
otro y sus prejuicios y odio brotaban después de siglos de vivir aislados entre sí. Por
eso, Pablo insistía en que todos los creyentes, de cualquier trasfondo, disfrutan de la
misma posición espiritual y celestial. Sin la gracia de Dios, nadie puede recibir el
perdón. Pablo enseñó que la muerte de Cristo destruyó las barreras que separaban a los
seres humanos. En el cap. 1 oró pidiendo que todos comprendieran estas verdades y en
el cap. 3 pidió a Dios que aprendieran todas las dimensiones del amor de Cristo para
que Dios fuera glorificado a través de la unidad.
Pero además de enseñar y orar, Pablo ahora les exhorta tocante a sus
responsabilidades. Proveer a los cristianos los conocimientos necesarios para que tomen
decisiones correctas es imprescindible en el ministerio. Orar por su sumisión a la
voluntad de Dios y la transformación, es fiudamental. Pero también los creyentes
necesitan obedecer lo que Dios manda. Los caps. 3–6 señalan los deberes de la
congregación y de sus miembros. Todos los temas afectan las relaciones entre las
personas y al inicio, el apóstol exhort a a unidad en forma por demás directa.
¡PENSEMOS!
En su opinión, ¿por qué repite Pablo aquí que estaba preso?
¿Cuál es su idea al hablar de “andar como es digno”?
Recordando los caps. anteriores, ¿cómo describe usted la
“vocación” y “llamamiento” de un cristiano? ¿Cuáles son las
cualidades personales necesarias para guardar la unidad en
la congregación? ¿Cómo contribuye cada una de ellas para
que haya armonía entre los cristianos? ¿Por qué incluyó
Pablo la lista de los vv.4–6? ¿Cómo describe en sus propias
cada elemento de los vv.4–6 ¿Por qué es important guardar
la unidad en la iglesia?
Apelación a la unidad 4:1

Este versículo es conmovedor por varias razones. El verbo rogar es na exhortación

más amistosa que autoritaria. Pablo apela a los sentimientos más puros, la lógica y la
lealtad. Él buscaba la obediencia de los efesios basada en el amor y gracia de Dios así
como en su propio ejemplo. Es conmovedor por la persona que hace la exhortación,
Pablo fundó esa iglesia y ahora estaba padeciendo. Pero él no pedía que obedecieran
sólo por simpatía, sino porque él estaba sufriendo precisamente para que los gentiles se
unieran con los judíos en el cuerpo de Cristo. Lo dijo en 3:1 y 13. Los judíos eran los
causantes de su prisión, porque él predicaba el evangelio de la gracia de Dios a los no
judíos. Si el apóstol Pablo aceptaba sufrir las penas de la prisión, era para que los
gentiles fueran salvos. Entonces, ellos también debían hacer los sacrificios necesarios
para que hubiera paz y armonía en la congregación.
Además, el versículo impacta al lector por lo que Pablo ha enseñado on los caps. 1–
3. Pablo dice pues, porque es lógico lo que pide. El apóstol apela a “la vocación”,
misma que se refiere a los privilegios eternos de que goza el creyente por estar en Cristo
(1:3). Además, son hijos adoptivos del Dios eterno (1:5); recibieron el perdón (1:7) y el
conocimiento de los misternos divinos (1:8–9). Son el tesoro que Dios hereda (1:11) y
están sellados como su eterna propiedad (1:13–14). Han pasado de muerte a vida (2:1,
5), de un mundo corrupto a lugares celestiales (2:2, 6); de la esclavitud de Satanás y de
su naturaleza pecaminosa a la libertad de la nueva creación y de las obras buenas que
Dios hace por medio de ellos (2:2–3, 10).
Son miembros de la nueva comunidad (2:15–16) y judíos y gentiles juntos
componen la morada de Dios en el mundo (2:22). Todo esto es su nueva vocación.
Ahora debían caminar día en dia siendo dignos de todo esto. Dignos lleva la idea de un
objeto de igual peso que otro. La conducta debe ser de igual peso que las bendiciones y
privilegios que tienen los creyentes. Las relaciones entre los cristianos deben reflejar la
realidad de que Dios reconcilió a los hombres los unos con los otros.
Cualidades que fomentan la unidad 4:2–3
El centro de los vv. 1–6 es una lista de cualidades personales y responsabilidades
que fomentan las buenas relaciones. La armonía entre los cristianos se logra gracias a
ciertas características que residen dentro de cada individuo.
La humildad no era un ideal deseable en el mundo griego, porque lleva la idea de
servidumbre humillante y la. pérdida de dignidad personal. Por las mismas razones, la
cultura actual resiste esa idea. Sin embargo, para los hebreos y cristianos, la humildad y
la mansedumbre son cualidades deseables y necesarias. El orgullo, la soberbia, la
arrogancia y el egocentrismo no contribuyen a buscar el bienestar de los demás y
tampoco permiten la obediencia a Dios. Aun el Hijo de Dios “no vino para ser servido,
sino para servir” (Marcos 10:45; Mateo 11:29; Filipenses 2:7–8). En Filipenses 2:3–4,
Pablo explica que la humildad es la estima y la prioridad que uno asigna a otras
personas.
En el Nuevo Testamento, la mansedumbre se usa con referencia a la sumisión a la
palabra de Dios (Santiago 1:21), pero aparece más a menudo como requisito para
referirse a las buenas relaciones con otras personas (1 Corintios 4:21; 2 Timoteo 2:25;
Tito 3:2). Se ha definido como “la actitud humilde y gentil que se manifiesta en una
sumisión paciente frente a las ofensas, libre de malicia y del deseo de venganza”.
La frase “soportándoos con paciencia” asume que alguno ha ofendido al creyente.
Los cristianos no siempre se tratan con sabiduría, bondad y gentileza. El sustantivo que
aparece en esta frase significa “longanimidad”, o sea, “la capacidad de soportar por
mucho tiempo el agravio”. Pablo testificó que Dios le mostró longanimidad antes de su
conversión (1 Timoteo 1:16). La paciencia de Dios con nosotros nos enseña. a tener
longanimidad cuando otros nos ofenden.
Una de las mejores maneras de fomentar la humildad es enseñar y predicar

constantemente la gracia de Dios. Cuando el cristiano se dé cuenta, en lo más profundo
de su ser, que es un rebelde pecador y que no merece que Dios ie haya rescatado,
entonces, dejará de sentirse superior a los demás.
Detrás de estas cualidades está el amor, el amor que se sacrifica por otras personas,
buscando el bienestar de ellas aun a un alto costo. Este amor es más una conducta que
un sentimiento. El amor muestra misericordia, perdonando a los demás (4:32–5:2).
Primera Corintios 13:4–7 dice que el amor no es egocéntrico.
REQUISITOS PARA LA UNIDAD:
Humildad
Mansedumbre
Resistencia
Paciencia
Amor
Esforzarse por lograr la unidad
Recordar la unidad que Dios ya realizó.
Según el v. 3, los cristianos deben trabajar mucho por mantener la unidad, dándole a
este esfuerzo una alta prioridad en su vida congregacional. El término solícitos
signuifica “ser diligente”, “esmerarse”, “esforzarse de tal manera que no falle” y hacerlo
constantemente. Dios creó la unidad y veremos sus muchas facetas en los vv. 4–6. Pero
toca a los creyentes protegerla y manifestarla en su comportamiento hacia los otros
creyentes.
El valor que debe unirnos es la paz. Cristo es nuestra paz. Él vino y anunció las
buenas nuevas de paz (2:14, 17). Ahora, esa paz debe vincularnos como los eslabones
de una cadena. Así como Cristo hizo la paz, también nosotros debemos ser pacificadores
(Mateo 5:9; Santiago 3:17–18).
Al terminar estos versículos, tomemos nota de una distinción importante. Es
necesario soportar con humildad y amor a las personas que son diferentes a nosotros y
los que no nos tratan como queremos. El apóstol soportó mucho a las personas que no le
trataban bien y que cometieron injusticias contra él. Sin embargo, él no toleraba la
doctrina falsa que desprestigiaba a la persona y obra de Jesucristo o minaba el
significado del evangelio. Tampoco soportaba el pecado que perjudicaba el testimonio
del evangelio, ni el comportamiento de los que trataban de dividir a la iglesia. El amaba
a todos y se preocupaba por todos los cristianos pero, a veces, tenía que actuar con
dureza debido al celo que tenía por la verdad y la iglesia (1 Corintios 3:16–17), Pero
aun en esos momentos lo hacía con mansedumbre, amabilidad y sin contienda (2
Timoteo 2:24–26).
Verdades unificadoras 4:4–6
Los cristianos no son los autores de la unidad de la iglesia. Dios ya la hizo y encarga
a los creyentes que la manifiesten en sus relaciones. Pablo señala siete verdades divinas
que unen a los cristianos y repasa esas enseñanzas para motivarnos a cumplir los
deberes marcados en los vv. 1–3.
Un cuerpo se refiere a la iglesia, de la cual Jesucristo es la cabeza (1:22–23; 2:16).
Los cristianos están unidos como los miembros del cuerpo humano y deben apoyarse
mutuamente, sentir juntos las penas y alegrías y funcionar como un solo hombre para
poder cumplir la voluntad de Dios.
Un Espíritu se refiere a la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu Santo mora en
cada creyente y así hace que la iglesia sea el templo a morada de Dios en el mundo. Está
en el creyente para transformarlo y producir su fruto, que purifica las relaciones en la
iglesia: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio
propio (Gálatas 5:22–23).
Una misma esperanza enfoca el futuro de los cristianos. Los creyentes tienen el
mismo destino y disfrutarán de las mismas bendiciones que Pablo señaló en 1:3–2:10.
Note, por ejemplo, los distintos aspectos que tiene la esperanza en 1:4, 10, 14 y 2:7.
Un Señor es Jesucristo, de quien todos los creyentes son siervos. Él es la cabeza de
la iglesia y tiene el señorío sobre todos los suyos. El propósito de Dios es moldearnos a
todos a la imagen de Jesucristo, incluyendo las cualidades de los vv. 2 y 3,
características que guardarán la unidad de su cuerpo.
Una fe es la fe en el sacrificio de Cristo. El gentil y el judío tienen la misma
culpabilidad, están bajo el juicio de Dios y tienen que ser justificados por el mismo
medio. Con humildad tienen que acercarse a Dios por fe, sin reclamar ningún mérito
propio justicia personal. La fe es la puerta qune nos lleva a la gracia de Dios.
Un bautismo se refiere al bantismo por el Espíritu Santo. En 1 Corintios 12:13, el
apóstol explica que el bautismo del Espíritu es la obra que hace esa divina persona al
introducirnos y unirnos al cuerpo de Cristo. Esto sucede cuando el creyente recibe a
Cristo como su Salvador. Por el bautismo del Espíritu, quedamos unidos al Hijo (en
Cristo) y a todos los otros cristianos.
Un Dios y Padre concluye la lista. En la antigüedad, cada nación tenía sus dioses.
Israel tenía al único Dios verdadero. Algunos creían tener a Dios en exclusiva para ellos.
Sin embargo, el Señor es el Creador y Dios de todas las naciones. Las personas que
reciben a Cristo, de cualquier nacionalidad o cultura o idioma, se han sometido al
mismo Dios y, por eso, están unidos. Los hermanos de un sólo padre pueden ser muy
diferentes en aspecto, habilidades, intereses y comportamiento, pero no dejan de ser
hijos del mismo padre. Pablo concluye recordándonos que el mismo Dios y Padre es
supremo sobre todos los creyentes, cumple sus propósitos a través de ellos, y ha hecho
su morada en todos los cristianos.
La unidad de los cristianos está basada en su relación con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo. Entonces, ¡la unidad es indestructible y eterna! Todo lo que sigue en esta
carta es una ampliación de la exhortación que se encuentra en 4:1–6. La falta de
armonía en las congregaciones era la preocupación de Pablo cuando escribió Efesios.
En los caps. 4–6, él atacará el problema en distintas formas. Concluirá señalando al
enemigo de la unidad y los requisitos para detener la disension que él siembra en el
cuerpo de Cristo.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es la unidad que Pablo exhorta que se mantenga en la
iglesia? Piense en una experiencia que haye tenido en
ralación con la unidad entre los cristianos. ¿Cómo se
manifestaron o cómo faltaban algunos de los principios que
se encuentran en los vv. 2–6?
EL DON DE CRISTO 4:7–10

La distribución de los dones 4:7
Otra bendición que une a los cristianos son los dones espirituales, Pablo dice que
fueron entregados a cada uno. Dios le ha dado, por lo menos, un don espiritual a cada
creyente. El don es una habilidad espiritual para cumplir un ministerio para la
edificación del cuerpo. Es una gracia, porque es una dádiva divina que el individuo no
se merece. Los dones unen, porque capacitan a cada cristiano para servir a los demás
miembros del cuerpo. Los dones son para la edificación de otros. No todos tenemos el
mismo don ni la misma función. Así como los miembros del cuerpo son varios, así
también los ministerios varían.
Pablo sólo menciona cinco dones en el v. 11. En el siguiente estudio sobre los vv.
11–16, veremos el papel muy importante de estos dones de liderazgo para la edificación
del cuerpo. Romanos 12 y 1 Corintios 12 tienen listas más extensas de los dones
espirituales, incluyendo los dones de ayuda o servicio, de administración, de ofrendar y
de hacer misericordia. También se mencionan dones que autenticaban el mensaje en el
primer siglo, como el de sanidades, de milagros y de lenguas.
La fuente de los dones 4:8–10
Estos versículos enseñan que Jesucristo provee los dones espirituales y que son uno
de los maravillosos frutos del triunfo de Jesucristo alcanzado por medio de su muerte y
resurrección. Pablo quiere que los cristianos sepan que cuando usan los dones
espirituales y la iglesia se edifica y crece, están participando en la victoria de Cristo.
El apóstol cita Salmos 68:18. Su comentario en los vv. 9 y 10 ha dado lugar a
diferentes interpretaciones, pero no debemos perder de vista el mensaje central. Es
importante captar la figura triunfal que hay en el trasfondo del salmo. Cuando un rey o
militar salía para combatir en una campaña militar y alcanzaba la victoria, regresaba a
su ciudad a la cabeza de una procesión triunfal. Él entraba montando un caballo blanco
y detrás de él desfilaba el ejército, los prisioneros y los carros repletos del botín. Era
recibido con la aclamación de su pueblo. Después, repartía el botín a los oficiales y
soldados de su ejército. En Salmos 68, el escritor alaba a Jehová como el rey victorioso.
Muchas veces, Dios bajódel cielo para pelear a favor de Israel, ganó la victoria y volvió
triunfante al cielo, exhibiendo a los enemigos derrotados y humillados y llevando un
botín para repartirlo.
Entonces, Pablo aplica a Jesucristo esta figura de la procesión triunfal. Cristo bajó
del cielo en su encarnación, murió y resucitó para ganar la batalla contra Satanás y el
pecado. Después, regresó victorioso al cielo. El triunfo le dio derecho a compartir los
muchos frutos de su victoria. Una de esas bendiciones son los dones espirituales que,
como cabeza de la iglesia, él obsequió a los creyentes. Los cristianos, al recibir y usar
estas habilidades especiales, están participando en el triunfo y exaltación del Salvador.
JESUCRISTO
1. Descendió en su encarnación
2. Subió triunfante al cielo
3. Repartió los dones espirituales.
La cautividad que se menciona en el v. 8 debe interpretarse como los enemigos de
Dios: Satanás, sus huestes, el pecado y la muerte. Cristo los llevó como prisioneros en la
figura del desfile triunfal. La frase “las partes más bajas de la tierra” debe entenderse
como “las partes más bajas, es decir, la tierra”. La altura de su exaltación hasta el cielo
está en contraste con su extrema humillación cuando bajó a la tierra en su encarnación.
Entonces, entre todas las muchas bendiciones espirituales que los creyentes han
recibido como consecuencia de su muerte y resurrección, están las capacidades para
edificarse y hacer crecer la iglesia. En el próximo estudio veremos cómo los dones son
imprescindibles para que la iglesia funcione y crezca.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles de las cualidades de los vv. 2–3 debe usted pedir a
Dios que le ayude a desarrollar más? En su iglesia o grupo
de amigos cristianos, ¿existe algún problema de relaciones

interpersonales? ¿Cuál es la cualidad en los vv. 2–3 que
podría ayudar a resolver el problema? ¿Cuál de las verdades
de los vv. 4–6 le motiva más a mantener la armonía entre los
cristianos? ¿Por qué? ¿Cuál es la habilidad espiritual (don)
que Cristo le ha dado para servirle? Dé gracias a Dios por
esa habilidad. ¿La está ejerciendo?
8
Edificados en amor
Efesios 4:11–16
El Nuevo Testamento es la guía principal para entender el crecimiento de la iglesia.
Efesios 4:11–16 enseña el procedimiento para que la congregación cristiana funcione de
la manera en que la diseñó su Creador, resultando en la unidad y edificación. En este
pasaje se encuentran seis pasos que debe dar la iglesia que quiere estar unida, fuerte y
creciente.
Estos versículos continúan el tema de los dones espirituales (vv. 7–10). Según el v.
7, cada cristiano tiene un don, es decir, una capacidad que Dios le ha dado para cumplir
un ministerio para la edificación del cuerpo de Cristo. Jesucristo otorga los dones a la
iglesia como fruto de su triunfo en su muerte y exaltación. En el v. 11, Pablo enseña que
Jesucristo dio a la iglesia personas que tienen dones de liderazgo. Así comienza el
procedimiento bíblico para que el cuerpo de Cristo funcione como fue diseñado.
¡PENSEMOS!
¿Quiénes son los líderes que Cristo dio a la iglesia? ¿Cree
usted que existen apóstoles y profetas actualmente como los
que habia en el primer siglo? (Compare 2:20 y 3:5.) Según el
v. 12, ¿cuál es el ministerio que les fue asignado a los líderes?
¿Quiénes son los santos? ¿Para qué deben estar preparados
los santos? ¿Cuál es el propósito de la obra del ministerio?
Según el v. 13, ¿cuál es la finalidad que se busca con el
procedimiento de los vv. 11 y 12? ¿Cuáles son las
características de la persona que es madura
espiritualmente?
LA IGLESIA RECONOCE A LOS ENTRENADORES 4:11

Pablo menciona varios líderes en este versículo. El don de apósol y el de profeta
fueron dones que se dieron para el fundamento de la iglesia (2:20). Fueron los canales
de la revelación de Dios (3:5). Los apóstoles fueron los doce que Jesucristo escogió y el
apóstol Pablo. Muchas veces estaban asociados a los profetas (Hechos 11:27–30; 13:1–
3; 21:4, 9; 1 Corintios 12:28; 14:1–3)
Los profetas también recibieron enseñanza de Dios que predicaron a las iglesias.
Cuando Dios completó su revelación en las Escrituras del Nuevo Testamento, el
ministerio de los apóstoles y los profetas había terminado.
Los evangelistas son los que tienen la habilidad especial de comunicarse con los
inconversos, de manifestarles amor, presentar con claridad el mensaje de salvación y
animarles a creer en Cristo (compárese con Felipe en Hechos 21:8). En la iglesia, ellos
tienen mucha importancia porque llevan a las personas a conocer a Cristo, pero también
porque dan ejemplo a los demás para que todos hagan la “obra de evangelista” (2
Timoteo 4:5). Ellos enseñan a los demás cómo ser efectivos en esta tarea.
Los últimos dos dones están unidos en la misma persona: son los pastores maestros.
Estos nombres enseñan mucho acerca del ministerio de los que son líderes en la iglesia
local. Pedro escribió: “apacentad la grey de Dios” (1 Pedro 5:2). El pastor alimenta a la
grey con la palabra de Dios. Además, vela por su crecimiento y bienestar espiritual.
Protege a las ovejas de las falsas doctrinas. La combinación de los dones de pastor y
maestro muestra que una tarea muy importante del pastor es enseñar la palabra de Dios
y la sana doctrina. Él necesita ser estudioso de la Biblia; sus mensajes deben comunicar
las riquezas de la palabra santa y aplicarla a las necesidades de la grey. Las iglesias
deben entender que sus pastores necesitan dedicar mucho tiempo cada semana para
estudiar y preparar mensajes y enseñanzas sólidas. Sólo así la iglesia puede ser fuerte y
los cristianos pueden crecer hacia la imagen de Jesucristo.
Hemos de entender que el ministerio de pastor maestro también es el ministerio de
todos los ancianos de la iglesia. En el Nuevo Testamento, el pastor, el anciano y el
obispo tienen el mismo ministerio. En Hechos 20:17 y 28, Pablo se refiere a los
ancianos de la iglesia en Éfeso como “obispos” y describe su ministerio de apacentar el
rebaño. Pablo enseña cuáles son los requisitos de los obispos en 1 Timoteo 3:1–7,
incluyendo que deben ser aptos para enseñar. Después los llama “ancianos”, hablando
del ministerio de algunos de predicar y enseñar (1 Timoteo 5:17). En Tito 1:5–9, de
nuevo Pablo se refiere al mismo grupo come ancianos (v. 5) y obispos (v. 7).
Algunas iglesias tienen uno o más pastores y además, a un grupo de ancianos.
Muchas veces, éstos funcionan come una junta directiva pero no se involucran en el
ministerio pastoral. El Nuevo Testamento enseña que los ancianos deben ser pastores y
maestros y, conforme a sus dones, experiencia, preparación y tiempo, deben participar
en los ministerios de apacentar al rebaño, enseñar, visitar, animar, orientar y orar por los
miembros. El que tiene el puesto de pastor y los ancianos pastores deben trabajar juntos
como un equipo, compartiendo los ministerios, unidos en hermandad y amor para los
miembros.
También, debemos tomar nota que una persona puede tener el don espiritual de
pastor maestro aunque no ejerza el puesto de pastor o anciano en una iglesia. El don y el
puesto no son idénticos. Algunos hombres, mujeres y jóvenes de la congregación tienen
este don. Ellos pueden apacentar, enseñar y discipular a hombres, mujeres y jóvenes.
Quizá serán maestros de la escuela dominical, líderes de grupos de estudio o de oración,
dirigentes de grupos de discipulado, o de actividades femeniles, de caballeros o de
jóvenes. De esta manera ejercen su don de pastor maestro en una esfera específica.
Los líderes de la congregación necesitan discernimiento para reconocer a todos los
que tengan estos dones de evangelista y de pastor maestro, porque son clave para el
desarrollo del ministerio de la congregación. Los líderes deben motivar a estas personas,
capacitarlas y darles oportunidades de ministerio para que sean probados (1 Timoteo
3:6, 10).
Los ancianos deben ser escogidos con mucho cuidado, como Pablo señala en 1
Timoteo 3:1–7; 5:22 y Tito 1:5–9, para que sean personas preparadas espiritualmente
para apacentar la grey y compartir la palabra de Dios. Según el apóstol Pablo, deben ser
personas que tengan madurez espiritual, que hayan desarrollado el liderazgo espiritual
en el hogar, que se lleven bien con otros, que sean respetados por los que no conocen a
Cristo, y que tengan convicciones doctrinales para orientar a los demás.
LOS LÍDERES EQUIPAN A LOS MIEMBROS 4:12A
Ahora el autor indica qué deben hacer los evangelistas y los pastores maestros. Ellos
tienen que “perfeccionar a los santos”. Los santos son todos los creyentes. Perfeccionar
significa formar, corregir y equipar a los cristianos. Esta misma palabra era usada por
los griegos al hablar de remendar redes, sanar una fractura, o equipar y suministrar
provisiones para un barco cuando iba a emprender un largo viaje. De modo que Pablo
ha escogido un vocablo especial para enseñar que los santos tienen necesidad de sus
líderes espirituales para corregir sus defectos, entrenarlos y equiparlos.
La gran comisión de Jesucristo fue “id y haced discípulos” (Mateo 28:19). Llegar a
ser cristiano es llegar a ser un discípulo de Jesucristo. Sin embargo, el nuevo cristiano
no es inmediatamente un discípulo perfeccionado. Tiene que seguir creciendo para ser
cada vez más un discípulo que ministra a otros en el cuerpo de Cristo y lleva fruto para
la gloria de Dios. Esta es la tarea de los evangelistas y los pastores maestros en la
congregación: conducir a cada miembro de ella para que esté preparado para edificar a
los demás. Estos líderes tienen que trabajar en forma continua para llevar a cada
miembro hacia la imagen de Cristo, formando su carácter, enseñándole a caminar con el
Señor cada día y entrenándolo para servir a Dios.
LOS MIEMBROS HACEN LA OBRA DEL MINISTER IO
4:12B
¿Cuál es el propósito de perfeccionar a los santos? Cada miembro necesita ser
equipado para “la obra del ministerio”. El ministerio no es únicamente la tarea de los
pastores profesionales. Es la labor de cada creyente. Ministerio significa “servicio”.
Cada creyente debe estar activo sirviendo al Señor, no solamente los que son graduados
de una institución bíblica o que trabajan de tiempo completo o reciben remuneración
por su ministerio.
Escuchemos lo que este importante versículo nos enseña para que nuestras iglesias
funcionen bien y para que crezcan espiritual y numéricamente. La tarea de los líderes
espirituales no es hacer todo el ministerio. Su responsabilidad primordial es equipar a
los miembros para que ellos hagan el ministerio: evangelizar, discipular, enseñar,
aconsejar, interceder, visitar, exhortar, animar, consolar, apoyar y estimular. Este
proceso resulta en “la edificación del cuerpo de Cristo”.
JESUCRISTO DIO A LOS PASTORES
MAESTROS PARA:
- Perfeccionar a los miembros
- Que los miembros hagan la obra del ministerio
- Edificar al cuerpo de Cristo
- Que cada miembro crezea hacia la imagen de Cristo
¿Qué significa “la obra del ministerio”? Incluye todo lo que el cuerpo de Cristo hace
para llevar a sus miembros hacia la imagen de Jesucristo y cumplir su misión de dar a
conocer a Dios y su salvación. Los líderes de la iglesia (los evangelistas y los pastores
maestros, incluyendo a los ancianos) deben motivar, desafiar e involucrar a los
miembros para edifícar al cuerpo de Cristo en todas las maneras en que el Nuevo
Testamento lo enseña.
No debemos limitar el concepto de ministerio a los puestos formales y a las
actividades de las agencias de la iglesia local. No es necesario participar en un culto o
reunión para servir al Señor. Ni tampoco estar en una directiva o ser miembro de una
comisión. Algunos muestran misericordia a los que están pasando por pruebas; algunos
imparten clases dominicales o comparten la palabra en un ministerio individual; otros
seponen al lado de su hermano para exhortar, consolar o animar. Algunos emplearán sus
conocimientos y talentos especiales en la música, el equipo de sonido, fotografía o
equipos audiovisuales. El don de administración se usa en muchas formas, como

organizando y preparando eventos especiales para los creyentes o para los que no
conocen a Cristo.
Los ministerios de “los unos a los otros” edifican al cuerpo de Cristo. La Biblia
manda: “servíos”, “sobrelleven los unos las cargas de los otros”, “hospedaos”,
“hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales”, y “orad los unos
por los otros”.
Algunos ministerios no se llevan a cabo dentro de la congregación. El evangelismo
personal se hace con familiares, vecinos, compañeros de trabajo y de estudios. Otros
comparten el evangelio a través de grupos de estudio bíblico en hogares. Otros recibirán
estos grupos en sus hogares con cariño y ateoción. Muchos cultivarán amistad con los
no creyentes que conocen en la asociación de padres de familia de la escuela, en el
comité de vecinos, en el gimnasio, o en uná clase de arte. Invitarán a estos amigos a su
casa a conocer a otros creyentes. Otros trabajarán en clases para niños en un hogar o
escuela.
Algunos participarán en un ministerio de ayuda social, de asistencia médica o de
alfabetización. Algunos formarán un equipo para plantar una nueva iglesia. Otros serán
enviados como misioneros a otra cultura. Hay muchas oportunidades de ministerio,
dentro y fuera de las actividades de la iglesia. Los pastores, maestros y ancianos de la
iglesia han de estar perfeccionando a los santos, motivándoles a entregarse al Señor y
guiándoles para que cada uno encuentre su lugar de servicio para el Señor.
LOS MIEMBROS CRECEN HACIA LA MADUREZ 4:13
El v. 13 describe la finalidad de “la edificación del cuerpo de Cristo”: los creyentes
deben estar unidos en su dependencia y conocimiento de Cristo. Deben ser como un
solo hombre, un hombre ya maduro y completo. Cada uno debe crecer para manifestar
en su vida la plenitud de las cualidades y virtudes de Jesucristo.
Pablo enseñó en Romanos 8:29 que el propósito de Dios para el creyente es que sea
conformado a la imagen de su Hijo. Segunda Corintios 3:18 dice que el creyente debe
ser transformado de gloria en gloria en la misma imagen de Cristo. El apóstol dijo a los
Gálatas (4:19) que él sufría en el ministerio para que Cristo fuera formado en ellos. Juan
promete que el proceso estará completo cuando estemos con Cristo y seamos como él es
(1 Juan 3:2). ¡Qué propósito más sublime! ¡Es maravilloso que el creyente ahora puede
estar progresando hacia esa meta! ¡Qué fuerza, unidad y madurez tendrían las iglesias,
si cada miembro se conformara más cada día a la imagen de Jesucristo!
A continuación, aparecen estas enseñanzas gráficamente:
Romanos 8:29 Para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo.
2 Corintios 3:18 Somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen.
Gálatas 4:19 Hasta que Cristo sea formado en vosotros.
Ser conformado a la imagen de Cristo incluye el carácter cristiano y el fruto del

Espíritu, así como honradez, veracidad y pureza. Requiere que amemos a Dios, el
primer mandamiento para el creyente, y que toda área de su vida sea entregada al
control de Dios. Abarca el amor hacia otros, la humildad, la longanimidad, la bondad, y
la armonía en todas nuestras relaciones. Requiere vencer el orgullo, la rebeldía y el
egocentrismo. Incluye la sumisión mutua en el matrimonio, el esposo y la esposa
entregándose a servir al otro con sacrificio y cariño. Requiere dedicar nuestras vidas, no
a satisfacer nuestros deseos y necesidades, sino para servir a Dios y servir a otros.
Ser conformado a la imagen de Cristo incluye el carácter cristiano y el fruto del
Espíritu, así como honradez, veracidad y pureza. Requiere que amemos a Dios, el
primer mandamiento para el creyente, y que toda área de su vida sea entregada al
control de Dios. Abarca el amor hacia otros, la humildad, la longanimidad, la bondad, y
la armonía en todas nuestras relaciones. Requiere vencer el orgullo, la rebeldía y el
egocentrismo. Incluye la sumisión mutua en el matrimonio, el esposo y la esposa
entregándose a servir al otro con sacrificio y cariño. Requiere dedicar nuestras vidas, no
a satisfacer nuestros deseos y necesidades, sino para servir a Dios y servir a otros.
LA IGLESIA ALIMENTA Y PROTEGE A LA GREY 4:14–15
¡PENSEMOS!
Según el v. 14, ¿cuál es una característica del cristiano al que
le falta madurez? En el v.15, ¿cuál es el remedio para ese
problema? ¿Cuál es el peligro de seguir la verdad sin amor?
¿O de tener amor sin la verdad? Según el v. 16, ¿cuáles son
los elementos necesarios para que los miembros del cuerpo
de Cristo se edifiquen los unos a los otros? Dé varios
ejemplos de cómo los creyentes pueden edificarse los unos a
los otros en la iglesia local.
El cristiano que crece hacia la madurez es una persona más estable en sus
convicciones, su ética y su fe. Pero mientras los creyentes no crezcan en su fe y
conocimiento do Cristo, son susceptibles de caer ante las mentiras de Satanás y las
doctrinas falsas. El v. 14 señala este peligro. Es otra razón para que los líderes de la
iglesia perfeccionen a los santos con el alimento de la palabra de Dios, entrenándolos
para que reconozcan el error y se mantengan unidos en sus convicciones bíblicas. La
constante exposición de la palabra de Dios en la predicación y en la enseñanza, da a los
miembros un fundamento de conocimientos y convicciones doctrinales. Los
entrenadores espirituales les enseñan a alimentarse diariamente con la palabra, evaluar
sus vidas y ser transformados a través de su lectura personal, estudio, memorización y
meditación.
También aprendemos aquí que la tolerancia de las falsas doctrinas no es la manera
de tener una iglesia unida, fuerte y madura. Conocer, enseñar y obedecer la verdad de la
palabra es la clave de la unidad, el crecimiento y la madurez cristiana.
LOS MIEMBROS APRENDEN A EDIFICARSE 4:16
El apóstol termina este pasaje acerca de los procedimientos que hacen funcionar y
crecer a la iglesia con un versículo lleno de pintorescos vocablos. Para describir cómo
los cristianos han de amarse, edificarse y apoyarse, era necesario que el autor mezclara
varias figuras.
“Concertado y unido” describe la unidad de una fuerte construcción. Cada una de
sus partes está amarrada con hierro y fundida en concreto para que el edificio sea una
sola pieza. No tiene grietas. La iglesia es un solo edificio que es la morada de Dios en el
mundo (2:20–22; 1 Pedro 2:4).
El vocablo coyunturas se tomó de la fisiología. Se refiere al punto de contacto
donde se unen dos miembros del cuerpo humano, como por ejemplo, la articulación del
brazo con el hombro. Por las coyunturas, los miembros están ligados y unidos. Pero,
algo especial sucede en el punto de contacto entre los cristianos: se proveen ayuda
mutua.
“Se ayudan mutuamente” no es una expresión verbal, sino sustantivada en el idioma
original del Nuevo Testamento. Literalmente dice “las coyunturas de la provisión
(suministro, abastecimiento)”. “Suministro” se refiere a que un esposo provee para la
economía de la casa o que las necesidades de un ejército se abastecen con las

provisiones que se toman de una gran bodega. El apóstol quiere decir que los creyentes,
en su contacto los unos con los otros, se suministran mutuamente lo que cada uno
necesita. Los miembros del cuerpo de Cristo son interdependientes, como las paredes de
una casa o los miembros de un cuerpo. Dependen los unos de los otros para su
edificación; se suministran alimento espiritual, apoyo y ánimo emocional, ayuda
material, servicios prácticos, exhortación y orientación.
EFESIOS 4:16:
Unidos e interdependientes
En contacto con otros creyentes
Suministrándoles del almacén divino
Debemos pensar en forma práctica. Los cristianos están unidos espiritualmente. En
la vida cotidiana, cada uno debe estar en contacto con otros cristianos. Cuando un
cristiano está en comunicación con otro, cada uno debe servir al otro, según la necesidad
que tenga y “según la actividad propia de cada miembro”. Nos vemos cada domingo en
la iglesia y en reuniones entre semana. Estamos juntos en un grupo de estudio bíblico o
discipulado. Hablamos por teléfono y nos encontramos en la calle, la tienda o en el
trabajo. Participamos juntos en un ministerio. En cada oportunidad debemos ser
sensibles a las necesidades de los demás. Por estar caminando cerca del Señor, cada uno
debe poder sacar de las reservas espirituales que hay en su vida algo que el otro
cristiano necesita, es decir, las reservas de cariño, conocimiento, dones, talentos,
experiencias o bendiciones materiales o espirituales. Así, el creyente llena el vacío que
otro tiene en su vida.
Este es el ministerio recíproco dentro del cuerpo de Cristo. Al final del versículo,
Pablo afirma que en esta manera los creyentes van creciendo, siendo edificados
mutuamente. La motivación para este proceso de ayuda mutua es el amor entre los
creyentes.
Entonces, Efesios 4:11–16 enseña cómo debe funcionar una iglesia. Todo comienza
con Jesucristo, quien dio los hombres con los dones necesarios. Hoy día, son los que
tienen el don de evangelista y los dones de pastor y maestro. Ellos han de cumplir su
responsabilidad de entrenar y equipar a los miembros. Los miembros han de hacer la
obra del ministerio.
Los ministerios son muchos y variados según el don espiritual, las necesidades en el
contexto, la preparación y el llamamiento de cada cristiano. Al cumplir sus ministerios,
la iglesia es edificada espiritualmente y crece en número. Al servir a Dios y al ser
edificados, los miembros estarán más unidos y crecerán hacia la imagen de Cristo. Al
crecer hacia la madurez, serán más estables en sus convicciones y su fe.
Constantemente los cristianos deben edificarse mutuamente. Por su madurez y
carácter cristocéntrico, amarán a los otros cristianos y, en cada contacto con ellos,
suministrarán lo que cada uno necesita. A cambio, ellos también recibirán bendición,
guianza y apoyo de los demás y así seguirán creciendo “para ir edificándose en amor”.
¡Gracias a Dios por su plan perfecto! Que cada iglesia obedezca el plan, “para
manifestar al mundo las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz
admirable”.
¡PENSEMOS!
En su opinión, ¿cuál es la enseñanza principal de los vv. 11–
16? Revise los distintos pasos en el procedimiento quo Pablo
enseña para el crecimiento espiritual de la iglesia. ¿Cuáles
son algunas doctrinas falsas que pueden causar daño,

confusión y disensión en una congregación? Evaluemos
nuestra iglesia: ¿los líderes se dedican a entrenar a los
santos? ¿Los miembros están activos, sirviendo a Dios
dentro o fuera de la iglesia? ¿Los miembros crecen hacia la
madurez espiritual, hacia la imagen de Cristo? ¿Son estables
en su doctrina? ¿Los miembros se ministran los unos a los
otros para llenar sus necesidades espirituales, emocionales y
materiales? ¿Qué debe hacerse en la iglesia para mejorar
estos elementos de su vida y ministerio?
9
Vestidos del nuevo hombre
Efesios 4:17–32
A veces a uno le gusta vestirse con pantalones de mezclilla y camiseta (“t-shirt”) de
los más viejitos y rotos que tiene. Esta ropa nos hace sentir a gusto, muy cómodos, pero
en muchas ocasiones no es adecuada. Al fin uno tiene que reconocer que sólo son trapos
viejos y que deben ser desechados. Así como esta clase de ropa, la vida antigua de los
efesios les hacía sentirse cómodos. Pero para un hijo de Dios no era la adecuada. Pablo
les recuerda a los efesios que esa conducta es característica de los que no conocen a
Cristo. Por eso, les manda a cambiarse, a ser transformados.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles son los pensamientos y actitudes de su vida anterior
que todavía influyen en su andar como cristiano? Según los
vv. 17 y 18, ¿de dónde nace la conducta que no agrada a
Dios? ¿Cuáles son las características de una mente alejada
de Dios? ¿Cómo “aprende a ser como Cristo” un cristiano?
En sus propias palabras, según el v. 22, ¿cómo es el viejo
hombre? En su opinión, ¿cómo se despoja un creyente del
viejo hombre? ¿Por qué es, también necesario revestirse del
nuevo hombre? Según el v. 23, ¿cómo comnienza este paso?
Lea Romanos 12:1–2 y Gálatas 5:16–17 para encontrar
enseñanzas que le ayuden a cumplir las exhortaciones de
Efesios 4:22–24. ¿Cuál es el origen del nuevo hombre? Según
el v. 24, ¿cuáles son algunas de sus características?
EL VIEJO HOMBRE Y EL NUEVO 4:17–24

“El viejo hombre” es el conjunto de actitudes, pensamientos y conducta que
caracterizaban al creyente antes de conocer a Cristo. El cristiano es una nueva criatura
(2 Corintios 5:17). Sin embargo, Satanás, el mundo que lo rodea y su propia naturaleza
pecaminosa intentan influir para que el creyente siga comportándose como antes. En el
párrafo anterior, el autor enseñó que los líderes de la iglesia trabajan para perfeccionar a
los santos. Este párrafo deja muy claro que el individuo tiene que hacer cambios en su
vida. El creyente tiene qua tomar decisiones para despojarse del viejo hombre y vestirse
del nuevo.
La ropa vieja 4:17–19

En estos versículos, el apóstol señala varias características del andar del viejo
hombre para que el cristiano se dé cuenta del peligro de seguir en lo mismo. Las
palabras “esto, pues, digo y requiero en el Señor”, muestran la insistencia de Pablo. El
creyente necesita entender que la vida cristiana es una vida de cambio y el ser
transformado no es una opción para él.
Vanidad (v. 17) describe una vida sin propósito, sin esperanza, fútil. Buscar la
felicidad en las riquezas, el prestigio, el poder y el placer es una vida sin sentido ni
buenos frutos. Su mente también estaba enlenebrecida (v. 18) y por lo tanto, se
caracterizaba por la ignorancia de Dios, de su voluntad y de la vida con propósito. Esta
mente no percibe la verdad.
La dureza (v. 18) describe el corazón del que no conoce a Cristo. Más bien, tiene
una corazón petrificado porque resiste el conocimiento de Dios y es insensible al vacío
que hay en su corazón.
La vanidad, la oscuridad y la dureza les llevaron a que perdieran toda sensibilidad.
Indiferentes y descuidados, se precipitaron a una vida disoluta. Lascivia se refiere a una
conducta escandalosa y desenfrenada que no se preocupa por las normas personales y
sociales. La literatura y el arte en el imperio romano muestran que era aceptable “toda
clase de impureza”. Con avidez significa que se aventuraron por los caminos del mal
con atrevimiento, sin respetar la dignidad y derechos de otros.
Es significativo el uso de las palabras “mente”, “entendimiento”, “ignorancia”,
“corazón” y “sensibilidad”. Pablo aclara que el pecado comienza adentro, en la mente,
los pensamientos y las actitudes. Primero, la resistencia a Dios, el egocentrismo y la
corrupción están adentro. Después, salta al exterior en las palabras y conducta de las
personas. Pablo resume aquí la descripción de la humanidad que desarrolla en Romanos
1:21–32. Su degeneración comenzó porque “no glorificaron a Dios, ni le dieron
gracias”. Su razón y corazón fueron entenebrecidos, rechazaron a Dios y se volvieron
idólatras. Como consecuencia, se entregaron a pasiones vergonzosas. Pablo dice aquí
que el cristiano también está en peligro de manifestar tal degeneración.
La ropa nueva 4:20–24
El apóstol Pablo sigue enfatizando que la conducta comienza en la mente: “no
habéis aprendido”; “habéis sido por él enseñados”. La figura de la escuela llena estos
versículos. El discípulo cristiano aprende de Cristo. ¡Jesucristo es la lección! Su mente,
cualidades y conducta son la norma para el creyente (Filipenses 2:5–11). ¿Somos
sensibles a esa enseñanza? ¿O somos duros e insensibles como los que no conocen a
Cristo? Además, Jesucristo es el maestro (v. 21). Cuando estuvo en la tierra, enseñó la
conducta que su pueblo debe manifestar (por ejemplo, Mateo 5–7). Ahora, por la
palabra y por su Espíritu que vive en el creyente, Jesucristo educa a su pueblo (Juan
14:25; 2 Timoteo 3:16–17).
Hay un mandato en el v. 17 y tres más en los vv. 22–24. La vida vieja se caracterizó
por estar bajo la esclavitud (viciado) y por los deseos engañosos, anhelos que prometen
felicidad pero que producen tristeza. El Espíritu y la palabra nos reprenden, y el
creyente que desea madurar en su fe tendrá que actuar con decisión.
v. 17 “No andéis como los otros”
v. 22 “Despojaos del viejo hombre”
v. 23 “Renovaos en vuestra mente”
v. 24 “Vestíos del nuevo hombre”

El mandato del v. 23 es muy importante en la guerra contra el mal. Constantemente

debemos renovarnos “en el espíritu” de nuestra mente. De nuevo, la mente es clave. El
cristiano es responsable de una transformación constante de sus pensamientos, actitudes,
valores y motivaciones (compárese con Romanos 12:2). No perdamos de vista la
lección de los vv. 17–22: que la santificación (como también el pecado) comienza en la
mente. Satanás dice que no es suficiente con emocionarse y tener buenos propósitos
para vencer el pecado y para crecer como cristiano; la vida cristiana requiere pensar
correctamente y esto significa empaparse de la palabra de Dios. El cristiano debe
estudiar, aprender, meditar y aplicar la Biblia. En ella, Dios enseña lo que él ha hecho
para que venzamos el pecado. Nos enseña qué tenemos que hacer para ser cambiados y
cumplir la voluntad de Dios. Es la espada del Espíritu para defendernos de las huestes
del mal (6:17). Un predicador dijo: “El pecado te alejará de la palabra de Dios, o la
palabra de Dios te alejará del pecado”.
Pablo escribió que la Biblia es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16–17). ¿Qué está haciendo usted para alimentarse
diariamente con la palabra santa y renovar su entendimiento? Seamos buenos discípulos
de la escuela de Cristo para transformarnos en lo más profundo de nuestros
pensamientos.
El último mandato es “vestíos del nuevo hombre” (v. 24). Con la misma decisión
con que se quitan los trapos viejos, el cristiano debe poner los nuevos pensamientos y
conducta que se caracterizan por la justicia, la santidad y la verdad. El viejo hombre
tiene deseos que engañan. El nuevo, manifiesta la verdad de Dios. El pasaje de 4:25 a
5:4, contrasta muchas características del viejo hombre con las del nuevo para que el
cristiano sepa con claridad cómo debe conducirse.
LAS RELACIONES QUE AGRADAN AL ESPÍRITU
SANTO 4:25–32
El pasaje que sigue es muy especial, motivador y práctico. Incluye una serie de
exhortaciones pero también motiva al creyente con una lógica irrefutable para que
cambie su manera de andar. Las normas establecidas aquí afectan las relaciones
interpersonales y asimismo contribuyen a que se cumpla el mensaje de unidad y
armonía que se explica en Efesios. Casi todas las exhortaciones tienen que ver con el
hablar del creyente, enseñándonos que nuestra comunicación es clave para tener buenas
relaciones interpersonales. Estas normas deben aplicarse tanto en las relaciones en la
congregación, como también a las del hogar y en otras esferas de la vida.
¡PENSEMOS!
En el v. 25, ¿cómo contrasta Pablo la conducta del viejo y el
nuevo hombre? ¿En los vv. 26–27? ¿En el v. 28? ¿En el v. 29?
¿En los vv. 31–32? En su opinión, ¿cuándo es pecaminosa la
ira? ¿Y cuándo no lo es? De todas estas normas, ¿cuáles
tienen relación con el hablar del cristiano? ¿Cuáles de estas
reglas afectan más a las relaciones interpersonales? Note
todo lo que se aprende acerca del Espíritu en el v. 30. En el v.
25, ¿cuál es la razón pare decir la verdad? En el v. 27, ¿cuál
es la razón de no pecar enojándose? En el v. 28, ¿cuál es la
razón para trabajar? En el v. 30, ¿cuál es la razón de hablar
lo que edifica? En el v. 32, ¿cuál es la razón para perdonar?
En su opiniáon, ¿por qué les recordó el apóstol a sus lectores
que habían sido “sellados para el día de la redenció”?
En el v. 30, Pablo motiva al creyente hablando sobre el Espíritu Santo. El Espíritu

que mora en el creyente se contrista cuando el cristiano peca, especialmente cuando sus
palabras y conducta dañan la unidad del cuerpo de Cristo (vv. 29, 31). Un predicador
famoso exclamó: “Es increíble que el que gobierna el cielo y la tierra y es creador de
todo, condescienda a relacionarse con su pueblo de tal forma que su mente divina pueda
ser impactada por las acciones del hombre”. Su gran amor por nosotros es la razón de su
tristeza. Veamos cuál es la conducta que entristece al Espíritu y cuál es la conducta que
le agrada.
Decir la verdad 4:25
La mentira, el engaño y la hipocresía son costumbres del hombre viejo. El nuevo
hombre dice y vive la verdad. El argumento de Pablo es que los creyentes “somos
miembros los unos de los otros”. Entonces, no se puede o no se debe mentir a uno
mismo. Si mentimos a otro cristiano, estamos destruyendo la confianza que protege la
armonía del cuerpo de Cristo.
Aun cuando una persona es cristiana, es tentada a engañar. La mentira es decir o
aparentar algo que no es verdad. Algunos lo hacen ssin darse cuenta, porque lo han
aprendido como método de supervivencia. Ciertas circunstancias traen esta tentación.
Por ejemplo, cuando uno ha fallado o ha cometido un error en el trabajo, los estudios, la
iglesia o en la casa. Se piensa que la mentira nos protege de la vergüenza. Las excusas
que se dan pueden contener un poco de verdad y mucho de falsedad.
Alguien puede llegar tarde a una sesión y comentar que se debió al terrible tráfico.
Pero, si sabe que no salió de la casa a tiempo, está engañando. Estamos tentados a
comprometernos cuando sabemos que no podemos cumplir. Por otro lado, cuando
promovemos una actividad o vendemos una cosa, es fácil exagerar. El cristiano necesita
amar la verdad y ser sensible al pecado de engañar. Sólo así puede el hijo de Dios
reflejar el carácter divino, quien no puede mentir (Hebreos 6:18).
Airarse sin pecar 4:26–27
Pablo dice que la ira puede ser correcta. Por otro lado, es posible que sea
pecaminosa. Dios manifiesta ira (5:6). Jesucristo mostró su ira contra los que profanaron
el templo (Juan 2:13–17). Cuando el creyente actúa motivado por el celo a la santidad y
la justicia, cuando defiende la reputación de Dios, la ira puede ser correcta. Asimismo,
cuando no se defiende a sí mismo, sino a otra persona o a Dios, la ira puede ser
justificada. La ira que es justa es controlada, no desenfrenada.
Sin embargo, la ira del hombre generalmente está motivada por el egocentrismo, el
orgullo y el resentimiento, porque otros no le conceden el lugar o derechos que uno cree
que le pertenecen (Santiago 1:19–20). Pablo manda tres cosas al respecto. Primero, que
la reacción del hombre, aunque comience con una motivación buena, no lleve al pecado
como la soberbia, la malicia, la venganza, la violencia y la amargura. Segundo, el
versículo manda que la ira sea de corta duración y que se resuelva el mismo día.
Reconciliarnos rápido es necesario en todas las relaciones. En tercer lugar, el v. 27 dice
que no se debe dar lugar para que Satanás gane ventaja sobre nosotros y nos aparte de la
voluntad de Dios. El diablo busca la oportunidad de explotar las circunstancias y
emociones. Su propósito es dominarnos, derrotarnos, manchar el testimonio cristiano
delante del mundo y destruir la unidad en la congregación.
“TODO HOMBRE SEA
TARDO PARA AIRARSE;
PORQUE LA IRA DEL HOMBRE

NO OBRA LA JUSTICIA DE DIOS”
(SANTIAGO 1:19–20).
Ser honrado y trabajador 4:28
El hombre viejo aprovechaba las oportunidades de mejorar su situación en forma
deshonesta. El hombre nuevo es íntegro y responsable, ganando con su esfuerzo y
trabajo lo que tiene. Además del robo directo, existen las tentaciones de evitar el pago
de impuestos o los derechos de aduana, de comprar y vender de manera injusta, de no
dar al trabajador lo que cubre sus necesidades y de hacer uso personal de los equipos y
materiales que pertenecen a la empresa.
Pablo afirma aquí la dignidad del trabajo, el trabajo manual y de todo tipo. La
voluntad de Dios es que el hombre se esfuerce para cubrir sus necesidades. Pablo
mismo puso el ejemplo. Cada rabino aprendiá un oficio y Pablo, durante su ministerio
misionero, hacía tiendas para sostenerse (1 Tesalonicenses 2:9). Finalmente, el versículo
señala otro motivo para trabajar: poder compartir con otros. Entonces, lejos de depender
de otros por medio del robo, el cristiano ayuda a los demás por su trabajo (comp. 1
Timoteo 6:17–9).
Hablar lo que edifica 4:29–30
El viejo hombre habla cosas “podridas”, pero el nuevo hombre, lo que edifica. El
vocablo corrompida describía una fruta tan repulsiva, que causaba disgusto. El apóstol
no se refería sólo a las palabras vulgares y soeces, sino a todo lo que no contribuye al
bien de los demás: palabras que atacan, humillan, critican, culpan, recuerdan, exigen,
burlan, amenazan, lastiman. Incluye el sarcasmo que hiere, el humor que ofende, la
murmuración que rompe amistades y otros errores semejantes. El v. 31 indica varias
clases de palabras que contristan al Espíritu Santo.
Por otro lado, Pablo dice que el hablar que es bueno tiene tres características: 1)
edifica, 2) llena la necesidad del momento y 3) da gracia a los que lo oyen. Ejemplos de
palabras que tienen estas cualidades son las que dan ánimo, estímulo, afecto,
admiración, agradecimiento, compromiso, apoyo, entusiasmo; palabras que piden apoyo
y consejo, que piden perdón, que sanan heridas, que reconocen que todos somos frágiles
y las que comparten alegrías, sueños y metas.
“SI ALGUNO NO OFENDE EN PALABRA, ÉSTE
ES VARÓN PERFECTO, CAPAZ TAMBIÉN DE
REFRENAR TODO EL CUERPO”
(SANTIAGO 3:2).
El cristiano está consciente de que la comunicación incorrecta a menudo destruye a
las iglesias. Cada creyente debe imponerse algunas normas. Por ejemplo, como práctica
general, no se debe criticar a otros. Si nos damos cuenta de que alguno ha fallado o
pecado, antes de informar a otros, se debe hablar con la persona siguiendo las
instrucciones contenidas en Gálatas 6:1 y Mateo 18:14. Si es absolutamente necesario
informar a alguien de la falta de otro, se debe hablar con un líder de la iglesia u otra
persona con madurez espiritual que sea capaz de contribuir a resolver el problema. En
general, debemos guardar una información negativa dentro del círculo más reducido
posible.
Lo que motiva al creyente a dominar las emociones y la lengua es la presencia del
Espíritu. El Espíritu es santo y ha venido para que el creyente sea santo también. El es el
sello, cuya presencia son las primicias y garantía de grandes bendiciones futuras. Dios
mismo mora en el creyente y le importa mucho lo que hace la nueva criatura que está en
camino a ser conformada a la imagen de su Hijo.
Ser perdonador 4:31–32

De nuevo, Pablo contrasta los dos hombres. El viejo, cuando es ofendido o
maltratado, reacciona en las formas que el apóstol anota en el v. 31. Amargura es el
espíritu resentido que no acepta la reconciliación; su irritación lo mantiene en un estado
de animosidad. El enojo es el estallido de firia, aunque de poca duración. La ira, en
contraste, es el sentimiento más duradero de hostilidad. La gritería se ha descrito como
la recia y clamorosa reacción del hombre enojado que hace que todo el mundo escuche
su queja. La maledicencia o blasfemia es usada muchas veces para blasfemar de Dios,
pero aquí se refiere a hablar a los hombres en forma abusiva, calumniadora y
difamatoria. La última palabra en la lista resume toda otra forma de malicia que no se
ha mencionado.
En vez de mostrar estas manifestaciones del viejo hombre, el nuevo es benévolo y
misericordioso. Esto último se refiere a los actos de un corazón tierno, sensible y
compasivo hacia los demás. Además, es perdonador. Todo humano es pecador y el pedir
perdón y perdonar son necesarios para mantener las buenas relaciones. Estos actos
requieren de humildad. Los enemigos del perdón son el orgullo, que quiere devolver
mal por mal y que no admite que uno mismo tiene culpa. Los verbos en este versículo
dicen que el creyente debe actuar en estas formas constantemente. El ejemplo del
perdón es Dios, quien enseña que el que perdona acepta sufrir la humillación en vez de
exigir que sufra el otro. El cristiano debe entender lo que significa el perdón, porque
Dios le ha borrado sus pecados y él mismo sacrificó a su Hijo unigénito para rescatarlo
del castigo eterno.
Entonces, el cristiano tiene que desechar diariamente la ropa envejecida del
egocentrismo, la mentira, el enojo, la deshonestidad, la amargura y la malicia. Tiene que
renovar su mente a través de la meditación en la palabra santa. Ha de vestirse con el
nuevo hombre, que se caracteriza por la sinceridad, honradez, edificación, amor y
perdón.
¡PENSEMOS!
¿Qué relación tienen estas normas con la unidad de la
iglesia? Reflexione en la aplicación de cada una de ellas para
las relaciones interpersonales. Aplíquelas a la relación enter
esposo y esposa. En nuestro contexto cultural, ¿cuáles son
algunas maneras de engañar? ¿Cuáles son las aplicaciones
del v. 28 a la vida cotidiana? Dé ejemplos del tipo de hablar
que edifica y da gracia a los oyentes, y del hablar que no lo
hace. ¿Por qué es difícil pedir perdón y perdonar? ¿Qué
lecciones acerca del perdón aprendemos del ejemplo de
Dios? ¿Cómo debe usted mostrar en formas específicas las
características del v. 32? ¿En qué áreas de su vida le ha
convencido de sus fallas el estudio de este pasaje? Anote los
pasos que tomará esta semana para obedecer estas normas.
Dedique un tiempo para la oración en grupo, pidiendo que
Dios enseñe a los miembros de su iglesia a evitar los pecados
de este pasaje y así contribuir a la unidad de la
congregación.
10
Llenos del Espíritu Santo

Efesios 5:1–21
Pablo continúa hablando del cambio que debe realizarse en la vida de cada hijo de
Dios. El verdadero cristiano no es igual que antes, sino que sigue el proceso de cambio
durante toda su vida. Cada día que and a la luz de la palabra de Dios y de la comunión
con el Señor, el creyente está más consciente de sus debilidades y pecado; diariamente
crece su amor a Dios y su odio al pecado y aumenta el hambre por la santidad y su sed
de Dios.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles son algunas relaciones lógicas entre 5:1–2 y 4:31–
32? ¿Cuáles son los distintos contrastes de mala y buena
conducta que Pablo expresa en los vv. 1–17? En los
siguientes versículos, ¿cuáles son las razones de Pablo para
que el creyente cambie su vida? (vv. 1–3, 5–7, 12, 14–15, 17).
En el v. 2, ¿cómo enseña Pablo la calidad del amor que él
manda? En el v. 3, ¿qué significado tiene avaricia en el
contexto de la inmoralidad? ¿Qué daño se produce por los
errores del v. 4? En su opinión, ¿por qué un avaro también
es idólatra? ¿Enseña Pablo en el v. 5 que un creyente no
peca? ¿Por qué? ¿O por qué no? Piense en otros pasajes
bíblicos que pueden aclarar esta enseñanza. En los vv. 9–11,
¿qué significa el contraste que hace Pablo relacionado con el
fruto? ¿Cómo puede uno obedecer el v. 11 sin ser farisaico?
En sus propias palabras, ¿qué quieren decir las líneas del v.
14? ¿Cuál es la relación entre los vv. 16 y 17? ¿Qué
significan para nuestras vidas las distintas actitudes de los
vv. 15–17?
¿POR QUÉ HEMOS DE SER TRANSFORMADOS? 5:1–17

Mientras Pablo sigue exhortando a los efesios acerca de la transformación que debe
realizarse en ellos, también introduce nuevos argumentos para que los hermanos se
esforzaran en hacer los cambios. Cada argumento debe motivarnos a llevar una vida
diferente, más obediente y más santa. Debemos buscar la transformación por las
siguientes razones:
Para ser como Dios 5:1–2
El versículo anterior (4:32), introdujo esta idea. El creyente debe comportarse como
Dios lo hace. Él nos perdonó y nosotros debemos perdonar. Entonces, Pablo inicia el
cap. 5 con este pensamiento. Un buen hijo aprende del ejemplo de un buen padre,
porque “de tal palo, tal astilla”.
Pero hay conceptos más profundos detrás de este versículo. La Biblia enseña que
Dios hizo al hombre a su imagen para manifestar sus perfecciones. En el huerto de
Edén, los humanos escogieron independizarse de la voluntad divina y mancharon esa
imagen en su ser. Sin embargo, el Altísimo escogió a algunas personas para revelar sus
atributos en el mundo: son los hombres y mujeres de fe que han sido transformados por
su Espíritu. La nación judía tenía esa misión, pero falló en su tarea.
Nuestro Señor Jesús vino como la revelación perfecta de Dios y cuando ascendió al
cielo, dejó a la iglesia como morada del Omnipotente en la tierra. Asimismo, dispuso
que los cristianos se conformaran a su propia imagen y que anunciaran, con su vida y
palabras, las virtudes de aquel que los “llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Al igual que Israel en la antigüedad, los creyentes han recibido el mandato: “sed
santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16). Entonces, no era sólo una manera de hablar
de Pablo cuando dice a los efesios: “sed, pues, imitadores de Dios”. Los cristianos son
el templo del Señor en la tierra y han de ser reflejo y revelación de su persona, así como
hace la luz en medio de las tinieblas.
“Y ANDAD EN AMOR, COMO TAMBIÉN CRISTO
NOS AMÓ, Y SE ENTREGÓ
A SÍ MISMO POR NOSOTROS”
(EFESIOS 5:2).
Pablo enseña que el amor es la cualidad fundamental para vivir la ética cristiana,
especialmente en las relaciones interpersonales y en la unidad del cuerpo de Cristo (4:2;
Romanos 13:8–10). El amor significa entregarse a otras personas como Cristo se
entregó por nosotros.
En los vv. 3–5, Pablo pasa del amor verdadero a la perversión del amor, pasando del
sacrificio por otros a la indulgencia personal; habla a cristianos que vivían en un mundo
donde la pureza sexual y la fidelidad matrimonial prácticamente no existían. La
sensualidad permeaba la sociedad y la religión. Éfeso era la sede de la adoración a
Artemisa (Diana), diosa de la fertilidad, cuyos ritos incluían orgías y prostitución. La fe
cristiana introdujo a ese escenario una norma moral que el ciudadano de ese tiempo no
conocía y que le parecía imposible de cumplir. El apóstol prohibe la fornicación, que
aquí se refiere a toda forma de inmoralidad y perversiones sexuales incluyendo el
adulterio, el incesto y la homosexualidad. La inmundicia generalmente se relaciona con
los pecados sexuales. La avaricia significa anhelar tener más de cualquier cosa, no
importando las consecuencias para otras personas y seguramente aquí se refiere a la
codicia sexual.
En el v. 4, las palabras deshonestas tienen relación con el comportamiento y
comunicación obscena. Las necedades es el hablar tonto, sin sentido ni provecho.
Truhanerías, en su sentido negativo, era la destreza del hombre mañoso, hábil en los
temas y el humor que llega a la indecencia.
En contraste con la sensualidad y la vulgaridad, Pablo manda que se hagan acciones
de gracias. ¿Por qué? El apóstol les recuerda que el sexo está entre los maravillosos y
bellos obsequios de Dios. El creyente aprecia cuál es el propósito divino del sexo y no
debe degradar ni envilecer lo que Dios hizo. En vez de manchar esa dádiva con
perversiones, frivolidad y libertinaje, más bien el cristiano debe expresar su profundo y
sincero agradecimiento a Dios.
Por ser hijos del reino 5:3–7
Estos versículos contienen dos argumentos. En primer lugar, el v. 5 afirma que una
persona que se caracteriza por ser “fornicario, o inmundo, o avaro… no tiene herencia
en el reino de Cristo”. Es decir, esa persona está dando evidencia de que no ha sido
redimida, aunque profese ser cristiana (compárese con 1 Corintios 6:9–10; 1 Juan 3:9–
10). En segundo lugar, en los vv. 6–7, el autor argumenta que por causa de cometer
pecados como estos, los no creyentes son objeto de la ira de Dios. El cristiano no debe
participar con ellos en las prácticas que motivan el castigo divino.
Por ser luz en el Señor 5:8–14
Dios es luz. Continuando con la serie de contrastes entre la vida de pecado y la de
obediencia, Pablo utiliza una de las figuras más antiguas. Cuando en Génesis 1:3–4,
Dios dijo, “sea la luz”, y cuando “separó Dios la luz de las tinieblas”, se instituyó una de
las realidades más evidentes y determinantes de la experiencia diaria del hombre

(Santiago 1:17). La gloria de Dios que guió al pueblo de Israel y habitó en el
tabernáculo y el templo, manifestó su majestad, santidad y resplandor (Salmos 43:3; 1
Timoteo 6:16). Jesucristo encarnado es la luz que reveló a Dios al mundo que estaba en
tinieblas. Él alumbra al hombre para que pase del reino de las tinieblas al reino de luz
(Juan 1:4–9, 14; 3:19–21; 8:12; Colosenses 1:12–13).
El creyente es luz. Nos maravillamos de que el creyente también es luz por estar
unido a Cristo. Ya no participa de las tinieblas, sino de la vida de Jesucristo (comp.
Hechos 26:18; 2 Corintios 4:6; Colosenses 1:13; 1 Pedro 2:9; Mateo 5:14). Per eso debe
andar como hijo de luz.
El v. 9 aclara lo que significa “andar como hijos de luz”. ¿Qué resultados da? Andar
como hijos de luz produce los frutos de “toda bondad, justicia y verdad”. La primera es
contraria a la malicia mencionada en 4:31 y significa la benevolencia que se manifiesta
en la práctica. La justicia es integridad y rectitud moral. La verdad contrasta con la
oscuridad, porque, en vez de ser engañosa e hipócrita, la persona muestra sinceridad e
integridad, (compárese 4:14, 18, 21, 22, 24, 25).
Según el v. 10, andar como hijo de luz involucra la decisión de agradar a Dios como
prioridad en la vida (compárese con Gálatas 1:10; 2 Corintios 5:9; Filipenses 4:18;
Colosenses 1:10). En cambio, según el v. 11, las obras de las tinieblas son infructuosas.
La luz del creyente reprende las obras de las tinieblas (v. 11). El creyente no sólo
evita esa conducta sino la reprende. Su vida reprocha silenciosamente a los que no
practican la santidad. Además, según el v. 12, el creyente no debe estar ocupado en y
conversando sobre esos pecados. La discusión de ellos puede darles una notoriedad y
atracción indebida. Probablemente el sentido del v. 13 es el siguiente: “cuando las obras
secretas son alumbradas por la buena vida de los creyentes, los que las hacen reconocen
sn naturaleza vergonzosa. La razón es que la luz lo revela todo”. Las líneas poéticas del
v. 14 son dirigidas al no creyente, aunque pueden aplicarse también al cristiano que no
anda en obediencia (compárese con Romanos 13:11–14).
Para ser sabios 5:15–17
Ser sabio es no ser necio. El necio es el que actúa sin habilidad y experiencia; busca
metas secundarias, terrenales y materiales y descuida los valores y comportamiento
espirituales. De nuevo Pablo enfoca la mente y voluntad del creyente como la clave de
su conducta.
Ser sabio es aprovechar la oportunidad. El verbo “aprovechar el tiempo” significa
“comprar” o “rescatar” la oportunidad. Pablo no sólo habla de la buena administración.
El tiempo está cayendo en manos de la maldad. Los días se llenan de conducta
infructuosa. El cristiano tiene que aprovechar cada momento y cada día para hacer lo
correcto.
Ser sabio es entender la voluntad de Dios. El insensato es el que actúa sin reflexión
y sin juicio. Es no conocer y no hacer la voluntad de Dios. La persona inteligente y
sabia averigua cuál es la voluntad de Dios para cumplirla. Así evita los pecados del
viejo hombre y aprovecha el tiempo en las actividades que imitan a Dios, que
manifiestan la luz y que producen el buen fruto de bondad, justicia y verdad.
¿CÓMO PODEMOS SER TRANSFORMADOS? 5:18–21
En este pasaje de nuevo se encuentra una prohibición y un mandato. La costa de la
provincia de Asia Menor era conocida per el cultivo de la vid, y el vino se usaba como
un estímulo al compañerismo, convivio y sociabilidad. Pero además, el contraste entre
el vino y el Espíritu Santo tiene un trasfondo religioso.
¡PENSEMOS!
¿Cómo puede el v. 18 ser una clave para alcanzar las altos

ideales de este capítulo? ¿Cuáles son algunas características
de la persona que está controlada por el Espíritu Santo?
¿Cómo contribuyen esas características a nuestra relación
con Dios y con otras personas?
Trasfondo religioso de la embriaguez

El uso del vino en el culto al dios Dionisio abarca muchos siglos, por lo menos
desde el tiempo de Homero, que vivió cerca de 900 a.C. Dionisio era conocido también
con el nombre de Baco. El culto a éste se había esparcido por Asia Menor, Macedonia,
Grecia, Italia, Egipto y Palestina en todos los estratos sociales, e influía mucho en la
cultura. En el arte, el drama, la música, la literatura y la conversación cotidiana,
cualquier referencia a las uvas, al vino, la enredadera de la vid, los sátiros u otro motivo
semejante, recordaban a Dionisio y su culto. Se sabe que la ciudad de Éfeso no sólo se
llenó de la adoración a Artemisa (Diana), sino también a Dionisio.
Algunas características de ese culto eran el énfasis que ponían en la fertilidad, la
intoxicación, la música de flautas, címbalos y tambores, la danza y devorar la carne
cruda de animales. El propósito de algunas de esas actividades, como la intoxicación y
el comer carne, era que Dionisio entrara en el cuerpo del individuo para llenarlo con el
espíritu del dios. Dionisio debía poseer y controlar a la persona para que tuviera su
fuerza y sabiduría. Ellos creían que esto les capacitaba para hacer la voluntad de ese
dios y para que hablaran profecías inspiradas. La literatura antigua dice que la gente que
participaba en las frenéticas orgías del culto a Dionisio sentía alivio de la tensión y
presión de su vida cotidiana.
Disolución significa una vida desenfrenada, abandonada a los excesos y el
libertinaje. La prohibición de embriagarse y la exhortación a ser llenos del Espíritu
forman un contraste, semejante a varias comparaciones marcadas en esta división de
Efesios, que ponen de relieve la conducta del “viejo hombre” y la del “nuevo hombre”.
Pablo quería que evitaran la conducta anterior y la que imitaban sus vecinos.
Significado de la llenura del Espíritu
Entonces Pablo enseña que el ser controlado por Dios, con su sabiduría, fuerza,
enseñanza y confianza no puede ser producido por la intoxicación con vino. Es por
medio de la llenura del Dios verdadero que uno es controlado por él y hace su voluntad.
Además, es enseñado y capacitado por él y disfruta de gozo y paz en medio de las
tribulaciones de la vida. En los siguientes versículos, Pablo dice que en vez de los
desenfrenados extremos de la disolución, el ser lleno del Espíritu de Dios trae frutos
positivos, bellos, edificantes y unificadores.
La expresión “sed llenos del Espíritu” dice mucho. El mandato afirma que es una
responsabilidad personal del creyente. No es opcional ni automático, y el cumplimiento
de este mandato depende del individuo.
Segundo, es el Espíritu el que actúa para llenar al creyente. La participación del
cristiano es permitir ser llenado por el Espíritu. Para ello, tiene que quitar los obstáculos
para que Dios haga lo que desea, que es controlarlo.
En tercer lugar, la llenura del Espíritu no es privilegio de algunos cristianos
especiales. Todos tienen la oportunidad y obligación de ser controlados por él.
Finalmente, el creyente debe estar constantemente controlado por el Espíritu, ya que
está formando un nuevo estilo de vida que le caracterizará siempre. Es importante
recordar que el Espíritu Santo mora en cada creyente desde el momento en que confía
en Cristo como su Salvador (Romanos 8:9). La llenura no es recibir al Espíritu. La

llenura es permitir que el Espíritu Santo cumpla los propósitos por los que llegó a vivir
en el creyente.
No debemos pensar que el cristiano que es lleno del Espíritu Santo actúa como una
persona que ha perdido el control de sí mismo. El fruto del Espíritu es templanza o
dominio propio (Gálatas 5:21–22). Este pasaje de Gálatas enumera muchos resultados
del ministerio del Espíritu, cualidades que describen a una persona sana, tranquila, y
equilibrada: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza”. El creyente debe estar controlado por el Espíritu en cada momento de su
vida, no es una experiencia especial para momentos de éxtasis religioso. El cristiano
debe ser lleno del Espíritu cuando está en su casa, en el trabajo o en actividades de
recreación.
En cambio, la persona sin el control del Espíritu es la que no tiene dominio de sí
misma, sino obedece la naturaleza pecaminosa y vive como el viejo hombre (Romanos
7:15–23). Para algunos, Hechos 2 apoya la idea de que el creyente que está lleno del
Espíritu actúa como una persona ebria. Por eso decían que los discípulos estaban “llenos
de mosto”. Pero al contrario, sólo algunas personas en esa ocasión dijeron eso y fueron
los que se burlaban del milagro que presenciaban. Los demás vieron el significado de a
señal de hablar en otros idiomas y pidieron una explicación.
Cómo ser lleno del Espíritu
El v. 18 enseña que el cristiano es responsable de permitir que el Espíritu Santo lo
controle. ¿Cómo lo hace? Lo hace tomando las decisiones que el creyente debe tomar
para tener comunión con Dios y caminar en la voluntad divina.
En primer lugar, el cristiano necesita limpiarse del pecado que ha cometido y que es
obstáculo para la comunión con Dios y el control del Espíritu; debe ser sensible al
pecado y dejar de justificar y excusar sus actos de desobediencia. Constantemente, el
creyente debe arrepentirse y confesar sus pecados cuando se dé cuenta de su
desobediencia (1 Juan 1:9).
En segundo lugar, el cristiano debe renunciar al espíritu rebelde y egocéntrico que
desea hacer su propia voluntad. Debe entregar su vida al control de Dios, para poder
cumplir la voluntad de él (Romanos 12:1).
En tercer lugar, debe depender del poder del Espíritu en su vida, no de su propia
sabiduría y fuerza humana para obedecer a Dios. Note la promesa que se hace en la
mejor traducción de Gálatas 5:16–17: “Andad en el Espíritu y no satisfaréis los deseos
de la carne”. Al empaparse de la palabra de Dios, meditándola y obedeciéndola, el
creyente es motivado y guiado a tomar esas decisiones. Por medio de una vida de
oración, constantemente mantiene su vida limpia y consagrada a Dios. Al someter su
vida al señorío y poder de Cristo, el Espíritu Santo estará en libertad de llenarlo y
guiarlo.
CONFESAR + ENTREGARSE + DEPENDER
→SER LLENO DEL ESPÍRITU
Otros resultados de la llenura
Desde 4:25, Pablo ha descrito la conducta del nuevo hombre. Ahora en los vv. 19–
21, él agrega cinco características más de las personas que están controladas por el
Espíritu.
Pablo ha dicho mucho sobre el hablar del creyente (4:25–5:4) y ahora describe la
comunicación entre los cristianos. Los salmos son cantos religiosos, especialmente los
que se entonan con acompañamiento instrumental. Los del Antiguo Testamento son los
mejores ejemplos.
Los himnos son cantos de adoración a Dios, y cánticos espirituales es una expresión
general que describe cantos que llevan un mensaje espiritual, no necesariamente de
adoración a Dios, aunque podría incluirla.
Varios pasajes ilustran que las iglesias compusieron himnos que expresaban sus
convicciones, adoración y exhortación (1 Timoteo 3:16; 2 Timoteo 2:11–13; Efesios
4:4–6 y 5:14). El pasaje paralelo en Colosenses 3:16 relaciona esos cantos con la
expresión de la palabra de Dios para la enseñanza y la edificación mutua en la
congregación. Los cristianos no sólo alaban a Dios, sino que también se edifican
mutuamente. “En vuestros corazones” enseña que la alabanza auténtica y aceptable es la
que brota del corazón, no la que es externa y mecánica.
Por la frase “entre vosotros” entendemos que el autor está enfocando pequeños
grupos o cultos generales. Es posible que se contrasten la naturaleza espiritual y
ordenada de la adoración cristiana con el desenfreno carnal del culto pagano donde el
vino controlaba al grupo.
“Dando siempre gracias” señala otra costumbre de la vida de los creyentes que son
dirigidos por el Espíritu (compárese con 1 Tesalonicenses 5:18; Filipenses 4:6 y
Hebreos 13:15). Pablo había sido prisionero de los romanos por casi cuatro años y
seguía estando agradecido a Dios (compárese Filipenses 1:12–18). Aun en medio de los
males y las aflicciones debemos dar gracias a Dios (Efesios 3:13; Colosenses 1:24;
Santiago 1:2–3; 1 Pedro 4:12–13; Lucas 21:28; Hechos 5:41; 16:25). La falta de
gratitud a Dios es un pecado fundamental (Romanos 1:21). El no reconocer la persona y
provisión del Creador da inicio a la caída espiritual y moral que termina en el juicio del
mundo sin Cristo.
La última recomendación de la lista de los frutos de la llenura del Espíritu Santo es
“someteos unos a otros”, o mejor traducido, “sometiéndoos unos a otros”. El verbo
significa “subordinarse”, “tomar el rango bajo otro” y Pablo lo usó unas veintidós veces.
Se contrasta con la vida egocéntrica que sólo busca lo suyo. La sabiduría del mundo
dice que uno debe dominar a otros. En cambio, la sumisión surge de la humildad y el
afecto y produce la cooperación (4:2–3). Es el secreto de las buenas relaciones en la
comunidad cristiana y produce el fruto de orden y disciplina. Entonces, la llenura del
Espíritu Santo influye en nuestras relaciones con otros para producir la armonía con
Dios, con los creyentes y, como se verá en los versículos que siguen, con los miembros
de la familia.
LLENOS DEL ESPÍRITU →SUMISOS UNOS A OTROS
¡PENSEMOS!
Entre los miembros de una congregación, ¿cuáles son
algunas maneras de manifestar amor? En la familia, ¿cuáles
son algunas formas prácticas de manifestar amor en vez de
egoísmo? ¿Cuáles son algunos ejemplos actuales de la
conducta que se describe en 5:3–4? ¿En qué área de su vida
está tentado a conformarse al mundo y no ser 1a luz? En su
opinión, ¿cuándo y cómo debe el cristiano reprender las
obras de las tinieblas? ¿Cuál es la aplicación del v. 12 con
relación a la conversación, la literatura y algunos programas
de televisión? En los vv. 15–17, ¿qué principios prácticos
encuentra para dar dirección a su vida? ¿Por qué son
importantes en la vida cristiana la acción de gracias y la
sumisión? ¿Qué revelan acerca del corazón del creyente
estos elementos? ¿En qué aspecto de su vida no está
aprovechando las oportunidades que Dios le da? ¿Qué

decisiones debe tomar al respecto? ¿Qué significa para su
vida ser lleno del Espíritu Santo? ¿Qué necesita hacer ahora
para ser lleno del Espíritu?
11
Sumisos ante los otros
Efesios 5:22–6:9
Entre las características del nuevo hombre hay responsabilidades que debe cumplir
en el hogar. Para que haya unidad y armonía en la iglesia de Jesucristo, es necesario que
éstas primero existan en el hogar de sus miembros. El hogar de los cristianos no es una
esfera separada de la iglesia, sino un sector del cuerpo de Cristo.
Para los efesios, era un gran desafío tener un hogar genuinamente cristiano. También
es difícil en la actualidad, porque requiere obedecer el diseño del Creador quien
estableció la familia, aunque esa norma vaya en contra de la naturaleza pecaminosa y
costumbres de la sociedad.
¡PENSEMOS!
En su opinión, ¿por qué está íntimamente ligado este pasaje
con la llenura del Espíritu Santo (vv. 18–21)? ¿Cuál es la
actitud en el v. 21 que da la pauta para la vida en el hogar?
Fijándose en los detalles del pasaje, ¿cómo debe
manifestarse la sumisión en la vida de cada persona, sea
mujer, hombre, padre, hijo, siervo o amo? En los vv. 22–25,
¿cuáles son las enseñanzas de Pablo que ayudan a la mujer a
entender su responsabilidad y aceptarla? ¿Tiene la esposa
esta misma responsabilidad si el esposo no tiene una relación
personal con Jesucristo? (1 Pedro 3:1–6) En los vv. 25–30,
¿cómo enseña el ejemplo de Jesucristo la forma en que el
esposo debe amar a su esposa? ¿Qué significa para un
marido amar a su esposa como se ama a sí mismo? ¿Cómo
contribuye el concepto de unidad expresado en los vv. 30–32
Para el entendimiento de la enseñanza sobre el matrimonio?
Reflexione en las maneras que la obediencia a Dios de cada
pareja hace más fácil el cumplimiento de la responsabilidad
del otro.
LA ARMONÍA EN EL MATRIMONIO 5:22–33

El apóstol se dirige primero a la mujer y después al hombre cristiano para que sepan
cómo pueden vivir en armonía dentro del matrimonio
La esposa debe someterse al liderazgo de su marido 5:22–24
En nuestro día, esa instrucción de Pablo es muy debatida. Algunos argumentan que
debe haber total igualdad de funciones en el matrimonio. En el lado contrario, como
sucedía en el tiempo de Pablo, están los que ven a la mujer como inferior, cuyos
sentimientos, habilidades, necesidades y criterio no han de tomarse muy en cuenta.
La Biblia enseña que Dios creó al hombre y a la mujer a su propia imagen y que uno
no es superior al otro. Los creó con diferencias muy especiales para que se
complementaran el uno al otro, haciendo una unidad perfecta. Dios los creó diferentes
para que en el matrimonio la naturaleza del hombre llenara las necesidades de la mujer
y la de la esposa, las de su marido.
Lo que sabotea el plan de Dios es el pecado y el egoísmo de cada persona que le
impulsa a dar prioridad a sus deseos y no someterse a la voluntad de Dios ni buscar el
bien de su pareja. Sólo cuando los matrimonios comprenden y practican el diseño
divino de servir a su pareja y de ser de bendición mutua, puede haber armonía en el
hogar. Estos versículos enseñan tres verdades:
La esposa debe reconocer el liderazgo de su marido. El cristianismo ha dado a la
mujer un lugar de dignidad, honor, aprecio y derecho que no se encuentra en otras
religiones. Cuando se entiende y se vive el orden divino en el matrimonio, la mujer goza
de honra y felicidad. El significado del verbo someteos (v. 21) es “ubicarse en un rango
por debajo”. Dios pide a la mujer reconocer el orden que él diseñó.
En cualquier entidad tiene que haber un líder cuya responsabilidad es que todo
funcione bien. El esposo no es autónomo porque Cristo es su Señor y tiene que
someterse a él. Este orden no implica que la mujer es inferior, ni habla despectivamente
de la inteligencia y capacidades femeninas, valores que podrían ser mayores que los de
su esposo. El hombre que reconoce la valía de su pareja apreciará sus puntos de vista y
criterios. Tomarán las decisiones en conjunto cuando sea posible. Además, se
complementan porque cada uno contribuye con una perspectiva y sabiduría que el otro
no tiene en el mismo grado.
¿Qué significa esta sumisión en la práctica? Ella respeta y admira a su esposo, lo
apoya, anima, escucha y sigue, no lo critica ni manipula. Para ella su marido es la
persona más importante en su vida, se esfuerza por ser afable, atractiva, gentil y
controlada para su marido. Ella es la ayuda idónea de su esposo porque contribuye con
sus conocimientos, habilidades y una personalidad diferente a la de él.
Pablo provee un ejemplo de ternura y consideración en las instrucciones que da para
la mujer. En el idioma original, él se expresa con suavidad de una manera no muy
directa. Además, el pasaje dedicado a la mujer es breve. El autor reconocía que la mujer
de aquella cultura sufría muchas veces la humillación y el abuso de su esposo. En la
actualidad, conviene que los maestros de la palabra de Dios sean también considerados
y equilibrados en su enseñanza.
La esposa debe hacerlo por obediencia a Dios. Cumplir con estas instrucciones a
menudo será difícil para la mujer, tanto por su propia naturaleza como por las actitudes
y comportamiento del hombre. La frase como al Señor la enseña a obedecer como
muestra de su amor y obediencia a Jesucristo. Primera de Pedro 3:1 dice que la
sumisión, tranquilidad y amabilidad de la esposa pueden ganar para Cristo a un esposo
que no es cristiano. Entonces, tener un cónyuge que no es creyente no cambia la
responsabilidad de la esposa cristiana.
La esposa debe ser motivada por el ejemplo de Cristo y la iglesia. La relación de la
mujer con su marido se dignifica y ensalza al compararse con la iglesia y Jesucristo. El
matrimonio debe ejemplificar la unidad, afecto, colaboración, gozo y felicidad que hay
en la relación espiritual entre la persona redimida y su Señor y Salvador.
ARIDO → JESUCRISTO
POSA → IGLESIA
¿Cuál es la función de liderazgo que tiene el esposo? El v. 23 dice que él es la
cabeza, así como Cristo es cabeza de la iglesia y “él es su Salvador”. El liderazgo del
esposo tiene el estilo de un “salvador” y manifiesta el amor que está dispuesto a morir
por su esposa (Marcos 10:45). En la siguiente sección, Pablo explicará lo que significa
el liderazgo de servicio. El esposo tiene que evitar cualquier pensamiento o conducta de
subyugación, opresión, dominio o prepotencia. El papel de la mujer no es de ser la
sirvienta del hombre y cumplir sus deseos egoístas y caprichosos. Como ayuda idónea,
ella contribuye para que el hombre glorifique a Dios.
Debemos preguntarnos si hay circunstancias en que la mujer no pueda continuar en
sujeción a su esposo. Cuando un marido exige que muestre una conducta contraria a la
palabra de Dios, como mentir, engañar, abusar de sus hijos, hurtar o ser inmoral, la
esposa creyente tendrá que obedecer primero a Dios. En ese caso, ella está motivada por
el amor que profesa a su esposo al no apoyarlo en una conducta pecaminosa.
Si él abusa de su esposa o de sus hijos, especialmente física o sexualmente, ella debe
buscar ayuda y podría ser necesario salir de esa circunstancia peligrosa. También,
cuando un cónyuge persiste en el adulterio y no responde a los esfuerzos de su esposa ni
de otras personas para que cambie, es necesario que ella exija en amor que el esposo
escoja serle fiel a ella o separarse.
El esposo debe manifestar amor sacrificial 5:25–33
El pasaje para el varón es mucho más extenso y su estilo más directo. El papel del
hombre es difícil y requiere explicación y motivación para que pueda cumplir con la
voluntad de Dios. El pecado ha distorsionado las relaciones entre el hombre y la mujer,
y en muchos hogares, el liderazgo humilde y amoroso del esposo ha sido reemplazado
por el dominio o la pasividad. Por ser líder, la armonía, la felicidad y el buen
funcionamiento del matrimonio dependen más del marido. La exhortación del v. 25 es
asombrosa. ¿Qué enseña el pasaje para que el hombre sepa amar como Cristo?
El esposo muere para sí mismo v. 25. Es probable que el hombre no tenga que
enfrentar la necesidad de morir por su mujer. Sin embargo, para ser como Cristo, tendrá
que sacrificar su propio yo y valorar los intereses, sentimientos y necesidades de su
esposa. El amor sacrifica la comodidad y las preferencias personales para servir al otro.
Pensemos en el sacrificio del Señor de la gloria, quien dejó el cielo para ganar a su
novia y se esforzó, sufrió y murió por ella. Con paciencia y longanimidad, continúa
buscándola y ganándola para un día estar unido eternamente con la iglesia. La
desobediencia de ella sigue causándole tristeza, pero se goza de cada victoria cuando un
pecador se arrepiente o un creyente da otro paso en el crecimiento hacia la imagen de
Cristo.
EL MARIDO
SE SACRIFICA POR SU ESPOSA v. 25
SE ESFUERZA PARA SU vv. 26–27
DESARROLLO vv. 28–30
LA CUIDA COMO A SÍ MISMO vv. 31–33
LE DA PRIORIDAD SOBRE
OTROS
El esposo se dedica a la santificación de su esposa vv. 26–27. El marido trabaja para
que su esposa e hijos crezcan espiritualmente y se desarrollen en todo aspecto de la
vida. Lo hace por medio de la oración constante por ellos y del ejemplo, manifestando
una vida de amor, espiritualidad, integridad y servicio. Asimismo, lo hace al vivir en la
palabra de Dios y compartirla con ellos.
La santificación de cada persona es una obra del Espíritu de Dios y de la palabra
santa, pero el esposo humildemente colabora con el Señor para desarrollar la belleza
espiritual de su esposa e hijos. Es un varón de Dios en cuya vida mora en abundancia la
palabra de Cristo. Así como el Señor intercede por nosotros, también el esposo hace
peticiones específicas por su esposa. Pide por su vida espiritual, responsabilidades,

presiones, tentaciones, amistades y sueños. El cariño y comprensión del esposo hacen a
la esposa sentirse segura en su amor, saberse valiosa para él y estimulada para llegar a
los más altos niveles de santidad. Además, le permite respetarlo, admirarlo, amarlo y
seguirlo en forma más natural y sencilla. ¿Es mi esposa más como Cristo por haberse
casado conmigo? ¿O acaso es más como Cristo a pesar de mí?
El esposo ama a su esposa como a sí mismo vv. 28–30.
La regla de oro del matrimonio no es sólo una norma de conveniencia humana, sino
que está basada en una realidad, dice Pablo. Al amar a su esposa, el hombre estará
amándose a sí mismo, porque son una sola carne y están unidos como Cristo y la iglesia
(v. 30). Esto se traduce en una mayor sensibilidad del esposo por los sentimientos y
circunstancias de su mujer. El siente sus propias emociones, tristezas y anhelos.
También comprende con paciencia y simpatía las necesidades, aflicciones y sueños de
su cónyuge. Entonces la sumisión es mutua. El esposo que ama a su esposa la
comprende y se sujeta a la naturaleza de ella, dentro del marco de la voluntad de Dios.
“VIVID CON ELLAS SABIAMENTE
(CONOCIÉNDOLAS), DANDO HONOR A LA
MUJER COMO A VASO MÁS FRÁGIL, Y COMO A
COHEREDERAS DE LA GRACIA DE LA VIDA,
PARA QUE VUESTRAS ORACIONES
NO TENGAN ESTORBO”
(1 Pedro 3:7)
Este amor no es sólo un sentimiento, es acción. Los actos sencillos de cortesía de
parte del esposo proclaman el evangelio, el mensaje que transforma una vida egoísta en
otra que busca el bien del ser amado, que dice: “mi vida doy por tu vida”.
El esposo le da prioridad a su esposa sobre otras personas vv. 31–33. El v. 31 está
tomado de Génesis 2:24 y enseña que la relación más cercana ya no es con los padres.
Ahora la pareja forma un nuevo núcleo que tiene prioridad sobre toda otra relación. Este
versículo afirnma que los esposos “se pegan” el uno al otro. La esposa ha de ser lo más
importante en la vida de él después de Jesucristo. Para él y ella, el cónyuge es más
importante que sus padres, hijos, amigos y amigas, trabajo diversiones. Esto demanda
tiempo, comunicación, sensibilidad y lealtad. Esta prioridad debe reflejarse en las
decisiones que toman cada día.
Este amor y entrega requiere mucha comnunicación. Ésta es necesaria para conocer
y comprender a la compañera y darse a conocer a la amiga de mi vida. La comunicación
no ha de lastimar, sino animar al cónyuge y buscar soluciones a los problemas. Muchos
matrimonios no prosperan ni mejoran porque la esposa lleva profundas cicatrices debido
a la insensibilidad del varón y a palabras que la hirieron tan proftndamente que han
cambiado su frágil personalidad de mujer. El esposo ama, escucha con paciencia y
entendimiento y su comunicación edifica a su compañera y fortalece la relactión entre
ambos.
“NINGUNA PALABRA CORROMPIDA SALGA DE

VUESTRA BOCA, SINO LA QUE SEA BUENA
PARA LA NECESARIA (OPORTUNA)
EDIFICACIÓN, A FIN DE DAR GRACIA A LOS
OYENTES”
(Efesios 4:29).
Si creemos que el ideal del apóstol Pablo es muy alto, él velve a recordarnos en el v.
32 que es así porque se basa en la relación sublime y eterna que hay entre Jesucristo y la
iglesia. No puede haber más elevado ejemplo. La tarea del esposo cristiano es grande.
En el último versículo, por tercera vez en el pasaje, el autor manda al hombre a amar a
su esposa con el amor que está dispuesto a darse por ella para buscar su bien, no el
propio.
Además, el apóstol recalca el papel de la mujer con una nueva palabra. “Respetar”
es la actitud que está detrás de la sumisión La esposa no debe colaborar con él por
deber, amargamente o con disgusto, sino con un corazón de admriración. Cuando ella
siente constantemente el amor leal de su marido y él siente la admiración respetuosa de
la esposa, ambos disfrutan la relación humana que está “más cerca del cielo”.
LA ARMONÍA ENTRE PADRES E HIJOS 6:1–4
¿Qué significa la sumisión mutua en la relación entre hijos y padres? Pablo se dirige
primero a los hijos hablando de la sujeción. Sin embargo, da instrucciones a los
progenitores porque también ellos necesitan reconocer la naturaleza del hijo y ser
controlados en su conducta.
¡PENSEMOS!
En su opinión, ¿por qué argumenta Pablo que es justo que
los hijos obedezcan a sus padres? ¿Cuál es la diferencia entre
obedecer y honrar? ¿Cómo se demuestra el honor de un hijo
para sus padres en formas prácticas? ¿Qué conducta de los
padres podría provocar a ira a sus hijos? En su opinión,
¿qué significa obedecer en el señor y la amonestación del
señor?
Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres 6:1–3

Como en el caso de las esposas, la frase “en Señor” significa que el hijo debe
obedecer “porque esto agrada al Señor” (Colosenses 3:20). También, él obedece
“porque esto es justo”. Es correcto porque Dios lo pide, pero también porque esta
relación sabia es parte de la naturaleza humana. Los hijos deben a sus padres su
existencia. Nadie los ama más. Los padres tienen más experiencia de la vida y deben,
por eso, ser más sabios.
El v. 2 se basa en Éxodo 20:12 y Deuteronomio 5:16. Honra significa que el hijo
considera a sus padres dignos de respeto. Del honor, que es una actitud del corazón,
nace la obediencia. Pablo introduce otra razón para ser obedientes a los padres: “es el
primer mandamiento con promesa”. En realidad son dos las razones; 1) es un
mandamiento de primera importancia, y 2) este mandato lleva promesa que se encuentra
en el v. 3, trae bienestar general y longevidad.
La promesa de una vida más exitosa y larga es un axioma general y no una garantía
universal. Generalmente, el hijo que sigue las normas y la sabiduría de sus padres
diserutará de una vida mejor. Las advertencias de sus padres le evitarán muchos peligros
físicos, materiales, relacionales, espirituales y emocionales. Si obedecen a sus padres,
escogerán mejores compañeros y no caerán en las malas costumbres, disolución y vicios
que a menudo traen ruina, enfermedad y muerte. La crianza y disciplina de los padres
debe desarrollar cualidades fuertes, valores positivos y un carácter sano.
Los padres deben criar can responsabilidad a los hijos 6:4
La sumisión del hijo a los padres implica que ellos tienen autoridad. Sin embargo,
Pablo enfatiza las limitaciones y el rumbo de esa autoridad. “No provoquéis a ira”
incluye las ideas de irritar y frustrar. Colosenses 3:21 dice: “no exasperéis a vuestros
hijos”. El uso arbitrario, irracional e inconsiderado de la autoridad desanima, frustra y
causa resentimiento en el hijo. Los padres los frustran cuando sólo ven las faltas de ellos
o cuando tienen otras prioridades en sa vida y no les dedican tiempo. En cambio, las
exhortaciones que siguen implican que los padres animan, apoyan y encauzan al hijo
para que se desarrolle y alcance su potencial.
“PADRES, NO EXASPERÉIS A VUESTROS
HIJOS, PARA QUE NO SE DESALIENTEN”
(Colosenses 3:21).
Criadlos incluye la ternura y el esfuerzo. Preparar al hijo para ser un adulto sabio y
responsable requiere que se sienta seguro en el amor de sus padres. Éstos demuestran
que valoran a los hijos por el cuidado, el tiempo, la atención y las energías que invierten
en ellos.
El apóstol sigue explicando que los padres deben criar a sus hijos “en disciplina”,
que significa “educar”, “entrenar”, “guiar”, “encauzar” hacia la madurez y la buena
conducta. Abarca todo lo que un maestro hace por su discípulo y lo que un padre hace
para llevar de la mano a su hijo, enseñarle el camino correcto, y dirigirlo por él. Incluye
los aspectos positivos de instrucción, exhortación, motivación y ejemplo, pero también
la corrección y disciplina que opera cnando el hijo se desvía del camino recto.
Las Escrituras dicen que el castigo es imprescindible en la vida del niño (por
ejemplo: Proverbios 13:24; 22:15; 23:13–14; 29:15) y que necesita aprendor temprano
en la vida que el no conformarse a las normas sabias de conducta trae consecuencias
negativas. Así estará preparado para la vida de adulto. Este texto equilibra
maravillosamente las responsabilidades de los padres para que entiendan que la
corrección se ejercita dentro de un ambiente de amor, cuidado y reflexión.
Amonestación es la educación verbal, problemente con más énfasis en las
advertencias y el reproche, pero también incluye la instrucción positiva. Primera
Corintios 10:11 y 2 Timoteo 3:16 indican que el padre de familia tiene un recurso
poderoso. Puesto que el papel de las Escrituras es entrenar y amonestar, entonces
conviene que el niño esté familiarizado con ellas desde temprana edad y que aprenda a
aplicarlas en su vida práctica durante sus años de desarrollo.
La amonestación no debe ser sólo de los padres; también “es del Señor”. La
responsabilidad de los padres es llevar la disciplina y la amonestación de Dios a la vida
del hijo. Ellos son canales o instrumemtos que están bajo la dirección del Padre y
maestro perfecto. A través de la enseñanza de las Escrituras y el modelo de los padres en
su obediencia a la misma norma, el hijo llega a conocer a Dios y a tener comunión con
él. Al honrar y obedecer a sus padres, el hijo aprende a hacer lo mismo con Dios y a
someterse a las autoridades humanas.
LA ARMONÍA LABORAL 6:5–9
Las instrucciones para el hogar incluyen a los siervos (esclavos) y a los amos,
porque muchos esclavos vivían y trabajaban en el seno del hogar como domésticos,
niñeras, tutores, contadores, administradores, médicos, enfermeras, artesanos, jardineros
oficinistas o cualquier otro oficio que contribuyera al manejo de la casa o de un negocio
que funcionara en el hogar
La institución de la esclavitud permeaba la textura social y económica del mundo
romano. Se ha calculado qae 60 millones de personas del imperio eran esclavos que
vivían en una tercera parte de las ciudades grandes como Roma, Corinto y Éfeso.
Habían llegado a la esclavitud por haber sido capturados en guerra, por secuestro, por
nacer esclavos por deudas, por castigo, por venderse a sí mismos o por ser vendidos o
abandonados por sus padres.
Variaba mucho el trato que recibían. Aunque algunos eran maltratoados y castigados
cruelmente por sus errores, en el primer siglo la condición de los esclavos nabía
mejorado. Muchos recibían la libertad después de algunos años de servicio; podían tener
propiedades e igresos y ahorrar para comprar su libertad. Su estatus social y apariencia
personal muchas veces no difería de las personas libres. En las iglesias cristianas había
esclavos y había dueños de esclavos. La fe cristiana tenía implicaciones para su
comportamiento en esas relaciones.
Demos gracias a Dios que la enseñanza apostõlica contenía la semilla de una nueva
ética que hizo cambios radicales en el primer siglo, y como una bomba de efecto
retardado, al final erradicó la esclavitud. Los apóstoles enseñaban y practicaban el
principio de que los hombres habían sido creados iguales en Adán y, después, recreados
iguales en Jesucristo. El esclavo es libre en Cristo, y el hombre libre es el esclavo de
Jesucristo. El esclavo y el amo se arrodillaban juntos y eran igualmente responsables
ante un solo amo y Señor. Aprendieron el principio de justicia: “haced lo que es justo y
recto con vuestros siervos” (Colosenses 4:1). Estos conceptos adelantaron infinitamente
los conceptos humanitarios más radicales del primer siglo.
Actualmente debemos aplicar las reglas de estos versículos a las relaciones entre los
empleados y los jefes en las esferas del trabajo, oficios y profesiones. Aquí encontramos
el mandato de sumisión para los empleados, pero también la obligación de los jefes de
respetar y ser considerados con los empleados.
¡PENSEMOS!
Basado en las instrucciones de los vv. 5–8, haga una lista de
principios que deben guiar las actitudes y conducta del
empleado cristiano. ¿Qué significa en la práctica el trabajar
“como siervos de Cristo” (vv. 5, 6, 7)? ¿Qué significa la
instruccion a los amos “haced con ellos lo mismo”? ¿Cuál es
el argumento que pablo da a los amos?
Los empleados deben hacer su trabajo para el siñor 6:5–7

Obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor enseña el respeto que el
empleado debe tener por la posción y autoridad del jefe. En 1 Timoteo 6:1–2, Pablo
reconoce la tendencia del cristiano a no manifestar el debido respeto si el jefe es
creyente. También, ese pasaje enseña que la reputacion de Dios y de la enseñanza
cristiana depende de la buena conducta en el trabajo. No hay lugar para la
insubordiuación y amargura, aunque sean actitudes internas.
La segunda actitud es la sinceridad. La sencillez es trabajar sin móviles escondidos
de interés personal, ni con hipocresía. Al servir al amo, estamos sirviendo a Cristo y
debemos hacerlo con el mismo espíritu.
El tercer requisito es que sea un trabajo de conciencia: no sirviendo al ojo. El
cristiano debe ser diligente y responsable ann cuando el jefe no esté presente y buscar la
calidad y excelencia en su trabajo aun cuando sepa que no va a ser evaluado. Lo hace
porque es siervo de Cristo.
Además, el cristiano ha de trabajar de corazón y de buena voluntad, es decir,
agradablemente y con benevolencia; él cumple con su tarea con felicidad, como un
placer, “como para el Señor” (vv. 6–7). Es motivado por la promesa de que el Señor
recompensará el trabajo que se hace con la actitud correcta (v. 8). Entonces, la
conclusión de todo es que la labor cotidiana, sea en la casa, el taller, la oficina o la
profesión, es un servicio a Dios y, entonces debe tener todas las características de un
ministerio para él de sumisión, dedicación, excelencia y gozo, ya sea que seamos

esclavos o libres.
Los jefes tienen un Señor que no hace acepción de personas 6:9
Las instrucciones para los jefes son breves, pero tienen implicaciones muy grandes
para el escenario laboral. Primero, las mismas actitudes del empleado también aplican al
amo. Ellos deben respetar a los empleados con el buen trato y consideración que esto
implica. Deben ser honestos, sinceros, responsables y correctos en los arreglos y
acuerdos con ellos. No hay lugar para una supervisión por medio de amenazas.
La segunda regla gerencial es reconocer que los jefes no son autónomos. Ellos
también tienen un jefe “en los cielos”. El mismo Señor por el cual trabajan los
empleados es también de los jefes y su trabajo es también un servicio a él. Su Señor
sigue uma norma que los jefes también tiene a que seguir: que Dios es imparcial en su
trato con los hombres. Ellos deben ser sumisos, tanto al Señor como también a los
derechos, necesidades y sentimientos de los que trabajan para ellos.
Este paitrón divino de conducta y la transformación del hombre en Cristo en todas
las esferas de su vida son cambios revolucionarios en el hogar y el trabajo. Dentro de un
mundo de maldad, egoísmo e ignorancia, Dios está creando la contracultura del reino de
luz que revela la santidad, rectitud y paz de su persona. Ahora, la reputación de Dios y
de su iglesia depenede de la humilde obediencia a sus preceptos por parte de los que han
nacido de nuevo.
¡PENSEMOS!
¿Cuáles son algunos abusos del concepto de sumisión en el
matrimonio? ¿En la familia? ¿En el trabajo? ¿Cuáles son
algunas maneras de amar a la esposa como Cristo amó a la
iglesia? ¿Qué encuentra más dificil en estas instrucciones? Si
es esposo, ¿qué necesidades emocionales o materiales de su
esposa debe usted llenar mejor de lo que ha hecho en el
pasado? ¿Cómo lo hará? Si es esposa, ¿qué necesidades
emocionales de su esposo debe llenar mejor que en el
pasado? ¿Cómo lo hará ¿Qué ha descubierto usted que le
impulse a cambiar su actitud o conducta?
Después de estudiar este pasaje, ¿qué nueva perspectiva
tiene sobre la relación entre Cristo y la iglesia?
Si usted es hijo y vive en la casa de sus padres, ¿cómo puede
manifestar mejor el honor y obediencia a ellos? Si usted es
padre o madre, ¿está aprendiendo su hijo a respetarlo
(a) y obedecerlo (a)? ¿Qué debe hacer para hacerlo más
natural y más fácil? ¿Por qué cree que es importante?
¿Cómo se puede corregir y disciplinar al haijo sin frustrarle
o provocarle a ira?
En formas prácticas, ¿cómo afectarían las instrucciones de
Pablo al trabajador en una fábrica? ¿al comerciante? ¿al
pastor? ¿al empleado de almacén? ¿al abogado? ¿a la
enfermera? ¿al médico? ¿al empleado de limpieza? ¿Cuáles
son las tentaciones que usted puede enfrentar en su trabajo
por tratar de “agradar a los hombres” o “servir al ojo”?
¿Cómo difieren las normas en este pasaje de las costumbres
del medio ambiente en que usted vive?
12
Equipados para resistir
Efesios 6:10–24
Esta epístola contiene temas sublimes acerca de las bendiciones espirituales, la
maravillosa gracia de Dios y la unidad de todos los creyentes, Ahora, de repente, el
autor habla de un gran peligro y una terrible guerra que el creyente tiene que pelear
contra las fuerzas demoniacas. Cuando el lector está pensando que su enemigo mayor es
su propia lengua, sus emociones, la lascivia, un cónyuge necio o un hijo rebelde, Pablo
dice que “no tenemos lucha contra sangre y carne”.
¡PENSEMOS!
¿Qué dice Pablo acerca de las huestes de maldad en los
capítulos anteriores? ¿Qué relación puede haber enter el
tema de este párrafo y los otros temas de Efesios? ¿Qué
aprendemos en los vv. 10–13 sobre el verdadero enemigo de
Cristo, del creyente y de la iglesia? ¿Por qué estamos prestos
a pensar que tenemos lucha contra humanos? Exprese las
exhortaciones de los vv. 10–13 en sus propias palabras.
Según estos mismos versículos, ¿cuáles son los recursos del
creyente? Según el v. 13, ¿para qué necesita el cristiano eatar
defendido por una armadura?
No es la primera vez en esta carta que Pablo habla de las fuerzas espirituales. En
1:21–22 afirmó el triunfo de Cristo y su autoridad sobre esos poderes. En 2:2–5, Pablo
dice que Dios nos rescató del dominio del “príncipe de la potestad del aire”. En 3:10,
nos sorprende saber que los poderes espirituales aprenden de la sabiduría de Dios al
observar el milagro de la unidad de los pueblos en el cuerpo de Cristo.
En 4:26–27 se ve que el diablo todaviá está activo. Aunque fue juzgado y
sentenciado cuando Cristo murió y resucitó, todavía tiene poder, si se le da oportunidad
de influir y corromper la vida del cristiano. El creyente puede todavía hacer “las obras
infructuosas de las tinieblas” (5:11).
Antes de cerrar su carta entonces, el autor identifica al verdadero enemigo y sus
huestes de maldad. Estos se oponen a los propósitos de Dios. No pueden cambiar las
grandes obras de redención y de la creación de un nuevo pueblo en Cristo, pero sí
luchan para que esa unaidad no se manifieste en la vida comunitaria de los creyentes.
Satanás odia el estilo de vida que Pablo manda en Efesios, una vida de unidad,
crecimiento espiritual, estabilidad doctrinal, honestidad, perdón, pureza, sumisión y
amor. Él lucha para evitar que el creyente camine hacia a la madurez. Lo distrae con la
pereza, las ofensas, la avaricia, la lascivia, problemas en el hogar y el egoísmo a todo
nivel, para que la iglesia, la doctrina y Cristo mismo, sean blasfemados.
El tema es crucial, porque si el creyente no aprende a resistir a Satanás en el poder
de Dios, no podrá vivir en una vida transformada y la iglesia no vivirá en armonía. Los
vv. 10–13 identifican al enemigo y el poder que puede detenerlo, Los vv, 14–18 detallan
la proteccián que el creyente necesita llevar para contrarrestar los esfuerzos del
enemigo.
IDENTIFICANDO EL ENEMIGO 6:10–13

A menudo, el cristiano piensa que los enemigos son sólo humanos, como los que le
ofenden, critican o persiguen. Pero Pablo dice que estamos en una lucha sobrenatural, y
per eso, no podemos resistir con nuestra propia fuerza y sabiduría.
En cuanto a la oposición de Satanás, los cristianos se han eqoivocado de dos
maneras. Algunos piensan que el diablo y sus mensajeros están detrás de todo mal,
cuando, en realidad, el cristiano enfrenta también la influencia del mundo que lo rodea
Y su naturaleza pecaminosa. El creyente sufre aflicciones y pruebas que resultan de sus
propias decisiones y por causa de la maldición de la naturaleza por el pecado de Adán.
Otros se equivocan porque no reconocen la realidad y el poder de Satanás en el
mundo actual, Los vocablos del v. 12 revelan el poder y autoridad de las huestes
espirituales satánicas. Sugieren que hay una jerarquía de seres que gobiernan en el reino
de las tinieblas. Satanás tiene mucho poder para actuar (1 Juan 5:19; 2 Corintios 4:4;
Colosenses 1:12 y Hechos 26:18). El crecimiento de la iglesia, la transformación de los
humanos y la unidad de los creyentes, desafian directamente a Satanáas. Entonces, él
dirige todos sus esfuerzos para destruir la armonía y testimonio del pueblo de Dios y
trabaja en contra de todo lo que Pablo enseña y exhorta en Efesios.
El v. 11 habla de sus asechanzas (comp. 2 Corintios 2:11; 11:14), Desde el huerto de
Edén, él ha sido el padre de la mentira, porque es experto en engañar; se especializa en
mezclar la falsedad con la verdad y enseña al hombre doctrinas de demonios y a
justificar sus pecados. Le convence de que está haciendo el bien cuando realmente está
desobedeciendo a Dios.
Se vale de nuestra naturaleza para alejarnos de la consagración y santidad y para
desviarnos de la voluntad de Dios. La naturaleza pecaminosa incluye el amor a sí
mismo, la sensualidad, la búsqueda de comodidad y placer, la duda de la bondad de
Dios, el atractivo de las doctrinas novedosas, el intelectualismo, el legalismo, la
soberbia, la indiferencia, la amargura, el desánimo y la depresión. A menudo, el diablo
no nos ataca directa y abiertamente, sino en maneras escondidas, sutiles, seductoras e
inesperadas, métodos adaptados perfectamente al individuo, a la circunstancia y al
momento. Por ejemplo, mientras el creyente se enorgullece de su victoria sobre los
vicios y el escándalo, Satanás promueve sus actitudes internas de crítica, resentimiento,
ambición, avaricia, pereza o envidia.
Sin embargo, el apóstol también da esperanza al cristiano que se siente acosado por
las huestes de maldad. Satanás es más potente que los humanos, pero no tiene el poder y
la autoridad de la Trinidad.
Los ángeles son criaturas de Dios y Satanás es una criatura. Es finito mientras que
Dios es infinito. Su poder es limitado mientras que Dios es omnipotente. Su
conocimiento es imperfecto mientras que Dios es omnisciente. Está constreñido por el
espacio mientras Dios es omnipresente. Además, Jesucristo tiene autoridad sobre
Satanás porque lo venció en la cruz (Colosenses 2:15; Juan 16:11). Es un enemigo ya
vencido y sentenciado al lago de fuego preparado para é1 y sus ángeles (Apocalipsis
20:10).
Entonces, ¿qué tiene que hacer el cristiano para resistir los ataques de las huestes de
maldad? En estos versículos Pablo manda: “Sed constantemente fortalecidos en el poder
de la fuerza de Dios”. El creyente tiene que depender de la fuerza divina a cada
momento. En 1:19–20, Pablo dijo que el poder que resucitó a Cristo de los muertos
también obra con nosotros. Los creyentes deben reconocer su debilidad frente al
enemigo sobrenatural y fortalecerse con el poder de Dios.
¿Cómo podemos resistir a Satanás con el poder divino? Pablo contesta: “vestíos de
toda la armadura de Dios”. El propósito de ese equipo es “que podáis estar firmes contra
las asechanzas del diablo”. El pasaje no describe una campaña agresiva contra el diablo.
Es él quien ha declarado la guerra y ataca al creyente y la iglesia. El soldado cristiano
debe tener bien puesta la armadura y no permitir que lo distraiga del compromiso que
tiene con Cristo, con la obediencia y la fidelidad.
RESISTIENDO AL ENEMIGO 6:13–18
En la lista se incluyen siete piezas de armadura. Pablo compara las primeras seis con
el equipo de un soldado romano. Después agrega la séptima, que es la oración. Pablo
tuvo mucha oportunidad para reflexionar sobre la armadura de un soldado mientras
pasaba dos años en Roma, vigilado constantemente por la élite de la guardia del César.
¡PENSEMOS!
Piense en las maneras en que la verdad ayuda en la lucha
contra “el padre de la mentira”. La justicia aquí es la vida de
integridad y rectitud. Explique la ventaja que tiene el
creyente sobre Satanás debido a su conciencia limpia. ¿Qué
impacto puede tener el “evangelio de paz” contra el reino de
Satanás? ¿Cuáles son los dardos que la fe puede apagar?
¿Cómo protege a la mente del cristiano la seguridad de la
salvación? ¿Para qué propósitos ocupa el Espíritu Santo la
palabra de Dios? ¿Qué ejemplos biblicos muestran el poder
de la palabra contra Satanás? Piense en formas en que la
oración fortalece las otras piezas de la armadura.
La verdad 6:14a
El cinturón del soldado servía para sujetar la espada y para amarrar las faldas de su
toga. Así tenía libertad de acción y estaba preparado para entrar en la pelea. Le daba un
sentir de fuerza, firmeza, seguridad y confianza. El cienturón simboliza la verdad.
Puesto que la palabra de Dios es otra pieza de la armadura, probablemente Pablo
aquí no se refiere a la enseñanza y la doctrina, sino a la cualidad personal de integridad,
sinceridad y honestidad. Satanás es el padre de la mentira (Juan 8:44). Para vencerle, el
cristiano debe tener las cualidades de la veracidad: motivaciones puras, sin ,intereses
egocéntricos; decir y vivir la verdad sin engaño ser leal a Dios y fiel a sus
compromisos(4:15, 25). El cristiano sólo tendrá estas características cuando esté
entregado a Dios, camine en íntima comunión con él y se alimente con la verdad divina.
Cuando vive la verdad, no se unirá con los propósitos engañosos del enemigo. Así
sentirá la confianza, firmeza y seguridad de andar en la laz.
La justicia 6:14b
La coraza del soldado lo cubría y protegiá desde los hombros hasta los lomos. A
veces cubría su espalda, En algunas épocas estaba hecha de capas de lino y de cuero. En
otras, llevaba piezas de metal o era totalmente de metal. La coraza era la principal
protección de su cuerpo contra la espada corta del enemigo. Representa la justicia.
El lector piensa primero en la justicia que le fue imputada cuando confió en Cristo y
Dios lo aceptó vestido de la justicia divina. El creyente ya recibió esa bendición pero el
pasaje le manda ponerse la coraza de justicia. Entonces Pablo está exhortando al
creyente a la vida de rectitud y obediencia práctica. En Efesios 4:24 y 5:9, el autor habló
de esa cualidad (compárese con 2 Corintios 6:7). El obedecer a Dios y practicar la
santidad y la rectitud derrotan las tentaciones de Satanás, Cada acto de obediencia
fortalece al creyente para rechazar el siguiente ataque.
El evangelio de paz 6:l5
El legionario romano llevaba una media bota de cuero que dejaba descubiertos los
dedos. Estaba amarrada al tobillo y a la pierna y tenía suelas fuertemente reforzadas.
Esas botas los capacitaban para realizar marchas largas y tomar una postura firme, sin
resbalarse en el momento de enfrentar al enemigo. El significado de las botas es “el
apresto del evangelio de la paz”.
La frase debe entenderse como el estar: preparado para anunciar el evangelio
(Romanos 1:14–16; 1 Pedro 3:15). El anuncio del evangelio vence los propósitos de
Satanás, porque pone en peligro su reino de tinieblas y amenaza Con sacar de su
dominio a las personas que escucharán y creerán el mensaje de liberación y
regeneración en Cristo. Satanás odia y teme el evangelio. Note que, al contrario de la
guerra que hace Satanás contra los propósitos de Dios, el evangelio es un mensaje “de
paz”. El evangelio reconcilia con Dios al hombre enemigo y después, le da tranquilidad
en medio de la guerra (Romanos 5:10; Juan 14:27).
“PRONTO ESTOY A ANUNCIAROS EL EVANGE
LIO…PORQUE NO ME AVERGÜENZO DEL
EVANGELIO, PORQUE ES PODER DE DIOS
PARA SALVACIÓN A TODO AQUEL QUE CREE”
(ROMANOS 1:15–16).
“ESTAD SIEMPRE PREPARADOS PARA
PRESENTAR DEFENSA CON MANSEDUMBRE Y
REVERENCIA ANTE TODO EL QUE OS
DEMANDE RAZÓN DE LA ESPERANZA QUE
HAY EN VOSOTROS”
(1 PEDRO 3:15).
La fe 6:16
Pablo introduce la cuarta pieza de armadura con las palabras “sobre todo”, que
deben traducirse “en todo” o “con todo”. La fe acompaña y complementa las otras
partes de la armadura espiritual, Todo tiene que estar fortalecido con la fe. El escudo del
soldado no era pequeño o redondo, sino rectangular, de más de un metro de alto y como
de 75 centímetros de ancho y protegía todo el cuerpo. Estaba hecho de dos tablas de
madera unidas con pegamento y forrado con lino y cuero y amarrado con hierro de
arriba a abajo. Servía para apagar las flechas incendiarias y a veces, los soldados
empapaban el cuero con agua con ese fin.
¿Cuáles son “los dardos de fuego del maligno”? Algunos son tentaciones que
quieren provocarnos a la rebeldía, pecados sensuales, avaricia, crítica, enojo u otra
forma de desobediencia. Pero otros dardos quizá son el desánimo, la depresión, duda o
amargura del creyente. La oposición, la crítica o el rechazo de otros pueden tentarnos a
ser miedosos o vengativos. Un dardo fuerte es el orgullo, la soberbia, la prepotencia y la
autosuficiencia que quita nuestra dependencia de Dios y nuestra sumisión y obediencia
a él (1 Pedro 5:5–6). Pero, para defendernos contra cualquiera de esos “dardos de
fuego”, tenemos que ejercer la fe en Dios. El depender del Señor en el momento del
ataque y de la debilidad libera el poder divino que nos ayuda a vencer.
La salvación 6:17a
El yelmo romano comenzó haciéndose en forma simple, pero llegó a ser cada vez
más decorativo, costoso y pesado. Se hacía de bronce o hierro, y se forraba por dentro
con fieltro o esponja para que fuera más cómodo. Sólo un hacha o un martillo pesado
podían hacer daño al soldado. El yelmo es figura de la seguridad de la salvación (1
Tesalonicenses 5:18; Juan 5:24; Filipenses 1:6; 1 Juan 5:11–13). Es significativo que el
yelmo protege la cabeza, porque los pensamientos son guardados y cuidados con la
seguridad del perdón y la aceptación de Dios. La seguridad de ser hijo de Dios,
coheredero con Jesucristo y estar sellado por el Espíritu Santo que nos garantiza el
futuro con Cristo, da confianza al creyente. Por otro lado, el que duda de su salvación es
vulnerable a los ataques del diablo porque le faltará firmeza, estabilidad y fe en el
momento crítico.
La palabra de Dios 6:17b
La espada que se señala aquí no es la espada larga mencionada en Lucas 2:35 y
Apocalipsis 1:20 y 19:15, sino la espada corta. Ésta simboliza las palabras o dichos de
Dios. Es un vocablo que se refiere a una palabra específica hablada o anunciada. Por
ejemplo, podría referirse a los textos que se usan en el momento de la tentación o la
prueba, el momento de combate con el enemigo espiritual. Jesús contestó a Satanás con
tres citas bíblicas (Mateo 4:4–10). Es probable que la espada se refiera a todo use,
anuncio o exposición del mensaje divino.
Es “del Espíritu” porque él utiliza esas palabras para convertir al no creyente y para
edificar al cristiano, para redargüirlo, corregirlo y encauzarlo hacia la rectitud. Todas
estas obras de la palabra y del Espíritu fortalecen al creyente para resistir al enemigo
espiritual. ¿Cómo tomaremos la espada del Espíritu? Leyéndola, meditándola,
memorizándola y estudiándola. Así, tendremos las palabras divinas en las manos, en el
corazón y en los labios para compartirlas con otros y resistir las asechanzas del diablo.
LA ARMADURA DE DIOS
CINTURÓN → INTEGRIDAD Y SINCERIDAD
CORAZA → OBEDIENCIA A DIOS
CALZADO → ANUNCIO DEL EVANGELIO
ESCUDO → DEPENDEN CIA DE DIOS
YELMO → SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN
ESPADA → LA PALABRA DE DIOS
LA ORACIÓN
La oración 6:18
Al hablar de la oración, Pablo no la compara con una pieza de la armadura. Tal vez
quiere decir que la oración no es otra pieza, sino la atmósfera en la cual el creyente halla
fortaleza, apoyo y sabiduría para vestirse con el equipo espiritual. Aun con todos los
preparativos del soldado cristiano y toda la protección que lleva con las seis piezas de
armadura, la oración es imprescindible.
Pablo dice que el creyente debe orar constantemente y valerse de toda clase de
comunicación con Dios: adoración, confesión, acción de gracias, petición personal e
intercesión por otros. Debe hacerlo “en el Espíritu”, dependiendo de su dirección para
pedir según la voluntad de Dios. Debe incluir a todos los creyentes y persistir en las
peticiones. Pablo repite la palabra “todo” tres veces en el versículo para que el creyeinte
aprenda a llenar su vida de oración intercediendo constantemente por otros.
“SED SOBRIOS, Y VELAD; PORQUE VUESTRO

ADVERSARIO EL DIABLO, COMO LEÓN
RUGIENTE, ANDA ALREDEDOR BUSCANDO A
QUIEN DEVORAR; AL CUAL RESISTID FIRMES
EN LA FE”
(1 PEDRO 5:8–9).
Así termina Pablo la lista de siete requisitos para resistir los ataques de los enemigos
espirituales: 1) la integridad y sinceridad de corazón, 2) una vida de rectitud y santidad,
3) ser fiel en el testimonio del evangelio, 4) la dependencia de Dios, 5) la cosfianza
personal en la salvación, 6) el proclamar la palabra de Dios y 7) la oración constante.
EL EMBAJADOR EN CADENAS 6:19–21
Al continuar el tema de la oración, Pablo pide oración por su propio ministerio,
como para recordar al lector que tamlbién él estaba pasando por el mismo conflicto
espiritual. Él era uno de los santos per el cual ellos debían orar constantemente.
¡PENSEMOS!
¿Cuál es la petición de Pablo? ¿Cómo le hace sentir cuando
lee que Pablo reconocía que había debilidades en su vida?
¿Por qué se llama “embajador en cadenas”? ¿Qué actitudes
de Pablo en estos versículos debe usted imitar? ¿Qué reto
especial encuentra usted en los últimos versículos?
La dependencia de Pablo. 6:19–20

En los últimos versículos de la carta aprendemos mucho sobre el apóstol Pablo. En
primer lugar, vemos su humilde dependencia de Dios. Había testificado del evangelio en
Tarso, Antioquía, Chipre y Galacia y ministrado en Éfeso, Filipos, Atenas y Corinto, las
grandes metrópolis de Asia, Macedonia y Grecia. Después de tanta experiencia y éxito,
todavía sentía la necesidad de pedir oración para compartir efectivamente el mensaje de
Cristo.
Observamos su dependencia de otros miembros del cuerpo de Cristo, donde pone en
práctica la interdependencia que ha enseñado en la carta. Abre su corazón para confesar
su debilidad y necesidad de que otros lo apoyaran en oración. Él oró por ellos y ellos
por él.
En tercer lugar, vemos su preocupación por la tarea evangelizadora. Él reconoce que
es importante la forma de relacionarse con los que no conocen a Cristo y cómo se
comparte el evangelio. Pablo pide denuedo para no perder ninguna de las oportunidades
que Dios le daba. En Colosenses 4:2–4, pide que Dios “abra puerta para la palabra”.
También en Colosenses habla de vivir sabiamente para con los de afuera y de hablar
“con gracia, sazonada con sal”. Compartir el evangelio era el aire que Pablo respiraba.
No era rutina. Él no había llegado a ser un “profesional” y “experto” en la materia. Cada
día era un nuevo reto y sentía necesidad de la ayuda de Dios y el apoyo de sus hermanos
en Cristo. ¡Éste es el efectivo embajador en cadenas!
Los informes de Pablo 6:21–22
En cuarto lugar, vemos que Pablo se preocupaba por las necesidades de otros aun
cuando él estaba sufriendo en prisión y privado de la libertad. Ellos se preocupaban por
Pablo y querían saber de él. Pablo envió a Tíquico para que fueran confortados y
animados al saber que el apóstol todavía estaba vivo, que seguía predicando y que Dios
le daba fruto aun estando en prisión.
Además, observamos que el apóstol estaba compartiendo el ministerio con un
colega, el mensajero que llevó las cartas a Éfeso, Colosas y a Filemón (junto con
Onésimo). El apóstol manifiesta su amor por él, lo recomienda, e indirectamente, halaga
y felicita a Tíquico, nativo de Asia y posiblemente de Éfeso (Hechos 20:4). Pablo había
compartido muchas bendiciones y sufrimientos con Tíquico. ¡Qué gozo debe haber
sentido ese creyente al leer estas líneas escritas por su respetado y amado maestro!
La bendición de Pablo 6:23–24
Al fínal, todavía pensando en otros, el apóstol envía tres bendiciones a los

destinatarios. Primero, desea que Dios les de paz y que los cristianos de Éfeso vivieran
sin la discordia que agobiaba a muchas congregaciones (2:15; 4:3). Después, como lo
había pedido en 3:18–19, deseaba que manifestaran más amor (compárese con 1:15),
mismo que necesitaban perfeccionar en sus relaciones interpersonales (4:2). Este amor
es con fe, la dependencia de Dios necesaria para cumplir con todas las responsabilidades
del creyente. Por último, Pablo deseaba que experimentaran la gracia de Dios, la
capacidad divina e inmerecida que lleva a cabo los propósitos del Señor en la vida del
creyente. Los que “aman a nuestro Señor” son todos los creyentes (compárese con
Romanos 8:28). La carta inició con el amor de Dios para con los escogidos y termina
con el amor de ellos para su Salvador (compárese con 1 Juan 4:19).
¡PENSEMOS!
¿Cómo ha experimentado en su vida la lucha contra los
huestes espirituales? ¿En qué formas específicas ha visto la
eficacia de las piezas de la armadura espiritual? ¿Qué debe
hacer para que la palabra de Dios esté más presente en su
vida?
Repase la carta. ¿Qué pasos dio Dios para formar la iglesia?
¿Por cuáles bendiciones espirituales se siente usted más
agradecido con Dios? ¿Qué hizo Dios para formar la unidad
de la iglesia? ¿Cuáles son las cualidades que necesitan los
creyentes para manifestar la unidad? ¿Cuáles son los
pecados que tienen que evitar para mantenerla? ¿Cuál es el
procedimiento que una iglesia debe seguir para que sus
miembros crezcan hacia la madurez y la unidad? ¿Cuáles
son los elementos importantes para que haya armonía en el
hogar?
¿Qué es lo que Dios quiere cumplir en su vida? ¿Qué ha
aprendido de esta carta sobre la oración, su importancia,
método, actitud? (caps. 1, 3, 6.) ¿Cuáles son los aspectos de
su relación con Dios que deben cambiar? ¿De sus cualidades
personales? ¿De sus actitudes hacia otras personas? ¿De su
conducta con otros cristianos? ¿Con los miembros de su
familia o con sus compañeros de trabajo? ¿Cuáles son los
pasos específicos que dará usted para despojarse del viejo
hombre, renovarse en el espíritu de su mente y vestirse del
nuevo hombre?
1
1Orth, S. (1997). Estudios Bıı́blicos ELA: La unidad puede ser una realidad
(Efesios) (95). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
2Orth, S. (1997). Estudios Bıı́blicos ELA: La unidad puede ser una realidad
(Efesios) (1). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.

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10. Llenos del Espíritu Santo

SER UNA REALDAD EFESIOS

Los creyentes deben promover la unidad y la edificación 4:1–16

Dios escogió a Pablo para ser apóstol 1:1–2

Unámonos en adoración y gratitud en este párrafo que brota de un corazón

para referirse a la esfera espiritual de las realidades invisibles. No son bendiciones

¿Cuál es el servicio que Dios desea que usted cumpla? ¿Qué

EN CRISTO SOMOS PERDONADOS 1:7

de su gloria”. El milagro del perdón, la sabiduría, el conocimiento y la unidad que Dios

GRATITUD POR LOS EFESIOS 1:15–16A

El poder de Dios resucitó a Jesucristo 1:20a

Si comprendemos la posición de honor y seguridad que Dios ha dado a los

DESDE LA MUERTE Y LA IRA 2:1–3

La descripción de la humanidad en los vv. 1–3 es triste y desalentadora. Sin

¿Comprendemos la diferencia? La salvación no se recibe por las obras, ni tampoco por

ANTES ALEJADOS, AHORA CERCANOS 2:11–13

término, de sumo desprecio y odio. Pablo reprocha al judío, señalando que la

razas, las diferencias socio-económicas y relaciones interpersonales los dividen. Las

edificio? Según el v. 22, ¿ cuál es la functión de un templo?

La nueva ciudadanía 2:19a

Entonces, el maravilloso mensaje de este párrafo es que Cristo, cuando murió,

¿Por qué dijo Pablo que era “prisionero de Cristo”? ¿Cuál

A Pablo le fue dada la revelación del misterio 3:1–6

de profunda devoción que se observaba en algunas ocasiones especiales (1 Reyes 8:54;

Apelación a la unidad 4:1

Este versículo es conmovedor por varias razones. El verbo rogar es na exhortación

Una de las mejores maneras de fomentar la humildad es enseñar y predicar

EL DON DE CRISTO 4:7–10

de amigos cristianos, ¿existe algún problema de relaciones

LA IGLESIA RECONOCE A LOS ENTRENADORES 4:11

equipos audiovisuales. El don de administración se usa en muchas formas, como

2 Corintios 3:18 Somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen.

Gálatas 4:19 Hasta que Cristo sea formado en vosotros.

Ser conformado a la imagen de Cristo incluye el carácter cristiano y el fruto del

economía de la casa o que las necesidades de un ejército se abastecen con las

son algunas doctrinas falsas que pueden causar daño,

EL VIEJO HOMBRE Y EL NUEVO 4:17–24

La ropa vieja 4:17–19

v. 22 “Despojaos del viejo hombre”

v. 23 “Renovaos en vuestra mente”

v. 24 “Vestíos del nuevo hombre”

El mandato del v. 23 es muy importante en la guerra contra el mal. Constantemente

que habían sido “sellados para el día de la redenció”?

En el v. 30, Pablo motiva al creyente hablando sobre el Espíritu Santo. El Espíritu

PORQUE LA IRA DEL HOMBRE

Ser perdonador 4:31–32

Llenos del Espíritu Santo

¿POR QUÉ HEMOS DE SER TRANSFORMADOS? 5:1–17

las realidades más evidentes y determinantes de la experiencia diaria del hombre

¿Cómo puede el v. 18 ser una clave para alcanzar las altos

Trasfondo religioso de la embriaguez

en Cristo como su Salvador (Romanos 8:9). La llenura no es recibir al Espíritu. La

aprovechando las oportunidades que Dios le da? ¿Qué

LA ARMONÍA EN EL MATRIMONIO 5:22–33

peticiones específicas por su esposa. Pide por su vida espiritual, responsabilidades,

“NINGUNA PALABRA CORROMPIDA SALGA DE

Los hijos deben obedecer y honrar a sus padres 6:1–3

Los empleados deben hacer su trabajo para el siñor 6:5–7

ministerio para él de sumisión, dedicación, excelencia y gozo, ya sea que seamos

del medio ambiente en que usted vive?

IDENTIFICANDO EL ENEMIGO 6:10–13

“SED SOBRIOS, Y VELAD; PORQUE VUESTRO