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La sexualidad es mucho más que la identificación del sexo masculino o femenino, pues incluye el
desarrollo de la identidad genérica, del rol sexual, de las actitudes y valores, de la orientación y
comportamiento sexuales, de los conocimientos y habilidades en relación con el sexo y otros aspectos
no menos importantes en ese sentido. Como conjunto de fenómenos emocionales y conductas
relacionadas con el sexo, la sexualidad marca de forma decisiva al ser humano en todas sus fases de
desarrollo y durante su vida. https://www.redalyc.org/pdf/3684/368445247013.pdf
Durante mucho tiempo para la ciencia, la homosexualidad fue considerada una enfermedad curable,
sin embargo, esta fue sacada de los manuales médicos como enfermedad desde principios de la
década de 1980. En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su
lista de enfermedades mentales.https://www.paho.org/hq/index.php?
option=com_content&view=article&id=10964:2015-lgbt-health-sees-progress-and-
challenges&Itemid=1926&lang=es.
En los últimos años hemos vista la reapertura del debate social sobre la posible equiparación de los
derechos de los/as homosexuales al resto de la población en cuanto al matrimonio civil. En esta
ocasión el debate incluye la posibilidad del reconocimiento del derecho a la adopción y su derecho a
tener una familia. https://www.redalyc.org/pdf/4596/459645450009.pdf
La adopción por parte de parejas del mismo sexo constituye un cambio del paradigma referente a la
posibilidad que los menores puedan hacer parte de una familia y un hogar, incluso si este está
conformado por personas de igual sexo. Si bien la homosexualidad tiene como castigo la pena de
muerte o prisión en setenta y cinco países entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita,
Yemen, Sudán, Irán y Mauritania, la homoparentalidad se ha consagrado paulatinamente en los
ordenamientos jurídicos de diversos países del mundo como una figura jurídica que vela por los
derechos de todos los menores a tener una familia para desarrollarse en forma integral. Muchas
instituciones, entre ellas la Federación Española de Sociedades de Sexología, coinciden al afirmar que
la homosexualidad en sí misma no puede ser argumento suficiente para negar la adopción a las parejas
del mismo sexo, toda vez que diversas investigaciones antropológicas realizadas a través de las
culturas y los tiempos que versan sobre familias, hogares y las relaciones que de ellas surgen, no
proporcionan apoyo alguno a la idea de que la civilización o un orden social viable dependen de la
familia como una institución únicamente heterosexual. (Federación Española de Sociedades de
Sexología, 2005). http://www.scielo.org.co/pdf/cesd/v8n2/v8n2a05.pdf
En el caso de la sociedad colombiana –al igual que la mayoría de las sociedades latinoamericanas- ha
estado marcada por la fuerte influencia de la Iglesia Católica que otorga al matrimonio la posición
prevalente y a veces exclusiva para la formación de familias. En conjunto la influencia generada por
el Código Napoleónico -base de los códigos civiles de la época en Latinoamérica- planteaba una
estructura basada en tres principios: la desigualdad de los cónyuges, la discriminación en perjuicio de
los nacidos fuera del matrimonio y finalmente la indisolubilidad del matrimonio. Sin embargo al
panorama anterior, las exigencias reivindicativas de derechos de las mujeres generadas tanto en el
contexto internacional como nacional, así como el auge de movimientos sociales conscientes acerca
de las dificultades que enfrentaban las familias constituidas por vínculos distintos al del matrimonio,
se materializaron a través de una pluralidad de reformas legales que visibilizaron tanto la existencia de
modelos familiares diversos al clásico paradigma, como el reconocimiento de la capacidad de
ejercicio de derechos de los demás integrantes de la familia, permitiendo de esta manera la decadencia
de los tres pilares establecidos en el clásico derecho familiar.
Es en tal sentido que un hito que marcaría la transformación del modelo legal familiar tradicional se
generó con la promulgación de la Constitución Política de 1991. En el artículo 44 de la Constitución
Política de 1991 se dice lo siguiente: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se
constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de
contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla (…)” Sin embargo, con la creación
de la Corte Constitucional, que a través de su jurisprudencia ha otorgado un alcance mucho más
amplio e incluyente a la familia. De tal forma, la Corte ha reiterado que no existe un único tipo de
familia, sino que en virtud del reconocimiento del pluralismo y la diversidad de la sociedad
colombiana, el Estado debe proteger en un plano de igualdad a las diferentes tipologías de familia.
Tratándose de personas con orientación homosexual, la Corte Constitucional ha construido un sistema
de precedentes judiciales encaminado a superar el secular déficit de protección que se presenta en
relación con sus derechos fundamentales. Desde sus inicios la Corte ha proferido fallos “en cadena”
encaminados a amparar, de forma armónica, coherente y evolutiva, los derechos de las minorías
sexuales en Colombia. Así por ejemplo mediante sentencia T-716 de 2011 reivindico el derecho de las
parejas del mismo sexo a la conformación de familia afirmando que el vínculo familiar se logra a
partir de diversas situaciones de hecho, entre ellas la libre voluntad de conformar la familia, al margen
del sexo o la orientación de sus integrantes. Por lo tanto, la heterosexualidad o la diferencia de sexo
entre la pareja, e incluso la existencia de una, no es un aspecto definitorio de la familia, ni menos un
requisito para su reconocimiento constitucional. La evolución jurisprudencial continúo su curso con la
sentencia C-577 de 2011 mediante la cual la Corte Constitucional de manera frontal reiteró que las
parejas homoparentales eran un tipo de familia, para posteriormente en la sentencia SU-617 de 2014
establecer que la orientación sexual o el sexo de la pareja no podía ser considerado un impedimento
en el proceso administrativo de adopción consentida y finalmente la sentencia C-683 de 2015 eliminó
el requisito de la heterosexualidad para optar en los procesos de adopción conjunta . Por tanto, el
ordenamiento jurídico Colombiano acepta en un plano de igualdad las diversas tipologías de familia,
incluida la homoparental, y ve en ella –siempre que apruebe los requisitos de idoneidad propios del
proceso de adopción establecidos en el Código de Infancia y adolescencia22 - un entorno capaz de
brindar el máximo desarrollo del ISDN de los niños, niñas y adolescentes en situación de
adoptabilidad.
https://www.derechoycambiosocial.com/revista049/ADOPCION_HOMOPARENTAL.pdf
En los últimos años, se ha dado un proceso en cuanto a la inclusión en el plano social y jurídico de la
comunidad LGBTIQ. De los principales problemas a los que se han o todavía se enfrentan –debido a
la diferencia de normatividad en los países- es a la libertad de expresión de su condición, el
matrimonio, concebir hijos y adoptar, sin embargo, luego del largo trabajo la comunidad está en
mucho países o muy atrasados o muy adelantados en cuanto a esta inclusión. En Colombia, por
ejemplo, ya se ha logrado el matrimonio igualitario, sin embargo, nos estamos enfrentando a una
nueva problemática: la adopción homoparental.