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Todos sabemos que los sistemas espaciales son muy especiales, por lo que su desarrollo
requiere de una administración muy cuidadosa. Una misión espacial no admite segundas
oportunidades y sacar 99 de calificación es estar reprobado. Todo tiene que funcionar a la
perfección, y, para los casos imprevistos, tiene que haber un plan B, en el que, en entre
otras cosas, se considere la operación de sistemas redundantes. Por estas razones, la
administración de los proyectos espaciales es distinta de la administración de otros tipos de
proyectos.
Un proyecto espacial comprende típicamente el segmento espacial y el segmento terrestre,
los cuales se implementan en paralelo. Asimismo, la administración del desarrollo de estos
dos segmentos debe estar íntimamente ligada con los servicios de lanzamiento.
Los proyectos espaciales son únicos. Hasta ahora, a pesar de que ya empieza a haber cierto
grado de estandarización en los componentes, sobre todo en los lanzadores, no hay un
proyecto espacial que se parezca a otro. Cada proyecto tiene sus peculiaridades en lo que
respecta a su misión, el tipo de vehículo que utilizará para llevarla a cabo, la órbita que
ocupará y una multitud de circunstancias más.
Además de ser únicos, los proyectos espaciales son complejos, poseen un alto contenido
tecnológico y un alto riesgo, requieren de equipos multidisciplinarios y son muy costosos.
De hecho, el costo de lanzamiento es el parámetro que domina desde el principio en un
proyecto espacial, ya que cada kilogramo adicional en el sistema representa un costo
adicional típico de $10,000 dólares para órbitas bajas y $30,000 dólares para órbitas
geoestacionarias.
Los objetivos del proyecto deberán estar claramente definidos, entendidos y conocidos por
todos los participantes desde el inicio del proyecto.
El proyecto se administra con un enfoque estructurado por lo que deberá dividirse en
elementos manejables. Esto permite la definición del alcance, asignación de
responsabilidades, la planificación, el seguimiento y la presentación de informes esté
estructurado a un nivel de detalle para su control adecuado.
La administración del proyecto deberá considerar todas sus fases de desarrollo, desde su
concepción hasta su retiro de operación. El no considerar la fase de retiro de operación
puedo generar consecuencias inesperadas adversas, como por ejemplo la generación de
basura espacial.
Finalmente, una condición fundamental para el éxito del proyecto el tener una buena
comprensión de los requerimientos de diseño, los proveedores y las capacidades de
desarrollo con que se cuente, así como poner un fuerte énfasis en las etapas iniciales, en
donde todavía no se ha comprometido la manufactura de nada, ya que es más fácil hacer
cambios en el papel que en un sistema en desarrollo. El no hacerlo llevará seguramente a
un incremento considerable en los riesgos y costos, y podrá generar retrasos en el
desarrollo del proyecto.
Una discusión profunda sobre la administración de proyectos espaciales está fuera del
alcance de esta publicación, por lo que los lectores interesados en conocer más sobre este
tema pueden consultar el siguiente material:
NASA Space Flight Program and Project Management Requirements, NPR 7120.5D
EE11 MSFC Technical Standard: Project Management and Systems Engineering Handbook
Criteria for Flight and Flight Support Systems Lifecycle Reviews, GSFC Standard 1001 Rev. A