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Reflexión 1: Todos estaban a orillas del mar de Galilea. Ésta región era
menospreciada y rechazada porque muchos de sus habitantes no eran
judíos. Estaba muy distante de Jerusalén y no abundaban los centros
educativos. A pesar de esto Jesús fue allí para escoger a sus primeros
discípulos. Lo que quizá las autoridades de la capital rechazaban para
Jesús era muy importante.
Reflexión 2: El versículo diez y seis nos dice que Jesús “los vio”. El Señor
fijó su mirada en ellos y da inicio al cumplimiento de Su plan con ellos.
Jesús te vio desde antes de nacer (como se lo dijo a Jeremías: “desde
antes que te formases en el vientre te conocí”), el Señor te ha visto desde tu
infancia y juventud, y en el momento indicado se acercó a tu corazón y te
ha llamado o te está llamando. Por amor se ha ocupado de ti, él ve
claramente para que fuiste diseñado.
Reflexión 2: La frase “Venid en pos de mí” nos lleva a hacernos varias
preguntas, cuyas respuestas nos permitirán ver cuál es nuestro objetivo de
vida:
Reflexión 2: “Dejando sus redes le siguieron” era para ellos necesario dejar
eso atrás, pues serian un estorbo o impedimento para seguir al Señor.
¿Qué cosas debemos dejar o abandonar para seguir realmente a Jesús?
¿Qué cosas nos están estorbando para responder al llamado de Dios?
pueden ser algunos obstáculos como:
Reflexión 1: Marcos 1:19. Es muy interesante ver el dato que la Biblia nos
anexa: “ellos remedaban las redes”. Jesús mira ahora a Jacobo y a Juan su
hermano quienes restauran las redes que se han roto en su trabajo diario.
Era el resultado normal producido por el desgaste en su trabajo. Dios los
usará restaurando miles y miles de vidas. Esto nos recuerda que las
experiencias tristes y dolorosas de la vida serán restauradas por Dios para
bendición y restauración de muchos.
Reflexión 2: “Redes rotas” nos hacen pensar también en daños del pasado
o pérdidas sufridas. En muchas ocasiones las personas se quedan
contemplando los daños recibidos y por las heridas causadas permiten la
amargura y los miedos que les impiden avanzar de nuevo y pasar a otros
niveles en su vida con la ayuda de Dios. No rompen con su pasado, y éste
les mantiene atados o impedidos. Es necesario perdonar y renunciar a toda
raíz de amargura, avanzando hacia aquello que Dios tiene planeado para
nosotros.