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son siempre y sobre todo las mujeres casadas de la clase obrera quienes realizan una
actividad profesional retribuida para completar el deficiente balance familiar. La depresión
alienta tímida y temporalmente el trabajo de las jóvenes mujeres casadas de la clase
empresarial con el fin de facilitar al joven marido el inicio de su carrera. De todas maneras,
existe siempre la actitud tradicionalmente hostil al trabajo femenino. Más todavía: en la
Middletown de 1935 se presenta, en los dos polos de la escala social, una actitud relativamente
nueva en lo que se refiere al comportamiento durante el tiempo libre.
Para la nueva clase superior, las actividades en el tiempo libre no tienen ya ninguna relación
con el trabajo, son más bien el símbolo expresivo de la conquista de un status social que
permite a este grupo diferenciarse de la más amplia clase del BUSINESS CLASS,
incrementar los servicios públicos destinados a actividades recreativas colectivas:
Para la clase obrera el tiempo libre significa siempre tiempo de no trabajo, donde se concentra
y se satisface una aguda necesidad de compensación a las frustraciones acumuladas con el
trabajo
automóvil representa para la clase obrera la adquisición de una condición social negada en el
trabajo y “simboliza, mucho más que cualquier otra posesión a su alcance, el vivir, el divertirse,
lo que estimula a seguir trabajando”
El tiempo libre, para los hombres, es secundario en relación a la actividad profesional. Se
trabaja no para gozar del fruto del trabajo durante el tiempo libre, sino para continuar
acumulando dinero, para hacer carrera, para ocupar un lugar más importante en la
consideración de los miembros de la business class.
cómo la clase empresarial desalienta sistemáticamente la participación política de los obreros e
impide una toma de posición política y de partido a favor de Roosevelt y del gobierno federal.
La clase obrera no actúa ciertamente como una entidad políticamente homogénea, y Lynd
puede escribir que: en esta situación la dispersa inercia de la opinión de la clase obrera de la
ciudad -con respecto a la más locuaz y coherente de la clase empresarial- puede transformarse
en una exasperación de la división de clases.
WORKING CLASS
El obrero de M. es un “buen americano” y por tanto un individualista, que tiene o quiere tener
un trabajo al cual dedicarse con energía para progresar. Aunque esta posibilidad de progreso
se vuelva Incierta, siempre quedan los hijos que frecuentan el college y que le recuerdan que el
mañana será mejor. Solidaridad de clase y propensión a la sindicalización le son extrañas
No existe, por otro lado, en la cultura norteamericana una institución que estimule su conciencia
de clase y lo induzca a elaborar generalizaciones que le hagan comprender la relación entre su
vida precaria y aquel proceso creado por los hombres: la economía capitalista
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diferenciando cada una de las dos componentes sociales fundamentales en tres subgrupos
distintos.
Antes de examinar más de cerca esta nueva confíguracíón de la estratificación social hay que
hacer notar que la escisión más significativa se produce en la business class. Esta clase ofrece
una contraposición interna de intereses que -aunque no se traduzcan en formas consistentes
de conflicto entre clasesconstituye una nueva e importante tendencia, un nuevo modo de ser de
la clase empresarial que puede tener consecuencias.
hoy este grupo muestra claramente señales de resquebrajaduras de cierta importancia. Tan
importantes, que la unidad de esta clase parece depender más de los elementos de
confrontación con la otra gran clase, la clase trabajadora,
Los grupos individualizados son seis: tres para la business class y tres para la working class:
I) un pequeño grupo que comprende los grandes empresarios de M., los banqueros y los
directores de las grandes sociedades nacionales con sede local. Este grupo representa el
vértice de la vieja business class, se define como upper class y se mueve alrededor de los X;
actúa como un grupo de control y fija también los estándares comunitarios de comportamiento
de consumo y de tiempo libre. Este grupo sólo tiene aparentes raíces locales.
II)
un grupo más amplio, pero no amplio en sentido absoluto, en el que se encuentran los
empresarios menos importantes, los comerciantes y los que se dedican a las profesiones
liberales, en una condición social y económica segura, y un grupo de dependientes del gran
capital, presente en M., los mejor remunerados.
III)
un grupo decididamente residual, heterogéneo en muchos aspectos. En él encontramos
profesionales menores, comerciantes al por menor, pequeños empresarios, empleados y
dependientes.
Lynd distingue este amplio grupo III de la business class en base a un criterio de
distanciamiento social respecto al grupo II y sobre todo al I. Incluye en este grupo a quien
desarrolla actividades de business class pero “nunca logrará ser socialmente igual al segundo
grupo y tampoco posee aquella facilidad de contactos con el primer grupo que caracteriza, en
cambio, el segundo” 36.
Estas tres fracciones de la business class son psicológicamente solidarias, según Lynd, en
contraposición con los otros tres subgrupos constituidos por la working class. Pero, en términos
económicos, el grupo III se encuentra en fuerte desventaja frente a los dos primeros. Su
sentido de pertenencia a las “gente de cuello blanco” le permite distanciarse de la clase
trabajadora, pero son precisamente los dos primeros grupos de la business class, con su
solidaridad espontánea y concreta y con la adopción de una actitud de “cordial tolerancia”, los
que decretan la separación social de esta amplia parte periférica de la clase empresarial que,
en este punto, será mejor denominar clase media asalariada
Muy próximo a este grupo III de la business class está el grupo constituido por la aristocracia
obrera local: jefes de talleres y obreros altamente cualificados con un estándar de vida y unas
aspiraciones que coinciden con los de la clase media asalariada. En el quinto estrato, en
cambio, se sitúa la mayoría de la clase obrera, formada por obreros semicualificados o no
cualificados; por debajo de este nivel se encuentra una especie de subproletariado con
inclusión de algunos “pobres blancos” y de obreros que no tienen un trabajo regular.
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Weber definiría como típicos de un comportamiento de rango- se complementa con algunas
observaciones relativas a otros tipos de división social que actúan de forma más o menos
importante en la vida de la comunidad local como efecto de la acción de variables de
naturaleza no económica.
- Ser miembro de una “vieja familia confiere un prestigio social que puede moderar la
aceptación social de una persona o de una familia sólo económicamente elegible
Las creencias religiosas, por lo que se refiere a cohesión y división social, son un elemento
menos significativo de lo que fue en el pasado. Ser católico, además, significa una separación
en todas las clases sociales. La hostilidad local al internacionalismo y la superposición de
religión y patriotismo hacen que la comunidad mire con desconfianza a quien profesa “una
religión que depende de un cuartel general internacional.
La distinción entre población blanca y población negra constituye “la línea de división más
profunda que la comunidad admite ciegamente”. La hostilidad más abierta hacia la población de
color proviene casi exclusivamente de la clase obrera, que ve su trabajo amenazado por los
negros que se ofrecen como mano de obra a precios más bajos.
EL CRECIMIENTO DEL DE LA POBLACIÓN puede causar, en el plano social y según Lynd,
los siguientes efectos:
a) una debilitación del tipo de relación social face to face que caracterizaba la vida de la
pequeña ciudad; b) una mayor selectividad en las formas de la la vida asociativa y una
debilitación general de las esperanzas de participación en las actividades locales.
c) el aumento de la dimensión comunitaria se acompaña de una concentración del poder.
Los que se encuentran en los peldaños más bajos de la escala social son ciudadanos
marginales, sin verdadera relación con la comunidad. Incluso “las áreas residenciales tienden a
convertirse en áreas más aisladas y más homogéneas. Elementos externos, como el lugar de
residencia, adquieren importancia como modo de localizar a una persona en una población
más amplia y menos familiar”
según la perspectiva del poder de comunidad, darse cuenta de que la propiedad y el control de
los medios de producción ratifican la pertenencia a la “clase” dominante en la ciudad.
En conclusión, podemos señalar que, mientras los exponentes de la Escuela de Chicago no
dudan en deducir de sus búsquedas realizadas en un determinado contexto conclusiones
generales aplicables a la sociedad urbanizada, los Lynd tienen tendencia a restringir el ámbito
de aplicación de su interpretación sociológica a la comunidad local que les ha proporcionado el
material de observación empírica. Algunas hipótesis relativas a la organización de la vida social
y política de Middletown indican sugestivas vías de investigación y alternativas con respecto a
las de los ecólogos urbanos. Sirva de ejemplo la insistencia lyndiana sobre la posibilidad de
que los sistemas de control social actúen en interés de un grupo o contra los intereses ajenos;
una hipótesis teórica que supera la de R. Park, según el cual el control social actúa
tendencialmente de forma funcional sobre la comunidad urbana entera. Sin embargo, parece
correcto relacionar estrechamente estos puntos interpretativos con el tipo de análisis empírico
realizado por los Lynd. Especialmente cuando en la segunda investigación nos encontramos
con una revisión centrada en la colocación en el vértice de la familia X, parece evidente que los
investigadores conectan la posición económica de clase con la distribución del poder y con la
influencia en la comunidad, de una manera susceptible de verificación empírica, en un grado
mayor de lo que usualmente hacen los sociólogos urbanos. Hay que subrayar una vez más que
una estructura del poder local tan elitista y tan profundamente relacionada con la potencia
económica de una familia constituye un dato empírico anclado en la historia social de una
comunidad específica, estudiada en una determinada fase de la sociedad más amplia donde
esta comunidad se sitúa 42. Mas hay que reconocer que los Lynd abrieron con esta
investigación nuevas perspectivas no sólo para los estudios de comunidades, sino también
para el estudio de temáticas sociológicas más generales.

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