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Facultad de Derecho – Dirección de Carrera y formación docente

Conferencia del 26 de Agosto de 2002.


“Volviendo a pensar sobre el enseñar y aprender”
Enrique Mariscal

1 Vivaldi, Le quattro Stagioni, Anne-Sophie Mutter; Herbert Von Barajan.

2 Proyección del video « Volviendo a pensar sobre el enseñar y el aprender”;


Producción de la Dirección de carrera y formación docente, 2002.

3 CONFERENCIA:

Ante reiterados hechos vergonzosos de la realidad nacional alguna vez,


dijimos: “Cuando yo sea grande nunca voy a hacer una cosa así, jamás
permitiré que ocurra una cosa semejante, porque quiero una sociedad más
digna, porque anhelo vivir de otra manera”. De pronto han pasado los años,
veinte o más, y hemos ido cediendo posiciones y sueños y terminamos
aceptando realidades nada gratas.
Es entonces cuando uno vuelve a pensar sobre el sentido de su destino
personal, y busca las huellas promisorias de los primeras utopías y quisiera, en
alguna medida, volver a conectarse con esa frescura juvenil, encontrar los
pasos perdidos.

Cuando algunos amigos me preguntan porqué se reitera “volver a pensar sobre


el enseñar y el aprender”, respondo porque es como un acto respiratorio,
oxigenante, vitalizador, antioxidante, que debe repetirse tantas veces como sea
necesario. Contesto que esta propuesta nos llama a reencuentros con
aspectos esenciales de nuestra vida, personal y docente, por que todavía
queremos dar lo mejor nuestro a la sociedad.
Hemos pasado por procesos escolares múltiples, cursamos módulos,
obtuvimos graduaciones, aprendimos, enseñamos, estudiamos, repetimos, y
ahora conformamos roles fijos de actuación que exigen, aunque más no sea
una vez al mes, una vez al año, en algún momento, volver a pensarlos, para
intentar que convivan, o no, esos viejos sueños con nuestras aspiraciones y
posibilidades actuales.

Se cuenta que unos expedicionarios alemanes contrataron a una población


indígena para transportar a un lugar especial de la selva, material para hacer
excavaciones y trabajos de investigación arqueológica sobre comportamientos
primitivos. La población autóctona avanzó durante tres días a un paso
aceleradísimo puesto que los científicos querían resultados inmediatos. De
pronto, los nativos decidieron sentarse en círculo en silencio y no moverse. Los
europeos, molestos, pensaron en un complot, amenazaron con castigos, pero
los indígenas, pasivos, mantuvieron su posición. Los científicos investigaron las
causas de este insólito comportamiento y transcurrido un tiempo el más viejo
de los indígenas explicó: “necesitamos por lo menos estar sentados tres días
para que podamos conectarnos otra vez con nuestras almas. Ellas quedaron
abandonadas en el camino por la prisa”.
También nosotros, alguna vez, debemos sentarnos en algún lado,
serenamente, para reencontrar nuestra real identidad, para esperar a esa alma,

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vieja amiga, que abandonamos en la premura. Si se está permanentemente
corriendo no se tiene tiempo para esta conexión fundamental; la prisa crónica
es un mal currículo.
Los cardiólogos afirman que el hombre contemporáneo que sufre la
enfermedad del apuro, tiene razón, muere antes; lo lamentable, agrego, es que
a lo mejor sin haber vivido.
Por eso considero que es importante, una vez al mes, crear un espacio de
diálogo, de encuentro abierto, con toda la gente inquieta por el enseñar y el
aprender, docentes y alumnos de esta Casa, egresados, o bien, personas de
otros ambientes que siguen buscando porque sintieron en su juventud el
anhelo de un mundo mejor y desean valorar ahora qué es lo que estamos
haciendo con el enseñar y el aprender.

Vengo de realizar una experiencia docente en Málaga, una ciudad que me


atrae mucho, para mí es mágica, es, tal como la elogia Víctor Alexaindre:
“angélica ciudad que más alta que el mar presides sus espumas”.
Periódicamente me invitan para que desarrolle en la universidad unos cursos
sobre “Formación de formadores. Por tal motivo me encuentro con un grupo de
profesionales que vienen de distintas áreas y localidades; nos reunimos en
modernos recintos facilitados por la Comunidad Europea en el campus
universitario de Teatinos. Allí se cuentan con recursos materiales pero falta algo
que tenemos nosotros y de lo que no nos damos cuenta. Son aspectos de
calidez, logros de comunicación, de sinceramiento en las intenciones, que no
son muy frecuentes allí. Los modelos docentes y estudiantiles están un poco
estructurados, protegidos por un autoritarismo, que si bien está presente aquí,
no lo podemos negar, en España en algunos ambientes universitarios todavía
se mantiene muy fuerte y defensivo.

Cuando gente de distinta formación encuentra un lenguaje común, un lugar


para expresarse sin inhibiciones, cuando descubre que el gran secreto de la
“formación de un formador” pasa por lo que este docente siente de su vida y la
de los otros, es decir, por el lado afectivo de su tarea, empiezan a aparecer
acercamientos realmente impactantes referentes al lado humano de cada
profesión.

Estuve instalado en una residencia estudiantil. Durante la primer semana


disfruté solo de un chalet amplio y confortable, en un bosquecito de pinos,
alejado del centro de la ciudad. De pronto, a medida que iban llegando
estudiantes y profesores de distintas regiones, se pobló el albergue. La casa
donde vivía como un ermitaño feliz, se llenó de huéspedes. Por las distintas
habitaciones pasaban docentes y estudiantes de Córdoba, de Sevilla, de
Granada, de Madrid, de Bilbao. La casa estaba provista, tenía un gran living,
televisión, ordenadores, una buena cocina, jardín, todo dispuesto
generosamente. Un día me encuentro con un muchacho de Madrid, sentado,
leyendo una revista mientras tomaba una gaseosa, como esperando a alguien
y le digo:

- “¿Has comido?”
- “No, no comí porque yo reservé sin almuerzo”.
- “En la nevera hay alimento, tenés huevos, café, leche, tomates. Hay
fideos, hay aceite, atún, puedes preparar...”

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- “Sí, sí... Pero habría que hacerlo. Yo no sé hacer eso, nunca cociné
- Pero, ¿tienes hambre? ¿no sabes hacer ni dos huevos fritos?. Vamos, te
enseño.

Entonces, le mostré que era una sartén, le expliqué las bondades del aceite de
oliva andaluz; le expliqué cómo se enciende la cocina eléctrica, etc,, todo esto
con una conversación animada y con la colaboración gradual de otros
huéspedes que se fueron implicando.
Era un joven periodista madrileño, un muchacho simpático y protegido, de 21
años de edad, había venido a estudiar producción de videos. Todo lo que le
indicaba lo hacía muy emocionado, con alegría, festejando sus pequeños
progresos Tuvo así la sorpresa de prepararse, él mismo, por vez primera, su
comida que disfrutó entusiastamente porque lo devoraba el apetito. Después,
en privado, le hice notar que terminada la elaboración y el almuerzo, no es
recomendable dejar las cosas tiradas y sucias como él las había abandonado,
porque de esa manera arruinaba toda la casa. Entonces despaciosamente,
solo, limpió, acomodó la cocina.
Esta anécdota, aparentemente menor, viene al tema por lo siguiente.
Luego de pasar unos días, ya al cierre del ciclo de seminarios, fuimos a
almorzar con un grupo de participantes a un restaurante cercano. En la
sobremesa le dije: “ - Ya que nos vamos a despedir dentro de poco tiempo,
quisiera preguntarte qué fue lo más importante que aprendiste en Málaga en el
curso que hiciste”. Me respondió: “- Enrique te voy a ser sincero: el taller al que
asistí fue bueno pero lo más valioso para mí fue aprender a prepararme los
huevos fritos, a lavar todo lo que había ensuciado, a compartir tan hermosos
momentos con gente de distintas edades…”

No hay ninguna disciplina formativa que tenga más fuerza de cambio que la
convivencia. Es en ella donde se modela nuestra conducta, en lo que se
convive en cada cátedra es donde aprendemos efectivamente Educación
Jurídica, en la interacción personal diaria dentro de esta Casa donde
aprendemos a actuar. Por ello es fundamental volver a pensar sobre el
enseñar y el aprender por que es la manera adecuada de observar lo que
hacemos cuando estamos aquí Es éste el currículum real que nos forma.

Si en un ascensor donde hay un cartel que dice “No más de 8 personas”,


vemos que suben 22. Algo raro está pasando en esta Casa. Con gente que
sabe leer y escribir y se dice universitaria, instalada en la elite del diploma,
debe existir algún tipo de alteración en el comportamiento, algo muy grave, que
lleva a que un ascensor se rompa y haya que sacar a la gente por emergencia
y a repetir el episodio al poco rato.
Pareciera que nos mueve una convivencia primitiva, no la sabiduría de los
indígenas que esperaban el alma.
Aquí no se espera a nadie, sube rápido al ascensor, gente joven que le vendría
muy bien mover los músculos en una escalera. Hay algo que está alterado en
esta convivencia, y de ello no se habla, no se reflexiona sobre lo que hacemos
en cada cátedra, lo que experimentamos realmente en la Facultad: cómo se
apagan los cigarrillos en la pared, cómo se arruina lo que es de todos; porque
el edificio y la energía eléctrica es patrimonio de una comunidad amplia que no
asiste a esta Casa, pero que paga, de alguna manera, por sus instalaciones.
No hemos aprendido a valorar lo que tenemos porque consideramos que es

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gratis, es decir, que no es de nadie, cuando en realidad lo está sosteniendo
enormes sectores de población que sufren un hipoconsumo crónico de
desarrollo cultural.

Tal vez no habría que formar docentes encerrándolos en un aula o en un salón


de conferencias para hacer un intercambio de opiniones formales y repetir
determinados contenidos normativos abstractos. Más bien deberíamos
organizar experiencias de convivencia, realizar viajes de estudios, a lo mejor
compartir, alimentos escasos, ver si sabemos sobrevivir en una isla desierta. O
si, en cambio, gastamos todo el tiempo disponible en armar un estatuto de
convivencia, que sabemos que no vamos a respetar, pero sí, con suerte, a
administrar. Un gato sabe lo que tiene que hacer, inmediatamente, en una
emergencia, pero nosotros que hemos estudiado tanto, ¿qué es lo que fuimos
dejando en el proceso de convertirnos en graduados?

Entonces propongo al Decano de una importante Escuela de Derecho en


España, la posibilidad de desarrollar con los quince o veinte docentes más
inquietos de su Facultad, incluso invitando a dos o tres alumnos avanzados,
una experiencia de capacitación y de perfeccionamiento, para desarrollar un
Seminario de diez mañanas acerca de qué quiere decir Educación Jurídica y
qué significa, hoy día, asumir la responsabilidad de transmitir conocimiento.
Respondió: “ - Eso nos haría muy bien, Enrique. Nosotros tenemos problemas
de formación pedagógica, existe una guerra interna, silenciosa, secreta, entre
docentes y alumnos. Toda la comunicación está interferida por una pared de
vidrio donde el autoritarismo toma formas extremas y los alumnos desarrollan
violencias que no hacen bien a la vida de la escuela”.
La conversación tenía lugar en un ambiente nuevo, hermoso, bien dispuesto,
con todos los recursos disponibles, pero faltaba el fuego que une, esa fragua
de voluntades que implica un convivir productivo y armonioso,
Le propuse trabajar esas diez mañanas en el mes de enero próximo, ideal para
ellos y luego con quienes estén dispuestos nos trasladaremos a participar de
unas Jornadas de Educación Jurídica en Buenos Aires, en la Facultad de
Derecho, donde a través del Centro de Desarrollo Docente organizaremos
unas jornadas realmente intensas.” Y el me respondió:: “Para mí sería
extraordinario siempre y cuando no hablemos de Derecho, focalicemos el
encuentro en los aspectos de la comunicación, de la integración, la motivación,
del lado humano del trabajo universitario y donde fundamentalmente valoremos
la convivencia diaria.”
Si somos capaces de convivir provechosamente, llenaremos de lindas
anécdotas y de aprendizajes esos diez mañanas en su Casa local y
posteriormente, en un viaje de estudios, que es una experiencia de crecimiento
compartido, asumido, obtendremos la mejor formación de los formadores.
Tengo la impresión de que lo vamos a concretar este proyecto. Y pase lo que
pase en nuestra Facultad de Derecho, o en este país, aunque no podamos
ofrecer el mejor clima institucional, aunque haya dificultades imprevistas, la
convivencia, como verdadera escuela, va a seguir operando.
Por eso, a mí me parece saludable y promisorio, ofrecer esta Cátedra Abierta,
donde una vez por mes nos reunamos para hablar de los problemas que puede
haber en cada ambiente sobre el enseñar y el aprender, porque el tema de
Educación Jurídica hoy día está profundamente cuestionado; como está
profundamente cuestionada, la existencia de las Facultades de Derecho, a las

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cuales se las está sometiendo ahora a una óptica transformadora, viendo qué
es lo que realmente necesita una sociedad para lograr niveles dignos de
justicia.

Aparecen enfoques realmente muy atractivos, que vale la pena discutir, no para
tomar posiciones apuradas, sino para conocer qué es lo que hacemos cuando
ayudamos a alguien a que piense como un abogado y pueda comunicarse con
otros abogados.
Por extensión en el campo de la pedagogía universitaria se plantea también
similitudes con otras profesiones tradicionales.¿ Qué hemos hecho para que
alguien se transforme en médico y después pueda hablar solamente con otros
médicos ? Es fundamental valorar cómo están tanto los servicios de salud
como los de administración de justicia, porque no son independientes de los
procesos formativos específicos.

Esto trae a colación la importancia de crear en esta Casa ambientes de


diálogo, lograr que cada departamento, o cada división, logre un espacio
abierto para encontrarse.
Sin embargo no viene mucha gente a esta convocatoria. Es difícil en estos
momentos reunirse, aunque es indispensable. Contamos con este hermoso
salón, y es la tercera vez que intentamos este encuentro, me parece a mí que
si pudiésemos mantener vigente la oportunidad todos ganaríamos mucho.

Me parece que el tema de la convivencia es fundamental para trabajar en


Educación Jurídica.
¿Transmitimos algo de esto a nuestros estudiantes? ¿O el sólo hecho de
transformarse en alumno otorga a alguien permiso para demandar
determinadas cosas sin retribuir nada?
¿Privilegiamos tanto el desarrollo intelectual que no nos damos cuenta si ello
malogra los aspectos propios del crecimiento afectivo?

En estos momentos no se necesita a ningún profesional universitario, que no


haya desarrollado en su vida dos habilidades sociales: 1) la capacidad de
integrarse a grupos y 2) la habilidad de expresarse con propiedad..

Este propósito hoy día está apoyado por Internet y por el dominio de idiomas.
Sin embargo la necesidad de trabajar en equipo y de liberar nuestra capacidad
expresiva nos llevan a cultivar constantemente el lado humano de la institución
como currículum real, indispensable.

La necesidad de sentarnos para encontrar a nuestra alma, en algún momento,


es fundamental, como el respirar mismo.
Por eso hemos desarrollado estas tres reuniones. En la primera,
presentamos una película canadiense sobre “La historia universal de la silla”.
En la segunda ocasión proyectamos el video que hoy repetimos, “Volver a
pensar sobre el enseñar y el aprender”. Hoy me gustaría conversar con
ustedes sobre esta temática y cerrar la charla con, “In a box” otro video, que
dura simplemente dos minutos, suficientes para transmitir un extenso discurso
de cambio. Es un material realizado por el National Film Board de Canadá y me
parece bueno que lo veamos.

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Me gustaría escuchar algún comentario. Vamos a hacer la charla con la
participación de ustedes quienes, por último, son los artífices reales de la
llamada “Pedagogía universitaria”.
Si uno busca en Internet “Educación Jurídica” aparecen algunos pocos
estudios. Uno de ellos “Qué significa hoy día Educación Jurídica” presenta diez
situaciones de análisis, que considero valioso su lectura posterior.
También es interesante una comprometida nota que hacen docentes de
Derecho en Puerto Rico, especializados en Educación Jurídica, donde
proponen que el gran tema de la universidad en América Latina es hacer que
las escuelas de Derecho asuman la responsabilidad social de colaborar para
autoeliminarse.
Con el título “¿Quien le pone un nuevo cascabel al gato?”, los autores
proponen que para que no se malogre la administración de justicia en la
sociedad deben aparecer formas tempranas de educación jurídica, a nivel
primario y secundario, donde se trabaje profundamente los temas de armonía
social. No reservar un campo formativo exclusivo para funciones idealizadas
en una Facultad de Derecho.

¿Algún comentario?

P1 Siento ahora que los lazos que me unen a esta Facultad estaban un
poco dormidos, pero que no se han cortado ni han muerto. Quizás acá
haya varios abogados y otros tantos estudiantes, es decir gente que
quizás tengamos que ver con esto del estudio jurídico. Bueno, lo que le
pasa a la Facultad le ocurre al país, se apagan los cigarrillos en
cualquier parte, se tira la basura descuidadamente, los chicos jóvenes
harán a sus madres, mis hijos ya son grandes me hartan igual. Y bueno,
porqué no tomar este punto de arranque para entrar en una tarea
educativa que a lo mejor yo no la di a mis hijos y esas madres jóvenes
que van al supermercado tampoco se la dan demasiado bien a sus hijos
pequeños y logremos ese compromiso educativo, porque creo que en
los padres, y los que son padres como yo podrán decirme si sí o no y los
que son maestros como yo también, no hay compromiso educativo, la
escuela instruye, los que educamos somos los padres, la familia, lo que
nos educa es la convivencia. Entonces, si pertenecemos a esta
comunidad de derecho por alguna razón porqué no tomamos desde acá
nuestro compromiso con la educación.
A la propuesta de Enrique, si me da bolilla y lugar, estoy dispuesta a
seguirlo porque tengo muchas ganas de tener una actitud de
compromiso como a lo mejor antes no tuve. A lo mejor alguna vez dije
“por qué la escuela no le enseña esto a mis hijos”. Pero hoy sí, noto con
tanta evidencia la falta de compromiso en la educación y en la
convivencia. Nos da lo mismo si el que va en el ascensor está bien o no,
porque suben 25 y no los 8. No hay compromiso.
Entonces si pertenecemos por algún motivo a esta comunidad, adelante,
emprendamos el compromiso de la convivencia y la educación en este
lugar que por alguna razón Dios nos ha puesto y nos tocó estar. Yo
estoy dispuesta a seguir, me encantaría que los que estamos acá nos

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P 1, 2, 3, 4, 5, Participante del encuentro.

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multipliquemos muchísimo y salgamos a hacer la tarea del compromiso
educativo. Ojalá que seamos muchos.

Muchas gracias.

Para conocimiento de ustedes se han inscripto en el Centro a la Carrera


Docente más de 700 personas que quieren cursar los 4 módulos de formación,
durante dos años, más de 700 personas. Actividad ad honoren, esfuerzo...
¿Qué será esto? ¿Será una buena señal o será que en un país donde hay
tanta desocupación, por lo menos, el seguir estudiando, el seguir aprendiendo,
nos pone orden y nos contiene? Digo yo, no sé. ¿O será que uno está
nucleando grandes vocaciones docentes con estas inscripciones que son
masivas? ¿No les impresiona el número a ustedes? Setecientas personas
quieren ser docentes de esta Facultad, donde lo que se van a encontrar son
problemas, no soluciones, encontrar dificultades, cualquiera que es docente en
esta Casa sabe que está la Facultad atacada de gigantismo, cada vez más
gente, hay muchas demandas, exigencias, roces, hay satisfacciones por
supuesto.

¿Tocará algún punto de satisfacción personal, de poder, el hecho de ser


docente, será que uno ya se coloca en otra situación en la sociedad al ser
docente de derecho? Sin embargo, en la sociedad la imagen del abogado no
es una cosa realmente brillante, está muy cuestionado. Muchas actividades
propuestas como sede en la Facultad de Derecho no son tan magnéticas, traen
algunos rechazos, algunos reparos, o todos dicen “bueno, no queda más
remedio”. ¿O podemos también formar a un egresado que tenga
características como se plantea en Educación Jurídica más vinculadas con lo
político y aparezca un estadista con otra formación, un líder de paz, un líder
con otros elementos que sale del estudio clásico de abogado litigante. Se
cuestiona mucho si es mejor sostener una Casa así o la mejor formación sale
de una persona que se ha pasado 5 o 6 años en un estudio bueno, trabajando
con tutores. ¿Quién compite en mejor formación, el que estuvo en la Facultad,
o aquel otro que tiene el ejercicio práctico y también puede tener lecturas
complementarias? Entonces otro gran tema de Educación Jurídica es cuál es
la mejor forma para resolver el problema formativo, ¿o es lindo ser alumno?
Uno se sienta, estudia.
¿Vos querías decir algo de tu experiencia?

P2 Claro, de mi experiencia o de mi entorno. Que incluso en el Colegio de


Abogados la Comisión de Jóvenes Abogados, justamente, siempre pidió
un padrinazgo. Los Colegios de Abogados de Provincia, ofrecen un
padrinazgo para los egresados recientemente y en la práctica no hay
padrinos, o sea, padrinos disponibles. Nadie en este momento quiere
apoyar un joven abogado. A mi me ha pasado también, yo me recibí
grande de abogada, de procuradora hace muchos años y después de
muchos años volví a la Facultad y me encontré con esa dificultad cuando
ingresé. O sea, es muy difícil, ahora ya estoy encaminada en la
profesión, pero a todos nos cuesta mucho porque no sabemos que hacer
y sobre todo esta profesión se aprende trabajando. Tenemos que
conseguir nuestros clientes y cuando llega el primero no sabemos qué
hacer. Sobre todo en este año terrible, con estas medidas de

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emergencia. Y ¿cómo aprendemos? Yo aprendo en los Juzgados,
hablando con los empleados del Juzgado porque lo que dicen los
Códigos, lo que dice la Constitución, este año tuvimos que archivarlo en
un cajón. Y yo me he pasado, como tantos colegas en el Colegio de
Abogados haciendo cursos todo el año, desde el año pasado, hemos
tenido el apoyo de muchos profesionales que son profesores de esta
Casa que nos han apoyado muchísimo, y eso es lo que valoramos
todos, porque así fuimos saliendo un poco a flote, si se puede decir. No
sabíamos qué hacer, porque no nos servían ni la Constitución, ni los
Códigos, no había respuestas, las respuestas no estaban en los libros,
por eso hay que volver a aprender todo. El abogado actual, necesita ser
muy creativo porque si la respuesta no está en los libros tenemos que
encontrar qué hacemos, que hacemos ya porque tenemos un término,
un vencimiento, un amparo de 48 horas para contestar algo, que a veces
no sabemos qué tenemos que contestar. Y si no somos creativos,
incluso ir a un Juzgado y que el Juez diga “Y no sé”. Se da el caso de
jueces que le dicen a un abogado: “Y en el otro Juzgado, qué le
contestaron, qué despacho, porque no sabe el Juez qué responder ante
un petitorio. O sea, que ahora es esta anarquía total a nivel jurídico. Yo
la defino desde mi experiencia, por eso es tan importante que todos
podamos reflexionar, tener un espacio y expresar ideas nuevas, aunque
parezcan un poco alocadas, el torbellino de ideas del que hablan los
mediadores, tiremos ideas al aire a ver qué pasa. Esto estamos
haciendo a veces con los colegas en los Colegios Profesionales, nos
juntamos entre nosotros para ver que hacemos ante un caso, y a veces
la solución posible surge de lo que opina cada uno y son ideas
totalmente nuevas. Bueno le dejo espacio a otro colega.

Muchas gracias.

Esta es la idea que nos anima: iniciar, con este ciclo de conferencias, un lugar
de fortalecimiento docente o profesional. Un espacio creativo para
reencontrarse con uno mismo; para potenciar el apoyo de gente que vive un
anhelo de crecimiento compartido, no de rivalidad. Si voy a ir a un lugar a
confrontar o a pelear, ahí seguramente no voy a aportar lo que en realidad
domino. Si esta megainstitución que es el Estado, no contiene a la familia, no
fortalece a la Facultad, es indispensable crear un grupo de estimulación
donde cada uno pueda crecer en clima de respeto. Cualquier profesión hecha
rutinariamente embrutece, no vaya a ser que hemos ingresado en un camino
acelerado de encierro mental creyendo que estamos en niveles de alto
pensamiento.

P3 Yo no soy abogada, mi nombre es Isabel, he trabajado con muchos


profesionales y el otro día por la radio escuchaba el gran compromiso
que tiene la Facultad con la formación de los abogados, en el sentido
que la mayoría de los postulantes para políticos son por lo general
formados en la Facultad de Derecho.
Mi yerno, que es abogado, trabaja en relaciones laborales en el l
Ministerio de Trabajo y le escribí que “Mi hijo el doctor”, está
fundamentado en ese ideal, en la fantasía de los padres, de mi
generación, que es también la de los padres de mi yerno. Y me contestó

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“¡Qué suerte que Tomy es zurdo para patear la pelota, voy a ver si ya lo
inscribo en una escuela de fútbol, a ver si con eso salgo adelante!”.
Entonces me dio un panorama de cómo se habían invertido las cosas. A
tal punto que lo que importa no es lo que aprendiste sino si podés patear
bien la pelota y meter un buen gol, para ganar una fortuna, sepas o no
hablar, comprendas o no los decretos, entiendas algo o nada. Es decir,
se invirtieron de tal manera los valores, que ya no es el orgullo sentirse,
abogado. Si no todo lo contrario: “No me gustaría que mi hijo siguiera mi
carrera, sino poder superar esta situación económica, y salvarme, por
ahí, con un pibe que juegue bien. “

Gracias Isabel.

Yo tuve ocasión en España de encontrarme con unos argentinos abogados.


Algunos eran entrenadores de rugby, que ahí mucho rugby no hay, otros
cuidaban los ingresos en las fiestas, eran “patovikas”. Un egresado de esta
casa era camarero, y sólo lamentaba no poder continuar porque carecía de la
documentación necesaria, ganaba, sin gran esfuerzo sus novecientos o mil
dólares mensuales, que allá por supuesto también gastaba. Me decía: “No
sabés cómo extraño a mis amigos pero ni loco voy a ganar mil dólares en
Argentina trabajando simplemente de noche unas horas…!”

P4 Uno de los debates más frecuentes discrimina acerca de si el perfil del


egresado hace a un hombre de pensamiento creativo o conforma a un
mero técnico en el de ejercicio de técnicas procesales. Cuando se
crearon las primeras escuelas de Derecho hubo todo un debate en
cuanto a la denominación de la casa de estudios. En tanto la
denominación de Facultad era indicativo del discurso interno o bien
correspondía al producto que se generaba dentro de ella. Trabajó este
tema Joaquín V. González, enfocándolo sobre la idea de amplitud que
encerraba el término “escuelas de Derecho. Por eso hubo un desarrollo
muy polémico sobre el sentido, es decir, si debían ser facultades de
derecho, de ciencias sociales o de ciencias políticas. Como oposición a
las meras escuelas de derecho que es el nombre que tiene actualmente
la facultad. Creo que esto es simbólico, no casual, y evidencia qué es lo
que realmente queremos. Si pretendemos que las facultades de derecho
sean ámbitos donde podamos, independientemente, aprender técnicas,
pensar creativamente problemas de la sociedad, o si lo único que
queremos es generar técnicos en el ejercicio procesal de la profesión. Y
me parece por experiencia. Por eso me parece, reitero, lo he comentado
contigo, muy positivo que vos vuelvas una vez más a la Facultad de
Derecho, porque creo que la tendencia en los últimos años de esta
facultad ha sido un "enseñadero" de técnicas jurídicas. Creo que por lo
menos lo que uno recibe como respuesta de los alumnos.
Estoy a cargo de una materia de las finales de la carrera de ciclo,
orientado en Derecho Penal. Los alumnos que han padecido un sistema
de educación propio de un depósito de conocimientos, de un sistema de
educación bancaria, con pocos espacios de reflexión, de pensamiento
crítico y este es el producto que estamos sacando hoy en la Facultad, y
aparte malos técnicos.

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Entonces considero que esto merece un debate amplio y este espacio
es una ocasión propicia para ello.
Con relación a lo que decía la colega, coincido. ¿ Qué es lo que más
afecta al abogado en su práctica profesional ?. El manejo del conflicto;
esto es lo que desvela, lo que genera angustia, problemas, conflictos
internos. Es el manejo tenso, litigante, del caso, del cliente, de la
contraparte y del sistema general de los operadores judiciales, esto es lo
que genera gran desgaste personal. Los problemas propios de la
información, es un tema de horas de estudio; en los libros está el
instituto procesal que hay que aplicar en cada caso, allí se encuentra la
normativa. Hoy en día está en Internet la Doctrina y la Jurisprudencia
más actualizada. Esto en mi experiencia profesional no es lo que me
genera mayores dificultades..
Lo que si origina más conflicto es el abordaje del caso, y el tratamiento
del caso en esta Facultad, no es el objeto fundamental, o sea, que en la
realidad actual, pecamos de una mala formación de técnicos en derecho.
Considero que en esta casa no hay espacios para el pensamiento
creativo; por tradición no existen aquí espacios para el abordaje del
conflicto. Estimo que estos son los temas en los cuales debemos
trabajar.
Cuando decías recién de que se está hablando de terminar con las
escuelas de Derecho, en mi experiencia chiquita de docente quiero
contar esta anécdota. Hace dos semanas estábamos en un encuentro
de profesores de Derecho Penal de todo el país y prácticamente se
encontraban representadas todas las universidades públicas y privadas
en Derecho penal, y acompañaban los mejores maestros de Derecho
Penal en Argentina; también se encontraba presente una maestra, muy
destacada, en Derecho Civil y de Familia. En un momento dado cuando
habíamos terminado la Jornada, nos quedamos charlando y me dijo:
- A ustedes los penalistas no los entiendo, se pasan hablando
solamente de los temas teóricos del Derecho Penal y al final siempre
terminan diciendo lo mismo:” el Derecho Penal no sirve para nada”.

Muchas gracias. Es fuerte tu aporte, ¿no?

Si ustedes quieren les leo el trabajo de Educación Jurídica que les comenté. A
mí me pareció bien escrito e impactante. Reduzco un poco el texto.

“La Educación Jurídica: otro gato que necesita un cascabel”

“De hecho, es de todos aceptado que el título de juris doctor es casi un


requisito sine qua non para integrarse como trabajador en la operación del
estado sobre nuestras vidas.

(Agrego: Es interesante observar en un juicio en Massachusets, en 1999,


alguien dice “nosotros los abogados somos los exponentes mismos del
Estado”; considera a la profesión inserta en la vida estatal).

“Postulamos que la adquisición de las destrezas y competencias necesarias


para una repartición social del ejercicio de la justicia requiere que la función

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pedagógica se democratice hasta el punto que se convierta en un elemento
medular de un currículo cívico.
El Estado promueve el mito de conceptualizar la educación legal dentro de una
educación postsecundaria, especializada y de alto costo. Entendemos al
contrario, que el desarrollo de las destrezas y del pensamiento crítico necesario
para ser un partícipe cívico y trabajador de la justicia puede emprenderse
desde la escuela de la comunidad (desde la escuela primaria, desde la escuela
secundaria), como parte de un currículo de competencias democráticas. En
este sentido, la función del bachillerato es profundizar sobre los estudios
necesarios para conjugar el conocimiento de la justicia con otras disciplinas
relacionadas.
Bajo esta visión, uno de los objetivos de la escuela de Derecho debe ser su
propia abolición como institución privilegiada; o, al menos, visualizarse como un
coordinador del desplazamiento del ejercicio de la justicia hacia las
comunidades, y como un facilitador del apoderamiento de los miembros de la
sociedad civil en general. En otras palabras, su estrategia sería la de cultivar
trabajadores de la justicia en vez de dioses togados.”

Michelle Silvestriz Alejandro y Carlos del Valle (Universidad de Puerto Rico,


Estados Unidos).

Es interesante observar cómo se conceptualiza el campo de la Educación


Jurídica y qué vetas poderosas de transformación social, puede alcanzar, en
un mundo que está en cambio aceleradísimo.
Queda demasiado viejo “mi hijo el doctor”, queda desvalorizado el mero título.
La sociedad actualmente le agrega a la conocida frase de Florencio Sánchez
un “mi hijo de…, doctor”, calificativo muy despectivo que vale como un
enjuiciamiento global.
He tenido oportunidad de observar en algunos programas de la Organización
Mundial de la Salud, donde fui consultor muchos años, esfuerzos formativos
que llaman muchísimo la atención, por el intento de ir a los hechos concxretos.
Ustedes dirán, “¡Pero eso no se puede hacer!”. Sí se puede hacer, contesto.
Se puede formar un”médico en 24 horas”, porque las urgencias son
excesivamente grandes en algunas comunidades donde hay un médico cada
300.000 habitantes, y hay que formar urgentemente recursos humanos con
alguna especialización para la población cadenciada.
Así asumieron los chinos y en otras comunidades. En algunas zonas de Africa
se enseñaba por ejemplo a muchachos inteligentes, al lado del cirujano
instructor. Se le enseñaba a lavarse cuidadosamente las manos, se le indicaba,
única y minuciosamente, el instrumental requerido para cada caso; se
presentaba el campo quirúrgico y se procedía diciendo. “se toma así”,
“tomalo”, “se hace así”, “probá”; “se hunde así”; “se separa así”…etc. Y se
realizaban apendicectomías cuidadosas, exitosas a través de aprendices
inteligentes, sobrios, que se formaban en largas jornadas al lado de un tutor
acreditado de alta vocación docente.
En poco tiempo aparecían los flamantes y comprometidos auxiliares médicos y
el único médico del lugar, quedaba como referencia para el caso de que
surgiese algún caso grave, que generalmente no era tan grave y raramente
aparecía.

11
La responsabilidad que asumía cada joven seleccionado era extrema. Sabía
que todo era urgente y no había más recursos que los que había; o lo hacía o
no lo hacía.
Se puede trabajar y resolver muchos problemas de salud en horas, si existe
una voluntad institucionalizada de solución de problemas con lo que se tiene,
no con lo que falta.
En algunos consultorios asistenciales de emergencia se decía; “todos los que
tienen vómitos, hagan esta cola”, había que atender urgente a dos mil
personas. “Todos los que tienen diarrea se ubican aquí”.
Ustedes dirán “¿qué atención es esta? “. Para estos profesionales la intención
de ayudar en urgencias con carencias de elementos era tan responsable que
se resolvían muchos problemas con tamaña decisión pedagógica.
La intención asistencial no era que de que nadie urgido de atención vuelva al
otro día para una postergada consulta, sino la de resolver, de la manera más
practica posible y en el momento mismo, Y así se solucionaban numerosos
problemas de salud, y se prevenían otros, porque se iba al encuentro de las
necesidades manifiestas para superarlas de alguna manera.
Argentina vive tapada de problemas, de todo tipo, en todos lados, y falta la
osadía creativa de resolución de prioridades. Y así vamos a aumentar las
causales de violencia social y de penalidad para crear una estructura jurídica
que estudie y explique el caso en un abordaje teórico. En realidad lo
inteligente es cómo se puede ir seriamente a las a las causas para solucionar
el desencadenante germinal del conflicto; decidir de qué manera y con gran
osadía en la práctica. Para ello es imprescindible una voluntad institucional de
cambio, asumida, sino no pasa nada, es meramente una declamación. Los
hechos deciden y los problemas nos siguen tapando. No hay problema social
que no se resuelva, pero hay que ir al su encuentro.
Tuve oportunidad de observar en España otro drama humano para mí muy
serio. Ellos cuentan con las residencias estudiantiles, son muy buenas en
general. Entonces los padres confían a sus chicos en esos albergues y se van,
los chicos quedan como pupilos. Entonces el administrador de la residencia
tiene que poner en funcionamiento óptimo el comedor, los servicios
asistenciales, supervisar a los profesores, asistir a los chicos, pero está
excedido de problemas humanos que van apareciendo. Hay violencia, cosas
raras. ¿Qué hace la residencia ante estos casos que molestan? Echa al chico.
¿Adonde va ese chico?, “¡Ah, eso no nos preocupa, a nosotros nos molesta!”.
No es resolver el problema, se está creando otro fenómeno, que acá viene a
galope o ya está instalado, que toma formas semanales, donde los chicos de
14 o 12 años salen a las calles sábado y domingo y han descubierto que por
qué tienen que ir a tomar una bebida en un bar, o en una confitería o una
bodega, se van con un cajón de cerveza que les cuesta moneditas, y toman en
la calle. Se llama el famoso “botellón”, “botellazo”, donde amanecen miles de
chicos borrachos, es un cuadro impresionante donde no toman para
economizar, toman para rebelarse de todo el sistema y van a emborracharse
en la calle como fenómeno social permitido. Este es un fenómeno muy serio
con la educación, no sé que tratamiento tiene. En una sociedad consumista
globalizada, donde abunda el dinero gastado en cosas vanas, empieza a haber
una ausencia de sentido de vida y esto es realmente muy serio. Nosotros por
suerte, tenemos muchos problemas que nos duelen y eso nos da cierta
profundidad, además hemos tenido un paso educativo importante que está de
alguna manera internalizado en la sociedad.

12
Pero, ojo, al haber desocupación, extraordinariamente crece la matrícula
universitaria gratuita y decrece notablemente el egreso en primaria, cada vez
menos chicos terminan la primaria, lo cual es una calamidad. Vamos a
terminar con avisos que salían en 1880 en los diarios: “Enseño a firmar en
media hora”. La gente no va ni a la escuela, queda pegada a la televisión,
aparece la manía de consumo, te hacen sentir todos los días que sos un
miserable por todas las cosas que hay y que no podés usar, y el sujeto no tiene
ninguna contención formativa. Es bravo el panorama.

Entonces, yo estoy conmovido por todo el trabajo que hay en la Argentina en


todos lados, cuántas cosas que hay que hacer en todos los órdenes, cuánta
demanda en todos lados, cuánto trabajo social. El microcentro ya no es un
lugar para pasear a las diez de la noche, incluso a lo mejor esta no es la hora
buena para una reunión, porque la gente ya ni se larga a la noche para salir,
todos estos fenómenos están ocurriendo en Capital Federal, en el Gran Buenos
Aires. ¿Se dan cuenta?

P5 Y en Europa también.

Si y hay un gran aislamiento, pero ellos tienen como cosas resueltas. Los
servicios de salud funcionan, el sistema de seguridad pública funciona, no es
frecuente la aparición de ninguna figura común de la corruptela estructural que
tenemos. Nadie va a “adornar” a un policía, porque no se concibe, nadie va a
aceptar, hay cosas que funcionan de otra manera. Y esto es conmovedor
porque hay gente preparada para resolver no para complicar, vos vas con el
problema y te lo resuelven, no cómo podemos hacer para complicarlo más.

Entonces para mí hay que hacer algo muy simple y serio. Lo vamos a ver en
una película que algunos de ustedes conocen porque la he proyectado hace
años. Es un film que lo recuperé en pleno proceso militar. Alguien me dijo
entonces de la cinemateca de Canadá:

- “Enrique, me pidieron que rompa esta película, ¿ la querés llevar?.


- “Sí, dámela, ¿porqué quieren que la rompas”.
- “No se, dicen que es desubicada.”
- “Es muda.”
- “Sí, pero es crítica.”
- “Es un dibujito animado.”
- “No lo toleran, me dijeron que la queme.”
- “Muchas gracias. Si tienes otra más, también la llevo.”

Todavía me acompaña esta película, la vamos a pasar, no la vamos a explicar,


se llama “In a box”, “Dentro de una caja” del National Film Board de Canadá .

Se proyectó un video de 2 minutos de duración.

En el cielo se cuentan lindas historias, en el infierno las explican.


Nosotros no vamos a explicar la película, lo único que podemos decir es que a
lo mejor, cuando uno consigue salir un poquito de una caja, ello no le guste a

13
nadie y, seguramente, le vuelven a exigir que no salga de su destino. Pero el
que retorna a su prisión mental, y ya al vio algo distinto, algo nuevo también
comienza a trabajar en su interior.

A mí lo que me parece que es muy triste en la vida es perder el ómnibus, ¿no?


Está ahí el ómnibus y se va, uno se distrajo. Y me parece que es muy triste
llegar tarde, cuando uno llega tarde. Y algunas cosas de pronto las
descubrimos ahora y estaban dichas hace muchos años atrás, y nadie las vio.
De pronto uno encuentra páginas de Joaquín V. González, algunos escritos por
ejemplo de cuando Palacios, hombre de leyes, rector de la Universidad de la
Plata presentó en La Plata a Krishnamurti que estuvo en Argentina en 1935, y
hablaba de lo que es salir de la caja mental, de los prejuicios. La Acción
Católica Argentina pidió que se le prohiba exponer por radio, la prensa sacó
noticias muy acotadas de Krishnamurti, tuvo que hablar con custodia policial,
policía montada, en el Teatro Coliseo de Buenos Aires porque había mucha
gente que quería conocerlo. Cuando el público hizo conocer sus preguntas,
decían: “¿Por qué Usted viene a robarnos nuestra tranquilidad ciudadana,
vivimos bien, tranquilos, con nuestros valores y usted nos viene a perturbar?
¿Porqué no se va lejos, a la India de donde vino, y les dice a ellos que
cambien, no a nosotros que estamos bien?

Era 1935, en esa misma semana el diario “La Prensa” publicaba que se
asesinado al senador, Bordabere por la corrupción en el Pacto de Carnes, en
disparo que iba dirigido a otro hombre de ley, Lisandro de la Torre, hecho que lo
llevó posteriormente al suicidio.
Pero la gente decía: “¡No nos altere nuestra tranquilidad, si vivimos bien! “

Dios no tiene apuro, pero ¿hasta dónde tiene que llegar el agua para que uno
reaccione?

Hoy está aquí una profesional a quien mucho que me contaba que estuvo hace
poco en un encuentro de religiones, para hablar de la unidad de Dios. Y
descubrieron que en la Vedanta, hace 10.000 años los hindúes afirman la
unidad de Dios. Le comentaba a Estela; “Pero no lo decíamos eso hace 50
años atrás, ¿De qué estamos hablando? Cuando éramos chicos,
adolescentes, conversábamos de todas estas cosas, y ahora las están
redescubriendo los pontífices.”

Es que el que vive de las necesidades ajenas, ¿tendrá algún apuro en


resolverlas?

El 23 de septiembre próximo los invito a una nueva reunión. La última


será el 28 de Octubre.
Cuando termine este ciclo seguramente va a venir mucha gente amiga, hoy
ausente, a decirme: “¿Cuándo es la próxima?” Y les voy a decir: “Terminó.”

Muchas gracias

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Anexos

Distintos Modelos de Educación Jurídica y Condiciones Sociales en las que se Apoyan


Robert W. Gordon 2

I Modelos Tradicionales

1. Capacitación de Aprendices Practicantes


Familiarizar a los principiantes con los documentos y procedimientos básicos utilizados
más frecuentemente, en escenarios prácticos (formas de alegatos, contratos estándares o
instrumentos comerciales, solicitudes para forzar producciones o para suprimir pruebas, etc.) y
entrenarlos para que adapten los formularios para demandar particulares situaciones del
cliente. Educación que se recibe en los estudios jurídicos. La premisa es que ser abogado es
un arte que se aprende mejor a través de la práctica y por la imitación en el estudio con un
maestro.

2. Enseñanza del derecho positivo (“Black Letter” Law)


Enseñar las reglas específicas del sistema legal existente (Normas de códigos
reducidas a lacónicas declaraciones de reglas y excepciones). La imagen del abogado que
aprendió el derecho como un cuerpo de reglas, “busca el derecho” e informa a su cliente a
cerca de las reglas de su situación: un abogado-tomador pasivo más que un configurador
activo o intérprete imaginativo del derecho. Más que un artesano, realiza trabajos prácticos
repetitivos y rutinarios.

3. Enseñar a los estudiantes a “pensar como un abogado”


Capacitación en los métodos de la profesión relativos a la retórica, el razonamiento y la
argumentación. Discusiones prácticas de casos hipotéticos. El objetivo es educar a los
graduados hasta que sean reconocibles por otros abogados como miembros de la profesión.
No se enseña un cuerpo particular de leyes, el método puede ser utilizado en el Estado o la
práctica privada. El abogado puede cambiar de especialidad en especialidad, de tarea en
tarea, buscando la brillante luz de su mente pragmática. Esta competencia se equipara a la
innata inteligencia en la resolución de problemas.

4. Educación en la “Ciencia Legal”


Educación en el derecho como un sistema de principios coherente y unificado y en la
habilidad de razonar desde casos particulares a principios generales que los gobiernan y de
principios generales a los casos particulares. Este ideal es institucionalizado después de 1870,
la instrucción en la ciencia de la dogmática legal domina la mayoría de las facultades de
derecho de elite en los países de derecho continental. Se entrenan “abogados científicos”.

II El derecho como política

Luego se piensa en la ciencia del derecho a través del método de casos como un
método crítico para atacar la ciencia jurídica dogmática. Pensar como abogado empezó a
significar la adquisición de destreza para ignorar la racionalidad dogmática de las doctrinas
jurídicas y la búsqueda de verdaderos factores que influyen una decisión. El escepticismo
sobre las bases dogmáticas de los principios jurídicos condujo a una visión de la educación del
derecho como política.

5. La política como suplemento de la educación tradicional


Desde 1950 ante la influencia del realismo jurídico se agrega al enseñar a
“pensar como abogados” argumentos políticos a los argumentos convencionales. La política
entró en la mayoría del pensamiento jurídico. Alguna habilidad en análisis político ad hoc se
incluye en el paquete de capacidades generales de resolución de problemas útiles para los
abogados sin importar qué trabajos estén haciendo. El análisis político es diseñado por los
2
Síntesis realizada a partir del trabajo que aparece en Internet basado fundamentalmente en
la cultura legal de Estados Unidos.

15
jueces y los abogados que argumentan ante los jueces. Las políticas son bastante
heterogéneas y no hay intento de reconciliar las inconsistencias.

6. La política como una técnica instrumental


El acceso más sencillo a una instrucción en las disciplinas políticas no estructuralmente
legales es el rol instrumental para los roles y tareas legales, el “rol de siervo”. El abogado de
negocios debe saber métodos y principios contables; los abogados antimonopolios, economía
antimonopólica; los penalistas teorías psiquiátricas sobre insanía; los abogados de familia
conocer algo de psicología infantil; etc. El caso para enseñar política se relaciona al trabajo
cotidiano de los abogados.

7. La política como educación del arte de gobernar (modelos liberales y


economistas).
La política como la arquitectura social del sistema jurídico. El rol de la política de
educación en educación del derecho no es concebirlo como un complemento o servidor técnico
del derecho, sino como las bases de todo derecho. El derecho es un modo de ejecutar
políticas. Este modelo amplio de educación jurídica anticipó un importante rol social para los
abogados. El compromiso en el arte de gobernar fue parte de un aceptado negocio de los
abogados practicantes. Los abogados de la temprana sociedad americana se prepararon para
desempeñar funciones públicas. La educación en la práctica de gobernar tiende a adoptar dos
formas liberales: la humanista o la económica. Los abogados humanistas trabajan en
cuestiones de igualdad e identidad, de raza y de género y los abogados economisistas en
derecho comercial y en la organización de la economía; trabajan en problemas diferentes y
raramente citan el trabajo del otro. Ser un abogado es ser “un hombre de Estado”.

III Otras perspectivas “desde afuera”

Todos los modelos de educación del derecho mencionados consideran como su


objetivo primario, la capacitación profesional de abogados para tareas profesionales. El punto
de partida de estos maestros es todavía el de aquel que está ubicado dentro del sistema legal,
incluso si a veces es crítico dentro del mismo. Cuando los profesores de derecho comienzan a
examinar las normas, principios y políticas detrás de las prácticas jurídicas (miran dentro de
otras disciplinas) y cuando las normas y recompensas provienen más de la academia que de
las profesiones, sus perspectivas comienzan a cambiar hacia aquellas de los que están
ubicados fuera del sistema, desinteresados o comprometidos, pero críticos.

8. El desinteresado estudio del derecho científico – social


La educación del derecho como el estudio desinteresado y objetivo del derecho, de los
sistemas jurídicos y del derecho en la sociedad; estudio histórico, comparativo, sociológico,
antropológico, económico, filosófico o como rama de estudios culturales. Estos abogados
encontraron que la acción social a menudo servía a objetivos que chocaban con los fines
formales del derecho. Consideraron que la primera tarea consistía en descifrar los nuevos
mundos, tratar de entenderlos. En vez de aprender cómo el derecho podía controlar la
sociedad aprendían la inutilidad de la promulgación de leyes o sus perversos efectos. La visión
es la del profesor de derecho como observador de la sociedad y la orientación interdisciplinaria.

9. Perspectivas críticas
La educación del derecho como una oportunidad para inculcar la crítica y programas
para reformar el actual orden jurídico social. La academia juega en la sociedad un rol crítico
“desde afuera”, incisivo y reformador. La idea es que al no estar atrapados en las presiones e
influencias de la práctica se puede observar el mundo jurídico y ayudar a los estudiantes a que
aprendan cómo usar el estudio y el análisis legal y extra legal, para poder poner en evidencia
los casos en que las prácticas sean injustas e ineficientes y poder explorar alternativas.

10. Educación de una vanguardia de activistas para el cambio social


Los profesores pueden percibir como útil reformar movimientos para que se agudicen
sus críticas al orden legal existente y para ayudar a imaginar alternativas amplias. Efecto más
directo en la reforma. Formar cuadros de activistas comprometidos en el litigio para alcanzar
cambios en la legislación.

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Cada uno de estos diez modelos de objetivos y métodos de educación del derecho
que están activos actualmente en las escuelas de derecho estadounidenses tiene una visión en
mente acerca del tipo de abogado que desea educar (abogados observadores, reformadores,
activistas públicos o intelectuales). A fin de sobrevivir, cada modelo de educación jurídica debe
tener trabajos, careras y muchos o movimientos institucionales de donde sujetarse y no debe
ser extremadamente disonante con los intereses de clase, económicos y de “status” de la
profesión jurídica y de los principales clientes y electores de los abogados

Concluyo sosteniendo que, tanto en Estados Unidos como en otros lugares, los
abogados siguen necesitando una educación liberal en el arte de gobernar, es decir, en las
normas y condiciones sociales y económicas ideales que sus técnicas jurídicas deben servir.
La visión social sin técnica, es inútil; pero la técnica sin visión es una amenaza.

Distintos Modelos de Educación Jurídica y Condiciones Sociales en las que se Apoyan


Robert W. Gordon 3

MODELO DESCRIPCIÓN

I Modelos tradicionales

1. Capacitar aprendices practicantes. Instrucción práctica para adaptar los formularios a demandas personales.
Ser abogado es un arte que se aprende por imitación, en los estudios jurídicos.
2. Enseñar el derecho positivo. Un abogado tomador pasivo más que un configurador activo o interprete
imaginativo del derecho. Más que un arte realiza un trabajo repetitivo y rutinario.
“Busca el derecho”, aprende un cuerpo de reglas que aplica sistemáticamente.
3. Enseñar a “pensar como abogado”. Capacitar en lo relativo a la retórica, el razonamiento y la argumentación.
Se trata de ser “reconocible por otro abogado” y poder cambiar de especialidad en
especialidad.
4. Educación en la “Ciencia Legal” El derecho como un sistema de principios coherente y unificado.
Instrucción en la ciencia de la dogmática legal.
Se entrenan “abogados científicos”.

II El derecho como política

5. La política como suplemento de la La influencia del realismo jurídico agrega argumentos políticos a argumentos
educación. convencionales.
El análisis político es diseñado por los jueces y los abogados que argumentan
ante ellos.
Políticas heterogéneas y con inconsistencias entre ellas.
6. La política como técnica instrumental. Rol instrumental, “rol de siervo”.
El abogado economista debe conocer lo contable; el de familia algo de psicología
infantil; etc.
7. Educación en el arte de gobernar. El derecho es un modo de ejecutar políticas.
Rol social para los abogados, desempeñan funciones públicas. Se preparan para
gobernar.
“Somos hombres de Estado porque somos abogados”.

III Otras perspectivas “desde afuera”

8. Estudio del derecho científico-social. Considerar otras disciplinas. Ver lo social.


Tratar de entender los cambios, en vez de aprender cómo el derecho controla la
sociedad, ver la inutilidad de ciertas leyes o sus efectos perversos.
9. Perspectivas críticas El rol crítico “desde afuera” incisivo y reformador.
No estar atrapado por las presiones de la práctica.
3
Síntesis realizada a partir del trabajo que aparece en Internet basado fundamentalmente en
la cultura legal de Estados Unidos.

17
Poner en evidencia prácticas injustas e ineficientes y poder explorar
alternativas.
10. Una vanguardia de activistas para el Efecto más directo en la reforma del sistema legal.
cambio social Formar cuadros de activistas comprometidos en el litigio para
alcanzar cambios en la legislación.

18

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