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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

El presente libro fue publicado en una edición digital bajo la autoría


de “Colectivo Acuario”. Se publica ahora de manera gratuita bajo su
auténtica autoría. El libro es gratuito y su distribución está totalmen-
te permitida. Se publica bajo este formato de manera digital el día
23-4-13, con motivo del Día internacional del libro.

http://rubencamachozumaquero.wordpress.com
http://sobreperrosyperegrinos.blogspot.com

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

La Rueda Evolutiva
del Zodiaco

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Sobre el autor

Rubén Camacho Zumaquero es un escritor de


naturaleza andaluza. Como poeta, ha publicado
“De raíz rebrotada” (2010, publicado en 2012) en
la colección nacional de poesía “Monosabio”.
Ha participado en diversas antologías como “El
hombre de Moguer” (Ed Rubeo), homenaje a
Juan Ramón Jiménez, o en revistas literarias (Re-
balaje Ala Literaria). A nivel digital, se ha aven-
turado a publicar trabajos con seudónimos. El
presente libro es un ejemplo de ello. De forma-
ción es Psicólogo Social y Educativo y Coach ex-
perto en la gestión del talento. Fundador y Direc-
tor de la plataforma The Eye Coaching Group
(proyecto de Coaching integral que ofrece progra-
mas de desarrollo social y personal a nivel inter-
nacional y procesos de empoderamiento a nivel
internacional).

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

La Rueda Evolutiva
del Zodiaco

Rubén Camacho Zumaquero

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

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La rueda del zodiaco es el un recorrido que aúna los


conocimientos de la Psicología Evolutiva y la Astrolo-
gía como ciencia esotérica. Se trata de un recorrido
por la simbología que despiertan los doce signos zo-
diacales, y que construyen una rueda evolutiva perfecta
sobre nosotros mismos, desde nuestro nacimiento has-
ta nuestra muerte. La Psicología Evolutiva ha tratado
de definir los distintos estadios de la vida de un ser
humano individual, y el valor de la simbólica astroló-
gica es incalculable. La Astrología, como el gran juego
de autoconocimiento, y la Psicología Evolutiva, como
una de las ramas psicológicas que tratan de explicar-
nos, crean una valiosa sinergia en una perspectiva inte-
gral. El texto trata de ofrecer luz y conocimiento a los
lectores acerca de los beneficios artísticos y literarios
que la Astrología arroja sobre nuestro autoconocimien-
to.

Gracias por iniciar la lectura.

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LA RUEDA EVOLUTIVA DEL ZODIACO

ÍNDICE

El significado de la rueda 11
El niño 17
Los objetos 25
Las palabras 33
Los abrazos 41
La riqueza 47
El detalle 55
Ahí llega el otro 63
Renacer 73
El objetivo 83
Un ermitaño 91
Ahora somos nosotros 99
Más allá de la rueda 107
Epílogo 115

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

EL SIGNIFICADO DE LA RUEDA

"La Astrología representa la suma de todos los conocimien-


tos psicológicos de la antigüedad"

Jung

La astrología, como ciencia esotérica y milenaria (sus raí-


ces están perdidas más allá de la época babilónica, mesopo-
támica o sumeria), ha visto pervertida su esencia a causa de
los falsos videntes y profesionales de la mentira y manipu-
lación en revistas y programas televisivos nocturnos. La as-
trología nunca fue una ciencia de adivinación, sino un arte
complejo y profundo resultado de la observación y la des-
cripción artística y mitológica de la condición humana.
Desde el principio de los tiempos, la astrología se basaba
en los conocimientos astronómicos para estudiar la condi-
ción humana. A través de los cuatro elementos (fuego, tie-
rra, aire y agua), símbolos perennes en toda civilización, se
construyó una rueda evolutiva basada en esos cuatro arque-
tipos, y posteriormente, en doce signos que correspondían
a las doce constelaciones. Estos signos fueron escogidos
porque aparecen en el firmamente con total protagonismo

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y de modo constante, de tal manera que en una cartal natal


de una persona puede observar en qué posición o planeta
tiene ubicado cada signo o energía.
Uno de los errores de la astrología moderna es conside-
rar al signo solar como una categoría, una identificación
con el ego. De esta forma, los videntes o astrólogos de revis-
ta y televisión hablan a las personas como si estuvieran re-
presentados por ese signo solar. Esta identificación es una
incongruencia y un error en sí misma, ya que el objetivo
principal de la astrología es el autoconocimiento profundo.
En cada carta natal de una persona, ésta puede observar la
posición de su sol (su energía expresiva), su luna (energía re-
ceptiva, el cuerpo emocional), los restantes planetas (mercu-
rio, marte, venus, cada uno con un significado preciso y
profundo), posiciones (nodos lunares), así como la posi-
ción de cada una de las doce casas (cada casa estará posicio-
nada en un signo concreto de la rueda zodiacal). No somos
entonces un signo, sino que en nuestro mapa vital, que la
astrología diseña a raíz del momento exacto de nuestro na-
cimiento, están los doce signos distribuidos.
Estos doce signos no son doce energías diferentes e inde-
pendientes, sino que forman en sí mismas una rueda evolu-
tiva que conforman al ser humano total. El ser humano po-
see todas esas energías, y de su comprensión profunda, con-
trol y buen uso, depende su iluminación. El olvido del sig-
nificado de esta rueda es un hecho, aunque nunca sabre-
mos si intencionado con el propósito de desprestigiar la

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profundidad de la astrología.
Desde principios del siglo XX, la evolutiva del ser huma-
no ha sido tratada por distintos científicos que han termi-
nado por sentar las bases de la Psicología Evolutiva o del
desarrollo. El suizo Piaget es quizá el científico más popu-
lar sobre Psicología Evolutiva. Sus teorías sobre los distin-
tos estadios del desarrollo y los diferentes mecanismos del
niño son estudiados en todas las universidades del mundo,
y han resultado como la mayor aportación al estudio del
desarrollo cognitivo. Por su parte, el ruso Vigotski y con-
temporáneo a Piaget (aunque sus estudios no fueron popu-
lares hasta tiempo después de su muerte) aportó a la psico-
logía del desarrollo una postura más social y basada en las
relaciones (de ahí sus conceptos de desarrollo potencial, in-
teriorización del lenguaje, etc.). Vigotski concebía el desa-
rrollo como una relación, primero con uno mismo (expre-
sión del lenguaje en el niño y posteriormente
interiorizado), y luego con el otro (zona de desarrollo po-
tencial, con la ayuda de adultos o niños en niveles de
aprendizaje superiores). Piaget estudió el desarrollo como
un camino lineal diferenciado en estadios, a través del estu-
dio de sus propios hijos. Vigotski creía que el aprendizaje y
el desarrollo eran dinámicos y sujetos al entorno. Estas dife-
rencias, sorprendentemente, se encuentran totalmente fusio-
nadas de manera armónica cuando estudiamos la rueda
evolutiva del zodiaco.
Con independencia de la metodología de estudio, ¿pode-

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mos negar un trabajo de estudio de miles de años de anti-


güedad, y que ha sobrevivido a lo largo de las civilizacio-
nes? La astrología convivió con los sumerios, mesopotámi-
cos y babilónicos. Incluso, hemos encontrado recientemen-
te restos arqueológicos de antiquísimas sinagogas judías
donde se pudieron observar ruedas zodiacales (la religión
judía condena y niega la astrología). Este estudio, que no es
científico sino artístico, esotérico, mitológico, profunda-
mente humano, nos arroja una luz sin igual para compren-
der la naturaleza humana en sus distintos estadios de evolu-
ción. La pregunta de nuestro origen, nuestro destino y
nuestro sentido, han sido consideradas irresolubles porque
aún no encontramos un sistema adecuado de respuestas. La
astrología, sin lugar a dudas, es un camino capaz de respon-
der cualquier pregunta, ya que su estudio y profundidad es
prácticamente infinito.
En este libro, a pesar de que aunamos las disciplinas de
la psicología evolutiva y la astrología, vamos a trabajar esen-
cialmente desde un plano literario y artístico y no científi-
co. Describiremos la rueda evolutiva del zodiaco por capítu-
los basados en los signos, pero nos centraremos en su signi-
ficado como estadio evolutivo y no como signo individual.
Podríamos entender que cada capítulo es la narración de
una época determinada de una persona común, que subya-
cerá en el resto de su vida y continuará apareciendo en sus
conductas, pensamientos y emociones.
Cada capítulo corresponderá entonces a un signo. Narra-

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remos la esencia de ese estadio y posteriormente haremos


un análisis comparativo con la Psicología Evolutiva, y pos-
teriormente con la Astrología. Además de ofrecer así una
perspectiva integral, queremos satisfacer a todo tipo de lec-
tor, tanto a los estudiantes de psicología, como de astrolo-
gía, así como a cualquier lector interesado en la condición
humana y particularmente en su evolución como indivi-
duo. La gran diferencia entre la propuesta astrológica y la
psicología convencional, es que la psicología estudia la evo-
lución de manera longitudinal, mientras que la astrología
estudia distintas energías que forman una rueda evolutiva,
pero a su vez, la aparición de esas energías o estadios es
constante, en un círculo o rueda perfecta, donde todas se
suceden. Bajo nuestro punto de vista, esta rueda evolutiva
es el trabajo más perfecto hecho sobre la evolución humana
y especialmente sobre su condición como individuo.
El análisis de la evolución del ser humano como un co-
lectivo, a un nivel social, es una aventura ardua y que mere-
ce ser afrontada en otras páginas. No hablaríamos en ese
caso de estadios en la vida de una persona individual, sino
de eras. Ese cambio de era influye en cada uno de nosotros.
Comenzamos esta introducción con una afirmación de
Carl Jung que quizá no sea entendida por gran parte de la
población, ajena a la profundidad astrológica y a su natura-
leza como ciencia esotérica. Creemos entonces beneficioso
terminar de la misma forma en la que hemos empezado. La
propia rueda evolutiva del zodiaco funciona bajo el mismo

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principio.

"La Astrología representa la suma de todos los conocimien-


tos psicológicos de la antigüedad"

Jung

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EL NIÑO

Al principio, todos somos niños. Nace el niño y con él


su energía de descubrimiento, impregnada cada acción del
deseo de tocarlo todo. Es el impulso de las posesiones, la
acción y el control. Es la energía radiante y calurosa de la
inquietud, la curiosidad, el recién nacido que se abre paso
para dejar su huella en la tierra.
El bebé no puede aún hablar, y por lo tanto, no puede
desarrollar pensamientos abstractos. Está constantemente
emocionado, pero no es a través de las emociones como se
relaciona con el mundo. Aunque creamos que el bebé llora,
ríe y patalea para comunicarnos sus estados de ánimo, en
realidad juega con nosotros para conseguir sus objetivos:
agarrar ese objeto que ansía, calmar su hambre, cambiar de
posición; y ante todo, manifestar su peso y andadura en
este mundo.

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El niño ya ha nacido, y por lo tanto, debe manifestar su


presencia. Poco a poco, el Ego va construyéndose dentro de
él, otorgándole una máscara con las que los otros le verán.
Esa máscara también será puesta por los demás, que le ha-
rán creer que posee una personalidad u otra en función de
las palabras que utilicen. Pero el niño sigue sintiendo que
está solo en el mundo; de hecho, siente que él es el único
habitante del mundo. El resto de personas sólo son cómpli-
ces o escollos para conseguir su principal objetivo: hacer
notar su presencia.
Su energía es arrolladora. Nunca se siente cansado, y el
sueño es para él un mero preámbulo entre una continua
vida de acción. Ésa es una de las palabras que le definen:
acción. El niño es pura acción, se desarrolla a través de la
acción, se divierte a través de la acción, aprende a través de
la acción, el ensayo y error, equivocándose una y otra vez,
cayéndose en la misma vereda día tras día, tropezando sin
descanso en la misma piedra, hasta que aprende, hasta que
se siente poderoso sobre todo obstáculo pasado; incluso, la
acción es en sí misma el gran mensaje que el niño viene a
traernos. Ése es también su principal cometido: mostrarnos
la importancia de pasar a la acción.
Los años pasan y la persona llega a otros estadios, pero
esa energía de niño sigue dentro de cada uno de nosotros.
Es una actitud en ocasiones impulsiva que la sociedad y su
prudencia (ver capítulo "Ahí llega el otro") censura. Se bus-
ca un equilibrio que al niño le trae sin cuidado. El niño

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quiere vivir, salir de casa, experimentar, tocar con sus pro-


pias manos, poseer, dominar. Desea expresar su Yo por enci-
ma del otro. Es un conquistador, es un bebé pequeño que
ríe, encandila, y todo lo consigue. Es Alejandro Magno y
Genghis Khan.
Cada vez que en nuestra vida necesitamos pasar a la ac-
ción, ahí está el niño. Cada vez que estamos frente al mar,
las aguas nos enfrían las piernas y tememos lanzarnos y ex-
perimentar el frío, ahí está el niño, para empujar de nues-
tro cuerpo y hundirlo en el baño marino. Cada vez que nos
invade el desdén, el miedo, la inoperancia... ¿Cómo pode-
mos encontrar el camino? ¿Cuál puede ser la herramienta
que nos agite y nos haga libres de la estática? Es el niño,
nuevamente, el que está dentro de nosotros, es esa energía,
la energía de la acción. El niño nunca tiene miedo. Ahí
donde tenemos miedo, debemos buscar al niño. El niño
nos enfrenta también a nuestros temores y les derrota. El
niño no sabe qué es el miedo. Sólo conoce acerca de la di-
versión.
El niño es puro ego. Cree que el mundo es suyo, y que
ha venido para conquistarlo. Es impulsivo, demanda res-
puestas inmediatas, actúa a veces como un irresponsable
chiquillo y en otras como un sabio bodhisattva que sigue el
camino de la acción, la diversión, el camino espontáneo y
liberado de planes. Es como un niño que corretea entre las
calles admirado por cada estímulo que recibe. Cuando un
maestro golpea repentinamente a su alumno para bendecir-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

le con la ilusión, ahí está el niño. Cuando un músico im-


provisa y se deja llevar, como si fuera un autómata o más
bien como si estuviera dirigido por una fuerza invisible
más allá de su control, es el niño quien en realidad actúa.
El niño nos libera del sueño de la pasividad. Es nuestro
gran motor. Es nuestra fuerza volitiva. El niño que fuimos
y que siempre estará en nosotros, es nuestros brazos y pier-
nas. Es también nuestro Ego, precisamente porque necesita-
mos ese Ego para andar un camino vital. Siendo conscien-
tes de nuestro Ego, podemos dominarlo. El niño sin con-
trol, puede ser un huracán, un terremoto, puede romper
cada figurita decorativa de la casa. El niño a nuestro servi-
cio, es la mayor fuente de nuestra energía. Es la propia ener-
gía del nacimiento. Es el big-bang de nuestra existencia in-
dividual.

Asociaciones con la Psicología

La energía del niño corresponde a las etapas sensorio


motora y pre-operacional según la teoría del desarrollo cog-
nitivo de Jean Piaget. Se trata de una energía donde todo lo
experimentamos a través del tacto, la manipulación de los
objetos y las sensaciones. Actuamos por instinto y los refle-
jos son una parte imprescindible para relacionarnos con el
entorno. Es una energía infantil, inmadura, egocéntrica,
pero muy poderosa y orientada a la acción. Aún no ha inte-

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riorizado la causa y reacción, y el miedo es una emoción


que no ha hecho mella en él de manera significativa. Es
una energía activa y dirigida a manifestar la personalidad
individual. Esa energía ya ha iniciado su camino en el
mundo de la intuición y el juego simbólico, pero continú-
an siendo sensaciones. Es una etapa asociada desde el naci-
miento hasta los 7 años de edad aproximadamente. Es tam-
bién la energía que asociamos con los animales, con las per-
sonas juveniles y espontáneas, y también con la libertad de
acción.

En el zodiaco

El niño es Aries. Es el primer signo de la rueda evolutiva


y corresponde al nacimiento. Es un nacimiento impulsivo,
caótico, pero repleto de vida. Una energía destinada a la ac-
ción y dominada por la curiosidad por tomar contacto físi-
co con el mundo y controlarlo. Es una energía ante todo
espontánea. Aries es un signo cardinal de fuego, el elemen-
to de la manifestación, la acción y también de la purifica-
ción. El fuego es un elemento que muestra las conductas
observables, lo exterior, la grandeza, la pasión, también las
fuerzas poderosas y físicas que nos agitan. El fuego es el ele-
mento de los grandes líderes, ya que es una energía positiva
y sobre todo muy llamativa. La energía de Aries capta la
atención de las personas, de la misma forma que un niño

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inquieto o cualquier animal muy activo es el centro de las


miradas, ya que agita nuestra percepción. Es un signo atri-
buido a características masculinas, al ser muy activo y de
naturaleza guerrera. Su planeta regente es Marta, que sim-
boliza el poder, las conductas y el sexo. En la mitología
griega era el planeta de la guerra. Hablamos entonces de
una energía activa, positiva, extrovertida, visible, superficial.
Aries es una primera y gran llama, orientado hacia sí mis-
mo, al igual que los niños en su etapa egocéntrica.
La casa natal de Aries es la casa 1, que es la proyección
de la personalidad y el ego. En esta casa habrá un signo u
otro en función de la persona y de su horario de nacimien-
to. Esta casa especifica las características físicas, la manera
en la que procesamos la información y la forma en la que
proyectamos nuestra personalidad. Es como un filtro para
mostrar nuestra energía. Si el sol es la energía expresiva, la
casa 1, o ascendente, es la que decide cómo va a mostrarse
esa energía (la forma, el modo, la casaca exterior, el filtro o
molde). La casa 1 o ascendente es el signo que aparece en el
momento del alba en el día del nacimiento de cada perso-
na. Esta posición (ascendente) es de máxima importancia
en la astrología clásica. Quizá, junto con el sol y la luna,
formen la triada que explica la personalidad individual.
El opuesto de Aries es Libra. Si Aries es la forma en la
que nos observamos a nosotros mismos (el Ego, la proyec-
ción de la personalidad, la acción, cómo manifestamos
nuestros deseos e inquietudes), Libra es la energía que sim-

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boliza cómo nos relacionamos con el otro. Aries es la es-


pontaneidad, y Libra la prudencia. Aries es el egoismo, y
Libra el amor que surge del respeto hacia el otro. Aries es
radical, y Libra busca el equilibrio. Esta oposición no les
hace enemigos, sino dos energías opuestas pero compati-
bles, cuyo gran aprendizaje se encuentra en su relación.

Su gran virtud es la acción y la espontaneidad.


Su gran error es la imprudencia.

Su frase es "Yo soy"

Lo que aprende y surge: la acción, la espontaneidad, la


impulsividad, los errores.

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LOS OBJETOS

Las energías del niño permanecen para siempre dentro de


nosotros, y fluyen de distinta forma según cómo las hemos
utilizado e interiorizado. Pero el niño crece. Ha poseído ob-
jetos, ha conseguido objetivos, se ha manifestado, ha con-
trolado, y ahora le llega el turno de disfrutar de sus éxitos.
En esta etapa, vive a través de los objetos. Los objetos son
su conquista, son su bienestar, son su estabilidad. Esos ob-
jetos forman parte de la riqueza material de nuestro mun-
do. A través de ellos, nos identificamos con nuestro pasado,
con nuestros logros, también forman parte de nuestros re-
cuerdos. Ese pequeño objeto decorativo nos recuerda aquel
viaje, aquella persona, ese momento preciso en el que fui-
mos felices. Los objetos en realidad son sólo símbolos de
nuestro placer y bienestar. En esta etapa, comenzamos a
disfrutar de lo que hemos conseguido, construyendo un ca-
mino de estabilidad, seguridad, goce y descanso. En esta

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época florece nuestra propia fertilidad. Estamos en el esta-


dio de los placeres y somos fértiles, tremendamente fértiles.
Somos pura primavera.
Varias palabras clave describen este momento, que a su
vez, es una energía y capacidad dentro de nosotros. Es la ca-
pacidad para disfrutar. Cualquier situación, persona o lu-
gar, puede ser una oportunidad magnífica para gozar y sen-
tirse en dicha. Sin esta energía, nuestra vida sería perma-
nente sufrimiento. Con esta energía, sabemos aprovechar
nuestros logros para conservarlos, crear estabilidad, seguri-
dad, tanto en lo material como en lo personal, y así poder
disfrutar de los placeres mundanos. Acabamos de citar cuá-
les son esas palabras.
Disfrutar. El niño disfrutaba actuando, pero su acción
iba encaminada a conseguir un éxito de manera impulsiva
y casi obsesiva. Ahora disfrutamos pacíficamente de lo lo-
grado. Puede ser un objeto. Puede tratarse de una amistad,
de una pareja, de un reconocimiento; incluso del dinero
acumulado. Disfrutamos especialmente de la comida y el
descanso. Esta energía fluye en nosotros cuando comemos,
cuando descansamos, cuando nos relajamos, cuando proba-
mos el agua, sentimos la brisa en el rostro y en el pelo. Tras
la guerra del niño, llega el descanso y el goce de lo que he-
mos conseguido.
Estabilidad. Esta energía busca, entre las impermanen-
cias de la vida, una estabilidad que nos proteja y nos cause

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seguridad. La estabilidad nos da descanso y nos aleja de los


pensamientos y caminos pantanosos en nuestra existencia.
Esta energía busca estabilidad porque aún disfruta en la su-
perficie. El sufrimiento no le interesa, sólo la dicha.
Seguridad. La seguridad es la gran palabra clave. El
mundo construido es como un templo donde refugiarse y
sentirse seguro. La personalidad construida en el estadio del
niño se protege ahora. Es una etapa fértil, primaveral, gra-
cias precisamente a los objetos que hemos recolectado, que
nos generan riqueza. Esta riqueza y objetos deben ser prote-
gidos, por lo tanto, la sensación de seguridad es indispensa-
ble.
Esta energía goza y busca el bienestar. Sin embargo, no
siempre es pacífica. Defenderá sus objetos y su mundo
construido con un tesón y una voluntad sin igual. La ener-
gía del niño se multiplicará en un gran estallido de ira si se
trata de proteger el mundo íntimo, la construcción de ese
templo repleto de objetos, sus valores, su integridad, su vi-
sión personal. Este poder desbordante es ante todo la mani-
festación de la protección. Es la ira del niño pequeño cuan-
do le arrebatan el juguete que quiere, o la tristeza del adulto
cuando una relación afectiva termina o pierde algún bien
material. Es también el tesón y la convicción. Apoyado en
estos poderes, esta energía puede ayudarnos a continuar con
un objetivo sin desfallecer. Es la gran energía de la volun-
tad; pero no se trata de una voluntad por poseer o conse-
guir, sino por conservar. Su comunicación también puede

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ser terriblemente crítica con los demás.


Con esta energía llega el valor del pragmatismo. El niño
actuaba sin orden. Ahora, se actúa de manera práctica. El
resultado de nuestras acciones es ahora importante y moti-
vo de análisis. Gracias a esos resultados, construiremos
nuestro mundo exterior.
En esta energía, ya existe el miedo. Es un miedo muy po-
deroso. Es el miedo por perder (la pareja, las relaciones, los
objetos, la riqueza obtenida). Ese miedo puede crearnos es-
tática, no avanzar, vivir en un estado de congelación. Don-
de existe necesidad (en este caso, por conservar y depender
de esos objetos), existe miedo.

Asociaciones con la Psicología

La rueda zodiacal posee doce signos o fases de desarrollo.


Esto hace difícil encontrar una relación exacta entre la as-
trología y la psicología evolutiva. En este caso en concreto,
encontramos esa asociación en la psicología de la personali-
dad y también en el campo de la motivación. Esta energía o
manifestación de la personalidad estaría profundamente re-
lacionada con las motivaciones de poder y de conservación
del estatus, pero tanto en un sentido económico como per-
sonal (la conservación de las amistades, la pareja). Las rela-
ciones tanto con los objetos como con las personas suelen
ser largas y estables. Se trataría de una personalidad muy es-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

table dentro del campo de la psicología de la personalidad


(esta tipología convive con las personas contextualizadoras,
más dependientes del entorno). Podríamos considerar a esta
energía como superficial y ante todo materialista, de ahí
que lo relacionemos con la motivación de logro. Su motiva-
ción principal, aún así, no es la acumulación de objetos, ri-
queza o conservar relaciones por un interés exclusivo de
acumular, sino para construir seguridad y estabilidad a tra-
vés de esos objetos.
En relación a los estadios de desarrollo cognitivo de Pia-
get, nos encontramos claramente en la etapa de las opera-
ciones concretas (desde los 7 a los 11 años). El niño ya es
capaz de conservar números en memoria, realizar generali-
zaciones (una estrategia eminentemente práctica), operar y
resolver problemas. Sin embargo, la rama de la matemática
que pueden comprender es la aritmética, es decir, la medi-
ción de los números, contar, sumar y restar, una forma de
concebir la riqueza. La aritmética es la gran herramienta
del economista.

En el zodiaco

Esta segunda energía o estadio corresponde con Tauro,


segundo signo del zodiaco y fijo de tierra. El elemento tie-
rra es material, práctico, observable y tangible. Es el ele-
mento que da forma y sustancia a la realidad en la que vivi-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

mos. Tauro es el signo fijo, y por lo tanto, el que sostiene


sobre sus hombros uno de los cuatro ejes de la rueda zodia-
cal. Es el gran artesano, el gran constructor del mundo ma-
terial. Tauro está regido por Venus, planeta de la belleza y
los aspectos estéticos y el atractivo. Aunque erróneamente
se le suele otorgar una naturaleza masculina, su naturaleza
es tremendamente femenina. Es una energía de conserva-
ción y fertilidad, primaveral, que busca la estabilidad y la
seguridad a través de los objetos y personas, llegando inclu-
so a pensar que son realmente de su pertenencia (incluso
con las relaciones humanas). Es el gran signo de la riqueza
y el orden económico. Sin esta energía, no sabríamos con-
trolar las riquezas. Esta energía, las conserva, distribuye y
controla. Su símbolo mitológico es el de una joven fértil y
primaveral, anclada en la tierra y protectora sobre ella, arte-
sana, saludable, muy impulsada a repetir vicios que le oca-
sionan placer, como comer de manera compulsiva, el des-
canso excesivo, los placeres sexuales o de relajación. Se le
asocia con una figura de toro, pero en realidad, la corna-
menta del signo es una media luna, ya que Tauro es un sig-
no de gran influencia lunar (maternal y protector). Por esta
razón, puede ser muy terco, celoso y posesivo. Esta terque-
dad, precisamente, puede transformarse en una virtud
cuando la hacemos voluntad. Se trata, ante todo, de una vo-
luntad por conservar los bienes (emocionales, materiales,
intelectuales o personales). La energía de Tauro puede con-
seguirlo todo. Ante todo, es tierra, pragmatismo, realidad.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Cuando esta energía dirige nuestra conducta, necesitamos


poder considerar nuestro entorno o lo que estamos hacien-
do como una posibilidad práctica y útil, de la que poda-
mos conseguir beneficios. Sus características físicas están
asociadas con la juventud. Su arquetipo sería el de una mu-
jer pequeña, grácil, joven, delicada y muy bella. Tras esa
apariencia delicada existe un poder físico muy intenso.
La casa natal de Tauro es la 2. Es la casa de los bienes
materiales, la riqueza y la conservación. Esta casa nos dice
en qué aspectos de nuestra vida encontraremos esa riqueza
o fortuna. Especialmente y de manera fundamental, esta
casa está relacionada con la autoestima. En la primera casa,
la personalidad se proyecta, pero en esta segunda casa, ya
hemos obtenido un resultado y nos hemos visto a nosotros
mismos. Venus, el planeta que rige a Tauro, es el planeta del
afecto. Se trata entonces del afecto hacia nosotros mismos.
El signo que ilumine a esta casa en la carta natal de una
persona definirá cómo se ve afectada su autoestima y en
qué aspectos de su vida puede verse realzada.
El opuesto de Tauro es Escorpio. Tauro es el signo fijo de
tierra (pragmatismo) y Escorpio es el signo fijo de agua
(emociones). Tauro quiere conservar, y Escorpio desea trans-
formar. Tauro desea estabilidad, y Escorpio rompe las aso-
ciaciones y bosqueja en las zonas ocultas de nuestra psique.
Tauro busca comodidad y bienestar, alejado de la penum-
bra y la perturbación, y Escorpio busca esa perturbación de
manera compulsiva, con el objetivo de transformarnos e

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

iluminarnos, alcanzando así un bienestar y felicidad que


van más allá de las posesiones materiales de Tauro. Este eje,
Tierra-Agua, constituye también un polo perfecto y compa-
tible de energías. Tauro ayuda a Escorpio a relajarse, a dis-
frutar, a saber fluir en la superficie, a conservar cierta rique-
za en lugar de destruirla. Escorpio ayuda a Tauro a perder
el miedo, a desarrollarse, a superar sus limitaciones y a pro-
fundizar en sus emociones. De hecho, Tauro es la energía
fértil del zodiaco en un sentido femenino, de recepción,
mientras que Escorpio es el signo de la sexualidad y de la
gran fertilidad masculina, de la entrega.

Su gran virtud es su voluntad.


Su gran error es la terquedad.

Su frase es "Yo tengo"

Lo que aprende y surge: la seguridad, la conciencia de lo


conseguido, la voluntad, la tristeza.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

LAS PALABRAS

Tras la acción y la conservación, llega la brisa del intelec-


to, las ideas, las primeras palabras, los elementos clave de la
comunicación humana. El niño y sus objetos comienzan a
hablar. Esta energía está presente durante toda nuestra vida,
pero en la vida particular de ese niño que imaginamos, re-
presenta el estadio en el que el habla aparece de manera ro-
tunda. Esa energía es como una brisa de aire, de intensidad
leve, dual, que toma varios caminos y gira entre los concep-
tos. Es el momento donde la persona ya puede construir
conceptos abstractos, y lo ha conseguido precisamente gra-
cias a la adquisición del vocabulario, las palabras, un ejerci-
cio eminentemente intelectual.
A través de las palabras, construimos significados para
nuestras acciones, y también elaboramos las primeras ideas.
Nuestro mundo, entonces, ya se desarrolla también en la

33
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

mente además de en un plano eminentemente físico. Lle-


gan las ideas, el raciocinio, la capacidad para diverger, ex-
plorar distintas vías y comunicar todo nuestro mundo inte-
rior. Hasta ese momento, el niño estaba atrapado por sus
acciones y más tarde se expresaba a través de sus objetos.
Ahora, puede comunicar todos los significados que com-
prende, sus inquietudes, y también su visión del mundo.
La sensación que reina en este estado es la curiosidad.
Como la brisa que recorre sin descanso la materia y las po-
sibilidades, una curiosidad insaciable surge en esa estadio.
Se habla, se comunica, siempre desde la superficialidad, sin
ahondar en un pensamiento concreto, ya que la curiosidad
mueve a la mente de una idea a otra.
Es un estadio frío. La emoción no dirige los impulsos,
sólo el intelecto. El pragmatismo desparece, ya que la diver-
gencia entre las distintas ideas no llega a un resultado úni-
co y tangible. Es la etapa del científico, las hipótesis, la cu-
riosidad del niño y el adolescente que quiere descubrir un
mundo más amplio que el que por ahora ha disfrutado y
vivido. Se amplía su mapa y visión del mundo. Ante, su vi-
sión era egocéntrica y limitada. Ahora, esa brisa le expande
hacia un universo infinito, conducido por el camino de las
palabras y el intelecto.
Su visión del mundo es crítica. Cada camino, idea, posi-
bilidad, es cuestionada. Se abren distintas vías de expresión
para explorar cada una de las posibilidades. La comunica-

34
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

ción verbal fluye con naturalidad y fluidez. Las ideas, y


también las emociones, son transmitidas con mucha luci-
dez. Curiosidad, comunicación, expresión, son las claves de
esta energía y estadio en nuestras vidas.
La confusión también aparece. La dualidad de los pensa-
mientos hace que la persona comience a resultar confusa y
paradigmática para los otros. El mundo de la mente es in-
visible, en ocasiones mudo mientras los pensamientos están
siendo elaborados, de manera que ese aire que significa el
intelecto permanece oculto.
Antes, todo se mostraba. Ahora, algunos pensamientos
se comunican y otros permanecen ocultos. En la dualidad
de los pensamientos, el doble camino, el diverger de las ide-
as y posibilidades, está el gran misterio y a la vez la energía.
La persona es ahora un gran comunicador, un periodista
en potencia, un preguntador intrigante, un orador magnífi-
co. Es el gran curioso, la fase inicial de la mente científica.
Las posibilidades de aprendizaje han crecido. Ahora ya no
se aprende sólo con el ensayo y error, sino a través de la re-
flexión, los pensamientos, y también del pronóstico de las
posibilidades. El niño dio toda esa experiencia a través de
la acción, y ahora, con las palabras, podemos hacer pronós-
ticos sobre los posibles resultados de nuestras acciones.
Comprendemos el valor de la previsión. Hemos comenza-
do a dominar el mundo de las ideas.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Asociaciones con la Psicología

Esta fase o estadio estaría profundamente relacionada


con el aprendizaje divergente y con la etapa de las operacio-
nes formales según la teoría del desarrollo cognitivo de
Jean Piaget. En esta fase, que se desarrolla a partir de los 12
años, los seres humanos ya pueden operar con el álgebra, ya
que han adquirido la capacidad para pensar en símbolos
gracias al desarrollo del lenguaje y la adquisición de voca-
bulario, pueden pensar en términos abstractos y resolver
problemas complejos. Son capaces de pronosticar resulta-
dos. Su pensamiento divergente y creativo les ayuda a con-
templar las diversas posibilidades de una acción y tomar la
decisión más acertada. Podríamos decir que en esta etapa el
ser humano adquiere la capacidad para desarrollarse como
un ser intelectual. Esta etapa es la que nos diferencia clara-
mente con el resto de especies animales, ya que el ser huma-
no funciona en base a la comunicación verbal, que utiliza
para abstraer significado y comunicar símbolos.
La mayor asociación la encontramos con la teoría Vigots-
kiana. Vigotski dio una gran importancia al desarrollo del
lenguaje en las distintas fases del desarrollo cognitivo. Pri-
mero, el niño pronunciaría palabras para darse órdenes y
guiar su conducta. Posteriormente, interiorizaría esas pala-
bras (lenguaje mudo e íntimo) para guiar sus acciones de
manera más íntima y efectiva. Los seres humanos conserva-

36
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

mos esta rutina durante el resto de nuestros días, aunque la


automaticemos tanto que prácticamente no somos cons-
cientes de ella.

En el zodiaco

La fase de las palabras está relacionada con el signo Gé-


minis. Es el primer signo de aire que encontramos en la
rueda evolutiva. El elemento aire es el símbolo de las ideas,
el intelecto, los contenidos mentales. Es un signo mutable,
y por lo tanto cambiante, creativo y dual. Géminis es una
energía eminentemente intelectual. Su poder es comunicati-
vo, pero en realidad se trata de una comunicación consigo
mismo. Aquí es donde llega la gran relación con la teoría
vigotskiana. Géminis es dual, es la energía de los gemelos, y
son dos gemelos que poseen distintas ideas y se las comuni-
can mutuamente, de manera que en realidad Géminis se co-
munica consigo mismo constantemente, con el propósito
de encontrar un camino común y pasar a la acción. Gémi-
nis es la primera brisa intelectual y comunicación interior.
El desarrollo es, entonces, aún egocéntrico (y así lo será
hasta la séptima fase de la rueda, correspondiente con Li-
bra).
Géminis está regido por Mercurio, planeta del intelecto,
el procesamiento de la información, la mente y las ideas. Es
una energía fría, poco emocional. Su naturaleza tan emi-

37
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

nentemente intelectual y poco emocional es en ocasiones


asociada con la ausencia de sensibilidad. En la mitología,
está representado por dos gemelos, mostrando la dualidad
de los pensamientos.
Géminis corresponde a la casa 3, la casa de la comunica-
ción, el intelecto y las ideas. Es la casa donde se encuentran
las relaciones con los hermanos, y toda aquella tecnología
con poder comunicativo (escritura, teléfonos, viajes, com-
putadoras). Es la casa que determina el desarrollo mental
del individuo y también su futuro académico.
Su signo opuesto es Sagitario, un signo de fuego orienta-
do a objetivos concretos, un viajero, místico, profundo y ex-
plorador. La divergencia de Géminis se opone al camino fi-
jado que toma Sagitario en busca del conocimiento. Ambos
son signos mutables que concluyen la particular evolución
de su elemento (fuego y aire), y en su evolución encuentran
su particular unión. Géminis ayuda a Sagitario a descubrir
nuevas posibilidades, y Sagitario ayuda a Géminis a mani-
festar sus convicciones de manera más sólida y concreta.

Su gran virtud es la comunicación


Su gran error es la superficialidad

Su frase es "Yo pienso"


Lo que aprende y surge: la comunicación, el intelecto, el

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

verbo, la frialdad.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

LOS ABRAZOS

La persona ya ha superado sus fases de experiencia, con-


trol e intelecto. Las ideas ya han llegado a nosotros y nos
han sobrevalorado. Las emociones son las grandes protago-
nistas de esta fase. Emociones intensas, maternales, protec-
toras y cálidas. A través de las emociones que les provoca el
vínculo con la madre, la persona construye su mundo ínti-
mo, oculto, el lugar desde donde querrán construir su pro-
pia idea de hogar, familia, incluso ciudad y modo de vida.
Las emociones, más allá del intelecto, provocan que se
creen vínculos estrechos y poderosos, casi indestructible. Es-
tos vínculos crean a su vez apegos. El apego a la madre es el
primero de ellos, y quizá uno de los vínculos más indes-
tructibles de nuestra vida, sólo superado por el vínculo con
los propios hijos. Esta energía es maternal, afectiva, compa-
siva, y su forma simbólica es un gran abrazo materno. Es

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

una energía que nos cuida, pero a través del apego, de la ne-
cesidad afectiva que provocan las emociones incontroladas.
Estas emociones son como grandes olas marítimas, fluyen
sin control y de manera impulsiva y caótica. Los apegos ha-
cia los vínculos maternales o paternales generan emociones
descontroladas, como hacia la pareja o el sexo. Todo fluye
sin medida, sin influencia racional. Es la pura emoción lu-
nar quien reina en esta fase.
Estas emociones suponen una raíz para la persona. Es el
lugar, el corazón, de donde brota todo. Son sus raíces, y
por lo tanto, su vinculación con su ciudad, primeras expe-
riencias, y especialmente con los padres. En esta parte de
nosotros encontramos cómo queremos construir nuestro
hogar futuro. Es una energía marítima, de olas caóticas,
protectora, la energía que transforma a una madre en un
ser todo poderoso si necesita salvar la vida de sus vástagos.
La comunicación ahora es profundamente emotiva. Ex-
presamos nuestras necesidades afectivas, lo que queremos,
especialmente lo que sentimos. Es la energía del niño que
llora porque su madre no regresa, o la del adolescente que
ha conocido la primera experiencia del desamor. También
es el júbilo de la mujer cuando por fin tiene a su hijo re-
cién nacido entre sus brazos por primera vez.
En esta fase, el niño ya es adolescente. Se enamora, crece,
se relaciona, se vincula, sufre, y principalmente expresa sus
emociones. La fase de las palabras le dio la capacidad para

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

expresar lo que ahora siente. Sus sentimientos son la clave,


y desea manifestarlos. Todavía, para saber quién es, necesita
sentir con ahínco e incluso vehemencia todas las emocio-
nes que circulan por su cuerpo.

Asociaciones con la Psicología

La relación de esta energía o signo zodiacal con la Psico-


logía Evolutiva está íntimamente relacionada con el estudio
de los apegos. La Psicología ha estudiado las distintas for-
mas en la que los humanos desarrollamos apegos con el
vínculo materno y las consecuencias que posteriormente
tiene en nuestra personalidad como adultos (apego seguro,
apego inseguro y apego evitativo). En este sentido, la Psico-
logía ha profundizado más en la creación del apego, su na-
turaleza y su relevancia. La astrología, por su parte, estable-
ce doce maneras distintas de apego en función del signo
que encontremos en la casa 4 del zodiaco, que corresponde
a Cáncer, la energía protagonista de este estadio evolutivo.
La gran diferencia es que la Psicología estudia el vínculo de
apego como una relación madre-hijo, y la astrología supone
cuál será la relación madre-hijo y el estilo de apego en fun-
ción del signo zodiacal, sin investigar la relación propia-
mente dicha (este objetivo haría imposible el estudio de
una carta astral, ya que el análisis de la casa 4 dependería a
su vez del estudio de las cartas natales de los progenitores).

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Esta energía también está vinculada al estudio de las emo-


ciones, y también podría tener cierto parentesco con las
conductas que la Psicología denomina como impulsivas
y/o compulsivas, bien sean dependencias emocionales, ape-
gos excesivos, o adicciones a sustancias.

En el zodiaco

La cuarta fase de la rueda evolutiva corresponde con el


signo Cáncer, signo cardinal del elemento agua. El elemen-
to agua es el de las emociones, el cambio, las transformacio-
nes, también los vínculos. En este caso, se trata de las olas
del mar, una energía apegada que siempre retorna a su ori-
gen, una emoción de raíz. Cáncer está regido por la luna, el
planeta de la madre, las emociones, la recepción subjetiva
del mundo. Es un signo misterioso, poco comprensible,
muy emotivo. El raciocinio no tiene lugar aquí porque
Cáncer ya es madre, y las emociones que siente en relación
a la vinculación con el recién nacido desafían toda com-
prensión lógica. Se trata de una energía impulsiva y que pa-
rece controlada por fuerzas desconocidas. Su símbolo es el
cangrejo, duro por fuera y muy débil y jugoso por dentro.
La palabra que domina a Cáncer es apego. El apego por
la madre es una experiencia que lleva a la persona a vincu-
larse con otros seres también en base a ese apego. En ese
apego está la oportunidad de construir vínculos sólidos,

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

pero también un aprendizaje para construir vínculos verda-


deros, desapegados, sin que signifiquen una necesidad cuya
carencia debiliten a la persona.
Cáncer corresponde a la casa 4. Esta casa, llamada Nadir,
es la casa más oculta en el momento del nacimiento de la
persona, ya que se encuentra en el polo opuesto del planeta
con respecto al lugar de más luz. Es la casa de las raíces, el
padre, la madre, y la forma en la que la persona quiere
construir su propio hogar. También es la casa de la paterni-
dad o maternidad. Es una casa profundamente vinculada a
las raíces, y a cómo cada persona quiere continuar desarro-
llándolas. Esta casa domina el entorno emocional.
Su signo opuesto es Capricornio. Si Cáncer es la gran
madre en el zodiaco, Capricornio es el gran padre. Si cán-
cer es protectora y apegada, Capricornio es autoritario, soli-
tario y autosuficiente. Si Cáncer es una energía orientada a
construir vínculos familiares, Capricornio es una energía
orientada al éxito, a la autosuficiencia. Si la casa 4 es la casa
íntima y oculta, la casa 10, denominada medio cielo y aso-
ciada con Capricornio, es la casa de la motivación, el aspec-
to social, el reflejo social de la persona, totalmente visible y
luminoso. Capricornio es la soledad y Cáncer es la compa-
ñía. Capricornio es autoritario y Cáncer es comprensivo.
Ambos, son los padres de la rueda. Capricornio es el padre
rígido y masculino, y Cáncer es la madre comprensiva y
tierna.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Su gran virtud es el cuidado


Su gran error es el apego

Su frase es "Yo siento"

Lo que aprende y surge: la protección, la emoción, los


vínculos, el apego.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

LA RIQUEZA

En nuestra rueda evolutiva, cada fase conlleva un apren-


dizaje por parte de la anterior. En dicha fase es donde tiene
entonces lugar un aprendizaje que podríamos considerar
karmático (karma, en su significado literal, quiere decir "ac-
ción"). En la fase 2, la de los objetos, la persona aprendió
que la acción sin medida no genera estabilidad salvo que
puedas conservar pertenencias. En la fase 3, se aprendió que
los objetos no tienen el poder comunicativo de la palabra,
y es necesaria la divergencia de los pensamientos para rom-
per la rigidez de la conservación y la estabilidad de los obje-
tos y las relaciones. En la fase 4, se aprendió que más allá
de la mente está la emoción, el vínculo maternal, y todo in-
telecto se rompe tras la experiencia de haber engendrado a
tu propio vástago. Llega entonces una nueva fase. Ese niño
que antaño fue fuego, ahora es un adolescente. Su persona-
lidad ya se ha construido. Su autoestima ya ha sido trabaja-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

da. Ahora tiene un mensaje para el resto del mundo: mani-


festar la abundancia, la riqueza, los placeres... No se trata
sólo de vivirlos, sino de mostrarlos. Ese adolescente es el
gran líder. Es un sol luminoso que muestra el camino de la
diversión, del teatro, de la fiesta, de la alegría. Ese adoles-
cente es puro ego. Es, en sí mismo, el ego personificado.
Ese ego, sin embargo, es el ego más necesario de nuestra
evolución. Es el ego que nos muestra cuán valioso es dar-
nos cuenta de toda la riqueza que nos rodea.
El adolescente vuelve a ser fuego, tal y como era en su
primera niñez. Su conducta vuelve a ser espontánea, impul-
siva, dirigida a la acción. Los pensamientos se consideran
fríos, y la pasión caliente que siente como adolescente le
posee. Es apasionado, en ocasiones incluso vehemente. Es
un líder nato, porque los demás le siguen al notar su gran
energía. Su naturaleza es profundamente egoísta. Muestra
las riquezas para que los demás observen cómo él las disfru-
ta. Guía a las gentes para sentirse querido y respetado. Ofre-
ce su dinero, sus bienes, su gran generosidad, para que ad-
miren su espíritu entregado. Este egoísmo, en realidad, es
un beneficio extraordinario para las gentes. Ésta es la gran
clave de esta fase de la rueda evolutiva: el gran valor del ego
como luz que manifiesta la abundancia.
Si en las primeras fases apareció el juego y la capacidad
para contar, y en la tercera se desarrolló la habilidad inte-
lectual y matemática, ahora aparecen los primeros impulsos
artísticos. El arte es también una ficción, una máscara, un

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

juego simbólico con el que expresamos los sentimientos de


manera bella. El adolescente se expresa mediante el teatro.
Su pelo suele ser trabajado y es excéntrico, así como su for-
ma de hablar, su manera de andar y vestirse, sus gestos exa-
gerados. Es un líder, en ocasiones, muy exagerado y popu-
lista. Así como le ocurría al niño, el adolescente no tiene
medida para sus acciones exageradas. Esta exageración sig-
nifica también una visión. Gracias a esta energía, tan diná-
mica, de tanto movimiento, podemos conocer la existencia
de todas las bendiciones que nos rodean.
Su arte es también egocéntrico. Es un arte hacia sí mis-
mo. El músico movido por esta energía, hace música para
recibir el reconocimiento. El actor de teatro, ansía el aplau-
so. La gran generosidad del adolescente rico, busca el reco-
nocimiento de la sociedad. Este reconocimiento es un abra-
zo abierto al gran poder de entregar toda la riqueza para sa-
tisfacer el bien común.
Su naturaleza es profundamente expresiva. Su impulso es
la expresión, dar a conocer, comunicar sus pasiones más
allá de sus pensamientos. Sus pasiones son tan calurosas
que puede quedar atrapado en ellas y perder todo sentido
moral; incluso, puede atrapar a los demás en ese calor. Esta
pasión le puede hacer tan irresistible para unos como ago-
tador para otros. Aún es puro fuego y no fue más allá de
sus ondas calurosas. Si el niño era un fuego recién nacido,
la energía de este adolescente rico es un gran incendio que
recorre la tierra sin control alguno. El aire, que es el intelec-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

to, la prudencia, también los valores humanos, es su gran


opuesto. La expresión del adolescente y su necesidad de jol-
gorio le alejan de toda reflexión moralista.
Puede vivir en un mundo de sueños e ilusiones. Su natu-
raleza pasional puede transformar al primer objeto amado
en un sinfín de virtudes. Este adolescente aún no ha apren-
dido qué es el amor, sino que se enamora, perdidamente,
sin remedio, de manera apasionada. Su amor no es profun-
do, quizá tampoco es verdadero. Pero es intenso, muy inten-
so. A través de esta experiencia, manifiesta nuevamente las
pasiones que ocultamos. Puede ser tan imaginativo, que
vive la relación con su objeto enamorado también a través
de la imaginación, de los deseos ocultos, de los sueños. Es
inmaduro, pero de esa inmadurez surge la creatividad artís-
tica, el amor imposible y utópico, el enamoramiento que
nos ayuda a descubrir cuál es la naturaleza de nuestras pa-
siones.
En ocasiones, el adolescente es dramático y estalla. Nece-
sita el reconocimiento social y la expresión de sus cualida-
des. Si esto no ocurre, si ese amor no se manifiesta, si sus
cualidades no son tenidas en cuenta, el drama puede ser
tan intenso como su propia alegría. El adolescente es el
gran sol, nuestro gran sol, la parte de nosotros que permite
que manifestemos lo que somos.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Asociaciones con la Psicología

Llegados a esta fase, las investigaciones de Piaget ya no


abordan estos aspectos de la condición humana. Uno de
los postulados básicos de la teoría piagetiana es que la ma-
durez biológica a nivel neuroanatómico del ser humano ter-
mina a los doce años. La Psicología Evolutiva ha ahondado
muy poco en cualquier fase, desarrollo o cualidad del ser
humano en su etapa adolescente o adulta.
Esta fase se puede relacionar con la creatividad, la expre-
sividad y el ego. Son cualidades humanas no estudiadas por
la Psicología desde un punto de vista científico. Quizá, su
mayor aproximación es el estudio del adolescente, aunque
no existen teorías de peso en ese sentido.

En el zodiaco

En la rueda evolutiva del zodiaco este adolescente repre-


senta la energía del signo Leo, el signo fijo de fuego. Ante-
riormente ya exploramos cuatro signos referidos a los cua-
tro elementos (Aries como el cardinal de fuego, Tauro
como el fijo de tierra, Géminis como el mutable de aire, y
Cáncer como el cardinal de agua). Leo es el signo fijo de
fuego y el que sostiene el gran eje de este elemento. Es el
Rey Sol, al ser el Sol, la estrella reina de nuestro sistema pla-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

netario, su astro regente. Leo representa el punto más lumi-


noso en la rueda zodiacal, el más expresivo, quien más ma-
nifiesta nuestras bondades y también miserias. Es el punto
más superficial del zodiaco y su aportación es imprescindi-
ble como el gran manifestador de la abundancia. Leo es un
derrochador de placeres y dinero. Su entrega puede ser total
si se trata de disfrutar de los beneficios de la experiencia de
estar vivo. Su consumo, tanto en juego como en comida,
bebida o placeres, puede ser compulsivo. El sol es el astro
de la energía expresiva. Es la posición más importante en la
astrología, ya que nos dice qué somos y hacia dónde nos di-
rigimos. También, nos dice a través de qué fuerzas manifes-
tamos nuestro propósito en este plano de la existencia. Al
estar el signo Leo regido por el Sol, es el gran signo de la
expresión individual, el gran eje del elemento fuego.
La casa de Leo es la 5. Ésta es la casa de la experiencia y
la expresión creativa. Si la casa 1 es donde se proyecta la
personalidad, en esta casa es donde las experiencias se acu-
mulan. Es la casa del romance, donde se vive el enamora-
miento y las pasiones adolescentes, movidas por un impul-
so fatuo y temporal. También es la casa de la creatividad, la
imaginación, donde las experiencias pueden también vivir-
se como una ensoñación, de manera idealista y en ocasio-
nes irreal. También es la casa de los hijos, ya que los hijos
son nuestra mayor expresión en la vida acerca de nosotros
mismos. Esta casa está relacionada con la construcción de
un sentido de la propia personalidad y la identidad. Si la

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

casa 4 era la casa de los apegos maternales primeros, aquí se


desarrolla el tipo de vida que tuvimos cuando éramos ni-
ños y jugamos, las primeras experiencias, las primeras ma-
nifestaciones. Podríamos decir que en la casa 5 se acumula
todo lo que se experimentó a través de la energía de la casa
1, aunque también incorpora las experiencias que causan
las habilidades adquiridas y desarrolladas en las otras tres
casas. La gran proyección de esta casa es hacia la madurez.
Tras esta casa, llega el turno de crecer e ir más allá de las
propias pasiones, el egoísmo y las costumbres a las que esta-
mos más apegados. Esa manifestación de la abundancia y
generosidad es positiva pero debe tener medida. Una exage-
ración de las cualidades es en exceso egocéntrico.
Su signo opuesto es Acuario, que precisamente, es el sig-
no del colectivo los ideales, los valores humanos, la ausen-
cia de ego personal, y las revoluciones y avances sociales.
Acuario es tremendamente futurista y avanzado, hasta el
punto de ser una energía totalmente imprevisible, una de
las más desconocidas y difíciles de comprender del zodiaco.
Esta energía es colectiva y fluye en la sociedad, no egocén-
trica. De hecho, Acuario es la constelación que menos im-
pacto recibe del Sol. Acuario es el signo fijo de aire, y por
lo tanto, forma un eje perfecto con Leo. Leo es el ego y
Acuario es el colectivo. Leo es la pasión individual y Acua-
rio es el ideal humano y los valores. Leo es la manifesta-
ción, y Acuario es una tormenta de ideas interna. El ego de
Leo, su necesidad de reconocimiento, e incluso su gran agi-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

tación emocional puede verse calmada con la energía que


desprende Acuario. De la misma forma, Leo puede ayudar a
Acuario a encontrar su propia identidad personal. Ambas
energías son entonces compatibles por el hecho de ser
opuestas. En esa oposición encuentran la unión.

Su gran virtud es la generosidad


Su gran error es el ego

Su frase es "Yo seré"

Lo que aprende y surge: el orgullo, la alegría, la generosi-


dad, el egoísmo.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

EL DETALLE

La expresividad de la anterior fase tiene lugar a través de


la generosidad. El adolescente rico es generoso para mostrar
lo que tiene y lo que puede ofrecer. El gran aprendizaje de
esta frase es esa generosidad, ya que el adolescente aprende
qué es lo que realmente puede hacer por los demás. Llega-
dos a esta fase, se acaba el egoísmo y comienza la conducta
verdaderamente altruista y servicial. Ya hemos aprendido a
manifestarnos. Ahora, llega el turno del detalle, de descu-
brir cuáles son las partes que suman el todo, y reflexiona-
mos entonces sobre la importancia de servir al próximo.
En la estadio de los detalles, llega el turno del servicio y el
análisis.
En esta fase hemos adquirido la conciencia de lo que po-
demos hacer por los demás. Nos transformamos entonces
en seres tremendamente serviciales. Comenzamos a vivir en
una etapa adulta donde cubrimos las necesidades ilusorias
de nuestro ego mediante la entrega a los otros. Sin embar-

55
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

go, esta entrega no es total, sino que está totalmente dirigi-


da por el pragmatismo. Nuestra mentalidad y manera de
aprender es totalmente convergente. Nos dirigimos hacia
objetivos concretos y que nos reporten bienestar con seguri-
dad. Si en la fase de los abrazos sentíamos la energía de una
madre que recién ha dado a luz, ahora nos sentimos como
la madre cuidadora cuyo hijo ya ha crecido. En esta fase la
naturaleza masculina y femenina aparecen por igual. So-
mos detallistas, queremos ahondar más allá de las aparien-
cias superficiales de la fase anterior, pero no podemos evi-
tar quedarnos congelados en los detalles. Somos muy cuida-
dosos con el aspecto físico. El motivo no es la expresión
personal, como ocurría en la anterior fase, ni siquiera el
agradar a los demás, sino un sentido muy profundo y per-
sonal de la estética. Buscamos la belleza en la perfección de
los contornos y en los detalles. La salud también comienza
a preocuparnos. Nuestra vida anterior, repleta de excesos,
comienza a hacernos sentir las primeras consecuencias. En
esta fase surge la preocupación por la alimentación, la sa-
lud, el estado físico, también las enfermedades mentales.
Queremos estar perfectos para ser serviciales con los demás.
Ya hemos desarrollado el arte y llega la época del realis-
mo. Si pintamos, queremos pintar la realidad tal y como la
ven nuestros ojos. Una sinfonía debe ser medida, perfecta,
armónica y sin dudas en ningún compás. La poesía debe
ser también medida, exacta, compuesta en una estructura
fija cuyos pequeños detalles otorguen al poema de perfec-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

ción.
Su gran poder de convergencia para centrarse en los deta-
lles le da la capacidad de organización. En las fases anterio-
res, la conducta era impulsiva, fueran acciones, palabras, o
la conservación de los bienes preciados. Ahora, existe una
organización, una mesura, una capacidad para dar orden a
todo nuestra conducta. Surge la prudencia. El miedo, que
se aprendió en la segunda fase, vuelve ahora a surgir. Para
combatir ese miedo, buscamos la organización, la pruden-
cia y la medida, con el objetivo de controlar las situaciones
y sus posibles consecuencias. Esta capacidad organizativa le
da el poder para elaborar un complejo plan de acción. Aho-
ra el adolescente es maduro. Aún no conoce su objetivo. Lo
que sabe, es que toda su experiencia le ha mostrado que el
plan es el camino para conseguir el éxito seguro y estable.
Comienza a sentir inclinaciones hacia el trabajo y el esfuer-
zo. Es servicial porque cada una de sus conductas se dirige
a conseguir algo, y por esta razón se entrega. En sus emo-
ciones, aún es profundamente inmaduro. Su capacidad para
organizarse y dotar de orden a su mundo, le hace madurar
como trabajador e individuo.
Su capacidad de análisis es sobresaliente. Es capaz de des-
componer el todo en sus partes, estudiarlas minuciosamen-
te, conocer cada detalle, cada recoveco. Su mente es prodi-
giosa para la matemática y la resolución de problemas. No
le gustan los retos ni los cambios. Desea conservar su esta-
do vital y para ello ordena sus hábitos, tiempo y pertenen-

57
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

cias.
En la fase del detalle, el hombre vence a la dispersión.
Ahora está profundamente concentrado. Ahora, el hombre
tiene un plan. Ahora, comienza un camino que terminará
por dotar su vida de sentido.

Asociación con la Psicología

La llegada de esta fase supone un estado madurativo que


habitualmente encontramos al adentrarnos en la década de
los veinte años. La experiencia nos ha ayudado a pronosti-
car resultados y comenzamos a organizar y a converger. La
Psicología Evolutiva no ha estudiado este tipo de habilida-
des tan concretas, aunque quizá podríamos encontrar su
origen en la propia habilidad de organización matemática
que surge en la etapa de las operaciones concretas según la
teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget.
Donde sí podemos encontrar una gran vinculación es
con el campo de la psicopatología. Esta fase de la rueda zo-
diacal podría estar muy relacionad con los trastornos de
tipo obsesivo compulsivo debido a la necesidad de perfec-
ción y detalle, y también a los trastornos de ansiedad, debi-
dos a la propia necesidad por mantener el orden y control
sobre cada parcela de nuestra vida.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

En el zodiaco

La etapa o estadio de los detalles se asocia al signo Virgo,


el signo mutable de tierra. Virgo está representado en la mi-
tología como una virgen, o quizá un ser asexuado, entrega-
do a servir a los demás y dotado con el poder de la organi-
zación. Al ser un signo de tierra, su naturaleza es práctica.
No pierde el tiempo en ensoñaciones, sino que trabaja con
los resultados. Está regido por el planeta Mercurio, al igual
que Géminis. Es entonces una naturaleza mental pero
orientada a la facticidad. Mercurio es un planeta que, en la
mitología, se considera frío. Allí las emociones no toman
decisiones, sino la mente racional. Es el sexto signo, donde
el ego desde un punto de vista expresivo vive su última
fase. La relación con el otro comienza a gestarse.
Virgo está relacionado con la casa 6, que rige la organiza-
ción, la integración de los valores y conductas prácticos, y
también la salud y el entorno de trabajo. En esta casa sue-
len verse las profesiones, los posibles problemas de salud, la
manera en la que, en definitiva, hacemos práctica y tangible
el cúmulo de experiencias de las cinco casas anteriores. Es
una casa práctica, burocrática, racional y orientada a la ad-
ministración de la vida, el tiempo y los esfuerzos.
El opuesto de Virgo es Piscis. Piscis es el signo que cierra
la rueda zodiacal, es misterioso, emocional, y profunda-
mente esotérico y espiritual. Piscis vive en los sueños, en el

59
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

más allá, mientras que Virgo es tremendamente práctico. La


gran ayuda que Virgo recibe de Piscis es precisamente la ca-
pacidad par ensoñarse y dejarse llevar por las emociones y
las intuiciones. Por su parte, Virgo es quien puede ordenar
la caótica mente de Piscis. La importancia del orden de Vir-
go es máxima con respecto a Leo, el signo anterior y del
cual procede la influencia karmática. Leo es expresivo pero
desordenado; por esta razón, en la fase siguiente se solucio-
na el problema vital, como así ocurre en cada estadio.

1º estadio: acción e impulsividad


2º estadio: se corrige la pérdida mediante la conser-
vación
3º estadio: se corrige la terquedad el camino único
mediante la divergencia de las palabras
4º estadio: se corrige la frialdad mediante el vínculo
emotivo
5º estadio: se corrige el apego individual mediante
la expresión del Ego y el amor propio
6º estadio: se corrige el ego mediante el servicio

Su gran virtud es la organización

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Su gran error es el perfeccionismo

Su frase es "Yo analizo"

Lo que aprende y surge: la organización, el orden, la acti-


tud servicial, la obsesión.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

AHÍ LLEGA EL OTRO

El ecuador de la rueda evolutiva del zodiaco llega cuan-


do observamos la otra parte, y en lugar de vernos reflejados
en nosotros mismos, en un espejo de ego, nos vemos refle-
jados en el otro, observamos nuestra esencia, descubrimos
cuáles son nuestros vacíos y nos aventuramos a completar-
nos como personas en la búsqueda del equilibrio.
Hasta llegar a esta fase evolutiva, hemos experimentado
acción, realismo, nos hemos relacionado con el mundo físi-
co, también con el intelectual, las ideas, las emociones, la
expresión de nuestro yo, hemos visto nacer ciertas formas
de arte, y finalmente hemos encontrado la madurez al
aprender a organizar y planear nuestro camino. Esta fase
anterior nos ha introducido en el sendero de la prudencia,
que ahora, justo al observarnos en el otro, adquiere su signi-
ficado más poderoso. Es una prudencia que viene del cui-
dado, del sosiego y la minuciosidad que necesitamos para
armar un puzzle, construir un castillo de naipes, o dejar en

63
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

perfecto equilibrio la balanza. Esa balanza, no obstante, no


podrá equilibrarse nunca. Es en el proceso, en la búsqueda
de ese equilibrio, donde está la naturaleza de esta fase.
Se busca ese equilibrio para estar en una perfecta sinto-
nía con el otro. La comunicación ahora no es hacia uno
mismo (como ocurría en la fase de las palabras), sino hacia
los demás. Comenzamos a ser conscientes de los sentimien-
tos de los demás y queremos cuidarnos. De esta relación
con el otro, y de la conciencia sobre su naturaleza y cami-
no, surgen los acuerdos. Llega entonces el tiempo de la di-
plomacia, que se alimenta directamente de la prudencia;
surge también el protocolo, nacido del respeto. La forma
nos da belleza, y paseamos por el mundo como seres adul-
tos, bellos y cuidados. El cabello se peina, la ropa sea del es-
tilo que sea se elige y mide para mostrar respeto al prójimo.
La elegancia artística surge en nosotros.
El arte nace en esta fase en su magnitud más amplia. Se
desarrollan todos los modos de arte, especialmente los esté-
ticos. La fotografía tiene como misión reflejar la belleza y
el equilibrio de la naturaleza y las civilizaciones. La pintura
es realista, ya que tratamos de mostrar una visión exacta y
balanceada del mundo que observamos cada día con nues-
tros ojos. La música es armónica, cuidada; pero su motiva-
ción no es la perfección en la sinfonía sino agradar y sedu-
cir los oídos del que escucha. El ego comienza a diluirse en
favor del respeto y la convivencia con el otro.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

De manera más madura y auténtica, surge el amor, puro,


más allá de los enamoramientos del pasado. Es aún una
forma de amor primitiva, ya que surge a través de las ideas,
y también de los acuerdos. Aún debe evolucionar, pero éste
es un primer paso. Los otros y nosotros mismos no esta-
mos completos. En nuestro corazón existen vacíos y en
nuestra evolución personal está el trabajo de ser seres com-
pletos, autosuficientes y libres. En esta fase, vemos cuáles
son esos vacíos gracias a la relación con el otro. El acuerdo
materialista, es un atajo, una vía temporal, un primer paso
para darnos cuenta de dónde está nuestro gran reto.
Nuestra habilidad mental crece. Usamos las palabras con
maestría, y ya sabemos orientarlas hacia un discurso global,
orientado al otro. Surge la política, la dirección y el lideraz-
go a través de las ideas, no sólo gracias a los impulsos. Vivi-
mos en un mundo cordial, elegante, majestuoso, una anti-
gua Grecia sin aparente pecado. Todos somos santos y san-
tas, y surge la mentira. Nos mentimos para agradar. Nos
mentimos para ocultar una parte de nosotros que difunda
cuál es nuestro vacío, con lo cual, desvelaríamos que ese
equilibrio que buscamos no se ha producido, salvo con el
acuerdo materialista con el otro, y ese acuerdo deberá termi-
nar tarde o temprano, como terminan todas las transaccio-
nes comerciales.
El corazón, por otro lado, ya está preparado. Está prepa-
rado para transformarse y descubrir su esencia. El otro nos
ha hecho vernos con una mirada ajena. El Ego ha comen-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

zado a disolverse. Los bailes son equilibrados porque cada


parte juega su papel y nos fundimos en un todo. La suma
de las partes, más allá del detalle, es ahora lo importante.

7º estadio: se corrige el error del detalle valorando la


suma de las partes

Un sentido de la justicia muy poderoso ha crecido en


nosotros. Al observar al otro, nos damos cuenta de los
grandes errores que hemos cometido como seres sociales.
Buscamos el equilibrio para conseguir justicia. Nacen los
jueces, los héroes, los legisladores y también los políticos.
Queremos controlar para conseguir el bien común. Un
equilibrio para todos los ciudadanos.
Ha nacido también la burocracia. Los acuerdos en los
protocolos médicos, las transacciones comerciales, los apre-
tones de manos. Con el otro se construye la balanza y llega-
mos al equilibrio, porque aún nuestro potencial no ha des-
pertado. También nace la mentira. Queremos ser tan pru-
dentes que mentimos a los demás para ocultar la realidad y
no perturbar. Huimos de la perturbación. Queremos estar
en equilibrio.
En esta fase ha nacido la relación interpersonal. Somos
conscientes de los otros, de sus diferencias, y a través de
ellos encontramos el camino de la diplomacia y los acuer-
dos. Esta fase es la primera del cambio. Es la puerta abierta

66
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

a un desarrollo personal superior. Los acuerdos nos equili-


bran, y tras la ruptura de dichos acuerdos, llega la vía para
la libertad.

Asociación con la Psicología

Este estadio pertenece al estudio de la psicología social, y


en concreto, al estudio de las relaciones interpersonales.
También se asocia profundamente a la teoría Vigotskiana
del aprendizaje, especialmente cuando hablamos del poten-
cial del niño y de la zona de desarrollo próximo. Según Vi-
gotski, el aprendizaje más poderoso en nuestra vida viene
gracias a la relación con el otro, especialmente si se trata de
dos personas en niveles diferentes de aprendizaje (sea el
otro un niño o un adulto). Esa diferencia sirve de trampo-
lín al niño para desarrollar su potencial y adquirir más ha-
bilidades. La gran diferencia entre Piaget y Vigotski, es que
el primero construyó una teoría del desarrollo basada en
etapas concretas y rígidas según la edad del niño, y Vigotski
creía que ese guión podía alterarse en función de los estí-
mulos que encontráramos y de cómo esa zona de desarro-
llo potencial se ampliara a través de los contactos con los
demás. Estudios transculturales han mostrado que ambos
autores tenían parte de razón. Encontramos estadios muy
concretos en el desarrollo de los seres humanos (especial-
mente la evolución matemática que ocurre sobre los doce

67
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

años, cuando comenzamos a pensar en símbolos y desarro-


llamos el álgebra y la conservación de la masa) en todas las
culturas, pero también encontramos múltiples diferencias
en los avances de distintos niños en función de su entorno
y relaciones interpersonales y sociales (por ejemplo, los ni-
ños que trabajan en la construcción desde jóvenes en países
pobres, aprenden mucho antes las leyes de la conservación
de la masa).
La psicología social es la encargada de estudiar las rela-
ciones interpersonales, de uno a uno. La psicología de la
comunicación quizá ha investigado estas relaciones de ma-
nera más ardua. La clave de estas relaciones, es que funcio-
nan en base a acuerdos y a la aceptación del otro en un sen-
tido temporal. Podríamos decir que se trata de la relación
que nos trae calma y estática. No son relaciones realmente
profundas, sino que nos alivian. Es una etapa muy primiti-
va en las relaciones y éstas requieren de un desarrollo muy
superior. En esta fase, se huye del cambio y la transforma-
ción. Lo que se busca es la tranquilidad de la relación acor-
dada y pacífica. La psicología no ha ahondado aún en este
desarrollo, salvo distintas terapias alternativas, como las
transpersonales, o toda herramienta de trabajo personal. En
el campo esotérico sí podemos encontrar multitud de tra-
bajos en este sentido. La astrología es la primera muestra de
ello.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

En el zodiaco

El estadio de la relación con los otros corresponde a Li-


bra, signo cardinal del elemento aire. Esta energía busca
constantemente el equilibrio, y para ello toma conciencia
de la relación con los demás. Su motivación está fuertemen-
te influida por el contacto con el otro, de ahí que surja la
prudencia, así como los ideales, y la propia justicia. En la
mitología griega estaba representada por una balanza. Su
planeta regente es Venus, planeta de la belleza, los gustos es-
téticos y el afecto. Al igual que ocurría con Tauro, Libra
porta la belleza y el amor, aunque los objetivos de cada sig-
no sean diferentes. Mientras que Tauro es pragmático, Libra
es idealista. El mundo que Libra construye no es práctico y
está sustentado en una fábula, ya que nace de sus propios
ideales por construir un mundo perfectamente balanceado.
Si Aries, el niño, era pura espontaneidad y acción, Libra es
prudencia y sosiego. En aquella parte de nuestra carta don-
de se encuentre Libra, llegamos a acuerdos, negociamos,
buscamos un equilibrio, nos relacionamos con el otro. En
Libra el amor y el arte se desarrollan con fuerza, aunque to-
davía en un sentido eminentemente intelectual. La gran im-
portancia con este signo es que sirve de puente entre la rela-
ción con el yo y la relación con el otro, y este puente per-
mite el desarrollo más poderoso del ser hacia la libertad.
Para conseguir esta libertad se pasa por un periodo de
transformación muy intenso. Por esta razón, Libra supone

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

una vía abrupta en el zodiaco, ya que desde la paz y el so-


siego de su energía da paso a Escorpio, una energía pertur-
badora, intensa, profunda y emotiva. La naturaleza de Libra
permite ese cambio, ya que a través de los acuerdos llega-
mos a la paz que ansiamos y la comprensión acerca de no-
sotros mismos.
La casa de Libra es la 7. Es la casa de los matrimonios,
acuerdos, de la diplomacia, y de la relación con el otro. Esta
casa es la que marca el descendente. Si el ascendente (casa
1) es la proyección del Yo y la relación con uno mismo, en
la casa 7 encontramos la relación con el otro, y el lugar pre-
ciso donde se encuentra nuestro vacío. El signo que ocupe
nuestra casa 7 determinará las habilidades de las que carece-
mos, y por lo tanto, las que más necesitamos. También nos
dice de qué forma establecemos nuestras relaciones de pare-
ja. Es el lugar que nos dice dónde encontramos el equili-
brio y a la pareja. En la astrología, se suele decir que la per-
sona que tenga en su sol el signo que ocupa nuestro descen-
dente, es con la que podemos construir un amor más verda-
dero, transformador y afortunado (por ejemplo, si el des-
cendente está en Cáncer, esa persona tendría el sol en Cán-
cer).
Aunque históricamente se ha atribuido a esta casa la for-
mación de parejas y el amor, es necesario insistir en que se
trata de los primeros acuerdos, motivo por el cual se habla
también de diplomacia. La fusión real, más madura y pro-
funda entre dos seres, pasa por aprender del significado de

70
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

la casa 8, que es la casa de la transformación, la alquimia, la


fusión de los elementos. Esta casa dice dónde, y la siguiente
dice cómo. Esta reflexión es importante para comprender
la auténtica naturaleza de la astrología. La acción, el intelec-
to, los apegos, el arte, la salud, los matrimonios... realmente
es un complejo evolutivo que observamos en todas las ca-
sas, aunque existan posiciones específicas que determinan
una clave o un comienzo.
El signo opuesto de Libra es Aries. Aries y Libra forman
el eje cardinal entre la acción y el sosiego, la espontaneidad
y la prudencia. Aries desata pasiones y Libra las protege.
Aries no tiene miedo, y Libra comprende la naturaleza del
miedo. Aries es directo, y Libra puede mentir. Aries se equi-
voca, y Libra garantiza el confort. Ambas energías se necesi-
tan para completarse.

Su gran virtud es el compromiso


Su gran error es la mentira

Su frase es "Yo balanceo"

Lo que aprende y surge: acuerdos, diplomacia, conscien-


cia del otro, arte, amor, mentira

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

RENACER

Tras los acuerdos y la conciencia sobre nuestros vacíos y


la exploración de la vida pasada, llega el tiempo del cambio
y la transformación. Para ello, deberemos profundizar en la
raíz de nuestras emociones, llegar hacia el mismo centro de
nuestro corazón, y para ello será necesario atravesar un ca-
mino de oscuridad y sufrimiento. En la mitología griega, se
narraba que sólo un ser tenía acceso al infierno de Hades,
ya que su misión era descubrir esta oscuridad al mundo
con el propósito final de encontrar luz. Quizá, esta etapa
está cubierta de miedo; pero precisamente con su afronta-
miento, llega la victoria final sobre ese miedo que nos con-
gela. Nos conocemos, profundizamos, nos concentramos
con intensidad, la compulsión por profundizar nos hace
ser personas de un objetivo fijo, como una serpiente pode-
rosa que repta hacia el inframundo en una única dirección,
para saber cómo huelen nuestras miserias, cuál es su sabor,
y finalmente, resurgir como un ave fénix, transformados y

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

renacidos, hacia la luz y sus bendiciones. Cuando atravesa-


mos esta fase, somos libres y nuestro potencial se ha desper-
tado.
Ésta es la fase de la transformación total de nuestra per-
sonalidad, desnudándonos casi salvajemente de nuestras
creencias pasadas, nuestros hábitos, nuestros objetos, hasta
quedar completamente desnudos y frente a nuestra esencia.
Entre nosotros y nuestro destino se encuentra un mar de
oscuridad que atravesaremos con valentía. Es la fase de la
perturbación, de la agitación; un terremoto en las emocio-
nes necesario para reconstruir un mundo sostenido por la
fábula del ego. Es también la época de la alquimia, de la
magia, de la seducción y del sexo.
A través del sexo nos transformamos. Llegamos a una
unión con el otro que no forma parte de la diplomacia,
sino de la libre expresión de nuestras vísceras y nuestra
esencia primitiva. El ser humano se acerca a la etapa más
crítica de su vida y toma conciencia de que las estrategias
del pasado ya no le son útiles. Se rompe con todo, con el
pasado, con los vínculos que se sostienen en el materialis-
mo, y la transformación es completa. El sexo es la herra-
mienta, junto con la emoción profunda, el intelecto agudo
e intuitivo. En esta fase, exploramos la magia, la esotérica,
la brujería y disfrutamos con la inmersión a los conoci-
mientos más ocultos.
Cree en el instinto, y lo utiliza para combatir las amena-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

zas. La supervivencia cobra un sentido único en esta fase.


Para transformarnos, sentimos la muerte de muy cerca. Es
la muerte de los hábitos, las rutinas, el hogar, las pertenen-
cias, las creencias. Nos acercamos a la supervivencia más sal-
vaje, y la herramienta más poderosa con la que contamos es
la estabilidad emocional, la voluntad emotiva de encontrar
el propósito entre tanta belicosidad. Se trata de una natura-
leza profundamente primitiva, relacionada con el sexo, los
placeres mundanos, la supervivencia salvaje.
La curiosidad del científico quedó muy atrás. Ahora sen-
timos la intensidad voraz del investigador, sumergido en
un dilema complejo cuya solución averiguará al final del ci-
clo. Las emociones son intensas. Los pensamientos son in-
tensos. Las conductas son intensas. La pasión se encuentra
desbordada. Su liderazgo es tan emocional, basado en la in-
quietud y misterio que causa en los otros, que puede tomar
posesión de los cuerpos que le aman. Aparece la posesión y
los celos compulsivos. Los celos, el miedo a perder el objeto
amado, es otro obstáculo más en este periodo donde la ilu-
minación se muestra por primera vez como una posibili-
dad, ya que el miedo quedará siempre atrás cuando la per-
sona, que fue infante y adolescente, y ahora maduro, descu-
bra su esencia y propósito al quedar desnudo frente a sí
mismo.
Este propósito es la transformación del ego hacia la na-
turaleza esencial. Es un camino hacia las miseras para pos-
teriormente resurgir hacia las bendiciones. Es trabajar el su-

75
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

frimiento y el dolor para posteriormente brindar júbilo. El


ser en evolución, entonces, obtendrá la capacidad para dar
un propósito a los demás. En esta fase surge el motivo, la
razón. Contestamos a la gran pregunta: "¿por qué?". Nues-
tra naturaleza interior queda descubierta.
Los acuerdos de la fase anterior ya no son aceptados. Son
acuerdos basados en el miedo, en la prudencia, en las nece-
sidades ilusorias. Es un intercambio materialista, ya que
aún no se ha profundidad en el vacío que portamos, y que
debe ser extinguido mediante una transformación profun-
da del espíritu. En este estadio el amor cobra una dimen-
sión distinta. Es un amor intenso, apasionado, emocional,
que va más allá del acuerdo afectivo. Es un amor que que-
ma. Es también un amor leal, que durará para siempre. Es
un amor nacido del dolor, que lo sobrevuela y lo derrota.
Es un amor verdaderamente puro.

8º estadio: se corrige el error de los acuerdos mediante la


confrontación del miedo

Nacen en este estadio las ciencias ocultas, así como las


profesiones relacionadas con el descubrimiento de los mis-
terios de nuestra naturaleza. Los detectives, los psicólogos,
los cirujanos, los videntes y los científicos avanzados. Aho-
ra contamos con la motivación y energía para resolver los
grandes problemas.

76
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Nuestro lenguaje es tan perturbador como seductor. En


cada una de nuestras palabras y acciones, se encuentra la
dosis precisa de agitación. El resto del mundo nos oye y su
corazón se convulsiona. Si tienen miedo, huirán de noso-
tros y nos mostrarán nuestra naturaleza oscura. Si desean el
cambio y la transformación en sus vidas, se sentirán seduci-
dos hacia esa energía tan misteriosa y dotada de tanto po-
der.
Ya somos maduros. Nuestro propósito ha sido finalmen-
te encontrado tras el sufrimiento. La máscara se ha destrui-
do, a pesar de habernos causado heridas en la piel del ros-
tro debido a su apego y violencia. Somos guerreros, conoce-
mos nuestra meta y nada ni nadie nos apartará del camino.
Nuestra intensidad nos da poder pero también mengua la
salud de nuestro corazón. Necesitamos el descanso, y sólo
el sexo, la alquimia, la unión profunda, nos concede una
tregua para nuestras vísceras tan agitadas.
En esta fase surge un volcán, un terremoto, una destruc-
ción. Tras los escombros, renacemos conociendo quién so-
mos. La seda de la belleza ilusoria queda atrás. Comenza-
mos a volar. Con confianza y transformación, al fin hemos
vencido el miedo.

Asociaciones con la Psicología

Los paralelismos entre esta fase evolutiva y la Psicología

77
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

la encontramos quizá en los experimentos en psicología bá-


sica sobre atención y percepción, dada la agudeza mental y
lucidez de este estadio. Su mecanismo obsesivo y casi com-
pulsivo también lo encontramos en la definición que la Psi-
cología hace sobre ciertos trastornos de la conducta. En tér-
minos generales, esta fase en la evolución humana es de na-
turaleza profundamente esotérica, y la ciencia ortodoxa no
se ha aventurado a investigarla formalmente. Quizá, no sea
realmente su campo de estudio. Donde sí encontramos un
gran paralelismo es en las terapias y programas de corte
transpersonal, que son en sí mismos procesos de cambio y
transformación, así como en herramientas de trabajo habi-
tuales en las grandes multinacionales, como es el Coaching.
Estas prácticas tratan de definir el ego de la persona, rom-
per sus creencias limitantes, superar sus barreras, reformu-
lar la personalidad y tomar las riendas de nuestra vida para
potenciarnos y desarrollarnos. Es, sin lugar a dudas, un ca-
mino de renacimiento y transformación total que nos lleve
hacia un estado en nuestra vida superior, donde somos real-
mente más conscientes, lúcidos, y dotamos a nuestra vida
de sentido.

En el zodiaco

El renacer, el cambio y la transformación personal, se


asocia con el signo de Escorpio, el signo fijo de agua (emo-

78
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

ciones). En la mitología griega se asocia a un escorpión,


aunque habitualmente también se le asocia con una ser-
piente o un ave fénix. Es el signo de la profundidad emo-
cional. Contesta a la pregunta de "¿por qué?" y no desea de-
jar cabos sueltos. Su naturaleza es científica, investigadora,
muy intensa, y su campo de actuación son las emociones
del ser humano, su auténtico propósito. La energía de Es-
corpio busca casi compulsivamente la verdad, el origen,
nuestra esencia. Para ello, bosque en las profundidades de
nuestra psique a pesar del sufrimiento que esto supone, y
finalmente, mediante la alquimia, renace tras un proceso de
cambio y transformación. Es de naturaleza masculina y tre-
mendamente fértil, en un sentido activo. En la astrología
clásica se le otorgaron cualidades malignas, oscuras, y se
suele relacionar esta energía con la venganza, la ira, los ce-
los y la posesión. Sin embargo, esta postura es equívoca
porque procede del propio miedo que subyace en la investi-
gación de este apartado de nuestra esencia y en esta fase
evolutiva de manera concreta. Los celos o la posesión son
un resultado de la manera compulsiva en la que esta ener-
gía se concentra para encontrar la verdad y el propósito de
nuestra existencia. Al contrario que Tauro (su opuesto), se
enfrenta al miedo y lo derrota. Lucha contra el apego y se
desprende de objetos y bienes materiales. Su camino es de
constante transformación, y es una energía que causa tam-
bién una transformación en los otros. Su planeta regente,
clásicamente, fue Marte, planeta de las conductas, poder y

79
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

sexo. Escorpio era así el gemelo de Aries, con el que com-


partía su energía tan volitiva. Actualmente, Escorpio está
también regido por Plutón, planeta de las transformaciones
colectivas. Escorpio es un signo oscuro, de difícil naturale-
za y estudio. Se enfrenta a lo desconocido con constancia y
voluntad. Su deseo por conocer la verdad y el propósito va
más allá de cualquier miedo. Su naturaleza profunda bos-
queja en los misterios más insondables. Su principal mi-
sión para los otros es mostrarles su realidad y guiarles hacia
ese proceso de cambio y transformación.
Su casa es la 8. Es la casa de la alquimia. Allí, todo se
funde en un nuevo estadio. Por esta razón también es la
casa de las transformaciones. Es la casa del sexo, de las in-
tuiciones y las ciencias ocultas. Nos informa acerca del lu-
gar donde llevamos a cabo esas transformaciones tan nece-
sarias. En esta casa también encontramos los recursos ocul-
tos, y la vía a través de la cual las parejas realmente se fun-
den y construyen un vínculo más profundo, basado en las
emociones. Su relación con la muerte es muy profunda, ya
que la muerte es el fin del ciclo que acontece a la transfor-
mación.
Su opuesto es Tauro. Mientras que Escorpio es el signo
fijo de agua, emotivo, apasionado, en busca de un sentido
para la existencia, Tauro es principalmente práctico y busca
la comodidad inmediata para proteger su naturaleza fértil y
su estabilidad. Escorpio y Tauro forman el gran eje fértil
del zodiaco, siendo sus naturaleza masculina y femenina

80
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

respectivamente. Escorpio ayuda a Tauro a ir más allá de


sus pertenencias, apegos, necesidad de estabilidad, y trans-
formarse para renacer. Tauro ayuda a Escorpio a vivir con
pragmatismo y a disfrutar de los placeres, abandonando
por momentos su naturaleza perturbada y casi obsesiva.
Este signo es la gran transformación que nos lleva desde
el aprendizaje ulterior del ego, hacia la liberación que en-
contramos al final de la rueda evolutiva. Esta fase es, sin
duda, la más abrupta de las doce.

Su gran virtud es la profundidad emocional


Su gran error es la intensidad extrema

Su frase es "Yo deseo".

Lo que aprende y surge: la intuición, la profundidad


emocional, la lucidez, la concentración, la transformación,
los celos, la paranoia.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

EL OBJETIVO

La madurez ha llegado a la vida de aquel niño, luego


adolescente, y luego hombre joven, que se ha desenmascara-
do y se ha visto reflejado en el espejo limpio y diáfano de
su ser esencial. La vida, tal y como la entendía entonces, no
tiene sentido. La transformación ha dado paso a un nuevo
niño, nuevamente de fuego, apasionado, pero que ya cuenta
con un gran aprendizaje. Ha conocido la palabra, el intelec-
to, las relaciones, los apegos, los acuerdos, su naturaleza, su
propósito. Su gran meta y vocación es ampliar horizontes.
Su zona de confort ha sido traspasada, y fuera de ella le es-
pera un universo infinito de viajes e idiomas. Desea cono-
cer los cinco continentes, los siete mares, todos los idiomas.
Su mente se amplia y comienza a trasladarse. Es un nóma-
da del conocimiento. Es también un líder autoritario, que
ya no permite más demoras. Es un fuego, en esta ocasión,
concentrado. Si en la fase del niño el fuego estaba recién
nacido y eran llamas dispersas, y en la fase del adolescente

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

ese fuego se propagaba en todas direcciones como un gran


sol, ahora ese fuego está totalmente concentrado como un
potente lanzallamas. Su objetivo, es el conocimiento. Su ca-
mino, el viaje.
El ser humano siente una necesidad imperiosa de viajar
y ampliar su mundo cerca de los treinta años. Siente que ya
ha vivido un ciclo que ha llegado a su fin. Expandir su co-
nocimiento es su principal propósito.
La mente termina por resultar perspicaz. Ya ha aprendi-
do cómo razonar y prevenir resultados y consecuencias.
Ahora ya sabe intuir qué va a ocurrir, y detecta los hechos
antes de que ocurran. Esa perspicacia le hace ser un sacer-
dote, ser capaz de aconsejar, ilustrar, ofrecer el conocimien-
to que ha comprendido. Pero nunca le parece suficiente y
quiere más. Recorre países, culturas diferentes. Si no es po-
sible, lo hace dentro de su propio entorno. Busca a perso-
nas extranjeras, lenguas distintas, aprende de diversos cono-
cimientos. La identidad individual ya se ha construido de
manera sólida. El niño encendió la mecha del Yo personal,
el adolescente manifestó todas sus virtudes, y ahora, el via-
jero con objetivo, que ve con claridad cuál es su identidad
personal, busca en las tierras lejanas la identidad de la exis-
tencia humana en su conjunto. En este estadio nace tam-
bién la religión, pero no la impuesta por la sociedad, sino
la religión propia, las convicciones personales, el camino
propio. Su propósito es averiguar cuál es el sentido común
del ser humano. De ahí su espiritualidad, su religiosidad,

84
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

su búsqueda del viaje, del templo, de la expansión del cono-


cimiento hasta poseer el conocimiento global de toda la
humanidad y entender, por fin entender.
Una palabra clave en este estadio es visión. El viajero ve
con claridad cuál es su objetivo. Su fuego concentrado se lo
permite, es su principal arma. Esta visión le permite desve-
lar el futuro. Puede ser un gran estratega, tanto para una
empresa, un negocio, la composición de una canción, un
mensaje.
El viajero ama la verdad. Los mensajes ocultos le disgus-
tan, los rechaza. El estadio anterior, donde las transforma-
ciones del hombre joven y renacido le dotaban de misterio
y mensajes ocultos, disgustan claramente al viajero. El viaje-
ro ya pasó esa etapa, ya conoció esa experiencia. Ahora
quiere la verdad, sólo la verdad, una verdad clara, sin miste-
rios, de fuego, luminosa, concreta, muy concentrada. Clara.
Sus métodos cambian. Es flexible y sabe amoldarse a
cualquier situación. La madurez le hizo aprender que estar
cómodo en cualquier entorno dependía exclusivamente de
su actitud. Amplía sus horizontes hasta que la cuerda que
rodea su energía se estira en todo el planeta. Ante la super-
ficialidad, el desdén, el conocimiento común, siente una in-
tensa intransigencia.
La profundidad en las emociones, el análisis, las preocu-
paciones, la perturbación, ya no le interesan nada. Rechaza
esa agitación porque la considera un tiempo perdido. El

85
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

viajero va hacia su destino sin perder un segundo en agitar


el espíritu. Su espíritu es seguro y tiene un objetivo. Conse-
guirlo es la gran meta.

9º estadio: corrige el error de la agitación mediante la


claridad y visión

El viajero expande su mundo hasta que el conocimiento


completo esté bajo su poder. Así, sólo así, descansará la ma-
nifestación del ser humano, de su fuego intenso, y se retira-
rá a la ermita del éxito.

Asociación con la Psicología

Esta fase está asociada con la expansión del conocimien-


to, los idiomas y los viajes. En la Psicología no encontra-
mos ninguna rama asociada a estos estudios, salvo algunas
investigaciones en la psicología de la comunicación, donde
se destacan las influencias que el aprendizaje de idiomas tie-
ne sobre el desarrollo cognitivo. Estas investigaciones han
tenido lugar especialmente con niños bilingües. Aunque es-
tos niños tardan un mayor tiempo en adaptarse al nivel de
lenguaje hablado de los niños de su edad, con los años, su
bilingüismo nativo les hace poseer habilidades superiores
en atención, percepción, memoria, capacidad para com-

86
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

prender símbolos, lenguaje y matemática abstracta, y de


manera obvia, una capacidad cada vez mayor para conti-
nuar asimilando otros idiomas. El aprendizaje de idiomas
varios hace que nuestro cerebro continúe funcionando con
una plasticidad similar a la de los niños, lo cual es una
grandísima ventaja, ya que nos otorga agudeza, perspicacia,
rapidez y una gran capacidad de adaptación.

En el zodiaco

El noveno estadio se corresponde con el signo Sagitario,


signo mutable de fuego y último de este elemento en la rue-
da zodiacal. En la mitología clásica se representa como un
centauro con un arco y flecha, en símbolo de su objetivo
concreto y su aguda visión. Su planeta regente es Júpiter, el
planeta de los beneficios y la suerte. Sagitario es el signo de
los viajes, los idiomas y la expansión del conocimiento, un
signo mutable en constante movimiento que nos ofrece las
energías de la amplitud, seguridad y expansión. Suele ser re-
presentado como un sumo sacerdote, también como un lí-
der militar debido a su autoritarismo. Es una energía tam-
bién de manifestación, pero no de la manifestación indivi-
dual (como ocurría como Aries y Leo), sino de la manifes-
tación de la identidad humana como un conjunto. La per-
sonalidad social comienza a construirse en esta etapa y se
desarrolla en las siguientes.

87
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Su casa es la 9. Es la casa que determina dónde encontra-


remos la expansión de nuestros conocimientos. Si la casa 9
se encuentra en alguna posición de la carta natal, indica la
necesidad de viajar y de expandir el conocimiento en ese
área concreta de nuestra vida para desarrollar el gran apren-
dizaje que trae asignado.
Su opuesto es Géminis. Nuevamente encontramos la
dualidad fuego-aire. Si bien Géminis es superficial, Sagita-
rio necesita profundidad en su decisión. Si Géminis traza
caminos duales, Sagitario está centrado en un único objeti-
vo. Si Géminis busca la comunicación amplia y centrada en
posibilidades, Sagitario es autoritario, da órdenes. Géminis
es una brisa muy dispersa, y Sagitario una llama concentra-
da. Géminis representa la comunicación y Sagitario el mo-
vimiento solitario, también egoísta. Ambos signos son
opuestos pero complementarios. Géminis abre vías para la
terquedad de Sagitario. Sagitario, a su vez, ayuda a Géminis
a elegir un camino. Son energías que, juntas, se comple-
mentan y forman un eje perfecto dentro de nuestra carta
natal.

Su gran virtud es el conocimiento


Su gran error es el autoritarismo

Su frase es "Yo veo"

88
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Lo que aprende y surge: los viajes, los idiomas, la espiri-


tualidad, la religión, el conocimiento, la autoridad, las ór-
denes.

89
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

90
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

UN ERMITAÑO

La rueda evolutiva del zodiaco muestra una transición de


energías desde el nacimiento hasta la muerte, pero esta evo-
lución no es longitudinal con el tiempo, sino que esas ener-
gías se suceden a lo largo de nuestra vida de manera diná-
mica, de forma que vivimos cada uno de esos estadios en
cualquier momento. En la astrología, esos estadios están
asociados a signos y sus respectivas casas. Encontramos esos
signos relacionados con planetas, y a su vez, a cada casa le
corresponde un signo determinado en función de la hora
exacta de nacimiento. Estos datos son totalmente reales, as-
tronómicos, comprobables por la matemática. La astrología
permuta sus significados hasta construir una carta de infi-
nito estudio sólo para una persona individual. A la hora de
estudiar esta rueda evolutiva en su conjunto, reparamos que
estas fases van más allá de nuestra comprensión psicológica.
En el estadio del ermitaño, encontramos una energía que

91
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

está presente durante toda nuestra vida, y que podríamos


simbolizar en el ser humano adulto, maduro, que ya ha cul-
minado el gran éxito de su vida: la profesión, la estabilidad,
y posteriormente los hijos. Llegado a este punto de máximo
éxito, el ermitaño se retira para vivir en la montaña. Esta
energía no necesita la manifestación, ni el reconocimiento,
ni el logro... ya lo ha conseguido todo.
El ermitaño es un hombre muy severo, autoritario, recio
y seguro de sí mismo. Ha vivido su vida consiguiendo obje-
tivos, uno tras otro. Ya descubrió el secreto del ser humano,
profundizó en él, viajó, obtuvo el éxito, dejó descendencia...
nada le es ajeno. Sin embargo, a pesar de vivir en la ermita
de la soledad y la autoridad sobre todos, la gran palabra
que domina a este estadio es ambición.
Su ambición no tiene límites. La sociedad ve al ermitaño
según sus ambiciones. Se dirige hacia un objetivo, y una vez
lo ha conseguido, busca el siguiente. Los consigue todos,
uno tras uno. Su ambición es de logro, de poder, de afilia-
ción. Cuando consigue su éxito, piensa en el siguiente allí,
en su ermita.
El ermitaño ya ha sido padre. Mientras que la madre vive
el apego con los hijos, él es autoritario, les guía, les da con-
sejos fríos, supone para ellos la gran figura masculina y a
respetar. Es la gran figura del padre monacal, él siempre co-
noce las razones y las causas, él siempre debe ser respetado
y obedecido, ya que posee todo el conocimiento.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Este estadio es un gran destino. Es el momento de nues-


tra vida donde nos enfrentamos con nuestro mayor enemi-
go, que no es otro que nosotros mismos y nuestra resisten-
cia a conseguir lo que ansiamos, a desarrollar el aspecto de
nuestra vida que necesita cultivo. El miedo debe vencerse
definitivamente en este estadio. Sin miedo, será posible la
libertad absoluta. Para vivir ajeno a todo desgaste, el ermita-
ño permanece en la montaña, solo, anclado en sus posesio-
nes y éxitos, y tan sólo baja a la ciudad para dar un nuevo
paso en busca de incrementar su estatus social.
El reconocimiento de la sociedad le es importante, sólo
si está relacionado con sus logros. Planea sus resultados a
largo plazo, ordena un plan, y paso a paso su éxito conse-
guido es un motivo de reconocimiento social. Le alaban en-
tonces por sus logros, no por su apariencia. Es profunda-
mente práctico. El gran pragmatismo de la tierra, el realis-
mo, el sustento, el dinero, los logros, en realidad, comienza
en esta fase. Es en este estadio cuando el dinero se consi-
gue, así como los logros. Es en realidad este padre el que
consigue los bienes materiales. El niño los disfruta. ¿Y
quién aprende a conservarlos? Sus propios hijos, cuando lle-
gan al estadio del los objetos, un aprendizaje que tiene lu-
gar a lo largo de toda nuestra vida. Es el ermitaño el que
consigue esos objetos.
La vida individual termina en él. Es el gran padre. ¿Qué
quedará después de sus éxitos? ¿Qué hay de aprendizaje tras
su madurez? ¿Cuál es el desarrollo que transforma al ser hu-

93
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

mano en forma total? El ermitaño permanece en la monta-


ña, ajeno a estas preguntas.
Su postura es formal, seria. Su actitud es decisiva, siem-
pre acordada con su previo plan de acción. Su agenda esta-
rá perfectamente planeada. El ermitaño carece de toda es-
pontaneidad. En ambientes confusos se siente perdido y ne-
cesita regresar a su orden. Su interés es cumplir sus objeti-
vos, y para ello debe continuar con su plan.
El viaje ya no le interesa. Expandir su conocimiento pue-
de hacerle perder un tiempo precioso para dar un paso más
en el camino hacia sus éxitos. Eso hay en su mente y cora-
zón: los éxitos, el reconocimiento, el poder. Su familia le
necesita. Ése es su pensamiento. Sin embargo, sus acciones
en realidad van dirigidas hacia él mismo. Su naturaleza es
práctica y sus emociones no están totalmente integradas.
Está profundamente centrado. Soluciona así el problema
del eterno nómada que busca el sentido de la existencia.

10º estadio: corrige el error de la expansión desmesurada


por el control del éxito seguro

El ermitaño parece estar destinado a morir en su monta-


ña. La transformación definitiva hacia el corazón de la con-
dición humana le aguarda.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Asociación con la Psicología

Este estadio tiene una asociación muy evidente con la


Psicología de la motivación. En la astrología, la motivación
se estudia en la casa 10, que corresponde a este estadio evo-
lutivo. Es la casa del medio cielo, que simboliza los éxitos
sociales, el trabajo, las motivaciones, aquel lugar donde con-
seguimos los mejores resultados materiales en nuestra vida.
Esta estadio entonces simboliza a la perfección a la motiva-
ción humana. En la psicología, la motivación se estudia de
manera clásica a través de teorías mecanicistas. Posterior-
mente, se estudiaron distintos tipos de motivación (logro,
poder, afiliación), en función del objetivo de cada persona.
En este estadio existen las tres tipos de motivaciones, aun-
que la de logro sea la más significativa.

En el zodiaco

Este estadio simboliza a Capricornio, energía de natura-


leza masculina y el gran padre del Zodiaco. Capricornio es
el signo cardinal de tierra, con lo cual, es el que comienza
la etapa materialista. Su ambición no es conservar los lo-
gros (ésta es la ambición de Tauro), sino el mero hecho de
conseguirlos. En la mitología griega está representado con
un carnero. Su planeta regente es Saturno, el planeta del
destino, el tiempo y las dudas. Este planeta ha sido descrito

95
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

en la astrología clásica como un astro maligno, severo, in-


flexible, el único con el que no puedes trabajar, tan sólo
aceptar sus maldades. Actualmente, la comprensión sobre
Saturno es mucho más profunda. Saturno es el planeta que
rige nuestro tiempo y etapas vitales en esta existencia, de
manera que representa también los retos vitales a los que
nos enfrentamos. Saturno nos confronta con nuestros mie-
dos con el objetivo de superarlos. Nos propone fases evolu-
tivas que debemos superar, ya que las estrategias del pasado
no nos resultan válidas. Saturno retorna a la misma posi-
ción donde estaba en el momento de nuestro nacimiento
cada 30 años. En ese momento (al cumplir los 30, así como
al cumplir los 60), suele decirse que Saturno regresa y nos
encomienda a juicio. Es un planeta belicoso, beligerante,
un difícil compañero de camino. Sin embargo, en su reto
inflexible, encontramos la salvación. Saturno es, en reali-
dad, el gran maestro de la evolución humana en la astrolo-
gía. Capricornio, por su parte, es el padre autoritario e in-
flexible del zodiaco.
Su casa es la 10. Es la casa del medio cielo, contraria al
Nadir (casa 4). Es la casa que determina el trabajo, dónde
encontramos éxitos sociales, motivación y logros. Esta casa
determina cuál es la imagen social que proyectamos. La so-
ciedad nos vería tal y como esta casa indica. La casa 1 (as-
cendente) indicaría cómo nos ve el otro en una relación in-
dividual, ya que es la proyección individual del Yo. La casa
10, por lo tanto, es la proyección social.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Su signo opuesto es Cáncer. Si Capricornio es el padre,


Cáncer es la madre. Si Capricornio vive en la montaña,
Cáncer vive en el mar. Capricornio es paternalista, da con-
sejos, ayuda con frialdad y mesura. Cáncer es maternalista,
protege, abraza, consuela. Capricornio vive en un constante
desapego y Cáncer es profundamente apegado. Ambos son
opuestos y, como siempre, profundamente compatibles, ya
que de ambos nace algo: el resto de las energías que nos
subyacen. Si Tauro y Escorpio son la pareja fértil y creado-
ra, Capricornio y Cáncer son la pareja familiar, el pragma-
tismo y la emotividad unidos en pro de la familia.

Su gran virtud es la ambición


Su gran error es el desapego emocional

Su frase es "Yo uso"

Lo que aprende y surge: el poder, los éxitos, la ambición,


el desapego, la soledad.

97
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

98
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

AHORA SOMOS NOSOTROS

El ser individual se queda en la montaña y su existencia


parece llegar a su fin. ¿Qué queda, si vivimos en la estática?
¿Qué es lo que surge en nosotros cuando nuestra vida es ru-
tina, un ciclo constante de hábitos, y nuestros pensamien-
tos y creencias son nuestras propias barreras? Llega enton-
ces la era de la revolución. Una tormenta de ideas, podero-
sa, agitada, invencible, destruye el paradigma de la vida que
desde niños hemos construido para revolucionar las ideas,
los valores, los principios, y abrazar el futuro como un ente
colectivo, una colmena de valores, curiosidad, revolución y
libertad.
El ser humano se funde entonces con el todo. Ya no es
uno, sino un nosotros. Todo lo que creíamos rígido en no-
sotros, se extingue. Nuestra visión de la vida, se apaga para
renacer. Una transformación colectiva, mucho más podero-

99
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

sa que el renacimiento del octavo estadio, tiene lugar en los


ideales y en el corazón del hombre. El intelecto ahora no es
una brisa, sino una tormenta. Los valores no son meros
principios que dependen del bienestar de los otros, sino
convicciones rotundas que ansían el bienestar colectivo. La
princesa rebelde destruye todos los mitos y paradigmas pre-
vios, se rebela, revoluciona sus cimientos, y tras los escom-
bros aparece renacida como un corazón global que engloba
a todos los seres humanos.
Este estadio, en realidad, es el último. El ser humano
abraza al fin su naturaleza esencial. Ya no somos ego, ni
nos importa manifestar, conseguir éxitos, expandir el cono-
cimiento, ser padre so madres. Ya no nos importa conti-
nuar un camino para averiguar qué somos, porque ya lo so-
mos. Una palabra clave es la verdad. Sabemos de nuestra
agitación, de nuestra curiosidad, de nuestra extravagancia, y
el arte fluye picassiano, las sinfonías desafían toda armonía
impuesta, la moda es exclusiva, incluso las relaciones se
construyen en base a la libertad, la independencia, el fluir
libre de unos seres auténticos que comparten.
La soledad y el éxito individual y no le resulta importan-
te. ¿Qué valor tiene, si no es compartido con un colectivo?
¿Qué sentido tiene la individualidad si no formamos parte
de un todo? Comprendemos entonces que no existe divi-
sión posible entre los humanos. Estamos conectados, tal y
como lo están las células de nuestro cuerpo y las partículas
subatómicas de cada porción de universo. A su vez, somos

100
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

vacío, somos puro vacío. Somos un entramado misterioso


de aire unido por la conciencia común.

11º estadio: se corrige el error de la individualidad por el


valor humano del colectivo

El amor ahora sí tiene un significado real. Es puro e in-


dependiente. No existen dependencias, necesidades, mate-
rialismos, ni se crean relaciones basadas en acuerdos, en
apegos, en impulsos afectivos. El amor es quien construye
esas relaciones, que fluyen a través de la libertad, la compa-
sión, el arrojo, la independencia y la autosuficiencia. En las
relaciones, compartimos todo. Porque somos un nosotros, y
la relación es con un todo. Ha llegado la fusión del cora-
zón, y ahora comprendemos.
Nuestra vida fluye entonces con extravagancia. Allá don-
de está esta energía, vivimos adelantados a nuestro tiempo.
La tecnología sirve ahora al ser humano, sin que el ser hu-
mano termine por ser un adicto necesitado de la tecnolo-
gía. El ser humano, ante todo, es libre. Libre de necesida-
des, apegos, costumbres, rutinas, viajes. No necesita nada,
porque dentro de sí lo tiene todo. Está completo y es un
ente común que derrama conocimiento y verdad.
La verdad y la libertad son sus armas. La autosuficiencia,
su camino. Nuestra mente es social y colectiva. Nos comu-
nicamos como sociedad, y el ego individual ha quedado

101
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

para siempre extinguido. Ya no hay máscaras, sino corazo-


nes descubiertos. Ya no existen filtros ni moldes ni miedos,
sino un torbellino humanitario que fluye libre y poderoso.
La revolución ha comenzado y somos libres dentro de ella.
Nada tiene sentido si no es novedoso. Critica, habla, dice
la verdad, incluso la grita. Su manifiesto es común, por el
colectivo y por los valores. Lo grita de manera novedosa, en
un altar. Las cadenas contra la libertad no existen. Somos
libres para transformar el pensamiento e incluso los senti-
mientos. Lo único que perdura en nuestro corazón es el va-
lor humanitario. No hacemos daño, sino que compartimos
beneficios. Hemos derrotado al fin a nuestro enemigo: el
individuo, necesitado, dependiente, anclado en sus creen-
cias. Encarcelado. Ahora somos libres, y el colectivo lo es
todo.

Asociación con la Psicología

Esta energía de la rueda evolutiva no encuentra una rama


concreta en la Psicología, salvo en algunos estudios de la
Psicología social, como las relaciones intergrupales e inter-
sociales. No obstante, la grandeza de este estadio es muy su-
perior a lo que la Psicología ha estudiado por ahora. La Psi-
cología humanista y sus postulados generales, incluso, pue-
den verse desbordadas ante la simbología del signo astroló-
gico que representa este estadio. La Psicología por ahora ha

102
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

estudiado al ser humano como un ente individual, y a la


hora de realizar generalizaciones se ha encontrado con in-
convenientes o con problemas en la praxis científica. Acua-
rio, el signo que corresponde a este estadio evolutivo, es
quizá demasiado innovador en su propia esencia para po-
der ser captado por la ortodoxia científica.

En el zodiaco

El estadio del colectivo está asociado con el signo Acua-


rio. Acuario es el signo fijo de aire, y sostiene el eje de la
rueda referido al intelecto, la mente, los valores y las ideas.
Es el único signo de todo el zodiaco que está representado
por un ser humano, en concreto una mujer que sostiene
una vasija, cuya agua derrama. Ese agua es el conocimiento,
que vierte sobre toda la humanidad. Suelen otorgarle natu-
raleza neutra, aunque también se le relaciona con ambas
naturalezas, la masculina por ser una energía expresiva y
positiva, y la femenina por estar asociado a valores huma-
nos y al existir un cierto servicialismo, pero siempre hacia
el colectivo. Acuario es el signo de la humanidad, el gran
signo de los seres humanos, de la sociedad, del humanismo.
Representa su estado de mayor evolución. Está regido por
Urano, planeta de las revoluciones, los cambios y la origi-
nalidad. Este planeta determina aquel lugar donde desafia-
mos el conocimiento común e impuesto, nos desafiamos, y

103
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

terminamos por rebelarnos para innovar y cambiar. Acua-


rio, como signo fijo de aire, es una gran tormenta de ideas.
Si Géminis era una leve brisa dual (es el signo mutable, y
por lo tanto el último de aire), y Libra comenzaba con una
brisa concentrada hacia el otro, Acuario es una gran tor-
menta de aire dirigida hacia todas las direcciones. Por esta
razón, esta energía es extravagante, dispersa, muy impredeci-
ble, misteriosa, innovadora, futurista. Está en relación cons-
tante con los nuevos avances y con la tecnología. Esta ener-
gía dictamina el futuro, pues allí donde tengamos este sig-
no, estaremos adelantados a nuestro tiempo. Acuario siem-
pre está adelantado a su tiempo, ya ha comprendido todo
lo que hay a su alrededor y busca constantemente la nove-
dad y la revolución. Su búsqueda de la libertad también es
incesante. Acuario, en sí mismo, es el símbolo de la liber-
tad. Su principal cualidad son los valores humanos y los
ideales, de donde parte todo. Es el signo del colectivo, del
nosotros antes que del yo o el tú. Es, por lo tanto, el signo
del ser humano en su más amplio espectro y esencia. A tra-
vés de estos valores, alcanza la libertad total, tanto como in-
dividuo como colectivo. Acuario agarra los conocimientos
y los destruye para, como un torbellino, volver a construir
conocimientos más humanos y revolucionarios. Es la gran
agitación de las ideas.
Su casa es la 11, la casa de los valores humanos, el colec-
tivo, los ideales y la amistad. Es una casa que determina de
qué forma nos relacionamos con nuestras amistades, con

104
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

los amplios grupos, o a partir de qué faceta de nuestra per-


sonalidad construimos los valores que nos guían. Es la casa
de la humanidad en su conjunto.
Su signo opuesto es Leo. Leo, el signo fijo de fuego, es
puro ego y manifestación individual. Acuario es el colecti-
vo y los valores orientados hacia la comunidad. No mani-
fiesta entonces individualismo. Leo es superficial, y Acua-
rio, aunque también lo es, tiene como meta la libertad y el
cumplimiento de los ideales comunes, más allá de la mera
expresión de la personalidad individual. Su gran dualidad y
complementariedad, la encuentran en que Leo puede dotar
a Acuario de cierta luz, le ayuda en su expresión individual,
enfoca su energía. La luz de Leo señala un camino para el
torbellino de ideas de Acuario. Si Leo está regido por el Sol,
descubrimos que Acuario es precisamente la constelación
con menos exposición a nuestra estrella. Debemos interpre-
tarla siempre como una energía común, de todos, libre, re-
volucionaria, innovadora y ante todo humana.

Su gran virtud es los valores


Su gran error es la pérdida de la individualidad

Su frase es "Yo sé"

Lo que aprende y surge: la libertad, los valores, los idea-

105
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

les, la extravagancia, la disipación.

106
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

MÁS ALLÁ DE LA RUEDA

La evolución ya ha terminado. El ser humano nació en la


niñez impulsiva y guiada por la acción. Su karma afecta a
la siguiente etapa, que aprende del error de las pérdidas. La
conservación da paso al intelecto, que aprende del error del
camino único y estable. Los sentimientos fluyen, se apegan
y muestran el camino de la humanidad para los pensa-
mientos fríos. La vida en el otro sucumbe ante la expresión
viva y llameante del Yo individual. Llega entonces el orden,
la organización en nuestros días. Nos reflejamos en el otro,
aprendemos de las relaciones, nos expandimos, crecemos.
Llega a nuestras vidas la prudencia. Vivimos con ideas,
emociones, y llega el momento de la transformación hacia
un estadio superior. Nos purificamos profundamente. Re-
nacemos como nuevos seres y expandimos nuestro conoci-
miento, como niños nuevos, renacidos, pero ya sabios, muy
sabios. Alcanzamos el éxito y nos retiramos, y es entonces,

107
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

sólo entonces, cuando descubrimos que nuestra naturaleza


aún debe revolucionarse hasta abrazar su única esencia, la
que nunca debió ser olvidada: la libertad, el colectivo, los
valores, la gran idea que supone la humanidad. La filantro-
pía colectiva es nuestro camino. Y entonces parece que todo
está hecho y llega la real muerte. Una muerte que no es
más que un cambio. Una muerte que supone un paso de la
vida material a un mundo invisible, oscuro, espiritual,
como el fondo de los océanos. Surge entonces el espíritu.
Allá donde intuimos profundamente, se encuentra esta
energía. Allá donde nuestra comprensión emocional es má-
xima, pues ya lo sabemos todo, se encuentra este poder,
más allá del materialismo, como puente hacia otro mundo
desconocido y etéreo. Es la energía de los sueños, la imagi-
nación, los mundos invisibles, las palabras que nunca pue-
den ser pronunciadas, la esotérica y la materia oscura. Es
allí, realmente, donde todos terminamos por ser un océano
emotivo, profundo e invisible, donde está Dios, alejado de
toda conciencia pasada, imposible de definir según nuestra
mentalidad o emociones meramente humanas.
La rueda evolutiva termina cuando el ser humano es un
colectivo, y continúa de manera cíclica cuando contacta-
mos con las energías que no proceden de este mundo. Es
un puente perfecto de comprensión, dispersión, oscuridad.
Es el puente que une a ese colectivo, y al resto de energías
dispersas en nuestro interior, con el niño que viene de vuel-
ta. Es también un escape hacia mundos de ensoñación. Es

108
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

una breve fisura en la perfección de la rueda, desde donde


se escapa nuestro espíritu y fluye entre el conocimiento di-
vino.

12º estadio: corrige la pertenencia del colectivo a este


mundo y se dispersa hacia el más allá

Es también la muerte total. Una muerte necesaria, como


ya ocurrió con la etapa del renacimiento, íntima compañe-
ra de ésta. Tras esta muerte, toda energía renace de nuevo en
el niño. Ese niño no tiene conocimientos, ni experiencia.
Por esa razón siente tanto impulso por conocerlo todo. Su
única herramienta es la acción, y explora hasta conquistar.
Muere la rueda y comienza con un nuevo niño.

Asociación con la Psicología

En el caso de este estadio evolutivo no hay ningún tipo


de asociación, ya que hablamos de una fase que va más allá
de la experiencia terrenal. Forma parte entonces de los estu-
dios de las ciencias ocultas o esotéricas, no de la Psicología,
una ciencia que investiga según un método científico y de-
pendiente de las contingencias que encuentra en el entorno
material. Esta fase se encuentra entonces asociada a cual-
quier tipo de ciencia oculta. El único lugar donde podría-

109
La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

mos encontrar asociaciones es en diversos trastornos basa-


dos en conductas compulsivas, debido a la naturaleza dis-
persa de este estadio, que se deja llevar por la inercia. Tras-
tornos alimentarios, compulsiones, parafilias sexuales, o in-
cluso trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia o de-
mencias seniles como el Alzheimer, tienen cierta relación
con esta energía descrita por la astrología.

En el zodiaco

La última fase en el zodiaco se corresponde con Piscis, el


signo mutable de agua, y el último estadio de la rueda evo-
lutiva. En realidad, podríamos considerar a Piscis un signo
anexo, que va más allá de esa rueda de evolución humana,
ya que su naturaleza no es terrenal, sino que ya vive en otro
plano de la existencia. Es el puente que comunica al mun-
do físico con el mundo espiritual. Si los signos de tierra
causan oposición con los de agua (pragmatismo-emociones)
y los de aire con el fuego (intelecto-acción), Piscis es la rup-
tura absoluta con todo materialismo. Su gran clave es la
profundidad emocional. Su clave es la trascendencia, tam-
bién en las emociones. Está profundamente relacionado
con el sufrimiento humano. Piscis se describe en la mitolo-
gía griega como peces, debido a que transita en las zonas
abisales de nuestros océanos, donde la luz no llega, donde
no podemos investigar. Por esta razón Piscis es el signo de

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

lo oculto, del misticismo, del más allá, de los poderes extra-


sensoriales. Está regido por el planeta Neptuno, que porta
el significado de la trascendencia, aunque tradicionalmente
también estuvo regido por Júpiter. Piscis, al ser el último
estadio de la rueda, tiene como gran virtud la compren-
sión. Su comprensión emocional sobre lo que le ocurre al
resto de seres, más allá de la intelectual, es total, profunda y
sabia. Sin embargo, es en Piscis, debido a su dispersión (no
encuentra un lugar concreto en este mundo, sino que está
desprendido de la realidad material y transita entre mundos
oscuros y no materiales), en Piscis también se encuentra la
maldad, el morbo, la magia negra. Vive en el mundo de los
sueños, la fantasía, atrapado en sus propios pensamientos y
emociones. Allá donde tengamos Piscis, tenemos una eleva-
ción del espíritu, una conciencia superior, también una dis-
persión y pérdida. Piscis sólo se encuentra cuando abando-
na este mundo material; es decir, cuando la rueda se extin-
gue y el ser humano muere. Por esta razón. Piscis significa
también la muerte y la cárcel. Al estar atrapado en su mun-
do oscuro, en el zodiaco encontrar una posición en Piscis o
en una casa 12 significa que la persona está fuertemente
bloqueada por esas energías, y por lo tanto, es el área de su
vida que más debe trabajar para trascender. Piscis supone la
gran trascendencia, porque su comprensión exige trascen-
der este mundo terrenal. Piscis es como un anzuelo, un cor-
dón invisible, entre este mundo y los otros. Piscis nos da la
capacidad para definitivamente iluminarnos, y por lo con-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

trario, regresar al niño (Aries) en un proceso de Samsara.


Su casa es la 12, la casa de la espiritualidad, la cárcel, los
bloqueos, también la elevación del corazón, la conciencia y
el espíritu. En esta casa es donde se disuelven los proble-
mas. Aparentemente, esta casa indica el área de la vida don-
de la persona está atrapada, pero precisamente a través de
ese misticismo oscuro, el problema termina por disolverse.
Es necesario el valor para afrontar, en lugar de la evasión o
la reformulación del problema (o incluso su resignación
como falsa aceptación). Las fuerzas de esta casa siempre se
expresarán de manera invisible. En esta casa también se di-
suelven los intereses materialistas y terrenales.
Su signo opuesto es Virgo. Virgo es un signo también
mutable de tierra. Es el que se mueve en el orden, el prag-
matismo, pero ya está orientado hacia el mundo servicial de
las emociones. Virgo es puro orden y concentración detallis-
ta, mientras que Piscis se encuentra disperso, perdido, en
un mundo de caos donde los días y las noches no tienen
diferencia ni sentido. Ambos signos forman también un
eje, donde se retroalimentan y compactan. Piscis da a Virgo
un mayor sentido emocional a su vida, una trascendencia
máxima donde antes sólo había detalles superficiales. Virgo
ayuda a Piscis a ordenar su entorno caótico.

Su gran virtud es la comprensión


Su gran error es la dispersión

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Su frase es "Yo creo"

Lo que aprende y surge: la comprensión, el conocimien-


to emocional, el misticismo, la conexión con otro plano de
existencia, la dispersión, la maldad.

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EPÍLOGO

Esta descripción de la rueda zodiacal ha sido un ejercicio


para mostrar el significado evolutivo de dicha rueda, más
allá de la mera descripción de cada signo individual. Nos
encontramos así con un conocimiento profundo, ante todo
muy amplio y complejo, que abre las vías del autoconoci-
miento a cualquier persona. Las virtudes de la astrología
son infinitas y nuestro mundo moderno las necesita para
comprenderse, más allá de la falsedad y fraude que supone
el uso que ciertos impostores hacen de la astrología, ven-
diéndola como una ciencia esotérica de adivinación o cate-
gorizando a cada persona según su signo solar, como si se
tratara de un sello impuesto y rígido. Esto supone una
identificación con el Ego, y es un objetivo muy alejado de
la auténtica Astrología. La Psicología científica, debido a su
corta vida, no ha podido profundizar en esta evolución
como la astrología, si bien es cierto que la Psicología sigue
un método científico y la astrología no, al tratarse de una
ciencia esotérica y simbólica, de naturaleza artística y místi-
ca, no limitada por una praxis científica convencional.
Es importante conocer que a la hora de levantar una car-
ta natal de una persona determinada, estos doce signos se
encuentran ubicados en diferentes planetas y posiciones, y
a su vez, las doce casas se enfocan hacia esos planetas o po-

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

siciones. También, cada casa está asociada con un signo en


concreto en función del horario del nacimiento. Si calcula-
mos las permutaciones que resultan, además del efecto de
las complejísimas relaciones geométricas entre los planetas
y sus significados (en cuadraturas, trígonos, conjunciones,
oposiciones), nos encontramos con que la mera lectura de
una carta natal es un ejercicio infinito, complejísimo, que
arroja sobre la persona una cantidad tal de conocimiento
que su estudio completo en un tiempo breve se hace impo-
sible. Cuando nos referimos a las doce casas, es cuando en-
contramos ese patrón evolutivo.
La astrología es entonces la ciencia esotérica que propor-
ciona un juego de autoconocimiento de máxima compleji-
dad, valor artístico y a la vez profundidad. El principal
mensaje de este libro, es que las personas no son un signo,
sino que los portan todos a lo largo de su vida, en algún lu-
gar de su personalidad y mente. Somos seres completos y la
evolución total está en cada uno de nosotros. Esos estadios
nos esperan, para ser vividos y posteriormente superados.
La rueda, en realidad, nunca termina de girar.

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La Rueda Evolutiva del Zodiaco – Rubén Camacho Zumaquero

Soy, actúo y consigo da paso a tengo.


Tengo, conservo y sustento da paso a pienso.
Pienso, fluyo y hablo da paso a siento.
Siento, me apego y protejo da paso a seré.
Seré, expreso y manifiesto da paso a analizo.
Analizo, ordeno y organizo da paso a equilibro.
Equilibro, acuerdo y respeto da paso a deseo.
Deseo, profundizo y transformo da paso a veo.
Veo, me expando y amplío da paso a uso.
Uso, gano y albergo da paso a sé.
Sé, revoluciono y digo da paso a creo.
Creo, comprendo y muero da paso a Soy.

FIN

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