En esta época se puede ver la inestabilidad social y política por la transición tras varios

momentos muy relevantes como el fin de la restauración, el golpe de estado y la dictadura de

Primo de Rivera y el comienzo de la guerra Civil. Llega a ser una de las etapas más fructíferas
siendo llamada la “Edad de plata”, llega a convivir con varias generaciones como la del 98, 14 y
27. Aun si la novela y la poesía tenían gran nivel el teatro tenia uno mayor. Este estuvo
marcado por el interés comercial de la burguesía y el de los empresarios teatrales, mostrando
grandes limitaciones ideológicas y gran rechazo a la innovación. Llegan a haber varias formas
del teatro. Una de ellas que es la que llegaba a triunfar, era repetitivo poco arriesgado y
acrítico dirigido a los burgueses. Frente a él el teatro innovador de calidad que solo encontró
lugar en salas minoritarias y el rechazo del gran público, menos el teatro lorquiano.

Jacinto Benavente representante de la comedia burguesa, hace dramas bien construidos de

diálogos ágiles, pero acrítico, aunque muestra las costumbres de la burguesía. Gana un gran
éxito con obras como Los intereses creados y La malquerida, además gana el premio nobel de
la literatura.

Otra forma fue el teatro poético, dramas escritos en verso pensado para un publico deseoso
de escenas lacrimógenas y asuntos patrióticos, que esperaban la escena de actores famosos.
Géneros como la tragedia histórica pertenecían a él. Autores como Eduardo Marquina, Las
hijas del Cid o Francisco Villaespesa, Aben Humeya.

El género cómico, costumbrista y sainetes en la mayoría de los casos. Carlos Arniches, aun con
obras como La señorita de Trevelez, fue famoso por sus sainetes con un casticismo postizo
donde triunfa la bondad. “Atascan” piezas donde se solo se busca el chiste. El mayor
representante es Pedro Muñoz Seca, Venganza de don Mendo que se sigue representando. Los
hermanos Álvarez Quinteros, que llevaron la escena a la Andalucía tópica los problemas
sentimentales.

El género innovador con los autores de la generación del 98 como Azorín con su teatro
surrealista (Lo invisible) y Unamuno (Fedra, El otro, donde este último trata de con un
problema de personalidad) escribieron sobre España y el ser humano, pero no obtuvieron el
favor del publico que consideraba el teatro como entretenimiento no un medio de reflexionar
sobre realidades complejas.

Ramon María Valle Inclán con un teatro posterior a su época tuvo poca popularidad, aunque
ahora es uno de los más valorados. Empezó con dramas de corte modernista, El Marqués de
Bradomín, después pasa a un teatro ambientado en su Galicia natal, en el que presenta un
mundo dominado por la irracionalidad, la violencia y las pasiones humanas, construyendo el
ciclo mítico, donde dibuja la sociedad arcaica y ancestral en el que la magia y la superstición
están presentes. Las comedias bárbaras y divinas palabras. Su esperpento, que a través de la
deformación sistemática de la realidad y de los personajes ofrece una visión critica de la
sociedad y de la condición humana. Se usan recursos como la caricaturización, la degradación y
la animalización de las personas para demostrar la flaqueza humana y crueldad social; como
Luces de bohemia, en ella Max Estrella, un poeta ciego, pero sensible a la injusticia que le
rodea, visita ambientes que recrean la sociedad española. También escribió teatro breve y
farsas, piezas cómicas influidas por formas como el guiñol, planteando un visón critica de la
realidad a partir de elementos carnavalescos y paródicos obras como Farsa y licencia de la
Reina castiza, parodia de la corte isabelina
En el teatro de vanguardias con autores como: Jacinto Grau, El señor Pigmalión y Ramon
Gómez de la Serna, Los medios seres, que intentan renovar el teatro a partir de la influencia
del expresionismo y el simbolismo.

La generación del 27 con autores como Alberti que escribió obras de carácter neopopular, La
pájara pinta, surrealista, El hombre Deshabilitado, o de intención social, Fermín Galán.
Federico García Lorca, que como autor tuvo una gran labor con la compañía de teatro La
Barraca, consigue un teatro poético, transgresor y contemporáneo sin descuidar la tensión
dramática, la profundidad de los personajes y la combinación de prosa y verso (usado en los
momentos más intensos o en canciones populares o escena liricas, creando un intenso clima
dramático con fuertes connotaciones sentimentales). Su comienzo fue difícil, empezó con una
primera etapa simbolista con obras como, El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda. Este
ultimo es un drama histórico centrado en la figura de una heroína liberal. También escribió
farsas para guiñol y para actores que tiene como tema principal el amor desigual entre una
mujer joven y un hombre mayor y la condena del autoritarismo, combina el humor mediante la
caricaturización de los personajes y la deformación de ambientes con la expresión poética con
obras como La zapatera prodigiosa (farsa para personas), El retabillo de don Cristóbal (farsa
para guiñol). Con la farsa pretende mostrar lo grotesco de ciertas pasiones humanas. Con su
teatro surrealista tampoco consigue el favor del público, con obras las cual denomina “teatro
imposible”, El público, Así que pasen cinco años y Comedia sin título. Consigue la fama con tres
tragedias cercanas al drama rural, cuyo eje central es una mujer que se enfrenta a un medio
hostil. Temas como la libertad y la identidad llevan a un final desgraciado. Dominan la acción,
el amor y la muerte. Se usa un lenguaje poético lleno de símbolos como la luna el, agua y el
caballo. Bodas de sangre, donde la novia abandona al novio y huye con su antiguo
pretendiente, el duelo entre ambos los lleva a la muerte. Yerma trata de una mujer estéril la
cual mata a su marido. La casa de Bernarda Alba, el cual representa el choque entre el
autoritarismo de Bernarda alba, que impone un luto de cinco años tras morir si segundo
marido y el deseo de libertad de sus 5 hijas, el ella se muestra una sociedad rural hipócrita y
cruel.

Miguel Hernández cultivo un teatro social. Alejandro Casona, hace un teatro poético y
simbólico se desarrolla después de la guerra civil, pero en 1934 estrena La sirena varada y
contribuye a la difusión del teatro clásico como director del Teatro del Pueblo de las misiones
Pedagógicas. Max Hub escribe comedias vanguardistas cuyo tema central es la incapacidad del
ser humando de comunicarse y de comprenderse a si mismos y al mundo que los rodea.
Enrique Jardiel Poncela que escribe Usted tiene ojos de mujer fatal. Miguel Miura escribe tres
sombreros de copa

El desastre de la guerra civil, la censura y duras condiciones de vida llegaron tras la posguerra
arruinando los intentos innovadores del teatro.