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AUTOR:
Nombre: Richards Rogers, (1933)
En 1996 pasó a formar parte de la Casa de los Lores, con el título de “Lord Rogers of
Riverside”. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios y
reconocimientos, siendo laureado en el 2007 con el mayor galardón otorgado a un
arquitecto, el Premio Pritzker.
CONTEXTO HISTÓRICO:
Este libro, escrito en el 2003, está enmarcado en la era de la información digital y
evolución tecnológica. Ya los habitantes estaban a unos pequeños pasos virtuales de
cualquier lugar del mundo, sin importar lo lejos que estuvieran geográficamente, o
hablaran el mismo idioma. Por eso el autor habla de un <<mundo pequeño>>, al
menos virtualmente hablando.
SÍNTESIS:
Rogers hace un compendio de las estrategias para convertir las ciudades difusas que
de momento a otro sufrieron una gran expansión -p.e. Londres-, en ciudades
compactas y sostenibles donde la belleza y la función se complementen de manera tal
que no se pueda percibir la diferencia entre ambas: donde las formas tanto en los
edificios, así como en la misma ciudad en sí, ad ayuden a reducir el gasto de energía y
recursos.
RESUMEN:
Cáp. 1 la Cultura de las Ciudades:
Es impactante la belleza de la Tierra de eso no hay duda, pero también lo es su
fragilidad; en nuestra búsqueda de nuestro bienestar, estamos destruyendo
progresivamente todos los elementos que mantienen nuestra vida. Para la
supervivencia de nuestra sociedad se ha dependido siempre de un equilibrio entre lo
que es población, recursos y medio ambiente; obviar este principio solo llevaría a
graves consecuencias, una expansión global, agotamiento de los recursos naturales y
erosión del medio ambiente.
Para prevenir este inminente daño se debe de aplicar un principio preventivo para
asegurar las medidas de supervivencia de las especies de nuestro planeta.
Principalmente son nuestras ciudades las que están provocando esta crisis, con el
pasar de los años se va incrementando cada vez más la población urbana, llevando
con ello a la precariedad de los modelos de habitabilidad y al mismo tiempo el grado
de erosión y contaminación.
Es paradójico que el habitad de la humanidad, las ciudades; sea el mayor destructor
del ecosistema y la mayor amenaza para la supervivencia del hombre en el planeta.
Vivir en ciudades no tiene que significar llevar la civilización a la autodestrucción, para
ello la arquitectura y la planificación urbana pueden evolucionar para aportar
herramientas que lleven a salvar nuestro futuro, creando ciudades que produzcan
entornos sostenibles y civilizadores. Las ciudades futuras pueden ser un acceso para
restaurar la armonía perdida entre la humanidad y su medio. Como medida para esto,
se debe de aplicar tres factores fundamentales:
1. Ampliar la conciencia ecológica.
2. Expandir la tecnología de comunicaciones y,
3. la producción automatizada.
CRÍTICA:
El autor propone un modelo de desarrollo para las ciudades, y este lo sustenta en base
a proyectos ejemplares de su propio ejercicio profesional o de colegas. Las propuestas
y apreciaciones que hace son muy adelantadas para su época, e incluso hoy en día es
muy inspirador para tener una pautas sobre el modelo de desarrollo urbano que
tenemos que asumir para mejorar las condiciones de vida de la mayoría de población
del mundo que vive en condiciones inaceptables; además de garantizar nuestra
supervivencia como especie en el planeta.
Por esto pienso que es un libro que según sus expectativas, las cumple
magistralmente. Es más, lo hace de una manera breve y suscinta, pero sin perder tanto
la profundidad, como la validez de sus afirmaciones y pensamiento.