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Nombre:

Claudia Guísela Paola Aguilar Hernández

Carne:
201840446

Lic. Nancy Liseth López Escobar


La situación de la familia es crítica en Guatemala

La familia es reconocida por la legislación como el punto fundamental en la


sociedad, pero en estos tiempos se encuentra en proceso de deterioro, debido a
factores como el divorcio, la migración, la violencia, la pérdida de valores y la falta
de cobertura en los servicios básicos.
 Esto se pudo constatar luego de un sondeo que hizo Prensa Libre con psicólogos,
sociólogos y religiosos, en el marco de la celebración del Día Internacional de la
Familia, el 15 de mayo.
La situación es alarmante y el futuro cercano promete poco, ya que actualmente,
seis de cada 10 parejas se divorcian antes de los cinco años, siete de cada 10
adolescentes tienen actividad sexual antes de los 18 años, cuatro de cada 10
familias son funcionales y tres de cada 10 mujeres sufren de violencia intrafamiliar,
de acuerdo con un comunicado del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef).
Según Alejandro Urízar, de Acción Ciudadana, los dos principales flagelos de la
familia guatemalteca son el divorcio y la falta de cobertura de servicios básicos.
Datos del Organismo Judicial refieren que para septiembre del año pasado se
contabilizaban más de cinco mil casos de divorcio y separación.
Urízar expone que el auge de la disolución del matrimonio es provocado por la
violencia intrafamiliar y la limitación de recursos económicos.
El otro punto se basa en la falta de cobertura médica y de educación en el país, lo
cual, de acuerdo con Urízar, es alarmante, ya que el futuro del país “no se está
educando ni atendiendo”.
El sociólogo subraya que “cuando la sociedad no abre las oportunidades de
superación, se frena el desarrollo colectivo y se rompe el tejido social”.
Problemas latentes
Édgar Montúfar, sociólogo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(Flacso), explica que la pobreza y la constante migración de guatemaltecos hacia
Estados Unidos fragmentan los lazos familiares.
En el comunicado de Unicef se resalta que la pobreza se evidencia en las niñas y
niños que deambulan por las calles y el incremento del trabajo infantil en los
últimos años.
Respecto de la migración, actualmente residen en Estados Unidos más de un
millón de guatemaltecos.
En la mayoría de los casos, los niños que se quedan en el país son cuidados por
el padre o la madre que se queda, los tíos o los abuelos.
“Cuando falta uno de los dos se rompen los lazos familiares y no hay manera de
unirlos”, añade el psicólogo.
Montúfar hace un análisis extenso sobre la familia en cada estrato social,
partiendo desde la clase baja hasta la más pudiente del país.
La constante es el debilitamiento de la familia funcional y la amenaza de la
violencia en todos los estratos.
Julio e Ileana de Antillón, matrimonio coordinador de la Comisión de la Pastoral
Familiar de la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG), exponen que las
familias guatemaltecas se ven influenciadas por los medios de comunicación que
“constantemente presentan modelos ajenos a nuestra cultura y que los jóvenes
tienden a imitar”.
Darío Pérez, presidente de la Alianza Evangélica de Guatemala, dice que en
términos generales observan “una decadencia de los valores éticos y morales
dentro de las familias, los cuales se trasladan a toda la Nación”.
Los consultados coinciden en que el núcleo social se corrompe a pasos
acelerados, y por ello muchos niños crecen sin valores y desorientados. Afirman
que la actitud del Estado respecto de políticas públicas, educación y salud es
trascendental para que la familia guatemalteca se mantenga unida y genere el
desarrollo que el país necesita de manera urgente.
El derecho a llevar una vida económicamente digna
Si bien es cierto que el bienestar de la población tiene la potencialidad de mejorar,
con tasas positivas de crecimiento económico y sostenible, su generalización en la
población expuesta a mayor vulnerabilidad de- pende de la magnitud de la
reducción de la pobreza que a su vez está ligada con la distribución del ingreso y
los recursos, sujetos a cambios a lo largo del tiempo.
Al descomponer el PIB por el lado de los ingresos es posible determinar cómo se
distribuye la riqueza pro- ducida y se hace evidente una distribución desigual. Esta
desigualdad se observa de manera diferenciada en la población, por razones de
sexo, edad, origen étnico, residencia; lo que genera un impacto negativo en las
condiciones de vida, específicamente de mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y
habitantes del área rural.
Según el Banco de Guatemala, durante el período 2005-2011, se generó una
mayor concentración de los in- gresos.15 La remuneración de los asalariados se
redujo de 31.9% a 30.0%, mientras que el excedente de explo- tación bruto
aumentó más que la pérdida sufrida por los salarios, la cual de 39.1% pasó a
representar 41.4%. Esa distribución desigual del producto ha incidido en que el
coeficiente de Gini se haya mantenido con muy pocas variaciones en los últimos
años, 0.57. Según el PNUD, en el país se produce una pérdida del 35% en el
Índice de Desarrollo Humano debido a que la desigualdad y la diferencia entre el
quintil más pobre y el más rico asciende a 21 veces.16

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