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1
Bonder, Gloria. “Género y subjetividad: avatares de una relación no evidente”. En: Montecino,
Sonia y Obach, Alexandra (comps.). Género y Epistemología: Mujeres y Disciplinas. Chile: Programa
Interdisciplinario de Estudios de Género; Universidad de Chile, 1998. P. 10
2
Brown, Wendy. “Lo que se pierde con los derechos”. En: Wendy Brown y Patricia Williams. La
Crítica a los Derechos. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2003. Pp. 82-83; Pp. 123 y ss.
El género como concepto, refiere a una determinada construcción social y cultural,
un efecto performativo de actos reiterados, por lo que no se le debe interpretar
como una identidad estable, sino como una identidad débilmente construida sobre
la ilusión de un yo que termina por aludir a categorías vacías que no describen
nada. Se trata, por tanto, de enunciados performativos que responden a estructuras
heterocentradas y normativas. El carácter fijo o libre que asuman el género o el
sexo está siempre en función de un discurso que intenta limitar el análisis o
defender determinados principios como suposiciones para cualquier análisis. 3
por un lado, las que afirman que el género es una característica secundaria de
las personas, y por otro, las que sostienen que la noción misma de persona
situada en el lenguaje como un «sujeto» es una construcción y una
prerrogativa masculinistas que en realidad niegan la posibilidad estructural y
semántica de un género femenino.5
Considerar el género como reflejo de una categoría creada para designar cuerpos
anatómicamente diferenciados suele, de acuerdo con lo expresado por Butler,
conducir a considerar que dichos cuerpos son receptores pasivos de una ley
cultural inevitable, ser mujer o ser hombre. Sin embargo, Simone de Beauvoir
señala que el género se construye y se adopta bajo el imperativo cultural de
3
Butler, Judith. Lenguaje, Poder e Identidad. España: Editorial Síntesis, 1997. Pp. 12-13
4
Segato, Rita Laura. Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología,
el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2003. Pp. 56-
57
5
Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós,
2007. P. 62
hacerlo, y esta obligación no tiene relación alguna con el sexo. De acuerdo con su
planteamiento, el cuerpo es una situación y se interpreta de acuerdo con
parámetros culturales; en ello consiste ser, en presentarse de una determinada
forma6.
6
Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós,
2007. Pp. 56-58
7
Al respecto se puede consultar el texto de De Lauretis, Teresa. “Gender identities and bad habits”.
En: Identidad de género vs. Identidad sexual. Actas del IV Congreso Estatal Isonomía sobre Identidad
de Género vs. Identidad Sexual. España: Fundación Isonomía; Universitat Jaume, 2008.
8
Espinosa Miñoso, Yuderkys. ¿Hasta dónde nos sirven las identidades? Agencia Latinoamericana de
Información, ALAI. [En línea] 11 de noviembre de 1999. P. 4 https://www.alainet.org/es/active/557.
9
Alvarado, Mariana. “Epistemologías feministas latinoamericanas: un cruce en el camino junto-a-otras pero
no-junto-a-todas”. En: Religación. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades Vol. 1 no. 3. Quito: Clacso,
julio-septiembre de 2016. Pp. 12 y ss.
clasificando de mayor a menor grado de representatividad de acuerdo al contexto
que se trate y las negociaciones internas”10.
Gayle Rubin señalo la matriz sexo-género como una matriz heterosexual del
pensamiento universal13. Esta matriz separa la dimensión biológica del sexo
orgánico o anatómico, de la dimensión simbólica, asumiendo un valor
determinado de acuerdo con el lugar que ocupan en la estructura de relaciones
sociales, pero al mismo tiempo separa el plano biológico de la dimensión cultural
del género, la cual esta mediada por los contenidos relativos a la tradición. 14 En tal
sentido, se hace corresponder una serie de valores tales como la ciencia, la razón, la
10
Espinosa-Miñoso, Yuderkys. “A una década de la performatividad: De presunciones erróneas y
malos entendidos”. Otras Miradas, Vol. 3, No 1, Venezuela: junio de 2003. P. 33
11
Cook, Rebecca y Cusack, Simone. Estereotipos de género. Perspectivas legales transnacionales. Bogotá:
Profamilia, 1999. P. 21.
12
Butler, Judith. El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós,
2007. Pp. 58-59
13
Gayle, Rubin. “The Traffic in Women: Notes on the 'Political Economy' of Sex”, en: Reiter, Rayna
(Org.). Toward an Anthropology of Women. Nueva York: Monthly Review Press, 1975. Citado en:
Segato, Rita Laura. Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología,
el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes, 2003.
14
Segato, Rita Laura. Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes,
2003. P. 63.
lógica y la practicidad a los hombres, mientras a las mujeres se asocia la estética, la
sensibilidad, la intuición y la impredecibilidad.
Así, la diferencia sexual se constituye a partir del código binario hombre – mujer
del sujeto falogocéntrico, en la que se asumen jerarquías en virtud de relaciones de
poder y subordinación15. El género es el efecto de una organización patriarcal de la
sexualidad como dominación masculina y sumisión femenina que se manifiesta a
través de la apropiación y violación de la sexualidad femenina. De esta forma, el
acoso sexual, la violación, el maltrato y la pornografía aparecen como fenómenos
que reducen a las personas a ser mujeres, es decir, interpelan a las mujeres en tanto
mujeres entendidas en los términos de la subordinación a lo masculino. 16
15
Braidotti, Rosi. Metamorfosis. Hacia una teoría materialista del devenir. Madrid: Akal, 2005. P. 26 y ss.
16
Brown, Wendy. “Lo que se pierde con los derechos”. En: Brown, Wendy y Williams, Patricia. La
Crítica a los Derechos. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2003. P. 136.
17
Rubin, Gayle. “Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad”, en:
Vance, Carole. Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina. Madrid: Revolución, 1989. P. 183.
este proceso las que marcan un espacio en el cual la fuerza de la ley
reguladora puede volverse contra sí misma y producir rearticulaciones
que pongan en tela de juicio la fuerza hegemónica de esas mismas leyes
reguladoras”18
El deseo surge entonces, en el campo del Otro, como una manifestación del
inconsciente que se configura a través de una relación dialéctica con los deseos que
se supone tienen otros o con el contexto social en el que se han desarrollado los
parámetros de lo aceptable y de las identidades mismas. Es así como la
diferenciación sexual como el deseo son construcciones sociales que se
materializan en el lenguaje y gracias a prácticas normalizadas y reiteradas en
cuanto normas20.
18
Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Buenos
Aires: Paidós, 2002. P. 19.
19
De Lauretis, Teresa. “Gender identities and bad habits”. En: Identidad de género vs. Identidad sexual.
Actas del IV Congreso Estatal Isonomía sobre Identidad de Género vs. Identidad Sexual. España:
Fundación Isonomía; Universitat Jaume, 2008. P. 18.
20
Barrionuevo, J. & Sánchez, M. Deseo, deseo del otro y fantasma. Buenos Aires: Universidad de
Buenos Aires, 2013. P. 4.
21
Segato, Rita Laura. Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes,
2003. P. 78.
El esencialismo sexual que considera el sexo como algo inmutable, asocial y
transhistórico se evidencia entonces como una corriente limitada que no explica la
construcción de los deseos en tanto prácticas sociales históricamente determinadas
que no necesariamente coinciden con las delimitaciones biológicas preexistentes.
En este aspecto, autores como Michel Foucault han señalado los aspectos de la
organización social generadores de sexo que producen sexualidades nuevas y, a su
vez, determinan las rupturas entre los sistemas de sexualidad. 22
22
Foucault, Michel. Historia de la sexualidad. Madrid: Siglo XXI Editores, 1980. Citado en: Rubin,
Gayle. “Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad”, en: Vance,
Carole. Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina. Madrid: Revolución, 1989. P. 131-132.
Referencias
Brown, Wendy. “Lo que se pierde con los derechos”. En: Wendy Brown y Patricia
Williams. La Crítica a los Derechos. Bogotá: Universidad de Los Andes, 2003. págs.
77-143.
Braidotti, Rosi. Metamorfosis. Hacia una teoría materialista del devenir. Madrid: Akal,
2005.
Butler, Judith. Cuerpos que importan. Sobre los límites materiales y discursivos del
“sexo”. Buenos Aires: Paidós, 2002.
De Lauretis, Teresa. “Gender identities and bad habits”. En: Identidad de género vs.
Identidad sexual. Actas del IV Congreso Estatal Isonomía sobre Identidad de Género
vs. Identidad Sexual. España: Fundación Isonomía; Universitat Jaume, 2008. págs.
13-23.
Espinosa Miñoso, Yuderkys. ¿Hasta dónde nos sirven las identidades? Agencia
Latinoamericana de Información, ALAI. [En línea] 11 de noviembre de 1999.
https://www.alainet.org/es/active/557.
Segato, Rita Laura. Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género
entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires:
Universidad Nacional de Quilmes, 2003.