“CONCEBIR A LA ARQUITECTURA COMO EL ARTE Y CIENCIA DE CREAR ESPACIOS HABITABLES PARA EL SER HUMANO”
Por Varios Autores
PRESENTA:
Corona Verdugo Roberto
01156287
Mexicali B.C. 13 de marzo de 2020
Aunque los medios principales en los que se representa la Arquitectura, puedan consistir en muros, columnas, puertas, techos y demás elementos arquitectónicos constructivos, su fin y su objetivo final es crear y construir espacios con sentido donde los seres humanos puedan desarrollar todo tipo de actividades dentro de este. En este sentido, es como la arquitectura puede distinguirse de cualquier otro tipo de arte. Por lo tanto, es así como esta disciplina tiene la capacidad de condicionar o establecer el comportamiento del hombre dentro de un espacio, tanto física como emocionalmente.
Entonces es aquí cuando uno se hace la reflexión en sobre si ¿La
Arquitectura es arte? y a base de la lectura, del conocimiento y del desarrollo del concepto de la disciplina, podríamos decir que; a diferencia de la pintura, la escultura o el cine, la arquitectura es un “arte” que necesita de la interacción de los seres humanos para ser reconocida. Entonces, hablando de la manera más romántica, podríamos definir a la arquitectura como un “arte habitable” que principalmente cumplira con funciones especificas, que de una respuesta más allá de la mera contemplación.
En un sentido estrictamente utilitario y funcional, la arquitectura
correcta o “real” se piensa, se planifica y se construye con un fin específico de brindar espacios donde vivir, trabajar, divertirse, viajar y donde poder desarrollarse. La arquitectura no puede desligarse de un fin social porque, de lo contrario, sería una escultura. El tema es debatible, desde luego.
Sin embargo, ¿todo edificio proyectado por un arquitecto es,
necesariamente, una obra de arte? No. Para los griegos, el Partenón cumplía con un propósito meramente religioso y social, por lo que es muy probable que quienes entraban a la Acrópolis y le rendían culto a Atenea no se detuvieran a pensar si ese edificio, en sí, era una obra de arte. Aquí entra en acción el paso del tiempo y los análisis posteriores que sobre una obra específica decidirán si un edificio puede considerarse, o no, una obra de arte.