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En el presente trabajo nos dedicaremos a analizar y establecer relaciones entre

los Salmos 73 (El Destino de los malos, salmo de Asaf) y 90 (La Eternidad de Dios y la
transitoriedad del hombre) de la Biblia, siendo el tema: el mito cosmogónico y
antropogónico.

Comenzaré analizando el Salmo 73, a partir de un paralelismo entre este salmo y


el génesis 3:1. Pues quienes incitan al pecado poseen algo en particular que los coloca
en un nivel de superioridad entre los grupos que pertenecen. Estos son la serpiente y los
impíos. La serpiente, entre los animales del campo que Jehová había hecho, era la más
astuta. Por lo tanto, tiene un rasgo que la coloca en un rango superior a los demás
animales. Por su lado, los impíos, son los que poseen mayor prosperidad. Y no pasan
trabajos como los demás mortales. Esto los coloca en un rango superior de los demás
mortales. Partiendo de este paralelismo, consideramos también a la serpiente y a los
impíos como dos seres que incitan al pecado. La serpiente, engañando a Eva a comer
del fruto prohibido; y los impíos al ser prósperos y arrogantes, incitan al “yo” lírico del
Salmo a ser envidioso. “Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de
los impíos”. No solo incitan al pecado, sino que logran que ambos pequen. Eva come
del fruto prohibido; y el “yo” lírico comenta que tuvo envidia, pecó.

No solo los impíos pueden colocarse en un rango superior por su prosperidad,


sino que también puede haber otro factor como lo es la apariencia física, y la
vestimenta. Pues el “yo” lírico, expone: “Así, Señor, cuando despertares,
menospreciarás su apariencia”. Supongo, que la apariencia física y la vestimenta son
dos puntos que los impíos utilizan para colocarse en un rango superior. Esto es ir contra
la creación de Dios, pues desde el origen del ser humano, en el mito antropogónico
hebreo, cuando el ser humano fue creado, estaban Adán y su mujer desnudos. Podemos
observarlo en Génesis 2:25: “Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se
avergonzaban”. Mucho peor será será avergonzar a los demás por la apariencia, un
criterio que no lo tuvo en cuenta Yahvé en la concepción del ser humano (por eso los
creó desnudos), debido a estas razones es que Yahvé menospreciará la apariencia de los
impíos.

Además, los impíos, al hablar con altanería y denotar su arrogancia, rompen


todas las estructuras jerárquicas que consideró Dios a la hora de crear su obra. Pues los
impíos llegan a poner su boca contra el cielo, y su lengua pasea la tierra. Equiparándose
así, con el cielo y la tierra. Esta actitud que tuvieron los impíos es hiperbólica, y
sumamente arrogante, pues no solo rompen el sistema jerárquico de la creación de la
obra de Dios, sino que supone una superioridad frente a la primera oración de toda la
Biblia: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Esa estructura jerárquica,
vendría a ser el orden que consideró Dios a la hora de crear su obra. Estas son: Los
cielos y la tierra., la luz, expansión de las aguas, Tierra, hierba verde, hierba que dé
semilla, árbol que dé fruto, lumbreras, seres vivientes y aves que vuelen, monstruos
marinos y seres que se muevan por las aguas, después las bestias y serpientes y animales
de la tierra, ganado y por último al hombre. Sin embargo, se establece una diferencia
entre los primeros, pues jerárquicamente seguirían estando encima del hombre (tierra,
cielos, etcétera.), mientras que toda bestia, aves y ser que se arrastra, toda planta será
para comer para el hombre. Entonces, el ser humano se posiciona jerárquicamente
encima de estos últimos.

Esta consideración va a ser tratada en el Salmo 90, La eternidad de Dios y la


transitoriedad del hombre. Vamos a observar, que esa superioridad de los impíos, ahora
el hombre se ve como un ser inferior, como un ser finito. El hombre ahora ve a Dios
como un refugio, y ve su omnipotencia y su omnipresencia: “Antes que naciesen los
montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. No
solo alude a la omnipotencia de Dios en el mito cosmogónico que sí lo podemos
observar en el génesis, sino a la omnipresencia de Dios, que trasciende a la Biblia, ya
que la Biblia comienza con la creación de los cielos y la tierra. Además, en el Salmo 90,
encontramos la consideración de la expectativa de vida del ser humano: setenta años, y
los hombres dotados de mejor salud hasta los ochenta años. Sin embargo, este es un
dato que no se nos presenta en el momento en que Adán y Eva se volvieron seres
mortales.

En el salmo 90, podemos observar cómo se destaca la furia de Dios, y que el


hombre no puede hacer nada frente a su furia. Regresando al salmo 73, se comenta que
los impíos se cubren vestidos de violencia, se mofan y hablan con maldad de hacer
violencia. Estableciendo una relación entre los impíos y el ser humano cuando comenzó
a multiplicarse, la tierra se corrompió delante de Dios (Génesis 6:11). Dios se arrepiente
de haber hecho al hombre y decide ponerle fin a todo ser. Dios decide traer un diluvio
para destruir toda la carne en la que haya espíritu de vida debajo del cielo. Podemos
observar la furia de Dios en ese pasaje del Génesis.
Nombre: Santiago Pérez
Asignatura: Literatura
Universal I
Curso: Primer Año de
Literatura
Institución: CeRP del Norte
Docente: Rossana Cottens.

TEMA: EL MITO
COSMOGÓNICO Y
ANTROPOGÓNICO
EN LOS SALMOS 73 Y
90 DE LA BIBLIA

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