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que odiaba”.
Capítulo 1: Me enamoró.
Hoy mi mejor amiga en todo el mundo cumplía años. Y como
sabía que ella adoraba a Justin Bieber, había comprado
entradas para llevarla al concierto de esta noche en Los
Ángeles.
Había invitado a Diana a mi casa, para que celebráramos su
cumpleaños número 17. Comimos pastel con mi familia, y luego
nos fuimos a mi cuarto.
- Bueno, es hora de entregarte tu obsequio.- le avisé.
- ¿Qué? Claire, no debiste haber gastado tu dinero en mí.-
me dijo Diana.
No hice caso a sus palabras, me levanté de la cama, y saqué
las 4 entradas para el concierto de Justin Bieber.
- Ojala te guste.- le dije, mientras le entregaba las
entradas.
En cuanto las vio, gritó muy fuerte y me abrazó.
- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!- no paró de decir mientras
saltaba.
Les dijimos a nuestras otras amigas si querían ir al
concierto, y ellas dijeron de inmediato que si.
El concierto era a las 21:00 hrs. Y mis papás nos irían a
dejar.
Diana estuvo ansiosa todo el día, hasta que llegó el momento.
Las 4 nos subimos al auto de papá, y el condujo hasta Los
Ángeles. Llegamos 2 horas después. Mis padres nos dejaron en
la entrada y se marcharon.
Entramos al estadio, y estaba repleto de gente. Nuestros
asientos estaban en primera fila. Cuando llegamos hasta allí,
nos sentamos.
Tendría que estar mas de 3 horas escuchando al petulante y
engreído de Justin Bieber. Odiaba a ese tipo de personas, que
se creían lo máximo sólo por ser cantantes o actores o lo que
sea. Pero bueno, yo era capaz de todo por mi amiga.
Justin Bieber entró, y todas las chicas rompieron en aplausos
y gritos.
Cuando se acercó a nosotras, no puse evitar quedarme
observándolo. La verdad es que no era nada feo, en realidad
era bastante guapo.
¿Qué? ¿Qué estás diciendo Claire? ¿Estás loca? A él lo odias.
Me dije a mi misma.
Los ojos de Justin y los míos se conectaron por unos cuantos
segundos. Eran tan marrones y hermosos.
Todas las chicas del lugar coreaban sus canciones.
El concierto terminó cerca de las 12:30 hrs. Llamé a mis
padres, y ellos pasaron por nosotras. Fuimos a dejar a
nuestras amigas a sus casas.
- Papá, ¿Diana se puede quedar a dormir en casa?- le
pregunté.
- Claro.- contestó él.
Llegamos a la casa, y corrimos a mi cuarto. Nos pusimos el
pijama y Diana, mi perrita Treasy y yo nos acostamos.
- Gracias Claire, fue el mejor cumpleaños de la
vida.- me dijo Diana.
- De nada amiga.- le dije yo.
Nos quedamos dormidas de inmediato.
Al otro día, Diana se fue en la mañana. Me quedé en la cama
con Treasy, y luego me fui a dar una ducha. Desayuné, y saqué
a pasear a mi mascota.
Era un día nublado, y hacía mucho frío. Yo estaba sentada en
el pasto. Le tiraba la pelota a Treasy y ella la traía de
vuelta. Ella aún no volvía con la pelota, así que me alarmé.
Corrí a buscarla. Ella estaba con un señor de sombrero oscuro
y lentes de sol.
- Lamento si lo molestó.- le dije al hombre, mientras
acariciaba la nuca de mi hermosa pastora alemán.
- No hay problema.- me dijo mientras se quitaba las gafas.
Aquel hombre era Justin Bieber. Me sorprendí al verlo aquí,
en este pueblo tan poca cosa para la gente como él. ¿Qué
rayos hacía aquí?
- Tú…- fue lo único que dije.
- ¡Por favor no le digas a nadie que estoy aquí!- me pidió,
mientras me tapaba la boca.
Me quité su mano de la boca.
- Como si me interesara decírselo a alguien.- le dije algo
enfadada.
- OK, OK. Pero no te enojes.-
No le dije nada.
- Bien, vámonos Treys.-