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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

ESCUELA DE POSGRADO

PROGRAMA DE DOCTORADO

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

TESIS

LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS ADVENTISTAS EN

EL ALTIPLANO PUNEÑO 1898 – 1920

PRESENTADA POR:

DAVID RUELAS VARGAS

PARA OPTAR EL GRADO ACADÉMICO DE:

DOCTORIS SCIENTIAE EN EDUCACIÓN

PUNO, PERÚ

2016
ÁREA: Educación
TEMA: Escuela rural adventista
LÍNEA: Evaluación de programas educativos

3
DEDICATORIA

A Diego, que da
sentido a mi vida y que siempre
está y estará en mi corazón
por toda mi existencia.

A mis hermanos Rubén, Ronal, Lizbeth, Elizaberth, Luzmila, Jhonny y Roly


Lenin.

A mis padres Modesto y Catalina.

i
AGRADECIMIENTOS

Agradezco infinitamente a mi alma mater la Universidad Nacional del


Altiplano de Puno institución donde me forme profesionalmente.

A mis docentes con más sincero agradecimiento al Dr. PERCY SAMUEL


YABAR MIRANDA y Dr. JORGE ALFREDO ORTIZ DEL CARPIO, quienes
además de transmitirme su vocación investigadora, me orientaron,
ayudaron, aconsejaron, estimularon constantemente en todos los aspectos
de mi formación profesional como en el Pre-grado, Maestría y Doctorado.

A la Dra. SILVIA VERÓNICA VALDIVIA YABAR, por su valioso apoyo y la


plena confianza que siempre me ha demostrado, así como la dedicación y la
atención que en todo momento de mi investigación me ha ofrecido.

ii
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA..................................................................................................... i

AGRADECIMIENTOS ......................................................................................... ii

ÍNDICE DE CUADROS ...................................................................................... vi

ÍNDICE DE FIGURAS ....................................................................................... vii

ÍNDICE DE ANEXOS ....................................................................................... viii

RESUMEN ......................................................................................................... ix

ABSTRACT ......................................................................................................... x

INTRODUCCIÓN ............................................................................................... xi

CAPÍTULO I

PROBLEMÁTICA DE INVESTIGACIÓN .............................................................1

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ................................................... 1

1.1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN. .............. 1

1.1.2. PROBLEMA GENERAL. ................................................................ 2


1.1.3. PROBLEMAS ESPECÍFICOS. ....................................................... 2

1.1.4. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN. ................................... 3

CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO .............................................................................................5

2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN. .......................................... 5

2.2.1. HIPÓTESIS GENERAL. ................................................................. 9

2.3.1. HIPÓTESIS ESPECÍFICAS. .............................................................. 9

2.3. OBJETIVOS. ......................................................................................... 9

2.3.1. OBJETIVO GENERAL: ................................................................... 9

2.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: ......................................................... 9

2.2. OPERACIONALIZACIÓN DE UNIDADES. ............................................ 10

CAPÍTULO III

METODOLOGÍA ...............................................................................................11

3.1. TIPO Y DISEÑO DE INVESTIGACIÓN............................................... 11

iii
3.1.1. TIPO. ............................................................................................ 11

3.1.2. DISEÑO. ....................................................................................... 11

3.1.3. TÉCNICA. ..................................................................................... 13

3.2. POBLACIÓN INVESTIGADA. ............................................................. 16

3.3. UBICACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN. ......................... 16

CAPÍTULO IV

RESULTADOS Y DISCUSIÓN .........................................................................18

4.1. ORIGEN DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS


ADVENTISTAS EN EL ALTIPLANO PUNEÑO 1898 – 1920. ....................... 18

4.1.1. PUNO Y PLATERÍA EN EL CONTEXTO POLÍTICO, SOCIAL Y


ECONÓMICO. ........................................................................................... 18

4.1.2. ORIGEN DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA. ................. 29

4.1.3. LA ENSEÑANZA EN LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA. ... 37

4.1.4. EL PROTESTANTISMO EN EL PERÚ. ........................................ 44

4.1.5. EL ADVENTISMO DEL SÉPTIMO DÍA EN EL PERÚ. ................. 51

4.2. INFLUENCIA DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS


ADVENTISTAS EN EL ALTIPLANO PUNEÑO EN EL CONTEXTO
SOCIOPOLÍTICO.......................................................................................... 54

4.2.1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO. ................................................... 54

4.2.2. LA FAMILIA AIMARA. .................................................................. 67

4.2.3. ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOS AIMARAS. ........................... 69

4.2.4. EL INDIGENISMO PUNEÑO Y EL ANARQUISMO. ..................... 72

4.3. ACTORES Y ROLES DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y


LOS ADVENTISTAS EN EL DESARROLLO EDUCATIVO. ......................... 84

4.3.1. MANUEL ZÚÑIGA CAMACHO: ROL EDUCADOR. ..................... 84

4.3.2. FERNANDO A. STAHL: MISIONERO ADVENTISTA. .................. 94

4.3.3. EL OBISPO VALENTÍN AMPUERO: ROL DE LA IGLESIA


CATÓLICA................................................................................................. 97

iv
CONCLUSIONES ...........................................................................................101

RECOMENDACIONES ...................................................................................104

BIBLIOGRAFÍA ...............................................................................................106

ANEXOS ........................................................................................................113

v
ÍNDICE DE CUADROS

1. Matriz del problema de investigación. ................................................... 10

2. Número de haciendas en Puno 1876 Y 1915. ....................................... 22

vi
ÍNDICE DE FIGURAS

1. Origen de la Escuela Rural de Utawilaya en el proceso de desarrollo de la

historia del Perú (2016). ................................................................................... 31

vii
ÍNDICE DE ANEXOS

Pág.

1 Ficha de análisis de contenido. 98

2 Guía de análisis de contenido. 99

3 Carta de Manuel Z. Camacho. 100

viii
RESUMEN

La presente tesis de investigación estudia el desarrollo de la “Escuela Rural de

Utawilaya y los Adventistas en el Altiplano puneño 1898 – 1920”, de las

localidades de Chucuito y Platera de la provincia de Puno – Perú, investigación

realizada durante el año 2016. Como actor relevante identificado a Manuel

Zúñiga Camacho, que fundó la Escuela Rural Indígena con una postura hacia

una educación liberadora y considera a la educación como la única forma de

salvación de la exclusión, explotación y pobreza. La metodología de

investigación es de tipo cualitativo y diseño histórico, la técnica utilizada es de

investigación de biblioteca lo cual está sustentada en base a documentos

históricos de fuentes primarias y secundarias. El objetivo general formulado

busca conocer el aporte de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en el

Altiplano puneño 1898 – 1920. Según los resultados de la investigación Manuel

Zúñiga Camacho fue impulsor de una educación liberadora y la escuela de

Utawilaya, en esencia se centra su atención en la concientización e

interpretación, la comprensión crítica y la acción transformadora de su

comunidad.

Palabras Clave: Discriminación, educación, enseñanza, escuela, exclusión,


indígena, rural.

ix
ABSTRACT

The present research thesis studies the development of the "Rural School of

Utawilaya and the Adventists in the location of Chucuito and Plateria of the

province of Puno - Perú, research carried out during the year 2016. As a relevant

actor identified Manuel Zúñiga Camacho, who founded the Rural Indigenous

School with a posture towards a liberating education and considers education as

the only way to save from exclusion, exploitation and poverty. The research

methodology is qualitative and historical design, the technique used is library

research which is based on historical documents from primary and secondary

sources. The general objective formulated seeks to know the contribution of the

Rural School of Utawilaya and the Adventists in the Altiplano puneño 1898 –

1920. According to the results of the investigation Manuel Zúñiga Camacho was

the promoter of a liberating education and the Utawilaya school, in essence he

focuses his attention on the awareness and interpretation, critical understanding

and transforming action of his community.

Keywords: Discrimination, education, teaching, school, exclusion, indigenous,


rural.

x
INTRODUCCIÓN

Una de las características de la educación peruana en el ámbito rural andino, es

su enorme exclusión. Puno es una de las provincias, con población Quechua y

Aimara que fueron y son aisladas por las políticas de desarrollo del país, existen

brechas de grandes disparidades educativas, sociales y económicas, en las que

los pueblos indígenas andinos corresponden a los grupos más desfavorecidos y

con los más bajos niveles de bienestar.

Puno a inicios del siglo XX fue uno de los departamentos de menor desarrollo

industrial del Perú, tenía una economía agropecuaria poco tecnificada y una

población mayoritariamente indígena y analfabeta; donde tres estamentos

convivían bajo una violenta tensión social: el comunitario-indígena, el

feudalismo-terrateniente y el capitalismo mercantilista comerciante, a ellos se

sumaban el gamonalismo patriarcal y el clero católico de mayor predominio en

el Perú y marcadamente conservador (Aliaga, 2015, pág. 497).

La educación nacional, por consiguiente, no tiene un espíritu nacional: tiene más

bien un espíritu colonial y colonizador. Cuando en sus programas de instrucción

pública el Estado se refiere a los indios, no se refiere a ellos como a peruanos

iguales a todos los demás. Los considera como una raza inferior (Mariátegui ,

1979, pág. 89). Las minorías étnicas, o pueblos indígenas, más allá de su

número o representatividad, ya no pueden ser reducidas a las “catacumbas”, al

silencio, a la exclusión y a la pobreza extrema, por el solo hecho de ser diferentes

y no responder a las características específicas del proyecto nacional mestizo-

xi
criollo construido a partir de un neocolonialismo, aún no sobrepasado (Comboni

& Juáres, 2001, pág. 235).

La investigación referida es de importancia porque se enfocó en la investigación

de la historia de la educación rural en el altiplano puneño, identificando el origen,

el aporte y la influencia de la Escuela Rural de Utawilaya. La investigación

realizada brinda la oportunidad de describir, interpretar y analizar el desarrollo

de la educación rural, para poder generar teorías pedagógicas pertinentes a los

cambios requeridos.

A lo largo de la presente tesis se demostrará el desarrollo de una educación

liberadora rural indígena promovido por Manuel Zúñiga Camacho. El objetivo

principal de la investigación es identificar el desarrollo de la Escuela Rural de

Utawilaya y la educación liberadora en Puno de 1902, describir la exclusión

económica, política, social, educativa e interpretar la influencia de la Escuela

Rural en el Altiplano puneño en el contexto sociopolítico. La metodología

utilizada es el estudio de biblioteca e investigación histórica que busca

reconstruir el pasado de la manera más objetiva y exacta posible.

Desde el punto de vista teórico, es relevante porque se evidencia la existencia

de una educación liberadora que Manuel Zúñiga Camacho desarrollada en la

Escuela Rural de Utawilaya en el altiplano puneño en 1902. La escuela rural de

Utawilaya vendría ser una de las precursoras de la pedagogía liberadora que

Paulo Freire planteó, y que le da significancia al ambiente de la historia de la

xii
educación peruana, considerando que el mismo puede influir de forma directa en

la pedagogía educativa de nuestro país.

En cuanto a la conclusión de la investigación se ha identificado la exclusión de

una educación para los indígenas, por parte del Estado oligárquico, frente a ello

el gran maestro indígena Manuel Zuñiga Camacho fundó la primera Escuela

Rural Indígena en el altiplano puneño en el año 1902, para liberar a la población

indígena de la explotación, racismo, exclusión educativa y humillación. El interés

científico de la presente investigación, se basa en la importancia del origen de

una educación liberadora plateado por Manuel Zúñiga Camacho, precursor de la

educación rural en américa latina, de la pedagogía liberadora y precursor de del

indigenismo moderno del siglo XX en el altiplano puneño.

Los objetivos planteados para esta investigación fue: Conocer el aporte de la

Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en el Altiplano puneño 1898 – 1920.

Objetivos específicos: Explicar el origen de la Escuela Rural de Utawilya y la

religión protestante en el Altiplano puneño, Interpretar la influencia de la Escuela

Rural de Utawilaya y los adventistas en el Altiplano puneño en el contexto

sociopolítico e Identificar los aportes de los actores de la Escuela Rural de

Utawilaya y los adventistas en el desarrollo educativo.

xiii
CAPÍTULO I

PROBLEMÁTICA DE INVESTIGACIÓN

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

1.1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN.

Al finalizar el siglo XIX, e inicios del siglo XX en el Perú se dio cambios

enormes, tanto en las áreas rurales como en las urbanas. Uno de los temas

centrales, que puede identificarse a lo largo de este periodo, es el crecimiento

constante de la importancia de la educación. Si bien ya desde el siglo anterior, y

en parte por la influencia de las ideas positivistas en América Latina, la educación

había ocupado un lugar muy importante en los debates políticos y los

planteamientos teóricos de los más grandes pensadores de la región, es recién

en el siglo XX que llega a encontrar una expresión real en políticas aprehensibles

(Málaga, 2014, pág. 4). La historiografía peruana coincide en afirmar que uno de

los movimientos más fuertes en la sierra sur a inicios del siglo XX fue la lucha

por la educación.

La educación fue la bandera de batalla del temprano movimiento

indigenista, así como de los movimientos políticos simpatizantes de la izquierda

1
en aquel entonces. Aun los pensadores más liberales y los más conservadores

estaban de acuerdo en el papel que jugaría la educación para sacar al país del

atraso y lograr la incorporación de la “masa indígena” en la sociedad nacional

(Málaga, 2014, pág. 5). Los primeros indigenistas ponían en agenda la educación

como la estrategia a través de la cual los indios podrían ser incorporados a la

nación, los terratenientes o gamonales y autoridades políticos locales veían en

ella un peligro latente de reversión de estructuras.

En los sectores urbanos se fundaron escuelas y los sectores rurales

fueron excluidos por el Estado, en cuanto a la creación de escuelas, ante esta

política educativa, el líder indígena Manuel Zúñiga Camacho funda la Escuela

Rural de Utawilaya en Plateria, por falta de respaldo por el gobierno peruano

busca apoyo de los misioneros Adventistas del Séptimo Día de origen

norteamericano. En la actualidad en el marco de la historia de la educación rural,

es preciso interpretar y analizar la importancia de la fundación de la Escuela

Rural Utawilaya, porque trajo propuestas de cambios en la estructura social,

político, educativo y reivindicaciones por la tenencia de la tierra.

1.1.2. PROBLEMA GENERAL.

¿Cuál es el aporte de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en

el Altiplano puneño 1898 – 1920?

1.1.3. PROBLEMAS ESPECÍFICOS.

 ¿Cuál es el origen de la Escuela Rural de Utawilya y la religión

protestante en el altiplano puneño?

 ¿Cómo influyó la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en el

Altiplano puneño en el contexto sociopolítico?

2
 ¿Cuál es el aporte de los actores y rol de la Escuela Rural de

Utawilaya y los adventistas en el desarrollo educativo?

1.1.4. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.

La investigación referida es de importancia porque se enfocó en la

investigación de la historia de la educación rural en el altiplano puneño,

identificando el origen, el aporte y la influencia de la Escuela Rural de Utawilaya

y los adventistas en la población indígena, que acogieron a la educación como

una alternativa de cambio social, político y económico. La investigación realizada

brinda la oportunidad de describir, interpretar y analizar el desarrollo de la

educación rural, para poder generar teorías pedagógicas pertinentes a los

cambios requeridos.

Desde el punto de vista teórico, es relevante porque se evidencia la

existencia de una educación liberadora de Manuel Zúñiga Camacho desarrollada

en la escuela rural de Utawilaya en el altiplano puneño en 1902. La escuela rural

de Utawilaya vendría ser una de las precursoras de la pedagogía liberadora que

Paulo Freire planteó, y que le da significancia al ambiente de la historia de la

educación peruana, considerando que el mismo puede influir de forma directa en

la pedagogía educativa de nuestro país.

Al mismo tiempo, la existencia de otras investigaciones sobre educación

rural indígena, indican la necesidad del estudio sobre el tema de historia de la

educación peruana en los andes, actualmente se torna cada vez más interesante

contar con diversas fuentes de información relacionadas con el problema

3
planteado, puesto que los mismos servirán de plataforma para futuras

investigaciones.

Por eso, desde el punto de vista práctico, esta investigación abarca puntos

de interés para todo docente cuya motivación sea rescatar o desarrollar una

educación liberadora, tomando en cuenta la refundación de una pedagogía del

sur para el mundo.

Por este motivo se considera la factibilidad de la presente investigación

cuyo fin es brindar información acerca de la educación rural en Utawilaya y los

adventistas, evidenciada en un contexto determinado donde las causas son

múltiples y entrelazadas, por lo que se hace necesaria la identificación de dichas

causales.

El interés científico de la presente investigación, se basa en la importancia

del origen de una educación liberadora plateado por Manuel Zúñiga Camacho,

precursor de la educación rural en américa latina y de la pedagogía liberadora.

4
CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN.

Núñez (2008) realizó la investigación: “Presencia protestante en el

altiplano peruano. Puno, 1898 -1915. El caso de los Adventistas del Séptimo

Día”. En la Universidad Nacional Mayor de San Marcos – Lima. La investigación

llegó a las conclusiones siguientes:

La Historia religiosa en el Perú se ha elaborado regularmente a partir de

las experiencias propiciadas por la tradición católica. El mestizaje y el sincretismo

han sido temas recurrentes cuando hablamos del impacto de la fe en la vida

social y cultural de los grupos y sociedades en el Perú. Cuando hablamos de

evangelización aludimos a la figura de la Iglesia Católica desde su llegada

española; pero desde el inicio de colonia lenta y progresivamente aparecen otros

actores sociales: el protestante europeo. A este se le negó su participación en la

construcción de la historia del Perú. Así, el protestantismo se extendió por la

relevancia del capital que le precedió, pero su accionar religioso y acción social,

5
junto a sus ideas modernistas, contribuyó a modernizar las ideas sociales,

religiosas y culturales del país, en perspectiva; aunque inició por el reencuentro

del hombre aimara con su personalidad y cambio.

La figura de Manuel Zúñiga Camacho dentro de la historia educativa

republicana en los andes del país propició un cambio en la mentalidad de los

indígenas que se adscriben al proyecto educativo de este. Su visión de la

importancia de la educación como motor de progreso y cambio cultural fue

trascendental para la plasmación de sus ideas políticas del papel y las

necesidades sociales y políticas de la población indígena. Las poblaciones

aymaras ya contaban culturalmente con las capacidades para dejar el atraso, la

falta de instrucción de la que eran parte. Los misioneros adventistas como Stahl

tan sólo potenciaron estas capacidades hasta un nivel elevado. Esto permitió el

cambio de la estructura social de las comunidades aymaras de Puno, logrando

que se convirtieran en los propios artífices de mejoras sociales.

Málaga (2014) realizó la investigación: “La Educación Racializada:

Políticas educativas para indígenas a inicios del Siglo XX. El caso de Puno”. En

la Pontificia Universidad Católica del Perú, Escuela de Posgrado. Tesis para

optar el grado de Magíster en Historia, llegando analizar de la siguiente manera:

Para sus seguidores, el fundador de la educación para indígenas; para sus

detractores, un elemento social peligroso y rebelde que “no conocía su lugar” y

constituía una permanente amenaza: Zúñiga Camacho no pasaba desapercibido

ni en su época ni aun años después. Decide volver a Puno cerca de 1900 y con

su presencia de “indio desubicado” que utilizaba vestimenta occidental y

6
pretendía cambiar la situación de los indios, da pie al inicio de una serie de

abusos que pueden rastrearse en los documentos de la prefectura de Puno. La

presencia de Zúñiga Camacho con sus pretensiones de mejora de las

condiciones de los indígenas era un insulto a la gente decente de Puno.

Al principio él era el único profesor y al parecer no contaba con una

filosofía construida acerca de lo que estaba haciendo. Se trataría más bien de

responder a lo que él veía como una necesidad precisa: llevar al indio la luz de

la educación y apoyarle para defenderlo de los abusos del sector dominante.

Una forma de hacerlo era a través del apoyo concreto ante las cortes en casos

judicializados o la asesoría a los indígenas analfabetos que se vieran envueltos

en este tipo de problemas. En el cumplimiento de esta misión, Zúñiga Camacho

cumplió el rol de mensajero muchas veces, yendo a Lima a llevar las voces de

los afectados puneños.

En ese sentido, y tomando en cuenta que los mensajeros generalmente

eran miembro de la élite intelectual e incluso económica de Puno, Zúñiga

Camacho vendría a ser uno de los primeros indígenas en fungir de mensajero.

Es en uno de estos viajes que adquiere contacto con los adventistas que ya se

habían establecido en Lima y les pide apoyo en el manejo y administración de la

escuela de Platería. A pesar de la guerra sucia por parte de las élites

amenazadas, el número de alumnos de la escuela había crecido

exponencialmente y él no podía solo con todo. Probablemente este inicial

acercamiento a los adventistas no tenía mucho que ver con la religión en sí

7
misma y surgía más de la necesidad del apoyo, aceptando las condiciones de

evangelización que probablemente vendrían incluidas en el trato.

Peraza (2003) investigación: “Trayectoria socioeducativa, práctica de aula

y perspectiva ante la EBI de los docentes de Educación Primaria de Acora-Puno”,

en la Universidad Mayor de San Simón - Cochabamba Bolivia, Facultad de

Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Post Grado. Tesis

para optar Magíster en Educación Intercultural Bilingüe, con la mención en

Formación Docente, la investigación llegó a las siguientes conclusiones:

Las trayectorias socioeducativas de los docentes y su desempeño en las

aulas escolares del espacio rural, permiten analizar de cerca las dificultades y

los desafíos que se dan en las diferentes etapas de escolarización.

Como resultado de la investigación llega a la siguiente conclusión: La

situación pedagógica de los estudiantes del espacio rural depende de las

condiciones que ofrecen las escuelas y colegios de este sector. En comparación

con las escuelas urbanas, las condiciones de las escuelas rurales difieren

desfavorablemente en diversos aspectos, y además no ofrecen acciones de

acuerdo a los propósitos y orientaciones explícitas de la escuela. Las

desventajas se dan desde lo material e infraestructura, hasta los recursos

humanos profesores sin experiencia, sin especialización, monolingües

castellanos entre otros aspectos, que marcan la desventaja pedagógica de los

estudiantes de este espacio.

8
2.2. HIPÓTESIS.

2.2.1. HIPÓTESIS GENERAL.

El aporte en el campo educativo de la Escuela Rural de Utawilaya y los

adventistas en el Altiplano puneño 1898 – 1920, fue lograr significativamente la

incorporación de la masa indígena a la educación formal.

2.3.1. HIPÓTESIS ESPECÍFICAS.

 El origen de la Escuela Rural de Utawilya y la religión protestante

favorecieron relativamente a la población indígena en el contexto educativo.

 La influencia de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en el

Altiplano puneño en el contexto sociopolítico y educativo benefició

relevantemente al sector rural en sus reivindicaciones en amparo de la

población indígena en el contexto sociopolítico.

 Los actores de la Escuela Rural de Utawilaya y de los adventistas,

aportaron significativamente hacia una educación liberadora para el

indígena.

2.3. OBJETIVOS.

2.3.1. OBJETIVO GENERAL:

Conocer el aporte de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas en

el Altiplano puneño 1898 – 1920.

2.3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

 Explicar el origen de la Escuela Rural de Utawilya y la religión protestante

en el Altiplano puneño.

 Interpretar la influencia de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas

en el Altiplano puneño en el contexto sociopolítico.

9
 Identificar los aportes de los actores de la Escuela Rural de Utawilaya y los

adventistas en el desarrollo educativo.

2.2. OPERACIONALIZACIÓN DE UNIDADES.


Cuadro n° 1. Matriz del problema de investigación.
UNIDAD DE EJES SUB EJES
ANÁLISIS

1.1. Origen de la  Puno y Platería en el


Escuela Rural de contexto político, social y
Utawilaya y la religión económico.
protestante.  Origen Escuela Rural de
Utawilaya en el Altiplano
puneño.
1. “LA ESCUELA  Enseñanza en la escuela.
RURAL DE  El protestantismo en el
UTAWILAYA Y Perú.
LOS  El Adventismo del
ADVENTISTAS Séptimo Día en el Perú.
EN EL 1.2. Influencia de la  La familia aimara.
ALTIPLANO
Escuela Rural de  Organización social.
PUNEÑO 1898
Utawilaya y los  El indigenismo puneño y
– 1920”
adventistas en el el anarquismo.

Altiplano puneño en el

contexto sociopolítico.

1.3. Actores y roles de  Los actores de la Escuela


la Escuela Rural de Rural de Utawilaya en el
Utawilaya y los altiplano puneño: Manuel
adventistas en el Z. Camacho, Fernando A.
desarrollo educativo. Stahl y Valentín Ampuero.

Fuente: Marco teórico de la investigación.

10
CAPÍTULO III
METODOLOGÍA

3.1. TIPO Y DISEÑO DE INVESTIGACIÓN.

3.1.1. TIPO.

La presente investigación es de tipo cualitativo. La investigación

cualitativa proporciona profundidad a los datos, disposiciones, riqueza

interpretativa, contextualización del ambiente o entorno, detalles y experiencias

únicas. También aporta un punto de vista “fresco, natural y holístico” de los

fenómenos, así como flexibilidad. El cualitativo se ha empleado más bien en

disciplinas humanísticas como la Antropología, la Etnográfica y la Psicología

social (Hernández , Fernández, & Baptista, 2006, pág. 21).

3.1.2. DISEÑO.

Histórico, nos permite estudiar los hechos del pasado con el fin de

encontrar explicaciones causales a las manifestaciones propias de las

sociedades actuales. Este tipo de investigación busca reconstruir el pasado de

la manera más objetiva y exacta posible.

11
Este tipo de investigación busca reconstruir el pasado de la manera más

objetiva y exacta posible, para lo cual de manera sistemática recolecta, evalúa,

verifica y sintetiza evidencias que permitan obtener conclusiones válidas, a

menudo derivadas de hipótesis (Tamayo, 1998, pág. 42).

Tamayo (1998), afirma las siguientes características de la investigación

histórica: A) Este tipo de investigación depende de datos observados por otros,

más que por el investigador mismo. B) Estos datos son de dos clases: fuentes

primarias, derivadas de la observación y registro directo de acontecimientos por

su autor; fuentes secundarias, cuyo autor informa observaciones realizadas

primeramente por otros. Las fuentes primarias son evidencias de primera mano

y deben usarse preferentemente. C) Las fuentes deben someterse a dos tipos

de crítica: crítica externa, que determina la autenticidad del documento; y la

crítica interna, que examina los posibles motivos, prejuicios y limitaciones del

autor del documento que posiblemente lo hayan determinado a exagerar,

distorsionar u omitir información.

Etapas en la investigación histórica según Tamayo (1998):

 Definir el problema, para lo cual debemos preguntarnos si el tipo de

investigación histórica es el apropiado.

 Formular hipótesis u objetivos específicos que proporcionen dirección a la

investigación.

 Recolectar información, teniendo en mente su fuente de origen, primaria

o secundaria. Usualmente esa información se recoge en tarjetas de

tamaño apropiado y codificadas.

12
 Evaluar la información, según criterios de crítica interna y externa.

 Informar los resultados, interpretaciones y conclusiones, apoyadas en la

bibliografía.

3.1.3. TÉCNICA.

En la investigación se utilizó como técnicas de exploración la biblioteca,

Análisis de documentos, libros, revistas, artículos científicos, tesis, periódicos e

informes.

Según Lankshear (2002) la investigación de bibliote, consiste en la

exploración de lo siguiente: Minutas de las reuniones, revistas, reportes de

programas, software, políticas y planes curriculares, fotografías, planes que

escriben maestros y maestras como guía para las lecciones, discursos públicos,

reportes gubernamentales, estudios de alfabetismo publicados, registros

administrativos (por ejemplo, tarjetas de reporte, registros de asistencia), libros,

capítulos, artículos académicos, ensayos de posición, notas, manuscritos, tesis,

etc., que son académicos e inéditos (a menudo disponibles a través del internet),

cartas, revistas y diarios.

a) Investigación de biblioteca. Es una opción eficaz en términos de costos

y responsabilidades a tomar en áreas donde ya existen investigaciones

abundantes y donde podrían satisfacerse igualmente bien las necesidades de

nuestra investigación (si no es que de mejor manera) recurriendo a la

investigación existente en lugar de generar nuevos datos.

13
La investigación de biblioteca se refiere a la investigación que emplea

textos existentes como “evidencia documental” y el contenido de los textos

existentes como su base de datos principal. Por supuesto, no se refiere sólo a la

investigación literalmente conducida en biblioteca. Estamos hablando de

situaciones en las que ya existen en forma de textos los datos que recolectamos,

organizamos y analizamos a fin de abordar una pregunta de investigación bien

definida, así como la información empleada como evidencia para las opiniones

o ideas que estamos defendiendo. Estos textos podrían ser obras publicadas, o

artefactos textuales existentes en colecciones y archivos, etc. (Knobel &

Lankshear, 2002, pág. 63).

Los textos empleados por los investigadores de biblioteca son de muchas

clases. Incluyen obras teóricas, explicaciones de conceptos, comentarios,

ensayos de posición, textos exegéticos, documentos de políticas, documentos

de planes de estudio, archivos históricos, bases de datos disponibles, archivos

periodísticos, estudios de investigación de laboratorio y de campo previamente

publicados, correspondencia, y demás.

Para Lankshear (2002) afirma que el diseño de los estudios de

investigación de biblioteca depende en gran medida del propósito del estudio.

En el caso de comentarios y críticas se caracteriza por investigar ensayos,

artículos, capítulos, libros, etc., que sólo utilizan textos (en lugar de realizar

investigación de laboratorio o de campo) para defender una perspectiva

particular, discutir temas o problemas actuales, comentar sobre un aspecto o

analizar ciertos textos a fin de explorar algún fenómeno.

14
b) Análisis de documentos. La primera tarea de un investigador es conocer

la documentación sobre el problema que está desarrollando; por ello una fase

fundamental en toda Investigación es el análisis de los documentos referentes al

tema estudiado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los documentos

son muy variados, teniendo que recurrir a todos aquellos que demande nuestro

problema, sin más limitaciones que su pertinencia y su posibilidad de acceso

(López, 2002, págs. 167-179).

Su clasificación, no obstante es difícil dada su abundancia y heterogeneidad,

así podemos destacar:

 Documentos impresos: libros, artículos o periódicos que tienen un

carácter verbal sin descuidar su valor gráfico o numérico.

 También dentro del material Impreso se analizan los libros o revistas

profesionales, memorias, anuarios, prensa. En este sentido, los datos

estadísticos tienen una importancia ineludible.

López (2002) afirma estudiar rigurosamente documentos escritos constituye

un aspecto principal de investigación hoy día. Así, conviene subrayar que en las

sociedades modernas la escritura y los medios de comunicación ocupan una

posición cada vez más destacada y predominante. En estos medios se recoge y

refleja sin duda la vida de las sociedades modernas y los valores, patrones

culturales y actitudes ante los problemas del hombre y de la sociedad que se

hallan vigentes en cada momento. Por tanto, es un elemento indispensable para

el conocimiento de la sociedad, y en él juega un importante papel el análisis de

contenido.

15
A la hora de enfrentarnos al análisis de un texto escrito, podemos hacerlo de

diversas formas:

 Comparando documentos derivados de una sola fuente.

 Comparando mensajes de una sola fuente en situaciones diversas.

 Comparando mensajes de dos o más fuentes.

 Comparando los mensajes con algún standard de realización.

No obstante, y ante la circunstancia anteriormente reseñada, los diferentes

documentos (gráficos, escritos, icónicos, sonoros...) seleccionados se deben

someter a un cuidadoso estudio para obtener la información que deseamos.

3.2. POBLACIÓN INVESTIGADA.

Material de análisis documental referidos al problema de investigación de

la ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS ADVENTISTAS EN EL

ALTIPLANO PUNEÑO 1898 – 1920: Revistas, Reportes de programas,

Fotografías, Discursos públicos, Reportes gubernamentales, Estudios de

alfabetismo publicados, Registros administrativos, Libros, capítulos, artículos

académicos, ensayos de posición, notas, manuscritos, tesis, etc., que son

académicos e inéditos, cartas, revistas y diarios.

3.3. UBICACIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN.

La investigado tiene ámbito Regional, Provincial y Distrital: El departamento

de Puno está ubicado al extremo sur este del Perú, entre los 13°00'00" y

17°17'30" de latitud sur y los 71°06'57" y 68°48'46" de longitud oeste del

meridiano de Greenwich; cuenta con una extensión territorial de 71 999,0 km2

(6 por ciento del territorio nacional) siendo el quinto departamento más grande

16
en el ámbito nacional. Limita por el norte con la región Madre de Dios, por el este

con la República de Bolivia, por el sur con la región Tacna y la República de

Bolivia y por el oeste con las regiones de Moquegua, Arequipa y Cusco.

Provincial: Puno se encuentra ubicado en la Provincia y Departamento de Puno,

se encuentra localizado dentro de los Limites de San Román, El Collao y con la

Región de Moquegua, a 3827 m.s.n.m. Local: distrito de Plateria, perteneciente

a la provincia de Puno

17
CAPÍTULO IV

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

4.1. ORIGEN DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS

ADVENTISTAS EN EL ALTIPLANO PUNEÑO 1898 – 1920.

4.1.1. PUNO Y PLATERÍA EN EL CONTEXTO POLÍTICO, SOCIAL Y

ECONÓMICO.

Ya en 1895 se muestran signos de una reactivación de la exportación de

lanas en Puno. Esta demanda externa de lanas estimula a los hacendados o

gamonales de Puno a expandir sus haciendas. Para Aliaga (2015), ante la

demanda creciente del comercio internacional de lanas, los hacendados y

gamonales del altiplano puneño despojaron a las comunidades de sus tierras a

través de la fuerza o de procesos judiciales apañados.

Las autoridades políticas, religiosas y el gamonal, obligaban trabajar

gratuitamente en favor de ellos, no solamente a los varones sino también a

18
mujeres en cuidado de sus hijos y otros, de igual manera a los niños. Señala

Urquiaga citado por Tamayo (1982, p. 159) existían costumbres que pesaban

sobre los indios, como era el derecho del gobernador, que ejercitando su

autoridad obligaba a los indios a que le entregaran niños menores de 12 años,

que este enviaba al Prefecto del departamento o al Subprefecto de la provincia

o a sus amigos en calidad de obsequio para dedicarlos al servicio doméstico, y

además se hacía el “chaqueo” o requisición obligatoria de los caballos y mulares

de los indios para dedicarlos al trasporte.

Según Flores (1994), en el sur, la exportación de lana que ya había sido un

producto importante desde mediados del siglo XIX en el sur andino agrupó a los

hacendados de las alturas puneñas y cusqueñas con los poderosos

comerciantes arequipeños. El establecimiento del ferrocarril, especialmente,

contribuyó con ese panorama: eliminó las antiguas rutas comerciales manejadas

por arrieros indígenas, pero más aún «con el ferrocarril se inició la penetración

del imperialismo en el sur». Afirma Tamayo (1981), en Puno más que otras

regiones, se sintió la violencia de la penetración de la economía exportadora.

Cientos de campesinos fueron desalojados de sus tierras (bajo triquiñuelas

legales o sólo utilizando la amenaza de violencia física) en manos de

hacendados que dedican sus tierras a la exportación lanar y de fibras.

Durante este periodo de la historia peruana y hacia el centenario de la

independencia, en el Altiplano puneño las autoridades políticas, religiosas y de

justicia, cometian abusos excesivos o atrocidades en contra de la población

indígena y frete a esta situación o realidad lamentable, para Manuel Zúñiga

19
Camacho la única solución era liberar a la población indígena a través de la

educación.

Durante los años de 1895 – 1919 es denominado República Aristocrática,

que fue acuñado por historiador Jorge Basadre, en el caso del sur andino fue

profundizado por los historiadores Alberto Flores Galindo y Manuel Burga, se

razonaba sobre la naturaleza de la clase dominante peruana argumentando que

no habría sido dirigente; es decir, que los poderosos habrían desplegado su

liderazgo social y económico en forma cerrada y excluyente.

De acuerdo con los autores, la denominada República Aristocrática (1895-

1919) se caracterizó por el monopolio del poder político ejercido por una

oligarquía conformada por miembros del Partido Civil, grupos económicos

poderosos y terratenientes del interior del país (Basadre, 1963, pág. 2230). Los

grupos subalternos constituidos por el campesinado (mayoritariamente de origen

indígena), los sectores populares urbanos, y las incipientes clases media y

obrera fueron excluidos de toda forma de participación en la vida política. De esta

manera, el Estado oligárquico civilista estuvo regido por una élite de composición

social homogénea, la cual excluyó de forma sistemática a las mayorías

nacionales y promovió un crecimiento económico basado en la exportación de

materias primas y la promoción irrestricta de los capitales extranjeros.

A inicios del siglo XX se estableció un circuito productivo entre el

departamento de Arequipa y Puno a través del comercio de la lana de alpaca y

ovino. Se restableció un nuevo nexo de las comunicaciones comerciales que aún

20
a mediados del siglo XIX eran muy rudimentarias. Las comunicaciones eran

básicamente con Cusco, Ayacucho y Huancayo, a través del sistema de arrieros

por el antiguo camino inca.

Por otro lado, para finales del siglo XIX e inicios del XX, Puno crece lentamente.
Perú, reafirma sus fronteras con Bolivia, las cuales se venía discutiendo desde
la segunda mitad del siglo XX. La navegación fluvial por el Lago y el uso de los
ferrocarriles dinamizó la economía del sur andino, además, las inversiones
extranjeras: británicas y norteamericanas empezaron a llegar al país e invertir en
la extracción minera de plata y cobre, además de la expansión de las haciendas
y el comercio textil. Así, para la naciente república temas como el rol del indígena
en la sociedad peruana, el auge de la comercialización de las fibras de lana, las
revueltas y movimientos campesinos, y los continuos abusos de los hacendados
y de las autoridades locales fueron elementos recurrentes dentro del contexto
social y político de la sociedad puneña del siglo XX (Núñez, 2008, pág. 83).

La constante innovación tecnológica de la industria textil inglesa y

norteamericana tendrá a la larga su repercusión en el campo puneño, pues será

mayores las exigencias de los industriales a sus proveedores de materia prima

para normar las características de las lanas y adaptarse a las innovaciones del

procesamiento fabril (Rengifo, 1990, pág. 22).

Desde la perspectiva de la demanda externa de lanas, el periodo que


comprende propiamente nuestro estudio se puede dividir en tres etapas.
La primera (1895 – 1913) empieza a partir del restablecimiento del país
de las consecuencias de la Guerra con Chile; en esta etapa se produce
una lenta, pero sostenida recuperación de las exportaciones de lanas que
culminan con el inicio de la Primera Guerra Mundial. La Segunda etapa
(1914 – 1919) está signada exclusivamente por la coyuntura de la guerra
y los dos siguientes a su término; pues en 1919 la cotización de las lanas
alcanza su más alto valor. La tercera etapa (1920-1925) arranca con la
estrepitosa caída de los precios del año veinte y continúa en los años
siguientes con una lenta y pequeña recuperación de los precios; aunque,

21
en mayor o menor medida, el volumen físico de exportación se mantiene
(Rengifo, 1990, pág. 22).

Durante los años de 1895 con la reactivación de la exportación lanera, los

gamonales del altiplano puneño empezaron a comprar coercitivamente la lana

de las comunidades indígenas de igual manera las autoridades políticas,

religiosas y judiciales obligaban a prestar servicios en sus domicilios y haciendas.

Por la reactivación de la venta de lana en el exterior también las haciendas se

incrementan en el departamento de Puno.

La construcción de línea ferrocarrilera de Arequipa, Juliaca y Puno,

conllevó a un crecimiento del comercio de Arequipa. Éste fue un proveedor de

materia prima de lana de alpaca y de oveja. Una de las instituciones que se

benefició con el despegue de la lana fueron las haciendas. Su inversión se volvió

más intensiva. En Puno para finales e inicios del siglo XX aumentaron de 705

haciendas en 1876 a 3,219 en 1915.

Cuadro n° 2. Número de haciendas en Puno 1876 Y 1915.

PROVINCIAS 1876 1915


Cercado 233 854
Chucuito 49 241
Huancané 54 133
Sandia 7 199
Carabaya 0 127
Azangaro 178 611
Lampa y Ayaviri 182 1,536
TOTAL 703 3,701
Fuente: según Manuel Quiroga, La evolución jurídica de la propiedad rural en
Puno, Arequipa, 1915 y Enrique Gallegos, Estudio Económico del departamento
de Puno, Arequipa 1924, citado por Núñez (2008).

22
Una de las formas que utiliza los gamonales para expandir sus haciendas

en el despojo directo de las tierras de las comunidades y los indígenas que se

resistían terminaba confinados en la cárcel. Según Flores (1977) citado por

Kopsoli (1977), de 1876 a 1915, el número de haciendas en Puno había

aumentado de 705 a 3 219.1 Esta expansión no contribuyó a la mayor

productividad de la tierra ni una mejor calidad de la fibra de lana exportada. El

estímulo del mercado en vez de convertir al terrateniente en un capitalista,

reforzó su mentalidad feudal y su poder monopólico impidiendo el acceso de las

comunidades indígenas al mercado pecuario.

Ya en 1895 se muestran signos de una reactivación de la exportación de

lanas. Esta demanda externa de lanas estimula a los hacendados o gamonales

del sur a expandir sus haciendas y a “comprar” coercitivamente la lana de los

comuneros; y no a introducir cambios tecnológicos significativos en el manejo de

pastos y ganado. Una de las formas que utilizan los gamonales para expandir

sus haciendas es el despojo directo de las tierras de las comunidades (Rengifo,

1990, pág. 45). Es así, que, veían a la ciudad de Puno, tan sólo como un espacio

extractivo de materia prima, además las autoridades políticas no propiciaron el

enganche entre el auge de las lanas, el proceso modernizador de las haciendas

y el desarrollo político y social del departamento (Núñez, 2008, pág. 47). Ante la

demanda creciente del comercio internacional de lanas, los hacendados y

gamonales del altiplano puneño despojaron a las comunidades de sus tierras a

través de la fuerza o de procesos judiciales apañados (Aliaga, 2015, págs. 497-

498).

1
Estudiado con profundidad por Flores Galindo (1977) La oligarquía arequipeña y los
movimientos campesinos.

23
La expansión de las haciendas a expensas del despojo de las tierras

comunales no indica ningún aumento de la productividad, e incluso, ni del

volumen de las lanas exportadas. Puesto que en los gamonales el estímulo de

la demanda de lanas no opera para su transformación en empresario ganadero;

sino para reforzar su poder monopólico, impidiendo por cualquier medio el

acceso directo de los indios al mercado de las lanas (Rengifo, 1990, pág. 37).

“De 1895 a 1913, Puno experimentó una reactivación de su economía

pecuaria. El comercio de lanas de camélidos, cuyo principal destino era el

mercado europeo, alcanzó su mayor índice de exportación en 1918 para luego

mostrar un lento descenso por la crisis económica mundial. Ante la demanda

creciente del comercio internacional de lanas, los hacendados y gamonales del

altiplano puneño despojaron a las comunidades de sus tierras a través de la

fuerza o de procesos judiciales apañados” (Aliaga, 2015, pág. 497).

El sistema comercial de Puno cuando en el departamento de Arequipa se


instalaron empresas británicas dedicadas a la compra de fibra de alpaca
y llama. Puno significó el lugar propicio para extraer la materia prima. Para
esto era imprescindible asegurar las vías de comunicación, a pesar de su
incipiente sistema vial. Previo a la aparición de este circuito comercial,
Puno mantenía una relación comercial, social y cultural más estrecha con
el departamento de Cusco, inclusive durante tiempos coloniales. A pesar
del boom de la extracción de la materia prima, todo esto circuito facilitó el
crecimiento de Arequipa, debido a que toda la producción no sufrió
proceso de transformación alguno en Puno, fue tan sólo extraída y llevada,
procesada en Arequipa, Huancayo y Cusco. El ferrocarril, el auge de las
lanas no fue aprovechado, ni favoreció el desarrollo de Puno, sino tan
sólo el desarrollo y crecimiento de las haciendas (Núñez, 2008, pág. 90).

24
“En 1895 estalla un levantamiento en Chucuito. Empieza en el mes de

marzo y persiste todavía en abril. Hoy la guerra es en general contra la raza

blanca, informaba el periódico La Época (tomado de La Época, 22 de abril de

1895) «de donde nadie tiene garantías en los pueblos dominados por la indiada

rebelde»” (Flores, 1977, pág. 365).

Según Flores (1977), Puno se convierte en el principal centro productor

de lana de alpaca, la cual era vendida, a través de sistemas tradicionales “como

la feria regional o el sistema de enganche”. Este auge de la comercialización de

lana de alpacas también propició el desarrollo de la ganadería, el incremento de

las haciendas y el surgimiento de conflictos sociales entre indígenas comuneros,

hacendados y autoridades de la ciudad de Puno. De esta forma la creciente

demanda por lanas generó entre los terratenientes y hacendados un desmedido

afán de lucro que se plasmó en la absorción de tierras de comunidades indígenas

para aumentar sus zonas de pastoreo valiéndose del desconocimiento e

ignorancia de las leyes de propiedad, junto a la participación de los aparatos

legales de la sociedad puneña. Es así, que, en muchos casos incorporan al

indígena parcelero y de comunidad como trabajador en sus nuevas zonas de

pastoreo en condiciones injustas.

Entre 1903 y 1928, se dieron una serie de movimientos campesinos en

los distritos de Asillo, Huancho, Chucuito, Huancané, Samán, Platería, Ilave, y

Lampa. Como señala Escobar los realizados en los años de 1905 fueron los más

severos. Como reacción a esto el gobierno de Leguía, recién 1919 creó la oficina

de asuntos indios, dentro del Ministerio de Desarrollo y Hacienda. Ahora bien,

esta Comisión Pro-indígena.

25
El reparto de la lana impulsó el enriquecimiento sorprendente de los

nobles, razón por lo cual lo defendían con tesón, despojo de tierras y violencia.

Los blancos y los mestizos habitaban las ciudades y pequeñas aldeas, mientras

los indígenas vivían en los campos y alturas.

Los indígenas transitaban espontáneamente por las zonas urbanas. A


veces, voluntariamente, para asistir a fiestas o negocios de lana; y otras
compulsivamente, para cumplir con los trabajos públicos, Contribución
Personal, levas, etc. Los “mistis” de los núcleos urbanos controlaban el
aparato político y militar. Usualmente eran autoridades y habían
establecido toda cadena de intermediación. Gobernadores (“mandones”)
y Alcaldes (“ilacatas”) extraían el excedente económico y la fuerza de
trabajo de la población campesina. Los mandones y los ilacatas cobraban
las contribuciones, realizaban el “reparto” y se encargaban de que las
parcialidades y sus ayllus concurran a los trabajos públicos y de servicios
en las casas de las autoridades (Kapsoli, 1977, pág. 22).

La parcialidad de Platería tiene con su espacio social y geográfico de

asentamiento indígenas, fue la relación de dependencia y vasallaje frente a las

autoridades locales, y las cercanas haciendas. Platería, como parte del cinturón

aimara de Puno se caracterizaba por la poca presencia de haciendas frente a las

zonas quechuas como Lampa, Azángaro, entre otras. Básicamente eran

pequeños agricultores y criadores de ganando dispersos, para las zonas

quechuas los indígenas de platería eran empleados como peones en las

haciendas.

La actividad económica sobre la que se basó esta parcialidad fue la

agricultura, básicamente la de papa, cebada, quinua, cañihua, trigo y maíz, en

26
menor escala. Como casi todas las comunidades de indígenas se siembran

papas para consumo y para el intercambio.

Desde un inicio fue la minería, básicamente Platería era una zona de


extracción de plata y cobre; posiblemente de allí provenga su nombre.
Además, de estar dentro del circuito minero colonial, estaba en la ruta
colonial a Potosí. Además, existía minería en platería, básicamente de
plata y cobre, minas como Tyk’ollo y Pilaptja, situadas a 12 Km. del hoy
centro de la ciudad. Hoy en la actualidad, a pesar de haber más de un par
de denuncios mineros no se explota, siendo las actividades agropecuarias
las principales fuentes de sostenimiento (Rengifo, 1990, pág. 149).

El espíritu observador e inquieto de Manuel Zúñiga Camacho encontró


muchas costumbres equivocadas. Estas eran toleradas por los
campesinos debido a la acción coactiva de las autoridades de los pueblos
del altiplano puneño y de los gamonales de los latifundios serranos. Así,
el gobernador del Distrito de Chucuito obligaba a los indígenas a prestar
servicios gratuitos como Hilaqatas, los hombres recién casados debían
servir como auxiliares de las autoridades durante un año; el campo,
Alcalde o Segunda, como suplentes del Alcalde del Distrito, también
por un año. Los Jueces de Paz tenían sus sirvientes llamados Alguaciles
que cumplían sus mandatos durante un año. El cura también tenía sus
mayordomos de la iglesia, sacristanes y pongos. Fuera de estos cargos
para las fiestas los campesinos pasaban obligatoriamente como alferados
y para la misa tenían que dar al párroco un carnero degollado, gallina,
conejos, papas, quinua, huevos (Frisancho, 1979, pág. 179).

“Los mayorales tenían que traer bailarines para las fiestas del pueblo. Las

mujeres también cumplían servicios gratuitos donde el Gobernador como mitanis

o cocineras; las amalas o niñeras tenían que amamantar al hijo recién nacido;

las wallpanis tenían que cuidar las aves de corral. Por otro lado Manuel Zúñiga

27
Camacho observaba la esclavitud de los colonos de las haciendas donde

pastaban el ganado gratuitamente sólo recibía una libra de coca y una arroba de

chuño al mes” (Frisancho, 1979, pág. 179).

A manera de conclusión la raza indígena en Distrito de Chucuito a inicios

del siglo XX se encontraba en un clamoroso estado de abandono, que se debe

al interés de la clase dominante del gamonalismo que ha escogido mantenerla

en ignorancia para seguir esclavizando en sus tierras como señalan las

investigaciones y declaraciones de los indígenas. El problema de la raza

indígena en platería y chucuito fue un asunto racial, administrativo, jurídico,

educativo y eclesiástico. La comunidad indígena del altiplano como en Chucuito

fue despojada por el gamonalismo feudal, cuyas expresiones eran el latifundio y

la servidumbre.

El gamonalismo se consolidó y extendió, siendo la única perjudicada la

comunidad indígena de Platería y Chucuito, la misma que, pese a todo, logró

sobrevivir. El latifundio de la costa evolucionó hacia modos y técnicas

capitalistas, en tanto que el de la sierra conservó íntegramente su carácter

feudal, resistiendo a la transformación industrial y capitalista; aun así no logró

destruir la comunidad indígena. El rol de la iglesia católica en el distrito de

Chucuito en 1895 a 1920 fue aval del Estado semifeudal instituido por el

gamonalismo, por tal motivo reprimían a la población indígena.

En cuanto el latifundio costeño cada vez más ligado al capital extranjero

prefirió desplazar los tradicionales cultivos alimenticios por el cultivo de algodón

28
de exportación, generando un círculo vicioso de importación de alimentos y

exportación de materias primas. Indistintamente del tipo de latifundismo, éste

impedía el desarrollo del capitalismo nacional, ya que los gamonales del sur del

Perú respaldado por la religión católica, obraban como intermediarios o agentes

del capitalismo extranjero; el gamonal agrario del altiplano puneño se mostraba

del todo inepto como creador de riqueza y de progreso solo se dedicó en la

exportación de fibra de ovinos y auquénidos usando método engañosos e

injustos hacia el indígena en la acumulación y obtención de la fibra.

4.1.2. ORIGEN DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA.

Los campesinos eran convencidos para vender sus tierras a los

hacendados, se fraguaban documentos falsos pues se hacía aparecer que

recibían sumas equitativas de dinero, cuando esto no era cierto. En

consecuencia, los escritos eran medio engaño y estafa. Esto concitó a los

campesinos la idea de que ellos y sus hijos deberían aprender a leer y escribir.

Manuel Zúñiga Camacho captó esta inquietud en 1902, con el fin de

obtener escuelas, los indios año tras año, han elevado solicitudes al Supremo

Gobierno para que le designen solamente profesores; puesto que ellos

aportaban el terreno, el local y el mobiliario de la escuela, pese a esos aportes,

sus peticiones resultaron infructuosas por interposición de los gamonales

(Portugal, 2013, pág. 54). Y es más, cuando lograban persuadir a algún “misti”

para que les oficie de profesor, los gamonales trataban de disuadirlo por

cualquier medio; y si aún se mantenía firme el profesor, entonces incendiaban y

arrasaban la escuela (Rengifo, 1990, pág. 47).

29
El gobernador del Pueblo de Chucuito obligaba a los indígenas de los

ayllus y comunidades a prestar servicios gratuitos, como Jilaqatas a los hombres

casados, que deberían servir como auxiliar de las autoridades, por el periodo de

un año. Los jueces de paz también tenían sus sirvientes llamados alguaciles,

que cumplían sus mandatos. El Tata-cura de la parroquia tenía sus mayordomos

al servicio del Tata-cura del pueblo (o de los pueblos). Fuera de estos cargos,

para las fiestas patronales, los campesinos obligatoriamente pasaban como

alferados. Para la misa tenían que dar al Tata-cura un carnero degollado,

gallinas, conejos, papas, quinua y huevo.

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993) señala:

en el año 1902 fundé la primera escuela rural en el departamento de Puno. La

escuela funcionaba en mi casa (en la casa de mi padrastro) en la parcialidad de

Utawilaya. El local era una amplia sala que construí con ese propósito. Enseñaba

a mis discípulos (hombres y mujeres y niños de toda edad) la lectura y la escritura

del idioma castellano y la interpretación y el estudio de la Biblia (Gallegos, 1993,

pág. 46). De igual modo Tamayo (1982) señala: La escuela rural Utawilaya de

Platería, fundada originalmente por Manuel Zúñiga Camacho Alca y que después

se difundió por el Altiplano gracias a los esfuerzos de Fernando A. Stahl y Pedro

Kalbermater, la educación indígena se inició en Puno con resultados

insospechados y trascendentales. Por primera vez el indio accedió de su propia

dignidad (Tamayo, 1982, pág. 97). En 1902, el cacique adventista Manuel Zúñiga

Camacho fundó la primera escuela rural en la parcialidad de Utawi laya

(Platería), donde enseñó a leer y escribir, a interpretar la Biblia, la higiene

personal y además atendía a los enfermos (Aliaga, 2015, pág. 498).

30
En lo que concierne al primer punto. En 1902, a consecuencia de la

solicitud de los comuneros de Utawilaya, el maestro Manuel Z. Camacho fundó

la "Escuela particular de Indígenas de la parcialidad de Platería", en una época

en que la escuela occidental se encontraba todavía lejos de penetrar en las áreas

indígenas del altiplano.

La finalidad de la escuela era la enseñanza de la lecto escritura en


castellano y la capacitación en técnicas de cultivos y de salud. Si bien el
objetivo de la escuela era la enseñanza del castellano, al parecer, para
lograr un mejor rendimiento en la escuela, se hacía uso también del aymara
en forma instrumental. Esto bastó para que la escuela fuera clausurada a
causa de la reacción de los gamonales locales que la acusaron de incitar a
la rebelión indígena. Sin embargo, Camacho, a través del apoyo de la
Asociación Proindígena y de la Misión Adventista, logró reabrir su escuela
en Utawilaya y posteriormente establecer en Platería una escuela más
grande y de mayor cobertura (Citarela , Amadio , & Zuñiga , 1990, pág. 82).

1919 fin de la
República
1902 origen de la Aristocrática
Escuela Rural
Indígena de
Utawilaya
1895 inico de la
República
Aristocrática

Figura 1. Origen de la Escuela Rural de Utawilaya en el proceso de desarrollo

de la historia del Perú (2016).

El Perú estaba gobernado entre 1895 a 1919 por un pequeño grupo

oligárquico y gamonal, acuñado este periodo por Basadre como la República

Aristocrática, dueña de los medios de producción (la industria agropecuaria, las

31
finanzas y la minería), que despojaron de sus tierras al poblador rural, dando

origen a inmensas haciendas, durante este periodo se origina la escuela de

Utawilaya, figura 1.

Manuel Z. Camacho abre la Escuela Libre en Utawilaya (Platería) en 1902

y cuya existencia fue irregular ante el ambiente hostil de la Iglesia y los

gamonales. Camacho mantuvo contacto con los adventistas de Arequipa y los

misioneros en Chile y Bolivia para promover una misión permanente en el

departamento. Esta gestión y promoción de la presencia de una misión local se

cristalizó con la llegada de Fernando Stahl al altiplano puneño.

En el curso de asistir a la escuela primaria metodista en Iquique, servir en

el ejército en Arequipa, viajar por México, California y Chile, los contactos de

Camacho con el protestantismo y la educación, reforzaron su espíritu vehemente

a independiente y alimentaron su pasión para mediar la salvación a los

campesino del Altiplano: “El único camino seguro de salvación de la postración

en que se encuentra, es aprender a leer (Allpanchis, 1989, pág. 211). La escuela

rural de Utawilaya se fundó en el año 1902, fue la primera escuela donde se

enseñó a los indígenas aimaras a leer y escribir, es decir alfabetizar, entonces

la posición de Manuel Zúñiga Camacho fue “la educación como práctica de la

libertad”.

Utahui-laya es una pequeña comunidad situada en las proximidades del


distrito de (Platería) en Chucuito, la primera escuela indígena en Puno y
una de las primeras en América del Sur. La conforman pocas viviendas y
consiguientemente pocas familias que huyeron de la voracidad de los

32
hacendados, en este caso de Agustín Tovar, dueño de las haciendas de
Collacachi y Viluyo, entre las cuales se encontraba la primitiva vivienda de
los familiares del fundador de la escuela, Manuel Camacho, el precursor
del indigenismo, el Espartaco de su raza. La escuela fue establecida allí
con esperanzados objetivos de enseñar a leer y escribir, instalar el
adventismo, liberar a los suyos y elevar su cultura (Portugal , 2012, pág.
3).

“En 1902, el cacique adventista Manuel Zúñiga Camacho fundó la primera

escuela rural en la parcialidad de Utawi laya (Platería), donde enseñó a leer y

escribir, a interpretar la Biblia, la higiene personal y además atendía a los

enfermos” (Aliaga, 2015, pág. 497).

En 1902, a consecuencia de la solicitud de los comuneros de Utawilaya,

el maestro Manuel Z. Camacho fundó la "Escuela particular de Indígenas de la

parcialidad de Platería", en una época en que la escuela occidental se

encontraba todavía lejos de penetrar en las áreas indígenas del altiplano. La

finalidad de la escuela era la enseñanza de la lectoescritura en castellano y la

capacitación en técnicas de cultivos y de salud. Si bien el objetivo de la escuela

era la enseñanza del castellano, al parecer, para lograr un mejor rendimiento en

la escuela, se hacía uso también del aimara en forma instrumental. Esto bastó

para que la escuela fuera clausurada a causa de la reacción de los gamonales

locales que la acusaron de incitar a la rebelión indígena. Sin embargo, Camacho,

a través del apoyo de la Asociación Proindígena y de la Misión Adventista, logró

reabrir su escuela en Utawilaya y posteriormente establecer en Platería una

escuela más grande y de mayor cobertura (Citarela & Zuñiga , 1990, pág. 49).

33
Manuel Zúñiga Camacho Allca, puneño educado en Moquegua. Él vuelve

al altiplano a inicios del XX y se encuentra con una fuerte resistencia del grupo

de los mestizos puneños que lo rechazan por sus “aires aspiracionistas”. En 1902

abre la escuela Utawilaya, una institución privada que funcionaba en su casa en

Platería. Esta escuela y Camacho sufrieron múltiples persecuciones por parte de

los mestizos puneños y Camacho fue denunciado por provocar disturbios

(Málaga, 2014, pág. 26).

Según Málaga (2014), la oposición a la educación indígena era muy

fuerte. Hoy se hace evidente que las razones para detener las iniciativas de

cambio estaban motivadas por una élite que temía perder la base de su poder

(la fuerza de trabajo gratuita de los indios). Esta escuela y Camacho sufrieron

múltiples persecuciones por parte de los mestizos puneños y Camacho fue

denunciado por provocar disturbios. Gallegos (1993) en el año de 1903 tuvo lugar

un levantamiento de indios en el pueblo de Pomata, la sublevación dio lugar a

un juicio militar para castigar a los rebeldes indios, Manuel Z. Camacho fue

incluido en el juicio y recluido por dos años en la carceleta de la prefectura. Fue

defendido por Teodomiro Gutiérrez Cuevas, Don Manuel Gonzales Prada.

“Desde la cárcel de Puno Camacho escribe varias cartas a Santiago de

Chile y Buenos Aires quienes las defendieron en su revista “Las Señales de los

tiempos” donde decían que Camacho no tenía mayor delito que el haber traído

tardíamente la reforma al altiplano andino. En 1904, fue encarcelado por el poder

político y obligado a abandonar la escuela” (Aliaga, 2015, pág. 509).

34
Manifiesta Portugal (2013) dedicado a la obra “Historia de la Educación

en Puno”, sobre el origen de la escuela de Utawilaya, lo siguiente:

Manuel Z. Camacho, fundó en 1903 en Utahui-laya, en el distrito de


Plateria, Provincia de Chucuito Puno, la primera escuela indígena en
Puno y una de las primeras en América del Sur. Utahui-laya es una
pequeña comunidad situada en las proximidades del distrito de (Plateria)
en Chucuito. La conforman pocas viviendas y consiguientemente pocas
familias que huyeron de la voracidad de los hacendados, en este caso de
Agustín Tovar, dueño de las haciendas de Collacachi y Viluyo, entre las
cuales se encontraba la primitiva vivienda de los familiares del fundador
de la escuela, Manuel Camacho, el precursor del indigenismo, el
Espartaco de su raza. La escuela fue establecida allí con esperanzados
objetivos de enseñar a leer y escribir, instalar el adventismo, liberar a los
suyos y elevar su cultura.

Cuando en algunos casos, los campesinos eran convencidos para vender


sus tierras a los hacendados se fraguaban documentos falsos pues se
hacía aparecer que recibían sumas equitativas de dinero, cuando esto no
era cierto. En consecuencia, los escritos eran medio de engaño y estafa.
Esto concitó en los campesinos la idea de que ellos y sus hijos debían
aprender a leer y a escribir. Manuel Camacho que ya había corrido mucho
mundo, cuando volvió a su tierra en 1902 captó esta inquietud de los
suyos y puntualizó como uno de los objetivos el enseñar a leer y a escribir.

Camacho por sus viajes por el extranjero había adoptado el credo


adventista, siendo bautizado en Santiago de Chile. De modo que cuando
volvió al Perú su tierra natal, al fundar la escuela de Utahui-Laya se
propuso iniciar desde allí la propagación del adventismo en el
Altiplano.Según Camacho, el adventismo seria la doctrina salvadora de su
raza de las presiones que los tenían en estado salvaje y de esclavitud de
los mestizos. Así que fue Utahui-laya el primer foco de adventismo en el
Altiplano y no Platería. Platería fue más tarde en 1912.

35
Manuel Camacho como hombre de mundo, tenía idea clara de la
democracia, pues había estado en Estados Unidos, en Chile y en Lima.
Por tanto intentó la gigantesca tarea de elevar el nivel cultural de los
indígenas convencido de que teniendo una cultura valiosa con la
educación podía superar a la cultura occidental. Tenía fe ciega en este
objetivo porque llegó a estudiar la historia peruana y estaba seguro de que
descendía de una cultura de caracteres superiores que habla sido
truncada y que había que restaurar. Utahui-laya fue el intento inicial de
esa gran tarea.

Organización y funcionamiento. La escuela de Utahui-laya se instaló en


su choza, formada de dos habitaciones y dos paredes. Prácticamente
empezó sus labores funcionando al aire libre, sentado sobre cajones de
alcohol y piedras, colocadas junto a las paredes. Manuel Camacho no era
maestro ni había estudiado para tal, pero su pasión redentora engendró
su intuición y llego a desempeñarse como uno de los educadores de más
avanzada.

Todos los días lograba que los niños llegaran bien lavados y limpios. Por
las mañanas enseñaba a los yoqallitos a leer y escribir, se ignora el
método que empleaba, pero lograba que aprendieran, eso era lo más
significativo. En las horas de descanso jugaba con los alumnos diversos
juegos que el habia aprendido, asistiendo a las escuelas sabáticas de las
ciudades donde estuvo. Por las tardes salía al campo a pasear y a
observar la naturaleza y sus elementos, como belleza y como recursos
natural. Y a la vuelta a manera de descanso les explicaba la doctrina
cristiana, contándole la vida de Cristo y sus parábolas, en la lengua natal
de los niños. En esto se parecía a Tolstoi que se pasaba todas las tardes
enseñándoles pasajes bíblicos del cristianismo en su escuela de Yasnaya
Poliana.

Eso, era la escuela de Utauhi-laya y eso es lo que hacía el maestro


Manuel Camacho. No tenía una organización administrativa legislada, ni
programas oficiales; pero tenía la conciencia de conducir la vida de sus

36
alumnos por el camino de la superación cultural y de la redención de su
estirpe.

Fernando Stahl y Ana Stahl en su arribo a Platería en 1907, abrazaron la

visión de Camacho de una educación para la población indígena y ampliaron la

presencia educacional en Platería. Según Stahl citado por Allpanchis (1989, p.

212) Durante ese primer año Camacho continuó en la Escuela de Utawilaya y

fue secundado por Ana Stahl en el pastoreo de un cuerpo estudiantil de ciento

cincuenta alumnos que incluía desde niños de corta hasta edad adulta. Ese

mismo año se compró un terreno a un costado de “treinta dólares de oro” y a su

vez se erigieron edificios mediante el esfuerzo comunal conjunto.

En 1913 la escuela Adventista de Platería abrió sus puertas a 200

alumnos con actividades coeducacionales en lectura, escritura y aritmética,

además de higiene y religión. (…). Según Howell 81917) citado por Allpanchis

(1989, p.213) al multiplicarse los pedidos de escuelas de aldeas en el territorio

circundante, las aulas llegaron a estar ocupadas durante todo el año, debido a

que de instruyeron cursos de preparación para maestros, resultando así la

Escuela Normal de Platería.

4.1.3. LA ENSEÑANZA EN LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA.

Según Citarela, Amadio, & Zuñiga, (1990), el programa de estudio de las

escuelas adventistas incluía el aprendizaje de la lectoescritura en castellano,

además de elementos de aritmética, higiene, técnicas de cultivos etc. La

preocupación religiosa y misionera se reflejaba en la enseñanza de la Biblia en

las clases y de la religión cristiana. Sin embargo, una aspiración fundamental de

37
la experiencia era el intento de revalorización del mundo campesino e indígena

a través de la enseñanza escolar.

Las escuelas, a pesar de la oposición de los gamonales y de la burguesía

regional, que acusaron hasta de "herejes" a los maestros que la atendían,

siguieron aumentando llegando en 1916 a 19 unidades (atendiendo a una

población escolar de 2200 alumnos de las riberas sur del lago) y luego a una

población escolar de 3.619 alumnos con 73 maestros indígenas.

El movimiento de liberación y restauración de la población originaria del

altiplano del sur del Perú se inició con el líder aimara Manuel Zúñiga Camacho a

comienzos del siglo xx, con su escuela de alfabetización en Utawilaya,

departamento de Puno, en medio de la más severa oposición. Sin preparación

docente, recibió alumnos de ambos sexos y diferentes edades que deseaban

aprender a leer y escribir en su escuela particular. Luego de unos años, buscó

apoyo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día (establecida en Perú en 1898).

Así llega Stahl a Bolivia en 1909 y a Puno en 1911, cuando comienza su obra

educativa, sanitaria y social, estableciendo la estación misionera en Platería

(1913). En la región del Titicaca, Stahl dio continuidad a la obra de Camacho. Se

describe con algún detalle la lucha por la libertad religiosa por parte de Camacho,

Stahl, Forga y otros, hasta el logro de la reforma constitucional. A partir de

Platería vendrían las escuelas en la zona aimara, y con la llegada de Pedro

Kalbermatter, se extendió la obra evangelizadora y educativa entre los quechuas

(…) ( Maquera , 2014, págs. 121-122).

38
Manuel Zúñiga Camacho es el agente de cambio y liberación por medio

de la educación, establecido en Utawilaya, donde inició un proyecto educativo

de liberación, los adventistas solo siguieron el proyecto de Camacho y se

dedicaron al proyecto religioso y sanitario.

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993):

Enseñaba a mis discípulos (hombres, mujeres y niños de toda edad) la lectura y

la escritura del idioma castellano y la interpretación y el estudio de la Biblia.

Además, curaba a los enfermos y daba orientaciones para la crianza de los

animales y el cultivo de las plantas alimenticias. El maestro Manuel Zúñiga

Camacho como hombre indígena que había alcanzado apreciables experiencia

y cultura, pensó que el mejor camino para redimir a su pueblo era empezando a

liberar las conciencias individuales de sus viejas costumbres por medio de la

educación (Portugal, 2013, pág. 51).

Manuel Zúñiga sirvió en el ejército y viajó por los EE. UU., y Chile,

consideraba que la educación era la única forma de salvación del alma y un

medio para liberarse de la opresión del gamonal, el terrateniente y el sacerdote

(Aliaga, 2015, pág. 498). Camacho era un profesor múltiple, sabía curar a los

enfermos, atendía consultas referentes a las enfermedades humanas, también

absolvía consultas sobre los cultivos de las plantas alimenticias y hierbas

medicinales. Daba consejos sobre la prevención de ciertas enfermedades.

Además de enseñar a leer y escribir a sus alumnos, él estaba convencido del

abuso de las autoridades de los pueblos, por el atraso y la ignorancia en que

39
vivían los campesinos, además, porque no sabían expresarse en el idioma

castellano.

“(…), el objetivo de la escuela era la enseñanza del castellano, al parecer,

para lograr un mejor rendimiento en la escuela, se hacía uso también del aymara

en forma instrumental. Esto bastó para que la escuela fuera clausurada a causa

de la reacción de los gamonales locales que la acusaron de incitar a la rebelión

indígena. Sin embargo, Camacho, a través del apoyo de la Asociación

Proindígena y de la Misión Adventista, logró reabrir su escuela en Utawilaya y

posteriormente establecer en Platería una escuela más grande y de mayor

cobertura” (Citarella, Amadio, Zuñiga , & Chiod, 1990, pág. 25).

La escuela que construyó Zúñiga Camacho, en la parcialidad de Utawilaya,

fue con el propósito de enseñar la lectura, escritura del idioma castellano,

interpretación, toma de conciencia y trasformar la realidad, instruyó a sus

hermanos indígenas de toda edad, con el propósito de liberarlos y trasformar la

realidad que vivía en un ambiente de explotación, humillación y discriminación,

Figura 3.

Leer y escribir.
Educación liberadora

Interpretación.

Toma de conciencia

Transformar la realidad.

Libertad.

Religión.

Figura 2. La enseñanza en la escuela rural de Utawilaya de Manuel Z.


Camacho, (2016).

40
En la labor educativa liberadora emprendida por Manuel Zúñiga Camacho

destaca la liberación de la dominación y el esclavismo imperante, implantado por

los gamonales bajo el sistema feudal. Camacho enseñó a leer y escribir,

interpretar la historia; cambiar y transformar la estructura mental. Todos tienen

derecho a la educación, sin excepción alguna de credo, religión, sexo, raza y

otros. La educación liberadora está comprometida en formar hombres y mujeres

que sean fuertes para pensar, que sean poseedores y no esclavos de las

circunstancias; posean claridad de pensamiento y valor para defender sus

convicciones. Esta es la verdadera esencia de la educación liberadora que

propugnó Zúñiga Camacho, que en nuestra sociedad actual requiere desarrollar.

Camacho consideraba que la educación era la única forma de salvación del alma

y un medio para liberarse de la opresión gamonal, del terrateniente y el

sacerdote. En 1904, fue encarcelado por el poder político y obligado a abandonar

la escuela.

En el año de 1906, por primera vez en la historia de la Educación

campesina de la región altiplánica, el Amauta Manuel concurre con sus alumnos,

a la ciudad de Cajas reales de Chucuito, para demostrar ante la población las

lecciones de civismo y patriotismo. Realiza el desfile escolar en la plaza de armas

al compás de las zampoñas. Con todo fervor patriótico entonaron el Himno

Nacional, frente al reloj solar. Este hecho fue comentado favorablemente por

algunos vecinos liberales. Pero no faltaron los renegados enemigos que

satanizaron expresando anatemas, echándoles con orines, arrojando coca

masticada y gritando palabras injuriosas (Chambi , 2007, pág. 62).

41
(…), una aspiración fundamental de la experiencia era el intento de
revalorización del mundo campesino e indígena a través de la enseñanza
escolar. Las escuelas, a pesar de la oposición de los gamonales y de la
burguesía regional, que acusaron hasta de "herejes" a los maestros que la
atendían, siguieron aumentando llegando en 1916 a 19 unidades (atendiendo a
una población escolar de 2200 alumnos de las riberas sur del lago) y luego a una
población escolar de 3.619 alumnos con 73 maestros indígenas. Las escuelas
campesinas establecidas por los adventistas tuvieron un efecto positivo entre el
campesinado, pues los líderes campesinos ya habían sido alfabetizados y
concientizados de su dignidad y de sus derechos. Es así como se enfrentaron a
sus dominadores para demandar justicia (Citarela & Zuñiga , 1990, pág. 25).

En 1902, a consecuencia de la solicitud de los comuneros de Utawilaya, el

maestro Manuel Z. Camacho fundó la "Escuela particular de Indígenas de la

parcialidad de Platería", en una época en que la escuela occidental se

encontraba todavía lejos de penetrar en las áreas indígenas del altiplano. La

finalidad de la escuela era la enseñanza de la lecto escritura en castellano y la

capacitación en técnicas de cultivos y de salud. Si bien el objetivo de la escuela

era la enseñanza del castellano, al parecer, para lograr un mejor rendimiento en

la escuela, se hacía uso también del aymara en forma instrumental. Esto bastó

para que la escuela fuera clausurada a causa de la reacción de los gamonales

locales que la acusaron de incitar a la rebelión indígena. Sin embargo, Camacho,

a través del apoyo de la Asociación Proindígena y de la Misión Adventista, logró

reabrir su escuela en Utawilaya y posteriormente establecer en Platería una

escuela más grande y de mayor cobertura (Citarela , Amadio , & Zuñiga , 1990,

pág. 25).

Según Citarela, Amadio, & Zuñiga, (1990), el programa de estudio de las

escuelas adventistas incluía el aprendizaje de la lectoescritura en castellano,

42
además de elementos de aritmética, higiene, técnicas de cultivos etc. La

preocupación religiosa y misionera se reflejaba en la enseñanza de la Biblia en

las clases y de la religión cristiana. Sin embargo, una aspiración fundamental de

la experiencia era el intento de revalorización del mundo campesino e indígena

a través de la enseñanza escolar.

Las escuelas, a pesar de la oposición de los gamonales y de la burguesía

regional, que acusaron hasta de "herejes" a los maestros que la atendían,

siguieron aumentando llegando en 1916 a 19 unidades (atendiendo a una

población escolar de 2200 alumnos de las riberas sur del lago) y luego a una

población escolar de 3.619 alumnos con 73 maestros indígenas. Según anota

Llanque: "las escuelas campesinas establecidas por los adventistas tuvieron un

efecto positivo entre el campesinado, pues los líderes campesinos ya habían

sido alfabetizados y concientizados de su dignidad y de sus derechos. Es así

como se enfrentaron a sus dominadores para demandar justicia.

De la opresión y esclavismo implantado en el altiplano puneño por los

gamonales y cómo esto ha afectado en la condición humana del poblador, frente

a estos actos, inicia con una educación liberadora propuesta por Manuel Zúñiga

Camacho y similar a la pedagogía liberadora de Paulo Freire (Brasil), donde

sienta sus bases de una nueva pedagogía en completa oposición a la educación

tradicional y bancaria. La enseñanza de la lectura y la escritura en los adultos

busca la reflexión y el cambio de las relaciones del individuo con la naturaleza y

con la sociedad. El objetivo esencial de la educación, que propone Freire, es

liberar a la persona de las supersticiones y creencias que le ataban, y liberar de

43
la ignorancia absoluta en que vivían; transformarla a su estado de dignidad y

humanismo mas no uniformizarla ni reproducirla lo pasado, tampoco someterla,

tal como ocurre en la educación tradicional que ha imperado varios siglos.

En la escuela de Utawilaya se enseñó a los indígena aimara a leer y

escribir, es decir a alfabetizar, tal como posteriormente Paulo Freire alfabetizó

en Brasil. En esta escuela no solamente se enseñó a leer y escribir, también se

enseñó los valores de autoestima, la higiene en todos los aspectos, los principios

del sano vivir, dejar de masticar la coca para mitigar el hambre, dejar de beber

el alcohol que adormecía el cuerpo contra las inclemencias de la naturaleza, a

vestirse como personas dignas y otros principios de una vida correcta y sana.

4.1.4. EL PROTESTANTISMO EN EL PERÚ.

La presencia de las misiones protestantes en el altiplano también jugó un rol

importante dentro del panorama social, político y educativo del altiplano. En las

décadas finales del siglo XIX y con la recuperación del país tras la Guerra del

Pacífico, la presencia de iglesias protestantes se concentró en ciudades

principales donde residían comunidades de feligreses extranjeros.

Entre estas presencias se encuentran los primeros intentos de

evangelización como fueron los del metodista Francisco Penzotti en el Callao.

Durante este periodo de presencia misionera en las diferentes partes del

continente, la meseta del Collao fue un espacio donde tanto metodistas,

adventistas y evangélicos convivieron frente a la hostilidad e influencia de la

iglesia católica (Fonseca, 2005, pág. 286). Muchas veces tuvieron aliados entre

los intelectuales por la labor de asistencia social que realizaban.

44
En su mayoría, los misioneros protestantes tenían conocimientos básicos

de enfermería, experiencia en la alfabetización y el aspecto del aseo fue un tema

muy dedicado en la misma instrucción. Es el caso de los adventistas donde

apoyaron el proyecto educativo de Manuel Zúñiga Camacho.

Constantemente fueron hostigados por los gamonales y la religión católica

los protestantes en su labor evangelizadora tuvieron repercusión no solo en el

ámbito local sino, en muchos casos a nivel nacional. Kalbermatter también sufrió

persecución por tal motivo se hizo la dificultosa situación de los misioneros en

Samán y Llalagua. Según los estudios realizados y la investigación en Samán

junto con Achaya y Caminaca eran los distritos sureños de la provincia de

Azángaro, los cuales fueron escenarios de movimientos indígenas y por la

presencia del bandolerismo en décadas anteriores a la llegada de Kalbermatter.

Fue allí donde los hacendados destruyeron los muros de la escuela que estaban

en construcción, lo que desmoralizó a las comunidades que cooperaban en dicha

labor.

Fue precisamente en 1898 que se inicia la obra de la Iglesia Adventista del

Séptimo Día en el Perú, con la partida del puerto de Valparaíso, Chile, de dos

grupos, El primer grupo, conformado por José y Liborio Osorio, ambos

misioneros laicos que llegaron con sus familias y se sustentaban mediante el

comercio ambulatorio. El segundo grupo, estaba integrado por José Luis

Escobar, de oficio carpintero, su esposa, Víctor Thomann, una señorita

voluntaria y los hermanos Luis y Víctor Osorio. Esto ocurría en el mes de agosto

45
de 1898. El viaje había sido financiado con 150 dólares aportados por la Misión

Chilena, así como por una donación de hermanos de Alemania, y ambos grupos

llevaban la misión de compartir la verdad adventista con el pueblo del Perú

(Alomia, 1998, pág. 61).

Alomía, (1998) señala que el primer grupo llegó a Mollendo, marchando de

inmediato a la ciudad de Arequipa “adonde llegaron al atardecer del mismo día.

Al día siguiente, muy temprano, se percataron de que estaban frente al mercado

y vieron que la gente se reunía por lo cual pensaron que debían iniciar sus

actividades misioneras repartiendo folletos.” Pronto fueron rodeados por una

turba, teniendo que ser encerrados por la policía, que evitó su linchamiento, y

luego fueron deportados a su país. El segundo grupo fue algo más cauto, pues

llegaron al puerto del Callao y se establecieron en la capital peruana, trabajando

en diversos oficios a fin de auto sostenerse.

En 1896, luego de doce largos años dedicados a sus estudios en Alemania

y en Suiza, Eduardo F. Forga, natural de Arequipa, retornaba a su tierra natal

dispuesto a promover las causas de la temperancia, de la libertad religiosa y de

la defensa de los derechos de la población nativa. En 1898, en el mismo año en

que llegaban de Chile los primeros misioneros adventistas al Perú, Forga fue

contactado por los adventistas de Buenos Aires que habían comenzado a

publicar una revista misionera llamada “El Faro”. Para obtener suscriptores ellos

habían recurrido a una lista de nombres de personas que habían comprado

Biblias a los agentes de las Sociedades Bíblicas, y de esta forma fue invitado

Forga a suscribirse a la revista “El Faro”, lo cual él hizo. Pero no sólo eso, sino

46
que reimprimió en sus propias publicaciones muchos artículos de la revista “El

Faro”. Las publicaciones de Forga llegaron a manos de un jefe de una

Comunidad aimara llamado Manuel Z. Camacho.

Cuando Pedro Kalbermatter fue convocado por Fernando Stahl, el

coordinador de la Misión Adventista del Titicaca en 1919, ya había realizado

labores de enfermero y misionero en Bolivia entre la población aymara. Para

esos años la presencia protestante estaba poco difundida por la zona norte de

Puno, el mismo Stahl había sido testigo de la resistencia de las autoridades

públicas y las eclesiásticas. Kalbermatter relata en su libro 20 años entre los

indios del Perú como en los primeros días de su llegada y su estancia en La

Platería encontró un territorio dominado por la violencia de los bandoleros y la

indiferencia de las autoridades. Como misionero extranjero soportó la xenofobia

y por sus creencias, la discriminación de los detractores de su labor. En algunos

momentos tuvo que enfrentarse a los bandoleros como en La Platería. Su vida

como gaucho argentino le permitió sortear muchas veces las dificultades del

altiplano y su espíritu misionero le otorgó de la fortaleza necesaria para resistir

los ataques a su obra (Tito, 2012, pág. 10).

Movimiento religioso que a lo largo del siglo XVI se extendió por Europa

del norte contra la autoridad papal que concluyó con la escisión de la Iglesia

católica y el nacimiento de las iglesias protestantes. El descontento provocado

por la política que desarrollaba la Iglesia católica establecimiento de las:

indulgencias, nombramientos eclesiásticos que no agradaban al pueblo,

autoridad ilimitada de los Estados Pontificios en materia laica, etc., y la influencia

47
de las ideas reformadoras humanistas de Martín Lutero y Calvino provocaron

levantamientos populares en muchos países como Alemania, Países Bajos,

Dinamarca y, más tarde, Inglaterra. Escocia, Prusia, Suecia, Austria, Hungría,

Noruega y Finlandia, algunos de los cuales abrazaron el protestantismo y, tras

los conflictos, se consolidaron como naciones reformadoras.

Para Deiros (1986) citado por Núñez (2008, p. 36), el protestantismo

presente en Latinoamérica entre 1880 a 1916 tiene que ver con los

acontecimientos externos. Tanto de las sociedades norteamericanas y europeas,

como de las emergentes sociedades latinoamericanas reformistas y sus

contextos internos. Igualmente, Jürgen-Prien habla de sociedades protestantes

emergentes y que progresivamente se institucionalizan en función tanto al éxito

de su accionar como de la transformación interna de las naciones donde operan.

Para él, estas comunidades protestantes con el tiempo generarán una

conversión a la realidad latinoamericana.

Los inmigrantes británicos y norteamericanos también trajeron sus ideas

civilizadoras y modernistas junto con las religiosas. Existía la prohibición

constitucional del Estado peruano de la difusión de estas ideas, señalaba que la

Nación profesa la Religión Católica, Apostólica, Romana: el Estado la protege, y

no permite el ejercicio público de otra alguna, aún, a pesar de esto, de las

iniciativas liberales y reformistas que propiciaban llegaban al Perú.

Desde el inicio de la República, especialmente ligados a las comunidades


inmigrantes anglosajonas, la presencia protestante en el Perú asumió un
carácter permanente hacia fines del siglo XIX. Un hecho fundamental para
ello fue la llegada del misionero metodista Francisco Penzotti, quien abrió

48
un salón de cultos dirigido al público peruano en el Callao en 1888. Hasta
su llegada, los diversos intentos de otros misioneros protestantes de
establecer bases permanentes habían sido aislados y efímeros. Tan
pronto Penzotti arribó, se dedicó a vender biblias y a adiestrar a algunos
peruanos en lo mismo. Además, empezó a celebrar servicios religiosos en
español en un local alquilado. Su auditorio creció aceleradamente hasta
llegar a las trescientas personas en los servicios dominicales. El éxito de
Penzotti motivó la reacción de algunos sacerdotes católicos quienes
empezaron a hostilizarlo y lograron encarcelarlo en julio de 1890
(Fonseca, 2005, pág. 2).

“Al llegar al Callao con el propósito de oficiar cultos públicos Francisco

Penzotti, quien era representante de la Sociedad Bíblica Americana y de la

Iglesia Metodista Episcopal de Estados Unidos, se abrió todo un debate acerca

de la libertad de culto en el Perú. Cabe destacar que Penzotti estuvo preso por

el lapso de ocho meses en 1890 en el Callao” (Ocaña, 2011, pág. 98).

En enero de 1891, casi dos mil personas desfilaron por las calles de la

ciudad a favor de la libertad religiosa y, específicamente, protestando por el

encierro de Penzotti. Finalmente, luego de que el caso adquiriera gran

notoriedad, incluso en el extranjero, el misionero fue liberado en marzo del

mismo año.

Luego de este hecho, las comunidades protestantes se asentaron

progresivamente en el país, logrando formar las primeras organizaciones

permanentes. En 1912, las denominaciones establecidas eran la Iglesia

Metodista Episcopal, la Unión Evangélica de Sudamérica, la Misión Adventista,

49
la Iglesia de la Santidad y el Ejército de Salvación; además de las Sociedades

Bíblicas Americana, Británica y Extranjera (Fonseca, 2005, pág. 3).

Según Lee (1907) citado por Kessler (2010, p. 27), del año 1895 al año

1908 se sucedieron varios gobiernos civilistas, o sea conservadores y

procatólicos. El país experimentó un periodo de calma, pero la situación del

incipiente movimiento protestante se tomó muy difícil. Con todo, en diciembre de

1897, el congreso aprobó una ley de matrimonio civil para aquellos que pudieran

demostrar que no eran católicos. Esta ley trajo consigo muchos problemas de

interpretación por lo que en 1899 se trató, infructuosamente, de esclarecerla. Por

fin, en 1903 se promulgó una ley que reconocía la validez del matrimonio civil

para todos aquellos que declarasen ante las autoridades que nunca habían sido

católicos o que habían dejado de serlos.

Afirma Kessler (2010) Augusto B. Leguía fue presidente de 1908 a 1912,

y al principio mostró tendencias liberales. En 1915, el Congreso modificó la

Constitución en el sentido de tolerar el culto protestante. En 1919 Leguía se

apoderó de la presidencia y gobernó como dictador por espacio de once años.

Ayudado por préstamos de los bancos norteamericanos hizo mucho en pro de la

economía, pero su proclividad a censurar la prensa y encarcelar a sus opositores

provocó al fin una fuerte reacción. En 1929 Leguía firmó una ley que prohibía dar

instrucción protestante inclusive en colegios administrados y financiados por

protestantes.

50
4.1.5. EL ADVENTISMO DEL SÉPTIMO DÍA EN EL PERÚ.

La presencia de los adventistas como la de todos los misioneros

protestantes en el altiplano se realizó de forma progresiva a principios del siglo

XX. Desarrolló una labor de asistencia social sobre la población indígena a la vez

que inculcaban los principios de su doctrina lo que le costó el enfrentamiento con

los sectores más conservadores de la sociedad puneña (Tito , 2012, pág. 8).

Afirma Kessler (1993) citado por Núñez (2008, p. 62), en 1898

procedentes de Chile, llega el adventismo en dos frentes. El primero de ellos a

través de la ciudad de Mollendo, provenientes de Chile, donde el Adventismo ya

había llegado, alrededor de 1895, los hermanos Espinoza, carpinteros de

profesión, llegaron para expandir la obra adventista. Un segundo frente de la

llegada del adventismo es el que desembarcó directamente en lima, a través del

puerto del Callao, donde vivió al llegar al Perú, además de ser allí las primeras

reuniones adventistas, a puerta cerrada. Esta la fue la primera entrada formal de

los adventistas al Perú, a través del colportaje. Aunque se debe de señalar que

años antes, aunque de tránsito a otros países latinoamericanos, como Argentina

y Chile los misioneros adventistas norteamericanos llegaron al Perú, pero al ver

la solidez e importancia de la religión católica en nuestro país, se vieron

desanimados.

Según Alomía (1996), en su texto sobre los inicios de la presencia

adventista en el Perú, señala que en agosto de 1898, salieron de Valparaíso 2

grupos de familias hacia el Perú como misioneros de sostén propio, con el

propósito de evangelizar, valiéndose de sus oficios de carpinteros y usando el

51
colportaje2 como obra y auto sostenimiento de la obra. Otro grupo familias llegó

a la ciudad a Arequipa. Éstos eran las familias de Liborio y José Osorio. El grupo

que llegó a Lima compuesto por José Luis Escobar, Víctor Thoman, Luis y Víctor

Osorio. Los mismos miembros de la Iglesia Adventista financiaban nuevas obras

misionera. Para el caso peruano, la misión peruana dependía económicamente

de la Misión chilena, establecida años atrás. Esto se dio hasta 1904, año en que

se independiza. Para el naciente siglo XX, los colportores adventistas, trataban

de sobrevivir en múltiples ocupaciones, las cuales combinaban con su actividad

proselitista, básicamente en la ciudad de Lima, a pesar de las prohibiciones

legales.

Para Spicer (1921) citado por Kessler (2010, p. 281) en 1898, dos

adventistas chilenos laicos empezaron a evangelizar la región de Mollendo en el

sur del Perú. Fueron a Arequipa, donde distribuyeron tratados en el mercado,

pero fueron encarcelados casi inmediatamente, y después deportados a costo

del gobierno chileno. El mismo año, un tal señor Escubar otro adventista chileno

fue a Lima, y se mantuvo allí trabando como carpintero. La presencia de muchos

extranjeros había liberalizado un tanto el ambiente de lima, y esto junto con el

hecho de que se quedara (Spicer, 1921, pág. 269). A pesar de las dificultades,

2
Es el misionero evangélico encargado de vender todas las publicaciones que la Casa Publicadora
distribuye dentro del territorio que le ha sido asignado. Visitar los hogares, empresas y centros de negocios
dentro del territorio asignado con el fin de distribuir las publicaciones seleccionadas para llevar a cabo su
labor evangelizadora. Al contactarse con las personas en su trato profesional de ventas, realizará un trabajo
misionero mostrando a Jesús como nuestro Salvador. Orar con sus clientes y los interesados en el mensaje
de salvación señalándoles al Cordero de Dios. Programar estudios bíblicos con los interesados en la
búsqueda de la verdad. Promoverá constantemente la distribución y adquisición de folletos o cartillas de
Escuela Sabática, folletos para niños y jóvenes, revistas de suscripción, matutinas, libros misioneros,
biblias de evangelismo y todo material producido por las Casas Publicadoras impreso o electrónico que
edifique la fe de los miembros de iglesia.

52
Escubar distribuyó buenas cantidades de literatura y cuando H. F. Ketring visitó

Lima procedente de Chile en 1904, se encontró con un grupo como de veinte

creyentes. Ketring bautizó a siete de ellos en secreto, incluso uno que trabajaba

como colportor de la Sociedad bíblica y que informaba que había algunos que

guardaban el sábado en el interior del país.

En 1905, F.I. Perry llegó a Lima procedente de los Estados Unidos con el

fin de consolidar la obra, y el año siguiente se organizó la Misión peruana con

A.N. Allen como su primer presidente. En 1907 se contrató a un colportor a

tiempo a tiempo completo, y en 1909 la Misión Peruana mencionó en su informe

una iglesia organizada, cuatro compañías y algunos creyentes esparcidos

(Alson, 1932, pág. 80).

Para Kessler (2010), el desarrollo de mayor importancia no se relaciona

con estos comienzos; más bien tuvo lugar en la ribera del lago Titicaca. Los

indios de allí hablan aymara y son generalmente pequeños agricultores, lo cual

los hace mucho más independiente que los quechuistas que suelen trabajar

como peones en la haciendas. Los terratenientes procuraban quitarles el terreno

a los aymaras por medio de juicios interminables y eso desembocó en rebeliones

sangrientas en más de una ocasión.

Uno de los primeros impulsores del adventismo en el altiplano puneño fue

Manuel Zúñiga Camacho, cuyo nombre original fue Manuel Allca Cruz, luego de

haber viajado a Chile y a Estados Unidos, retorna a Puno en 1898 (Rénique,

2004, pág. 70). Seguidor del adventismo, en cuya doctrina funda su propio

53
proyecto pedagógico, Manuel Zúñiga Camacho funda la Escuela Libre en

Utawilaya (Platería) en 1902 y cuya existencia fue irregular ante el ambiente

hostil de la Iglesia y los gamonales. Manuel mantuvo contacto con los adventistas

de Arequipa y los misioneros en Chile y Bolivia para promover una misión

permanente en el altiplano puneño. Se fortaleció la presencia del adventismo con

la presencia de o con la llegada de Fernando Stahl.

Fernando Stahl, natural de Michigan, Estados Unidos, se convirtió al

adventismo en 1902 a la edad de 28 años, quien dirigía la misión en Bolivia, inició

junto con su familia la aventura misionera en el altiplano. Se hizo cargo por más

de diez años en la zona peruana que fue una de las más resaltantes en la región.

Su presencia no pasaba exceptuada por intelectuales, políticos, gamonales y

sobre todo por los curas (Tito , 2012, pág. 9). En este periodo (1909-1919) se

suscitan numerosos incidentes y levantamientos indígenas contra el

gamonalismo, algunos de ellos descritos en su libro In the Land of the Incas cuya

primera edición data de 1920 y que sería posteriormente en su ediciones al

español “El país de los Incas” 2009.

4.2. INFLUENCIA DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS

ADVENTISTAS EN EL ALTIPLANO PUNEÑO EN EL CONTEXTO

SOCIOPOLÍTICO.

4.2.1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO.

Manuel Zúñiga Camacho es quizás uno de los actores sociales más

importantes en esta historia. Creemos que el representó muchos de los intereses

de la población indígena desde los inicios de siglo XX. Su experiencia no pasa

54
solo por la negación de sus derechos más básicos, como casi todos los

indígenas, sino que además fue visto como un híbrido social sin cultura. Aun así,

Camacho Zúñiga tomó las riendas de su vida y su variada experiencia previa,

tanto en la milicia de Cáceres. Su alfabetización y conocimiento rudimentario de

cuestiones sanitarias, lo hizo el intermediario ideal entre los adventistas y los

indígenas aimaras.

Tres grupos étnico culturales coexisten en el espacio geográfico puneño:

indígenas, mestizos y blancos; a su vez, los indígenas se dividen en quechuas y

aimaras (Aliaga, 2015, pág. 499). Al analizar la incidencia de la pobreza de

acuerdo con o “según” la lengua materna de las personas, se observa que ésta

afecta más a la población que tiene como lengua aprendida en su niñez una

lengua nativa: quechua o aimara.

Según Kapsoli (1987), indígenas que se educaron en la escuela de Utawilaya

lideraron movimientos insurgentes contra los Gamonales, porque habían sido

despojados de sus tierras, explotados bajo el sistema de yanaconaje y excluidos

de la educación peruana.

Renique (2004) plantea que estos movimientos campesinos por la tierra y

justicia tuvieron diversos frentes de reclamos, donde los factores internos

posibilitaron visualizar la presencia y acciones de actores como gamonales,

hacendados, jueces y hasta la misma iglesia católica conservadora, además de

plantearse la búsqueda de elementos de cambio al interior de sus problemática.

Como consecuencia de los abusos de los gamonales y los hacendados, las

55
autoridades sectores conservadores de la iglesia católica ocasionaron revueltas

indígenas y campesinas por casi todo el altiplano puneño, en pos de recuperar

las tierras robadas por estos hacendados para poder extender su producción de

fibra. Esto se mantuvo a lo largo de todo este siglo y parte del siglo XX, la mayoría

de ellos terminaba con la derrota y masacre de muchos indígenas, entre 1903 y

1928, otras revueltas tuvieron lugar en los distritos de Asillo, Huancho, Chucuito,

Huancané, Samán, Platería, Ilave, y Lampa.

La importancia de esta sublevación realizada en Pomata, radica en la

interacción de personajes como: Teodomiro Gutierrez Cuevas, Telésforo

Catacora y Manuel Z. Camacho, la actuación de estos personajes en el

desarrollo de los movimientos sociales y en el de la educación resulta de una

importancia única (ya que gracias a dichos movimientos y al informe de

Alejandrino Maguiña se deberán los eventos posteriores que lograrán la creación

escuelas en el altiplano): En la concreción de la Escuela de Perfección en 1903,

escuela para obreros e indígenas (dirigida por Telésforo Catacora y José Antonio

Encinas), la escuela de Utawilaya en 1904, escuela para indígenas (auspiciada

por Manuel Z. Camacho), la Escuela Nueva “881” en 1907, de orientación

indigenista (dirigida por José Antonio Encinas, dada la vinculación entre

Telésforo Catacora y Encinas durante períodos anteriores y su compañerismo

en el Colegio Nacional de San Carlos y en la Normal de Varones de Lima) y la

Sublevación del Mayor Gutiérrez Cuevas en 1916 (empleando el seudónimo de

Rumi Maki Kori Sonqo, sublevación de reivindicación indígena).

56
Al finalizar el siglo XIX el proceso de expansión de las haciendas en el sur

del Perú, iniciado tímidamente unas décadas atrás, se intensificó. Para contar

con mano de obra, estas haciendas hicieron uso de la antigua figura del

yanaconaje (donde el indígena quedaba como un sirviente del hacendado, a

cambio de que este le diera algunos frutos de la cosecha) y el enganche (donde

el indígena era traído a las haciendas para trabajar bajo un contrato que le

restaba libertades).

Al empezar el siglo XX, Perú estaba gobernado por un pequeño grupo de

familias aristocráticas dueñas de los medios de producción (la industria

agropecuaria, las finanzas y la minería) con una limitada capacidad para

industrializar el país y con un fuerte menosprecio hacia todas aquellas razas que

no eran blancas. De 1895 a 1913, Puno experimentó una reactivación de su

economía pecuaria. El comercio de lanas de camélidos, cuyo principal destino

era el mercado europeo, alcanzó su mayor índice de exportación. Ante la

demanda creciente del comercio internacional de lanas, los hacendados y

gamonales del altiplano puneño despojaron a las comunidades de sus tierras a

través de la fuerza o de procesos judiciales apañados (Aliaga, 2015, pág. 498).

Desventajas que los pueblos indígenas padecieron en pobreza y explotación en

casi toda la región andina de Puno - Perú.

La población aimara y quechua del sur peruano, a inicios del siglo XX fue

obligada a prestar servicios gratuitos a los gamonales, alcaldes, jueces, al

Gobernador y al Cura. En 1901 los indios de Santa Rosa de Juli, provincia de

Chucuito, vienen en delegación a Lima a exponer sus quejas contra el

57
subprefecto Don Mariano Vicente Cuentas, quien obliga a los doce ayllus de la

localidad a realizar trabajos gratuitos para construir edificios públicos y casas de

los gamonales (Rengifo, 1990, pág. 23).

El concepto de República Aristocrática fue profundizado por los

historiadores Alberto Flores Galindo y Manuel Burga en un libro publicado en

1980. En ese libro se razonaba sobre la naturaleza de la clase dominante

peruana argumentando que no habría sido dirigente; es decir, que los poderosos

habrían desplegado su liderazgo social y económico en forma cerrada y

excluyente (Flores & Burga, 1990, pág. 67). De acuerdo con los autores, la

denominada República Aristocrática (1895-1919) se caracterizó por el monopolio

del poder político ejercido por una oligarquía conformada por miembros del

Partido Civil, grupos económicos poderosos y terratenientes del interior del país

(Basadre, 1963, pág. 587).

Los grupos subalternos constituidos por el campesinado

(mayoritariamente de origen indígena), los sectores populares urbanos, y las

incipientes clases media y obrera fueron excluidos de toda forma de participación

en la vida política. De esta manera, el Estado oligárquico civilista estuvo regido

por una élite de composición social homogénea, la cual excluyó de forma

sistemática a las mayorías nacionales y promovió un crecimiento económico

basado en la exportación de materias primas y la promoción irrestricta de los

capitales extranjeros.

Según Flores (1977) citado por Kopsoli (1977), de 1876 a 1915, el número

de haciendas en Puno había aumentado de 705 a 3 219. Esta expansión no

58
contribuyó a la mayor productividad de la tierra ni una mejor calidad de la fibra

de lana exportada. El estímulo del mercado en vez de convertir al terrateniente

en un capitalista, reforzó su mentalidad feudal y su poder monopólico impidiendo

el acceso de las comunidades indígenas al mercado pecuario.

Ya en 1895 se muestran signos de una reactivación de la exportación de

lanas. Esta demanda externa de lanas estimula a los hacendados o gamonales

del sur a expandir sus haciendas y a “comprar” coercitivamente la lana de los

comuneros; y no a introducir cambios tecnológicos significativos en el manejo de

pastos y ganado. Una de las formas que utilizan los gamonales para expandir

sus haciendas es el despojo directo de las tierras de las comunidades (Rengifo

G. A., 1990, pág. 45). Es así, que, veían a la ciudad de Puno, tan solo como un

espacio extractivo de materia prima, además las autoridades políticas no

propiciaron el enganche entre el auge de las lanas, el proceso modernizador de

las haciendas y el desarrollo político y social del departamento (Núñez, 2008,

pág. 47). Ante la demanda creciente del comercio internacional de lanas, los

hacendados y gamonales del altiplano puneño despojaron a las comunidades de

sus tierras a través de la fuerza o de procesos judiciales apañados (Aliaga, 2015,

pág. 498).

Uno de los Lizares, precisamente, fue quien presentó al parlamento un

proyecto de ley para erradicar a los indios (Jove, 2016, pág. 93) . Por la misma

fecha, los ingleses tuvieron a nivel de ideas erradicar a los indios de las

altiplanicies de Cuzco y Puno para desarrollar capitalistamente la ganadería

ovina, pero desistieron (Rengifo G. A., 1990, pág. 69). El problema de la tierra

59
es en sí mismo un hecho económico, y está ligado a la inequidad en el acceso a

la propiedad. La concentración de la tierra en unos pocos, quienes valiéndose

del poder político y económico despojaron al indio de sus tierras esta es la causa

de la explotación que ha padecido durante años el indígena puneño (Sandoval,

2004, pág. 271).

La educación escolar indígena en el período colonial, hasta las primeras

décadas del siglo XX, se puede caracterizar por una violencia etnocéntrica

explícita, que intenta imponer la cultura hegemónica sobre las poblaciones

indígenas (Ferrão , 2010, pág. 333). Al finalizar el siglo XIX: la respuesta de los

indios ante el gamonalismo ha sido diversa: constitución de escuelas, defensa

legal ante los poderes públicos, levantamientos campesinos, bandolerismo, etc.

Los intentos por constituir escuelas deben ser tomados o “asumidos” como una

de las actitudes defensivas de los indios. Ellos querían aprender a leer, escribir

y a realizar cálculos económicos. Querían proveerse de instrumentos para

ejercer las libertades civiles, concurrir directamente al mercado y recurrir

directamente ante los poderes del Estado (Rengifo, 1990)(Rengifo,

1990)(Rengifo, 1990). Frente a la exclusión debe considerarse desde una

profunda base social, política e ideológica, delimitando a la escuela como el sitio

desde donde es posible crear las condiciones para eliminar las vías de

discriminación existentes en la sociedad (Cabrera & Gallardo, 2016, pág. 3).

Actualmente los pueblos indígenas de la región Puno siguen en abandono

y en subdesarrollo. Así, en el año 2013, la pobreza afectó al 35,9% (9,0% pobre

extremo y 26,9% pobre no extremo). Puno sigue siendo una de las regiones

60
menos desarrolladas y pobres de Perú. El intervalo de pobreza monetaria en el

2013 fue de 29,5 - 32,4 %. La mayor incidencia de pobreza se relacionó con la

condición étnica (quechuas y aimaras) (Instituto Nacional de Estadística e

Informática, 2014, pág. 22).

En la actualidad se repiten las mismas políticas de exclusión social,

educativa, y económica. Según la información propagada por el INEI (Instituto

Nacional de Estadística e Informática, 2009, pág. 45), en el año 2009 la pobreza

afectó al 34,8%, de la población total, siendo las poblaciones de la sierra (23,8%)

y de la selva (16,9%) los lugares de mayor incidencia. A nivel nacional las

regiones más pobres se ubican en las regiones ubicadas en la sierra:

Huancavelica, con una taza de pobreza del 77,2%, seguido de Apurímac con un

70,3%, Huánuco con 64,5%, Ayacucho con 62,6% y Puno con un 60,8%. Siendo

Puno la quinta región más pobre del país.

La presencia y la influencia de los adventistas como la de todos los

misioneros protestantes en el altiplano puneño se realizó de forma progresiva a

principios del siglo XX. Desarrolló una labor de asistencia social sobre la

población indígena a la vez que inculcaban los principios de su doctrina religiosa

lo que le costó el enfrentamiento con los sectores más conservadores de la

sociedad puneña (gamonales y religiosos).

En Allpanchis (1989), el adventismo se sitúa sus orígenes en Utawilaya,

lo mismo sucede con el comienzo de las reuniones de culto y la feligresía de la

iglesia. La feligresía bautizada en la Misión del Lago Titicaca llegaba a 445 en

61
1916; 2,255 en 1920; 5, 963 en 1924; y 7, 340 en 1927, el adventismo había

ciertamente establecido una presencia protestante en el altiplano.

Los comentarios personales son los que rellenan los esqueletos

estadísticos. Un creyente adventista respondió a un comisionado pro-indigenista

en 1920 quien estaba investigando los alegados abusos cometidos por las clases

gamonales: “Nuestra ignorancia, dicen, es causa de todo esto; por eso nos

hacemos evangelizar, porque los pastores nos protegen y les enseñan a leer y

escribir a nuestros hijos”. La aseveración de este testigo de la comisión, en el

sentido de que el Adventismo abarcó el asunto de la ignorancia colectiva de una

manera práctica, es corroborada por el educador el Dr. Rubén Chambi quien es

hijo de Luciano Chambi, protegido de Camacho, y a la vez un graduado de la

Escuela Normal de Plateria, así como también de la Universidad del Cuzco, y de

la Universidad de San Marcos, cuando declara: “El sistema escolar adventista

abrió el camino para la población indígena de la serranía para que lograse

personalidad propia y autosuficiencia” (Allpanchis, 1989, pág. 216).

La rapidez del cambio social experimentado en las serranías es

evidenciada por el hecho de que este mismo Rubén Chambi apenas a distancia

de una generación del pasado semifeudal de Puno, llegó a ser elegido por los

puneños para representarlos en el Parlamento Nacional3.

3Entrevista con Rubén chambi el 7 de diciembre de 1987, lima, Perú. Rubén Chambi fue
elegido con el partido Demócrata Cristiano en 1962, pero un golpe militar le impidió ejercer.

62
Otro de los elementos ideológicos que estimuló al movimiento o

rebeliones indígenas es la religión protestante como tenemos la presencia del

adventismo en el altiplano puneño.

Con precisión podemos señalar que la religión actuó de manera peculiar.

La sociedad andina, dominada por el manto cristiano, vio en el adventismo una

posibilidad de justicia y de superación. No había mucho que pensar para optar

por los pastores del séptimo día. Ellos no fomentaban fiestas onerosas, ni

imponían diezmos y primicias. No cobraban por decir misas, ni por celebrar

bautizos o matrimonios. Propugnaban sí, crear escuelas de arte y oficios, mejorar

la salud y practicar la higiene (Kapsoli, 2010, pág. 45).

Según Ampuero (1912) citado por Kapsoli (2010, p. 46), el adventismo,

recibió la condena unánime de los terratenientes y de la iglesia católica. Los

primeros le imputaron de convertir a los indios en soberbios y altaneros. La

iglesia los apostrofó porque “infunde a la indiada disociadoras y subversivas”.

El cura Valentín Ampuero desató arbitrariedades contra Manuel Zúñiga

Camacho y sus alumnos. Estos fueron defendidos por la asociación Pro-

Indígena con un informe que elaboró el delegado Remigio Franco. En él se

señala que Zúñiga Camacho:

“Con una visión clara y fe de apóstol, comprendió que la única manera de

liberar a su raza de las odiosas expoliaciones de los curas era cambiar su religión

63
con otra que no tuviera los defectos ni se prestara a los abusos de la católica y

comenzó a predicar a sus alumnos el evangelio” (Remigio, 1912, pág. 4).

Un diario de Arequipa comentaba:

“hacen activa propaganda contra el alcohol y los cobros religiosos. Varias

escuelas van ganando la simpatía de los indios” (Diario la Voz del Sur, 1922)

Nuestros hermanos indígenas fueron golpeados en algunos casos hasta

quedar sin conocimiento. Cierta vez, un cura, junto con otros tres hombres,

fueron a la casa de uno de los indígenas que no quería asistir a las fiestas y le

amenazaron con matarle a fin de arrancarle la promesa de que iría a la próxima

fiesta, pero este hombre, llamado Juan Huanta, rehusó prometer, diciendo que

no bebía más alcohol. Los curas empezaron entonces a darle puntapiés y le

asestaron varios golpes en el pecho con un gran garrote hasta dejarle por

muerto, tendido en el suelo (Stahl, 1935, pág. 59).

Afirma Stahl (1935), el obispo de Puno, eclesiástico llamado Ampuero,

con una compañía de doscientos hombres, todos a caballo, vinieron a la estación

misionera. No estábamos en casa ni mi esposa ni yo, pues habíamos ido a

comprar provisiones. El obispo le quitó las llaves a nuestro encargado, se

apoderó de algunas cosas y rompió otras. El tropel trató de obligar a los

indígenas de la misión a que se arrodillasen delante del obispo y le besasen la

mano. Ellos rehusaron hacerlo, por lo cual el obispo se enfureció y dio orden de

atarlos con fuertes lonjas de cuero y apresarlos. Seis de nuestros hermanos

indígenas fueron atados codo con codo y llevados sin sombrero ni saco hasta

64
Puno, distante a siete leguas. En el camino el populacho los golpeó, y trató de

pasar por encima de ellos con los caballos; en Puno fueron puestos en la cárcel.

(…) el fundador de la educación para indígenas; para sus detractores, un

elemento social peligroso y rebelde que “no conocía su lugar” y constituía una

permanente amenaza: Zúñiga Camacho no pasaba desapercibido ni en su

época ni aun años después. Decide volver a Puno cerca de 1900 y con su

presencia de “indio desubicado” que utilizaba vestimenta occidental y pretendía

cambiar la situación de los indios, da pie al inicio de una serie de abusos que

pueden rastrearse en los documentos de la prefectura de Puno (Archivo Regional

Puno, 1911). La presencia de Zúñiga Camacho con sus pretensiones de mejora

de las condiciones de los indígenas era un insulto a la gente decente de Puno

(Núñez, 2008, pág. 114).

Se trataría más bien de responder a lo que él veía como una necesidad

precisa: llevar al indio la luz de la educación y apoyarle para defenderlo de los

abusos del sector dominante. Una forma de hacerlo era a través del apoyo

concreto ante las cortes en casos judicializados o la asesoría a los indígenas

analfabetos que se vieran envueltos en este tipo de problemas. En el

cumplimiento de esta misión, Zúñiga Camacho cumplió el rol de mensajero

muchas veces, yendo a Lima a llevar las voces de los afectados puneños.

En ese sentido, y tomando en cuenta que los mensajeros generalmente

eran miembro de la élite intelectual e incluso económica de Puno, Zúñiga

Camacho vendría a ser uno de los primeros indígenas en fungir de mensajero.

65
Es en uno de estos viajes que adquiere contacto con los adventistas que ya se

habían establecido en Lima y les pide apoyo en el manejo y administración de la

escuela de Platería. A pesar de la guerra sucia por parte de las élites

amenazadas, el número de alumnos de la escuela había crecido

exponencialmente y él no podía solo con todo. Probablemente este inicial

acercamiento a los adventistas no tenía mucho que ver con la religión en sí

misma y surgía más de la necesidad del apoyo, aceptando las condiciones de

evangelización que probablemente vendrían incluidas en el trato (Núñez, 2008,

pág. 62).

Afirma Citarella (1990), en la escuela de Utawilaya se enseñó el Español

se tornó en una de las influencias y reivindicaciones fundamentales de esta

escuela, en una fase histórica en la cual tal enseñanza era todavía interpretada

como una amenaza al poder feudal de los gamonales que se servían del

monolingüismo vernáculo como el medio a través del cual garantizar el manejo

exclusivo de las leyes y la explotación del campesinado indígena.

Las denuncias hechas contra Zúñiga Camacho y las hostilidades o

persecuciones hechas por los gamonales y el obispo en su contra, la principal

fuente sobre la escuela es el debate Pro-Indígena de 1916, que evidentemente

tiene su propia agenda política y privilegia ciertas temáticas frente a otras. Por

ejemplo, dedica mucho más espacio a una exposición acerca de la necesidad de

educación del indio y de los logros indigenistas en este aspecto, que sobre la

escuela misma.

66
4.2.2. LA FAMILIA AIMARA.

Para Fernando stahl la familia aimara era un pueblo primitivo, vivían en la

más abyecta miseria e ignorancia; desconocían hasta las reglas más sencillas

de higiene como señala en sus escritos “En el país de los incas” en el capítulo

III, IX y V, que textualmente señala lo siguiente:

Sus pequeñas chozas de barro estaban sucias en extremo y llenas de bichos

asquerosos. En un lado de la pieza había generalmente un fogón hecho de

piedras, y cuando los indígenas cocinaban sus alimentos sobre estas piedras, la

pequeña pieza se llenaba de humo, lo que provocaba enfermedades de la vista.

No conocían el uso de cuchillos, tenedores o cucharas, comían sus alimentos

con los dedos sin lavar. Nunca se bañaban, ni lavaban sus vestidos. Había niños

que los llevaban cosidos sobre sí, pues a nadie se le ocurría que se hubiesen de

mudar, a no ser en el caso de que se les cayeran de viejos, o de mugre (Stahl,

1935, pág. 39).

La familia Aimara es un pueblo andino milenario dedicado al pastoreo y a la

agricultura, que tiene su origen alrededor del lago Titicaca, comprendiendo lo

que en la actualidad es parte de Bolivia y Perú, norte de Chile y norte de

Argentina.

La unidad central de la estructura social de la sociedad aymara es la

familia extensa y su sentido de pertenencia como grupo. Igualmente la familia es

el centro de la producción económica de la sociedad aymara. Este tipo de familia

es básicamente patrilineal y patrilocal (Núñez, 2008, pág. 62).

67
Entrevista a Narciso Valencia (16/05/07) citado por Wiener (2009, p. 131).

La familia aymara está constituida primeramente por la pareja conyugal y sus

hijos, lo cual vendría a ser la familia nuclear. A la familia nuclear se le añade la

familia extendida, conformada por los miembros de la ascendencia y

descendencia bilateral de consanguinidad de la pareja conyugal y los parientes

rituales (padrinos, ahijados y compadres). Todo lo cual origina que la familia

aymara sea extensa, conformada por varios vínculos, relaciones de reciprocidad

y colaboración mutua.

Afirma en la entrevista a Juan Palao (16/05/07) citado por Wiener (2009,

p. 133). La institución de la herencia también tiene sus propias particularidades

dentro de la cultura aymara. Normalmente la herencia se reparte al momento del

matrimonio, momento en el cual el padre parcela su propia tierra para

entregársela a su hijo recién casado (además de un número determinado de

cabezas de ganado y sus propias herramientas de trabajo). El mismo efecto se

produce con relación a la familia de la novia, la cual recibe un número

determinado de bienes de su propia familia. Al nuevo patrimonio familiar habría

que agregar también los bienes aportados por los padrinos y amigos. De acuerdo

a Palao, la dotación de bienes a la nueva familia origina el establecimiento de

vínculos sociales con los otorgantes que devienen en compromisos a futuro,

pues la nueva familia asume el deber moral de retribuir paulatinamente los

favores y bienes recibidos a las personas que contribuyeron a la constitución de

su patrimonio familiar ( Wiener , 2009, pág. 133).

68
4.2.3. ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOS AIMARAS.

En cuanto a la organización social los aimaras se han caracterizado por su

capacidad de recrear y adaptar su cultura a los profundos cambios políticos y

sociales acaecidos desde la Colonia. Reflejo de ello es la persistencia de ciertas

prácticas e instituciones que conservan rasgos de su origen prehispánico. Sin

duda, es la lengua la característica distintiva más resaltante de este sector de la

población altiplánica, la cual les vincula entre sí y es fuente primordial de una

identidad distinta al resto de la sociedad nacional.

Los aymaras son esencialmente un grupo social de base rural y su principal

forma organizacional son las comunidades campesinas. La comunidad

campesina aymara se encuentra constituida por un conjunto de familias que se

organizan bajo determinadas normas y patrones sociales y culturales. A su vez,

este conjunto de pobladores se suele identificar como una sola unidad orgánica,

debido a que el conjunto de familias que lo conforman presentan características

comunes en el ámbito económico, étnico y social. Según Peña (1998) citado por

Wiener (2009, p. 134), la comunidad simboliza la identidad de sus miembros, Es

importante señalar que no existe un solo tipo de comunidad campesina sino una

pluralidad. Aún en una misma región o microrregión una comunidad no es igual

a la otra.

De acuerdo a la entrevista a Narciso Valencia (16/05/07) citado por Wiener

(2009, p. 134), el poblador aymara se encuentra sumergido en estas dos

dimensiones grupales: por un lado la familia, la cual se encuentra en estrecha

relación con la segunda dimensión de grupo, la comunidad. Cada familia tiene

69
su propia actividad económica relativamente autónoma de las otras familias

comuneras. Sin embargo, la propia organización de carácter colectivista de la

comunidad genera una estrecha vinculación entre las esferas familiar y comunal.

Organización social de Platería, durante la época en cuestión se basaba

en relaciones comunitarias y horizontales. El sistema básico de la organización

social es la familia, la cual se centra sobre el desarrollo de las actividades

económicas y formas de subsistencia del grupo nuclear. La base de la sociedad

de Platería es la familia nuclear y extensa. La primera se constituye por el padre,

la madre y los hijos de ambos. La familia extensa está formada por los padres

del esposo, la esposa y los hijos de ambos. También, viven con ellos los

hermanos del esposo y en ocasiones, los abuelos de éste. La familia extensa en

la región es de residencia patrilocal (Núñez, 2008, pág. 149).

A inicios del siglo XX, en el Altiplano puneño se encontraban ayllus,

parcialidades y comunidades (Jacobsen, 2013, pág. 421); denominaciones para

referirse a conformaciones territoriales habitadas por población indígena. Cada

una de estas denominaciones hacía referencia a diferentes niveles de

organización territorial, siendo los ayllus la organización más pequeña o

elemental, lo que se conoce en otros lugares como estancias, generalmente

constituidas por el mismo tronco familiar (Sánchez, 1987, pág. 169). Sin

embargo, este término, al igual que los otros, habría ido cambiando con el

tiempo; es probable que, durante el siglo XIX, la referencia a los ayllus se

relacionara a conformaciones territoriales más amplias, las cuales comprendían

varios pueblos pequeños, parcialidades y estancias. Dicho término fue

70
restringiéndose para denotar conformaciones que integraban una decena de

familias, definidos por lazos de parentesco y consanguineidad, como en el siglo

XX.

Jacobsen (2013) menciona que durante los siglos XIX y XX, en el Altiplano

era común el uso del término parcialidad para hacer referencia a una unidad

territorial vasta delimitada de acuerdo a los criterios tradicionales, incluso refiere

que algunas haciendas se situaban dentro de una parcialidad. Para este autor,

el término de parcialidad empezó a sustituir al de comunidad, sobre todo para

hacer la referencia a la organización territorial.

Sánchez (1987), menciona que la noción de comunidad era bastante

ajena e incluso agresiva en el Altiplano. Cuando en 1968 se inician las campañas

para registrar y reconocer las comunidades, muchas de las parcialidades y

estancias se niegan a ser registradas por el temor a perder sus terrenos

individualizados desde generaciones atrás o el derecho de poseer terrenos en

otras parcialidades, como era parte de la tradición en el Altiplano (Sánchez,

1987, pág. 176). Esta suerte de alejamiento de la noción de comunidad como

organización territorial, y como propiedad comunal (que era casi inexistente),

influyó en que muy pocas parcialidades en el Altiplano buscaran su

reconocimiento legal hasta antes del proceso de reforma agraria, situación que

cambiaría profundamente el escenario rural.

Las comunidades campesinas estudiadas lograron su reconocimiento

oficial mucho tiempo después de 1920, cuando por primera vez en nuestra

71
historia republicana se reconoce el derecho de las comunidades indígenas. Una

de estas comunidades logra su reconocimiento en 1969, cuando se inicia el

proceso de reforma agraria, mientras que el resto lo consigue recién en 1980,

época en la que se produjo el mayor número de reconocimientos de

comunidades campesinas en Puno (Ministerio de la Cultura Perú, 2014, pág. 52).

4.2.4. EL INDIGENISMO PUNEÑO Y EL ANARQUISMO.

Manuel Zúñiga Camacho fue el primer impulsor de la educación rural

indígena en el Perú, antecesor de la educación liberadora en América latina y

precursor del indigenismo moderno del siglo XX en el Altiplano Puneño.

“En el ámbito regional, la presencia del indigenismo estuvo concentrada

en los grupos intelectuales universitarios principalmente de Cuzco y Arequipa,

en Puno los grupos intelectuales fueron también profesionales dedicados al

derecho, al periodismo, la literatura y la medicina. Hicieron por lo general de

intermediarios y litigantes ante los procesos legales defendiendo las propiedades

de comunidades y denunciando los abusos, y en algunas ocasiones algunos de

ellos colaboraron con los memoriales indígenas” (Contreras & Cueto, 2004, pág.

248).

En este contexto sociopolítico se da una fuerte revalorización de las ideas


radicales de Manuel González Prada (1844-1818), que ya desde finales
del siglo XIX emprendió una crítica temprana a la dominación oligárquica.
Sus ideas fueron inspiradoras de la tradición intelectual radical y
antioligárquica en el Perú, de la que los indigenistas son herederos
directos. González Prada, salido de las propias filas de la oligarquía
emprendió el primer cuestionamiento a la hegemonía oligárquica.
Formado en el positivismo de finales del siglo XIX, rechazaba todo los

72
valores e instituciones tradicionales de la sociedad peruana, que
consideraba “feudales”, como la religión y la iglesia católica, el clero, los
terratenientes y el ejército. De una inicial posición liberal radical y
reformista, González Prada se fue corriendo -no sin tensiones- primero
hacia el anarquismo libertario, y ya hacia el final de su vida, hacia
posiciones socialistas (Klarén, 2004, pág. 271).

El anarquismo influyo en el indigenismo puneño, como por ejemplo las ideas o


discursos de Gonzales Prada, muchos indígenas intelectuales empezaron seguir
el pensamiento anarquista de Prada.

“La Nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en

la banda oriental de la cordillera”, afirma provocativamente González Prada, en

una frase que será luego vertebradora de los discursos indigenistas de la década

de 1920. Junto con esta redefinición de la nación, González Prada, a pesar de

su positivismo, realiza un fuerte cuestionamiento del enfoque racialista

dominante, que en cierto modo posibilita esa nueva “visión de la nación” y del

continente, que cuestionaba el pesimismo de los teóricos centrales y locales. En

“Nuestros Indios” (1904) critica varios de los postulados racialistas,

principalmente la afirmación de la existencia de razas y la jerarquización de las

mismas, considerándolas parte de una “cómoda invención” de la dominación

(González, "Nuestros indios” en Horas de lucha., 1964, pág. 69).

Las deplorables condiciones en que se encontraba el campesino puneño

sobre los abusos que cometían los gamonales, autoridades políticas y religiosas,

durante la época republicana a inicios del siglo XX, estas actitudes merecieron

la atención de juristas, antropólogos, sociólogos, políticos y educadores.

73
Manuel Zúñiga Camacho fue el primer impulsor de la educación rural

indígena en el Perú, precursor de la educación liberadora y del indigenismo del

siglo XX, en el altiplano puneño. Utawilaya fue la primera escuela en el Perú y

en América para niños indios y con profesor indígena. Se empezó la labor de

enseñanza indígena, para liberar al campesinado, liberar a la persona,

transformar la comunidad, toma de conciencia, transformar la realidad en un

ambiente sin discriminación, explotación, humillación y con derecho a educación.

A continuación, a los estudios más importantes podemos describir a los

siguientes:

En el altiplano la cuestión educativa en la problemática indígena ya había

rendido frutos, habían surgido escuelas de la “regeneración indígena”, es el caso

de la “Escuela particular de Indígenas de la Parcialidad de Plateria” fundada en

junio de 1904, bajo la gestión y conducción de Manuel Zúñiga Camacho hombre

adventista que sufre la oposición y la lucha violenta por parte del clero y del

gamonalismo (Vilchis , 2013, pág. 38).

En muchos de los levantamientos de la época influyeron nuevas

ideologías, que se difundieron desde la ciudad al campo. En los primeros años

del siglo XX fue el anarcosindicalismo, difundido por diarios como “La Protesta”,

quien se unió en algunos casos al “indigenismo”, una corriente de reivindicación

en favor del indio surgido a fines del siglo XIX y que en 1909 tomó la forma de la

“Sociedad Pro Indígena” en Lima. Ellos postulaban la necesidad de redimir al

indio a través de la educación y la mejora de sus condiciones de vida. Otros

grupos indigenistas fueron el “Grupo resurgimiento”, en el Cusco, y la “Sociedad

74
Pro Derecho Indígena Tahuantinsuyo”, mucho más radical, en Puno.

Participaron en sus luchas por la tierra y las injusticias de los hacendados, y en

algunos casos, como el del grupo Orkopata y su boletín Titikaka ensalzaron el

trabajo de los adventistas entre los indios de Puno (Núñez, 2008, pág. 130).

Tamayo se ocupó del Indigenismo puneño. De acuerdo a la información

recibida en Puno y la documentación que manejaba, hizo una especie de

recuento de las corrientes indigenistas desarrolladas en el Altiplano puneño. Al

encontrarse con el célebre pensador Gamaliel Churata, mentor y director del

grupo Orcopata y de la revista de universal orientación. Boletín Titicaca, sustentó

la propuesta de que el indigenismo puneño fue eminentemente literario, distinto

al del Cuzco que fue, según él mismo, fundamentalmente doctrinario (Ramos,

2016, pág. 42).

El indigenismo en Puno ha sido estudiado a partir de los diferentes

representantes tanto en los campos jurídico y educativo como José Antonio

Encinas y Ignacio Frisancho o también desde los campos de la literatura como

Gamaliel Churata y el grupo Orkopata sin olvidar las manifestaciones en la

medicina como lo fue el rijcharismo de Manuel Núñez Butrón. En el ámbito social

y político resaltan las figuras de Ezequiel Urviola y Carlos Condorena.

En cuanto a la gestación del grupo Ork´opata. Tenemos que remontarnos

hasta el año 1907, cuando el eminente maestro puneño José Antonio Encinas,

recién egresado de la Normal de Varones de Lima, fue nombrado director de

Escuela Fiscal N° 881 de la ciudad de Puno, dentro de la reforma educativa que

75
el Ministerio de Instrucción Jorge Polar introdujo durante el primer gobierno de

José Prado. Encinas, dotado de una extraordinaria vocación de maestro y

animado de un espíritu indigenista indudable, se convirtió en la escuela N° 881

en el maestro por antonomasia de una generación de niños y adolescentes

inquietos que recién accedían a una educación educativa moderna para la

época. En dicha escuela estudiaron Arturo y Alejandro Peralta, así como los otros

futuros miembros del Grupo Ork´opata (Tamayo, 1982, pág. 254).

Siendo la Escuela Fiscal No. 881 solventada por el Estado, la composición

social de los estudiantes era muy variada, incluyendo a cholos e indígenas,

grupos discriminados y marginales, lo que permitió a Encinas enseñar el respeto

por la cultura aborigen, despertando en los jóvenes su interés por los problemas

del ande. Es posible que gracias a esta pedagogía recibida en la infancia, los

jóvenes, ávidos de conocer el mundo que los rodeaba, donde primaba la

ausencia de estímulos intelectuales en su propio medio, se dedicaron a buscar

por sí mismos nuevas visiones a sus intereses culturales y políticos. En esta

escuela se formaron, entre otros, los hermanos Arturo y Alejandro Peralta

Miranda, autodidactas que apenas si terminaron la educación primaria por su

precaria situación económica. Sin embargo, Arturo sería en el futuro, el hombre

prominente que fundó el Grupo Ork´opata (Kuon, Gutiérrez, Gutiérrez, &

Viñuales, 2008, pág. 63).

Pero como antecedente a la fundación de esta asociación, las inquietudes

de Arturo Peralta Miranda, a quien tiempo después se le conocerá con el

seudónimo de Gamaliel Churata. Lo llevaron a nuclearse en el Grupo “Bohemia

76
Andina”, que conformaron su hermano Alejandro, Emilio Romero, Alejandro

Franco y Víctor Villar Chamorro, entre otros. Estos jóvenes adolescentes apenas

llegaban a los 15 años. Hacia 1915 editaron la revista La Tea cuyo primer número

se vendió a mediados de 1917 y salieron 12 números hasta 1919. La revista de

circulación limitada y eventual no fue necesariamente un órgano interesado en

la problemática indígena sur andina; más bien tenía un corte elitista y se

dedicaba a la poesía, al cuento y a comentarios literarios, muy influida por el

movimiento modernista de la literatura peruana de ese momento, que apostaba

por “el arte por el arte” (Tamayo, 1982, págs. 254 – 255).

“La Tea” fue una revista eventual de circulación limitada dedicada a la

poesía, al cuento y al comentario literario. No era ciertamente como a veces se

ha dicho un órgano interesado en la suerte de las masas indígenas. Tenía un

espíritu marcadamente elitista pues tenía como divisa la frase: “Para el

cenánculo de los elegidos”. Se nota en los redactores un cierto espíritu pedante,

efebolátrico, egocéntrico e iconoclasta, propio de una bohemia romántica que

desprecia el medio provinciano y las limitaciones del ambiente puneño filisteo y

terrateniente (…) No aparece haber al principio de “La Tea” ningún indigenismo

sino más bien sus redactores son adeptos del modernismo, del parnasianismo,

del arte por el arte. Así Arturo Peralta, el futuro Churata, usa el seudónimo de

Juan Cajal; Alejandro Peralta tiene dos seudónimos distintos: Alfonso Cajal y

Goy de Hernández (Tamayo, 1982, pág. 256).

77
El grupo de los redactores “La Tea” como Arturo Peralta, Alejandro

Peralta, Aurelio Martínez, Emilio Armaza y Emilio Vázquez, están influidos por el

“Anarquista” Gonzales Prada.

En octubre de 1917 Arturo Peralta parte a Bolivia, en camino hacia Buenos

Aires, ciudad que por entonces era el “meridiano intelectual” de los puneños. De

La Paz pasa a Potosí para trabajar en una imprenta y conoce a jóvenes poetas

y literatos bolivianos como Carlos Medinaceli (a quien prologaría el libro La

Chaskañawi, novela de costumbres bolivianas), Walter Dalance, Alberto

Saavedra Nogales, José Enrique Viana, entre otros, jóvenes como él, con

quienes forma el grupo literario “Gesta Bárbara” con clara inclinación indigenista.

Este grupo de literatos bolivianos, influyeron en Peralta para mirar más

bien hacia adentro de la realidad de su país. Así empieza su camino como

indigenista. Aunque no sabemos si llegó finalmente a Buenos Aires, cuando

retorna de su viaje, publicará en “La Tea” un artículo titulado “Americanismo”

(1919) donde señala que: “Hay un triunfo de la personalidad americana, un

abandono americano que haciéndonos volver hacia el paisaje tutelar nos permite

el conocimiento de nosotros mismos, de nuestras fuerzas de reserva y nos

induce al desentrañamiento de la tradición” (Kuon, Gutiérrez, Gutiérrez, &

Viñuales, 2008, pág. 63).

Es notable en estas afirmaciones en “La Tea” de Arturo Peralta, la

gestación de un credo nativista o indigenista, que aparece producto de su

permanencia en Potosí y la influencia que tiene los artistas y pensadores

78
cuzqueños, entre los cuales en 1919 ya era visible un poderoso aliento

indigenista.

Para esta época es nombrado en el cargo de bibliotecario y conservador

de la biblioteca Municipal de Puno lo que le significó, dada su orientación de

autodidacta, la oportunidad para su autoformación y enriquecimiento intelectual,

iniciándose en el contacto con revistas y periódicos del exterior, sobre todo de

Argentina.

En el número 11 de La Tea, de julio de 1919, escribe otro artículo que

reafirma sus convicciones anteriores pues dice: “Para el Perú parece amanecer

ya una época de gloriosa fecundidad artística, encausada en los más lógicos

senderos artísticos. Esto es un natural retorno a la fuente nativa, que hasta hace

poco antes ha pasado desapercibida o incomprendida para la mayoría de

nuestros artistas. Pero algo más importante es el hecho, es la circunstancia de

que este movimiento ha nacido en provincias. Es decir principalmente del Cuzco,

sede hasta hoy de los más notables dibujantes jóvenes y los cuales con

excepciones rarísimas son portaestandartes de una estética profundamente

peruana, de una doctrina virtualmente vinculada al paisaje nativo”.

Considerando que Peralta era un intelectual especialmente inquieto, no

es casualidad la gran influencia cuzqueña que muestra en sus escritos, la que

viene en parte de los pensadores y artistas del emblemático Cuzco, no sólo a

través de su revista que llegaba a esta ciudad, sino por haber sido gran amigo

de muchos intelectuales cuzqueños. Además, años más tarde, hacia 1931,

79
contrajo un segundo matrimonio, con la cuzqueña Aída Castro, hija del gran

músico y periodista José Castro.

Es evidente que su sentir indigenista se hacía cada vez más nítido, a raíz

de su admiración (no sin sentido crítico) por los artistas plásticos cuzqueños,

pues comenta en el mismo número 11 de La Tea: “El Cuzco, por medio de sus

hábiles dibujantes los primeros del Perú ha vulgarizado sus tipos tradicionales.

Las indiecitas pulcras, el indio grave, aristocrático, reconcentrado. La ruina

mayestática y severa con sus enormes pedrones cortados a cincel. Los rostros

impávidos, endurecidos, inteligentes y bondadosos de los monarcas

tahuantinsuyanos han inspirado sus paletas victoriosas. Puno, acefálico

entumecido bajo la pretensión de tres o cuatro enciclopédicos a la violeta, no ha

tenido una manifestación artística apreciable. Sólo ansiamos locos de sed, de

comprensión nativa para que se lleven al papel o a la tela los innúmeros detalles

del paisaje, las escondidas bellezas de los trajes aborígenes” (Kuon, Gutiérrez,

Gutiérrez, & Viñuales, 2008, pág. 64).

Ezequiel Urviola Rivero nació en 1895, dentro de una familia de

propietarios “mistis” venidos a menos en el distrito de Muñani, provincia de

Azángaro. Tempranamente quedo huérfano y en su infancia sufrió un accidente

de caballo que lo lesiona de por vida. En su adolescencia fue estudiante del

Colegio San Carlos de Puno, el cual regentaba el célebre educador José Antonio

Encinas y que tuvo como compañeros de clase a Emilio Romero y Lizandro Luna.

En su juventud siguió estudios de Derecho en la Universidad de San Agustín de

80
Arequipa donde participó como muchos jóvenes de las inquietudes de reforma

universitaria (Tito, 2012, pág. 4).

Según Tamayo (1984). El indigenismo de Urviola estuvo presente como

en el de muchos de los intelectuales de su época, por medio de manifiestos, tesis

monográficas y discusiones, nada lejos de un compromiso propio que se vería

en años posteriores, Tamayo afirma que incluso tuvo pretensiones de recuperar

los terrenos familiares que fueron frustradas ante el avance de terratenientes

más poderosos como serían los Velasco Choquehuanca. En la segunda mitad

de los años diez, Urviola se ve involucrado en el movimiento intelectual puneño

de carácter indigenista, se reúne con otros representantes del mismo como

Emilio Romero, Arturo Peralta (Gamaliel Churata) y su hermano, forma parte de

grupos como Bohemia Andina y publican nuevamente “La Tea”, originalmente

de Arequipa. Entre 1917 y 1918 fundó con otros indigenistas la Asociación

Agitadora Pro-Puno y ejerce la docencia en Juli. En 1918, una puesta en escena

de Emilio Romero, titulada “la noche de San Juan”, Urviola personifica a un

indígena siendo castigado por los gamonales y que motiva un viraje en su

personalidad que definiría su identidad.

«Transcurrieron seis meses desde aquella fecha. Romero va a Arequipa

y en la calle lo encuentra a Urviola “de indio”. Preocupado por la determinación

su amigo le pregunta: “Pero Ezequiel, ¿tu carrera?”; a lo Urviola responde con la

firmeza de convicción que caracteristiza a los hombres que se consagran al

servicio de un ideal: “¡Qué carrera! Yo no termino esa carrera que ha servido

para despojar a los indios de sus tierras y para aniquilarlos. Así como me las

81
quitaron a mí y me dejaron en la miseria y huérfano. ¡Ya conozco mi papel!”

(Rengifo, 1977, pág. 192).

De esta forma toma contacto con representantes indígenas, mensajeros,

intelectuales y se moldea la figura del defensor indígena y de uno de los

organizadores del movimiento en la región. Ya para la siguiente década era

conocida sus coordinaciones con los diferentes actores políticos y mediación en

problemas entre los mismos indígenas de forma gratuita. Asimismo, integró el

Comité Departamental de Mensajeros de Puno. Fue secretario de la “Liga de

Mutua Defensa” que tuvo una existencia muy difusa. Viajó muchas veces a Lima

donde hizo de mensajero siendo participe de la fundación del Comité Pro-

Derecho Indígena Tahuantinsuyo y presenció tres de sus congresos. Participó

en 1923 en la Universidad Gonzales Prada, proclamándose socialista. Por

motivos de seguridad, para el año siguiente vive en la clandestinidad en la capital

y fallece el 27 de enero de 1925 producto de la tuberculosis, su funeral será uno

de los más memorables en ese periodo de emergencia de movimientos

populares (Tito, 2012, pág. 5).

Según Ramos (2016), Diego Choquehuanca, se graduó de abogado con

una tesis sobre la necesidad de la Reforma Agraria en el Perú, en la que planteó

la intangibilidad de las comunidades campesinas, la expropiación de las

haciendas a favor de dichas comunidades y la prohibición de la servidumbre y

los trabajos forzados y gratuitos. Obtuvo el título de abogado en 1903 y se dirigió

a la ciudad de Puno con la finalidad de ejercer la profesión. Asumió la defensa

de los adventistas de Plateria.

82
A inicios del siglo XX surgieron en el Perú críticas socio políticas que no

solo enfrentaron al sistema oligárquico dominante, sino reprochaba las bases de

la nación criolla-mestiza una de esas corriente fue el anarquismo de Gonzales

Prada, que influencia en los indígenas puneños.

Manuel González Prada fue el primer intelectual criollo destacado que

cuestionó las nociones de su sector sobre la nación peruana. Hijo de una

encumbrada familia, de educación hispanista, fue de los jóvenes inquietos que

en los años 70 buscaron alternativas en la cultura francesa y en el positivismo,

adoptando un punto de vista liberal y republicano. Luego, motivado por la

debacle nacional en la guerra del Pacífico (1879-82), desarrolló una dolorida e

implacable crítica a la vieja oligarquía y su "nación" peruana, costeña y criolla.

En su famoso discurso en el teatro Politeama (en 1888), decía bien claro: "Con

las muchedumbres libres aunque indisciplinadas de la Revolución, Francia

marchó a la victoria; con los ejércitos de indios disciplinados y sin libertad, el

Perú irá siempre a la derrota. Si del indio hicimos un siervo ¿qué patria

defenderá? Como el siervo de la Edad media, sólo combatirá por el señor

feudal..." (González , 1991, pág. 88).

Analizando la tendencia decadente y oportunista de la elite mestiza

costeña (González Prada siempre se mofó de los aristócratas limeños que

pretendían ser "blancos"), su conclusión era terminante: "No forman el verdadero

Perú las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra

situada entre el Pacífico y los Andes, la nación está formada por las

83
muchedumbres de indios diseminadas en la banda oriental de la cordillera"

(González, 1964, pág. 89).

Es imprescindible referirse al anarquismo en Perú sin comenzar por

Manuel Gonzales Prada, su pensamiento desarrolla una actitud indigenista

crítica y radical que se nutre de la crítica a la realidad del Perú aristocrático,

costeño y blanco, con una ideología anarquista universal. Gonzales Prada llega

definir a los indígenas andinos como a la verdadera masa de la nación peruana

(Vilchis , 2013, pág. 27).

Entrevista citada por Gallegos (1993), manifiesta Zúñiga Camacho (…)

me defendió el escritor y político Don Manuel Gonzales Prada, a través de sus

artículos periodísticos.

4.3. ACTORES Y ROLES DE LA ESCUELA RURAL DE UTAWILAYA Y LOS

ADVENTISTAS EN EL DESARROLLO EDUCATIVO.

4.3.1. MANUEL ZÚÑIGA CAMACHO: ROL EDUCADOR.

En cuanto a la biografía de Manuel Zúñiga Camacho existe diversidad de

versiones entre los cuales presentamos:

“Manuel Zúñiga Camacho, nace en 1871 en la comunidad indígena de

Cutimbo en el distrito de Chucuito, hoy Cercado, en el departamento de Puno.

Su madre era una indígena cusqueña de la entonces parcialidad de Anta, en el

departamento de Cusco, traída a Puno a la edad de los 7 años para trabajar. Su

84
padre Benedicto Luis Allca, indígena adscrito a esta parcialidad” (Núñez, 2008,

pág. 153).

En plena niñez deja Puno para ser encargado a su tío. Existen dos

versiones que hablan de su destino en este período. La primera de ellas es que

es entregado a su tío, el cual lo lleva a estudiar y trabajar a las salitreras de

Iquique y que estudia en un colegio protestante, hasta su regreso a Puno

(Kessler, 1993, pág. 223). La segunda versión, sus padres deciden enviarlo con

sus tíos a la entonces ciudad de Moquegua, a estudiar para evitar que quedara

como peón en la hacienda de Luis Tovar, hacendado puneño que había

adjuntado las tierras de la comunidad indígena de Cutimbo como parte de sus

tierras. Allí estudia y trabaja.

De igual manera existe otra de las versiones acerca de este hecho por

Luis Gallegos (1993), sostiene que fueron sus padres quienes lo enviaron a

estudiar a la ciudad de Moquegua, entregado por su padre a un arriero de camino

a la ciudad de Moquegua, así que a los doce años de edad fue entregado aun

arriero moqueguano de nombre Antonio. Los historiadores mencionan que este

viaje duró cinco días aproximadamente, considerando que fue hecho a pie y

algunos trechos a lomo de bestia. Después de un largo viaje llegaron a

Moquegua, la casa de Antonio quedaba fuera de la ciudad donde les esperaba

gustosamente su esposa llamada Mercedes y sus tres hijos. Pasado un buen

tiempo don Antonio hablo con Manuel y le dijo que ya no podían cuidarlo debido

a la falta de economía de esa familia, Antonio abrazo fuertemente a Manuel y le

dijo que estaría mejor en la casa de su compadre el Dr. Higinio Herrera, y su

85
esposa doña Juana Pomareda le dijeron a su compadre que necesitaban un

muchacho de serranía que los pudiera acompañar y ayudar.

También tenemos a Merling (1996) que señala lo siguiente: Manuel Z.

Camacho es el nombre adoptado por el indio Manuel Allqa Cruz. Nació el 25 de

diciembre en Cutimbo en el departamento de Puno. Su padre fue Benedicto Allqa

y su madre Eulalia Cruz Camacho. Cursó sus estudios primarios en el

departamento de Moquegua y conoció a un sacerdote apellidado Zúñiga, A los

16 años conoce al italiano Iscardi quien lo lleva a Lima y luego a los Estados

Unidos. A su regreso a Moquegua se enfila con montoneros que luchaban contra

gamonales. Es por eso que luego adopta ese apellido. Camacho es el apellido

materno de su madre.

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993): En

diciembre del año 1894, cumplía 24 años de edad. Para incorporarme al ejército

revolucionario, decidí cambiar de apellido el de paterno Allqa lo reemplacé por

Zúñiga, en memoria del cura Zúñiga, mi recordado profesor de Historia Sagrada

en la Escuela Municipal de Moquegua; de mi madre tomé el segundo apellido:

Camacho. Desde esta fecha en adelante yo seré, Manuel Zúñiga Camacho, o

simplemente: Manuel Z. Camacho – pensé (Gallegos , 1993, pág. 27).

En su juventud a los 16 años tuvo amistad con el Italiano Iscardi, con quien
viajaron a California, Estados Unidos de Norteamérica, de donde regresó al
año siguiente. En el año 1894 se separó de Iscardi. Ya en Lima decidió viajar
a Moquegua, donde apenas llegó se alistó como voluntario en el ejército
revolucionario de Piérola. (…) el 16 de Abril de 1896 salió de Lima con

86
rumbo a Iquique donde conoció a los Chilenos Manuel Vivanco y Melchor
Estrada, con quienes trabajó en la explotación del salitre, donde encontró a
sus paisanos Julian Vilca y Manuel Chura. De allí, luego de diez meses de
permanencia partió para Santiago de Chile encontrando trabajo en la
municipalidad (Frisancho, 1979, pág. 178).

Entrevista citada por Gallegos (1993) señala Manuel Z. Camacho “El amor

a la tierra, a mi comunidad decidí retornar, tenía 27 años cumplidos. Llegué a

Puno el 18 de enero de 1898. Inmediatamente me puse a buscar a mis padres.

Viajé a pie al lugar donde se encontraba mi comunidad, el ayllu Cutimbo. Fue

grande mi sorpresa al encontrar solamente ruinas y vestigios de la casa

destruida, perteneciendo a la hacienda del Doctor Agustín Tovar Arce.

Camacho regresa a Puno en 1898. Como señala Renique (2004) el

regreso de Camacho a Puno fue dramático, su padre muerto, su comunidad

absorbida como otras por la hacienda Collacachi, su madre estaba en segundas

nupcias y ahora vivía dentro de la parcialidad de Utawilaya, cerca de Platería,

adscrita a la provincia de Chucuito.

Alrededor de 1902, Manuel Z. Camacho inicia su ‘Escuela Libre’ aunque

clandestinamente, Camacho trabajaba ya con adultos desde el año 1898”

Primero en la casa de su madre y luego al casarse con Paula Salas en la casa

de su suegro (Ayma , 2000, pág. 13). Manuel Zúñiga Camacho tenía la idea clara

sobre la importancia de la educación, había viajado a Estados Unidos, Chele y

Lima. Se propuso de alfabetizar y elevar el nivel cultural de los indígenas que a

través de la educación lograra, ensayó esa gran tarea en Utawilaya y luego

empezó a propagarse por toda la región de Puno

87
En 1902 Manuel Zuñiga Camacho funda la primera escuela Liberadora de

la opresión y esclavismo, primera escuela donde se enseñó al indígena aimara

a leer y escribir. Según Ocaña (2011) Zúñiga adoptó el adventismo en el pueblo

de Platería, en Puno, a raíz de un serio incidente contra los adventistas que

propició el Obispo católico Valentín Ampuero, el 13 de marzo de 1913 incitó a

una turba que destruyó una escuela adventista además de azotar a Manuel

Zúñiga, líder adventista, y mandarlo a la cárcel.

Según Velásquez (2010) citado por Tito (2012, p. 8). Manuel Z. Camacho

abre la Escuela Libre en Utawilaya (Platería) en 1902 y cuya existencia fue

irregular ante el ambiente hostil de la Iglesia y los gamonales. Camacho mantuvo

contacto con los adventistas de Arequipa y los misioneros en Chile y Bolivia para

promover una misión permanente en el departamento Puno.

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993, p. 49):

en 1903 tuvo lugar un levantamiento de indios en el pueblo de Pomata. El

alzamiento fue sofocado de inmediato por la fuerza armada, el ejército y la

gendarmería, que acudieron a Pomata por tierra y en vapor por el Lago Titicaca.

La sublevación dio lugar a un juicio militar para castigar a los rebeldes indios a

sus supuestos instigadores, entre ellos el párroco Valentín Paniagua. Yo no tuve

ninguna participación en la sublevación, en esos días estuve trabajando en la

escuela. Las autoridades y vecinos insidiosos me comprometieron como si yo

hubiera participado directamente en la sublevación. De esta calumnia fui incluido

en el juicio militar y, por supuesto, encarcelado en Puno, donde permanecí

88
recluido por espacio de dos años. El juicio terminó en el Consejo de Guerra en

Lima.

“Camacho desde la Cárcel de Puno había escrito varias cartas4 a sus

amigos correligionarios adventistas de Buenos Aires, quienes lo defendieron en

su revista “las Señales de los Tiempos”, donde decían que Camacho no tenía

mayor delito que la de haber traído tardíamente la reforma al altiplano”

(Frisancho, 1979).

Para Núñez (2008), Manuel Camacho Zúñiga será recordado como el

propiciador de un gran movimiento social y cultural a favor de la educación y la

modernidad de los indígenas. Camacho no sólo fue el traductor o intérprete de

Stahl o su asistente, sino por el contrario fue el real maestro de los misioneros

extranjeros que pasaron por Platería. Propició el encuentro entre los indígenas

contados sus temores y sospechas acerca de lo que ofrecía el adventismo de

Stahl. Camacho tuvo que convencer a los indígenas sobre la necesidad de

educación y lo que ofrecían los misioneros adventistas extranjeros. Camacho

murió en la pobreza, pero aun así, después de más de un siglo se le sigue

recordando como un indígena ilustrado que propició un gran cambio en la

educación en el Altiplano peruano.

“(…) los adversarios gamonales de los indios complotaron para

asesinarlo, pero gracias a la comunicación oportuna que diera el caballero

humanitario don Pablo Carpio, gobernador del distrito se evitó este echo sangre,

4 Ver anexo n° 2, carta de Manuel Camacho Zúñiga.

89
que lógicamente habría sido muy lamentablemente para los campesinos”

(Chambi , 2007, pág. 65).

“Manuel Zúñiga Camacho, en su vida civil contrajo matrimonio tres veces.

La primera con Paula Salas en la que tuvo cuatro hijos, el segundo matrimonio

fue con Paula Llanos en la que tuvo un solo hijo, y el tercer matrimonio fue con

Valentina Ortega donde tuvo dos hijos” (Frisancho, 1979, pág. 182).

“Manuel Zúñiga Camacho murió el 18 de marzo de 1942, sus restos

mortales reposan en una modesta sepultura en Utawilaya, Rinconada, a un

kilómetro de la capital del distrito” (Chambi , 2007, pág. 62).

A manera de análisis y conclusión sobre la Biografía de Manuel Zúñiga

Camacho, presentamos:

Fernando Stahal y Albino Hallen pastores de la iglesia adventista de la

Paz – Bolivia, quienes se proponen colaborar, con cargo a fundar una nueva

escuela, bajo los auspicios de la religión adventista, Camacho aceptó la

proposición y hasta parece adoptar el adventismo.

La escuela fundada en Platería por Camacho en 1904, funciona hasta

1910 hasta que a partir de 1912 tiene la efectiva colaboración de los adventistas,

levantándose un magnífico local, donde no solamente se enseña a leer y escribir,

sino también se instala una farmacia para curar enfermos y hasta una pequeña

capilla para los cultos religiosos.

90
La presencia de los adventistas en el Altiplano puneño causó una

verdadera alarma entre los hacendados y las autoridades políticas y religiosas.

El obispo Valentín Ampuero que inicia una campaña para acabar con los

adventistas que amenazaban seriamente los privilegios de la religión católica. A

los pastores se les denunció como espías bolivianos y a los indígenas como

traidor de la patria.

En 1913 en la mañana de 3 de marzo la escuela de Plateria Utawilaya fue

atacada, que felizmente no fue destruida por la defensa que impusiera los

campesinos y es a partir de entonces que las escuelas adventistas crecen en

Puno hasta tener 15, 000 estudiantes, e inclusive con colegios secundarios como

el de Chullunquiani de Juliaca, se crean escuelas por los años de 1913, para

1916 se calculaba en 25 escuelas y hacia la década del 60 ascendía 170

escuelas.

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993) donde

señala: en diciembre del año 1894, yo cumplía 24 años de edad para

incorporarme al ejército revolucionario, decidí cambiar de apellido. El paterno

Allqa lo reemplacé, por Zúñiga, en memoria del cura Zúñiga, mí recordado

profesor de Historia Sagrada en la escuela Municipal de Moquegua; de mí madre

tomé el segundo apellido: Camacho. Desde esta fecha en adelante yo seré,

Manuel Zúñiga Camacho, o simplemente: Manuel Z. Camacho. El 17 de marzo

de 1895, los montoneros intervinimos en la toma de Lima, por la entrada de

Cocharcas, con 1,600 hombres y empezamos a combatir con los soldados de

91
Cáceres. Manuel Z. Camacho se incorporó al ejército de Piérola para derrocar al

presidente militar de Cáceres.

Para Gallegos (1993) en la entrevista realizada, el maestro indígena

señaló lo siguiente: El retorno de Chile. El amor a la tierra, a mi comunidad decidí

retornar, cuando tenía 27 años cumplidos. Llegué a Puno el 18 de enero de 1898,

inmediatamente me puse a buscar a mis padres. Viajé a pie al lugar donde se

encontraba mi comunidad, el ayllu Cutimbo. Fue grande mi sorpresa al encontrar

solamente ruinas y vestigios de la casa destruida, con nuevo propietario del

Doctor Agustín Tovar Arce.

En 1898 el regreso de Manuel Zúñiga Camacho a Puno fue dramático,

su padre muerto, su comunidad absorbida como otras por la hacienda

Collacachi, su madre estaba en segundas nupcias con Basilio Arpasi y ahora

vivía dentro de la parcialidad de Utawilaya, cerca de Platería, adscrita a la

provincia de Chucuito (Rénique & Deustua, 1984, pág. 56).

Entrevista a Manuel Zúñiga Camacho citado por Gallegos (1993), el

maestro indígena señaló: cuando estuve caminando por las calles de la ciudad

de Puno, casualmente me encontré con Santiago Arpasi, quién me informó que

mi madre se encontraba en la parcialidad de Utawilaya, jurisdicción del distrito

de Chucuito. Viajé a ese lugar. El encuentro con mi madre fue muy emotivo, de

la alegría pasamos a las lágrimas. La abracé entre lloroso, ambos lloramos un

largo momento, la encontré viejecita ella me dijo: tu padre ha muerto siendo

colono en la hacienda de Collacachi, bajé en busca de libertad, ahora vivo en

92
esta parcialidad, me he casado con Basilio Arpasi. Acepté quedarme con ellos,

me puse a trabajar en chacra. En el año 1902 fundé la primera escuela rural en

el departamento de Puno. La escuela funcionaba en la casa de mi padrastro en

la parcialidad de Utawilaya.

En la labor educativa liberadora emprendida por Manuel Zúñiga Camacho

destaca la liberación de la dominación y el esclavismo imperante, implantado por

los gamonales bajo el sistema feudal. Camacho enseñó a leer y escribir,

interpretar la historia; cambiar y transformar la estructura mental. Todos tienen

derecho a la educación, sin excepción alguna de credo, religión, sexo, raza y

otros. La educación liberadora está comprometida en formar hombres y mujeres

que sean fuertes para pensar, que sean poseedores y no esclavos de las

circunstancias; posean claridad de pensamiento y valor para defender sus

convicciones. Esta es la verdadera esencia de la educación liberadora que

propugnó Zúñiga Camacho, que en nuestra sociedad actual requiere desarrollar.

Camacho consideraba que la educación era la única forma de salvación del alma

y un medio para liberarse de la opresión gamonal, del terrateniente y el

sacerdote. En 1904, fue encarcelado por el poder político y obligado a abandonar

la escuela.

En el año de 1906, por primera vez en la historia de la Educación

campesina de la región altiplánica, el Amauta Manuel concurre con sus alumnos,

a la ciudad de Cajas reales de Chucuito, para demostrar ante la población las

lecciones de civismo y patriotismo. Realiza el desfile escolar en la plaza de armas

al compás de las zampoñas. Con todo fervor patriótico entonaron el Himno

Nacional, frente al reloj solar. Este hecho fue comentado favorablemente por
93
algunos vecinos liberales. Pero no faltaron los renegados enemigos que

satanizaron expresando anatemas, echándoles con orines, arrojando coca

masticada y gritando palabras injuriosas (Chambi , 2007, pág. 62).

Afirma Frisancho (1981), renuncia al Adventismo. Se separó del

adventismo porque vio que era una doctrina metafísica que plateaba, que la

explotación de los indígenas por los mistis y la pérdida de sus tierras se debía a

un alejamiento de Dios de los hombres (los indios) porque ellos no sabían leer,

eran desaseados y alcohólicos; que para solucionar este estado había que

acercar nuevamente a los indios hacia Dios, haciéndolos buenos, humildes,

aseados, para finalmente gozar del reino de Dios.

4.3.2. FERNANDO A. STAHL: MISIONERO ADVENTISTA.

Fernando Stahl Nació en los EE.UU. en 1874, en Michigan. Huérfano de

padre, se escapó de su hogar por los maltratos que sufría de parte de su

padrastro. De muy joven trabajó como granjero, mientras estudiaba de noche.

Trabajó en una fábrica de cerraduras. Se casa con Ana Carlson, sueca de

nacimiento (Núñez, 2008, pág. 175).

Stahl se convirtió el adventismo al leer el texto de Hellen White, El

Conflicto de los Siglos; para luego ofrecerse como colportor, y luego como

misionero. Es así, que, a partir de su deseo de ser misionero, vende su pequeña

farmacia y sus propiedades para hacerse misionero. Se presenta ante la Junta

General Adventista y se embarca para América Latina, llegando primero a Bolivia

junto a su esposa. Llega a Bolivia a principios del siglo XX, donde aprende el

castellano y pasa alrededor de 10 años, para luego pasar al Perú, a Platería,

94
donde sólo estuvo alrededor de 5 años. Posteriormente deja Platería, alrededor

del año de 1916, viajando con su esposa a la Selva de Madre de Dios, realizando

trabajo misionero entre los ashaninkas. Al final regresa a EE.UU. donde muere,

en 1950 (Paredes, 1989, pág. 45).

En el texto “En el País de los Incas” Fernando Stahl, relata la vida de los

indígenas quechuas y aimaras, visto desde la óptica de un viajero y misionero

adventista. Su texto es una narrativa indigenista, pero también un modelo arcaico

de diagnóstico de la vida y oportunidades negadas del indio del altiplano puneño.

Stahl ve a los indígenas como una raza oprimida porque a su llegada a Puno

observa a los indios en una condición verdaderamente deplorable, según Stahl

(1935): Vivían en la más abyecta miseria e ignorancia; desconocían hasta las

reglas más sencillas de higiene; y eran adictos a las más horribles borracheras

y al uso de la coca (hoja de cierto arbusto que cascan y de la cual se extrae la

cocaína). Sus pequeñas chozas de barro estaban sucias en extremo y llenas de

bichos asquerosos. En un lado de la pieza había generalmente un fogón hecho

de piedras, y cuando los indígenas cocinaban sus alimentos sobre estas piedras,

la pequeña pieza se llenaba de humo, lo que provocaba enfermedades de la

vista.

Los indígenas eran maltratados y engañados en todas formas por los

blancos que los consideraban menos valiosos que las bestias. Los primeros en

maltratarlos eran los grandes terratenientes que desde muchos años les venían

robando sistemáticamente sus terrenos. Estas tierras fueron tomadas

originalmente por los conquistadores, quienes después contrataron a muchos

95
indígenas para el trabajo de las minas, pagándoles con dichos terrenos. En

aquellos tiempos se creía que tenían poco valor, pero resultó lo contrario, debido

a los excelentes pastos que crecían en ellos, y se prestaban maravillosamente a

la cría de alpacas, vicuñas y llamas, animales oriundos de las altas mesetas

(Stahl, 1935, pág. 39).

Stahl crítica la presencia de la iglesia católica en las sociedades

indígenas, la ausencia de educación, y su vida servil son para él la causa de su

atraso. Estaba convencido que la situación de pobreza y marginalidad de los

indígenas en general era una cuestión no sólo de desconocimiento de las reglas

básicas, por ejemplo de la higiene y la salud; sino que su situación era producto

del estado de abandono y dominación de la sociedad hacia ellos.

Manifiesta Portugal (2013) dedicado a la obra “Historia de la Educación

en Puno”, sobre la vida misionera de Fernando Stahl, lo siguiente:

“Cuando era aún niño, conocí al pastor Stahl en los últimos años de su
estadía en Platería. Era un hombre alto, de sólida consistencia física, ojos
vivaces, frente amplia, mentón que denotaba perseverancia de carácter,
de tez más blanca que rubia, tal vez un tanto quemado por el sol de los
incas que en el Altiplano es fuerte. Vivía en Platería muy sencillamente
con su esposa, una dama bondadosa y su hija muy joven. Su casa
habitación era a la vez botiquín y consultorio”.

Se desplazaba a las demás escuelas y comunidades desde donde lo


llamaban, quienes buscaban su ayuda, en una mula parda, mansa que
parecía tener su mismo carácter generoso y tranquilo. Vestía saco de
cazador y pantalones de montar de color marrón claro, de esa tela que
entonces se llamaba diablo fuerte y que hoy se llama corduroy, con
sombrero de boyscout y botas de suela gruesa. Al margen de la misión

96
política que se atribuye a los adventistas, Stahl era un verdadero apóstol
laico. Hacia viajes de reconocimiento de la zona, a veces alejándose de
Platería a largas distancias, sin más apoyo y protección que la Biblia y sus
oraciones. Cuantas veces, como él mismo relata en su libro "El país de
los Incas", estuvo en trance de sufrir asaltos ya que en años de sequía
menudeaban los abigeos, otras veces era atacado por gentes instruidas
por los párrocos y. autoridades de los poblachos, y, hasta zozobrar en los
ríos torrentosos; pero en todos los casos salía airoso e inmune.

Cuando llegaba a la choza de los que sufrían tifus viruela, neumonía y


otros males, se daba íntegramente, sin temor, alguno, a curar a los
enfermos. Y él era un médico múltiple, trataba infecciones, epidemias,
como hacía operaciones quirúrgicas de apendicitis y otros males, con la
misma destreza que un especialista. Sin otros instrumentos que con los
pocos que contaba y sin más asepsia que el agua hervida y el ambiente
esterelizante del medio telúrico.

En 1920, entró al pueblo de Acora (Puno) la epidemia de la tifus


exantemático. Y aunque había recibido ofensas de los vecinos de ese
pueblo, sin rencor alguno, acudió a curarles. En mi familia murió mi madre,
siendo aún joven, porque no se llamó a tiempo al médico Stahl; pero a los
demás miembros de mi familia, mi padre, mi hermano, su esposa, mi
hermana y yo fuimos tratados por él.

4.3.3. EL OBISPO VALENTÍN AMPUERO: ROL DE LA IGLESIA CATÓLICA.

Según Luna (1940) citado por Núñez (2008, p. 189) Obispo y profesor.

Nació en Puno en 1869; murió en la misma ciudad en 1914. Siguió estudios en

Arequipa, en el Colegio del Padre Hipólito Duhamel y en la Universidad de San

Agustín. Fue profesor de Filosofía y Literatura. Recibió las Sagradas Órdenes en

1894. Ingreso a la Congregación de Lazaristas y viajó a París; ahí hizo su

noviciado en 1898; a su regreso enseñó Filosofía, Literatura y Teología en el

97
seminario de San Gerónimo. Optó al grado de Bachiller en etras en 1902. Fue

Delegado Apostólico. Elegido para ocupar la Diócesis de Puno. Consagrado el

19 de septiembre de 1909, tomó posesión de la sede el 30 de noviembre de

1909.

“(…) Don Valentín Ampuero, natural de Moquegua, educado en el colegio

del “Padre Duhamel”, de Arequipa, es preconizado Obispo de Puno. Se le

encarga la misión de concluir con el liberalismo puneño, sobre todo con el

protestantismo que ya había echado profundas raíces en el elemento obrero y

en el indio” (Encinas, 2013, pág. 392).

Afirma Zambrano (2007) citado por Ramos (Kessler J. B., 1993) (2008,

p.91) el obispo, Valentín Ampuero, con el apoyo del prefecto, encabezó una

turba de más de 70 mistis montados a caballo quienes asaltaron y destruyeron

la escuela adventista, atacando a los indígenas al parecer convertidos a la nueva

religión por Fernando Stahl y Manuel Z. Camacho. Menos mal que no hubo

muertos (pues los indios se encontraban preparados). Sin embargo, hubo

heridos de ambos bandos (Ramos Zambrano 2007: 40-43)10. Todos estos

acontecimientos motivarían al Congreso de la República a proponer, finalmente,

la libertad de cultos en el Perú.

Según Stahl (1935), en el distrito de La Platería, fue un centro de

propaganda evangélica con tales resultados que en tres años de benéfica labor,

se ha hecho del indígena un ser útil, libre de los vicios que tanto caracterizan su

raza. “El indígena evangelizado no bebe alcohol, no masca hojas de coca, es

98
limpio y moral; ahora sabe leer, ha adquirido hábitos de orden y un deseo de

trabajar, o es sociable y ejerce la caridad. Tienen una gran hacienda, una

escuela, un hospital y una posada para alojamiento.

Esta obra altamente benéfica en pro de la regeneración del indígena, que

recibe favorable acogida aun en regiones lejanas, se ha visto amenazada por el

celo diocesano del obispo monseñor Valentín Ampuero, el cual, en persona y

acompañado de algunos pobladores del pueblo de Chuchito, en una cabalgata

infernal, como las huestes de un nuevo Atila, se lanzó a perseguir a los

indígenas; no se crea que para persuadirlos por la palabra o el ejemplo no; sino

para arrastrarlos a la cárcel y después maltratarlos. Fueron atados y luego

echados en la cárcel de Chuchito, de donde el subprefecto ordenó que fuesen

traídos bajo escolta a esta capital, donde se les alojó en el departamento de

policía. El ilustrísimo obispo volvió al interior de la península con la misma clase

de misión.

Afirma Juan Ritchie citado por Kessler (1987, p. 290), el Obispo Valentín

Ampuero proponía o pretendía acobardar a los indios y devolverlos a su anterior

estado de sumisión a la iglesia y los terratenientes. Esperaba eliminar la

influencia de Stahl atizando los sentimientos nacionalistas contra el “Yanqui”,

pero la actitud desafiante de Zúñiga Camacho y el temor de que la iglesia

perdiera prestigio, impulsaron a los partidarios del obispo a tomar medidas

drásticas. Un sacerdote se apeó de su caballo y comenzó a azotar a Zúñiga

Camacho con su látigo, y las autoridades de Chucuito hicieron otro tanto.

Realmente se enseñaron con él. Patricio, el hijito de Zúñiga Camacho de once

99
años, imploró llorando al Obispo que interviniera salvar a su padre de morir. El

Obispo se interpuso y ordenó que Zúñiga Camacho fuera amarrado con los otro

cinco. Así fueron conducidos a la cárcel, junto con dos indios más que

encontraron en el camino.

El Obispo de Puno y algunos de sus sacerdotes mandaron cartas a las

autoridades en Lima en las que acusan a los esposos Stahl de incitar a los indios

y de enseñar a desobedecer a las autoridades. A consecuencia de esto, el

Presidente de la República envió una comisión a investigar el caso en el lugar

mismo. La comisión informó que los indios que habían recibido el evangelio eran

mucho más inteligentes y más corteses que los demás (Kessler, 1993, pág. 291).

100
CONCLUSIONES

 El aporte de la Escuela Rural de Utawilaya en el Altiplano puneño 1898 –

1920, fue impulsar una educación liberadora y la escuela Utawilaya no solo

dio educación a la niñez, sino que por el contrario, su programa de

alfabetización y lectoescritura abarcó a grupos de adultos, mostrando así su

visión de la necesidad de conocimientos tanto académicos como prácticos

que mejoraran su vida cotidiana. La educación liberadora Manuel Zúñiga

Camacho destaca aspectos trascendentales, tales como: liberar a la persona,

transformar la comunidad, toma de conciencia, transformar la realidad en un

ambiente sin discriminación, explotación, humillación y con derecho a

educación, el educando debe ser consciente de su realidad y cambiar su

estructura mental para su transformación y liberación mediante un

pensamiento crítico de su realidad circundante. En esencia, la educación

liberadora centra su atención en la concientización e interpretación, la

comprensión crítica y la acción transformadora de su comunidad. El aporte del

101
adventismo abrazó la visión de Camacho de una educación para la población

indígena y ampliaron la presencia educacional en Platería.

 Manuel Zúñiga Camacho fue el primer impulsor de la educación rural en el

Perú y precursor de la educación liberadora en América latina. Fue la primera

escuela en el Perú y en América para niños indios y con profesor indígena,

fundada en 1902 en la parcialidad de Utawilaya en Plateria, funcionaba en un

local construido por Manuel Zúñiga Camacho. Se empezó la labor de

alfabetización, para liberar al campesinado, enseñando a la gente a

preservarse de los males mediante la higiene personal, en la escuela de

Utawilaya empezó la liberación de las conciencias. Después de 58 años de

ardua lucha surge en 1961 en Latinoamérica la teoría pedagógica de Paulo

Freire sustentada en su obra “Pedagogía de la Liberación” pedagogía del

oprimido (1970) “Educación como práctica de la libertad” y otras interesadas

en la problemática educativa, donde Manuel Zúñiga Camacho fue precursor

de la teoría pedagógica mencionada.

 La influencia de Escuela Rural de Utawilaya y de los adventistas fue un

elemento educativo y que estimuló a movimientos o rebeliones indígenas, el

enfrentamiento con los sectores más conservadores de la sociedad puneña

(gamonal y religiosa). La población aimara de Platería impulsada desde la

parcialidad de Utawilaya, contaban culturalmente con las capacidades para

dejar el atraso, hacer respetar sus derechos, reclamar instrucción al Estado.

La escuela Rural permitió o influyo en el cambio de la estructura social de las

comunidades aimaras del altiplano puneño, logrando que se convirtieran en

102
los propios forjadores de mejoras sociales y es así como se enfrentaron a sus

dominadores para demandar justicia. Los misioneros adventistas como

Fernando Stahl continuaron con el proyecto de Manuel Zúñiga Camacho

donde ampliaron la presencia educacional, impulsaron la higiene y la salud

para los indigenas.

 Los aportes de los actores de la Escuela Rural de Utawilaya y los adventistas

en el desarrollo educativo vendría ser: Manuel Zúñiga Camacho, propició a un

cambio de mentalidades, hacia una sociedad justa, con educación, sin

discriminación. Al llegar a Puno se vio constantemente en situaciones de

abusos, desde la desaparición de su comunidad materna hasta los

requerimientos de trabajos forzosos, que cometían los gamonales,

autoridades judiciales, políticas y religiosas. Con la presencia del adventismo,

en Platería, también significó para el aimara un cambio en la estructura

mental, al ser asimilados a la iglesia adventista se produjo para ellos un

cambio positivo por cuestión no sólo de desconocimiento de las reglas

básicas, por ejemplo de la higiene y la salud; sino que su situación era

producto del estado de abandono y dominación de la sociedad hacia ellos.

103
RECOMENDACIONES

 A las universidades de la Región Puno o institutos superiores de formación

pedagógica se recomienda considerar en sus estructuras curriculares de

formación profesional asignaturas relacionadas a la Historia de la Educación

Regional porque se tiene una diversidad contenidos que estudiar e

investigar, con la finalidad de rescatar y valorar el aporte que dieron en

cuanto a la educación indígena como es el caso de la Escuela Rural de

Utawilaya en Platería que se convirtió en la primera escuela rural de

indígenas en américa-latina y precursor del indigenismo moderno puneño

del siglo XX.

 A las escuelas de Posgrados de las distintas universidades de la Región de

Puno e institutos superiores de formación pedagógica insertar en sus

estructuras curriculares la asignatura de Historia de la Educación Regional

de Puno, de esta manera aporta a la historia de la educación peruana desde

el sur del país. Considerando que desde Puno se promovió la educación

liberadora en 1902, que años más tarde fue planteado 1961 en Brasil la

104
teoría pedagógica de Paulo Freire sustentada en su obra “Pedagogía de la

Liberación” pedagogía del oprimido (1970).

 A los estudiantes de Pre y Posgrados de las universidades de las facultades

de educación y programas de nuestra Región seguir las líneas de

investigación educativa, en estos periodo se observa investigaciones

realizadas por estudiantes de las universidades de la capital de Lima, y en

menor cantidad investigaciones realizadas por estudiantes de nuestra región

de Puno.

 A los docentes, autoridades de Educación Básica Regular, docentes de

educación superior de la Región de Puno y a la comunidad académica, a

través de las Instituciones, organizar eventos de discusión y análisis en el

área de Historia de la Educación Regional en Puno, en Congresos

regionales, simposios, seminarios, talleres, cursos, publicaciones, etc.

105
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112
ANEXOS

GUÍA DE ANÁLISIS DE CONTENIDO


1. Título del contenido:…………………………………………………………..
2. Autor:………………………….…………………………………………………
3. Lugar:……………………. Año:………………… Editorial:…………………

Contenido/argumento Página Comentario / interpretación

113
Instrumento: FICHA DE ANÁLISIS DOCUMENTAL

Ficha de revisión bibliográfica.

Autor: Ciudad:

Titulo: Editorial:

Tema:

Resumen del contenido

Responsable:

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Carta escrita por Manuel Zúñiga Camacho

Fuente: Luis Gallegos. Biografia de un Aymara (1993)

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