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enfermedad.
4-
Además de limpiar el organismo el agua transporta las vitaminas y las sales minerales que se
necesitan para nutrir las células. Por eso es importante mantener el cuerpo bien hidratado
inclusive cuando hacemos dietas.
El agua permite mitigar el apetito y ayuda al organismo a metabolizar las grasas de los alimentos.
Lo ideal es consumir un vaso de agua diez minutos antes de comer para controlar la ansiedad
antes de sentarnos a la mesa. Recordemos que cuanto mayor sea la cantidad de agua que se
beba, mayor será la cantidad de grasa que sale del cuerpo.
6- NIÑOS
Si hay algo que nunca deja de maravillarnos de los niños es la energía que derrochan y su rápido
y espectacular crecimiento. Y es que los niños ni paran, ni paran de crecer. Por eso, su dieta debe
ser completa y variada, compuesta por aquellos alimentos que favorecen la reposición de
energía y su desarrollo corporal.
Es evidente que cada niño deberá comer en función de su complexión y de su estado de salud,
aconsejando por su pediatra si es lo ideal para los pequeños es que realicen:
• 5 comidas al día (desayuno muy completo, tentempié a media mañana, almuerzo, merienda y
cena).
• Incluyas también en sus comidas 2 raciones de pescado o carne diarias (fuente de proteínas), 2
ó 3 raciones de lácteos(gran fuente de calcio), de 4 a 5 tomas de frutas y verduras(vitaminas y
sales minerales) y una ligera cantidad de grasas(otra fuente de energía) preferiblemente en
forma de aceite de oliva.
• Además, recuerda que la ingesta de agua también es imprescindible para los pequeños
terremotos.
Como consejo final… Ten en cuenta que la imaginación es el mejor ingrediente para las recetas
de tu hijo. Camuflando los alimentos que no le gusten con otros que le chiflen y presentando los
platos de forma divertida conseguirás que tu niño coma de todo en su justa medida, que es la
clave fundamental para una correcta alimentación.
Recuerda que si desde pequeño adquiere unos hábitos alimentarios saludables tu hijo estará
haciendo una inversión de futuro para su salud, previniendo aquellos trastornos alimentarios
que se detectan actualmente entre la población adulta.
JÓVENES
Los jóvenes afrontan la época de su desarrollo con constantes cambios a nivel físico, emocional y
de entorno. Para afrontar estos cambios es necesario una dieta sana, equilibrada y rica en
energía.
Seguir una dieta variada y elaborada con productos de calidad, que contenga: fruta, verdura,
patatas, arroz, pasta, legumbres, carne, pescado, agua y lácteos. Cabe destacar que los derivados
de la leche son especialmente importantes para las chicas, que deberán afrontar los comienzos
de la ovulación con la llegada de sus primeras reglas. Es importante no descuidar la entrada de
los productos lácteos en su dieta, puesto que aportan el calcio necesario para cubrir ese
desgaste extra.
Mantener la regularidad en los horarios de sus comidas (si es posible 5 comidas repartidas
durante todo el día). Recuerda que es un momento de transición hacia la edad adulta, así que es
importante fijar unos hábitos correctos antes de que sea demasiado tarde.
Hacer ejercicio constante y de forma moderada. Hay muchos jóvenes que, al dejar la infancia,
dejan también el ejercicio físico. Es importante que el cambio de roles y la asimilación de
responsabilidades en casa o en los estudios no se confunda con una apuesta por el
sedentarismo. La práctica de un deporte es – más que recomendable – imprescindible.
Seguir estos consejos permitirá a los jóvenes enfrentarse a los distintos cambios con unos
hábitos de alimentación correctos, indispensables para afrontar al 100% aspectos de la vida tan
importantes como los estudios, los deportes, la sexualidad o … evidentemente, su salud.
ADULTOS
Los nutrientes que el organismo necesita a diario para cubrir sus necesidades nutricionales son
las proteínas, hidratos de carbono, grasas, elementos minerales, vitaminas y agua.
Las cantidades necesarias varían en función de la talla, edad, estado de salud, actividad física y
estado fisiológico. Es importante que no nos olvidemos de:
• Una adecuada repartición de las comidas. Si cada día tomas desayuno, almuerzo y cena, en
cantidades equilibradas, así como dos tentempiés a media mañana y por la tarde, el organismo
funcionará adecuadamente. Sin embargo, saltarse una comida, tomar el desayuno con
precipitación o no cenar, puede producir fatiga, problemas de concentración, incremento de
peso, etc.
Recuerda que la dieta mediterránea es un modelo válido a seguir, ya que favorece unos hábitos
alimentarios sanos y equilibrados. Esta tipología de dieta está basada en un consumo de pescado
superior al de carne, en grandes cantidades de frutas y verduras (crudas y/o cocidas), productos
lácteos, frutos secos y aceite de oliva. Seguirla te ayudará a reducir el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, la obesidad, el colesterol y la osteoporosis.
TERCERA EDAD
Estos desajustes alimentarios pueden estar motivados por distintos factores: un retiro
profesional, un cambio en los horarios de las comidas, cambios de metabolismo, la aparición de
enfermedades propias de una determinada edad, abuso de dulces y aperitivos (frecuentes en
personas mayores)…
Seguir con una alimentación adecuada contribuirá a mantener el organismo activo y sano, y
ayudará a prevenir la aparición de enfermedades. Es decir, contribuirá a mantener o mejorar
nuestra calidad de vida.
Las necesidades energéticas son menores que en otras etapas de la vida, ya que el gasto
energético es menor. El aporte energético recomendado oscila en torno a 2.000 kcal/día para los
hombres y 1.800 kcal/día para las mujeres.
La ingesta de calcio toma un papel protagonista, ya que previene una de las dolencias más
frecuentes en las personas mayores; la osteoporosis. Por ello, se recomienda incluir leche o un
producto lácteo en cada comida.
La vitamina D mejora la absorción del calcio en los huesos y puede ser sintetizada por el
organismo mediante la exposición a la luz solar. No obstante, en climas sin demasiado sol o
cuando el ritmo de vida no permita una exposición suficiente, el aporte de vitamina D a través
de los alimentos es esencial. Además de los alimentos lácteos, está presente en la yema de
huevo y en los aceites de hígado de pescado.
Las proteínas, y en especial la vitamina B12, son importantes para la formación de los glóbulos
rojos, presente en carnes, hígado, riñón y lácteos.
Los ácidos grasos esenciales o vitamina F, presente en aceites vegetales de germen de trigo, soja,
girasol, almendras, nueces y aceites de pescado de aguas profundas, son imprescindibles para
mantener el corazón sano.
La vitamina C, que podemos encontrar principalmente en los cítricos y vegetales verdes, ayudará
a prevenir el deterioro de la vista.
Recuerda que estos consejos son generales. Las personas mayores representan una población
muy heterogénea cuyo estilo de vida, estado de salud y necesidades nutricionales pueden ser
muy distintas.
7- MALNUTRICIÓN
En cambio la malnutrición refiere a seguir una serie de patrones dietéticos inadecuados, ya sea
por la falta o el exceso de nutrientes. De este modo, si la persona tiene una alimentación
excesiva, puede llegar a sufrir ciertos problemas como la obesidad, la diabetes, cardiopatías e
hipertensión.
DESNUTRICIÓN
La desnutricion consiste en el déficit o falta de nutrientes en el organismo, lo cual puede
ocasionar ciertas alteraciones en el crecimiento o desarrollo de la persona. A su vez, si la persona
está desnutrida no tiene resistencia a las enfermedades o infecciones, así como también le
cuesta curarse de lesiones o afecciones clínicas.
La desnutricion suele estar relacionada con diversas causas como la ingesta escasa o inadecuada
de los alimentos, las alteraciones en el proceso de digestión o en los procesos metabólico, o una
excreción mayor de los nutrientes.
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9- Ácido Fólico
El ácido fólico es una forma de folato (una vitamina B) que todas las personas necesitan. Si
puedes quedar embarazada o ya lo estás, el ácido fólico es especialmente importante. El ácido
fólico protege a los bebés por nacer de anomalías congénitas graves. Puedes obtener ácido fólico
de vitaminas y alimentos fortificados, como el pan, la pasta y los cereales. El folato se encuentra
naturalmente en alimentos como vegetales de hojas verdes, naranjas y frijoles.
Vitamina C y K
La vitamina K, forma parte de las vitaminas que se disuelven en grasas (liposoluble) y su función
es coagular la sangre, sin esta vitamina la sangre no puede coagularse y se producen multiples
hemorragias internas.
Botulismo
Es una enfermedad poco frecuente pero grave, causada por la bacteria Clostridium botulinum.
Esta bacteria puede entrar al organismo a través de heridas o por ingerirla en alimentos mal
enlatados o mal conservados.
Contaminación cruzada
La contaminación cruzada es el proceso mediante el cual los alimentos entran en contacto con
otros que están cocinados o no y que terminan por contaminarse como resultado del
intercambio de sustancias ajenas.
Anemia
La anemia es una afección en la cual su sangre tiene una cantidad de glóbulos rojos o
hemoglobina por debajo de lo normal.