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1- Estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de

enfermedad.

2- Ingesta de alimentos que ayuda a mantener, recuperar o mejorar la salud.

3- El valor energético o valor calórico de un alimento es proporcional a la cantidad de energía


que puede proporcionar al quemarse en presencia de oxígeno.

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5- El agua representa el 70% de la composición de nuestro cuerpo y es imprescindible para


mantenerlo sano. Los profesionales recomiendan beber de dos a tres litros de agua por día para
limpiar el organismo y eliminar las toxinas. A su vez, bebiendo estas cantidades mantenemos al
hígado y los riñones trabajando correctamente.

Además de limpiar el organismo el agua transporta las vitaminas y las sales minerales que se
necesitan para nutrir las células. Por eso es importante mantener el cuerpo bien hidratado
inclusive cuando hacemos dietas.

El agua permite mitigar el apetito y ayuda al organismo a metabolizar las grasas de los alimentos.
Lo ideal es consumir un vaso de agua diez minutos antes de comer para controlar la ansiedad
antes de sentarnos a la mesa. Recordemos que cuanto mayor sea la cantidad de agua que se
beba, mayor será la cantidad de grasa que sale del cuerpo.

6- NIÑOS

Si hay algo que nunca deja de maravillarnos de los niños es la energía que derrochan y su rápido
y espectacular crecimiento. Y es que los niños ni paran, ni paran de crecer. Por eso, su dieta debe
ser completa y variada, compuesta por aquellos alimentos que favorecen la reposición de
energía y su desarrollo corporal.
Es evidente que cada niño deberá comer en función de su complexión y de su estado de salud,
aconsejando por su pediatra si es lo ideal para los pequeños es que realicen:

• 5 comidas al día (desayuno muy completo, tentempié a media mañana, almuerzo, merienda y
cena).

• Una alimentación basada en hidratos de carbono, presentes en alimentos como el pan, la


pasta, los cereales, las legumbres y las patatas. El consumo de éstos debería ser de 3 a 5 raciones
diarias, ya que son la gasolina que necesita para cubrir su alto gasto de energía diario.

• Incluyas también en sus comidas 2 raciones de pescado o carne diarias (fuente de proteínas), 2
ó 3 raciones de lácteos(gran fuente de calcio), de 4 a 5 tomas de frutas y verduras(vitaminas y
sales minerales) y una ligera cantidad de grasas(otra fuente de energía) preferiblemente en
forma de aceite de oliva.

• Además, recuerda que la ingesta de agua también es imprescindible para los pequeños
terremotos.

Como consejo final… Ten en cuenta que la imaginación es el mejor ingrediente para las recetas
de tu hijo. Camuflando los alimentos que no le gusten con otros que le chiflen y presentando los
platos de forma divertida conseguirás que tu niño coma de todo en su justa medida, que es la
clave fundamental para una correcta alimentación.

Recuerda que si desde pequeño adquiere unos hábitos alimentarios saludables tu hijo estará
haciendo una inversión de futuro para su salud, previniendo aquellos trastornos alimentarios
que se detectan actualmente entre la población adulta.

JÓVENES

Los jóvenes afrontan la época de su desarrollo con constantes cambios a nivel físico, emocional y
de entorno. Para afrontar estos cambios es necesario una dieta sana, equilibrada y rica en
energía.

Es evidente que la alimentación diaria de los jóvenes y adolescentes dependerá de su


complexión y de su estado de salud, y que ante la manifestación de cualquier problema deberán
ser aconsejados por su médico o dietista si es necesario; pero en términos generales si existe lo
que podríamos llamar una "pauta ideal", basada en:

Un desayuno equilibrado y energético para empezar el día.Idealmente, debería contener


cereales, lácteos y fruta.

Seguir una dieta variada y elaborada con productos de calidad, que contenga: fruta, verdura,
patatas, arroz, pasta, legumbres, carne, pescado, agua y lácteos. Cabe destacar que los derivados
de la leche son especialmente importantes para las chicas, que deberán afrontar los comienzos
de la ovulación con la llegada de sus primeras reglas. Es importante no descuidar la entrada de
los productos lácteos en su dieta, puesto que aportan el calcio necesario para cubrir ese
desgaste extra.

Mantener la regularidad en los horarios de sus comidas (si es posible 5 comidas repartidas
durante todo el día). Recuerda que es un momento de transición hacia la edad adulta, así que es
importante fijar unos hábitos correctos antes de que sea demasiado tarde.
Hacer ejercicio constante y de forma moderada. Hay muchos jóvenes que, al dejar la infancia,
dejan también el ejercicio físico. Es importante que el cambio de roles y la asimilación de
responsabilidades en casa o en los estudios no se confunda con una apuesta por el
sedentarismo. La práctica de un deporte es – más que recomendable – imprescindible.

Seguir estos consejos permitirá a los jóvenes enfrentarse a los distintos cambios con unos
hábitos de alimentación correctos, indispensables para afrontar al 100% aspectos de la vida tan
importantes como los estudios, los deportes, la sexualidad o … evidentemente, su salud.

ADULTOS

En la edad adulta, ya hemos dejado atrás nuestro crecimiento y nuestro desarrollo, y en la


mayoría de los casos hemos establecido una pauta de alimentación que, si es adecuada, no nos
conviene abandonar. Siguiendo una dieta equilibrada podremos mantenernos sanos y activos, y
ayudaremos a prevenir la aparición de posibles enfermedades en el futuro.

Los nutrientes que el organismo necesita a diario para cubrir sus necesidades nutricionales son
las proteínas, hidratos de carbono, grasas, elementos minerales, vitaminas y agua.

Las cantidades necesarias varían en función de la talla, edad, estado de salud, actividad física y
estado fisiológico. Es importante que no nos olvidemos de:

• Una adecuada repartición de las comidas. Si cada día tomas desayuno, almuerzo y cena, en
cantidades equilibradas, así como dos tentempiés a media mañana y por la tarde, el organismo
funcionará adecuadamente. Sin embargo, saltarse una comida, tomar el desayuno con
precipitación o no cenar, puede producir fatiga, problemas de concentración, incremento de
peso, etc.

• Cantidad de alimentos. Si comes más de lo que necesitas, tu organismo almacenará el exceso


de energía en forma de grasas. En cambio, si no le das la energía suficiente, tendrá que recurrir a
sus reservas, produciéndose así una posible deficiencia de uno o más nutrientes. Esto puede
tener consecuencias para tu salud. Por tanto, es importante alcanzar un equilibrio, tanto en
términos de calidad nutricional como de cantidad de alimentos.

Recuerda que la dieta mediterránea es un modelo válido a seguir, ya que favorece unos hábitos
alimentarios sanos y equilibrados. Esta tipología de dieta está basada en un consumo de pescado
superior al de carne, en grandes cantidades de frutas y verduras (crudas y/o cocidas), productos
lácteos, frutos secos y aceite de oliva. Seguirla te ayudará a reducir el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, la obesidad, el colesterol y la osteoporosis.

TERCERA EDAD

En esta etapa de la vida conviene no descuidar la alimentación. Un relajamiento excesivo en el


control de las comidas puede desencadenar problemas nutricionales en personas que seguían
dietas hasta entonces equilibradas.

Estos desajustes alimentarios pueden estar motivados por distintos factores: un retiro
profesional, un cambio en los horarios de las comidas, cambios de metabolismo, la aparición de
enfermedades propias de una determinada edad, abuso de dulces y aperitivos (frecuentes en
personas mayores)…
Seguir con una alimentación adecuada contribuirá a mantener el organismo activo y sano, y
ayudará a prevenir la aparición de enfermedades. Es decir, contribuirá a mantener o mejorar
nuestra calidad de vida.

Es importante que sea una alimentación variada y equilibrada, en la que se combinen


diariamente alimentos de los 6 grupos básicos. Sin embargo, se deben tener en cuenta las
siguientes pautas:

Las necesidades energéticas son menores que en otras etapas de la vida, ya que el gasto
energético es menor. El aporte energético recomendado oscila en torno a 2.000 kcal/día para los
hombres y 1.800 kcal/día para las mujeres.

La ingesta de calcio toma un papel protagonista, ya que previene una de las dolencias más
frecuentes en las personas mayores; la osteoporosis. Por ello, se recomienda incluir leche o un
producto lácteo en cada comida.

La vitamina D mejora la absorción del calcio en los huesos y puede ser sintetizada por el
organismo mediante la exposición a la luz solar. No obstante, en climas sin demasiado sol o
cuando el ritmo de vida no permita una exposición suficiente, el aporte de vitamina D a través
de los alimentos es esencial. Además de los alimentos lácteos, está presente en la yema de
huevo y en los aceites de hígado de pescado.

Las proteínas, y en especial la vitamina B12, son importantes para la formación de los glóbulos
rojos, presente en carnes, hígado, riñón y lácteos.

Los ácidos grasos esenciales o vitamina F, presente en aceites vegetales de germen de trigo, soja,
girasol, almendras, nueces y aceites de pescado de aguas profundas, son imprescindibles para
mantener el corazón sano.

La vitamina C, que podemos encontrar principalmente en los cítricos y vegetales verdes, ayudará
a prevenir el deterioro de la vista.

Recuerda que estos consejos son generales. Las personas mayores representan una población
muy heterogénea cuyo estilo de vida, estado de salud y necesidades nutricionales pueden ser
muy distintas.

7- MALNUTRICIÓN

En cambio la malnutrición refiere a seguir una serie de patrones dietéticos inadecuados, ya sea
por la falta o el exceso de nutrientes. De este modo, si la persona tiene una alimentación
excesiva, puede llegar a sufrir ciertos problemas como la obesidad, la diabetes, cardiopatías e
hipertensión.

En síntesis, la malnutrición implica una alimentación totalmente inadecuada para el correcto


funcionamiento del organismo. Este desequilibrio se genera por la falta de nutrientes esenciales
o un exceso de alimentos. Por ejemplo, ingerir alimentos ricos en grasas en exceso puede
detonar en enfermedades como la obesidad y el sobrepeso; y por el contrario la ingesta reducida
de alimentos causando diversidad de afecciones y enfermedades por la falta de nutrientes
esenciales.

DESNUTRICIÓN
La desnutricion consiste en el déficit o falta de nutrientes en el organismo, lo cual puede
ocasionar ciertas alteraciones en el crecimiento o desarrollo de la persona. A su vez, si la persona
está desnutrida no tiene resistencia a las enfermedades o infecciones, así como también le
cuesta curarse de lesiones o afecciones clínicas.

La desnutricion suele estar relacionada con diversas causas como la ingesta escasa o inadecuada
de los alimentos, las alteraciones en el proceso de digestión o en los procesos metabólico, o una
excreción mayor de los nutrientes.

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9- Ácido Fólico

El ácido fólico es una forma de folato (una vitamina B) que todas las personas necesitan. Si
puedes quedar embarazada o ya lo estás, el ácido fólico es especialmente importante. El ácido
fólico protege a los bebés por nacer de anomalías congénitas graves. Puedes obtener ácido fólico
de vitaminas y alimentos fortificados, como el pan, la pasta y los cereales. El folato se encuentra
naturalmente en alimentos como vegetales de hojas verdes, naranjas y frijoles.

Vitamina C y K

La vitamina C, también conocida como vitamina antiescorbútica o ácido ascórbico, es una


vitamina hidrosoluble imprescindible para el desarrollo y crecimiento. También ayuda a la
reparación de tejidos de cualquier parte del cuerpo, formando colágeno (el tejido cicatricial) en
el caso de las heridas o subsanando el deterioro en huesos o dientes. La vitamina C también
podría ayudar a curar resfriados comunes.

La vitamina K, forma parte de las vitaminas que se disuelven en grasas (liposoluble) y su función
es coagular la sangre, sin esta vitamina la sangre no puede coagularse y se producen multiples
hemorragias internas.

Sindrome uremico hemolitico

El síndrome urémico hemolítico es una enfermedad causada por la destrucción anormal de


glóbulos rojos. Los glóbulos rojos destruidos bloquean el sistema de filtración en los riñones, lo
que puede provocar insuficiencia renal potencialmente mortal.

Botulismo

Es una enfermedad poco frecuente pero grave, causada por la bacteria Clostridium botulinum.
Esta bacteria puede entrar al organismo a través de heridas o por ingerirla en alimentos mal
enlatados o mal conservados.

Contaminación cruzada

La contaminación cruzada es el proceso mediante el cual los alimentos entran en contacto con
otros que están cocinados o no y que terminan por contaminarse como resultado del
intercambio de sustancias ajenas.

Anemia

La anemia es una afección en la cual su sangre tiene una cantidad de glóbulos rojos o
hemoglobina por debajo de lo normal.

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