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Alicia White
Alicia White
Erin's Redemption
La Redención de Erin
Portada Original
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
Staff
Traducción
Corrección
Diseño y Montaje
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
Argumento
Cuando cinco amigas de la universidad se reúnen, una noche cambia sus vidas para
siempre. Erin Holmes se está muriendo. Desembolsa su cuenta y va a Nueva Orleans.
Su plan: Una última fiesta antes de decir adiós a sus amigas. Después de estar con sus
viejas amigas de la universidad en un hotel, toman algunas bebidas y hacen un viaje a un
cementerio.
Mikael Moreau es un vampiro. En el interior del cementerio, huele la combinación
perfecta de su Amor Eterno vampírico. El abandona el territorio de batalla, y ve una mujer
inconsciente. La lleva de vuelta al clan, con la esperanza de que puedan salvar su vida.
Elías Moreau se enfada cuando se entera de que su hermano fue a la batalla sin él.
Cuando va a enfrentar al otro hombre, el olor de la muerte está en el aire. Pronto descubre que
la mujer en la cama es el Eterno Amor de Mikael. Para salvar a Erin, los dos hombres deben
donar sangre para vaciarla de la enfermedad, lo que significa que Mikael necesita compartir a
su Amor Eterno con su hermano.
Los tres forman una unión de sangre, pero ¿es suficiente para durar para siempre?
Capítulo Uno
Erin Holmes se despertó lentamente. Parpadeó varias veces, trató de limpiar su mente
empañada por el sueño. Respiró hondo y miró por la ventana. El sol de la mañana entraba por
las cortinas, echando un resplandor amarillo de calor en la habitación. La visión la hizo
sonreír, y por un momento, estuvo completamente en paz. Con un bostezo de explosión de
mandíbula, estiró sus brazos sobre su cabeza y se congeló instantáneamente.
Un suspiro escapó de sus labios cuando el dolor atravesó su espalda una sensación de
punzante agonía. El bendito alivio que había encontrado durmiendo dio paso a una realidad
del sufrimiento a la que nunca se acostumbraría.
Erin apretó los dientes y trató de relajar los músculos. A los treinta y cuatro años, debía
estar disfrutando de la plenitud de su vida, pero estaba en un constante estado de dolor. No
podía recordar la última vez que había estado cómoda en su propia piel.
Lo que empezó como un dolor cabeza un par de años atrás, había tomado una cuesta
abajo directa a un completo desastre. Lo que había asumido que era el estrés se convirtió
rápidamente en dolores de cabeza y migrañas que, eventualmente, la ponían fuera de servicio
durante semanas a la vez.
Finalmente fue a ver a su médico después de que su salud comenzó a girar fuera de
control. Erin todavía recordaba oír las palabras que cambiarían el curso de su vida para
siempre.
Erin había decidido poner fin a su relación a largo plazo con su novio después de
recibir la triste noticia. No es que los dos avanzaran o algo así.
Quedarse con él no era la respuesta. Ciertamente no quería que se quedara con ella por
culpa o vergüenza.
Estaba decidida a vencer al cáncer, seguir adelante, y tener hijos. Algo que siempre
quiso, pero no hizo.
Erin sabía de la pérdida. Pasó por mucho, la muerte de sus padres, su abuela y hermano
menor. Y como siempre, se movía por la vida, tratando de tener una perspectiva positiva,
independientemente de las circunstancias.
Se negó a permitir que nadie se sentase a su lado para ver su marcha. Erin había
permanecido al lado de su madre y las imágenes quemaban dentro de su cerebro para
siempre. No quería que sus amigas tuvieran que pasar por ello. Se afeitó la cabeza y se
preparó para la cirugía sólo con el sueño de ser normal otra vez. Después de conseguir que su
cráneo sea cortado y con el tumor asesino extirpado, esperaba la calidad de su vida lo haría
mejorar.
Los dolores de cabeza aún permanecían. Cuando debería haber estado completamente
curada, otros problemas comenzaron en su salud. Era difícil mantener un trabajo, cuando
apenas podía levantarse por la mañana, pero se obligó a ir a trabajar porque necesitaba el
seguro médico. Nadie sabía la verdad acerca de lo que había pasado, o incluso lo que ahora
pasaba, para el caso.
Erin permaneció aislada, más eso estaba a punto de cambiar. Pronto, se iría a Nueva
Orleans para encontrarse con sus amigas más queridas.
Erin se arrastró de la cama, se movió tan lentamente como pudo. El mundo se inclinó
cuando sus pies tocaron el suelo, y rápidamente agarró la cabecera para mantener el
equilibrio, tomando algunas respiraciones profundas. Necesitaba ver a su médico y hablarle
sobre el dolor insoportable que sacudía su cuerpo.
Después de lo que pareció una eternidad, Erin se empujó a una posición de pie antes de
tropezar su camino a la ducha. Tenía una cita con su oncólogo antes de que tuviera que hacer
acto de presencia en el trabajo. No podía permitirse el lujo de perder un día.
Dinero y seguro eran bienes sin los que no podría vivir. Las visitas al médico eran lo
bastantes caras y los medicamentos para la opresión del dolor eran necesarios.
Esta era su vida. El pensamiento de sobrecargar a sus amigos con los detalles de su
enfermedad le disgustaba. Sólo se preocuparían y sufrirían estrés sobre ello, y no había nada
que podrían hacer para ayudar.
Erin se metió en la ducha. Corrió el agua caliente para su piel en una caricia celestial, y
sintió que sus hombros comenzaban a relajarse. Tomando la barra de jabón, la frotó sobre su
cuerpo delgado, tratando de moverse rápidamente sin marearse.
Había perdido mucho peso, pero nadie parecía darse cuenta. Era extraño oír la gente
saludarla diciéndole que se vea tan bien cuando en realidad estaba bajo peso y se sentía como
una mierda.
Con un metro sesenta y siete, tenía que tener un poco más de carne en sus huesos. En
lugar de ello, podía ver con claridad bajo su piel. Descansó la frente sobre las baldosas frías
cuando la bendita agua enjuagó el resto del jabón de su cuerpo.
El único lado bueno es que estaban cerca sus próximas vacaciones. Había estado
planeando esto desde hace años, uno de los muchos destinos en su lista. Iba al festival de
Halloween en Nueva Orleans, en pocos días con las mejores amigas de la universidad, Dani,
Heidi, Shayla y Faina. Sólo tenía que hacerlo unos días más.
Erin cerró el agua, agarró una toalla y se secó con movimientos perezosos. Tenía que
hacer todo en cámara lenta para evitar que su mundo girara salvajemente.
Un proceso simple que tomaba minutos para la gente sana podía tomar literalmente
horas con ella. ¿Cómo podrían los médicos no encontrar respuestas a ello? En este momento
no le importaba lo que dijeran o que podrían diagnosticarle.
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Erin volvió a la habitación y tomó un simple par de pantalones negros y una blanca
abotonada, blusa de manga larga. Trataba de llevar ropa conservadora y que le cubriera por
completo, para camuflar los huesos presionando contra su piel y las marcas de agujas
corriendo arriba y abajo de los brazos por el tratamiento y los análisis de sangre.
Sólo necesita hacerlo por el resto de la semana, y entonces podría finalmente escapar
de su vida y pretender ser otra persona por un tiempo... una, saludable y vibrante, sexy mujer.
Erin cerró la casa y se dirigió al coche. Se tomó unos minutos para respirar y tragar la
amarga sensación en la garganta. Pensó en su próximo viaje. Había sido amiga de Dani,
Heidi, Shayla Faina desde que eran todas estudiantes de primer año en la Universidad de
Mississippi. Había compartido una habitación de residencia con Dani. Pasaron mucho juntas
y habían estado allí por Erin cuando ella ya no tenía a nadie.
Arrancó el motor, se esforzó entonces en salir lentamente fuera del garaje. Todavía
vivía en la casa de su infancia. Su padre había salido de la casa, y a veces quería seguir
adelante y dejarla atrás. Los recuerdos de vez en cuando la tomaban, y estaba llorando más de
lo que querría admitir.
Erin condujo por su barrio, sonriendo y saludando a los pocos vecinos que se habían
aventurado a salir. Envidió su normalidad, mientras se ocupaban con las tareas diarias.
Trabajando en las ventas, Erin odiaba hacer llamadas en frío, pero era realmente genial para
hablar con la gente, lo que significaba grandes sumas de comisión por ello. Sus pensamientos
volaron hacia el próximo viaje y una sonrisa nostálgica tocó sus labios.
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Algunas vacaciones era exactamente lo que precisaba. Iban a Nueva Orleans, una
ciudad llena de magia. La mayoría de la gente no creía en lo sobrenatural, de modo que Erin
no compartía sus pensamientos y sentimientos con nadie excepto con sus amigas más
cercanas, incluso ellas todavía censuraban la mayoría de sus creencias. Tenía un deseo
secreto, que mantuvo secreto por si acaso no sucedía. Tal vez algún médico vudú podría
ayudarla, ya que la mayoría parecía ser incapaz. Era su última gota de esperanza y estaba
sujetándola con ambas manos.
-"Buenos días. Soy Erin."- mantuvo su tono ligero, por si la llamada estaba relacionada
con el trabajo.
La voz de Dani surgió de los altavoces del coche, y Erin bajó el volumen.
Erin no le dijo a Dani que su primera parada era para ver a un oncólogo.
-"Sólo estoy tomando mi café, sentada aquí en el equipo, analizando algunos números.
¿Ya empezaste a hacer la maleta? Pues estarás orgullosa de mí. Compré un traje súper sexy
ayer. No estoy segura de sí los tacones de diez centímetros son una buena idea, pero estoy
tratando de seguir tu consejo y ampliar mi armario. ¿Qué demonios? Yo vivo en el borde."-
Ella se rió y Erin asintió.
La verdad era que aún no había empezado a hacer sus maletas. Sin embargo, compró
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ropa nueva, una vez más todo lo que tenía que hacer era guardarlo.
-"No, no lo hiciste."- dijo Dani seria. -"Puedo escucharlo en tu voz, y siempre esperas
hasta el último minuto para hacerlo. ¿Seguro de que realmente te sientes bien? ¿Todavía
tienes dolores de cabeza?"
-"Estoy bien. Deja de preocuparte. Después del trabajo estoy planificando completar la
maleta."
Cuando llegó al familiar sitio estéril, Erin se deslizó en una silla y trató de relajarse.
Estás bien. Sólo respira a través del dolor.
-"Gracias, Dr. Moore."- murmuró Erin y dejó que la mano del buen médico tomara la
suya.
En este punto, no le importa lo que fueran los resultados. Caminaron por un largo
pasillo hasta llegar a la última puerta a la izquierda. Erin tragó en seco cuando entraron en
una oficina privada. Miró alrededor de la sala de estar con abierta curiosidad. Decenas de
certificados y premios colgados en las paredes, una prueba de la competencia médica.
-"Siéntese, señorita Holmes."- dijo el médico en voz baja desde su asiento, detrás de
una mesa de madera masiva.
-"Lo siento."- Fue su respuesta, pero Erin ya no podía oír más que los latidos de su
propio corazón. -"El cáncer se ha extendido... no hay nada que podamos hacer."
La boca del doctor movió pero un ruidoso zumbido lleno la cabeza de Erin.
Erin se había convertido en una mentirosa profesional. Era buena en el uso de una
máscara, una experta en fingir que todo estaba bien, cuando en realidad su mundo se caía a
pedazos.
Caminando por las grandes puertas dobles en su oficina, siguió el pasillo hacia su
pequeño cubículo. Su único objetivo era comer algo y comenzar a marcar el teléfono y hacer
ventas. Esta era su última semana de trabajo, y si podía hacer otras seis ventas, podría ganar
un bono extra. Se echó hacia atrás en su silla cómoda de oficina y abrió el cajón de su
escritorio para sostener una barra de fresa como desayuno. Con un poco de suerte, sería capaz
de mantener esto sin vomitarlo.
Se puso los auriculares y empezó a marcar el teléfono cuando dio un bocado. Esta era
su rutina de la mañana. Comer y hablar con extraños. Por lo menos no estaba detenida en su
casa todos los días, sola, con dolor. Hizo todo lo posible para ignorar su cuerpo y
concentrarse en la tarea de las manos.
No quería pensar en su visita al médico o lo que tenía que decir a sus amigas. No,
ganaría su comisión, y antes de salir de vacaciones, recogería su último cheque de pago y
renunciaría a su trabajo. Erin planeaba derrochar todos sus ahorros en Nueva Orleans, gastar
el límite de sus tarjetas de crédito, e ir de fiesta con sus amigas. No estaba segura de cuánto
tiempo le quedaba, pero planeaba vivir la vida al máximo, hasta entonces, y saldría como una
explosión.
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Capítulo Dos
La semana de trabajo pasó rápidamente. Aun así, Erin había logrado sus metas.
Siempre lo hacía. Tenía su último sueldo y el dinero de su comisión, todo en efectivo
escondido dentro de su bolsa. Abriendo la cubierta de seguridad del oxicodona2, golpeó una
píldora en su boca y dio un trago de una botella de agua. Esperó que el medicamento hiciera
su magia y le diera la fuerza para llegar al aeropuerto.
Erin caminó por la casa, tomando varias ropas, zapatos y accesorios. Los arrojó en sus
bolsas sin preocuparse por doblarlos u organizarlos. El transporte al aeropuerto llegaría
pronto, y quería gritar de frustración. Tenía el pelo aún mojado, goteando desde la parte
posterior de la ducha donde sólo había saltado.
Tomó la ropa tirada en la cama y se vistió. Los ajustados jeans abrazaron su pequeño
cuerpo, una camisa de manga larga cubriendo sus contusiones que marcaron sus brazos, y
una bufanda voluminosa escondiendo los huesos que sobresalían en su cuello.
Su móvil sonó, y ella no le hizo caso para terminar de embalar. Sabía que era Dani,
necesitaba hablar con ella antes del vuelo. Y a pesar de que odiaba negarse a responder,
despreciaba mentir a su amiga todavía más. Erin se retrasó oficialmente, y Dani haría bien en
escuchar la verdad.
Lo mejor que podía hacer era esperar hasta que estuviera de camino al aeropuerto para
llamarla de vuelta. Erin hizo una mueca cuando el teléfono fijo comenzó a sonar. Se pasó una
mano por el pelo y miró con pavor al contestador sobre la mesa.
-"No has contestado tu teléfono móvil. Sé que estás ahí."- Dani en realidad gruñó.
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-" ¿Un poco? Dios Mío. Vas a estar allí, ¿verdad? No te puedes perder tu vuelo. Nos
vemos en el aeropuerto de Nueva Orleans. Tienes exactamente 52 minutos para estar en el
aeropuerto haciendo el check-in. Iremos juntas al hotel. Tú conduces y yo navego. Tengo los
mapas y todo."
-"Sí, lo prometo. Voy a estar allí."- le aseguró Erin mientras cerraba las bolsas cerradas.
¿Cómo iba a conseguir pasar a través de un cara-a-cara con sus amigas sin que sintieran
que algo andaba mal? Su pérdida de peso drástica sería una bandera roja para sus amigas.
-"Oye, cariño, mi coche está aquí. Me tengo que ir. Te llamo desde mi móvil después
de registrarme."
-"Bueno. Bien. Llévalo encima. Tú sólo tienes 49 minutos. Hablaré contigo pronto."
Erin terminó la llamada y levantó la bolsa grande de la cama por la manija. Dio la
vuelta por la habitación y se detuvo frente al espejo para aplicarse lápiz labial.
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Con un profundo aliento de coraje, se pellizcó las mejillas para agregar color y se fue
sin mirar atrás.
Fue un salto directo desde San Diego a Nueva Orleans. El vuelo duró unas cuatro
horas, y estar sentada en primera clase fue un sueño hecho realidad. Cuando lo contrató, Erin
decidió que sería fanfarrona. ¿Por qué no? Toda su vida había seguido las reglas. Había sido
una buena chica, sobresalió en la escuela, no hizo nada ilegal, ahorraba dinero, y pagó todas
sus cuentas a tiempo. ¿Qué necesitaba? Absolutamente nada.
Durante los próximos siete días, sería la mujer que siempre soñó, salvaje, divertida,
intrépida. Y sobre todo, iba a vivir sin remordimientos. Incluso haría una proposición a un
chico caliente. Con un renovado sentido de creencia, Erin bajó del avión.
Cuando Dani la vió, su rostro se iluminó y las dos comenzaron a correr. Se abrazaron
entre sí con fuerza y Erin envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Dani, sosteniéndola
en un fuerte abrazo. Exhaló cuando una sensación de paz llenó su corazón. Era tan agradable
tener a alguien que la sostenga. Una sola lágrima comenzó a correr por su rostro y Erin se
limpió la cara en el hombro de Dani.
-"Es tan bueno verte de nuevo." dijo Dani y lentamente cayó sus brazos.
"Oh, Dios mío, estas tan delgada. ¿Cuánto peso has perdido? ¿Estás en una dieta?"
Erin se rió.
Era mejor que decir, vomito todo, porque yo me siento como el infierno.
Puso su brazo en bucle con el de Dani y la llevó a la zona de facturación para que
pudiera reclamar su equipaje.
La campana sonó fuerte, alertando a todos los pasajeros que sus bolsas estarían por
llegar. Todo el mundo fue, pero Erin se quedó atrás, lejos del bullicio. Con su suerte, es
probable que tropezase con sus mismos pies y cayera sobre el carrusel. Lo que arruinaría su
personaje de 'soy una firme, confiada mujer'. Ella se rió de la imagen, y Dani levantó una
ceja.
Hizo un gesto con la mano libre hacia todas las personas que se empujaban unas contra
las otras. Dani la miró y frunció el ceño, como si supiera que Erin no estaba diciendo la
verdad completa.
-"Esta es una idea lógica. Con todo el peso que perdiste, alguien podía respirar sobre ti
y mandarte a volar."
Ella sonrió, mostrando a Erin que sólo estaba bromeando, hasta que miró el reloj y Erin
tomó nota de la expresión preocupada en Dani.
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Sintiéndola más pesada de lo normal cuando trató de tirar de ella. Cuanto más se la
ponía, en la medida que pudo, hasta que ella se dio cuenta de que su cuerpo estaba siguiendo
la bolsa, y ambos iban en dirección equivocada. Erin la dejó escapar en el último segundo
antes de hacer el ridículo por caer en el carrusel.
-"¡Erin!"- gritó Dani, dejando caer su propia bolsa antes de correr a su lado. -"¿Estás
bien?"
Le tomó un minuto para conseguir tener su respiración bajo control. No se había hecho
ningún daño, con excepción de su orgullo. ¿Tan débil estaba? Maldita sea ni siquiera podía
levantar su propia bolsa.
-"Suena como un plan. Creo que estoy cansada, eso es todo."- explicó torpemente.
-"Es curioso, mi ex utilizó esta misma excusa cuando no lograba mantener una
erección."
La risa burbujeó en Erin, junto con varias otras personas que se encontraban cerca.
Dani sólo sonrió y le guiñó un ojo mientras se reía con su amiga. Erin estaba agradecida por
la capacidad de Dani de darle la vuelta y trastocarlo todo también. Siempre fue así. Con una
sonrisa persistente, Erin extendió el brazo hacia la bolsa de nuevo.
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Después de caminar de un lado del aeropuerto a otro, dese en silencio haber elegido
zapatos cómodos. Sus pies estaban gritando en señal de protesta, y todavía tenían un poco de
camino por delante.
En el momento en que llegó al lugar de alquiler de coche, Erin sintió que su cabeza
estaba a punto de explotar. Cerró los ojos un instante y se frotó las sienes para aliviar la
presión, pero era la hora. Necesitaría otro analgésico muy pronto.
Una mujer atractiva, estaba detrás del mostrador con el pelo negro largo, grueso y los
ojos oscuros. Tenía un acento exótico que Erin no podía ubicar.
-"Gracias. Es bueno estar aquí. Tenemos una reserva a nombre de O’Brien."- Dani
asintió cuando Erin la miró para su confirmación.
Erin tuvo la necesidad de tocar el mostrador. La fatiga pesaba sobre ella en guerra con
el dolor en su cráneo. La mujer tecleó algo.
-"Bien, parece que tenemos un listado completo de reserva que aparece hoy mismo.
Podemos darle una SUV3, si lo prefiere. No hay cargo extra."
agarró y firmó algunos documentos. Era el momento de salir a la carretera. Estaba ansiosa
por llegar al hotel.
Quería relajarse un poco antes de reunirse con el resto de sus amigas. No tardaría
mucho antes de que Heidi, Shayla y Faina llegaran.
Con un gran café helado en la mano, Erin siguió las señales y direcciones con un par de
diferentes mapas de Dani y el GPS en dirección I-10 East como indicaba su teléfono. Miró
por el parabrisas, estudiando sus alrededores.
No podía explicar lo que estaba sintiendo, pero parecía que había magia en el aire.
Escalofríos subieron y bajaron por sus brazos, haciéndola sentir esperanzada y emocionada.
Nueva Orleans era verdaderamente un lugar mágico, ¿o era su imaginación? Podría haber
jurado que cualquier persona sentiría algo fuerte por sólo estar en la ciudad.
Capítulo Tres
Esta noche, se enfrentaba a los líderes de otras facciones psíquicas que estaban tratando
de entrar en su territorio. Iba a hacer un ejemplo de todos ellos, dejando un rastro de sangre en
su sendero. El mensaje sería claro, que salgan de mi ciudad.
Hoy era Halloween, su fiesta favorita y una de las únicas noches en el año en el que
todos ellos podrían salir sin llamar una atención no deseada. Los humanos viajaban a Nueva
Orleans desde lejos para celebrar el Festival Vampiro cada año. Él no tenía que ocultarse, ni
tampoco otros paranormales. Shifters, demonios y brujas… todos podían salir sin tener que
preocuparse de que los seres humanos los vieran. No es que él estaba realmente preocupado
por eso de todos modos.
Mikael se rió mientras caminaba por el largo pasillo y bajó las escaleras. Después de
que él se hiciera cargo de los negocios, iba a encontrar a su Amor Eterno. Él finalmente sería
capaz de poner su marca y reclamarla.
Mikael odiaba ir en esa dirección, pero después de que todas sus advertencias fueron
ignoradas, sabía que tenía que hacer algo o se arriesgaría a ver desafiado su lugar como líder.
Cualquier debilidad de su parte podría hacerle ser asesinado.
-"Sí, señor."
Un coro sonó cuando cada hombre reconoció la orden. Avanzando hacia el arsenal,
Mikael puso una pistolera de hombro doble y la aseguró alrededor de su espalda antes de
tomar dos pistolas 9 mm y comprobarlas. Probó el peso de las armas, antes de voltearlas y
vaciar los compartimientos. Sosteniendo el cargador vacío, Mikael tomó una bala de plata y
la rodó entre los dedos, comprobándola.
La plata líquida era evidente detrás del vidrio. A partir de la práctica, sabía que la bala
sólo podía hacer mucho daño en un paranormal, pero la plata era un componente añadido que
los cambiaformas no verían venir.
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Mikael insertó las municiones, una bala cada vez hasta que ambos cargadores
estuvieron llenos. Cuando terminó, se puso la pistola en su funda interior y miró su reloj. Él
no era un hombre paciente por naturaleza, y esperar establecía sus dientes en el borde.
Caminó hacia la puerta de entrada, y se instaló en el sofá redondo de felpa roja.
Estar solo, sin una compañera de vida durante siglos fue increíblemente difícil. Había
tenido relaciones a lo largo de su larga vida, pero el conocimiento de su Amor Eterno siempre
le impidió crear un enlace. Y el tamaño y la población de personas de todo el mundo, se había
quedado en Nueva Orleans, a la espera del encuentro de su amor.
Mikael se puso de pie y se ajustó la funda del hombro antes de agarrar su abrigo largo al
lado de la puerta principal. Él puso el material en los brazos y lo cruzó en el cuello cuando los
otros hombres entraron por la puerta de entrada.
El aire frío de la noche asaltó sus sentidos, y Mikael lo llevó profundamente a sus
pulmones, sonriendo a la espera de lo que iba a pasar. Él fue por la última de las escaleras que
conducían desde el atractivo hermoso balcón cuando cinco SUVs negros rodaron delante de
él. Cada uno tenía ventanas oscurecidas con paneles de vidrio y de acero a prueba de balas
especiales, por si acaso alguien decidía atacarlos. Algunos le llamaban paranoico, pero a
Mikael le gustaba pensar que estaba preparado para cualquier situación.
Uno de los hombres abrió la puerta del lado del pasajero para él, y Mikael entró al
vehículo. Esperó un minuto antes de señalar al conductor, y el hombre salió, pisando el
acelerador y dejando a su clan por el espejo de la visión trasera.
Mikael no habló mientras se movían por las calles de Nueva Orleans hacia el
cementerio de St. Louis en Claiborne Avenue. Él se reuniría con los líderes de otras
facciones, pero sabía sin duda que no le darían las respuestas que a él le harían feliz.
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El SUV se detuvo, y Mikael examinó las sombras buscando movimiento. Él dio a todos
el signo de despejado y salió del Escalade 5 . El resto de sus hombres lo siguieron al
cementerio.
La magia era una entidad viviente. Se trasladó a su alrededor cuando Mikael y su grupo
entraron en el cementerio, alertándole acerca de Gavin y la presencia de Maddoc MacDryw.
No había tal cosa como una bruja buena o un mago bueno, en opinión de Mikael. Con
los años, conoció a cientos, y todos eran lo mismo independientemente de su magia.
Hombres y mujeres pueden decir que son 'buenos' pero todos ellos eran idiotas egoístas.
Usando sus sentidos, Mikael fácilmente recogió al resto de los líderes de las facciones
paranormales. Estaban allí, bajo el pretexto de hablar, pero Mikael era muy consciente de lo
que harían.
Este no era su primer encuentro. Él no estaba demasiado preocupado por su clan. Eran
más fuertes, más rápidos y mejores que cualquiera de las otras facciones. Todo esto podría
ser evitado si hubieran dejado en paz.
-Nadie más tiene que morir.- pensó con disgusto y siguió caminando.
Capítulo Cuatro
Apretó los dedos de los pies en la alfombra gruesa, relajando los tensos músculos.
Arrastrando los pies, se arrastró sobre la cómoda y abrió la botella de agua antes de tomar una
pastilla para el dolor.
Se subió a la cama y cayó hacia adelante, gimiendo por lo suave que se sentía. Erin
quería cerrar los ojos y dormir, pero sabía que el sueño era imposible. Sólo tenía un poco de
tiempo para refrescarse, entrar en su disfraz de Halloween, y estar dispuesta a pasar un buen
rato. Rodando en el colchón, se arrastró hacia su bolso y lo abrió.
Sacó su bolsa de maquillaje y lo fijo atrás. Erin entró en el cuarto de baño, puso su
bolsa de maquillaje en el mostrador, y organizó todo. Recogiendo una toalla, se dio la vuelta
hacia el agua caliente y esperó hasta que las pequeñas nubes de vapor se elevaron.
Erin se lavó con material de algodón suave, lo escurrió y lo puso en su rostro. Tomando
una respiración profunda, dejó que el calor disipara en su piel antes de limpiar la delgada
capa de maquillaje. Erin miró su reflejo en el espejo, estudiando en desaprobación.
Se concentró en cada fracaso y esperaba que iba a hacer un buen trabajo ocultando la
verdadera 'ella', detrás de una máscara y una sonrisa. Erin eliminó las cortas extensiones
rubias de cabello natural de las suyas propias más cortas.
Corrió un cepillo por el pelo antes de enderezar las extensiones. Retocó la decoloración
de la piel cubriéndola y suavizó los tonos desiguales con varios correctores de color.
Afortunadamente, sabía cómo aplicar el maquillaje. Tenía mucha práctica. Las ojeras
azul púrpura debajo de sus ojos desaparecieron, dándole un aspecto más joven y saludable.
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Una gruesa capa de máscara de pestañas y el lápiz labial de color rojo oscuro remató su
look. Erin puso las extensiones de vuelta en su cabello y puso todos los mechones en su lugar.
Posando delante del espejo, frunció los labios y bateó sus pestañas.
Se sentía sexy. Ella abandono el baño, Erin volvió a la sala. Ella tomó su disfraz de
Halloween y lo puso en la cama, suavizando las arrugas. Erin iba a tener unos afilados
colmillos sexy de vampiro, medias de red, un vestido negro y de mangas cortas en color rojo,
y botas de charol Mary Jane6.
Sonrió, su mente se remontó a sus días de universidad. Halloween había sido una fiesta
importante en aquel momento, que ella había celebrado cada día.
Se tomó casi demasiado tiempo para planificar una fantasía. Este año, había buscado
on-line y ordenó un equipo completo en lugar de tomarse el esfuerzo adicional para crear
algo con sus propias manos. Erin se vistió y se puso los zapatos antes de agarrar el bolso.
Abriendo la puerta de la habitación, Erin miró por encima del hombro y tomo una
visión de sí misma en el espejo, de cuerpo entero. Se irguió, tiró los hombros hacia atrás, se
colocó una brillante sonrisa, y salió. Caminó por el pasillo, donde las titilantes luces de color
naranja y negro iluminaron su camino. Siguió las decoraciones hasta el patio de la posada
French Market. En el camino, fue a través de una gran cantidad de turistas vestidos con
trajes diferentes. Todo el mundo tenía una copa en la mano y una gran sonrisa.
Cuando llegó al patio, Erin se puso de puntillas y miró a su alrededor con la esperando
de encontrar a sus amigas. Nerviosa, se mordió el labio inferior, pero el lugar estaba lleno.
Tejiendo a través de la multitud, Erin se dirigió hacia el bar. Conocía a sus amigas y
sospechaba que iban a estar justo en el medio de la fiesta. En poco tiempo, vio una cara
familiar. Excitación corrió a través de su sistema y le sonrió. Esta vez todo era real.
Gritando de alegría, Erin corrió hacia sus amigas que estaban alrededor de una mesa.
Abrazó a Shayla Marino primero, seguida rápidamente por Faina Andropov, Heidi Purdue y
luego Dani. Estaba mareada, saltando en sus botas de diez centímetros. Las cinco se rieron
hablando al mismo tiempo, mientras se abrazaban en un gran abrazo grupal.
Faina se volvió hacia la barra y levantó la copa, un gesto al camarero para otra ronda.
Heidi pasó un brazo por la cintura a Erin y la llevó a la mesa. Hablaron durante un
tiempo, las cinco recordando los buenos viejos tiempos.
Un poco más tarde, Erin se sentó en el taburete, bebiendo su cóctel de fruta. Mirando la
pista de baile, vio a Dani y Shayla cantando juntas con la música, bailando alrededor de la
barra como elfos de mente libre.
No podía dejar de sonreír a pesar de que, probablemente, sería la última vez que las
vería también. Sus ojos se llenaron de humedad, y parpadeó rápidamente, desterrando las
lágrimas. Tenía que permanecer en el momento y disfrutar de este tiempo con sus mejores
amigos. Faina levantó su copa y se aclaró la garganta. Parecía que era la hora del brindis.
-"Por Lisette. Han pasado diez años desde que dejó este plano, y todavía la extraño."
Lisette Trudeau había ido a clase con ellas en la Universidad de Mississippi. A día de
hoy, Erin no sabía todos los detalles relacionados con su muerte, pero todas ellas habían
cambiado de maneras diferentes. Lisette también fue a Nueva Orleans y era razón de que las
cuatro estaban ahora en la ciudad de la magia.
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La mujer había creído en el vudú, y aunque Erin no había creído en aquel momento,
había cambiado de opinión. Erin miró a sus amigas y sabía lo que a cada una le gustaría decir
al respecto cuando llegara el momento. Tan pronto como el pensamiento entró en su mente,
lo empujó lejos.
-"¡Escuchad! ¡Escuchad!"
Ella levantó su copa y golpeó suavemente contra tu amiga antes de tomar una copa.
Heidi se rió.
Erin sonrió, tomó otro sorbo de su bebida y miró a su alrededor. Había una gran
cantidad de personas ataviadas con trajes demasiado sexy, francamente insensato. Faina la
codeó, y ella volvió la cabeza hacia un lado. Faina señaló a un par de hombres que vestían
pantalones con tirantes.
-¡Oh, bomberos!
-"¿Por qué de repente tengo ganas de quemar mi casa?"- preguntó Faina y se echó a
reír.
Erin no podía dejar de reír con ella. Inmediatamente tomó su bolso y comenzó a buscar
en él.
Usándolo como una excusa, Erin apartó la mano del bolsillo para el móvil y tomó un
analgésico. Los bomberos se detuvieron rápidamente y comenzaron a mirar hacia atrás,
parpadeando, y Erin se limitó a sacudir la cabeza.
-"¿Quién es esta Marie Laveau?"- preguntó Heidi al camarero, y Erin estaba curiosa,
también.
-"¿Laveau? Era sólo la más famosa sacerdotisa vudú de alto rango a lo largo de Nueva
Orleans."- dijo el camarero y Erin cogió su vaso.
Se inclinó hacia delante un poco más cerca, con curiosidad por saber más. Erin fingió
bostezar, cubriendo su boca, y rápidamente se tragó la píldora del dolor. Sabía que no se
debía mezclar el alcohol con el medicamento para el dolor, pero no creía que esto realmente
importara en este momento.
-"Ella decía la buenaventura, sanaba a los enfermos..."- Siguió hablando, pero Erin se
quedó pegada en el hecho de que sanaba a los enfermos.
-¿Qué tan enfermos? ¿Hay alguien en Nueva Orleans, que puede sanarme?
-"¿Y por qué las personas dejan cosas en su tumba?" Preguntó Heidi.
-"Ellos piensan que se les concederá su deseo. Es una estupidez. De verdad, sólo hay
que poner la mano sobre la tumba para pedir un deseo. Ustedes pueden golpear tres veces, o
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dar la vuelta tres veces. Cuando ella se los da, o vuelve a ustedes en un sueño, entonces
ustedes vuelven y hacen una ofrenda. Sólo flores, comida, o ron."
-¿Podría ser tan simple? No, no, no. No tengo ninguna esperanza. ¿Por qué no? No
es que tenga ninguna otra opción.
-"¿Estás pensando lo que estoy pensando?"- preguntó Heidi, Erin asintió con la cabeza.
-"Son las once ahora. A medianoche será oficialmente el Día de Brujas."
-"Creo que estoy pensando en lo que estás pensando. Erin, Faina, Dani... Mirad esto."
Shayla puso el periódico sobre la mesa, pero Erin no se molestó en leer el artículo. Iba
al cementerio. Parte de ella quería ir sola, pero por el momento todas parecían estar a bordo.
Un poco más tarde, las cinco estaban en un tranvía hacia el Canal St. Louis Cemetery. Heidi
tomó un trago de la botella de ron antes de entregar la bolsa marrón a Faina.
Todo el mundo se echó a reír y jugar con las otras personas en el tranvía, pero Erin
estaba muy ocupada dentro de su propia cabeza. La droga estaba haciéndolo todo difuso y
mezclada con el alcohol de las dos bebidas que se tomó durante la noche, estaba borracha.
Respirando lento y profundamente, trató de mantener la calma.
-"¿Qué? ¡Este upizdysh!"- maldijo Faina en ucraniano, haciendo que Erin volviera a la
conversación que pasaba a su alrededor.
Era difícil concentrarse en lo que se decía, teniendo en cuenta que apenas podría
pensar. Sentada en el borde de su asiento, apenas oyó cuando sus amigas hablaron.
-"Está bien."- dijo ella, sabiendo que Dani era muy particular. -"Nos bajaremos en la
próxima y caminaremos de regreso. Venga."
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-"Un paseo de vuelta por el mismo camino, y una manzana."- Dani dijo a todas, y Erin
sonrió.
Dani siempre sabía lo que estaba pasando y donde necesitaba estar todo.
Una vez que estuvieron fuera de la parada del tranvía, Erin miró a su alrededor. Cerró
los brazos con Dani, no porque tenía miedo, sino porque no quería caer de bruces. Se
abrieron paso a Robertson Street, y Erin estaba cerca de todo. Se pasó un brazo alrededor de
su estómago, tratando de mantener el calor.
-"¿Alguien trae una linterna?"- Preguntó Dani. -"¿Cómo vamos a encontrar el camino
ahí dentro?"
Esto no fue una visita planificada. Erin miró a su alrededor, preguntándose si alguien
siquiera había pensado en traer una luz.
Faina señaló un corto muro de hormigón, y Erin miró sus pies. Todavía llevaba las
botas de diez centímetros. Esto es definitivamente una aventura.
-"Uno pensaría que habría más gente aquí en la noche antes del Día de Brujas."- dijo
Shayla mientras miraba alrededor, viéndose nerviosa. -"Yo no escucho voces."
-"Tal vez el tiempo voló producto de la imaginación."- Shayla levantó los hombros.
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-"Puede ser."- dijo Faina -"Pero ahora que dijo eso, yo también vuelvo enseguida."
Miró hacia atrás, pero no pudo identificar a Shayla. Se sintió enferma y se preguntó
cuánto tiempo sería capaz de ponerse de pie. Buscando en el cementerio oscuro, Erin vió
como el cemento y barras de metal comenzaron a doblarse y moverse.
-"Hey."
-"¿Estás bien?"
-"Voy a buscar a las otras, y luego vamos a volver al hotel. Tú no te ves tan bien."
Capítulo Cinco
La única luz era la luna llena colgada baja en el cielo. Un destello en su visión
periférica le llamó la atención y Erin volvió la cabeza. Abrió los ojos, tratando de averiguar lo
que había visto. ¿Estaban caminando sus amigas alrededor del cementerio sin ella? ¿Su
mente estaba jugándole una mala pasada? Se sacudió al tropezar lejos de la calle y hacia el
cementerio.
Erin cerró los ojos y negó con la cabeza, esperando que le fuera posible ayudar a su
visión. El alcohol mezclado con medicamentos para el dolor no había sido la mejor decisión,
y ahora estaba pagando por ello. Nunca había experimentado alucinaciones, pero ahora lo
hacía. Por sí sola entró en el cementerio, Erin dejó de sentir.
Las lágrimas se filtraron por su cara, y sabía que este era el final. El médico dijo que
estaba fuera de tiempo que su cuerpo estaba invadido por el cáncer. Simplemente no esperaba
que todo terminara, mientras que estaba con sus amigas en Nueva Orleans.
Escuchando voces, decidió investigar, con la esperanza de que pudieran ser sus amigas.
Probablemente estaban buscándola, y estaba aquí siendo un bebé grande, sola. Erin mantuvo
sus zapatos en una mano y con la otra se limpió la cara, tratando de no estropear el
maquillaje. Erin hizo su camino alrededor de las lápidas gigantes. A medida que las voces
eran más altas, se dio cuenta de que eran hombres en su mayoría.
-¿Qué diablos estoy haciendo aquí? Es Halloween y estoy caminando por un maldito
cementerio en un traje atractivo de vampiresa, sobre paranoicos fantasmas imaginarios.
Debe ser el alcohol.- pensó mientras sus hombros se relajaron un poco. -Estoy segura de que
son sólo adolescentes de fiesta.
El ruido se hizo más fuerte del grupo por delante cuando Erin tomó su camino a través
de los arbustos y flores de plástico marchitas. Musgo colgaba de robles gigantes,
balanceándose en la brisa, lo que le hacía recordar al cabello de una bruja. Erin se estremeció
cuando extendió la mano para empujarlas y se congeló.
La visión que la saludó era como algo salido de una película de terror. Día de
Halloween o no, no había forma de que sus trajes podrían ser falsos.
Las pieles de animales que algunos llevaban eran realistas y algo propio de sus cuerpos
musculosos. Colmillos alargados colgaban de sus bocas y ojos rojos con ira demoníaca
brillaban. Los hombres y las mujeres estaban emparejados en diferentes grupos, las garras
extendidas, aullando y gruñéndose unos a otros. Un aullido surgió de la multitud, y Erin casi
saltó de su piel.
-¡Mierda, esto no puede ser real! Las alucinaciones están empeorando. El médico
dijo que no tengo mucho tiempo, y ahora estoy terminando en el medio de un puto
cementerio.
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Uno descamisados, hombres de apariencia Berserker7 retiraron sus labios sobre sus
dientes y estiraron la boca abierta. Un rugido ensordecedor salió en erupción de sus pechos
para rebotar en los árboles y resonar en el cerebro el Erin. Se llevó las manos a los oídos y
sólo podía mirar en shock con la terrorífica escena que se desarrollaba ante sus ojos. El grupo
se convirtió simultáneamente en una ráfaga de puños y dientes. La sangre salpicó el aire,
salpicando a cualquiera en su camino cuando las garras tocaban carne. El crujir repugnante
de fractura de huesos se podía escuchar a través de los sonidos de batalla.
Ninguna cantidad de presión en contra de las orejas de Erin podía reprimir la terrible
escena que tenía delante. Jadeó, tratando de entender lo que estaba sucediendo.
Convirtiéndose en mareos, los ojos de Erin se cerraron antes de que su cuerpo se desplomase
en el suelo.
Cuando abrió los ojos, Erin estaba mirando una luna gigante, amarilla brillante, y un
manto de estrellas. Se sentía débil y desorientada, lo cual tenía sentido. Lo que no tenía
sentido es que estaba cálida y confortable. Erin se movió y de inmediato se dio cuenta de que
estaba entre unos brazos fuertes y musculosos. Conteniendo el aliento, volvió la cabeza y
miró a una pareja de brillantes ojos azules. Erin los estudió por un momento, las
características, labios carnosos fuertes, pelo corto rizado rubio sucio. Él era casi demasiado
perfecto para ser real. Y entonces se le ocurrió, casi sacándole el aliento. No era real. Él era
un ángel, y este era el final de su existencia.
El pánico, como nunca había conocido antes, brotó de su garganta, mientras las
lágrimas llenaron sus ojos, nublando al ángel que la sostenía firmemente en sus fuertes
brazos. Sabía que este día llegaría, pero no estaba preparada. No había hecho todo en su lista.
Trató de abrazar su frágil control, pero no podía. Se vino abajo, sollozando, y manteniendo la
camisa del ángel, apretándola en su puño.
-"Yo, yo no estoy lista para morir."- dijo, con un temblor en los labios por la emoción.
-"Vas a estar bien. Yo me ocuparé de ti."- dijo con confianza y fuerza, dos cosas que
ella ya no tenía.
-"Tal vez nos reunamos en el cielo."- dijo, con un enfoque en sus amigas y empujando
el hermoso ángel de su mente.
-"¿En el cielo?"
-"No importa."- asintió Erin. -"Debe ser difícil para las mujeres que conduces al cielo.
Eres tan bello. Es muy triste."
Se rió oscuramente.
Ella exhaló.
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Él sonrió, mostrando los largos dientes blancos, y ella tragó. En realidad estaba viendo
eso, ¿o era un producto de su imaginación?
Ella se sentía tonta por preguntar, pero el deseo de tener aquellos gruesos labios contra
los suyos propios era más importante que estar avergonzada.
Sus suaves labios plenos presionados contra los de ella, y Erin gimió. Él gimió. Cuando
abrió la boca, Erin lo aprovechó, barriendo su lengua en su boca. Le pasó la lengua contra sus
dientes afilados, lo que confirmaba que en realidad estaban allí. Se quedó helada
momentáneamente, preguntándose por qué su ángel tenía colmillos. Cuándo ajustó sus
brazos, su mano derecha sosteniendo su culo y su izquierda manteniendo su hombro, dejó de
importarle.
Le dolía el cuerpo, una creciente necesidad dentro de ella. Le quería más de lo que
siempre quiso algo, y eso era estar diciendo algo. ¿Qué estaba mal en querer a este hombre
tomando su pasión? ¿Era malo el deseo de verlo desnudo, su carne caliente contra la suya?
Ella quería que se rasgaran la ropa y se acostaran en el pasto. No importaba que estuvieran en
medio de un cementerio.
Apartándose, ella miró sus labios hinchados y jadeantes, tratando recuperar el aliento.
Él gruñó, y en lugar de asustarla por el ruido, la excitó. Sus dientes parecían extenderse
delante de sus ojos. Su ángel la apretó más en sus brazos y bajó la cabeza, acariciando su
cuello. Algo agudo le atravesó su piel y Erin dejó escapar un grito de dolor antes de que se
relajara en sus brazos. El placer irradió por todo su cuerpo y sus ojos le pesaron, cerrándose
sin su permiso.
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Capítulo Seis
Elías Moreau caminó por el pasillo hacia la suite de lujo de su hermano. La ira y la
frustración quemaban por sus venas al pensar en el desastre que había ocurrido en el
cementerio. Como el hermano menor, no tenía mucho poder o decisión cuando se refería al
clan. Mikael gobernaba con mano de hierro, lo que lo llevaba a las batallas con otras
fracciones paranormales en el territorio de Nueva Orleans.
No tenía sentido para él. ¿Por qué todos no podían unirse y vivir en paz? ¿Por qué la
sangre tenía que correr cada vez que un cambiaformas, demonio o brujo se cruzaba? Estaba
enfermo y cansado de todo.
La comunidad paranormal estaba en crisis, lo que no era nuevo, pero él quería que todo
esto terminase.
Elías no entendía por qué no podía todo el mundo estar unido y convivir en la misma
ciudad. Las guerras territoriales estaban llevándose a cada paranormal en cada lado,
incluyendo a su propia especie.
-Si esto no se termina pronto, tengo que embalar mis cosas e irme.
Trató de mantener unidos a todos los de su familia, pero en la pelea fue empujado a un
lado, tirándole más cerca.
-"Sí, bueno, mi Amor Eterno se está muriendo."- Mikael se quejó, mirándole como si
fuera a arrancar la cabeza de Elías fuera.
Elías dio un pequeño paso hacia atrás, la boca abriéndose y cerrándose rápidamente
mientras se encontraba en estado de shock mirando la mujer tendida inmóvil en la cama. Si
ella era el Amor Eterno de Mikael, necesitaba ser salvada.
En los últimos tiempos, su hermano mayor había salido de la parte más profunda.
Mataba sin provocación y quería ir a la guerra unos con otros psíquicos que paseaban por su
casa, Nueva Orleans. La mayor parte del clan quedaba lejos de ella. La joven podría salvar a
Mikael, salvarlos a todos, pero para ello necesitaba estar completa y sana.
-"Puede haber una manera de salvarla."- susurró Sara, su hermana menor, y Elías se
preguntó si podía leer su mente.
-"¿Cómo lo hacemos?"
Tenía miedo de Mikael, y por una buena razón, también. Ella había estado en el
extremo receptor de sus explosiones ruidosas. La idea era válida, pero Elías sabía que Mikael
no seguiría a través. Con el fin de salvar la vida de la mujer, él tendría que sacrificar la suya
propia. Tendría que dar el máximo de su sangre a la humana y drenarla hasta que se secase.
Eso podría matar a ambos.
-"Si los dos le dan transfusión de sangre, podría ser salvada."- agregó Sarah,
refiriéndose a Mikael y Elías.
El choque de estas palabras golpeó a Elías en la cara. Abrió la boca para decir algo,
cualquier cosa, pero nada salió.
-"Sólo para y piensa en ello. Eres un hombre muy posesivo, Mikael. No serías capaz de
compartirla conmigo. Me querrás matar. ¿Crees que debería perder a otra...?"- No terminó.
Todo el mundo sabía lo que estaba por decir. Él perdió a su Amor Eterno hace mucho
tiempo. Ahora, lo único que tenía eran sus hermanos y a su clan. Eso era todo por lo que vivió
durante un tiempo. No podía conseguiría ir a través de esa pérdida de nuevo, incluso si eso
significaba salvar a todos. Su corazón no podría soportar el dolor. Ya le había sido arrancado
con fuerza de su pecho una vez. No sería capaz de salir y empezar de nuevo, no con el
hombre que llevaba su sangre en las venas. Tendría que estar con ella, y también con Mikael.
Sabiendo que su hermano, el hombre, se perdería y le atacaría.
Mikael se dirigió hacia él y puso sus manos sobre los hombros de Elías, mirándole a los
ojos.
Elías aceptó de mala gana. Siempre fue el encargado de hacer sacrificios por su familia,
y ahora estaba dando su sangre por una mujer que pertenecía a su hermano. ¿Cómo lo harían
funcionar? ¿Mikael realmente la compartiría con él o él se quedaría mirando desde fuera?
-"¿Qué estás esperando?"- Mikael se volvió y miró a Elías antes de cambiar para mirar
a Sarah. -"Vamos a empezar."
-"¿Hasta cuándo?"- Preguntó Michael, con el ceño en aumento. -"No creo que ella
tenga mucho tiempo."
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La puerta se cerró detrás de ella en un suave clic, y Elías estaba de vuelta, observando
de cerca de Mikael.
Mikael miró a su Amor Eterno. Tocó el edredón de seda roja, sus dedos se deslizaron
sobre el material resbaladizo. Quería tocarla, abrazarla, pero se abstuvo. La mujer se estaba
muriendo lentamente en su cama. El olor se cernía sobre ella como un sudario. Su tiempo casi
había terminado.
Una vez que su asunto en el cementerio terminara, tenía previsto reunirse con ella. Pero
realmente ella le había encontrado primero.
-Y ni siquiera sé su nombre.
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Mikael empujó la mano en su pelo, pero se detuvo cuando notó un montón de hebras
rubias en su propia mano. Tirando de la mano hacia atrás, Mikael se tragó el nudo de
emoción en la garganta. Él se inclinó y besó su frente.
Todavía podía oír su voz, cuando ella le pidió que la besara. Él quería hacer eso y más.
Él quería curarla. Con su sangre y la de Elías, sería capaz de salvar su vida.
-"Vas a estar bien. Mi sangre te quitará todo tu dolor."- dijo Mikael, esperando que sus
palabras fueran reconfortantes para ella, aunque todavía estaba inconsciente.
-"Voy a hacer lo que pueda para ayudar a curarla si este es el resultado."- Él asintió con
la cabeza hacia la cama. -"Tú, la estarás cuidando y amando."
Entregándole uno de los vasos, Mikael se asentó en su sillón favorito, manteniendo sus
ojos en su hermano.
Elías se desabrochó la chaqueta de ajuste perfecto y tomó asiento frente a él. Parecía
sereno y fuerte, pero Mikael sabía que estaba nervioso. Él le entendía.
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-"Nosotros nos adjudicamos, construimos esta ciudad, nuestra familia, nuestro clan.
Por qué iría a abandonar voluntariamente New Orleans? Estamos aquí hace más tempo que
cualquier otra persona."
Mikael, Elías, Sarah, y un pequeño grupo de su clan original navegaron hasta América
en el inicio de 1800 desde Francia. La elección de quedarse en América cuando se compró el
territorio fue fácil de hacer. La ciudad había cambiado mucho con los años. Había sido una de
las más grandes y más ricas de las ciudades del país.
Abrió la puerta para el comercio con el Caribe, América del Sur y Europa, trajo riqueza
y poder a la ciudad. Cien años después de su llegada, los tranvías de la ciudad se
electrificaron, y allí nació el jazz.
Por mucho que la ciudad había crecido, sobrevivió a través de grandes catástrofes. Y
cada cambio, eran construcción y reconstrucción.
No dejaría que otro paranormal corriera fuera de la ciudad que amaba. New Orleans
siempre sería su hogar.
-"Ella no va a ser una humana. Será capaz de defenderse y cuidar de sí misma. Pero
dudo que llegara a eso. En la comunidad paranormal no la tocaran, sabiendo que ella es mía.
Hay reglas tácitas cuando se trata de guerra para mujeres o niños inocentes."
-"Probablemente tengas razón, Elías, pero no quiero irme. Será nuestro Amor Eterno se
te olvidó, nos pertenecerá a ambos."
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-"Va a necesitar tiempo para sanar y ajustarse. Pasará por un dolor grave, mientras que
nuestra sangre sea capaz de curarla internamente, cambiando su cuerpo. No podemos
embalar e irnos, ahora no."
Capítulo Siete
Sarah entro tan campante en la habitación, con una cesta llena de instrumentos
médicos. Mikael terminó su bebida de un trago antes de empujarse a sí mismo en una
posición vertical.
-"¿Qué hiciste, robar un hospital?" Preguntó, inspeccionando todas las cosas que había
traído.
Las comisuras de los labios de Sarah subieron y se encogió de hombros, era todo lo que
lo que necesitaba saber.
-"Gracias."- dijo Sarah, la alegría brillando en sus ojos ante el cumplido. -"Yo también
traje un médico."
Mikael no había notado al viejo doctor de pie junto a la puerta. El hombre sostenía una
bolsa negra de médico en una mano, mientras miraba hacia adelante, con su mirada en
blanco.
-"Su mente está compulsión."- suspiró ella. -"No va a recordar nada. Pero necesito que
me ayude sin embargo. Este es un proceso peligroso que debe ser perfectamente
sincronizado. Ella es humana. Por eso necesitaba un médico humano."
-"El médico tratará con un monitor para controlar el ritmo cardiaco y signos vitales, ya
que drenaremos la sangre."- dijo Sarah, y Mikael asintió.
Él sabía que no sería fácil. El dolor de su eterno amor sería malo. Sólo esperaba que no
sintiera nada, estando en su estado actual.
-"Estoy listo."
-"Tu y Elías meteros en la cama y poneros cómodos. El médico y yo vamos a tener todo
listo."- Sarah ordenó.
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Mikael sabía que Sarah se estaba tomando la seguridad de su Amor Eterno muy en
serio y realmente lo agradecía.
Subiéndose en la cama, mantuvo sus ojos en su mujer, con la esperanza que esto
funcionara. Iban a drenar toda la sangre y transfundir la suya y la de Elías en su cuerpo pálido
y delgado. No sabía lo que se sentiría con una transfusión, no desde la experiencia personal.
Sólo había oído historias y confiaba en que la mujer fuera lo suficientemente fuerte
como para soportarlo.
-"Nunca he preguntado, pero debería haberlo hecho. ¿Cómo se llama?"- preguntó Elías
cuándo fue al lado opuesto de la cama.
-"La encontré en el cementerio anoche, o tal vez ella me encontró. Todo sucedió tan
rápido. Yo estaba en el medio de una batalla con un cambiaformas y un demonio cuando la
sentí alrededor. Ella estaba mirando todo el asunto, apoyada en una de las lápidas. Cuando se
desmayó, corrí, la tomé y la llevé fuera del peligro."
Elías suspiró, mirando a su Amor Eterno. Parecía que quería tocarla, pero en su lugar,
tocó la colcha cerca de su forma.
Mikael vio como Sarah apretó una gran aguja en el brazo derecho de su mujer. No pasó
mucho tiempo para que su sangre comenzara a correr a través de un tubo transparente,
llenando una bolsa de plástico.
-"No, no he visto ningún bolso, pero podría estar en algún lugar en el cementerio."
Mikael vio la bolsa llenarse lentamente. Cuando había un litro completo, Sarah volvió
sobre el tubo por el otro brazo de su Amor Eterno y la sangre de Elías empezó a correr en su
cuerpo.
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Sarah corrió la tubería a su vena yugular. Tomando una respiración profunda, Mikael
vio su sangre abandonar su cuerpo y viajar con ella.
-"Cuando las mujeres no llevan bolsas, usan sus sostenes."- terminó Sarah finalmente.
No quería meter la mano por su sostén, pero Sarah estaba en lo cierto. Sería la manera
más rápida de aprender su nombre. Con la mayor discreción que podría, Mikael miro delante
de su vestido, sin encontrar nada, excepto sus pequeños pechos firmes. Quitó la mano,
diciéndose silenciosamente toda una retahíla de excusas en su mente para su Amor Eterno
antes de pasar a Elías.
-"Elías, quiero que te vayas al cementerio y trates de localizar su bolso. Tenemos que
averiguar quién es y donde se alojaba. Sarah, necesitamos un certificado de defunción."
Dado que los vampiros son inmortales, tienen que tener un certificado de defunción
elaborado. La mujer estaba increíblemente enferma y a punto de morir. Nadie se creería que
había hecho una recuperación completa en cuestión de días. Mikael sabía que ahora sería
mejor tenerla fuera completamente del mundo humano sin despertar sospechas.
-"No va a ser humana. ¿Cómo va a explicar a sus amigos y familiares que se curó
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mágicamente? La mujer perdió mucho peso, su cabello se está cayendo, y su rostro está
cubierto de maquillaje. Es obvio que está enferma desde hace mucho tiempo. El olor de su
sangre me indica que ya no iba a vivir mucho, de todos modos. Probablemente ya se despidió
de sus amigos."
-"Va a necesitar tiempo para adaptarse al cambio. Lo mejor que podemos hacer por ella
es reducir al mínimo el estrés y la ansiedad. No queremos que tenga hambre alrededor de
amigos o familiares y les muestre sus dientes. Encuentra el bolso, para encontrar el hotel, y
saber quién es finalmente."
-"Está bien."- dijo Elías, aunque no estaba necesariamente de acuerdo con la decisión
de Mikael.
Miró el tubo de sangre que tenía en el brazo. No sabía su nombre no sabía nada de ella,
pero seguirían estando comprometidos para toda la vida. Él dio su sangre una vez antes, pero
esta vez ella no era suya.
No sabía si podía, pero tampoco sería capaz de resistir la fuerte atracción por ella.
Había vivido por su familia y su clan tras la pérdida de su propio Amor Eterno, Megan. Fue
hace casi treinta años. Su corazón murió cuando ella se acostó a descansar.
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Dar su sangre para el Amor Eterno de Mikael hacia que su garganta ondeara con
emoción. Su mente estaba en Megan, preguntándose si ella consideraría esto como una
traición a su relación y al amor que habían compartido. Dar a esta joven una parte de sí
mismo era más difícil de lo que pensaba que sería. Le hacía sentir de nuevo, y no quería.
Disfrutaba la emoción durmiente.
-"Te voy a quitar la aguja ahora, Elías. Cerciórate de comer antes de salir."
Sarah tomó el brazo de la aguja. Elías no escatimó una mirada a la mujer en la cama o a
su hermano. Él cogió dos bolsas del stock particular de sangre de su hermano y salió de la
habitación. Necesitaba espacio y tiempo para pensar. Perforó la primera bolsa de plástico con
sangre, lo que sonó como un pop tranquilo, se la tragó.
Elías caminó por el pasillo. Grandes cuadros antiguos colgaban en las paredes en una
línea larga y recta. La gruesa alfombra roja bajo los pies amortiguando cada paso mientras se
movía rápidamente.
Finalizando una bolsa, llevó la segunda a los labios y apretó el plástico contra su boca,
perforándola fácilmente y bebiendo el espeso líquido rojo de sabor cobrizo. Elías corrió
escaleras abajo, la necesidad de escapar presionando y masticando sus talones.
-"¿Elías?"- dijo Daniel, uno de los miembros del clan, cuando llegó a la puerta de la
parte delantera.
Quería caminar todo el camino hasta el cementerio, pero no quería dejar a Mikael.
Había muchas preguntas sin respuesta, y su hermano necesitaba respuestas.
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Corriendo al asiento del conductor de su lujoso BMW, Elías salió hacia el cementerio.
Mirando a través del parabrisas, contempló a su alrededor aquella hermosa ciudad. Siempre
le encantó este lugar, verlo crecer y florecer en uno de los puertos más activos en los Estados
Unidos. Su familia había ayudado a desarrollar la ciudad en la década de 1800. Desde su
establecimiento, tenía cada vez más gente paranormal viniendo a la ciudad.
Saltando a la acera fuera del cementerio, Elías salió de su vehículo y se fue hacia la
puerta. Utilizó su don excepcional para explorar la zona en busca del bolso de la mujer. Se
sorprendió de que no le tomara mucho esfuerzo. Estaba pensando en caminar durante horas,
pero el bolso estaba apoyado en la pared cerca de la puerta de metal. Eso fue un poco
demasiado fácil. Elías sonrió mientras se agachó y la agarró.
Erin Holmes. Diez de enero. Treinta y cuatro años de edad. Elías miró su imagen.
Sonriendo Erin era brillante, con una cara vibrante y llena de vida.
Se veía diferente, más feliz. Buscando en su cartera para más pistas, Elías encontró una
llave de la habitación con el nombre de French Market Inn.
Guardándose la llave, Elías regresó a su coche. Tiró el bolso de Erin en el asiento del
pasajero y realizó una rápida vuelta en U, yendo hacia su hotel. A las primeras horas de la
mañana todavía había una gran cantidad de juerguistas humanos en el exterior.
-"Gracias."
Caminó por el pasillo hasta los ascensores y se abrió camino a la pequeña habitación
individual de Erin. Deslizando la llave en la ranura, la pequeña luz se puso en verde antes de
hacer clic en la posición de desbloqueo. Elías abrió la puerta, cerrándola suavemente detrás
de él. No se molestó con las luces. En su lugar, cogió rápidamente la maleta de Erin y
comenzó a embalar todas sus pertenencias.
Elías tiró todo dentro antes de cerrar la maleta. Hizo una rápida inspección,
asegurándose de que lo tenía todo antes de dejar caer la llave en el armario y salir de la
habitación. En su camino por el pasillo, Elías olió la magia y se detuvo de repente. Miró a su
alrededor y vio a uno de los magos gemelos salir de una habitación. No estaba seguro de si
era Maddoc o Gavin. Ambos hombres eran idénticos, y el aroma de su magia olía igual.
-"Brujo."- dijo Elías atrás usando el mismo tono, y el brujo hizo rodar los ojos al cielo.
Los hombres odiaban ser llamados brujos ya que eran técnicamente Druidas, pero Elías
no sabía cuál era la diferencia entre los dos. Mirando hacia abajo a la bolsa del hombre, Elías
sonrió.
Era el turno de Elías para rodar los ojos. Parecía extraño que el hombre estuviera en el
mismo hotel donde se hospedaba Erin. Los usuarios de magia, como el resto de las facciones
paranormales rara vez salían de la seguridad de sus territorios. Entonces, ¿qué estaba
haciendo aquí?
-"Tienes que dejar tu caldero y abrazar el siglo XXI, McDryw. Las cosas están
cambiando, y los que están atrapados en sus caminos no lo van a hacer."- Elías pasó por él.
-"Si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer."
Como no quería perder más tiempo, Elías rompió su preocupación y regresó a casa con
las pertenencias de Erin a cuestas.
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Capítulo Ocho
El dolor no era nuevo para ella. Erin había sufrido años de ello, pero esto era diferente.
La cantidad de agonía no era nada de lo que había experimentado antes. Parecía que sus
entrañas ardían como lava líquida corriendo por sus venas, quemando todo a su paso.
Chamuscando su carne, de la cabeza a los pies, quemándole la piel. Sus músculos se
flexionaban cuando su cuerpo entero entró en convulsión. Era pura agonía.
Podía sentir todo, pero no tenía control. Gritó con desesperación, tratando de escapar,
pero no había manera de salir. El dolor creció. El voraz incendio la abrazó.
Para escapar, aunque sea temporalmente, Erin representaba la imagen del ángel dentro
de su mente. Se centró en él y en el beso que los dos habían compartido.
-¿Dónde estoy?
En todas las historias sobre el infierno, el fuego jugaba un papel importante. Su cuerpo
estaba en llamas, por lo que tal vez estaba en el infierno. ¿Tenía a su ángel trayéndola aquí a
este lugar? No podía respirar, la garganta le ardía cuando gritó pidiendo ayuda, pero nadie
vino a rescatarla. Erin se sintió resbalar, caer en un profundo abismo, un agujero negro de
nada. Agitó los brazos, tratando de encontrar algo con que sostenerse, pero era inútil.
Mikael observó atentamente mientras luchaba el cambio que se está produciendo sobre
su cuerpo. Era una lucha inútil. Su sangre la cambiaría. Ella iba a sanar. No pasaría nada
malo.
Él sabía que bajo su piel muy pálida sus músculos estaban cambiando y prolongándose,
células multiplicando y pasando a un sistema interno que sería capaz de digerir la sangre
como alimento. Cuando se despertara, su hermoso Amor Eterno sería la perfección. Sería
más fuerte y más rápida que cualquier ser humano. Sería su pareja en todos los sentidos.
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Si pudiera quitarle la transición, lo haría, pero, por desgracia, la única cosa que podía
hacer Mikael era permanecer a su lado y limpiar su frente.
Lentamente se sentó, Erin atrajo sus rodillas contra su pecho y envolvió sus brazos
alrededor de sus piernas. Frunció el ceño en confusión mientras trataba de averiguar dónde
estaba y lo que había sucedido.
Todo parecía diferente. Su visión era clara, todos los colores más nítidos y una fogata
estaba bailando en la chimenea en la habitación de vibrantes tonos rojo, naranja y azul. Podía
notar cada sutil parpadeo. Aspirando, Erin tomó diferentes aromas y pudo categorizar cada
uno. Los libros encuadernados en piel en el estante en el otro lado de la habitación, los rastros
de sangre, y los diversos ingredientes en una colonia masculina de vainilla y canela.
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No se sentía igual. Era casi como si estuviera teniendo alguna extraña experiencia fuera
del cuerpo. Los dolores que generalmente afectaban su cuerpo estaban ausentes. Estiró las
piernas, mientras esperaba, pero nada sucedió. Pasando a la orilla de la cama king-size, Erin
se deslizó de las sábanas de seda. Sus pies tocaron el suelo, y apretó los dedos de los pies en
la suave alfombra gruesa.
La habitación era lujosa, decorada en oro, rojo y negro. Pesadas cortinas rojas
bloqueaban las ventanas a lo largo de una pared llena, ahogando la mayoría de la luz natural,
a excepción de una pequeña parte.
-¿Dónde estoy?
Una suave brisa golpeó su cara y Erin inhaló fresco jazmín mientras caminaba hacia las
ventanas de suelo a techo. Corrió la cortina, encontrando un conjunto de puertas francesas
abiertas. Al asomarse al sol brillante sus ojos quemaron y ella saltó hacia atrás.
-"Tus ojos serán sensibles durante un tiempo, amor."- ronroneó una voz.
Erin miró frenéticamente a su alrededor hasta que vio a su ángel sentado junto a la
chimenea, en uno de los sillones.
Era suave como la porcelana, sin poros. El azul de sus ojos brillantes, como un nuevo
tono de todos los azules juntos. Su pelo parecía moverse mientras se abría camino en todo el
mobiliario. Era inhumanamente hermoso, énfasis en inhumano.
-No es real.
-"¿Estoy muerta?"
-"¿Quién eres? ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Dónde estoy?"- preguntó rápidamente,
mirándole.
Quería mirar alrededor de la habitación, pero tenía miedo de apartar los ojos de él.
Había algo en aquel hombre que la hacía sentirse incómoda. Era peligroso, un animal salvaje
cazando a su presa.
Se acercó y sostuvo su cara con la mano derecha moviendo el pulgar sobre su mejilla.
Tomando una respiración profunda, se quedó paralizada. Sus encías comenzaron a dolerle, y
Erin se pasó la lengua por los dientes. Los caninos alargados y afilados por sí mismo.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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-"¿Amor Eterno?"- se cubrió la boca con la mano mientras hablaba, con miedo de lo
que le estaba pasando.
Recordó a Mikael diciendo las mismas palabras en el cementerio, pero ahora, quería
saber a qué se refería. ¿Él le hizo esto a ella? ¿Mikael la había cambiado de alguna manera?
¿Se convirtió en un animal?
-"Vamos a tomar asiento."- Señaló la zona de estar junto a la chimenea. -"Te voy a
decir todo lo que pasó y llenar todos los espacios blanco sobre lo que te enfrentas."
Estuvo a punto de tropezar con sus pies mientras corría hacia el espejo y ponía sus
manos en el cristal, asegurándose de que era real.
-"Una versión mejor de ti."- dijo, como si el cambio que había pasado no fuera gran
cosa.
Los anillos negros alrededor de los ojos por la falta de sueño se habían ido, la caída de
pelo, hueso y el cuerpo. La mujer que se mostraba ante Erin era perfecta, rubia de pelo
brillante, ojos brillantes, piel clara, y su figura llena, cubriendo todos los huesos que se
habían pegado por la enfermedad. Como si sintiera que estaba mirando a una extraña.
Mirando hacia abajo en su cuerpo, tocó sus brazos e inspeccionó su figura, sin poder
creer lo que estaba viendo en el espejo. Había estado tan cerca de la muerte, y ahora parecía
estar saludable. No tenía ningún dolor.
-"¿Me curé?"
Dejando a su lugar en el espejo, Erin apenas pudo llegar al sofá antes de caer. Toda la
información era casi demasiado para procesar. Ella fue sanada. No iba a morir. No tendría
que decirles a sus amigas nada. ¡Sus amigas! Dando un salto, comenzó a caminar. Dios,
¿cómo podría olvidar a sus amigas? Se habían separado en el cementerio. Tenía que volver al
hotel y hablarles.
Mirando alrededor de la habitación, buscó sus zapatos y el bolso. Distinguió las botas,
que deslizo rápidamente en sus pies y se dirigió a la puerta. Mikael fue más rápido. Se deslizó
en la puerta, bloqueando su única salida y negó con la cabeza.
Él sonrió, de verdad sonrió, como si fuera a ser muy feliz con sus noticias.
Cerrando los ojos, Erin intentó dominar su ira. Podía sentir el pánico creciendo en su
interior hasta que pensó que podría explotar. Su cuerpo comenzó a temblar y su corazón dio
una patada a toda marcha. Era una locura. Era triste pero cierto. El ángel en el cementerio ya
no existía, y necesitaba mantenerse alejada de él.
-"No puedo dejarte ir. No es seguro."- le dijo, pero Erin se negó a creerlo.
Estaba molesto. Podía verlo en su rostro. Los perfectos rasgos de porcelana se estaban
agrietando, revelando un monstruo.
Una fuerza innegable estaba presionando para escapar, pero Mikael estaba en camino.
Con la sensación de pánico, ella le gritó:
Él gruñó, mostrando sus dientes. Caninos blancos brillantes crecieron delante de sus
ojos, convirtiéndose en puntas afiladas. Haciendo que volviera, Erin dio un paso atrás, dando
espacio a la bestia. No estaba tan loca como para ir cara a cara con él. Pareció relajarse un
poco, pero todavía así, mantuvo los ojos fijos en él mientras su mente se volvió loca,
buscando una vía de escape. Las puertas francesas eran su única opción. No sabía dónde
estaba, pero ahora mismo, su preocupación era alejarse del hombre que tenía delante.
-"Tenemos que hablar de todos los cambios que están teniendo lugar. Debes estar
muriéndote de hambre."
Con estas palabras, su estómago gorgoteó y gruñó. Sus dientes, que desaparecieron
milagrosamente sólo unos momentos antes, salieron fuera como una venganza, haciéndola
sisear de dolor.
Sentado en el sofá, Mikael expuso su cuello. Levantó un dedo y una uña creció,
convirtiéndose en una garra. Trazó una línea a lo largo de su cuello, y la sangre burbujeó a la
superficie, llamándola. Quería correr por ella. Quería lamer la sangre y beberla.
Quería hundir sus dientes en el cuello de aquel hombre. Quería beberse su sangre. En
lugar de que esa imagen le resultara incorrecta, la excitaba. Esa era la confirmación de que ya
no era ella misma.
Cuando llegó a las puertas francesas, supo inmediatamente que tenía sólo segundos
para actuar. Mikael ya había demostrado lo rápido que era. Respirando, cogió el material de
terciopelo, y tiró con fuerza, arrancando la barra hacia abajo en su prisa por salir. Erin se
volvió y empujó las puertas francesas abriéndolas del todo, con una explosión, sacudiendo el
marco. Saltó sin ni siquiera darse cuenta de que estaba en el segundo piso.
Capítulo Nueve
Quemó sus ojos, pero se las arregló para avistar a Mikael. Podía ver claramente sus
intenciones y sabía que ella iba a ser la siguiente.
Volviéndole la espalda, Erin se echó a correr. No miró hacia atrás para ver si él estaba
alcanzándola. Sus tacones altos golpeaban calle mientras se movía a la velocidad de la luz. El
paisaje alrededor de ella estaba borroso, haciéndola sentir mareada y desorientada, pero no se
detuvo. Erin necesitaba poner distancia entre ella y Mikael. Cuando finalmente se detuvo,
estaba cerca del cementerio donde perdió a sus amigas.
No estaba segura de cuánto tiempo había pasado desde que las había visto. ¿La
buscaban? Envolviendo sus brazos alrededor de su pecho, dejo caer sus hombros y mantuvo
la cabeza baja mientras caminaba, tratando de pasar desapercibida. Se sentía como que su
mundo estaba al revés en sólo cuestión de horas.
Aquí estaba ella, caminando por las calles de New Orleans llevando su disfraz de
Halloween de vampiro sexy.
No quería morir. Erin se sintió aliviada de que no estaría enfrentando a su fin, pero…
¿a qué costo? Mikael tenía razón, ella no era humana. ¿Un ser humano podría saltar de una
ventana del segundo piso y correr sin fatigarse? ¿Qué ser humano quería sangre?
Y lo peor de todo, parte de ella quería volver a esa casa, con Mikael.
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Sacudiendo la cabeza en sus propios pensamientos, Erin se abrió paso a través de las
multitudes de turistas. Su estómago se apretó con hambre y Erin apretó el paso.
Maravilloso aroma de cobre llenó la nariz y el sonido constante del latido del corazón
sonó claro como una campana, llamándola. Tirando del labio inferior a su boca, Erin se
mordió con fuerza. Se tragó la sangre, con la esperanza de aliviar el dolor en su interior.
Al llegar al hotel, Erin finalmente fue capaz de dar un suspiro de alivio. Abrió la puerta
y la onda expansiva fresca de aire acondicionado la golpeó. Caminando hacia la recepción,
esperó en la cola, hasta que llegó su turno.
-"Uh... sí, me hospedo aquí. Mi nombre es Erin Holmes. Perdí mi llave anoche."
Hizo clic lejos en su ordenador, con las cejas fruncidas, sus labios negándose.
-"Yo no salí."- sacudió la cabeza con vehemencia. -"¿Y mi amiga? Llegué con Dani
O'Brien. ¿Ella todavía está aquí?"
-"Escuche, señorita, tuve una mañana que realmente apesta. Necesito encontrar mi
equipaje y mis amigas. Por Favor."
-"Me gustaría que hubiera algo que pudiera hacer."- dijo a Erin antes de señalar al
próximo huésped en la cola.
Ella miró por encima del hombro. Un hombre estaba a su lado, y Erin arrugó la frente,
tratando de averiguar si le conocía.
Se veía inhumanamente similar a Mikael, excepto con el pelo castaño oscuro y ojos
marrones. Parecía diferente, casi como si él fuera más amable, lo que era una tontería, ya que
ella no sabía absolutamente nada al respecto. Pero sintió algo en su intestino, diciéndole que
confiara en él.
Extendió la mano, y Erin se acercó a él, como una polilla a una llama. Su estómago
gruñó, el dolor haciéndola encorvarse. Puso un brazo alrededor de su centro, cuando sus
dientes se alargaron de nuevo.
La voz de Elías a su alrededor fue como una manta de calidez, antes de que él la
abrazara con su mano y la condujera fuera del hotel.
Lamiendo sus labios, voló hacia él. Erin le agarró del cuello, lo que le obligó a
permanecer inmóvil. El olor de su sangre que fluía a través de la vena hizo que sujetara fuerte
su presa y agudizara aún más.
Con la boca abierta, dientes afilados, perforó su vena. La primera prueba en su lengua
la hizo gemir en éxtasis. La sangre espesa recubrió su boca y se deslizó por su garganta, y el
rejuvenecimiento la fortaleció. Cuando llegó a su estómago, Erin pudo sentir el dolor del
hambre comenzar a desaparecer lentamente. Cerrando los ojos, gimió y chupó más fuerte.
Entonces ella comenzó a mover sus caderas, girando y rozando con pequeños gemidos
zumbando contra su piel, haciendo que él enloqueciera, pero nada podría comparar sus
movimientos. Su coño estaba directamente contra su rígido eje.
Si estuvieran desnudos, con aquel movimiento se habría hundido en ella hasta el final.
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Un clímax fuerte vibraba en la base de su columna vertebral y sabía, sin lugar a dudas,
que no podía dejar de correrse. Cuando ella gimió contra su garganta y sus caderas
empujaron hacia arriba, él se corrió, vaciándose en sus pantalones de vestir como un
adolescente. Jadeante, Elías agarró sus hombros.
Tenía que dejar de tomar demasiada de su sangre. Se estaba muriendo de hambre. Era
obvio en sus gestos mientras subía en su regazo, impidiéndole apartarla.
-"Erin."- Pasó la mano por el cuello, aplicando una pequeña cantidad de presión. -"Es
hora de parar, amor."- Elías trató de persuadirla suavemente, pero Erin no dejaba su presa,
presionando aún más. -"¡Detente!"
Echándose hacia atrás, se humedeció los labios. Una gota de sangre perdida resbaló por
la barbilla y la limpió con su pulgar. Tenía los ojos en fuego, azul brillante, excitante. Quería
rasgar sus medias de red y las bragas y hundir su polla profundamente dentro de su calor.
Las imágenes gráficas pasaron por su mente, empujándolo para reclamar a esta mujer
en su regazo. Alcanzando su cinturón, planeaba seguir a continuación. En ese momento la
pelusa pareció despejar la mente del Erin.
-"Oh, Dios mío."- susurró ella, su voz apenas se oyó. -"Lo siento."
Cuando recibió una llamada de Mikael de que Erin había dejado el clan, Elías estuvo
preocupado. Mikael podría ser un hombre duro, a veces, y Elías sabía que su hermano mayor
no sería capaz de cambiar durante la noche, incluso por su Amor Eterno.
Sólo podía esperar que Mikael no arruinara las cosas para siempre. Técnicamente, no
importaría. Erin siempre sería de ambos, incluso si ella quería matar a Mikael a veces.
-"Está bien."- asintió con la cabeza, pareciendo aceptar su respuesta sin demasiada
dificultad. -"Mikael me lo dijo, pero realmente no estaba escuchándole. Estaba teniendo un
momento difícil por envolver mi mente alrededor de todo. ¿Cómo es exactamente que me
convertí en un vampiro?"
Desde su visión periférica, vio a Erin tirar de su labio inferior en su boca y mordérselo.
Parecía estar digiriendo la información.
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-"Sí, me temo que sí. Volver a casa elevaría mucho las sospechas. Has tenido algunos
cambios físicos, y la gente notará la diferencia drástica en tu salud y tu apariencia. Pero más
que eso, necesitarás de mí y de Mikael para alimentarte. Si no lo haces, comenzarás a morir
de hambre. Podría ser una increíblemente dolorosa manera de morir."
-"Mis padres están muertos. Vivo sola en la casa de mi infancia y tengo un trabajo que
odio. No tengo todo un infierno de mucho para volver. Eso es bueno."- dijo ella.
-"No puedo dejar a mis amigas. No puedo simplemente desaparecer y dejar que ellas
piensen que estoy muerta de alguna manera. Ellas son mi familia."
Elías realmente no creía que ella sería capaz de dejar su vida en conjunto. Estaba
pidiendo mucho. Lo menos que podía hacer era asegurarse de que Erin hablara con sus
amigas. Tendrían que pensar una historia detrás sin exponer lo paranormal.
-"¿Lo prometes?"
-"Te lo prometo."
-"Gracias. Estoy muy preocupada por mis amigas. Nos separamos en el cementerio. Si
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yo terminé con Mikael... ¿qué pasó con ellas? ¿Quién más había en ese cementerio?"
-"No."- Elías sacudió la cabeza preguntándose por qué Mikael no había tenido tiempo
para responder a sus preguntas. -"La vida le da a un paranormal un Amor Eterno, un
compañero perfecto que estará a nuestro lado por toda la eternidad."
Elías había sido bendecido con un Amor Eterno, por muchos años. La había perdido en
un accidente. Hubo una fuga de gas, seguido por una explosión. El clan perdió un montón de
amigos, familiares y amantes ese día. Perder a su Amor Eterno había sido un dolor que nunca
pensó que iba a ganar. La mayoría de los días, aún tenía dificultades para seguir adelante con
su vida, cuando prefería morir para poder estar con su amor. El mundo de Elías cambió,
cuando su corazón desapareció. Vivió sólo por sus hermanos, Mikael y Sarah, y su clan. Su
vida cambió dramáticamente, una vez más, con la aparición de Erin.
Erin volvió su cuerpo hacia él para poder estar frente a él. Su boca se abrió y se cerró un
par de veces antes de que finalmente dijera,
Capítulo Diez
Erin estaba totalmente sorprendida con la guardia baja ante la respuesta de Elías. Por el
momento, se sentía como si estuviera tratando con la información con una cabeza calma,
pero ahora, no estaba segura de cómo responder.
Le encantaba la forma que sabía. La memoria era suficiente para hacer que a sus encías
les diera un escalofrío de placer. Buscando a Elías, miró su perfil. Sus ojos bajaron a la vena
palpitante en su cuello y no podía dejar de lamerse los labios.
¡Dios!, quería probar otra vez a aquel hombre. Quería hundir sus dientes en su carne y
beber.
-"Mis sentidos ya no son normales. Es casi como si cada uno de ellos hubiera recibido
una dosis extra de esteroides."
-"Puedo entenderlo. Tu cuerpo pasó por un gran cambio. ¿Estuviste enferma por
mucho tiempo?"
-"Tuve dolores de cabeza durante mucho tiempo y me enteré de que era un tumor en el
cerebro."
-"Jesús."- susurró.
Después de sentirse como el infierno, no podía creer que por fin todo había terminado.
-"Curada."
-"Es sólo que... no sé... una transfusión de sangre me sanó. No más dolor. Dolores de
cabeza no más debilidades. Todo esto es sólo una cosa del pasado."
-"¿Eh?"
-"Has cerrado los ojos preparada para morir y despiertas completa y sana."
Erin no mencionó el fuego que corrió en sus venas antes de despertar o el intenso dolor
debilitante. Esto se iba con el asunto, y no tenía sentido discutirlo con Elías.
Cerrando los ojos, Erin intentó categorizar cada pensamiento y cada sentimiento. Su
cerebro y su cuerpo parecían estar trabajando horas extras, y era difícil ponerse al día con
todos los cambios y los sucesos. Apenas podía pensar con claridad. Su piel estaba demasiado
tensa y caliente. Frotándose los brazos, Erin tomó algunas respiraciones profundas, pero lo
único que olía era a él.
Su coño se contrajo cuando el deseo fluyó a través de su cuerpo. Se lamió los labios,
sus caderas moviéndose sin su control, buscando la fricción, dispuesta a hacer cualquier cosa
para sentir alivio. Cualquier cosa.
Al abrir los ojos, Erin rodó los hombros y apretó los muslos juntándolos. Inclinó la
cabeza hacia un lado, mirándole.
-"¿Eh?"
-"Es normal. Sé que probablemente no quieres oír esto, pero es verdad. Eres un
vampiro recién convertido con nuestra sangre corriendo en tus venas ahora."
Hizo una pausa por un momento y el silencio la frenó, arrastrando sus sentimientos
incómodos por un tiempo más largo. Le habló como si la humedad corriendo por su muslo
fuera algo clínico.
Había mucha pasión en su voz, lo que parecía extraño, ya que su cuerpo estaba fuera de
control. El calor corrió por sus venas, empujando la necesidad más y más. No podía recordar
la última vez que se mostró satisfecha con cualquier otro. Desde que empezó a enfermar, su
libido tomó un submarino, hundiéndose. Estaba de vuelta en plena vigencia ahora. Se
removió en su asiento. Erin se pasó la lengua por los dientes y las doloridas encías.
-"Tú te alimentaste por primera vez. Beber la sangre de un ser vivo de la vena es un
acto profundamente íntimo. Esta es la razón por la que la mayoría de los vampiros beben
sangre empaquetada a menos que un vampiro tenga un Amor Eterno. En este caso, el
consumo de los amantes es de uno al otro."
-"¿Tú has tenido un Amor Eterno antes? ¿Quiero decir... los vampiros consiguen más
de uno?"- le preguntó, sin saber si quería la respuesta.
Normalmente, Erin no haría preguntas a menos que supiera la respuesta. Elías tiró del
coche a una parada y Erin miró por el parabrisas. Estaban de nuevo en la hermosa casa estilo
plantación. Estaba de vuelta, y Mikael estaba dentro, esperando por ella. Era como si podía
sentirlo moviéndose hacia la puerta, como si pudiera sentirlo.
Se había olvidado de lo que estaban hablando. Reconociendo que Mikael estaba tan
cerca le afectaba tanto física como emocionalmente.
Ella sabía de pérdidas y muerte, después de haber perdido a ambos padres. No podía
saber cómo se sentía al perder un cónyuge o un amante, pero asumía que el dolor era similar.
-"Los vampiros, por lo general, sólo son bendecidos con un Amor Eterno"- le dijo
Elías, y Erin lo miró, contemplando profundamente los suaves ojos marrones del hombre.
Levantando su brazo, Elías le besó la mano antes de regalarle una sonrisa dulce.
Mikael extendió la mano, y Erin sabía que se trataba de un momento importante, casi
como una prueba. Podía sentir el despertar de energía y el pop entre ellos y respiró hondo
antes de soltar la mano de Elías y caminar hacia Mikael.
Mikael pasó un brazo alrededor de su cintura cuando ella llegó a su lado. Él la atrajo
hacia sí y se relajó. Parecía extraño para ella dado que antes necesitaba escapar, pero su
cuerpo traicionó a su mente, con la necesidad de estar cerca de Mikael. Mirando por encima
del hombro, buscó a Elías al mismo tiempo. Allí estaba, donde ella lo dejó, observándolos
con ojos tristes antes de girar y moverse de nuevo hacia su coche.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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-"¿Elías?"
-"No lo hagas."- La palabra fue dicha como una orden. -"Nuestro Amor Eterno tiene
hambre. Tienes que venir y cuidar de ella."
Cuando llegaron a la parte superior de las escaleras, Mikael enfiló por un largo pasillo.
Miró las grandes pinturas que colgaban en marcos antiguos en las paredes en una línea larga
y recta. Los hombres y las mujeres en diferentes trajes abarcaban más de varios siglos, y
todos ellos eran vampiros.
Su cuerpo se estremeció hasta detenerse. Elías y Mikael la miraron, y ella les miró.
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-"¿Qué?"
Capítulo Once
Elías y Mikael la escoltaron a la misma suite en la que había estado cuando se despertó.
Mirando por la ventana, se estremeció cuando vio un trozo de madera rota donde habían
estado las puertas francesas.
-"No hay razón para pedir disculpas. Debo ser el único que te diga cuánto lo siento.
Estabas demasiado cerca de la muerte cuando te encontré."- Mikael dijo mientras la
acompañaba a la sala de estar. -"La única manera de salvar tu vida era convertirte en un
vampiro. Ojalá hubiera tenido la oportunidad de pedir tu permiso."
-"Todo está bien. Me estaba muriendo. No era como si yo estuviera consciente para
decidir de todos modos. Hiciste lo correcto."- se encogió de hombros, sabiendo que era la
verdad.
-"Mi única preocupación son mis amigas. ¿Sabes lo que pasó con ellas?"
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
La mente de Erin corrió de nuevo a Dani, Faina, Heidi, y Shayla. ¿Tuvieron todas
experiencias similares? ¿Estaban con otro paranormal? Parecía práctica suficiente, teniendo
en cuenta que estaba sentada en un sofá con dos vampiros.
-"Estábamos en Nueva Orleans desde que esta ciudad existe. Mi clan, mi familia... hizo
esta ciudad lo que es hoy. Otros paranormales han querido establecerse en esta área en los
últimos años. Están tratando de apoderarse de nuestro territorio. No sé cómo tropezaron con
nosotros en el cementerio. Los malditos brujos."- Se burló de la palabra. -"Nos tenían
blindados de cualquier humano. Cuando te olí, abandoné la batalla para encontrarte.
Sinceramente, no sé dónde están tus amigas. Nunca las he visto."
-"Así que, mis amigas podrían estar con demonios ¿Demonios reales del infierno?"-
preguntó Erin.
Aunque ella siempre creyó, incluso esperaba que los fenómenos paranormales
realmente existieran, estaba teniendo un momento difícil para envolver su mente alrededor
de toda la nueva información.
Cuando gruñó su estómago, ella gimió. Sólo había tragado la sangre de Elías. ¿Cómo
podía todavía tener hambre?
-"Está bien."- Mikael levantó a Erin del sofá y la sentó en su regazo. -"Eres un nuevo
vampiro. Tendrás que alimentarte regularmente por un tiempo, pero con el tiempo serás
capaz de ir por un par de semanas entre cada comida."
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Tiró a Erin más cerca, manteniéndola suavemente mientras inclinaba su cuello hacia un
lado, dándole la vena.
Erin miró la vena palpitante en el cuello de Mikael. Podía verla vibrar contra la piel
muy suavemente. Sus dientes afilados y alongado. Inclinándose adelante, Erin lamió su
cuello antes de abrir la boca y hundir sus dientes en su carne. Sus colmillos golpearon más
allá de las capas de piel y encontró la vena. Chupando suavemente, Erin gimió cuando la
sangre de Mikael llenó su boca.
Moviendo el cuerpo para un mejor ángulo, Erin cambió de manera que estuviera
sentada en las caderas de Mikael. Estaba fuera de control cuando se molió contra él. Toda su
vida había cambiado en cuestión de días, y todo lo que Erin podía pensar en ese momento era
comer y follar.
Quería a Mikael y Elías. Los necesitaba, los quería y el deseo recorrió su sistema,
volviendo loca. Su piel era muy estrecha y con comezón. Las hormonas de ella gobernaban
ahora, haciéndola sentir fuera de control. Nada le importa en este momento, nada más que el
placer.
-"Te necesito."
-"¿Así que estás dispuesta a ser reclamada como nuestro Amor Eterno?"- Pregunto
Michael, y Erin asintió.
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-Joder, ¡sí!
Erin extendió la mano y agarró el primer botón de sus pantalones vaqueros. Tiró con
fuerza, obligando a todos los botones a abrirse a la vez. Mikael movió sus caderas, dejando
que el pantalón vaquero cayera por sus piernas. Su eje duro frotando arriba y abajo, sus jugos
cubriéndole la polla, y Erin tragó.
-¡Maldita Sea!
Sosteniendo su culo con una mano, Mikael la sostuvo fácilmente y exactamente donde
quería. Agarró la base de su polla y la frotó contra ella, abriendo sus pliegues con su punta,
ida y vuelta, burlándose de ella. Erin gimió y se movió. Quería pedirles que la tomaran,
ambos, tanto Mikael como Elías. No podría pensar o respirar. Su cuerpo estaba centrado en el
placer que él le daba.
Con un solo golpe, Mikael empujó su polla en su vagina. La llenó, estirándola, y Erin
amó ese poco de dolor, haciendo que su coño se estirara para adaptarse a su tamaño.
Mikael gruñó profundamente en su pecho, un sonido animal que hizo mientras movía
sus caderas, desesperado por más.
-"Tan bueno..."
Erin cerró los ojos y se concentró en su polla enterrada profundamente dentro de ella.
Él tomó el control, empujando profundamente y moviéndose rápidamente. Mikael mantuvo
una mano en su culo, y la otra acunando su cabeza, obligándola a mirarle. Erin amó la forma
en que sus ojos se oscurecieron y reflejaron la desesperada necesidad. Él era sexy así, casi
como poseído. Arqueando la espalda, Erin hizo todo lo posible para montar su longitud por sí
misma.
-"Más fuerte. Más rápido."- exigió ella, sus necesidades eran lo único que importaba.
Parecía saber exactamente qué hacer para que su cuerpo respondiera. Movió las
caderas en pequeños círculos cepillando su clítoris contra él. El movimiento envió
electricidad por todo su cuerpo. Creció más su humedad, abriéndose mas para él, mientras
Mikael golpeaba dentro de ella más suave.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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Volvió la cabeza y vio a Elías. Erin extendió su mano llamándole, no queriendo que se
mantuviera al margen y él se acercó. La tocó, frotando un dedo hacia arriba por la parte
superior de su vestido. Pareció inseguro por un momento antes de finalmente empujar el
material hacia abajo, dejando al descubierto sus pechos. Elías la miró mientras bajaba la
cabeza. Hizo una pausa, con la boca directamente encima de un pezón y Erin se quedó sin
aliento. Elías no la dejó esperar demasiado tiempo. Inclinándose, tomó el pezón en su boca,
mordiéndoselo, provocando un destello de dolor que disparó directamente a su coño.
Cerrando los ojos, Erin dio su cuerpo sobre sus demandas. Elías amamantándose de su
pecho mientras apreciaba y torturaba al otro pezón. Ella podía sentir su orgasmo viniendo a la
vida cuando Mikael golpeó su coño. Dejó que los sentimientos se apoderasen, dejó que ellos
manipularan su cuerpo.
Mikael aceleró el ritmo, su malditamente dura polla frotando en un punto tan profundo
dentro de ella que hacía que sus dedos se rizaran. Estaba cerca. Podía sentir cada centímetro
de acero cubierto de seda deslizándose en casa. Después de sólo unos pocos golpes duros,
ella sintió que el mundo entró en erupción. Todo daba vueltas fuera de control, y su clímax
meneó cuerpo, tanto que le sorprendió que no fue arrojada fuera de la mesa.
Mikael la soltó lentamente y la besó en los labios. No tuvo tiempo de echarle de menos.
Elías la recogió, meciéndola alrededor, y Erin gritó. Esta era una nueva faceta del hombre
bien educado que no había conocido antes. Sus rodillas se pusieron en contacto con una
alfombra, y ella estaba en sus manos y rodillas, completamente aturdida.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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Erin miró por encima del hombro y vio cómo Elías se desnudó. Cayó hacia atrás y de
un solo golpe suave, empujó su polla dentro de su coño ya empapado.
Él la agarró por las caderas y la folló profundo y duro. Elías se apoyó en su espalda,
cubriéndola y abrazándola con fuerza. Con sus manos alrededor, él apretó sus pezones y el
clítoris, hasta que el dolor se convirtió en placer. Su cuerpo se estremeció y no podía creer
que estaba tan cerca del orgasmo una vez más. La llevó hasta el borde en pocos segundos, y
estaba a punto de caer por el precipicio.
-"Elías."- gritó.
Elías inclinó la cabeza hacia un lado, dejando al descubierto su cuello. Los bordes
afilados de sus dientes rasparon su piel antes de hundirse en su vena. Él chupó,
alimentándose, mientras se despojaba de su control. Siguió liberándose en su interior,
llenando su sensible coño. Su orgasmo corrió a través de su cuerpo, haciendo que todo su
cuerpo se tensara y revolviera. Elías rugió su propia liberación y Erin se desplomó totalmente
en el suelo.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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Capítulo Doce
Un malestar persistente en la parte posterior de su mente despertó a Erin. Ella abrió los
ojos, abiertos y examinó la habitación, pero nada parecía fuera de lugar.
Mikael y Elías estaban durmiendo pacíficamente uno a cada lado de ella, pero su
intestino le gritó que algo andaba mal. Erin se arrastró lentamente de la cama, teniendo
cuidado de no molestar a ninguno de ellos.
Erin se arrastró por el corredor, cerrando la puerta suavemente detrás de ella. La suave
energía rodeando su mente, tirando, tirando de ella hacia delante. Seguro no tendría algún
tipo de mecanismo de defensa, pero la fascinación de la atracción era demasiado fuerte.
Había algo cálido y seductor como la voz de la tentación de un amante lejano.
Sus pies seguían impulsándola a moverse, llevándola hacia la puerta de salida. Sus
manos temblaban mientras empujó la manivela y salió.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
No había estrellas visibles en el cielo, diciéndole que era temprano. Sus ojos se
sintieron atraídos por una farola parpadeante en la distancia. Los pequeños insectos y polillas
bailaban alrededor, propagando su brillo horas antes de que el entorno de nuevo cobrase vida.
Erin pensó, no importa cómo de insignificante, siempre seguía sus instintos. Y la llevaba a la
calle, donde una figura solitaria estaba observándola.
-"¿Quién eres tú?"- Preguntó Erin, deteniéndose a unos metros de distancia del
hombre.
-"Mi nombre es Gavin MacDryw."- respondió. -"Y tú eres Erin Holmes, supongo."
-"Tu amiga, Dani O'Brien, estaba muy preocupado por ti. Vine a recogerte."
-"Escucha."- Él tomó una respiración profunda. -"No hay mucho tiempo. Estoy en
territorio vampiro hablando con el Amor Eterno del líder. Esto por sí solo es peligroso, y
llevarte podría ser la cosa más estúpida que he hecho nunca. Ya estamos en guerra, pero yo
no podía negárselo a Dani. Necesita verte. Necesita saber que estás bien. Por favor."-
Extendió su mano. -"Ven conmigo, y voy a traerte de vuelta antes de que Mikael y Elías se
den cuenta que te has ido."
La mente de Erin se rebeló. Ella no sabía de este hombre o sus razones para estar allí
para empezar. ¿Y si era un truco para atraerla y apartarla de Mikael y Elías? Pero Dani estaba
en alguna parte, tal vez sola o herida. El tirón suave, insistente empujado hacia delante.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
-"El hecho de que ella se preocupe tanto por ti es la única razón por la que estoy aquí."
Él abrió la puerta de atrás del coche y dio un paso atrás, lo que le permitió espacio para
pasar. Erin dudó por un segundo antes de deslizarse dentro. Cerró la puerta y se puso el
cinturón de seguridad. Él no perdió el tiempo.
Gavin se levantó en el asiento del conductor, encendió el motor y se fue. Pareció relajar
su postura rígida cuando ya se alejó de la acera. Se miró en el espejo retrovisor una sonrisa
que no llegó a sus ojos.
No sabía dónde sus amigas estaban, así que ¿cómo la encontró este hombre?
-"¿Por qué es peligroso para ti que estés en territorio vampiro?"- Le preguntó Erin.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
-"Los vampiros no les gusta nada tener otros paranormales dentro de Nueva Orleans.
Mikael, Elías, Sarah, y algunos de los otros han estado viviendo aquí durante siglos. Soy
considerado un invasor."
-"Usa tus sentidos. Eres un vampiro ahora. Estoy seguro de que puedes entenderlo."
Erin tomó aire, tamizando a través de los diferentes aromas. Asumió que los demonios
olerían a azufre y a los cambiaformas les gustaría el aire libre, pero Gavin desprendía un
perfume dulce azucarado.
-"No lo sé."
-"No te preocupes. Todavía eres joven. Por eso fui capaz de seducirte y atraerte fuera."
-"¿Así que tú estabas en mi cabeza?"- La inquietud pasó por ella, otra vez.
-"Pido disculpas por mi intrusión no deseada, pero Dani necesita de ti, y espero que una
vez que la veas, ella estará más calmada. Está muy cerca de un estado de histeria."
No era una pregunta. Miró hacia arriba al espejo de nuevo, y vio la verdad. Algo quedó
en silencio entre ellos, y Erin se relajó.
-"Me alegra que la hayas encontrado en el cementerio. He estado enferma desde hace
mucho tiempo. Cuando Mikael me encontró, estaba cercana a la muerte. Mikael y Elías me
trajeron para salvar mi vida."
-"Dani dijo que estabas enferma. Está como loca por la preocupación."
-"No sé cómo va a reaccionar cuando me vea. No soy la misma mujer de hace unos
días. Estoy esperando que mi aspecto no la asuste. Dani no se enfrenta bien con los cambios,
seguro que ya lo has descubierto."
Gavin se rió un poco y Erin sonrió. Podía imaginar lo que Dani se opuso
completamente a este hombre. Ella era un alma única.
El coche se detuvo de repente delante de una casa blanca de dos pisos con columnas y
un porche cubierto en el nivel inferior. Hermosas plantas y árboles rodeaban la casa, un
laberinto de protección, como los brazos de una madre protegiendo a su hijo.
-Será difícil ver el camino.- Erin pensó, mientras le abrió la puerta y salió.
Una sensación extraña se derramo por ella. Combinaba calor y electricidad. Era suave
pero poderosa e inflexible. El vello de los brazos hormigueó, ya que parecía envolverse
alrededor de ella como una respiración viviente.
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Alicia White
Ella le creyó. Con un ligero movimiento de cabeza, le siguió a grandes pasos. Rústico y
acogedor, son las dos palabras que vinieron a su mente cuando entró en la bonita casa. No era
nada como la casa donde residían los vampiros.
Los ojos de Erin barrieron cada habitación, techos de cuatro metros de altura, juegos de
luz, modestos muebles antiguos, y varias piezas de arte. Se hizo evidente en el más profundo
en la casa, que el hombre tenía dinero, no sólo la riqueza común, sino el viejo dinero que
probablemente venía de los siglos.
-"Erin? Oh, Dios mío... ¿qué te ha pasado? Tu cabello es... todo... diferente. Tu…tú
eres diferente."
Agua brilló en los ojos de su amiga, y otra cosa que Erin no podía nombrar. Gavin
apareció y puso sus brazos alrededor de su cintura antes de que Dani diera un paso adelante.
A Erin la hirió darse cuenta de que él estaba protegiendo a Dani, pero no podía
culparlo. El respeto por el hombre floreció a regañadientes. Ella era, después de todo, un
vampiro, y obviamente un enemigo de los usuarios de la magia.
-"Tenía cáncer, Dani. No se esperaba que viviera. Este viaje me... estaba planeando
decir adiós a todas vosotras. Cuando estábamos en el cementerio, un vampiro me encontró
y..."- Erin se miró a sí misma. -"Y, así..."
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Alicia White
-"Eres un vampiro."
Fue una declaración y no una pregunta, sabiendo Erin que Dani sabía de lo paranormal.
-"Bien."
Eso le sacudió el estómago a Erin. La idea de tomar café era terrible, y quería
retroceder ante eso. Le mintió.
-"Claro, me encantaría."
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Alicia White
Erin miró al hombre conocido como Maddoc. El parecido con Gavin era notable, pero
daba un poco de miedo. La mueca que él lanzó en su camino no se le escapó.
-"Todo está bien. Ellos son sólo están preocupados por ti."
Extrayendo una de las sillas de la cocina de madera, Erin se sentó y se puso cómoda.
Dani se unió a ella en la mesa, flanqueada por los gemelos.
Hablaron durante un tiempo, Erin contándole a Dani todo sobre Mikael y Elías. Fue
agradable ser capaz de recitar todo lo que había sucedido y justo para Dani estar en
compañía, una vez más, a pesar de que las dos sombras las rondaban. Mientras hablaba, los
ojos de Erin se mantenían cayendo en la vena pulsante del cuello de Dani, llamándola en una
música antigua en ese momento.
Sus dientes se alargaron y el estómago se apretó con un hambre fuerte que casi le robó
el aliento. Se aclaró la garganta, obligándola a mirar a otro lugar, cualquier lugar, que no
fuera el azul, pulsante fuente del cielo frente a su mesa.
Mikael le había advertido que necesitaba alimentarse con frecuencia. Apretó la boca y
levantó su taza de café cerca de su nariz, pero el olor a la sangre era muy potente.
Gavin estaba allí antes de que ella se pusiera en contacto, obligándola contra el suelo.
Erin luchó con todo lo que tenía, incluso si su mente se rebeló contra lo que ella había hecho.
Luchó debajo de él, sin éxito, hasta que la sensación paso y la lucha se fue.
Las lágrimas quemaron la parte posterior de los ojos de Erin. No dijo nada. En cambio,
se limitó a sacudir la cabeza. El asimiento apretado de Gavin tomó sus muñecas sueltas
cuando el hombre se movió lentamente y la ayudó a levantarse.
-"Ella sabe que nunca le harías daño intencionadamente."- dijo Gavin en voz baja.
Capítulo Trece
Erin corrió, con lágrimas en su rostro. ¿Qué clase de monstruo era ella? ¿Cómo iba a ir
después por su amiga? Quería morder y alimentarse de Dani. Un sollozo fue removido de su
garganta, sólo pensando en el trauma que había causado a su amiga. Con un brazo alrededor
de su cintura, Erin intentó mantener el hambre a raya, cuando los calambres llenaron su
cuerpo. Desde que se había convertido en un vampiro, había aceptado su nuevo estado. Pero
después de tratar de alimentarse de su amiga, Erin sabía con certeza que no quería ser un
vampiro después de todo.
El momento era surrealista. Era como si estuviera moviéndose en cámara lenta, cuando
en realidad era más rápida de lo que cualquier ser humano podía. La luz de la mañana la llevó
a su casa, y cuando la casa estaba a la vista, dio un suspiro de alivio. Erin se puso delante del
clan. Estaba fuera de la propiedad, por un momento, admirando la belleza. Limpiándose la
cara, Erin intentó quitarse las lágrimas. Nunca se permitió ser una víctima, ni cuando ella
tenía un tumor cerebral, ni cuando los médicos le dijeron que se estaba muriendo de cáncer, y
ciertamente tampoco cuando se convirtió en un vampiro. Tomando respiraciones profundas,
Erin cerró los ojos.
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Alicia White
Las lágrimas llenaron sus ojos de nuevo, corriendo por su rostro. Erin hizo todo lo
posible para cambiar sus pensamientos melancólicos. No quería pensar negativamente, pero
los pensamientos de Dani se abrieron camino en su mente. Podía ver el rostro de su amiga
claramente la mirada de shock entrando directa en el horror ante el hecho de que Gavin la
derribara contra el suelo.
Sacudiendo la cabeza, Erin siguió caminando. Necesitaba aire fresco para mantener la
cabeza despejada. Ser un vampiro era nuevo completamente. Era más rápida y más fuerte,
pero también tenía hambre todo el tiempo. Diablos, no lo habría pensado dos veces antes de
hundir sus dientes en el cuello de Dani.
Erin vio un destello de color y cruzó la calle para investigar. Oyó un perro ladrar y se
congeló cuando vio a un anciano que paseaba a su perro. ¡Mierda! Debería haberse ido a
casa. Sus dientes se alargaron en su boca, preparándose para alimentarse. Quería dar la
vuelta, tenía que ir a casa, pero Erin no podía obligar a sus piernas a moverse hacia el clan.
-"Tengo hambre."
Él siguió sus órdenes, y Erin se acercó. Abrió la boca, mostrando los colmillos.
Podía oírlos, pero estaba demasiado centrada en el cuello del hombre para detener lo
que estaba haciendo. Su vena vibraba justo debajo de la superficie, la sangre llamándola.
Podía ignorar a Mikael e hincar el diente en el cuello del hombre. Podía alimentarse.
-"¡Erin, no te atrevas a morder al hombre!"- Advirtió, y Erin miró por encima del
hombro y vio como Mikael caminaba hacia ella con una feroz mirada en su rostro.
Los dos hombres estaban vestidos de negro de pies a cabeza, desde gabardinas hasta
botas de combate. Parecían que iban a la guerra, y así estaban llegando adecuados para ella.
Erin luchó consigo misma. No quería alimentarse de este hombre, pero sus instintos estaban
empujándola a hincar el diente en una vena.
-"Erin, ven a mí. Tu puedes alimentarte de mí."- Mikael caminó hacia ella con la mano
extendida. -"Elías, borra su memoria."
Mikael abrió los brazos y Erin corrió hacia él. La levantó fácilmente, y Erin ajustó
automáticamente sus piernas alrededor de su cintura. Mikael inclinó la cabeza hacia un lado,
aceptando a que accediera.
Erin gimió, hundiendo sus colmillos en su cuello. Al primer sorbo, los calambres
comenzaron a disminuir ligeramente. El sabor de la sangre de Mikael acariciando su lengua y
deslizándose por su garganta hizo mover sus caderas. Se movió eróticamente contra Mikael,
requiriendo contacto, la necesidad dentro de ella.
-"Jesús."- Mikael suspiró. -"Tómate tu tiempo, amor. Hemos estado tan preocupados
por ti. Podía sentir la magia en el aire, y pensé que alguien te tomó de nosotros. Pensé que
íbamos a tener que luchar por tenerte de vuelta. ¿Qué demonios estabas haciendo con este
humano?"
-"Casi ataqué a mi amiga."- murmuró Erin, disgustada con sus acciones. -"Vine aquí
para comer, pero tenía que pensar. Fue entonces cuando me crucé con este hombre que
paseaba a su perro."
-"¿Qué?"
Mikael agarró suavemente sus hombros, empujándola hacia atrás hasta que sus ojos se
encontraron.
-"¿Qué pasó?"
-"Estaba dormida cuando algo me dijo que saliera a la calle. Era Gavin MacDryw. Me
pidió que le acompañara a ver a mi amiga, Dani."
-"¿Y si hubiera sido un truco? ¿Por qué dejaste la seguridad del clan cuando todavía
eres nueva en este mundo? No te puedes alimentar de cualquier persona, solo de Elías y de
mi."
Mikael la miró, y Erin podía ver el verdadero terror en los ojos del hombre.
Ella hizo una pausa, cuando la imagen de Dani salto llenando su mente otra vez.
Deslizándose del regazo de Mikael, Erin comenzó a caminar por la habitación.
-"No, no lo está."
-"Yo, literalmente, salté sobre una mesa. ¡La mesa!"- gritó para dar énfasis. -"Y
después aquel hombre, no podía dejarlo. Era como si estuviera poseída."
Quería gritarles, decirles lo mala persona que era por salir de la casa y tratar de
alimentarse de su amiga. Necesitaba ser encerrada y tirar la llave. Gimiendo, Erin se cubrió la
cara con las manos. ¿Cómo ella podría ir después por su mejor amiga?
-Pobre Dani. Probablemente ella piensa que soy un monstruo. Y ese hombre... ¡oh
Dios!
-"Eres nueva en este mundo, y puede ser difícil para los recién vampiros procesar el
controlar el hambre. Esto toma tiempo."- le dijo Mikael.
-"Yo estaba desesperada por ver a mis amigas, pero ahora no puedo."- Erin metió los
dedos por su pelo, sacudiendo la cabeza. -"No puedo ir allí de nuevo. No puedo estar cerca de
nadie."
-"Amor."- Elías se levantó y se acercó a ella, tomando su cara. -"Va tomar algún
tiempo, pero ganarás control sobre ti misma. Todavía puedes salir y estar en público.
Nosotros nos encargaremos de ti."
-"Siempre tengo hambre."- le dijo ella. -"¿Cómo voy a salir cuando necesito
alimentarme constantemente?"
-"Estás pasando por un cambio ahora. Tu cuerpo necesita nuestra sangre, pero al final
no necesitaras comer todo el tiempo."- le dijo Elías. -"Tengo curiosidad, sin embargo. Tú
dijiste que casi te alimentaste de tu amiga. ¿Cómo te detuviste?"
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-"Él sólo estaba tratando de proteger a Dani."- dijo Erin, encogiéndose de hombros.
-"No fue una gran cosa."
-"Él no sabe nada acerca de los vampiros."- Elías cortó con la mano en el aire en un
espectáculo atípico de emoción.
-"Él fue capaz de influir en tu mente, porque eres un nuevo vampiro. Podría haberte
dañado. Tú puedes ser más fuerte y más rápida, pero no eres inmortal, no todavía. Cuando
seas inmortal, será casi imposible de matarte."- dijo Mikael.
-"Oh."
Erin tiró de su labio inferior en su boca y lo mordisqueó. Ella gimió, y los dos hombres
la miraron con ojos curiosos.
Sus hombros se hundieron, Erin se dejó caer sobre el sofá. -"No creo que yo sea un
buen vampiro. ¿Y si hay algo malo en mí?"
-"Eres un vampiro perfecto."- dijo Mikael. -"No hay nada de malo en ti."
-"Amor, está bien. Es un placer cuidar de todas tus necesidades. Eres un vampiro recién
transformado con dos Amores Eternos. Tómate un descanso y deja que te ayudemos."
Él le sostuvo la cara entre las manos y se inclinó hacia delante, uniendo sus labios.
Elías comenzó lentamente, haciendo el amor a su boca con su lengua. Pero pronto, Erin se
desesperó y el beso se convirtió en frenético. Sus dientes se enfrentaron juntos, y ella gimió.
Agarrando sus hombros, Erin empujó a Elías más cerca, lo que la unió a ella. Él
maniobró sus cuerpos fácilmente para que ella se acostara sobre su espalda, con su peso en la
parte superior de la misma.
Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y las piernas alrededor de su cintura. Se
movieron juntos en un ritmo sensual, hasta que estuvieron locos de deseo.
Erin se limitó a sacudir la cabeza mientras tomó los labios de Elías una vez más, no era
posible obtener suficiente de saborear al hombre que estaba besando. Sus suaves labios se
movían contra los de ella en perfecta sincronización, los dos en armonía con lo que el otro
quería.
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Elías levantó el peso de su cuerpo de ella, y Erin gimió en decepción, lo que hizo que
Mikael se riera.
Oyó el desgarro de tejido y se dio cuenta de que Mikael estaba desgarrando su ropa en
tiras, en un esfuerzo frenético para conseguir desnudarla.
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Capítulo Catorce
Mikael no iba a quedarse fuera. Se incorporó, dejando sus pechos y amasó los globos
antes de rodar los pezones entre los dedos y el pulgar. Incrementó la presión hasta que el
dolor se hizo una intensa experiencia erótica.
Rayos de feliz placer radiaban por el cuerpo de Erin, vibrando a través de su vientre y
directamente a donde Elías estaba volviéndola loca con su talentosa lengua.
Tener dos hombres jugando con su cuerpo aplastaba sus sentidos. Alcanzó entre sus
piernas y agarró la cabeza de Elías, empujando los mechones sedosos por entre los dedos.
Debió de gustarle aquella atención, porque se empujó más contra su necesitado coño. Erin
movió sus caderas, teniendo su clímax casi desesperadamente fuera de su alcance. Si sólo
solo pulsara su clítoris o colara un dedo en su apertura húmeda, la presión sería bastante para
darle el alivio que quería.
Erin vió como Mikael inclinó la cabeza hacia abajo y tomó un pezón en su boca. Hizo
girar su lengua en un círculo alrededor de la yema, combinando lo que Elías estaba haciendo
a su clítoris. Cuando se alzó, una brisa acarició su piel, enviando su atención al húmedo
pezón. Él rápidamente se trasladó al otro, dándole la misma atención.
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Alicia White
Elías sabía exactamente lo que quería Erin, deslizó dos dedos profundamente en su
coño. El alivio fue temporal y quería más. Quería sentir tanto a Mikael como a Elías en su
interior. Quería sus pollas. Elías cerró los dedos y llegó a un punto que la envió a
tambalearse. Añadiendo eso a la maravillosa de Mikael atención hacia sus pezones, la
construcción del calor en su cuerpo estaba cerca del punto de ruptura. Si pensó que su lengua
chasqueando sus pezones era buena, no era nada cuando se comparó con las afiladas puntas
de los dientes suavemente mordiéndola, perforando la carne.
-"La sangre y el sexo, amor. Los dos van juntos de manera tan perfecta."- dijo Mikael
antes de deslizar los dientes en su vena.
Erin dejó escapar un grito de placer cuando su orgasmo la golpeó con fuerza y rápido.
Su cuerpo se estremeció, su coño se apretó alrededor de la lengua de Elías, mientras gritaba el
nombre de Mikael. Se corrió mientras él estaba comiendo de su vena. Cada tirón de su boca
envió otra oleada de escalofríos y emociones.
-"Mmm."- gimió él, lamiendo un camino alrededor de su cuello. -"Tú tienes un sabor
tan bueno, mi amor."
Erin observó mientras él dejó caer el cinturón, tirando de la cinta de cuero, antes de
finalmente desabrochar sus pantalones y liberarse de ellos.
-"Como quieras."
Mikael la miró, sus intensos ojos ardiendo por ella. Desnudando libre su eje, sostuvo la
base y presionó su cabeza de hongo contra sus labios. Erin abrió la boca, dándole entrada.
Aspiró la longitud de Mikael en su boca, vaciando sus mejillas. Extendiendo la mano, Erin
agarró la base y acarició su polla. El hombre gimió profundamente en su pecho cuando
presionó la corona en su boca, chupándola. El sabor de pre-semen llenó su boca, chapoteando
en su contra y fue su turno de gemir de placer.
-"Oh, mierda... tu boca es dulce perfección."- dijo Mikael, y Erin se dio cuenta que
estaba diciéndole a Elías.
-"Tenemos que cambiar de lugar, después, porque su coño es delicioso."- dijo Elías a
Mikael, antes de extender los labios de su coño y lamer hacia abajo.
-"¿Me necesitas mi amor?"- Mikael prácticamente ronroneó, y Erin sólo pudo asentir.
-"¡Oh, mierda!"
Erin gritó por el placer inesperado cerrándose a través de su cuerpo. Elías se rió
mientras subía a la cama, desnudo.
-"¿Sabes cuál es la mejor parte de ser un vampiro, amor?"- preguntó, pero no le dio la
oportunidad de formar un pensamiento con el fin de responder. -"No hay dolor. Tu cuerpo
está hecho para nosotros, ambos reclamándote juntos."
Elías se trasladó a acostarse al lado de ella en la cama. Le pasó una mano por la espalda
y besó su hombro antes de que finalmente maniobrara su cuerpo para que ella estuviera
encima de él. Elías tomó sus muslos, la levantó, y dejó que la gravedad se hiciera cargo,
deslizando su polla hasta la empuñadura.
Elías clavó los dedos en las caderas, manteniéndola inmóvil, por lo que no podía
moverse, mientras Mikael añadía más gel resbaladizo en su culo. Mikael añadió otro dedo en
su agujero, extendiéndola para acomodar la anchura de su eje. Él hizo tijeretas con sus dedos,
torciéndolos, y Erin maldijo cuando chispas asombrosas explotaron.
Con la boca abierta, dejó escapar una serie de sonidos cuando ella molió su coño contra
la polla de Elías. Tirando de él hacia abajo, Elías chupó un pezón en su boca. Él la abrazó
mientras movía sus caderas, sacando su longitud de ella antes de empujarse dentro de nuevo.
Las chispas de placer corrieron a través de su sistema cuando Elías se movió, follándola con
golpes profundos. Sintió la cabeza roma de Mikael deslizarse rozando su culo justo antes de
empujar hacia adelante, con fuerza, sorprendiéndola.
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Alicia White
-"Duele muy bueno, ¿verdad, mi amor? Te gusta tenernos a ambos en ti, ¿no es así?"
Mikael dejó escapar un profundo gemido mientras avanzaba más dentro, más
profundamente. Él tenía razón. Fue lastimada en las más deliciosas maneras.
Mikael hizo una pausa por un momento, dejándola recuperar el equilibrio. Erin estaba
muriendo de placer. El acto la obligó a rendirse ante Mikael y Elías. Confiaba en ellos por
completo. La forma en que tomaron el control sobre su cuerpo sólo le hizo darse cuenta de lo
mucho que realmente los quería, a ambos, para siempre.
Mikael se detuvo cuando estuvo dentro de ella. Estaba llena y no estaba segura de
cuánto más podría tomar. Sus amantes vampiros trabajaron juntos, creando un ritmo suave.
Le sorprendió cómo de bien trabajaban juntos, manipulando su cuerpo, incluso sin hablar una
palabra. Erin no tuvo que moverse o hacer cualquier trabajo. Mikael y Elías la abrazaron con
fuerza, empujando y tirando de ella.
-"Me siento tan bien. Más fuerte. Más rápido. Dadme más."
Erin intentó moverse, pero la abrazaron con fuerza, negándose a dejar que ella tomase
el control. Elías tomó su pelo y tiró de ella en un beso profundo. Sus labios eran suaves, pero
sus acciones exigentes. El corazón le latía en la garganta.
-"Oh, Dios."- gimió, sabiendo el placer que estaba por venir. -"¡Oh, joder!"
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Alicia White
-"¡Mía!"
La palabra fue gruñida mientras ambos hombres se estrellaron contra ella, fuerte.
Mikael necesitó unos minutos para orientarse. Los temblores de su intenso clímax
rodaron a través de su sistema. Una vez que fue capaz de ver bien de nuevo, sacó su peso de
la espalda de Erin y se deslizó fuera de la cama. Se las arregló para caminar hasta el baño con
las piernas temblorosas. Tomando algunas respiraciones profundas, caminó hacia el lavabo y
empapó un paño suave antes de volver al lado de su Amor Eterno.
Quería que ella se sintiera cómoda antes de dormirse. Limpiando su semilla fuera de
sus muslos, frotó suavemente el material entre sus piernas.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
Alicia White
Una vez que ella estuvo relativamente limpia, se limpió a sí mismo, antes de entregar el
paño a Elías. Mikael volvió a la cama. Tiró de Erin contra su pecho y la abrazó. Ella parpadeó
abriendo los ojos, una pequeña sonrisa adornó sus labios hinchados y la besó. No quería
estropear el momento, pero había ciertas cosas que necesitaba saber, y era su deber educarla.
-"Los paranormales son un secreto en el mundo humano, Erin, y hay que seguir siendo
un mito para ellos. Esta noche podría haber terminado muy mal sí Elías y yo no hubiéramos
estado allí para borrar la memoria del ser humano. Tú no tienes el poder de borrar los
recuerdos o utilizar la compulsión en la mente, sin embargo, te enseñaré."
-"¿Cuánto tiempo crees que me tomará antes de que vaya a aprender todo? ¿Antes de
que yo sea capaz de salir de casa?"- Preguntó Erin.
-"Tú no eres una prisionera."- Elías se colocó detrás de ella, frotando su espalda en
círculos. -"Nosotros no queremos mantenerte dentro del clan durante días y noches. Tú eres
nuestro Amor Eterno. Queremos proteger y amarte."
-" ¿Amarme?"
Mirando hacia arriba por la cabeza de Erin, hizo contacto visual con Elías. Le costaba
creer que habían llegado tan lejos en tan poco tiempo. Se sintió aliviado en una manera de
tener a Elías a su lado. Su hermano siempre parecía saber qué decir cuando Mikael estaba
perdido por las palabras. ¿Cómo podía no saber que la amaban? ¿Cómo ella podía sentirse
insegura? Era su Amor Eterno. Eso significaba todo.
-"Sí."- murmuró Elías, dándole un beso en el hombro, aun manteniendo contacto visual
con Mikael. -"Tú nos perteneces a nosotros tanto como nosotros te pertenecemos. Los tres
unidos siempre se conectan entre sí. Es un placer y un deber cuidar de ti. Hasta que no seas lo
suficientemente fuerte, uno de nosotros te acompañará a cualquier lugar que quieras ir."
-"Tanto ha cambiado."- dijo ella, sacudiendo la cabeza, y por primera vez, sintió cierta
confusión y estrés.
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Alicia White
En los últimos días, Erin se mantuvo positiva y fuerte, y Mikael se preguntó qué
pensamientos corrían dentro de su mente.
-"Lo sé, y has estado manejando todo muy bien."- la elogió Mikael.
-"La vida pasa. Tanto cambio en mi vida, y nunca he tenido ningún poder para detener
toda tragedia. La pérdida de mi familia, la paciencia era el único que pude hacer para vivir y
mantener una actitud positiva, la esperanza de que algo fuera a cambiar para mejor. Y ahora
estoy entera y sana."
-"Nunca he sentido nada como esto antes."- Inclinándose hacia adelante, ella rozó los
labios contra los suyos. -"Me siento conectada a vosotros dos."
-"Eso es como debe ser."- susurró Mikael contra su boca. -"Me siento exactamente de
la misma manera. Estamos destinados a estar juntos."
-"Dado que tengo una eternidad."- sonrió ella, los ojos brillantes de alegría -"Quiero
viajar por el mundo. Nunca he estado a otro país antes, y siempre quise nadar con las ballenas
azules en Terranova, andar por la Gran Muralla China, y descender por Costa Rica."
-"Podemos hacer que todos tus sueños realidad."- le dijo Elías, Mikael asintió.
Era la verdad. Después de vivir durante siglos, tenía el suficiente dinero para llevar a
Erin por todo el mundo.
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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Una pura felicidad no adulterada burbujeó en su risa y brilló en sus brillantes ojos, y
Mikael supo sin duda alguna que él haría cualquier cosa para escuchar el sonido de su risa
repetirse diariamente. Después de siglos de esperar encontrar a su Amor Eterno, Mikael
sintió una inmensa paz y una profunda alegría que nunca había experimentado antes.
Elías le sonrió, y Mikael rodo los ojos. Sabía exactamente lo que estaba diciendo Elías.
Era el momento de dejar de lado el teatro con otros paranormales y centrarse exclusivamente
en Erin. Los tres tenían mucho que esperar. Y siempre existía la posibilidad de que algo le
sucediera a su Amor Eterno si la batalla continuaba. El costo de que algo le sucediera a ella
no valía la pena el territorio que tenía reivindicado en Nueva Orleans. Él estaría feliz de tirar
todo por la borda.
Lográndolo rápido, hundió sus dientes en su vena y gimió cuando el delicioso elixir le
tocó la lengua y la garganta.
Morder y ser mordido era siempre una experiencia erótica, más ahora que estaban
ligados para siempre. Por primera vez en su larga existencia, Mikael estaba mirando hacia el
futuro. Pasó demasiados siglos solo, pero nunca estaría solo otra vez, no con Erin y Elías a su
lado.
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Alicia White
Lamiendo la herida cerrada, Mikael miró a los ojos brillantes de Erin. Tenía la boca
abierta, los dientes largos, y Mikael volvió su cuello en oferta.
Con un gemido, Erin le mordió el cuello, y el eje de Mikael ya estaba erecto filtrándose
con líquido pre seminal, rogando ser empujado en el bienvenido calor de Erin. Ella se movió
contra él, haciéndolo rodar sobre su espalda en el suelo cuando se subió encima de él,
montándose en su cintura.
Capítulo Quince
Era el final de sus vacaciones en Nueva Orleans. A pesar de que Erin no quería salir de
la ciudad o de sus vampiros, estaba desesperada por decir adiós a sus amigas. Manteniendo
su teléfono móvil, se quedó mirando la pantalla tratando de decidir qué hacer.
-¿Debería llamar? ¿Debería enviar un texto? ¿Alguna vez las vería de nuevo?
-"¿Por qué no las invitas a reunirse contigo esta noche? Puedes decirles adiós
personalmente."- dijo Mikael mientras se sentaba a su lado en el borde de la cama.
Sólo habían pasado un par de días. No esperaba capturar cada detalle de ser un vampiro
en el momento, pero no confiaba en sí misma para rodearse de un gran grupo de personas,
visto que el dolor del hambre podía golpear en cualquier momento. No quería otro desastre
como el de Dani.
-"Y si te da hambre, te puedes alimentar en la seguridad del club."- dijo Elías al entrar
en la habitación.
-"Está bien."- Erin respiró hondo. -"Así que voy a... uh... enviarles un mensaje de texto
con los detalles."
-"No te pongas nerviosa."- Mikael pasó la mano suavemente por tu espalda. -"Ellas son
tu familia. Lo aceptarán."
-"Vamos a estar a tu lado todo el tiempo."- prometió Elías cuando se unió a ellos en la
cama.
Rápidamente hizo clic en el botón de enviar antes de añadir otro texto con la dirección
física del edificio. Le temblaba la mano cuando lo hizo. Ahora sólo tenía que esperar.
A medida que los segundos se convirtieron en minutos, Erin bajó el teléfono sobre la
cama.
-"Voy a tomar una ducha."- Salió de la cama y prácticamente corrió hacia el cuarto de
baño.
-"No sé. Supongo que estoy preocupada de que nunca veré a mis amigas de nuevo."-
exhaló un suspiro. -"He perdido a mi familia. No puedo perderlas."
Dado el sonido de su voz, sabía que había mucho más planificado que simplemente
poner espuma sobre ella. Elías dejó su lado por un momento. Inclinándose en la enorme
ducha, abriendo el agua antes de pulsar un botón.
Seis duchas pequeñas volvieron a la vida, y Erin sonrió por la pura decadencia. Estos
hombres vivían con estilo. Pasó a Elías y entró, dejando escapar un pequeño gemido de
placer.
-"Gracias... tú también."
Mirando alrededor, Elías tomó una botella de gel de ducha y apretó una gran cantidad
de jabón con aroma de jazmín. El aroma de flores frescas la rodearon, y Erin tomó una
respiración profunda.
Cuando sus grandes manos tocaron su piel, Erin sonrió y se enderezó, lo que le
permitió acceso completo. Elías no se detuvo, movió sus dedos, masajeándola durante el
lavado.
-"Sonó el teléfono."- dijo Mikael, entrando en el cuarto de baño. -"¿Quieres que lea tus
mensajes?"
-"Nosotros estaremos ahí. Me han dicho que soy muy sabrosa."- Mikael se detuvo,
abriendo la puerta de vidrio. -"Quiero estar seguro de que me puedas escuchar claramente.
Bueno, ella dice, y cito... Me han dicho que soy muy sabrosa. Trata de resistir la tentación de
morderme en ese momento. Te amo."
-"Bueno, creo que todo está perdonado."- se rió Elías. -"Aunque no debe saber mejor
que tú, amor."
Medianoche, Estilo Nueva Orleans 1 - La Redención de Erin
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Se inclinó más cerca, Elías bajó la cabeza y rozó sus dientes a lo largo de la columna de
su cuello.
Oírle utilizar esa particular expresión era casi imposible de soportar viniendo del
antiguo vampiro.
-"Parece que a tu amiga Faina le gusta utilizar una gran cantidad de puntos, pregunta y
explicación apuntada en sus mensajes. Aquí va."- El parpadeó antes de comenzar a leer en
voz aguda de falsete. -"¿Estás bien? ¡Yo estaba tan preocupada! ¡Estoy tan feliz de saber de
ti! ¡Tengo tanto que deciros a todas vosotras! ¡Nos vemos esta noche! ¡Abrazos!"
-"Ahí va otro pitido. Pobre Erin. No creía que iba a escuchar de sus amigas."- bromeó
Mikael, y ella puso los ojos en blanco. -"Este próximo mensaje es de Heidi. ¡Sí! Con signos
de exclamación."
-"Oh, el pitido número cuatro es de Shayla. Gracias a Dios. He estado muy preocupada
por todo el mundo. ¡Voy a estar allí! .Y sabes, todas tus amigas aceptaron."
Mikael se inclinó en la ducha y tiró de ella para darle un beso antes de cerrar la puerta y
salir del baño.
Ella parpadeó y roció una gran cantidad de gel en la mano antes de correrla contra el
esculpido pecho del hombre.
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Alicia White
Él trabajó con la espuma alrededor de su cuerpo, y ella hizo lo mismo, imitando cada
movimiento.
El hombre estaba vestido para impresionar, con un par de pantalones negros, una
camisa blanca de botón y zapatos de vestir.
-"Vamos a hacerlo."
Volviendo sobre sus talones, tomó el brazo de Mikael para usarle como apoyo al salir
de la casa. Elías estaba fuera del coche con las puertas abiertas.
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-"Gracias."
Erin dio un beso en los labios del hombre antes de entrar en la parte posterior del
elegante vehículo. El paseo desde la casa en el Garden District hasta el club ubicado en el
barrio de almacenes pasó rápidamente. Cuando el coche se detuvo, Erin miró a su alrededor,
tratando de identificar el club. Pero entre los grandes edificios de ladrillo, no notaba nada
fuera de lo común. El lugar parecía oscuro y abandonado.
-"¿Dónde?"
Miró a su alrededor hasta que finalmente vio a un solo puerto anodino con un pequeño
letrero que decía: Underworld.
-"¿Eso es todo?"
Mikael abrió la puerta, y Erin bajó. Con un hombre en cada brazo, mientras caminaba
hacia la entrada. Sus tacones tableteando contra el asfalto, haciéndose eco en la noche.
Mientras se acercaba, notó a un enorme hombre de pie en guardia.
No se había dado cuenta de que estaba allí antes, pero se encogió de hombros. Este era
el mundo paranormal, y todavía tenía mucho que aprender.
-"Mikael... Elías..."
-"¿No podría el lugar ser un poco más atractivo?"- Preguntó ella, y Mikael se rió,
claramente divertido con su pregunta.
Elías tiró suavemente de su brazo, y Erin siguió su ejemplo, sus ojos barriendo a través
del club, en busca de algún rostro familiar.
Erin mantuvo sus ojos en la entrada esperando a que alguien caminara a través de
aquella puerta. Era algo temprano, pero sabía que una vez que estaba preparada, no sería
capaz de sentarse y mirar el reloj.
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Erin podía oler la fragancia fuerte del vodka añadido con un tono de sangre cobriza.
-"Por supuesto."
-"¿Quieres otra?"
Después de unos minutos, la puerta se abrió y Erin vio la cabeza de Dani mirar dentro
del club antes de que entrara con los gemelos, Gavin y Maddoc.
Extendiendo la mano, Erin agarró a los brazos de Mikael y Elías buscando apoyo.
Cuando el trío los vio, caminaron hacia la mesa.
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Dani la sorprendió. Cuando sacó liberó sus manos y corrió hacia Erin. Los hombres
gritaron su nombre alarmados, pero eso no pareció parar a Dani. La mujer estaba fija en su
objetivo. Erin se puso de pie cuando llegó Dani, y su amiga echó sus brazos sobre los
hombros de la Erin, abrazándola fuertemente.
-"Estoy encantada de ver que estás bien. ¿Tú sabes que ahora estás pegada conmigo
como un amiga para siempre?"- tartamudeó feliz Dani.
Erin se limitó a sonreír por la emoción que fluía a través de las palabras de Dani. Era
como si el pasado fuera mágicamente borrado.
Una vez sentados Erin comenzó a sentirse un poco extraña hasta que la puerta se abrió
de nuevo y Heidi, Shayla y Faina entrando una tras otra, cada una acompañada por dos
hombres.
Cuando todo el mundo siguió hablando y riendo, Erin extendió las manos, Mikael y
Elías la tomaron automáticamente entre sus dedos. Le dieron el apoyo que necesitaba para
permanecer en aquel momento.
-"Voy a explicarlo así."- ofreció Erin. -"Yo estaba enferma antes del viaje. Al
encontrarme con Mikael y Elías me salvaron la vida."
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Todos los ojos se centraron en ella, con diferente preocupación viéndose en los rostros
de sus amigas.
Cuando parecía que sus amigas querían pararla, ella negó con la cabeza. No quería
escuchar nada de remordimientos o pensamientos tristes. Estaba viva, y eso era todo lo que
importaba.
"El regreso como un vampiro era la única manera para mí de sanar, y honestamente,
tuve la suerte de que Mikael me encontrara alrededor del cementerio. Estoy completa, sana y
lista para viajar por el mundo."
Erin miró por encima del hombro y sonrió a sus hombres, se sintió aliviada de tenerlos
a su espalda. Podía sentir su amor, y eso la mantuvo fuerte.
-"¿Por qué no nos lo dijiste?"- Le preguntó Dani, sonando como si Erin la había
traicionado de alguna manera.
-"Porque yo pensaba que iba a estar bien, pero luego las cosas empeoraron y no quería
que todas os sentarais a mi lado cuando yo muriera."
No dijo que no quería ver sus caras cuando estuviera enferma y débil. Había tenido que
cuidar de su madre cuando su salud había disminuido, hasta que ella finalmente murió
escapando del dolor.
-"Eso debería haber sido nuestra decisión."- dijo Faina firmemente, y todas asintieron
con la cabeza.
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Erin se encogió de hombros. Todo el mundo debería tener el derecho a elegir cuidar a
un familiar enfermo o amigo. Ella tomó la decisión de alejarse de todas ellas, mientras seguía
en la oscuridad.
No podía volver atrás y cambiar eso, pero al menos ahora sabía que sus amigos querían
estar a su lado.
-"Es una bendición que Mikael estuviera en el cementerio."- dijo Dani, y Erin no podría
estar más de acuerdo. -"Estaba tan asustada cuando te dejé sola para encontrar a las otras. Me
alegro de que estés bien ahora. No podría imaginar mi vida sin ti."
Sonriendo suavemente, Erin se dio cuenta de que no podía imaginar su vida sin sus
amigas. Tal vez había cambiado, pero al menos todavía estaba aquí, viva. Las cosas pueden
haber cambiado drásticamente, pero Erin sabía que era una bendición estar sentada en la
mesa con sus amigas.
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Epílogo
Erin sonrió. Ella sonreía sin parar desde que Mikael y Elías la sacaron de Nueva
Orleans.
Caminó a lo largo de la Gran Muralla de China, fue a Costa Rica, y navegó en kayak
con las ballenas azules gigantes.
Toda su vida se había vuelto del revés, hasta que, de pronto, ahora era absolutamente
perfecta. Nunca habría imaginado que ir con sus amigas a Nueva Orleans cambiaría su vida
para mejor, no después de tanta decepción y pérdida.
Ahora, parada en una playa aislada en Francia, Erin clavó los pies en la arena mientras
las olas le lamían los pies.
-"Es hermoso."
Erin no pudo evitar su rostro sonriente. Mirando por encima del hombro, hizo un guiño
a sus dos vampiros.
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Los dos estaban descalzos y sin camisa. Mikael tenía un par de pantalones vaqueros
muy bajos, mientras que Elías siguiendo su espíritu, estaba con un traje de baño.
Y era una promesa que ella sabía que terminarían por mantener.
Fin
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Notas
1
Pensamiento, no expresado en voz alta.
2
Oxicodona es un medicamento de tipo opiáceo para los dolores intensos, muy adictivo.
3
Sport Utility Vehicle, abreviado SUV, vehículo todoterreno ligero, que combina elementos de
automóviles todoterreno y de automóviles de turismo.
4
Claymore es un tipo de gran espada Escocesa cuyo uso precisaba de las dos manos para ser
blandida esta afilada por las dos vertientes de la hoja, y tiene una empuñadura de gran longitud.
5
Escalade, es un modelo de vehículo tipo SUV de la marca Cadillac.
6
Botas Mary Jane, es un término utilizado para designar cualquier tipo de zapato o bota con una
correa que se abrocha a través del empeine.
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7
Berserker, guerreros vikingos que combatían semidesnudos, cubiertos de pieles, fuertes como
osos o toros, y no había fuego ni acero que los detuviera.
8
OMG, siglas de Oh my god