Sei sulla pagina 1di 5

COLEGIO ADVENTISTA DE IBAGUÉ

DOCENTE: JUAN LOSADA RINCÓN


Evaluación Filosofía: Karl Marx y su aporte al pensamiento filosófico
Integrantes:

 Tomemos el siguiente poema de Bertolt Brecht:

De todos los objetos, los que más amo


son los usados.
Las vasijas de cobre con abolladuras y bordes aplastados
los cuchillos y tenedores cuyos mangos de madera
han sido cogidos por muchas manos. Estas son las formas
que me parecen más nobles. Esas losas en torno a viejas casas,
desgastadas de haber sido pisadas tantas veces,
esas losas entre las que crece la hierba, me parecen
objetos felices.
Impregnados del uso de muchos,
a menudo transformados, han ido perfeccionando sus formas y se han hecho preciosos
porque han sido apreciados muchas veces.
Me gustan incluso los fragmentos de esculturas
con los brazos cortados. Vivieron
también para mí. Cayeron porque fueron trasladadas;
si las derribaron, fue porque no estaban muy altas.
Las construcciones casi en ruinas
parecen todavía proyectos sin acabar,
grandiosos; sus bellas medidas
pueden ya imaginarse, pero aún necesitan
de nuestra comprensión. Y, además,
ya sirvieron, ya fueron superadas incluso. Todas estas cosas
me hacen feliz.
(Poema de B.Brecht de 1932, titulado “De todos los objetos”,
en la antología “Poemas y canciones”, de Alianza Editorial)

1. ¿Qué valor de las cosas le interesa a Brecht (no olvides que se trata de un poeta comunista)? ¿Es, entonces,
este poema más subversivo de lo que parece?

2. ¿Por qué es tan importante el “acabado” en los bienes de consumo? ¿Por qué la obsesión de comprar cosas
NUEVAS? ¿Por qué pulen y untan de cera las naranjas antes de mandarlas al mercado? ¿Por qué los juguetes
para los niños son tan bonitos cuando están nuevos? ¿Tiene esto último algo que ver con que se rompen casi
nada más usarlos?

3. La famosa cultura del “consumismo”, ¿con las necesidades de qué o quién tiene que ver? Marx dice que el
“modo de producción”, la santa Economía, determina en última instancia la producción de cultura e ideología
en la sociedad. ¿Qué tiene que ver esa afirmación con el poema de Brecht? ¿Es Brecht comunista por le gustan
las cosas usadas?
Thomas Szasz, un eminente médico y erudito norteamericano encuadrado en la corriente ideológica autodenominada
“libertaria” (que en EE UU significa “ultraliberal capitalista”, y no “anarquista”), en su libro “Nuestro derecho a las drogas”
dice, entre otras cosas, lo siguiente:

(…) Adam Smith, generalmente considerado como padre del capitalismo de libre mercado, no fue un economista (no
existía tal cosa en el siglo XIII). Era un profesor, de filosofía moral. Como tal, su concepto de economía no intentó
carecer de valores. Hoy, los economistas profesionales y los observadores del horizonte económico equivocan sus
esfuerzos por convertir el estudio de estos asuntos humanos en una ‘ciencia’ social libre de valores.
 “¿Cuál es, entonces, el mérito moral del libre mercado? ¿Qué es bueno en lo tocante a él,además de ser un mecanismo
eficiente para producir bienes y servicios? La respuesta es que el libremercado es bueno porque anima a la cooperación
social (producción y comercio) y desalienta la violencia y el fraude (la explotación de muchos por unos pocos dotados de
poder coactivo), y porque es un orden moral-legal que coloca, el valor de la persona como individuo por encima de su
valor como miembro de la comunidad. Ello está implícito en la idea de que quienes deseen disfrutar de los beneficios del
libre mercado deben asumir responsabilidad por sus acciones, y quedan obligados a responder de ellas ( . . . ) ll.

 (Thomas Szasz, “Nuestro derecho a las drogas, traducción de Antonio Escohotado


publicada por Anagrama. Página 50)

4. ¿Puede ser un concepto propiedad de alguien? Ese concepto moral de la sociedad de libre mercado, que al
parecer pertenece a Adam Smith y que aquí expone someramente Szasz, ¿tiene algo que ver con la sociedad
capitalista? ¿Por qué?}

5. ¿Qué ocurre cuando no pensamos la sociedad de un modo “científico”? ¿Cuál es el contenido de la palabra
“libertad” en el texto de Szasz, si renunciamos a pensar “científicamente” la sociedad capitalista y la pensamos
sólo “moralmente”? ¿Es la moral una forma de pensar o, como dice Nietzsche, algo que debe ser pensado?
Relaciona esta cuestión con el concepto marxista de “ideología”. Frase-sugerencia: si no pensamos nosotros, el
capital piensa por nosotros. ¿Qué diferencia hay entre pensar y adaptarse?

6. Según Szasz y el resto de teóricos ultraliberales, “sociedad de libre mercado” y “capitalismo” son sinónimos. ¿Es
lo mismo la sociedad mercantil que la sociedad capitalista? ¿Qué o quién es verdaderamente “libre” cuando son
privadas las condiciones de producción? ¿De verdad es “libre” el empresario? ¿Y el asalariado? ¿Por qué?

7. Según la doctrina ultraliberal, es la libertad de elección de los individuos, es decir, la demanda, la que, en un
supuesto de verdadero “libre mercado”, determina en última instancia qué es lo que se produce. ¿Puedes explicar
esta teoría en relación también con el texto de Szasz? Critica esa posición: ¿En realidad, ¿cuál es el único
producto social de la sociedad capitalista? ¿No son las necesidades “ilimitadas”? ¿Por qué siempre trabajamos
más a pesar del desarrollo técnico, aún a costa de perder nuestras vidas produciendo cosas peligrosas o inútiles?
¿Por qué las empresas producen a propósito cosas que se deterioran rápidamente? ¿Corresponde la oferta del
mercado actual a nuestros deseos o quizás nuestros “deseos” se forman en relación a las necesidades de la oferta
siempre creciente? ¿Por qué y cómo? ¿Qué queda del “individuo” y su “libertad” en la carrera sin fin de la
producción capitalista?
8. Relacionar la problemática planteada en la cuestión anterior con el mercado automovilístico, sus necesidades,
cómo éstas nos afectan irremediablemente y cómo se relacionan con nuestras propias necesidades.
9. ¿Cómo se te ocurre que pueda intervenir de verdad la libertad individual de todos los ciudadanos en la
determinación de qué es lo que la sociedad produce? ¿Cómo “valora” al “individuo” la sociedad capitalista? ¿Ese
valor, se determina social o individualmente?
10. ¿Por qué decimos que las relaciones de producción capitalistas son relaciones de explotación?

Lea el siguiente artículo. Cada integrante deberá resolver en una hoja los siguientes
interrogantes:
1. ¿Cuál sería el título más apropiado para este artículo?
2. Mencione 4 aspectos que soporten por qué el socialismo es un fracaso para Venezuela.
3. Reflexione y construya una salida estratégica y lógica para solucionar esta problemática en
Venezuela desde un sistema de gobierno diferente y explíquelo.
4. ¿Venezuela es lo que Karl Marx soñaba? Argumente su respuesta.
5. Antes de conocer el resultado final de este ejercicio evaluativo. Reflexiona y describe los beneficios o
daños que este proceso te ha dejado. Primero desde lo individual y finalmente desde lo colectivo.
En el centro de La Habana en 2016, un hombre muestra su tatuaje de Fidel Castro.Credit...Tomás
Munita para The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Es difícil decir si el desplome de la aeronave de Cubana de Aviación en La


Habana de hace unas semanas o las elecciones simuladas del 20 de mayo en Venezuela son ejemplos
contundentes del fracaso del socialismo del siglo XXI que Raúl Castro y Hugo Chávez promovieron
con tanta vehemencia. Ambas son tragedias que cobraron muertes evitables y reflejo de lo que les
espera a ambos países.

Cuba pagó muy caro los éxitos iniciales, y quizá duraderos, de su revolución: educación, salud y
dignidad. Sin embargo, desde el comienzo —a excepción de unos cuantos años entre el colapso de la
Unión Soviética y el fin de sus subsidios a Cuba en 1992 y el advenimiento del apoyo venezolano en
1999— siempre encontró a alguien que pagara la factura. Se suponía que Estados Unidos sería la
siguiente opción, pero eso ya no parece posible ahora.

Venezuela, por su parte, se embarcó en un camino peligroso con la elección de Hugo Chávez en 1998,
que cobró más impulso después de la huelga fallida de los trabajadores petroleros a finales de 2002 y
principios de 2003: construyendo el socialismo después de la Guerra Fría, con el apoyo de Cuba y
prácticamente nadie más. La inteligencia y el apoyo de seguridad de Cuba continúan en Caracas, pero
los altos precios del petróleo desaparecieron en 2014, al igual que la generosidad al estilo Arabia
Saudita que el gobierno venezolano tenía con La Habana. Aquellos días de gloria se terminaron hace
mucho tiempo; ahora todo lo que importa es sobrevivir.

María Tocuyo alimenta a su hija Luismary en una cocina comunitaria dirigida por
una iglesia católica a las afueras de Caracas, en abril de 2018.Credit...Meridith Kohut para The New York Times
Apenas unos meses después del comienzo del cambio de poder de los Castro hacia una era distinta,
sino es que totalmente nueva, Cuba nuevamente se enfrenta a enormes retos económicos y sociales.
Se derivan de tres problemas sin solución.

Primero, el declive del turismo de Estados Unidos y la nueva mano dura del gobierno de Trump con
Cuba. Durante marzo de este año, el número de visitantes de Estados Unidos disminuyó más del 40
por ciento en comparación con 2017. Esto se debe en parte a las advertencias de seguridad emitidas
por Washington y en parte a las nuevas restricciones de viaje implementadas por el presidente Donald
Trump y a que después del auge inicial del turismo nostálgico, Cuba ahora compite con el resto del
Caribe por turistas. Su belleza y encanto no superan fácilmente los servicios y la infraestructura muy
superiores de otros destinos ni sus precios más bajos. Actualmente, la miríada de negocios
emergentes —que siempre se pensó eran demasiado pequeños y numerosos para sobrevivir— que
florecieron para los visitantes estadounidenses están fracasando debido a la disminución del turismo.

Segundo, las sanciones estadounidenses y el temor cubano a las reformas económicas han hecho que
el impulso para una mayor inversión extranjera sea de alguna manera fútil. Algunas empresas
estadounidenses, pasada la fiebre inicial de declaraciones muy publicitadas, han sido renuentes a
correr riesgos, en especial dada la hostilidad de Trump hacia todo lo que tenga que ver con Obama y
por su dependencia de Florida para reelegirse.

La economía ha dejado de crecer, ha resurgido la escasez y las nuevas oportunidades de empleo y


ganancias en una moneda fuerte no aparecen. Si añadimos a esto la decisión del gobierno cubano
de suspender nuevos permisos a cuentapropistas o de empleo independiente en el sector privado, no
es una sorpresa descubrir que las expectativas económicas son poco prometedoras. De ahí lo
adecuado de la metáfora del desplome del avión a las afueras de La Habana: al igual que la economía
cubana, la aeronave era vieja, con mantenimiento inadecuado, rentada por la aerolínea nacional
porque era lo único que podía costear y el resto de la flotilla doméstica de Cubana de Aviación ya no
podía despegar.

Esto nos lleva a la tercera fuente de preocupación. Venezuela ya no puede subsidiar la transición de
Cuba a una economía socialista estilo Vietnam como lo hizo antes.
Editors’ Picks

Es cierto, informes del mes pasado sugieren que Petróleos de Venezuela, conocida como PDVSA, la


empresa petrolera propiedad del Estado, compró 440 millones de dólares de crudo en el mercado
abierto y se los entregó a Cuba a un precio más bajo y a crédito. Cuba consume unos 170.000 barriles
de crudo al día y produce solo alrededor de 50.000. Venezuela ha compensado la diferencia, e incluso
antes proveía suficiente crudo para cubrir todas las necesidades de la isla, lo que le permitía a Cuba
reexportar parte de ese petróleo con ganancias y pagarlo a través de mecanismos muy subsidiados. El
hecho de que PDVSA tuviera que comprar el petróleo para Cuba en el mercado abierto demuestra que
Venezuela ya no tiene esa capacidad. La escasez de efectivo en el país, debido al colapso de la
producción petrolera —que disminuyó 28 por ciento en los últimos doce meses— también ha
disminuido su capacidad de pagar precios elevados por los médicos, maestros y personal de
inteligencia cubanos.

Se pensó que la alternativa para Cuba residía en la normalización de las relaciones con Estados
Unidos, que se detuvo después del fin del gobierno de Obama. Sin embargo, Venezuela significa más
para el país insular que el efectivo y el petróleo. A pesar de los guiños continuos con China y Rusia, es
el único aliado incondicional de Cuba en el mundo, razón por la cual la debacle de Venezuela es tan
preocupante.

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y el presiente venezolano, Nicolás Maduro, en La Habana


en abril de 2018Credit...Yamil Lage/Agence France-Presse — Getty Images

La comunidad internacional ha intensificado las sanciones contra la dictadura del presidente Nicolás
Maduro. Sin embargo, esto producirá poco efecto en Caracas salvo que Washington imponga
restricciones al petróleo: la expropiación de Citgo —la empresa petrolera propiedad de PDVSA— o la
prohibición de la exportación y la importación de petróleo desde y hacia Venezuela. No obstante, a fin
de que esto no le dé ventaja a Maduro, los latinoamericanos y los europeos estarían obligados a
apoyar las medidas y adoptar otras similares.

Ahí radica la interrogante fundamental relacionada con Venezuela, y en última instancia, con Cuba.
La Organización de Estados Americanos (OEA), en su asamblea anual del 5 de junio, podría
considerar una moción para suspender a Venezuela; algo que probablemente fracasará, pero las
democracias de la región habrán adoptado una postura.

En la confrontación resultante, todo puede ocurrir. La comunidad internacional puede decidir —de
manera cínica, pero no ilógica— que la crisis del país es demasiado peligrosa para dejarla en manos de
los venezolanos. En este caso, la única forma de presionar al gobierno de Maduro parecen ser las
sanciones relacionadas con el petróleo, encabezadas, entre otros, por Washington.

Este resultado sería un golpe particularmente duro para Cuba. Si la actual recesión económica
produce un descontento generalizado (como, por ejemplo, en 1994, con el llamado Maleconazo), el
régimen de la isla enfrentará una crisis social que carecerá de los dos remedios fundamentales de los
que siempre gozó. Primero, por supuesto, estaban los Castro: Miguel Díaz-Canel, el nuevo presidente,
tendrá que lidiar con un predicamento importante sin el prestigio de Fidel ni el de Raúl Castro.
Segundo, no puede contar con la válvula de escape a la que recurrieron en repetidas ocasiones los
hermanos gobernantes: la migración a Miami, porque la eliminación de la política de los “pies secos,
pies mojados” supone el final del ingreso de los cubanos a Estados Unidos en barco, mediante el
contrabando o nadando. Cuba no ha enfrentado el descontento sin esos factores desde la Revolución,
en 1959.

Nadie sabe qué sucederá con el régimen si estalla la revuelta social. La única certeza es el fracaso
absoluto del llamado socialismo del siglo XXI, en Venezuela como tal y en Cuba bajo otro nombre.

Potrebbero piacerti anche