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C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág.

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UNO

Nunca me habían dicho que la aflicción podía parecerse

tanto al miedo. No es que sienta temor, pero la sensación es

la misma: el estómago revuelto, la misma inquietud   hasta los

bostezos. Me la paso tragando saliva.

De a ratos me siento como si estuviese levemente borracho

o como si me hubieran golpeado. Entre el mundo  o se

interpone algo así como una manta invisible. !e me hace

difícil entender lo que se me dice. " tal vez resulte que no

quiero entenderlo. Es tan poco interesante. # sin embargo

encuentro que necesito compa$ía. Me aterran los momentos en

que la casa queda vacía. %on tal de que los dem&s hablen entre

ellos  no se diri'an a mí.

(nesperadamente
(nesperadamente ha momentos cuando algo dentro mío me

trata de asegurar de que en realidad no me importa tanto, que

al fin no es para tanto. )ampoco el amor ocupa la totalidad de

la vida de un hombre. Era feliz antes de conocer siquiera a *.

Dispongo de muchos +recursos como los llama la gente. -amos,

no puede ser que la pase tan mal. no se averg/enza de

escuchar esta voz pero durante un rato parece convincente. #

de repente aparece una bofetada de memoria al ro'o vivo  todo

ese +sentido com0n se evapora como una hormiga en la boca

abierta de un horno.
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# entonces viene el reflu'o  uno pasa a las l&grimas  al

pathos. 1&grimas sensibleras. %asi, casi prefiero los momentos

de agonía. 2or lo menos son ratos limpios  honestos. 2ero me

asquea este ba$o de autoconmiseración,


autoconmiseración, esta inmersión en estos

sentimientos, este odioso placer pega'oso  dulzón de auto3

indulgencia. E incluso cuando me de'o llevar así s4 que me

induce a desdibu'ar a la propia *. De'arme dominar por

seme'ante talante  en pocos minutos habr4 sustituido a la

verdadera mu'er para ponerme a lloriquear sobre una mera

mu$eca. Menos mal que su recuerdo es a0n demasiado vívido 56lo

ser& siempre78  no alcanzo a salirme con la mía.

Es que *. no era así en absoluto. )enía la mente &gil,

veloz  robusta como un leopardo. Ni la pasión, ni la ternura,

ni el dolor podían desarmarla. 9nte el menor atisbo de doblez

o tontería te saltaba encima  te derribaba antes de que

supieras qu4 estaba pasando. # cu&ntas veces no pinchó mis

burbu'as; <ien pronto aprendí a no decirle pavadas a menos que

fuera en broma  por el puro gusto de   a, he aquí otra

bofetada al ro'o vivo   verme puesto en evidencia  ob'eto de

burla. Nunca fui menos tonto que como amante de *.

)ampoco nadie me habló nunca de la lasitud que engendra la

pena. !alvo en mi traba'o   en el que da la impresión de que


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# entonces viene el reflu'o  uno pasa a las l&grimas  al

pathos. 1&grimas sensibleras. %asi, casi prefiero los momentos

de agonía. 2or lo menos son ratos limpios  honestos. 2ero me

asquea este ba$o de autoconmiseración,


autoconmiseración, esta inmersión en estos

sentimientos, este odioso placer pega'oso  dulzón de auto3

indulgencia. E incluso cuando me de'o llevar así s4 que me

induce a desdibu'ar a la propia *. De'arme dominar por

seme'ante talante  en pocos minutos habr4 sustituido a la

verdadera mu'er para ponerme a lloriquear sobre una mera

mu$eca. Menos mal que su recuerdo es a0n demasiado vívido 56lo

ser& siempre78  no alcanzo a salirme con la mía.

Es que *. no era así en absoluto. )enía la mente &gil,

veloz  robusta como un leopardo. Ni la pasión, ni la ternura,

ni el dolor podían desarmarla. 9nte el menor atisbo de doblez

o tontería te saltaba encima  te derribaba antes de que

supieras qu4 estaba pasando. # cu&ntas veces no pinchó mis

burbu'as; <ien pronto aprendí a no decirle pavadas a menos que

fuera en broma  por el puro gusto de   a, he aquí otra

bofetada al ro'o vivo   verme puesto en evidencia  ob'eto de

burla. Nunca fui menos tonto que como amante de *.

)ampoco nadie me habló nunca de la lasitud que engendra la

pena. !alvo en mi traba'o   en el que da la impresión de que


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la m&quina funciona m&s o menos como siempre   odio tener que

hacer el menor esfuerzo. No sólo escribir, sino incluso leer

una carta me parece demasiado. *asta el afeitarme. 6=u4

diablos importa ahora que tenga las me'illas &speras o no7

Dicen que el hombre desgraciado desea distracciones   algo que

lo saque de su ensimismamiento. 2ero eso sólo al modo de un

hombre e>tenuado que aceptaría una manta e>tra en una noche

helada: con todo, antes de levantarse para buscarla, prefiere

quedarse ahí tiritando de frío. !e comprende f&cilmente por

qu4 el solitario se vuelve desproli'o  finalmente sucio 

desagradable.

Mientras tanto, 6dónde est& Dios7 Este es uno de los

síntomas m&s inquietantes. %uando uno es feliz, tan feliz que

pierde la sensación de necesitarlo a Dios, tan feliz que se ve

inducido a sentir !us reclamos como interrupciones, entonces

si uno se llama al orden  se vuelve hacia El con gratitud 

alabanza, da la impresión de que es acogido   por lo menos así

le parece   con los brazos abiertos. 2ero ac4rquese a El quien

padece necesidad desesperante, cuando toda otra auda es vana,

6 con qu4 se encuentra7 El portazo en la cara, el sonido de

un cerro'o  el ruido de dos aldabas ruidosa  sucesivamente

atrancadas detr&s de la puerta. # luego, silencio. <ien puedes

pegar la vuelta. %uanto m&s uno espera m&s enf&tico resulta el

silencio. No ha luz en las ventanas. 2ara el caso, podría ser


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una casa vacía. 6Estuvo habitada alguna vez7 9lguna vez así

parecía. # esa sensación era tan fuerte como 4sta. 6=u4 puede

significar7 62or qu4 la presencia del %omandante se siente con

tanta intensidad en los tiempos prósperos  resulta tan

ausente en las tribulaciones7

Esta tarde trat4 de darle parte de esto a %. Me recordó

que algo así parece haberle sucedido a %risto: +62or qu4 me

has abandonado7. #a s4. 62ero acaso así se comprende me'or7

No que est4 5creo8 en peligro de de'ar de creer en Dios.

El verdadero peligro es llegar a creer cosas tan horribles

sobre El. 1o que me espanta no es +9sí que al final resulta

que no había Dios, sino +<ueno, de modo que Dios es así. No

te enga$es m&s.

Nuestros maores se rendían  decían +*&gase )u voluntad.

6# no ser& que frecuentemente el amargo resentimiento había

sido ahogado con el terror  que un acto de amor   sí, claro,

sólo una actuación   era puesto en escena para ocultar la

operación7

Desde luego, resulta mu f&cil decir que Dios parece

ausente cuando m&s lo necesitamos porque está ausente   porque


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no e>iste. # entonces 6por qu4 parece tan presente cuando,

para decirlo con total franqueza, no lo buscamos7

%on todo, el matrimonio ha hecho una cosa conmigo. Nunca

m&s podr4 volver a creer que la religión es producto del

inconsciente  de hambrientos deseos  un sustituto del se>o.

2orque ocurre que durante unos pocos a$os *.  o nos dimos un

festín de amor? en todas sus variantes   solemne  alegre,

rom&ntico  realista, a veces como una tormenta, a veces tan

confortable  baladí como ponerse las pantuflas. Ninguna

hendidura del corazón o del cuerpo quedó insatisfecho. !i el

amor fuera un sustituto de Dios, habríamos perdido todo

inter4s en El. 6=ui4n se molesta con sustitutos cuando cuenta

con la cosa misma7 2ero no es eso lo que sucede. 9mbos

sabíamos que queríamos algo m&s   algo adem&s de nosotros

mismos, algo enteramente diferente? era una necesidad de otro

tipo. 2ara el caso, se podría decir igualmente que cuando los

amantes se poseen completamente a no querr&n leer, o comer, o

respirar.

*ace a$os, despu4s de la muerte de un amigo, tuve por

alg0n tiempo la m&s vívida sensación sobre la continuidad de

su vida?  aun de una vida m&s intensa. *e suplicado que se me

conceda eso con *.   por lo menos una cent4sima de esa misma

certeza. No ha respuesta. !ólo la puerta cerrada, la cortina

de hierro, el vacío, el cero absoluto. +Mientras piden, no


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obtienen. @ui un imb4cil pidiendo. 2orque ahora, aun cuando

se me concediera tal certidumbre, me vería obligado a

desconfiar. 2ensaría que no es m&s que una sensación auto3

inducida por mis propias oraciones.

En cualquier caso, debo mantenerme ale'ado de los

espiritistas. !e lo prometí a *. Ella sabía bastante de esos

círculos.

Mantener las promesas hechas a los muertos o a al que sea,

est& mu bien, pero advierto ahora que +el respeto por la

voluntad de los muertos constitue una trampa. 9er apenas si

alcanc4 a detenerme antes de decir una fruslería como que +a

*. no le habría gustado eso. Esto es in'usto para con los

dem&s. En poco tiempo me hallaría blandiendo frases como +lo

que a *. le habría gustado a modo de instrumento de

dominación dom4stica   sus presuntas preferencias

transform&ndose en disfraces m&s  m&s tenues de mis propios

gustos.

No puedo hablarle a los chicos sobre ella. En cuanto lo

intento sus caras no refle'an ni pesar, ni amor, ni miedo, ni

compasión sino el m&s fatal de los no3conductores, la

verg/enza. Me miran como si estuviese incurriendo en una

impudicia. 9nhelan que me detenga. #o me sentí e>actamente así


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despu4s de la muerte de mi madre, cada vez que mi padre la

mencionaba. No los puedo culpar. 1os chicos son así.

9 veces pienso que la turbación  los respetos humanos

hacen tanto para inhibir actos buenos  una tranquila

felicidad como lo puede hacer cualquier otro vicio. # no sólo

durante la infancia.

6" tienen razón los ni$os7 6=u4 pensaría *. de este

peque$o  terrible diario al que vuelvo una  otra vez7 6No

ser&n morbosas estas notas7 na vez leí la frase +me quedo

despierto toda la noche con dolor de muelas  pensando en el

dolor de muelas  en mi desvelo. 1a vida es así. na parte de

toda tribulación es, por decirlo de alg0n modo, la sombra de

esa misma tribulación o su propio refle'o: el hecho de que no

sólo uno sufre sino que adem&s estamos obligados a pensar una

 otra vez en que sufrimos. No sólo vivo penando durante cada

interminable día, sino que adem&s me la paso el día pensando

en la pena de vivir. # me pregunto si estas notas no agravar&n

este costado del asunto. 6No ser&n m&s que confirmación de la

monótona e ininterrumpida marcha de mi cabeza en torno a un

solo tema7 6Mas qu4 har47 No puedo prescindir de una droga, 

por ahora la lectura no es droga suficiente. 9l escribirlo

todo 56todo7 No, sólo uno entre centenares de pensamientos8

creo que consigo mantener alg0n grado de distancia, de


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ob'etividad en todo esto. 2or lo menos así lo 'ustificaría

ante *. 9unque apuesto a que a ha advertido un agu'ero en la

defensa.

2ero no son sólo los ni$os. n e>tra$o subproducto de mi

pena es que me do cuenta de que constituo una molestia para

todo aquel con el que me topo. En el traba'o, en el club, en

la calle, veo que algunos que, a medida que se apro>iman,

est&n tratando de decidirse, si van a +decir algo o no. No

soporto que lo hagan,  tampoco me complace que no digan nada.

9 algunos les da un ataque de p&nico. A. me ha estado evitando

toda la semana. 1os que me caen me'or son los 'óvenes bien

educados, casi ni$os a0n, que se me acercan como si fuera el

dentista, se ruborizan, cumplen con lo que tienen que decir 

se marchan al bar m&s pró>imo en cuanto una mínima decencia lo

permite. 9 lo me'or habría que encerrar a los que est&n de

duelo en establecimientos especiales, como a los leprosos.

2ara algunos so algo peor que un momento embarazoso. !o

un heraldo de la muerte. %ada vez que tropiezo con un

matrimonio feliz puedo sentir que ambos est&n pensando +n día

uno de nosotros va a quedar como 4l ahora.

9l principio tenía mucho miedo de ir a los lugares donde

*.  o habíamos sido felices   nuestro pub favorito, nuestro


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bosque preferido. 2ero decidí hacerlo cuanto antes   como

quien reenvía a volar cuanto antes a un piloto que ha tenido

un accidente. %uriosamente, no hizo diferencia alguna. !u

ausencia no me parecía m&s se$alada en esos lugares que en

cualquier otro. No se trata de un asunto local, en absoluto.

!upongo que si se nos prohibiera salar todas las comidas, no

lo notaríamos tanto m&s en unas que en otras. El sólo hecho de

comer, en general, sería diferente, cada día, en cada comida.

Es algo así. El acto de vivir es enteramente diferente. !u

ausencia es como el cielo, lo cubre todo.

2ero no, miento. *a un lugar donde su ausencia me punza

localmente  sucede en un lugar que no puedo evitar. Me

refiero a mi cuerpo. )enía una importancia completamente

diferente mientras era el cuerpo que pertenecía al amante de

*. 9hora parece una casa vacía. Mas no me de'en enga$arme.

Este cuerpo se convertiría nuevamente  bien pronto en algo

importante si creese que le pasa algo malo.

%&ncer  c&ncer  c&ncer. Mi madre, mi padre, mi mu'er. Me

pregunto qui4n ser& el siguiente en la lista.

# sin embargo, mientras se moría de c&ncer 5 *. lo

sabía8, me di'o que pr&cticamente le había perdido el horror

que anta$o le había tenido. %uando apareció la realidad, la


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palabra  la idea fueron hasta cierto punto desarmados. #

hasta cierto punto, casi puede decirse que entendí. Esto es

importante. no nunca se topa con sólo el %&ncer, la Buerra o

la (nfelicidad 5o, para el caso la @elicidad8. no sólo los

encuentra a cada hora o momento en que aparecen. )odo tipo de

entusiasmos  depresiones. Muchos puntos negros en períodos

me'ores, muchos malos durante los peores. no nunca recibe el

impacto total de +la cosa en sí. 2ero la llamamos

equivocadamente. 1a cosa en sí misma est& sencillamente

constituida de estos momentos de algarabía  tristeza? todo lo

dem&s es un nombre o una idea abstracta.

Aesulta increíble cu&nta felicidad, incluso cu&nta alegría

compartimos los dos a0n despu4s de haber resignado toda

esperanza. %u&n largamente, cu&n tranquilamente, cu&n

nutriciamente conversamos 'untos, los dos, aquella 0ltima

noche;

# sin embargo, no enteramente 'untos. 1o de +una sola

carne tiene sus límites. En rigor uno no puede compartir

enteramente la debilidad, el miedo o el dolor del otro. 1o que

uno siente 5compartiendo el dolor del otro8 puede ser malo. E

incluso quiz& podría sentirse el dolor de otro con igual

intensidad, aunque desconfiaría de quien reclame haber llegado

a tanto. 2orque aun así, sería un dolor diferente. %uando digo


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miedo me refiero al temor puramente animal, al repliegue del

organismo ante su propia destrucción? quiero decir, a la

sensación de ahogo, como la de ser una rata en una trampa. Eso

es intransferible. !í, la mente puede simpatizar, pero el

cuerpo, no tanto. # en cierto sentido, los cuerpos de los

amantes menos que menos. El comercio amoroso los ha entrenado

para tener sentimientos, no id4nticos, sino complementarios,

correlativos, opuestos incluso, entre sí.

1os dos lo sabíamos. #o padecía mis propias miserias?

ella, las propias, no las mías. 9l t4rmino de las suas, las

mías llegaban a su madurez. Nuestros caminos comenzaban a

separarse. Esta fría verdad, esta terrible regulación del

tr&fico 5+d., se$ora, hacia la derecha   d., se$or, a la

izquierda8 sólo es el comienzo de esa separación que es la

muerte misma.

# supongo que esa separación nos espera a todos. Me he

encontrado pensando que en nuestro caso hemos sido

particularmente desafortunados, que la separación entre *. 

o ha sido particularmente desgarradora. 2ero presumiblemente

a todos los amantes les pasa algo así. na vez ella me di'o:

+9un cuando ambos muri4semos en el mismo instante, aciendo

uno al lado del otro, sería tan traum&tica la separación como

4sta que tanto temes. %laro que por entonces ella no lo


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sabía, como que o tampoco. 2ero la muerte estaba cerca? lo

bastante cerca como para que ella acertara en lo que

adivinaba. 1e gustaba citar aquello de +!ola hacia la

!oledad. Di'o que así lo sentía. # qu4 inmensamente

improbable que fuera de otro modo; El tiempo, el espacio  el

cuerpo fueron precisamente las cosas que nos habían 'untado:

los cables telefónicos por donde nos comunic&bamos.

Desconectada una sola línea, o las dos simult&neamente... 6no

termina igualmente la conversación en cualquiera de los dos

casos7

9 menos que presumi4semos que otros medios de comunicación

completamente distintos 5pero que harían el mismo traba'o8

sustituirían inmediatamente a los anteriores. Mas si así

fuera, 6qu4 sentido tendría haber procedido a la descone>ión

de las antiguas líneas7 69caso es Dios un paaso que

s0bitamente te arrebata un plato de sopa para reemplazarlo

inmediatamente por otro plato con la misma sopa7 Ni siquiera

la naturaleza hace bromas así. Nunca entona e>actamente la

misma melodía dos veces.

Aesulta difícil no impacientarse con las personas que

dicen que +no e>iste la muerte o que +la muerte no importa.

E>iste la muerte. # sea lo que sea, importa. # sea lo que sea

lo que sucede, tiene sus consecuencias?  ella  ellas son


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irrevocables e irreversibles. 2ara el caso se podría

igualmente decir que un nacimiento tampoco importa. 9lzo la

vista  contemplo la noche. 69caso ha una verdad menos

discutible que el hecho de que si se me permitiera recorrer 

revisar aquellos vastos tiempos  espacios de todos modos en

ninguna parte encontraría su rostro, su voz, su tacto7 *a

muerto. !e murió. Est& muerta. 6Es palabra tan difícil de

aprender7

No conservo ninguna buena fotografía. # cuando procuro

imagin&rmela no puedo ver su cara con claridad. # sin embargo

esta noche cuando me acueste podr4 representarme vívidamente

la cara de alg0n e>tra$o que me llamó la atención esta ma$ana

en medio de la multitud. !in duda, la e>plicación es bastante

sencilla. Es que hemos visto la cara de quienes conocemos

me'or de manera tan variada, desde tan diversos &ngulos, ba'o

tan distintas luces, con tantas e>presiones   despert&ndose,

durmiendo, riendo, llorando, comiendo, conversando,

pensando   que todas esas impresiones 'untas nos atosigan

confundi4ndonos de tal modo que una imagen sucesivamente

suprime la otra hasta que todo desemboca en una gran neblina.

2ero su voz permanece vívida. 1a recordada voz... que de un

C
momento a otro puede convertirme en un ni$o sollozando.

1
El traductor se disculpa, pero la fuerza de esta 0ltima frase desafía su oficio:
“The remembered voice 
  that can turn me at any moment into a whimpering child” 
.
N. del ).
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* * *

DOS

2or primera vez he vuelto a leer estas notas. Me llenan de

consternación. 2or el modo en que me he e>presado da la

impresión de que la muerte de *. sólo importa por el efecto

que me ha producido a mí. !u punto de vista parece haber

desaparecido. 6Es posible que haa olvidado aquel momento de

amargura cuando protestó +# había tanto para vivir;7 1a

felicidad no había llegado a su vida prematuramente. # mil

a$os de felicidad no la habrían insensibilizado. )enía fresco

 limpio el paladar para todos los gozos de los sentidos  del

intelecto. En ella nada se desperdiciaba. Bustaba de maor

cantidad de cosas  gozaba de ellas con m&s intensidad que

ninguna otra persona que haa conocido. na noble hambruna,

largamente insatisfecha, encontró por fin el alimento adecuado

 casi instant&neamente eso le fue arrebatado. El destino 5o

lo que sea8 se complace en crear una gran capacidad para luego

frustrarla. <eethoven se quedó sordo. Desde nuestro punto de

vista es una broma abecta? trucos de un ser imb4cil 

maligno.

Debo pensar m&s en *.  menos en mí mismo.


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%laro, eso suena mu bien. 2ero ha un problema. Esto

pensando en ella casi siempre. 2ensando en los hechos de

*. en sus palabras, en sus miradas, en sus risas  gestos.

2ero es mi propia mente la que los selecciona  los agrupa. #a

mismo, a menos de un mes despu4s de su muerte, me do cuenta

de que comienza el lento e insidioso proceso que convertir& a

la *. en la que esto pensando en una persona m&s  m&s

imaginaria. @undada sobre la realidad, claro est&,  no le

agregar4 nada ficticio 5por lo menos, eso espero8. Mas

inevitablemente... 6el resultado no ser& cada vez m&s de mi

propia industria7 #a no e>iste la realidad para ponerme en

ca'a, para llamarme al orden, como la verdadera *. lo hacía

frecuentemente, de manera tan inesperada, siendo enteramente

ella  no o.

El m&s precioso don que me concedió el matrimonio fue este

constante impacto de algo mu cercano  mu íntimo que sin

embargo todo el tiempo aparecía como algo inequívocamente

otro, resistente   en una palabra, real. 6!er& deshecho todo

ese traba'o7 62uede ser que lo que a0n llamar4 *. se hundir&

horriblemente hasta convertirse en no mucho m&s que uno de mis

vie'os  tontos ensue$os de solterón7 "h, mi querida, mi

querida, regresa un instante para e>pulsar a este miserable

fantasma. "h Dios, Dios, 6por qu4 te tomaste tanto traba'o en


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obligar a esta criatura a salir de su caracol si ahora est&

condenada a arrastrarse hacia 4l de nuevo, a ser succionado

por 4l7

*o tuve que encontrarme con un hombre que no había visto

durante diez a$os. # durante todo ese tiempo había pensado que

lo recordaba bien   su parecido, cómo hablaba  el tipo de

cosas que solía decir. <astaron cinco minutos con el hombre

real para que esa imagen quedara hecha trizas. No que hubiese

cambiado. 9l contrario. Me encontraba repitiendo para mis

adentros +2ero, claro, claro, me había olvidado que pensaba

así   o que tal cosa le disgustaba, o que conocía a fulano

perfectamente, o que tenía la costumbre de echar la cabeza

para atr&s de ese modo. 9lguna vez había sabido todo esas

cosas  las reconocí en cuanto me lo encontr4 de nuevo. 2ero

en mi representación mental sus gestos  modos se habían

desdibu'ado  en cuanto esas im&genes fueron reemplazadas por

su presencia concreta, resultó que era enteramente diferente

al su'eto que o recordaba. 6%ómo puedo esperar que no suceda

esto con mi recuerdo de *.7 6# acaso no est& sucediendo a

mismo7 1entamente, silenciosamente, como copos de nieve   como

los peque$os copos que caen cuando va a nevar durante toda la

noche   diminutos copos de mí mismo, mis propias impresiones,

lo que he seleccionado sin advertirlo, se van posando sobre su

imagen. @inalmente la forma real quedar& oculta. Diez minutos,


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no, diez segundos, de *. en persona corregirían esto. # con

todo, aun si se me concediesen esos diez segundos, enseguida

recomenzarían los peque$os copos. !e ha ido para siempre ese

&spero, incisivo, astringente sabor de su alteridad.

=u4 lamentable gazmo$ería aquella de repetir +-ivir& para

siempre en mi memoria. ¿Vivir? Eso es e>actamente lo que no

va a ser. 2ara el caso podríamos pensar como los antiguos

egipcios, que se puede conservar a los muertos

embalsam&ndolos. 6!er& que nada nos puede persuadir de que se

han ido7 6=u4 queda7 n cad&ver, un recuerdo  5en algunas

versiones8 un fantasma. )odas burlas u horrores. )res modos

m&s de deletrear la palabra muerto. Era *. a quien o amaba.

%omo si quisiera enamorarme de su memoria, de una imagen en

mi propia mente; !ería una suerte de incesto.

Aecuerdo que hace alg0n tiempo medio me horroriz4 una

ma$ana de verano cuando vi a un robusto  alegre traba'ador

llevando consigo una azada  una regadera que ingresó al

cementerio de nuestra capilla , al tiempo que abría el

portón, le gritó por sobre sus hombros a dos amigos: +1os

ver4 luego, sólo vo a visitar a Mam&;. 1o que quería decir

es que iba a remover la tierra, regar  emproli'ar la tumba.

Me escandalizó porque todo ese sentimentalismo, todo este

asunto de los cementerios me resultaba  me resulta todavía

ho, inconcebible. # sin embargo, a la luz de lo que


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0ltimamente vengo pensando comienzo a preguntarme si acaso no

habría bastante miga en su actitud   siempre  cuando uno

pudiese adoptar la filosofía de aquel hombre 5o no puedo8. !u

mam& se había convertido en un lecho de flores de dos por uno.

Eso era su símbolo de ella, su vínculo con ella. Mantener eso

significaba visitarla.
visitarla. # de alg0n modo, 6no ser& eso me'or que

preservar una imagen en la memoria  acariciarla7 1a tumba 

la imagen son igualmente vínculos con lo irrecuperable 

símbolos de lo inimaginable. 2ero la imagen mental tiene la

desventa'a de que har& lo que uno quiera. !onreir& o fruncir&

el ce$o, ser& tierna, alegre, divertida o discutidora, seg0n

lo e>i'a tu humor. n títere mane'ado con hilos. %laro que no

todavía. 1a realidad es demasiado reciente a0n? genuinos

recuerdos completamente involuntarios a0n pueden, en cualquier

momento, a Dios gracias, irrumpir s0bitamente para arrebatarme

los hilos de las manos. # sin embargo la fatal obediencia a la

imagen   que cada vez depende m&s de mí   est& destinada a

acentuarse. En cambio aquel lecho florido es un fragmento de

ingobernable, obstinada
obstinada  resistente realidad, tal como

indudablemente
indudablemente lo fue Mam& mientras vivía. )al como era *.

" como *. es. 62uedo honestamente decir que creo que ahora

no es nada7 1a inmensa maoría de la gente que conozco,

digamos, en mi traba'o, seguramente pensar& que no. 9unque

naturalmente no se empe$ar&n en se$al&rmelo. No por ahora, por


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lo menos. 6En el fondo qu4 creo7 !iempre he podido rezar por

otros finados   todavía lo hago   con alguna confianza. 2ero

cuando de *. se trata, me detengo. Me embarga el desconcierto

 un enorme asombro. Me acosa una horrible sensación de

irrealidad, como si me estuviese dirigiendo a un vacío, como

si le hablara a una gran nada.

1a razón de esta diferencia es evidente. En realidad nunca

sabemos hasta qu4 punto creemos seriamente en alguna cosa

hasta que la verdad o falsedad de esa cosa se transforma en

cuestión de vida o muerte. Es f&cil decir que creemos que una

soga es fuerte  resistente mientras la usamos sólo para atar

una ca'a. 2ero supongamos que uno se viese obligado a usar esa

misma soga para colgarse desde un precipicio. 6No sería reci4n

entonces que descubrimos hasta qu4 punto realmente confiamos

en la resistencia de esa soga7 "curre lo mismo con la gente.

Durante a$os habría dicho que confiaba perfectamente en <. A.

*asta que llegó un día en el que debía decidir si le confiaría

o no un secreto realmente importante. Eso echó una luz

completamente nueva sobre lo que hasta entonces llamaba

+confianza en 4l. # descubrí que no había tal cosa. !ólo un

riesgo verdadero pone a prueba la realidad de una creencia.

9parentemente la fe   o creía que de eso se trataba   que me

permitía rezar por otros difuntos era sólida sólo porque nunca
C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 20
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me importó demasiado, por lo menos no desesperadamente, si los

fallecidos e>istían o no. # sin embargo, creía que sí.

2ero ha m&s dificultades. +6Dónde est& ahora7. Esto es,

en qué lugar 
 est& en este momento.
 est& momento . 2ero si *. a no es un

cuerpo    el cuerpo que am4 ciertamente a no es

ella   entonces no est& en ning0n lugar. # +este momento es

una fecha o momento de nuestra secuencia temporal. Es como si

estuviese de via'e sin que o la acompa$ara  que me di'era,

mientras consulto mi relo', +Me pregunto si a habr& llegado a

1ondres. # sin embargo, a menos que *. est4 desplaz&ndose en

un tiempo equivalente a nuestros sesenta3segundos3por3minuto


sesenta3segundos3por3minuto

que es el tiempo nuestro, 6qu4 podr& significar ahora7


ahora7 !i los

muertos a no est&n en el tiempo, o por lo menos, si est&n en

un tipo de tiempo distinto al nuestro, 6tiene sentido

aplicarles las locuciones era,


era, es,
es,  será7
será7

M&s de una amable persona me ha dicho +Est& con Dios. En

cierto sentido, eso es indiscutible. Es, al igual que Dios,

incomprehensibe
incomprehensibe e inimaginable.

2ero se me hace que esta cuestión, por importante que

pueda ser en sí misma, no tiene, despu4s de todo, demasiada

relevancia respecto de nuestro pesar. !upongamos que las vidas

terrenas que durante algunos a$os hemos compartido, ella  o,


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 21
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fueran en realidad sólo la base de, o el preludio a, o la

apariencia terrestre de, dos inimaginables, supercósmicos,

eternos algos. Esos algos podrían representarse como esferas o

globos. 9llí donde la Naturaleza los corta   es decir, en su

vida terrena   aparecen como dos círculos 5los círculos son

como ta'adas de esferas8. Dos círculos que se tocan. Mas esos

dos círculos, sobre todo en el punto en que se tocaron, son

precisamente lo que esto velando, lo que e>tra$o, por lo que

me muero de hambre. !e me dice +ella contin0a. 2ero el

corazón  el cuerpo me gritan que regrese, que regrese. !4 un

círculo, tocando mi círculo en el plano de la Naturaleza. Me

do cuenta de que es imposible. !4 perfectamente que lo que

quiero es e>actamente lo que nunca obtendr4. 9quella vie'a

vida de entonces, las bromas, los tragos, las discusiones, la

se>ualidad compartida, los peque$os h&bitos que teníamos en

com0n  que ahora me destrozan el corazón. !ea cual fuere la

perspectiva desde la cual se lo mire, decir +*. se murió

quiere decir +)odo eso se ha ido. Es parte del pasado. # el

pasado es el pasado  eso es lo que significa el tiempo,  el

tiempo mismo no es m&s que un nombre m&s para la muerte,  el

%ielo mismo es un estado en que +lo de antes pasó.

=ue me hablen sobre la verdad de la religión  escucho de

buen grado. =ue me hablen de los deberes de la religión 


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 22
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escucho sumiso. 2ero no me vengan con los consuelos de la

religión o sospechar4 que no entienden.

9 menos, claro, que podamos creer al pie de la letra en

todo aquello de las reuniones familiares +del otro lado del

río  todo eso imaginado en t4rminos terrenales. # no ha

nada de eso en las Escrituras. )odo eso proviene de

detestables himnos  horrendas litografías. De eso no ha ni

una palabra en la <iblia. # suena a falso. abemos que no

podría ser así. 1a realidad nunca se repite. Nunca se quita

para luego devolverse e>actamente lo mismo. # qu4 bien se

auto3promocionan los espiritistas; +1as cosas de este lado no

son, despu4s de todo, tan diferentes. En el %ielo ha

cigarros. 2ues eso es lo que querríamos. Aestauración de un

pasado feliz.

# precisamente, e>actamente eso es lo que a$oro con toda

mi alma, con enloquecidas  amorosas s0plicas, a medianoche,

pronunciadas en el aire, proclamadas al vacío.

# el pobre %. me cita +No te lamentes como quien a no

tiene esperanza. Me asombra esta manera que tienen los que

nos invitan a que nos apliquemos a nosotros mismos palabras

obviamente dirigidas a nuestros maores. 1o que dice !an 2ablo

sólo puede reconfortar a los que aman a Dios m&s que a los
C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 23
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muertos  a los muertos m&s que a sí mismos. !i una madre no

llora al hi'o por lo que significa esa p4rdida para ella sino

por lo que el ni$o ha perdido, resulta consolador creer que

por lo menos el ni$o no se ha quedado sin el fin para el cual

fue creado. # tambi4n resulta consolador creer que ella misma,

al perder su principal o 0nica fuente de felicidad natural, no

ha perdido algo m&s grande a0n, sino que todavía puede esperar

+glorificar a Dios un día  gozar de El por siempre 'am&s. n

consuelo para el espíritu eterno que Dios dirige  que habita

en ella. 2ero no es consuelo alguno para su maternidad. 1a

específica felicidad maternal debe ser definitivamente dada de

ba'a. Nunca m&s, en ning0n lugar o tiempo volver& a tener al

hi'o sobre su regazo, ni lo ba$ar&, ni le contar& historias,

ni planear& su futuro, ni ver& su nieto.

Me dicen que *. est& feliz ahora, me dicen que est& en

paz. 6%ómo pueden estar tan seguros7 No quiero decir con esto

que me temo lo peor. %asi al final sus palabras fueron +Esto

en paz con Dios. # no siempre había sido así. # nunca mentía.

# tampoco se enga$aba con facilidad? mucho menos a favor suo.

62ero por qu4 est&n todos tan seguros de que con la muerte se

acaba toda angustia7 M&s de la mitad del mundo cristiano 

millones en "riente, piensan de otro modo. 6%ómo saben que

est& en paz7 62or qu4 la separación 5por no mencionar otras


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 24
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cosas8 que de tal modo hace sufrir al amante que quedó atr&s,

sería indolora para quien se fue7

+2orque est& en manos de Dios. 2ero para el caso, siempre

estuvo en manos de Dios,  he visto lo que le han hecho aquí

aba'o. 6!er& que de repente se vuelven m&s amables con

nosotros en cuanto abandonamos el cuerpo7 # si es así 6por

qu47 !i la bondad de Dios no se compadece con que nos

lastimen, entonces o Dios no es bueno o no ha Dios: pues en

la 0nica vida que conocemos El nos lastima m&s all& de

nuestras m&s temidas previsiones  m&s all& de lo imaginable.

!i su bondad resulta consistente con que nos lastime de ese

modo en esta vida, entonces bien puede herirnos despu4s de

muertos de manera igualmente insoportable.

De a ratos resulta difícil no decir +=ue Dios perdone a

Dios. # a veces resulta difícil decir tanto. 2ero si nuestra

fe es verdadera no 1o perdonó. 1o crucificó.

-amos, 6qu4 ganamos con estos escapismos7 Nos encontramos

en el potro de tormentos  no ha escape posible. Mirada de

frente, la realidad es insoportable. 6# por qu4 esta realidad

florece 5o se pudre8 aquí  all& en este terrible fenómeno que

llamamos conciencia7 62or qu4 produce cosas como nosotros que

la podemos ver,  al verla, odiarla, mientras nos replegamos


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 25
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espantados7 # m&s raro todavía  sin que nadie lo mande,

6qui4n querría ver todo esto con claridad  tomarse el traba'o

de averiguar qu4 significa cuando con sólo verlo se ulcera el

corazón7 !ólo gente como la propia *., para la cual la verdad

no tenía precio.

!i *. +no es entonces nunca fue. Me enga$4 creendo que

una nube de &tomos era una persona. 1a muerte sólo revela el

vacío que siempre estuvo ahí. 9quellos que llamamos vivientes

son simplemente los que a0n no han sido desenmascarados. )odos

igualmente en bancarrota, bien que algunos a0n no declarados

tales.

Mas esto debe ser disparate? el vacío, 6revelado a qui4n7

9 otras ca'as de fuegos artificiales, a otras nubes de &tomos.

Nunca creer4   m&s a0n, no lo puedo creer   que un con'unto de

sucedidos físicos pueda ser, o cometer, un error acerca de

otro con'unto.

No, en realidad no temo al materialismo. !i fuera verdad,

nosotros   o aquello que confundimos llam&ndolo

+nosotros   podríamos salir, escapar del potro de tormentos.

<astaría con una sobredosis de píldoras. Mucho me temo que en

realidad somos como ratas en un laboratorio. 9lguien di'o,


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 26
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creo, que +Dios siempre geometriza. 6# si la verdad fuera que

+Dios siempre vivisecciona7

)arde o temprano me ver4 obligado a enfrentar la cuestión

lisa  llanamente. 6=u4 razón tenemos, salvo la de nuestros

desesperados deseos, para creer que Dios es, de acuerdo al

criterio que se quiera concebir, +bueno7 69caso toda la

evidencia con la que prima !acie contamos no indica lo

contrario7 6# qu4 tenemos para contrarrestar toda esa prueba7

%ontamos con %risto. 6# si El estuviese equivocado7 !us

casi 0ltimas palabras podrían tener un sentido perfectamente

claro. *abía descubierto que el !er al que llamaba +2adre era

horrible e infinitamente distinto de lo que había supuesto. #

la trampa, morosa  cuidadosamente preparada, el imperceptible

cebo sutilmente colocado, hasta que se puso por fin de

manifiesto: la cruz. 1a vil broma había resultado.

%ada oración  cada esperanza resulta ahogada por el

recuerdo de todas las oraciones que *.  o ofrecimos   

todas las vanas ilusiones que abrig&bamos. No sólo esperanzas

basadas en e>presiones de deseo? tambi4n alentadas, impuestas

sobre nosotros a fuerza de diagnósticos equivocados, placas de

raos F, e>tra$as recuperaciones temporales que parecían

milagro. 2aso a paso se nos +condu'o por el sendero del


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 27
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'ardín. na  otra vez, cuando m&s amable parecía, en

realidad estaba preparando la pró>ima tortura.

Escribí eso anoche. @ue m&s un alarido que una refle>ión.

-eamos si puedo intentarlo de nuevo. 6Es racional creer en un

Dios malo7 6" por lo menos, en un Dios tan malo como eso7 6En

el !&dico %ósmico, en el imb4cil resentido7

Me parece que por lo menos es demasiado antropomórfico. #

bien pensado, es mucho m&s antropomórfico que figur&rselo como

un vie'o  grave re con una larga barba. Esa imagen

constitue un arquetipo 'ungiano. -incula a Dios con todos los

vie'os  sabios rees de los cuentos de hadas, con los

profetas, los sabios  los magos. 9unque resulte 5formalmente8

el retrato de un hombre, tambi4n sugiere algo m&s que mera

humanidad. 2or lo menos inclue la idea de algo m&s antiguo

que uno mismo, la idea de alguien que sabe m&s, la idea de

algo que uno no puede adivinar enteramente. 2reserva el

misterio. 2or tanto, es un lugar para la esperanza. 1uego,

constitue un espacio para un temor  una esperanza que no

tienen por qu4 ser el miedo a un ser resentido  malicioso.

2or el contrario, el retrato que estaba construendo anoche

resulta ser sólo el de un tipo como !. %. que se sentaba al

lado mío a la hora de la cena para contarme lo que había

estado haci4ndole a los gatos aquella tarde. 9hora bien, un

ser como !. %., por m&s que lo magnifique e>traordinariamente,


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no podría inventar o crear o gobernar cosa alguna. %iertamente

sería capaz de colocar trampas con cebos cuidadosamente

preparados. Mas 'am&s habría pensado en cebos como el amor, o

la risa, o los narcisos o un helado atardecer. 6"l, hacer un

universo7 Ni siquiera podría inventar una broma, o un arco, o

una disculpa, o un amigo.

" tal vez 6se podría seriamente proponer la idea de un

Dios malo, meterlo como de contrabando mediante una suerte de

calvinismo e>tremo7 !e podría decir que somos una raza caída,

que somos seres depravados. # tan depravados que nuestras

nociones sobre el bien importan bien poco? o menos que

nada   que el mero hecho de que pensemos que algo es bueno

sería suficiente indicio de que en realidad no lo es. 2ues

bien, Dios, en efecto, posee   nuestros peores miedos se

convierten en realidad   todas las características de un ser

malo: es irracional, vanidoso, vengativo, in'usto, cruel. 2ero

todos estos negros 5tal como se nos aparecen8 en realidad son

blancos. !ólo que nuestra condición de depravados nos induce a

enga$o  a creer que algo blanco es negro.

6Entonces qu47 En la pr&ctica 5tanto como en el orden

especulativo8 esto equivale a borrar a Dios del pizarrón. 9sí

la palabra bueno aplicada a El se convierte en algo carente de

significado: como decir abracadabra. No ha razón alguna para


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obedecerle. Ni siquiera el temor. Es cierto que contamos con

!us amenazas  promesas. 62ero por qu4 habríamos de creer en

ellas7 2ara el caso, si desde !u punto de vista la crueldad

resulta +buena 6por qu4 no ser& +bueno mentir, por e'emplo7

# aunque fueran verdad, 6qu47 !us ideas acerca del bien son

tan distintas a las nuestras que lo que El llama +%ielo bien

podría ser lo que nosotros llamamos +(nfierno  viceversa.

2or 0ltimo, si la raíz de la realidad tiene tan poco sentido

para nosotros   o, mir&ndolo de otro modo, si somos tan

completamente imb4ciles   6de qu4 sirve tratar de pensar sobre

Dios o acerca de cosa alguna7 En cuanto tratas de tirar de las

cuerdas para apretar este nudo, se deshace.

62or qu4 le hago lugar en mi cabeza a tanta suciedad 

sinsentido7 69caso creo que disfrazar mis sentimientos con

ideas disminuir& el sufrimiento7 6No son todas estas notas

insensatas contorsiones de un hombre que no quiere aceptar que

no se puede hacer otra cosa con los padecimientos que

padecerlos7 =ue a0n cree que e>iste alg0n recurso 5si sólo

diera con 4l8 por el cual el dolor se transforma en otra cosa

que no sea dolor. En realidad importa bien poco que uno se

aferre a los brazos del sillón del dentista o de'a descansar

sus distentidas manos sobre la falda: el taladro contin0a

impert4rrito.
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# el pesar sigue sinti4ndose igual que el miedo. =uiz&,

m&s precisamente, como el suspenso. " como la espera?

simplemente dando vueltas mientras se espera que algo suceda.

1e da a la vida una impronta de permanente provisoriedad. No

parece que merezca la pena empezar nada. No consigo quedarme

quieto. <ostezo, esto inquieto, fumo en e>ceso. *asta que

sucediera esto, siempre me encontraba corto de tiempo. #

ahora, no ha m&s que tiempo. %asi puro tiempo, una sucesión

de vacíos.

na carne. ", si se prefiere, un barco. !e detuvo el motor

de estribor. #o, el de babor, debo arregl&rmelas con mi

motorcito para llegar a puerto. ", m&s e>actamente, llegar al

fin del via'e. 6%ómo puedo presumir que e>iste un puerto7 M&s

bien un litoral a sotavento, o una noche oscura, una tempestad

ensordecedora  enormes olas  si se ve alguna luz en tierra,

probablemente sean se$ales de na0fragos. 9sí recaló *. 9sí, mi

madre. *e dicho que recalaron, no que llegaron.

* * *
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TRES

Mentiría si di'ese que me paso el día entero pensando en

*. El traba'o  la conversación hacen que eso sea imposible.

2ero tal vez esos sean los peores momentos puesto que

entonces, aunque no tenga presente la razón, todo aparece

cubierto con una vaga sensación de malestar, la sensación de

que algo anda terriblemente mal. %omo en esos sue$os en los

que no sucede nada específicamente terrible   algo que ni

siquiera sería de notar, contado a la ma$ana siguiente al

desauno    sin embargo la atmósfera, el gusto de todo es

mortífero. 9sí con esto. -eo enro'ecer las serbas  por un

instante me olvido por qu4, ellas, tan inocentes, podrían

deprimirme. Escucho la campanada de un relo'  me parece que

a no tiene una cierta calidad de sonido, un timbre en


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particular que ha desaparecido. 6=u4 pasa con el mundo que me

parece tan chato, mustio, desgastado7 # entonces me acuerdo.

Esta es una de las cosas que temo. Naturalmente, con el

tiempo las agonías, las locuras en medio de la noche se ir&n

desvaneciendo. 62ero qu4 seguir& luego7 6!ólo esta apatía,

esta llanura vacía7 6# no llegar& el día en que a no me

preguntar4 por qu4 el mundo parece una sórdida calle,

habi4ndome acostumbrado a a su escu&lida apariencia7 6!er&

que la pesadumbre finalmente aflo'a para dar lugar al tedio

levemente te$ido de n&usea7

!entimientos, sentimientos, sentimientos. Me'or, pensar un

poco. Desde un punto de vista racional, con la muerte de *.

6qu4 nuevo factor se ha introducido en la cuestión del

universo7 6En qu4 me basaría para dudar de todo lo que siempre

creí7 !abía perfectamente que estas cosas    cosas

peores   ocurren diariamente. Guraría que siempre fui

perfectamente conciente de ellas. !e me había advertido   o

mismo me lo había dicho   que no debía contar con la felicidad

terrenal. 9l contrario, se nos había prometido sufrimientos.

=ue eran parte del programa. (ncluso que son +bienaventurados

los que sufren  o lo había aceptado. No he recibido nada

que no fuera parte del trato. %laro que es distinto cuando le

toca en suerte a uno, no a los dem&s?  en serio, realmente,

no en la imaginación. De acuerdo? mas esta diferencia entre lo


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real  lo que uno imagina 6debiese resultar tan notable en un

hombre cuerdo7 No. # no sería tan distinto para quien contase

con una fe verdadera  una real solicitud por con los que

sufren. El caso est& claro por dem&s. !i mi castillo se ha

derrumbado de un solo golpe es porque era un castillo de

naipes. 1a fe con que tomaba en cuenta estas cuestiones no era

fe, sino imaginación. # el tenerlas en cuenta no era simpatía

real. !i las tribulaciones del mundo me hubiesen importado

tanto como o creía que me importaban, no habría quedado tan

desbordado cuando me llegaba el turno a mí. *a sido una fe

imaginaria   una fe que hacía malabares, que 'ugaba con

inocuas etiquetas como +Enfermedad, +Dolor, +Muerte 

+!oledad. %reía que confiaba en la soga hasta que qued4

colgado de ella  se puso en 'uego la cuestión de si

soportaría mi peso. # ahora que sí importa, encuentro que no,

que no confiaba en ella tanto como creía.

Me dicen los 'ugadores de bridge que en el partido debe

haber dinero de por medio, que de otro modo nadie se lo toma

en serio. # a fe mía, eso parece. 1a apuesta   a favor de la

e>istencia de Dios, a favor de su ine>istencia, a favor de un

Dios 2rovidente  <ueno o a favor del %ósmico !&dico, a favor

de una vida eterna o a favor de la nada   no es gran cosa si

no ha mucho en 'uego. Nunca descubriremos la seriedad del

asunto hasta que el monto de las apuestas suban horriblemente?


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hasta que uno descubra que no est& 'ugando por minucias o

monedas, sino que se est& 'ugando hasta el 0ltimo c4ntimo que

tiene en este mundo. Menos que esto no conmover& a un

hombre   por lo menos a un hombre como o   ni lo sacar& de

sus pensamientos meramente intelectuales, de sus creencias

puramente nocionales. !ólo una trompada que lo de'e medio

tonto puede hacer que recupere el sentido. !ólo ba'o tortura

descubrir& esto.

# me veo obligado a admitir   f&cilmente *. me habría

forzado a aceptarlo con unos pocos pases dial4cticos   que

cuanto antes se derrumbe el castillo de naipes, me'or. # que

eso sólo se puede hacer con sufrimiento. %laro que entonces el

%ósmico !&dico  el Eterno -iviseccionador desaparecen como

hipótesis por completo innecesarias.

Estos 0ltimos asientos... 6ser& que so incurable7 6No

ser& que cuando la realidad tritura mis ilusiones

reduci4ndolas a escombros  que mientras duran los efectos del

primer shocH me pongo a llorar como una Magdalena  gru$o

resentido para poco despu4s, ponerme paciente, est0pidamente,

a recomenzar la reconstrucción, pieza por pieza, de la misma

enso$ación7 6# así una  otra vez7 6=ue no importa cu&ntas

veces se derrumbe el castillo, si de todos modos me pondr4 a


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reconstruirlo otra vez7 6No es precisamente eso lo que esto

haciendo ahora7

Efectivamente, si se da esto que do en llamar la

+restauración de la fe, probablemente no sea m&s que otro

castillo de naipes. # no lo sabr4 de cierto hasta que reciba

el pró>imo golpe   cuando, por caso, me diagnostiquen una

enfermedad incurable, o estalle una guerra, o se me arruine la

carrera acad4mica por un horrible error. 2ero ha aquí dos

cuestiones. 6En qu4 sentido se trata de un castillo de naipes7

6En el sentido de que las cosas en las que creo son sólo

enso$aciones o porque lo de creer 


 en ellas no es m&s que una

enso$ación7

En cuanto a las cosas mismas, 6por qu4 las cosas en que

pensaba hace una semana habrían de ser m&s dignas de confianza

que estas otras 5me'ores8 en que pienso ahora7 En general,

esto seguro de que esto un poco m&s cuerdo que entonces. 6#

por qu4 serían especialmente confiables las desesperadas

imaginaciones de un hombre aturdido 5a di'e que era como

haber sufrido una concusión87

62orque en ellas no había e>presión de deseos7 62or qu4 en

la medida en que eran espantosas aumentaban las probabilidades

de que fueran ciertas7 2ero ha sue$os en que se cumplen los

peores temores  otros en que se realizan los m&s ardientes


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deseos. 9dem&s, 6eran tan enteramente desagradables7 No. De

alguna manera me gustaban. (ncluso so conciente de que en

alguna medida sentía cierta reticencia en aceptar lo

contrario. )odo eso acerca del Bran !&dico %ósmico no era

tanto cuestión de ideas cuanto e>presión de odio. # de allí

deriva el 0nico placer que puede tener un hombre angustiado

como o: el gusto de contragolpear. En verdad, no m&s que el

gusto de una buena puteada, grit&ndole a Dios lo que pienso

sobre El. # por supuesto, como en cualquier lengua'e de

denuestos +lo que pensaba sobre El no quería decir que

creese que fuera verdad, sino sólo lo que creía que podía

ofenderlo m&s, a El  a sus adoradores. Esa clase de cosas

nunca se dicen sin una especie de placer. )e lo +sac&s de

encima. 2or un momento uno se siente me'or.

%laro que mi humor no significa nada. Desde luego que el

gato gru$ir&  escupir& cuando se le acerque el ciru'ano  por

cierto que tratar& de morderlo si puede. 2ero la cuestión de

fondo est& en saber si el ciru'ano es un veterinario o un

viviseccionador. El mal humor  los insultos no nos

suministrar&n pista alguna sobre el particular.

# cuando pienso en mis sufrimientos bien puedo creer que

El es un veterinario. M&s duro es cuando pienso en los de

ella. 6=u4 cosa es la pena comparada con el dolor físico7 M&s


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all& de lo que digan los tontos, indiscutiblemente el cuerpo

puede sufrir veinte veces m&s que el alma. 1a mente siempre

dispone de alg0n medio de evasión. 9 lo sumo, los

insoportables pensamientos pueden volver una  otra vez   en

cambio el dolor físico puede tener perfecta continuidad. 1a

pena es como un bombardero que evoluciona en lo alto de'ando

caer sus bombas cada vez que su circunvalación lo de'a encima

del blanco? el dolor físico es como las incesantes andanadas

del enemigo sobre una trinchera de la 2rimera Buerra

Mundial   horas de eso sin un solo momento de respiro. El

pensamiento nunca es est&tico, en cambio el dolor

frecuentemente lo es.

6=u4 clase de amante so que pienso tanto en mi propia

aflicción  tan poco en la sua7 (ncluso el insensato reclamo

instando a que +regrese est& inspirado e>clusivamente en mi

propio beneficio. Ni por un instante se me ocurrió considerar

si tal regreso, aun si fuese posible, sería bueno para ella o

no. 1a quiero de nuevo conmigo como un ingrediente de la

restauración de mi pasado. 6# acaso le podría haber deseado

algo peor7 6=ue una vez franqueado el umbral de la muerte,

vuelva otra vez para tener que morir de nuevo, una vez m&s7

Dicen que Esteban es el protom&rtir. 6# a 1&zaro no le tocó

peor suerte7
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Empiezo a ver. Mi amor por *. era de una calidad mu

parecida a mi fe en Dios. %on todo, no quiero e>agerar. !i

había algo m&s que pura imaginación en mi fe, o algo m&s que

puro egoísmo en mi amor, sólo Dios lo sabe. No o. )al vez

hubiera algo m&s? especialmente en mi amor por *. 2ero resulta

que en ninguno de los dos casos las cosas resultaron ser lo

que creía. 9l final resulta que había bastante de castillos en

el aire en ambos asuntos.

6=u4 importancia podr& tener cómo evoluciona mi pena o qu4

me hago con ella7 6=u4 importancia tiene cómo la recuerdo o el

sólo hecho que la recuerde7 Ninguna de esas cosas aliviar& o

agravar& las tribulaciones por las que pasó.

!us aflicciones del pasado. 6# qu4 s4 o si todos sus

tormentos cesaron7 Nunca creí   me parecía altamente

improbable   que las almas m&s fieles podían de un salto pasar

a la perfección  a la paz en cuanto la muerte completaba su

traba'o. # si creese eso ahora, no sería m&s que una

e>presión de deseos tom&ndose revancha por mi anterior

incredulidad. *. era espl4ndida? un alma recta, brillante 

templada como una espada. Mas no una santa perfecta. na

pecadora casada con un pecador? dos de los pacientes de Dios,

a0n no enteramente curados. !4 bien que no sólo ha que

en'ugar l&grimas sino que tambi4n ha que remover manchas. 1a

espada brillar& a0n m&s.


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2ero, oh Dios, con ternura, tiernamente. En el potro de

tormentos a le quebraste el cuerpo, mientras a0n lo poseía,

mes tras mes  semana tras semana. 6# no alcanza con eso7 6No

es suficiente7

1o terrible es que un Dios perfectamente bueno no resulta

en este caso menos formidable que el !&dico del %osmos. %uanto

m&s creamos que Dios lastima sólo para curar, menos podemos

creer que implorar ternura sirve de algo. n hombre cruel

puede ser sobornado, quiz& se canse de sus viles 'ueguitos,

tal vez tenga un temporario arranque de compasión 5como los

alcohólicos que a veces pasan por fases de sobriedad8. Mas

imaginemos que nos hallamos frente a un ciru'ano con

intenciones enteramente buenas. %uanto m&s bondadoso 

concienzudo sea, m&s ine>orablemente continuar& cortando. !i

se rindiera a nuestros ruegos, si se interrumpe antes de

terminar la operación, todo el dolor soportado hasta entonces

resultar& de balde. # bien, 6es verosímil que tales e>tremos

de tortura son necesarios para nuestro bien7 *a que optar.

1as torturas ocurren. !i no son necesarias, pues entonces no

ha Dios, o es un ser malo. 2ero si ha un Dios  es bueno,

entonces estas torturas resultan necesarias. 2orque ni

siquiera un Dios moderadamente bueno podría infligirlas o

permitirlas si no lo fueran.
C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 40
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En cualquier caso, estamos 'odidos.

6=u4 quiere decir la gente cuando repite +No le tengo

miedo a Dios porque s4 que es bueno7 6=u4, nunca fueron a un

dentista7

# sin embargo esto es insoportable. # entonces uno dice

disparates: +!i sólo pudiera soportarlo o, por lo menos la

peor parte, o al menos alguna parte, en su lugar, en lugar de

ella. 2ero no se puede saber cu&n seria ser& la apuesta,

puesto que nadie habló en plata. # si de repente se

convirtiese en una posibilidad real, entonces, por primera

vez, descubriríamos hasta qu4 punto habl&bamos en serio. Mas,

6se ha permitido eso alguna vez7

!e ha dicho que se le permitió a no,  puedo volver a

creer que vicariamente ha hecho cuanto se podía. El responde a

nuestros disparates: +stedes no pueden  no os atreveríais.

#o pude  me anim4.

*a sucedido algo por completo inesperado. "currió

temprano, esta ma$ana. 2or una variedad de razones, no todas

ellas misteriosas ni mucho menos, me he hallado con el corazón

considerablemente aliviado por primera vez despu4s de muchas

semanas. 2ara empezar, supongo que me esto recuperando


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 41
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físicamente de una buena dosis de puro agotamiento. # aer

pas4 por doce horas de bastante esfuerzo   pero mu

saludables    luego dormí m&s profundamente. # luego, despu4s

de diez días de cielos cubiertos  plomizos  de c&lida 

est&tica humedad, ho ha salido el sol  corre una leve brisa.

# de golpe, en el preciso instante en el que, hasta ahora,

e>tra$aba menos a *., la record4 me'or que nunca. En verdad

fue algo 5casi8 me'or que un recuerdo? una impresión

instant&nea, incontestable. Decir que fue como un encuentro

sería ir demasiado le'os. # sin embargo pasó algo que induce a

utilizar palabras como esas. %omo si al aliviarse la pena se

removía una barrera.

62or qu4 nadie me ha dicho estas cosas7 %on qu4 facilidad

no podría haber 'uzgado mal a otro en igual situación. 2odría

haber pensado +9 este se le pasó. *a olvidado a su mu'er,

cuando la verdad era +En alguna medida la recuerda me'or

 porque la pena est& cediendo.

9sí fue. # presumo que puedo encontrarle alg0n sentido. No

se puede ver bien cuando los o'os est&n velados de l&grimas.

*abitualmente no se puede obtener lo que se quiere si se lo

desea demasiado desesperadamente: por lo menos, no enteramente

lo que se quiere, no la me'or parte. +Mu bien; 9hora sí que

vamos a conversar en serio;  el universo queda reducido a un


C.S. Lewis / U N A P E N A OBSERVADA Pág. 42
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enorme silencio. +*o tengo que dormir bien es una buena

fórmula para quedar perfectamente despabilado durante toda la

noche. !e desperdician bebidas deliciosas en quien padece una

sed realmente intensa. 6No ser&, de igual modo, que la

intensidad misma del anhelo hace ba'ar esa cortina de hierro

que nos hace sentir como que estamos contemplando el vacío

cuando pensamos en nuestros muertos7 +9 los que piden 5por lo

menos a los que piden inoportunamente8 no se les dar&. =uiz&

no pueden recibir.

# así, tal vez, sea con Dios. 2oco a poco he ido cambiando

de tal manera que a no siento que la puerta est4 cerrada con

llave, ni atrancada del otro lado. 6No ser& mi desesperada

necesidad la que me la cerró en la cara en primer lugar7 =uiz&

durante los momentos cuando no ha nada en el alma e>cepto una

s0plica de au>ilio, son precisamente los tiempos en que Dios

no puede suministrarlo: como el hombre que se ahoga  que

nadie puede audar precisamente porque en su desesperación se

contorsiona convulsivamente queriendo aferrarse a algo firme.

=uiz& los mismos gritos de au>ilio que lanza lo ensordece para

oír las voces que esperaba escuchar.

2or otra parte: +Bolpead  se os abrir&. 6!ignifica eso

que debamos martillar  patear la puerta como un maníaco7 #

luego, tambi4n est& aquello de que +9l que tiene se le dar&


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m&s a0n. Despu4s de todo, se requiere una cierta capacidad de

recepción so pena de que ni siquiera la "mnipotencia nos pueda

dar. )al vez esa capacidad de recibir se ve temporalmente

inhibida por esa pasión.

Es que cuando uno trata con El, pueden aparecer toda clase

de equívocos. *ace mucho tiempo, antes de que estuvi4semos

casados, un día mientras traba'aba *., se sintió obsesionada

durante toda la ma$ana con la oscura  persistente idea de que

Dios 5por así decirlo8 estaba requiriendo su atención. # desde

luego, no siendo una santa perfecta, pensaba que sería

cuestión   como suele suceder   de alg0n pecado del que no se

había arrepentido o alg0n tedioso deber pendiente. 9l fin se

dio por vencida 5s4 bien cómo uno tiende a postergar ese

momento8  se decidió a encarar1o. 2ero el mensa'e era +=uiero

darte algo e inmediatamente la asaltó un gran '0bilo.

%reo que empiezo a entender por qu4 el pesar se siente

como suspenso. 2rocede de la frustración de tantos impulsos

que se habían hecho habituales. (dea tras idea, sentimiento

tras sentimiento, acción tras acción, todos tenían a *. por

ob'eto. 9hora el ob'etivo ha desaparecido. 2or costumbre sigo

colocando una flecha sobre la cuerda  tensando el arco que

luego debo ba'ar. )antos eran los senderos de mi pensamiento

que conducían hacia *. Me puse a seguir uno de ellos. Mas

ahora invariablemente me topo con un insalvable obst&culo un


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poste indicador de una frontera infranqueable. )antos

senderos, antes. # ahora tantas calles sin salida.

2orque una buena esposa re0ne tantas personas dentro suo.

6=u4 no era *. para mí7 Era mi hi'a  mi madre, mi pupila  mi

maestra, mi s0bdita  mi reina?  en todo tiempo, a la vez que

desempe$aba todos estos roles, mi colega de confianza, mi

amiga, mi compa$era de via'e, mi camarada. Mi amante? pero

tambi4n todo lo que es un buen amigo 5 los tengo buenos  en

cantidad8. # quiz& un poco m&s. !i nunca nos hubi4semos

enamorado, igualmente habríamos seguido 'untos siempre   

armado con eso un esc&ndalo. Es lo que quería indicarle la vez

que la alab4 por sus +virtudes masculinas. <ien pronto

terminó con eso retrucando retóricamente: que cómo me caería a

mí si ella se pusiese a celebrar mis virtudes femeninas.

9quella fue buena riposta, mi querida. %omo fuere, tenía algo

de amazona, de 2entesilea  %amila. # a ti, al igual que a mí,

nos gustaba que así fuera. )e gustaba que lo reconociera.

El re !alomón llamó a su esposa +hermana. 6# acaso

podría una mu'er ser completamente esposa si no alcanzara a

ser, por un momento  en determinada situación, alguien a

quien uno casi llamaría +hermano7


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+Era demasiado perfecto para durar, esto tentado de

decir respecto de mi matrimonio. 2ero esto puede interpretarse

de dos maneras. 2uede ser una afirmación l0gubre 

pesimista   como si Dios ni bien viera a dos de sus creaturas

e>tremadamente felices le pusiera fin a la cosa 5+9quí nada

de eso;8. %omo si fuera una de esas anfitrionas de un cóctel

que ni bien detecta que dos de sus invitados parecen haberse

entendido  est&n conversando intensamente aparece entre ellos

para interrumpirlos. Mas tambi4n podría significar +Esto ha

llegado a su perfección propia. Esto se ha convertido en lo

que estaba destinado a ser. 2or tanto, desde luego, no debe

ser prolongado. %omo si Dios di'ese +Mu bien, hab4is

dominado este e'ercicio. Me siento mu complacido por eso. #

ahora est&is listo para pasar al siguiente. na vez que uno

ha aprendido los e'ercicios de raíz cuadrada  comienza a

divertirse haci4ndolos no pasar& mucho tiempo sin que el

profesor aparezca para pasar a otras cosas.

2orque una cosa sí que aprendimos  logramos. E>iste,

escondida o en plena e>hibición, una espada entre un hombre 

una mu'er que sólo un perfecto matrimonio puede reconciliar

plenamente. %onstitue una arrogancia de parte de los hombres

calificar como +masculinas a las virtudes de franqueza,

equidad  caballerosidad que advertimos en los hombres    no

menos arrogantes son las mu'eres cuando califican de

+femeninas a la sensibilidad o la ternura. 9hora, cu&n pobres


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 torcidos no ser&n los fragmentos de humanidad en tantos

hombres  mu'eres que tornan verosímiles las implicancias de

seme'ante arrogancia. El matrimonio remedia esto. Guntos,

ambos, los dos se vuelven plenamente humanos. +Dios los creó a

su imagen  seme'anza. 9sí entonces, paradó'icamente, este

carnaval de se>ualidad nos conduce m&s all& de nuestro se>o

particular.

# luego uno u otro, muere. # pensamos que se trata de un

amor interrumpido? como un baile detenido en pleno giro o una

flor desafortunadamente arrancada   algo trunco  por tanto,

falto de su forma completa. No s4. !i, como no puedo de'ar de

sospechar, los muertos tambi4n sienten pena por razón de la

separación 5 bien podría ser que fuera parte de sus

sufrimientos en el purgatorio8, entonces para ambos amantes,

para todos los amantes sin e>cepción, el luto por el que se ha

ido el otro, en todo tiempo  lugar constitue una parte

integral e inescindible de nuestra e>periencia del amor

conugal. !igue al matrimonio de modo tan natural como el

matrimonio sigue al noviazgo o el oto$o sigue al verano. No se

trata de la interrupción de un proceso sino que es sólo una de

sus fases? no la detención de un baile, sino su pró>imo paso.

Mientras contamos con la presencia de aquel a quien amamos,

esa presencia nos entusiasma, estamos como +sacados de

nosotros mismos. 1uego viene el nuevo  tr&gico paso de danza


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en el que hemos de aprender a seguir fuera de nosotros mismos

aunque la presencia corporal nos haa sido quitada   continuar

amando a quien no est& físicamente presente para pasar a amar

su !er esencial,  no caer en un mórbido amor por nuestro

pasado com0n, o nuestras memorias, o nuestra pena, o nuestra

pena aliviada, o nuestro propio amor.

Mirando retrospectivamente las cosas caigo en la cuenta de

que hace poco estaba mu preocupado por mis recuerdos de *. 

de la posibilidad de que con el paso del tiempo se fueran

desdibu'ando. 2or alguna razón   el misericordioso buen

sentido de Dios es lo 0nico que se me ocurre como causa de

esto   he cesado de penar por esto. # lo m&s notable es que

desde que me he despreocupado respecto de este asunto

pareciera como que *. me sale al encuentro en todas partes. #l

encuentro es locución e>cesiva para el caso. Ni remotamente me

refiero con esto a algo así como una aparición o una voz. # ni

siquiera me refiero con esto a algo así como la e>periencia en

determinado momento de una intensa e>periencia emotiva. M&s

bien, se trata de una sensación discreta, aunque tambi4n

concreta, de que ella es   como siempre lo fue   un hecho con

el que ha que contar.

=uiz& la e>presión +que ha que tener en cuenta sea

desafortunada. !uena como si ella fuera un hacha o una espada


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de guerra. 6%ómo decirlo me'or7 6No ser& me'or

+moment&neamente real u +obstinadamente real7 Es como si la

e>periencia me di'era +Est&s, tal como son las cosas,

e>tremadamente contento de que *. permanezca siendo algo real,

un hecho. Mas recuerda que igualmente lo sería, m&s all& de

que te guste o no. )us gustos no han sido tomados en cuenta.

6*asta dónde he llegado7 )an le'os, creo, como un viudo de

otro tipo quien de repente se detiene en su traba'o, se apoa

sobre su pala  dice algo así como +Bracias. No ha que

que'arse. En verdad que la e>tra$o horriblemente. 2ero se dice

por allí que estas son pruebas que nos tocan en suerte. #

hemos arribado al mismo punto: 4l con su pala  o, que no so

mu bueno cavando, con mi propio instrumento de traba'o. %laro

que ha que interpretar la locución +pruebas que se nos

mandan correctamente. Dios no ha intentado un e>perimento

para averiguar cu&l es la calidad de mi fe  de mi amor. #a

sabía cu&nto había en eso. Era o el que no lo sabía. En este

'uicio nos hace ocupar el banquillo de acusados, el sitial de

los testigos  el lugar de los abogados, todo a una. !iempre

supo que mi templo no era m&s que un castillo de naipes. !ólo

derrib&ndolo podía hacer que o mismo caese en la cuenta.

6)an pronto me esto recuperando7 2ero las palabras son

ambiguas. Decirle a un paciente que se est& recuperando


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despu4s de una operación de apendicitis es una cosa? mu otra

cosa resulta si es despu4s de la amputación de una pierna.

Despu4s de seme'ante operación o el mu$ón se cura, o el

paciente se muere. !i se cura, el dolor furioso, intenso,

amaina hasta finalmente cesar por completo. 2ronto recuperar&

fuerzas  podr& co'ear con el au>ilio de una pierna de madera.

!e ha +recuperado. 2ero probablemente sufrir& recurrentemente

durante toda la vida por causa del mu$ón?  posiblemente los

dolores sean bastante molestos?  siempre ser& un co'o. 9penas

si habr& un momento en que pueda olvidarlo. <a$arse, vestirse,

sentarse, levantarse de nuevo incluso acostarse, todo ser&

distinto. !u vida entera habr& cambiado. )oda clase de

placeres  actividades que en un tiempo daba por sentados

deber&n sencillamente suprimirse. )ambi4n algunas

obligaciones. De momento esto aprendiendo a mane'arme con

muletas. )al vez m&s adelante se me suministre una pata de

madera. 2ero 'am&s volver4 a ser bípedo.

# sin embargo, no puedo negar que en alg0n sentido +me

siento me'or,  con eso me embarga una cierta verg/enza, una

sensación de que uno debiera cuidar  fomentar  prolongar la

propia infelicidad. *abía leído sobre esto en libros pero

nunca pens4 que me pasaría a mí. Esto seguro de que *. no lo

aprobaría. Me diría que no sea bobo. #, Dios, creo, tambi4n.

6=u4 ha detr&s de esto7


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En parte, indudablemente, vanidad. =ueremos demostrarnos

que somos amantes a lo grande, h4roes tr&gicos? no simples

soldados rasos del enorme e'4rcito de enlutados, marchando

cansinamente  tratando de no desempe$ar un papel demasiado

malo. 2ero eso no lo e>plica todo.

%reo que tambi4n ha una confusión. En realidad, no

queremos que la pena primera, el intenso pesar del principio,

se prolongue: nadie podría querer seme'ante cosa. 2ero sí

queremos algo diferente de lo cual la pena es síntoma

frecuente?  luego confundimos el síntoma con la cosa en sí.

1a otra noche escribí que el duelo no es una interrupción del

amor matrimonial sino una de sus fases regulares   como la

luna de miel. 1o que queremos es vivir fiel  buenamente

nuestro matrimonio durante esta fase tambi4n. !i duele 5

ciertamente así ha de ser8 aceptamos las penas como parte

necesaria de esta fase. No queremos eludirlas al precio de la

deserción o el divorcio. Matando a los muertos por segunda

vez. Eramos una sola carne. 9hora que ha sido cortada en dos

no queremos fingir que est& entera  completa. =ue a0n estamos

casados  enamorados. # que por tanto persistir& el dolor. Mas

en modo alguno   si nos entendemos bien   estamos buscando el

dolor por el dolor mismo. Mientras menos haa, me'or, con tal

de que se conserve el matrimonio. # cuanto m&s '0bilo pueda

haber en el matrimonio entre vivo  muerto, me'or.


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Me'or en todo sentido. 2ues, seg0n he descubierto, la pena

apasionada no nos liga de me'or modo con los muertos? nos

aparta de ellos. -eo esto m&s  m&s claramente. 2recisamente

en aquellos instantes en que siento menos tristeza   por

e'emplo, durante la ducha de la ma$ana   es que *. aparece

intensamente en mis recuerdos con toda su realidad, con toda

su otreidad. No, como sucede en mis peores momentos, todos

te$idos de patetismo  solemnizados por mis miserias, sino

como ella es, por derecho propio. Esto es bueno  tonificante.

%reo recordar   aunque en este momento no se me ocurre un

e'emplo   toda suerte de baladas  cuentos folHlóricos en que

los muertos nos dicen que nuestro luto, que nuestras

lamentaciones, les hace alguna clase de da$o. # que nos

suplican que terminemos con eso. <ien puede haber m&s miga en

esto de lo que me imaginaba. !i así fuera, la generación de

nuestros abuelos anduvo notablemente descarriada. )odo ese

ritual de la tristeza 5que a veces duraba toda una vida8 de

visitar las tumbas, guardar los aniversarios, de'ar el cuarto

vacío e>actamente como estaba cuando +el que se fue vivía?

'am&s mencionando a los finados o siempre con un tono

especial, o incluso 5como lo hacía la reina -ictoria8 sacar la

ropa del muerto todas las noches para la cena   era como una
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momificación. *acía que los muertos se volviesen mucho m&s

muertos.

6" no sería esa, aunque inconscientemente, su intención7

9quí bien podría ser que estuviesen en 'uego fuerzas

tremendamente primitivas. Entre los antiguos, mantener a los

muertos definitivamente muertos, asegurarse de que no

volvieran a filtrarse entre los vivos constituía una de sus

principales preocupaciones. 9 cualquier precio, había que

+mantenerlos allí, quietos donde estaban. %iertamente que

aquellos ritos enfatizan la muerte de quien se murió. =uiz&

este resultado no era, en realidad, tan desagradable como

imaginan quienes estudiaron estos fenómenos.

Mas todo esto no me incumbe. !ólo esto especulando? me'or

guardar energías para lo que me toca. En cualquier caso, el

programa para mí est& clarito: me volver4 hacia ella cuantas

veces pueda con alegría. (ncluso la saludar4 con una risa.

%uanto menos me conduelo por ella, m&s cerca la siento. n

programa admirable. Desafortunadamente no puede llevarse a

cabo. Esta misma noche se desataron nuevamente todas las penas

infernales de un dolor 'oven, de una tristeza fresca: palabras

enloquecidas, amargos resentimientos, el estómago revuelto, la

irrealidad de pesadilla, la congo'a ahogada en l&grimas. Es

que con la pena nada se queda +se queda allí, quieto.


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Aecurrentemente uno sale de una fase  luego inevitablemente

recae en ella de nuevo. Dando vueltas sobre lo mismo. )odo se

repite. 6Esto girando en círculos o me permitir4 abrigar la

esperanza de que esto en un espiral7

2ero si es un via'e helicoidal, 6estar4 subiendo o

ba'ando7 6%u&ntas veces   6ser& por siempre7   cu&ntas veces

el vacío universo no me sorprender& de nuevo con la inesperada

 sorprendente noticia que me hace e>clamar +No me había dado

cuenta hasta este momento de lo que significa su p4rdida7 Me

amputan la pierna una  otra vez. 1a incisión en las carnes se

siente, reiteradamente, como si fuera la primera vez.

Dicen que +el cobarde muere muchas veces? tambi4n la

amada. 6# acaso el &guila no encuentra en 2rometeo un renovado

hígado que desgarrar cada vez que cena7

* * *

CUATRO

Este es el cuarto    el 0ltimo   cuaderno vacío que pude

hallar en casa. <ueno, casi vacío, pues al final ha unas

p&ginas con vie'os e'ercicios aritm4ticos de G. Me propongo

limitar mis asientos hasta allí. $o vo a empezar a comprarme


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m&s cuadernos con este propósito. En la medida en que estos

registros sirvieron como defensa contra un colapso completo,

como una v&lvula de escape, alg0n bien han hecho. 2ero resulta

que el otro propósito que tenía en mente se basó sobre un

malentendido. 2ens4 que podía describir un estado? como un

mapa del dolor. # sin embargo, ocurre que la pena no es un

estado, sino un proceso. No requiere de un mapa cuanto de una

historia  si no detengo mi relación en alg0n punto m&s o

menos arbitrario, podría continuar indefinidamente. )odos los

días aparece algo nuevo que amerita la crónica. 1a pena es

como un largo valle, un valle sinuoso donde cada curva puede

revelar un paisa'e completamente nuevo. %omo a he notado, no

siempre es así. 1o sorprendente es que a veces, contrariamente

a lo que vengo diciendo, se nos presenta e>actamente el mismo

paisa'e que creíamos haber de'ado atr&s hace mucho tiempo. #

es entonces que uno comienza a cavilar  pensar si acaso el

valle no es, en realidad, una trinchera circular. 2ero no.

E>isten recurrencias parciales, sí, pero la secuencia no se

repite.

9quí, por e'emplo, una nueva fase  una nueva p4rdida.

!algo  paseo cuanto puedo, pues sería insensato acostarse sin

estar cansado. *o he estado de visita en vie'os lugares, he

hecho una de esas largas caminatas que me hacían tan feliz

cuando soltero. # esta vez la faz de la naturaleza no me ha

parecido vacía de belleza 5como me que'aba no hace tanto8, ni


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como una sórdida calle. 9l contrario, cada horizonte, cada

cerco o con'unto de &rboles me convocaba a un tipo de

felicidad an&loga a la que conocí antes de conocer la que

compartí con *. 2ero la invitación me parecía horrible. 1a

felicidad a la que se me invitaba me parecía insípida.

Encuentro que no quiero volver al pasado para ser feliz de esa

manera. Me asusta, incluso, la sola idea de que sea posible

volver al pasado así. Es que seme'ante destino se me anto'a

como el peor de todos: alcanzar un estado en el que mis a$os

de amor  matrimonio aparecieran retrospectivamente como un

episodio encantador   algo así como unas vacaciones   que

habrían sido como un breve interludio en mi interminable vida

normal, de siempre, al que podría volver como si nada. #

luego, todo ese intervalo se me aparecería como algo

irreal   algo e>tra$o a la trama habitual de mi historia de

tal manera que casi podría llegar a creer que le había

sucedido a otro. De ese modo *. moriría para mí por segunda

vez? un duelo peor que el primero. %ualquier cosa antes que

eso.

6!abes, mi amor, cu&nto te has llevado contigo cuando me

de'aste7 Me has privado incluso de mi pasado, aun de las cosas

que nunca compartimos. Me equivoqu4 al decir que el mu$ón se

estaba recuperando del dolor de la amputación. Me enga$4


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porque tiene tantos modos de lastimarme que sólo los vo

descubriendo uno por uno.

%on todo, ha dos enormes beneficios aunque me conozco

demasiado para creer que durar&n para siempre. -uelto hacia

Dios mi mente a no se topa con esa puerta atrancada?  si me

vuelvo hacia *. a no me encuentro con el vacío   ni tampoco

subsiste todo esa alharaca en torno a la imagen mental que de

ella me hago. Mis notas revelan en alg0n grado ese proceso,

pero no tanto como esperaba. =uiz& estas mutaciones no eran

enteramente observables. No hubo una repentina, sorprendente

metamorfosis emocional. Mas bien, ha sido como una habitación

que se fue caldeando o el advenimiento de la luz del día que

cuando uno las nota, ocurre que vienen sucediendo hace alg0n

tiempo a.

1as notas que he asentado han sido sobre mí mismo, sobre

*.  sobre Dios. En ese orden. # el orden  las proporciones

han sido e>actamente lo que no debieran haber sido. # ahora

advierto que en ning0n caso hubo de mi parte eso que damos en

llamar alabanza. !iendo que eso me habría convenido. 1a

alabanza es el modo de amor que siempre contiene algo de

'0bilo. 1a alabanza en su orden? alabarlo a El, como dador que

es? alabarla a ella, como el don. 69caso no gozamos con la

alabanza de lo alabado, por le'os que estemos de ello7 Es


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preciso que lo haga m&s a menudo. *e perdido la fruición que

alguna vez tuve de *. # esto le'os, mu le'os en el valle de

la disimilitud, de la fruición que, si su merced infinita lo

permite, alguna vez gozar4 de Dios. Mas todavía puedo,

alabando, gozar en alguna medida de ella,  a mismo, en esta

vida, en alg0n grado de El. Me'or que nada.

2ero quiz& carezca del don. 9dvierto que he comparado a *.

con una espada. Es verdad en determinado conte>to. 2ero

completamente inadecuado en sí mismo, induce a error. Debí

contrapesarlo. Debí decir +pero tambi4n como un 'ardín. %omo

un nido de 'ardines, muralla tras muralla, cerco tras cerco,

m&s escondido, m&s lleno de vida fragante  f4rtil cuanto m&s

uno se interna.

# luego de ella, como tambi4n de toda las creaturas del

mundo que alabo, debería decir +De alguna manera, en cierto

modo enteramente 0nico, son como El, El que las hizo.

9sí, ascendiendo desde el 'ardín hasta el Gardinero, desde

la espada hasta su *errero. *asta la -ida que da vida  hasta

la <elleza de donde emana toda hermosura.

+Est& en manos de Dios. Eso gana en energía cuando pienso

en ella como una espada. =uiz& la vida terrena que compartí


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con ella no era m&s que parte del templado. )al vez ahora El

la ase por la empu$adura  sopesa el arma nueva?  la hace

relampaguear en los aires. +na buena ho'a de Gerusal4n.

no de los instantes de anoche sólo puede describirse con

símiles? de otro modo sería indecible. (maginad un hombre

envuelto en la m&s completa oscuridad. %ree que est& en un

sótano o encarcelado en una celda. De repente oe un sonido.

!e inclina a creer que se trata de un sonido distante   como

de olas, o de una arboleda meci4ndose en el viento o de ganado

en la distancia. 2ero si es así, significa que no est&

encerrado en un sótano sino que se encuentra a la buena, en

pleno aire libre. " podría quiz& ser un sonido mucho m&s

cercano, como por e'emplo una risita ahogada. # si así fuera,

significa que un amigo est& 'unto a 4l, en la oscuridad. %omo

fuere, un sonido bueno, mu bueno. No esto tan loco como para

interpretar tales e>periencias como evidencias de nada. !ólo

se trata de una composición de lugar, un e'ercicio imaginario

por el que uno se hace a la idea   que siempre teóricamente

acept4   de que a lo me'or o,  para el caso cualquier otro

mortal en cualquier momento, puede estar completamente

equivocado acerca de la situación en la que en realidad se

encuentra.
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%inco sentidos? un intelecto incurablemente abstracto? una

memoria azarosamente selectiva? un con'unto de pre'uicios 

presupuestos tan numerosos que nunca llego a e>aminar sino una

peque$a proporción    ni siquiera cobro conciencia de todos

ellos. %on seme'ante aparato de captación 6qu4 proporción de

la realidad total logra filtrarse hasta mí7

!i puedo no me de'ar4 reducir a ninguna de dos

convicciones enteramente distintas que cada vez me hacen m&s

fuerza. na, es que el -eterinario Eterno resulta m&s

ine>orable todavía  que posiblemente me tenga reservadas

operaciones inconcebiblemente m&s dolorosas aun. 2ero la otra,

es que +todo resultar& bien,  todos estar&n bien,  todas las

cosas estar&n bien.

No importa que las fotografías de *. sean malas. No

importa   no mucho   que mis recuerdos de ella sean

imperfectos. !on sólo vínculos. *agamos una analogía con algo

perteneciente a una dimensión infinitamente m&s elevada.

Ma$ana por la ma$ana un sacerdote me dar4 una peque$a cosa

redonda, una delgada  fría hostia, completamente careciente

de gusto. 69caso es una desventa'a   no es acaso en cierto

sentido una venta'a   el hecho de que no puede pretender el

menor parecido con aquello a lo que me une7


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Necesito a %risto, no algo que se le parezca. =uiero a *.,

no algo que se le parezca. na fotografía realmente buena

podría convertirse a la larga en una trampa, un horror, un

obst&culo.

1as im&genes, debo suponer, tienen sus usos o no serían

tan populares. 52oco importa si son im&genes o estatuas fuera

de la mente o construcciones imaginarias8. %on todo, sus

peligros se me hacen cada vez m&s obvios. 1as im&genes de lo

!anto mu pronto se convierten en im&genes

santas   sacrosantas im&genes. 1a idea que tengo de Dios no es

una idea divina. Debe ser destruida una  otra vez. El mismo

las destrue. El es el gran iconoclasta. 6No podríamos casi

decir que estas destrucciones son una de las se$as de !u

2resencia7 1a Encarnación es el e'emplo supremo? todas las

ideas que precedentemente se hicieron acerca del Mesías quedan

en ruinas. # la maoría se siente +ofendida por estas

acciones iconoclastas: benditos los que no. 2ero lo mismo

ocurre con nuestras oraciones privadas.

)oda la realidad es iconoclasta. El ser amado en esta

tierra, incluso durante esta vida, sobrepasa una  otra vez la

idea que de 4l tenemos. # es lo que queremos? queremos a esa

persona con todas sus resistencias, todas sus faltas, todas

sus inesperadas salidas. Esto es, en toda su densa e


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independiente realidad. # esto, no una imagen ni un recuerdo

de ella, es lo que hemos de amar, incluso despu4s de muerta.

2ero +esto resulta ahora inimaginable. En ese sentido *.

 todos los muertos son como Dios. En ese sentido, amarla se

ha transformado, en alguna medida, en algo como el amor a

Dios. En ambos casos he de tender los brazos  las manos del

amor   aquí los o'os no sirven de nada   atravesando toda la

enmara$ada  cambiante fantasmagoría de mis pensamientos,

pasiones e imaginaciones, hasta alcanzar la realidad. No debo

instalarme satisfecho con la fantasmagoría  adorarla en lugar

de adorarlo a El, o amar eso en lugar de ella.

No mi idea de Dios, sino Dios. No mi idea de *., sino *.

!í, ni tampoco mi idea sobre el vecino, sino mi vecino. 2orque

6acaso no cometemos este error con los dem&s, con seres

vivientes   que est&n con nosotros en la misma habitación7 6"

no ocurre que muchas veces no hablamos a la persona en sí

misma sino a la imagen   casi a su resumen, casi a un bosque'o

de sí mismo   que de 4l nos hemos formado7 # resulta necesario

que ese alguien haga algo considerablemente ale'ado de ese

retrato que nos hemos for'ado de ella para que siquiera

caigamos en la cuenta de lo que ocurre. !i observamos

atentamente la cosa, en la vida real   a diferencia de lo que

ocurre en las novelas   las palabras  acciones de los


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persona'es nunca se corresponden e>actamente con su

personalidad, quiero decir, con aquello que nosotros llamamos

su personalidad. 1a persona real siempre tiene en su mazo un

naipe con el que nos sorprende  que no podíamos adivinar.

1a razón por la que presumo que hago esto con otros

procede del hecho de que tan frecuentemente encuentro que

obviamente los dem&s lo hacen conmigo. )odos creemos que

conocemos perfectamente al otro.

# todo el tiempo puede que, una vez m&s, me est4

construendo otro castillo de naipes. # si así es, El me lo

barrer& otra vez. %uantas veces sea necesario, derribar& mis

construcciones. 9 menos que tenga que darme por caso

perdido   de'&ndome construir palacios de cartón eternamente

en el (nfierno, +libre para siempre.

# por e'emplo, 6no estar4 poni4ndome ahora del lado de

Dios porque s4 que si ha un camino que conduce hasta *., pasa

a trav4s de El7 2ero luego, claro que s4 perfectamente de que

El no puede ser usado como un camino. !i uno se acerca a El no

como un fin sino como un medio, en realidad no se 1e est&

acercando nada. Eso es lo que induce a error en todas esas

im&genes populares de felices reuniones +del otro lado del

río? no porque est4n mal en sí mismas aquellas sencillas 


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mu terrenales im&genes, sino porque tienden a transformar en

@in lo que no puede sino ser un subproducto del verdadero @in.

!e$or, 6en verdad son 4stas tus condiciones7 6!er& que no

pueda reunirme con *., a menos que aprenda a amarte tanto que

a no me importe si la reencuentro o no7 %onsidera, !e$or,

cómo se ve desde aquí aba'o. 6=u4 pensarían los chicos si les

di'ese +Ning0n caramelo por ahora. 2ero cuando crezcan  a no

deseen realmente caramelos podr4is tomar todos los que

quieran.

!i supiese que permanecer eternamente separado de *.  en

un permanente olvido de su parte fuera a agregar m&s gozo 

esplendor a su ser, desde a que diría +adelante, pues.

E>actamente como cuando, estando a0n en esta tierra, si

hubiese podido curarle el c&ncer sólo con no verla m&s, eso

habría hecho. Me hubiese visto obligado. %ualquier persona

decente hubiese hecho eso. 2ero no es la situación en la que

me encuentro.

%uando me interrogo sobre todo esto delante de Dios no

obtengo respuesta alguna. 9unque es una +no3respuesta mu

particular. No es una puerta cerrada con llave. !e parece m&s

a una mirada silenciosa, ciertamente no e>enta de compasión.

%omo si El sacudiese la cabeza, no tanto como para negarse a


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responder, sino como quien aparta la pregunta misma: como si

di'ese +)ranquilo, ni$o? no entiendes.

69caso puede un mortal hacer preguntas que Dios encuentra

incontestables7 @&cilmente, creo. )odas las preguntas

insensatas son incontestables. 6%u&ntas horas ha en un

Hilómetro7 El amarillo, 6es cuadrado o redondo7 2robablemente

la mitad de nuestras preguntas   la mitad de nuestros grandes

planteos metafísicos  teológicos   son algo así.

# ahora que lo pienso, no me queda ning0n problema de

orden pr&ctico. %onozco los dos grandes mandamientos  m&s

vale que me ocupe de ellos. %iertamente, la muerte de *. ha

finiquitado el problema pr&ctico. Mientras vivía, podía, en la

pr&ctica estar tentado de ponerla antes que Dios? esto es,

hacer la voluntad de *. en lugar de la de Dios? si acaso

surgía alg0n conflicto. 1o que queda no es un problema ante el

cual pueda hacer 


 cosa alguna. 9hora todo gira en torno a

intensos sentimientos, sensaciones, motivos  cosas así. !on

problemas que o mismo me planteo. No creo que haa sido Dios.

1a fruición de Dios. 1a re3unión con los muertos. Estas

cosas no pueden figurar entre mis pensamientos m&s que cómo

rótulos. %heques en blanco. Mis nociones acerca de lo primero

son tambi4n una audaz e>trapolación inferida desde unas mu

escasas  breves e>periencias en esta vida. 2robablemente no


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tan valiosas como creo. =uiz& incluso de menor valía que otras

que no tengo en cuenta. Mis ideas acerca de lo segundo tambi4n

no son m&s que una e>trapolación. 1a realidad de ambas   el

cobro de los cheques   probablemente haría a$icos todas mis

nociones acerca de ellas 5por no hablar de las relaciones

entre ambas8.

2or un lado, la unión mística. 2or el otro, la

resurrección del cuerpo. No alcanzo a delinear ni el fantasma

de una imagen, o una fórmula   ni siquiera una sensación que

los combine. 2ero, se nos ha dado a entender, la realidad sí

que lo hace. 1a realidad: otra vez el gran iconoclasta. El

cielo resolver& nuestras dudas, pero no, creo o, mostr&ndonos

sutiles modos de conciliar proposiciones aparentemente

contradictorias. Nuestras nociones ser&n barridas de un saque

-eremos que nunca hubo tales contradicciones.

# luego, m&s de una vez, esta impresión que no puedo

describir e>cepto diciendo que se parece al sonido de una risa

ahogada en la oscuridad. 1a sensación de que una encantadora 

demoledora sencillez es la respuesta verdadera.

E>iste la generalizada noción de que los muertos pueden

vernos. # nosotros presumimos, razonablemente o no, que si es

así la cosa, entonces quiere decir que nos ven mucho m&s

claramente que antes. 6-er& *. cuanto de oropel  pura espuma

había en eso que dimos en llamar, ella  o, mi amor7 =ue así
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sea. Mira todo lo que puedas, querida mía. No me escondería

aun si pudiera. %iertamente que nunca nos idealizamos

recíprocamente. Nos esforzamos en no guardar ning0n secreto el

uno para el otro. #a conoces la maor parte de mis

podredumbres. # si ahora ves algo peor todavía, lo puedo

aceptar. # t0 tambi4n. Aefuta, e>plica, b0rlate, perdona.

2orque este es uno de los milagros del amor? reviste a los

enamorados de una particular potestad   aunque quiz&

especialmente a la mu'er   la potestad de ver a trav4s de los

encantos, la de ver m&s all& del encantamiento sin que por eso

queden desencantados.

1a de ver, en alguna medida, como Dios. !u amor  !u

conocimiento no se diferencian el uno del otro, ni de El

mismo. %asi podríamos decir que El ve porque El ama  que por

tanto ama aunque ve.

9 veces, mi Dios, uno est& tentado de decir que si

quisieras que nos comport&semos como los lirios del campo

deberías habernos dotado con una organización an&loga a la de

ellos. 2ero claro, supongo que precisamente 4se es el gran

e>perimento. " no? no un e>perimento, a que no los necesitas

para averiguar cómo son las cosas. M&s bien, tu gran empresa.

%rear un organismo que tambi4n es un espíritu? completar ese

terrible o>ímoron que es un +animal espiritual. )omar un


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pobre primate, una bestia llena de terminaciones nerviosas,

una creatura con un estómago que requiere que se lo llene, un

animal de cría que desea pare'a  decirle +Mu bien, ahora

adelante con esto. !4 un dios.

*e dicho, varios cuadernos atr&s, que a0n si contara con

lo que pareciera la seguridad de que *. est& realmente

presente, no lo creería. @&cil de decir, eso. 9hora mismo, sin

embargo, no trataría ninguna cosa de esas como evidencia de

nada. En realidad la sensación que tuve anoche,   no lo que

demuestra sino su calidad 


   'ustifique que la ponga por

escrito. Era algo increíblemente neutral, desprovista de

emoción alguna. !ólo la impresión de que su mente

moment&neamente se enfrentaba a la mía. Mente, no +alma como

habitualmente la entendemos. 2or cierto, lo contrario de

aquello que llamamos +conmovedor. Nada que ver con una

e>t&tica re3unión de amantes. Mucho m&s parecido a la

recepción de una llamada telefónica o de un telegrama de su

parte con fines enteramente pr&cticos. # no incluía ning0n

+mensa'e? sólo inteligencia  atención. Ninguna sensación de

'0bilo o de aflicción. Ni siquiera amor, en el sentido en que

normalmente lo entendemos. Ning0n desamor. Gam&s se me había

ocurrido, me sintiera como me sintiera, que los muertos podían

ser tan, bueno, tan fríamente pragm&ticos. # con todo, la cosa


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incluía una intensa  cordial intimidad. na intimidad que no

había pasado por sentido u emoción alguna.

!i esto fue un e>abrupto de mi inconsciente, entonces mi

inconsciente debe ser una región mucho m&s interesante que lo

que los psicólogos profundos me hacían suponer. 2ara empezar,

parece una región mucho menos primitiva que la de mi vida

consciente.

2ero procediera de donde procediera, lo cierto es que

resultó en una especie de limpieza mental a fondo. =uiz& los

muertos sean así: puras inteligencias. n filósofo griego no

se habría sorprendido con una e>periencia como la mía. *abría

anticipado que si algo nuestro permanece en el m&s all&, sería

precisamente eso. *asta ahora siempre me había parecido una

idea terriblemente &rida  estremecedora. Me repelía la

completa ausencia de emoción. # sin embargo en este contacto

5real o aparente8 no resultó así. 1a intimidad era

completa   restauradora  tonificante tambi4n    eso sin

emoción alguna. 6No ser& que esta intimidad es el amor en sí

mismo un amor que en esta vida viene acompa$ada de

emociones, no porque el amor sea en sí mismo una emoción, ni

porque propiamente lo requiere, sino porque nuestra alma

animal, nuestro sistema nervioso, nuestra imaginación

obligadamente responden a 4l de ese modo7 !i fuera así,


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cu&ntos pre'uicios no deberíamos suprimir; na sociedad, una

comunión de pura inteligencia, no sería fría, monótona 

desconsolada. 2or otra parte, sería mu parecido a lo que la

gente quiere dar a entender cuando usa palabras como

+espiritual, +místico o +santo. !eme'ante comunión sería...

si pudiese atisbarlo   bueno, casi me asustan los ad'etivos a

los que me veo obligado a recurrir, 6en4rgica7 6alegre7

6aguda, incisiva7 6alerta7 6intensa7 6despierta7 2or sobre

todo, sólida, %ompletamente fiable. @irme. No caben disparates

trat&ndose de muertos.

%uando digo +inteligencia incluo a la voluntad. 1a

atención es un acto de la voluntad. 1a inteligencia en acción

constitue supremamente una voluntad. 9quello que me salió al

encuentro estaba enteramente resuelto.

%asi al final, le di'e +!i puedes, si est&

permitido   tambi4n t0, acude a mi lado cuando est4 en mi

lecho de muerte. +2ermitido; e>clamó. +El cielo tendría que

esforzarse denodadamente para detenerme?  si hablamos del

(nfierno, lo haría saltar en pedazos. !abía que hablaba en

una especie de lengua'e mitológico, con algo de comedia

incluso. Gunto con una l&grima, había un destello en sus o'os.

Mas en lo que hace a su voluntad, no había mito ni broma   una

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