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INSTITUTO BÍBLICO JORGE

MÜLLER
Trabajo Final: HECHOS 2: 41 AL 47

MATERIA: HERMENÉUTICA BÍBLICA


PROFESOR: Quinteros Claudio
ALUMNA: Agüero Miriam Beatriz
Algunos detalles

El libro de los Hechos fue escrito por Lucas desde Roma, autor del Evangelio que lleva su nombre,
lo escribió alrededor de los años 63-70 d.C. Los libros de Lucas y Hechos constituyen casi 1/4 del
Nuevo Testamento. Fue escrito cerca del año 63-70 d.C. Como historiador, Lucas escribió a Teófilo
—que significa «amante de Dios»— para relatarle lo que aconteció después de la resurrección de
Jesús. Hechos de los Apóstoles es el segundo volumen de las Buenas Nuevas, la continuación de
los evangelios. En el libro Lucas explicó la sorprendente expansión del cristianismo, quizá para
legitimar a la iglesia ante las autoridades civiles o para confirmar la fe de los creyentes. Lucas pudo
también haberse propuesto que estos comprendieran cómo el Espíritu Santo estaba trabajando
para resolver el conflicto histórico entre gentiles y judíos.

El genero de literatura del libro es Geográfico / Histórico

La idea principal del libro es testificar con el Espíritu Santo, señales y prodigios, gran numero de
salvos, en fin, la idea es testificar al mundo con el poder del Espíritu Santo.

La vida de los primeros cristianos

Para poder entender el pasaje 2:41 previamente resumiré el contexto de capitulo 2 en adelante.

Los judíos dispersos por todo el mundo acudían en grandes multitudes a Jerusalén para celebrar
las principales fiestas judías. Ellos probablemente conocerían el griego, arameo y también su
propia lengua. Estos peregrinos se sintieron asombrados al oír a un pequeño grupo de galileos
hablando (alabando a Dios) en sus propios y singulares lenguajes (2:6-8). Esto causó sensación,
enorme interés y confusión entre los judíos. Y quisieron saber como podía ser esto.

Pedro, hablando por los apóstoles, llevó de inmediato a sus oyentes al profeta Joel. Pedro empleó
Joel para comunicar dos puntos:
(1) Dios derrama su Espíritu sobre el hombre,

(2) todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.

Pedro recordó luego al pueblo acerca del pasado reciente, señalando que Israel había dado
muerte a Jesús de Nazaret. Pero Jesús había sido conocido por Dios por medio de señales y
milagros y finalmente por medio de su resurrección de entre los muertos.

Pedro expuso a continuación las palabras del rey David, observando que é había esperado este día
de resurrección. Pedro, refiriéndose de nuevo a la realidad de la resurrección de Jesús, observó
que el hablar en lenguas era prueba del hecho de que el Jesús resucitado estaba a la diestra del
Padre, derramando el Espíritu Santo sobre personas (2:33). El punto culminante del mensaje de
Pedro (2:36) es que Jesús, a quien vosotros crucificasteis, es Señor y Cristo.

El mensaje de Pedro hizo una profunda impresión al darse cuenta esta gente de la magnitud de la
culpa de Israel al asesinar a su propio Mesías. Con un sentimiento de impotencia y desesperanza,
clamaron: "Qué haremos?" (2:37). Pedro les dijo que necesitaban cambiar de manera de pensar
acerca de Jesús de Nazaret, y cambiar su identificación pública (2:38).

La decisión nacional, que condujo a la crucifixión de Cristo era que El era un blasfemo y un agente
del mismo diablo. Debian cambiar su postura y reconocer que era el Mesías. Y debían identificarse
públicamente con El mediante el bautismo con agua.

Unas tres mil personas respondieron favorablemente a Pedro, y fueron añadidas a la Iglesia (v.
41). No se indica que los apóstoles hayan impuesto las manos a los nuevos creyentes para que
recibieran el Espíritu Santo. Cuando estas personas creyeron, se aislaron mucho de la vida social y
religiosa judía.

La Iglesia devino ahora el centro de estas cosas para estos nuevos creyentes. Durante los
siguientes meses, pasaron mucho tiempo juntos.

En el v.42 esta comunidad de nuevos creyentes, decidieron vivir como una gran familia, ellos
recibían diariamente las enseñanzas de los apóstoles, quienes los instruían acerca del Señor, junto
con la proclamación de la vida, muerte y resurrección de Jesús y lo que ello implicaba para la
salvación del hombre. Esta enseñanza constituyó en la iglesia primitiva una tradición de autoridad.
Estos primitivos creyentes se gozaban en tener comunión unos con otros, particularmente en e
partimiento del pan (que probablemente consistía en una comida fraternal, junto con la Cena del
Señor) y en tiempos frecuentes de oración en conjunto.

Entonces podemos analizar 4 elementos en este versículo a saber:

Enseñando. La frase “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles” señala el entusiasmo y


dedicación de estos primeros convertidos al cristianismo. Con toda decisión y firmeza buscaron a
los apóstoles para que les instruyeran en el evangelio de Cristo, porque Jesús había ordenado a su
grupo de seguidores a ser maestros de estos aprendices (Mt. 28:20).

Mat 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Durante su ministerio terrenal, Jesús enseñó con autoridad y “no como los maestros de la ley”
(Mr. 1:22).

Mar 1:22 Y se admiraban de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como los escribas.

Antes de su ascensión, él comisionó esta autoridad a sus apóstoles, que hablaron en su nombre. El
término enseñanza posee un doble significado; en primer lugar, la palabra se refiere a las buenas
nuevas de todo lo que Jesús dijo e hizo, y en segundo lugar los apóstoles fueron ocupados en el
trabajo de enseñar un evangelio oral a los convertidos, a quienes se los llama discípulos (o
aprendices). Esta enseñanza fue dada especialmente en servicios de adoración públicos, donde los
apóstoles enseñaron este evangelio en sus predicaciones.

La palabra comunión en el v. 42 es la traducción de la palabra griega koinonía (participación o


interacción social). No hay en el NT un concepto más vital que el de la unidad de aquellos que
están en Cristo. Esta unidad se describe variadamente en el NT. Probablemente la descripción más
importante es la analogía de parte de Pablo de la iglesia como el cuerpo de Cristo: No construir la
iglesia como una organización en el nivel local o denominacional, sino como la totalidad de
aquellos que están en Cristo.

koinonía describe la vida compartida en Cristo o la vida de cuerpo en la iglesia. Describe la vida en
común que tiene su fuente en Dios. La koinonía tiene para el cristiano dos elementos básicos: con
Dios y con el hombre. Estas no pueden ser separadas. Ser llevado a la koinonía con el Padre por
medio del Hijo es también ser llevado a la koinonía con otros igualmente relacionados con él. El NT
nunca da la opción de una salvación con sólo la dimensión vertical (hacia Dios).

Mateo 10:40: “El que os recibe a vosotros a mí me recibe, y el que me recibe a mí recibe al que me
envió” (existe en este versículo una dimensión horizontal hacia los hombres).

Es nuestra colaboración conjunta en la vida de Dios por medio de Jesucristo, como miembros
constituyentes del cuerpo de Cristo, como un pueblo bajo el señorío de Dios. El pueblo de Dios no
es denominado como comunión del Espíritu, pero la koinonía tiene el alcance para describir la vida
interior de la iglesia. La koinonía es el don de Dios, no es el logro humano. Los hombres pueden
hacer nacer una organización, una estructura, una empresa, pero no pueden hacer nacer un
organismo, el cuerpo de Cristo. Es un don y una exigencia:

Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro
Señor (1 Cor. 1:9).

El arrepentimiento (la convicción y la confesión) del pecado abre el camino a la vida en común.
Esto era el principio no negociable de la comunidad cristiana primitiva (y también para nosotros
hoy en día). No hay una posesión o un mérito positivo del hombre que sea suficiente para proveer
un fundamento para la solidaridad humana. La asociación genuina se establece en un negativo; se
funda donde los hombres fallan. Precisamente cuando reconocemos que somos pecadores
percibimos que somos hermanos.

La expresión partimiento del pan (v. 42) acompañada incluso de acción de gracias y de oraciones,
fue usada para la comida diaria; pues el partimiento del pan era la señal de que la comida estaba
por comenzar:

Mat 14:19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los
dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los
discípulos a la multitud.

Mat 15:36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los
discípulos a la multitud.

Hch 27:35 Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a Dios en presencia de todos, y
partiéndolo, comenzó a comer.
Sin embargo, también es cierto que la expresión “partir el pan” fue empleada por los primeros
cristianos para describir la cena del Señor. El empleo más claro del término aparece en 1 Corintios
10:16: El pan que partimos.

Las oraciones el último elemento vital de esta comunidad describe las oraciones específicas
hechas en la adoración; quizás incluyen las oraciones formales que los judíos acostumbraban
ofrecer en el templo.

Hch 3:1 Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.

En resumen, los cuatro elementos que Lucas menciona en este versículo (v. 42) aparecen
relacionados a la adoración pública: la enseñanza apostólica y la predicación, la comunión de los
creyentes los unos con los otros, la celebración de la Cena del Señor, y las oraciones en
comunidad.

En el v.43 El carácter de esta primitiva comunidad cristiana provocaba entre el pueblo una
sensación de temor, miedo y sorpresa, reforzado por los múltiples milagros y señales que los
apóstoles realizaban por el poder del Espíritu Santo.

En los vs. 44 y 45 se observa el mutuo afecto en esa primitiva hermandad cristiana que los
creyentes ricos vendían sus posesiones para ayudar a satisfacer las necesidades de los miembros
más vulnerables de la sociedad. El amor cristiano originado por una relación con Dios, se mostraba
mediante un programa social de ayuda material a los pobres. Esta coparticipación cristiana parece
haberse definido a los años iniciales de la iglesia de Jerusalén, y no pasó a otras iglesias cuando el
Evangelio de Cristo fue llevado más allá de Judea.

Se interpreta en el v. 46 que los creyentes todavía eran judíos que continuaban adorando todos
los días a Dios en el templo según la costumbre judaica. No les pasaba por la mente retirarse del
judaísmo y fundar un movimiento separado. Su confraternidad cristiana se manifestaba
particularmente mediante las comidas fraternales que se tenían en diversos hogares cristianos. La
alegría y el corazón generoso eran dos de las características sobresalientes de los primitivos
cristianos.

El v. 47 nos muestra que no todos los judíos aceptaron el testimonio respecto a Jesús resucitado,
pero hasta quienes lo rechazaban miraban con gran simpatía y agrado a la primitiva fraternidad
cristiana por la conducta de regocijo que manifestaban. Como resultado, diariamente el Señor
añadía a la nueva hermandad a los que habían aceptado el testimonio de Cristo como el Mesías, y
la comunidad cristiana los recibía como hermanos en la fe. También hoy día el Señor continúa
añadiendo a su iglesia y llamando a personas a adquirir su ciudadanía espiritual en la ciudad
llamada Sión.

Conclusión

 Lo que podemos rescatar para aplicar en nuestras vidas es que los discípulos estaban haciendo
todo bien, cuidándose uno a otro, viviendo en armonía, alabando a Dios, pero fue el Señor quien
añadió a la iglesia. Como dice Pablo en su primera epístola a los Corintios, “Yo planté, Apolos regó:
mas Dios ha dado el crecimiento” (1 Corintios 3:6).

Muchas iglesias hoy se preocupan por su propio crecimiento. A menudo están tentadas a adoptar
diversas modas para atraer a gente. Aún más alarmante son las iglesias que prefieren no hablar de
cosas desagradables, como la crucifixión, a favor de cosas más alegres.

Esta temprana iglesia que creció tan rápidamente no se dedicó al evangelismo, sino a predicar y a
la comunión, a la alabanza y a las obras de piedad, Dios honró su lealtad añadiendo “cada día a la
iglesia los que habían de ser salvos”.

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