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Historia de la Filosofía IV

El Evolucionismo y la acción de Dios en el mundo ¿Pueden compaginarse? ¿Como lo


harías?
El evolucionismo como teoría filosófica, ha sido uno de los temas más tratados en en
transcurso de los últimos siglos. El intento por buscar el origen de la vida, ha guiado siempre a la
humanidad a desarrollar diferentes modelos cosmológicos, que le permitan comprender el porqué de su
existencia. De hecho ya en los diálogos platónicos, encontramos rastros significativos en lo referente al
origen de la humanidad, y antes que él, Anaximandro ya había dicho que la vida venia del agua y que
las formas actuales de los seres vivientes, eran el producto de una progresiva adaptación;
lamentablemente este último nunca explicó como se había dado dicha adaptación. Por último, debido al
devenir histórico y a la expansión del cristianismo por el mundo occidental, el creacionismo se impuso
como pensamiento filosófico, y es precisamente en este punto donde iniciamos nuestro análisis.
La teoría creacionista, que acompaño a la humanidad durante gran parte de la edad antigua
y la edad media, no era más que otro intento de comprender la gran diversidad de la vida y la
perfección de la naturaleza, pero intentar ver en el famoso relato del Génesis un documento científico,
es engañarse, puesto que la función de dicho texto no era dar explicación sobre el origen de la vida sino
contrarrestar la visiones idolátricas de los pueblos de la antigüedad, mostrando a Dios como único y
dando a entender que solo Él podía haber realizado semejantes proezas.
Ahora bien, ya a mitad del siglo XIX se empezó a hacer habitual la idea de que las especies
actuales eran el resultado de un proceso evolutivo que, posiblemente habría iniciado millones de años
antes. Semejante teoría fue (como era de esperar) utilizada por los círculos filosóficos como arma de
ataque contra las concepciones religiosas que hasta el momento se mantenían. No es posible negar, que
la religiosidad (tal y como se manejaba) imperante durante ese periodo, estaba muy lejos de acercarse a
la verdad, al menos en lo que se refiere a la teoría de la evolución, mas tampoco se debe llegar a creer
que el planteamiento creacionista es en su conjunto falso, puesto que la misma teoría evolutiva por sí
sola, se queda corta al intentar resolver algunas de las dificultades que se le presentan.
Sin embargo, no nos apresuremos al intentar encontrar una conciliación entre dos puntos de
vistas aparentemente “antagónicos”. Antes de hacer dicha conciliación dediquemos un momento a
estudiar en que consisten ambos planteamientos.
El Creacionismo:
La teoría creacionista, es el resultado de un cuidadoso proceso de discernimiento por parte
de los padres de la iglesia, este planteamiento, no pretende -como ya se ha dicho- dar una explicación
científica sino metafísica del origen de los seres en el mundo, especialmente el hombre.
Podríamos decir que el dogma creacionista en la iglesia católica, no fue una doctrina
espontánea dada como resultado de una interpretación caprichosa de las sagradas escrituras; por el
contrario, su razón de ser, si bien es cierto que esta respaldada por los sagrados textos, tiene que ser
buscada en la problemática en la que se encontraba la filosofía antigua y medieval.
Durante los primeros siglos después de Cristo, en los albores del cristianismo, diversas
corrientes heréticas empezaron a infiltrarse en el pensamiento cristiano. Tal es el caso de la teoría
emanantista de los sistemas neoplatónicos; muchos pensadores neoplatónicos intentaron hacer
adaptaciones en sus sistemas filosóficos, de manera que la doctrina cristiana se viera enriquecida con la
luz de la razón natural, el problema estuvo en que no todas las adaptaciones eran concordes con la
religión e incluso muchos de los filósofos cristianizados intentaban imponer la razón al misterio
revelado. A pesar de esto la doctrina cristiana se mantuvo e impuso, gracias a la hábil pluma e inmensa
piedad de los muchos santos que la protegieron y defendieron.
Ahora bien, durante la edad media, vemos que se presenta un problema semejante; ya no
intentando implantar la teoría emanantista, sino con una nueva herejía, a saber, el traducianismo, pero
¿Que afirmaba esta doctrina? Primeramente, hemos de entender que los defensores de esta idea,
querían en primera instancia, resolver el “eterno” problema del pecado original, que de una u otra
forma había sido planteado por San Agustín. EL saber como se transmitía el pecado era una polémica
que había de ser resuelta, para poder fundamentar lógicamente el misterio de la encarnación y
redención efectuada por el Hijo de Dios. Los traducianistas, intentaron explicar el proceso de
transmisión del pecado, alegando que el alma no era creada por Dios, sino que era producida, como
parte del proceso natural por la unión de los padres y que de esa manera se transmitía el pecado
original. Ante esta herejía, surgieron numerosos apologistas, que defendieran la doctrina cristiana, y de
esta manera, el dogma se mantuvo a salvo de dichas borrascas.
Así nos topamos con que la doctrina creacionista, no se interesaba por dar una explicación
científica del origen biológico de los seres naturales, sino que intentaba en primera instancia, mantener
el dogma del hombre como imagen de Dios y como ser creado por Él. Además ¿Como podían los
hombres producir naturalmente un alma, siendo que su cuerpo es corruptible? Teniendo en cuenta
también que el hecho de que el alma sea producida por los padres, los convertiría en absolutos
creadores de un ser humano y esto contradice el dogma de la creación. Tal como hemos dicho, la
iglesia se opuso frontalmente ante este tipo de doctrina, dando a entender que ciertamente los padres
participan, como cocreadores, en un acto de donación que produce la fecundación, pero que el alma es
completamente creada por Dios en el mismo instante de la fecundación.
Sabiendo esto, entonces ¿Porqué el evolucionismo Darwiniano se opuso tan acérrimamente
a la doctrina cristiana? La respuesta a esta pregunta es, que la idea creacionista, devino en el error, de
intentar imponer el Génesis como libro científico que explicaba todo el proceso de la creación.

Evolucionismo:
Si bien es innegable que el creacionismo cayó en el extremismo, hasta le punto de llegar a
considerar el libro del Génesis como un acta de los hechos de la creación, la teoría evolucionista no
hizo menos al plantear la herejía de que lo seres naturales con el producto de la casualidad.
Ciertamente la teoría Darwiniana, afirma que todos las especies que existen en la actualidad
tienen un antecesor común, pero ¿como se dio el proceso de evolución hasta las especies actuales? Para
responder a esta pregunta, Darwin dice que este antecesor común posiblemente no fue más que una
molécula que progresivamente se fue haciendo mas compleja, mediante la mezcla con otros elementos
químicos. Naturalmente para que este proceso se diera, tuvo que existir un caldo primitivo, rico en
hidrógeno y otros elementos. El hecho es que por purísima casualidad, este caldo existió, además por
purísima casualidad también estaban dadas las condiciones necesarias para que la vida empezara, de
manera que la vida comenzó.
Al principio las moléculas eran de una estructura muy simple, pero a causa del proceso ya
mencionado, fueron evolucionando hasta llagar a convertirse en organismo unicelulares capaces de
reproducirse, de igual modo algunas células unicelulares fagocitaron a otras tomando sus funciones.
Quizá, el siguiente paso de la casual evolución fue el de la unión de varias células, que dieron como
resultado, animales pluricelulares acuáticos. Debido a las hostilidades del medios, estos animales se
vieron obligados a adaptarse a diferentes ambientes, dando como resultado el lento proceso de la
especiación.
El verdadero problema de esta teoría, no es plantear que las especies sean el producto de la
adaptación, sino que está en afirmar que todo la realidad es el producto de la casualidad. El mismísimo
hombre seria el resultado de una casualidad, más aún, si no hay una determinación en la creación del
mismo, entonces la realidad se reduce drásticamente a la materialidad. Así, la dignidad del hombre
queda al ras del suelo, todo el fundamento moral se pierde y el sentido de la vida, la transcendencia y la
teleología humana se puede parangonar con la de un mono o una cucaracha. No es necesario ser un
genio para percibir que semejante planteamiento teórico, muestra una clarísima estrechez de visión.
Pero la teoría evolutiva, no se ve libre de contradicciones, puesto que si afirmamos que las
especies son el producto de la casualidad ¿Como entonces podemos afirmar la adaptación? La
adaptación, implica un curso, una linea a seguir ¿Debemos aseverar entonces que los animales son
conscientes de las medidas genéticas que deben tomar para sobrevivir en el medio? Esto queda sin
resolver.
Finalmente para responder a la pregunta planteada al inicio de este análisis, me remito a lo
que dice el catecismo de la iglesia católica, a saber que la frase Dios ha creado el mundo no es una
afirmación ya superada de las ciencias naturales. Se trata de una afirmación teológica, es decir, una
afirmación sobre el sentido y el origen divino de las cosas. El hecho de afirmar que Dios ha creado el
mundo, debe llevarnos a pensar que que Él acompaña al mundo y lo lleva a plenitud. Así -sigue
diciendo el catecismo- el ser creadas es una cualidad permanente en las cosas y una verdad elemental
acerca de ellas, puesto que existen porque Dios ha querido que existan.
Esta visión de la iglesia católica, no se contrapone al modelo evolutivo del cosmos, sino
que plantea la conveniente división entre las afirmaciones teológicas y científicas. De esta manera las
Ciencias naturales no pueden excluir la manera dogmática que en la creación hayan procesos
orientados a un fin y la fe por el contrario no puede definir como se realizan dichos procesos en el
desarrollo de la naturaleza. La evolución supone que hay algo que puede desarrollarse. Pero con ello no
se afirma nada acerca de ese algo. Tampoco las preguntas del ser, la dignidad, la misión, el sentido y el
porqué del mundo y de los hombres se pueden responder biológicamente.

“¿Y esto [la enorme precisión de los procesos del big bang] dicen que ha surgido por casualidad? !Que
idea mas absurda!” Walter Thirring (1927, físico austriaco).

“Creer en Dios quiere decir que comprender que con las cosas del mundo no basta. Creer en Dios
quiere decir comprender que la vida tiene un sentido” Luddwig Wittgenstein (1889-1951, filósofo
austriaco)

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