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Sentencia C-674/08

COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL-Configuración

HUELGA-Su declaratoria como función de la Asamblea General

La asamblea general expresa la voluntad general del sindicato y la


declaratoria de huelga es una de las funciones más importantes de la
organización, por lo que el legislador … se ajustó a los preceptos de la
Constitución que regulan el derecho de asociación sindical, a los principios
democráticos que rigen la estructura y el funcionamiento de los sindicatos, y
al ejercicio legítimo del derecho de huelga y, por lo tanto, no se violaron los
artículos 39 y 55 de la Constitución y los Convenios 87 y 98 de la O.I.T.

CAUCION PARA GARANTIZAR CORRECTO MANEJO DE


FONDOS PERTENECIENTES A SINDICATO-Exigencia a
tesorero/CAUCION PARA GARANTIZAR CORRECTO MANEJO
DE FONDOS PERTENECIENTES A SINDICATO-Cuantía la
establece asamblea general

DEPOSITO DE REFORMAS ESTATUTARIAS DE SINDICATOS-


Requisito con fines de publicidad/DEPOSITO DE REFORMAS
ESTATUTARIAS DE SINDICATOS-No es trámite de control previo
administrativo

DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL-Alcance

El núcleo esencial del derecho a la libertad sindical, lo integran las


siguientes atribuciones: i) El derecho de todos los trabajadores, sin
discriminación ni distinción alguna, para agruparse a través de la
constitución de organizaciones permanentes que los identifican como grupos
con intereses comunes, y cuya defensa propugnan; ii) La facultad de
constituir y organizar estructural y funcionalmente las referidas
organizaciones y conformarlas automáticamente como personas jurídicas,
sin la injerencia, intervención o restricción del Estado; iii) El poder de las
organizaciones de trabajadores de determinar: el objeto de la organización,
condiciones de admisión, permanencia, retiro o exclusión de sus miembros,
régimen disciplinario interno, órganos de gobierno y representación,
constitución y manejo del patrimonio, causales de disolución y liquidación,
procedimiento liquidatorio, y otros aspectos que atañen con su estructura,
organización y funcionamiento, que deben ser, en principio, libremente
convenidos por los miembros de las asociaciones sindicales al darse sus
propios estatutos o reformarlos, salvo las limitaciones que válidamente pueda
imponer el legislado; iv) La facultad de las asociaciones sindicales para
formular las reglas relativas a la organización de su administración, así
como las políticas, planes y programas de acción que mejor convengan a sus
intereses, con la señalada limitación; v) La garantía de que las
organizaciones de trabajadores no están sujetas a que la cancelación o la
Expediente D-7138

suspensión de la personería jurídica sea ordenada por la autoridad


administrativa, sino por vía judicial; vi) El derecho de las organizaciones
sindicales para constituir y afiliarse a federaciones y confederaciones
nacionales e internacionales; y vii) La inhibición, para las autoridades
públicas, incluyendo al legislador, de adoptar regulaciones, decisiones o
adelantar acciones que tiendan a obstaculizar el disfrute del derecho a la
libertad sindical.

DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL-Mecanismos de


protección/DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL-No es
absoluto/DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL-Limitaciones no
pueden anular o desnaturalizar su núcleo esencial

Tanto de las normas internacionales que integran el bloque de


constitucionalidad como del artículo 39 de la Constitución se deduce que la
protección del derecho a la libertad sindical mediante la consagración de
garantías que van desde la no injerencia de las autoridades y de los
particulares en ámbitos de autonomía del sindicato, hasta la exigencia de
participación efectiva y directa de todos los afiliados en las decisiones
trascendentales de la vida sindical que implican la posibilidad legal de
limitar esta garantías. El hecho de que la Constitución proteja la libertad
sindical no significa que sea imposible establecer restricciones para reducir
el alcance de la protección, pues es claro que este derecho puede ser limitado
mientras no se haga imposible su ejercicio, se anule o desnaturalice su
núcleo esencial.

SINDICATO-Principios democráticos constituyen límite razonable y


necesario a su autonomía estatutaria y decisoria/DERECHO A LA
LIBERTAD SINDICAL-Restricciones legales son válidas si se dirigen a
concretar principios democráticos

Los principios democráticos a la libertad, dignidad, igualdad, pluralismo,


participación, representación, primacía de la voluntad mayoritaria, respeto
por la minoría, prohibición de la arbitrariedad e imparcialidad, entre otros,
se proyectan de manera obligatoria en la organización sindical y constituyen
un límite razonable y necesario a la autonomía estatutaria y decisoria de los
sindicatos. De ahí que, únicamente resultan válidas constitucionalmente las
restricciones legales del derecho a la libertad sindical cuando se dirigen a
concretar los principios democráticos y, por lo tanto, a exigir la eficacia
normativa de la democracia en los sindicatos, en tanto y cuanto se trata de
particulares a quienes el constituyente reconoció enorme relevancia para el
Estado Social de Derecho y un papel preponderante en el desarrollo de la
sociedad democrática.

ASAMBLEA GENERAL DE SINDICATO-Manifestación por


excelencia de la democracia en la organización/ASAMBLEA
GENERAL DE SINDICATO-Justificación de atribuciones exclusivas
Expediente D-7138

La asamblea general es el máximo órgano de las organizaciones sindicales


porque agrupa a todos sus afiliados y es el escenario propicio para expresar
las ideas que se consideran pertinentes y necesarias para defender los
intereses y aspiraciones comunes. Es, entonces, la asamblea la manifestación
por excelencia de la democracia en el sindicato. En este sentido, cuando la
ley dispone que corresponde exclusivamente a la asamblea del sindicato el
cumplimiento de unas funciones y, por lo tanto, excluye la posibilidad de
delegarlas a otros de sus órganos, no solamente busca obtener un consenso
mayoritario en relación con aspectos fundamentales para el futuro de la
organización sindical, sino también garantizar la transparencia en la toma de
decisiones porque evita la concentración y el ejercicio arbitrario del poder.
De ahí que se justifica entregar a la asamblea, en forma exclusiva, la facultad
de adoptar decisiones fundamentales para el futuro de la organización
sindical, pues de esta manera se impide que pueda delegar medidas
trascendentales a otros órganos que, por su propia naturaleza y lógica de la
gestión sindical, no tienen la misma representatividad que la que expresa la
unión máxima de sus afiliados.

ASAMBLEA GENERAL DE SINDICATO-Reunión cada seis


meses/ASAMBLEA GENERAL DE SINDICATO-Validez
constitucional de que por ley se disponga un número mínimo de
reuniones al año/AUTONOMIA SINDICAL-No se desconoce por
fijación de un mínimo de reuniones de la Asamblea General

Si se tiene en cuenta que la asamblea es el órgano máximo de la organización


sindical, es lógico inferir que, en aplicación del principio democrático a la
participación, la ley puede exigir que los estatutos de la misma permitan la
mayor participación posible de sus miembros, por lo que es válido que la ley
hubiere limitado la autonomía del sindicato y hubiere regulado el número
mínimo de reuniones al año, pues la ley confiere la facultad para determinar
un número superior en sus estatutos. De ahí que, esa disposición no
desconoce la autonomía sindical para regular el número de reuniones de la
asamblea porque, a pesar de que señala un mínimo anual, le deja un margen
de libertad importante para que los estatutos señalen más convocatorias al
año. En consecuencia, es válido constitucionalmente que la ley hubiere
dispuesto que la asamblea general del sindicato se reúna por lo menos cada
seis meses.

QUORUM DELIBERATORIO EN ASAMBLEA GENERAL DE


SINDICATO-Previsión de la regla de la mayoría absoluta constituye
manifestación de aplicación de principios democráticos/QUORUM
DELIBERATORIO EN ASAMBLEA GENERAL DE SINDICATO-
Requisito para el normal funcionamiento y organización de los
sindicatos

Una manifestación directa y clara de la aplicación de los principios


democráticos en el seno de las organizaciones privadas con relevancia social
Expediente D-7138

es la aplicación de la mayor participación de los afiliados en la toma de


decisiones importantes para el futuro de la colectividad. La mayoría que
representa la mitad más uno de los afiliados es la más adecuada para
preservar los principios democráticos en el sindicato, con mayor razón si se
tiene claro que el quórum deliberatorio es un requisito mínimo indispensable
para el normal funcionamiento y organización de los sindicatos.

Referencia: expedientes D-7138 y D-7140


(acumulados)

Demandas de inconstitucionalidad contra


los artículos 370, 376, 385, 386 y 387 del
Código Sustantivo del Trabajo

Actores: Martha Sofía Cabana Navarro y


otros

Magistrado Ponente:
Dr. MARCO GERARDO MONROY
CABRA

Bogotá D. C., dos (2) de julio de dos mil ocho (2008)

La Sala Plena de la Corte Constitucional, conformada por los magistrados


Humberto Antonio Sierra Porto -quien la preside-, Jaime Araujo Rentería,
Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Treviño, Rodrigo Escobar Gil,
Mauricio González Cuervo, Marco Gerardo Monroy Cabra, Nilson Pinilla
Pinilla, y Clara Inés Vargas Hernández, en ejercicio de sus atribuciones
constitucionales y en cumplimiento de los requisitos y trámites establecidos
en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la presente sentencia con
fundamento en los siguientes,

I. ANTECEDENTES

En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, los ciudadanos


Martha Sofía Cabana y Ramón Arellano Barrios demandaron la
constitucionalidad de los artículos 370, 376, 385 y 386 del Código Sustantivo
del Trabajo. La demanda fue radicada con el número D-7138.

De otra parte, el ciudadano Lucas Mesa Mejía demandó la constitucionalidad


de los artículos 386 y 387 del Código Sustantivo del Trabajo. La demanda fue
radicada con el número D-7140.
Expediente D-7138

Mediante decisión del 4 de diciembre de 2007, la Sala Plena de la Corte


Constitucional ordenó acumular los expedientes para que fueran fallados en
una misma sentencia. Una vez repartidas al despacho del Magistrado
Sustanciador, mediante Auto del 14 de diciembre de 2007, se admitieron las
demandas.

1. Normas demandadas

Las demandas se dirigen a cuestionar la totalidad de los artículos contenidos

en el Código Sustantivo del Trabajo que a continuación se transcriben:

“ARTICULO 370. VALIDEZ DE LA MODIFICACION. Artículo


modificado por el artículo 5 de la Ley 584 de 2000. Ninguna
modificación de los estatutos sindicales tiene validez ni comenzará a
regir, mientras no se efectúe su depósito por parte de la organización
sindical, ante el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.

ARTICULO 376. ATRIBUCIONES EXCLUSIVAS DE LA ASAMBLEA.


Artículo modificado por el artículo 16 de la Ley 11 de 1984. Son de
atribución exclusiva de la asamblea general los siguientes actos: La
modificación de estatutos, la fusión con otros sindicatos; la afiliación a
federaciones o confederaciones y el retiro de ellas; la sustitución en
propiedad de los directores que llegaren a faltar y la destitución de
cualquier director; la expulsión de cualquier afiliado; la fijación de
cuotas extraordinarias; la aprobación del presupuesto general; la
determinación de la cuantía de la caución del tesorero; la asignación de
los sueldos; la aprobación de todo gasto mayor de un equivalente a diez
(10) veces el salario mínimo mensual más alto; la adopción de pliegos
de peticiones que deberán presentarse a los {empleadores} a más tardar
dos (2) meses después; la designación de negociadores; la elección de
conciliadores y de árbitros; la votación de la huelga en los casos de la
ley y la disolución o liquidación del sindicato.

ARTICULO 385. REUNIONES DE LA ASAMBLEA. La asamblea


general debe reunirse por lo menos cada seis (6) meses.

RTICULO 386. QUORUM DE LA ASAMBLEA. Ninguna asamblea


general puede actuar válidamente sin el quórum estatutario, que no será
inferior a la mitad más uno (1) de los afiliados; además, solamente se
computarán los votos de los socios presentes.

ARTICULO 387. REPRESENTACION DE LOS SOCIOS EN LA


ASAMBLEA. Cuando por la naturaleza misma de las actividades o
profesión de los afiliados, o por la distribución geográfica o el excesivo
Expediente D-7138

número de ellos, resulte impracticable lo dispuesto en el artículo


anterior, pueden admitirse en los estatutos otros sistemas que garanticen
la representación de los afiliados en la asamblea.”

2. Las demandas

Para mayor claridad, se hará una exposición individual de las razones por las
cuales los demandantes en cada una de las demandas acumuladas consideran
que las disposiciones impugnadas vulneran la Constitución.

Demanda D-7138

(i) Artículo 370 del Código Sustantivo del Trabajo

Los demandantes consideran que esta disposición desconoce los artículos 2º,
4º, 13, 38, 39, 40, 53, 93 de la Carta y el 3º del Convenio 87 de la O.I.T. Al
respecto dicen que condicionar la validez de las reformas estatutarias del
sindicado al depósito ante el Ministerio de la Protección Social desconoce el
derecho al trabajo y, en especial, el derecho a constituir organizaciones
sindicales sin injerencias indebidas del Estado, puesto que deja en manos de
la autoridad administrativa la aprobación de uno de los presupuestos
necesarios para la existencia del sindicato.

De igual forma, la demanda sostiene que la norma acusada vulnera el artículo


3 del Convenio 87 de la O.I.T., según el cual las organizaciones de
trabajadores tienen derecho a redactar sus estatutos y reglamentos
administrativos en forma autónoma y libre de injerencia de terceros y del
Estado, por lo que ordena que “Las autoridades públicas deberán abstenerse
de toda intervención que tienda a limitar este derecho o a entorpecer su
ejercicio legal”. Contrario a ello, al condicionar la validez de las reformas de
los estatutos del sindicato al depósito en el Ministerio del Trabajo, es evidente
que la norma acusada constituye una injerencia indebida de las autoridades
públicas en el funcionamiento de la organización sindical, más aún cuando su
función no sólo tiene fines de registro y publicidad frente a terceros, sino
también es un requisito para materializar las decisiones adoptadas por la
Asamblea.

(ii) Artículos 376, 385 y 386 del Código Sustantivo del Trabajo

Para los demandantes, tales disposiciones también representan una injerencia


inconstitucional de las autoridades públicas en el derecho de las asociaciones
sindicales a determinar su organización interna, el cual no sólo es reconocido
por el artículo 39 superior, sino también por el artículo 3º del Convenio 87 de
la O.I.T. A su juicio, la autonomía sindical supone la libertad de configuración
interna de los sindicatos, lo cual supone: i) la prohibición para las autoridades
públicas (administrativas y el legislador) de intervenir en dicha autonomía y,
ii) la limitación de los sindicatos al respeto de los principios democráticos, a
la ley y la Constitución.
Expediente D-7138

Con base en lo anterior, concluyó que “el parlamento se extralimitó en


ejercicio de su poder legislativo, en cuanto establece una prefiguración en la
forma interna de los organismos, en otros términos, establece un formato en
el cual se deben mover los sindicatos para determinar su figura interna”, lo
cual resulta irrazonable si se tiene en cuenta que la Constitución y los
Tratados Internacionales consagran que corresponde a los mismos sindicatos
determinar su forma de organización interna.

Finalmente, los actores aclaran que tampoco podría sostenerse que la


intervención del Estado en la estructura interna del sindicato sea un
instrumento para exigir el desarrollo los principios democráticos, en tanto que
la asamblea general puede señalar pautas para conseguir el desarrollo de los
mismos, por lo que constituye una “decisión del sindicato mismo determinar
la forma que considere más adecuada para su organización interna,
atendiendo a otros criterios como son el número de afiliados, el lugar de
estos, la misma estructura de la o las empresas en que se encuentran sus
afiliados”. En consecuencia, únicamente corresponde a los sindicalizados
organizar el sindicato y hacer efectivos los principios democráticos, pues debe
considerarse a la “asamblea general como una forma democrática y
razonable del ejercicio de la democracia”.

D- 7140

Art. 386 y 387 del Código Sustantivo del Trabajo

El demandante considera que las normas acusadas vulneran los artículos 38 y


39 de la Carta y 3º del Convenio 87 de la O.I.T, ratificado por Colombia
mediante la Ley 26 de 1976, y que hace parte del bloque de
constitucionalidad.

Para el actor, el artículo 39 de la Constitución consagra como garantía


fundamental para la constitución y permanencia de las asociaciones sindicales
la autonomía y la no injerencia del Estado en la creación y gestión
administrativa y financiera de los sindicatos. Ahora, el hecho de que la Carta
imponga el sometimiento de estas asociaciones al orden legal y a los
principios democráticos, no significa que el legislador puede regular en forma
arbitraria esas limitaciones, pues como lo advirtió la Corte Constitucional en
sentencia C-201 de 2001, “el marco regulatorio expedido por el legislador
debe respetar la autonomía de que gozan los sindicatos para establecer sus
reglamentos, los requisitos de admisión de afiliados y su forma de gestión
administrativa y financiera, en desarrollo del principio de no injerencia del
Estado en el funcionamiento de tales organizaciones”.

Agrega el actor que, según el Comité de Libertad Sindical del Consejo de


Administración de la O.I.T, las únicas posibles restricciones impuestas por el
legislador, deben buscar el funcionamiento democrático de las organizaciones
Expediente D-7138

y salvaguardar los intereses de los asociados. Por tal razón, concluye que si
bien la ley puede limitar la libertad sindical, también debe respetar la
autonomía que el constituyente otorgó a las organizaciones sindicales.

A juicio del demandante, el artículo 386 del Código Sustantivo del Trabajo
vulnera el núcleo esencial de la libertad sindical, puesto que impone un
quórum decisorio específico sin el cual ninguna decisión será válida. De
hecho, la Constitución otorga libertad de organización sindical, con lo cual
debía permitirse que el sindicato escoja el sistema que considera pertinente
para la toma de decisiones y las funciones de la Asamblea General. Agrega
que la limitación no es razonable, puesto que no es “necesaria, mínima,
indispensable y proporcionada a la finalidad que se persigue”, en los
términos de la Sentencia C-797 de 2000.

En cuanto al artículo 387 del Estatuto del Trabajo, el demandante dice que, al
igual que la norma anterior, es contraria a la libertad de asociación sindical
porque a pesar de autorizar a los Estatutos a adoptar otros sistemas para
establecer la validez de las decisiones, de todas maneras limita la autonomía
sindical porque sólo lo permite en los siguientes casos: (i) cuando la
naturaleza de las actividades o profesión de los afiliados lo requieran o (ii)
cuando las condiciones geográficas o de número de afiliados lo exijan. Sin
embargo, la posibilidad de establecer otros sistemas debe predicarse para
todos los casos. En consecuencia, el actor considera que, en desarrollo de la
autonomía propia del derecho a la asociación sindical, en todos los casos debe
permitirse a la organización determinar distintos sistemas de toma de
decisiones.

3. Intervenciones

3.1 Central Unitaria de Trabajadores de Colombia-CUT

Dentro de la oportunidad legal prevista, Central Unitaria de Trabajadores de


Colombia- intervino en el proceso para manifestar lo siguiente:

Respecto del artículo 370 del Estatuto del Trabajo solicita que la Corte
declare la inexequibilidad de la expresión “Ninguna modificación de los
Estatutos tiene validez” y la exequibilidad de la expresión “ni comenzará a
regir, mientras no se efectúe el depósito por parte de la organización
sindical”, en el entendido de que hace referencia a la oponibilidad de los
estatutos a terceros. Ello, por cuanto, a su juicio, el principio de la no
injerencia de las autoridades públicas en las organizaciones sindicales a que
hacen referencia los artículos 39 de la Carta Política y el Convenio 87 de la
O.I.T, se traduce en que la organización sindical, que ya cuenta con un
reconocimiento jurídico del Estado, puede modificar sus propios Estatutos sin
que pueda condicionarse su validez al registro en el Ministerio de Trabajo.
Por este motivo, desde el momento en que la reforma sea aprobada, ésta deber
tener plenos efectos entre los miembros de la organización. En este mismo
Expediente D-7138

orden de ideas, sólo un juez de la República y no una autoridad administrativa


debe ser el competente para analizar la legalidad de una reforma estatutaria.

No obstante lo anterior, el interviniente señala que no puede sostenerse lo


mismo frente a la oponibilidad de las reformas a terceros. En efecto, según su
criterio, para ese efecto, es razonable que la ley exija el registro de la reforma
estatutaria ante el Ministerio de la Protección Social. Es por ello que la
expresión “ni comenzará a regir, mientras no se efectúe el depósito por parte
de la organización sindical”, debe condicionarse en el entendido que el
registro es necesario sólo para la oponibilidad de la reforma frente a terceros.

En cuanto al artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo, el interviniente


señala que la expresión “exclusiva” debe declararse inexequible, puesto que
resulta contrario al derecho a la autonomía sindical que se imponga que las
decisiones que ahí se señalan sean tomadas únicamente por la Asamblea
General, como quiera que resulta una injerencia arbitraria del Estado porque
le quita a los estatutos la posibilidad de adoptar su propia organización
interna. El actor recuerda que este artículo ya ha sido objeto de
pronunciamientos por parte de la Corte Constitucional, en Sentencias C-271
de 1999 y C-797 de 2000.

Para reforzar su anterior argumento, el interviniente agregó que, de


conformidad con lo dispuesto por la Comisión de Expertos de la O.I.T, en
aplicación de Convenios y Recomendaciones de esa misma entidad sobre
libertad sindical y negociación colectiva, señaló que las únicas exigencias que
pueden ser impuestas a los estatutos de los sindicatos, de conformidad con la
legislación nacional, son aquellas de naturaleza formal y no material. En este
sentido, aunque acepta que las materias de conocimiento exclusivo de la
Asamblea General a que hace referencia la norma acusada son de suma
importancia para el funcionamiento de un sindicato, resulta inconstitucional
que no se permita que el sindicato delegue o faculte a otros órganos para
ejercer las funciones allí señaladas.

Iguales consideraciones presenta para solicitar la inexequibilidad del artículo


385 del Código Sustantivo del Trabajo y de la expresión “que no será inferior
a la mitad más uno (1) de los afiliados; además, solamente se computarán los
votos de los socios presentes”, contenida en el artículo 386 de esa misma
normativa.

Finalmente, respecto del artículo 387 resalta que la expresión “Cuando por la
naturaleza misma de las actividades o profesión de los afiliados, o por la
distribución geográfica o el excesivo número de ellos, resulte impracticable
lo dispuesto en el artículo anterior” desconoce el Convenio 87 de la O.I.T, al
inmiscuirse en asuntos de la libertad de organización de los sindicatos. De
igual manera, dijo que los Convenios 087 y 098 sobre Libertad Sindical hacen
parte del derecho internacional imperativo, que los pueblos y Estados
consideran obligatorios y que no pueden ser modificados por los
Expediente D-7138

ordenamientos internos de cada Estado. En consecuencia, hacen parte del


bloque de constitucionalidad, tal y como lo dijo la Corte Constitucional en la
Sentencia C-401 de 2005.

3.2. Ministerio de la Protección Social

El apoderado del ministerio en comento interviene en el presente asunto para


solicitar que se declare la exequibilidad de la totalidad de las normas
demandadas.

En cuanto al artículo 370 del Estatuto del Trabajo, afirma que, conforme lo
señala el artículo 39 de la Constitución, el Estado puede intervenir, y en
consecuencia, las organizaciones sindicales deben obrar conforme al
ordenamiento jurídico vigente. Así mismo, considera que cuando una norma
se refiere a la validez, el operador jurídico debe determinar: el
consentimiento, la capacidad, el objeto y la causa lícita. Lo anterior, se
diferencia de la eficacia, la cual refiere a la oponibilidad frente a terceros.
Para el Ministerio, esta norma protege a las minorías dentro de una
organización sindical.

En cuanto al artículo 376 demandado, resalta que atribuir unas funciones


específicas que sólo pueden ser adoptadas por la Asamblea General desarrolla
el principio democrático en la organización sindical y, de manera especial,
protege a las minorías. Para el Ministerio, esta norma busca evitar que las
funciones más importantes de la vida sindical sean monopolizadas por la
Junta Directiva del Sindicato o por el Presidente.

De la misma manera, considera que la consagración de la obligación de


reunión semestral de la Asamblea General, contenida en el artículo 385 del
Código Sustantivo del Trabajo, busca una mayor democratización de las
actividades sindicales, y que éstas no sean convocadas solamente por decisión
unilateral de la Junta Directiva o del Presidente. Así, afirma que “el peligro
que se corre es que al no consagrarse también un mínimo respecto a la
periocidad de las reuniones de la Asamblea, es que en determinadas
condiciones el grueso de los afiliados sindicales puede verse excluido de
cualquier posibilidad de deliberación y decisión”. En consecuencia, considera
razonable que la ley fije un mínimo de asistencia de todos los sindicalizados
para la toma de decisiones de su organización, pues “son aspectos de alguna
manera adjetivos que en nada conculcan los temas privativos de la
autonomía sindical”

En relación con el artículo 387, el Ministerio señala que el actor demandó la


validez de este artículo por considerarlo conexo al 386, pero no señaló
argumentos concretos de inconstitucionalidad. Ahora, si se observa que su
finalidad es precisamente la perseguida por el demandante, esto es, buscar
distintos sistemas de representación al interior del sindicato, tal y como lo
Expediente D-7138

señala el artículo 39 superior, es lógico concluir que la norma está acorde con
la Carta Política.

3.3 Ciudadano José Gabriel Mesa Cárdenas

El ciudadano José Gabriel Mesa Cárdenas intervino dentro del término legal
en las demandas de la referencia para solicitar que la Corte declare su
exequibilidad.

Para el interviniente, el principio de no injerencia en la actividades de las


organizaciones sindicales consagrado en el Convenio 87 de la O.I.T., no debe
interpretarse como el deber de absoluta inactividad del Estado o “inacción
forzada de las autoridades” frente al desarrollo de las mismas, puesto que,
incluso, sólo en ciertos casos excepcionales, la ausencia total de intervención
del Estado es la única vía para preservar la autonomía sindical. De hecho,
recuerda que la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y
Recomendaciones de la O.I.T. ha señalado que el Estado puede imponer
requisitos formales a los sindicatos.

Para el actor, el depósito señalado en el artículo 370 del Código Sustantivo


del Trabajo es simplemente formalidad que resulta necesaria y razonable para
dar publicidad a los cambios realizados libremente por los sindicatos, por lo
que es evidente que al entender que la norma acusada se refiere al depósito y
no a la aprobación de los estatutos ni a la modificación del alcance o del
contenido de las determinaciones adoptadas, no se desconoce la autonomía
sindical.

En relación con el artículo 385 del Código Sustantivo del Trabajo, el


ciudadano manifiesta que aunque la primera lectura el Convenio 87 de la
O.I.T. permitiría concluir que se prohíbe cualquier intervención de las
autoridades, su interpretación detallada muestra que las limitaciones vedadas
son solamente aquellas que limiten el derecho o entorpezcan el ejercicio legal
del sindicato. De hecho, en el Informe 27, Caso No. 159 del Comité de
Libertad Sindical, se aclara que “una legislación que reglamenta
minuciosamente los procedimientos electorales internos (…), es incompatible
con las garantías reconocidas a los sindicatos por el Convenio núm. 87 (…)
sin embargo, de una manera general, las leyes que reglamentan la frecuencia
de las elecciones (…) no ponen en tela de juicio los principio”. Por ello, el
ciudadano concluye que la norma impugnada está acorde con el Convenio 87
de la O.I.T.

En cuanto a la validez del artículo 386 del Estatuto del Trabajo, el


interviniente concluye que debe ser declarado exequible en el entendido que
“la mayoría allí prevista se exigirá solamente cuando en el orden del día se
traten asuntos que afecten la existencia misma del sindicato o su estructura”.
Lo anterior, porque, a su juicio, el Estado no puede imponer una mayoría
Expediente D-7138

absoluta como regla de actuación válida en la Asamblea General, de lo


contrario podría desconocerse la autonomía sindical. Para sustentar su
conclusión, citó el Informe del Comité de Libertad Sindical en el caso 179, en
el cual se lee que “cuando se trata de asuntos básicos que se refieren a la
existencia y estructura de un sindicato y a los derechos esenciales de sus
miembros, la reglamentación legal de las mayorías que deben adoptar las
decisiones respectivas no implica una intervención de las autoridades
contraria al Convenio”

De la misma manera, solicita se declare la constitucionalidad condicionada


del artículo 387 y se “permita a las organizaciones de trabajadores
identificar otras situaciones en razón de las cuales pueda admitirse otros
sistemas que garanticen la representación de los afiliados a la Asamblea”,
por cuanto a pesar de que se ajusta plenamente al Convenio 87 de la O.I.T. el
hecho de que se admita que la organización sindical puede establecer otros
sistemas para garantizar la representación de los trabajadores, sí resulta
contrario al instrumento internacional que se les impida identificar otras
razones válidas adicionales en cuyos casos se aplicarían los “otros sistemas”,
puesto que “ello equivale a vaciar de contenido la libertad sindical”.

4. Concepto del Ministerio Público

El Procurador General de la Nación, doctor Edgardo José Maya Villazón,


intervino dentro de la oportunidad procesal prevista, con el fin de solicitar que
la Corte se declare inhibida para pronunciarse de fondo por ineptitud
sustantiva de las demandas formuladas contra los artículos 370, 376, 385, 386
y 387 del Código Sustantivo del Trabajo.

Lo anterior, al considerar que los cargos parecerían sustentarse en razones


legales, de conveniencia, pero no permiten determinar en qué consisten las
violaciones a la Constitución. Concluye entonces que los planteamientos no
son específicos, ni pertinentes, ni suficientes, por lo que, conforme lo ha
explicado la Corte Constitucional en sentencias C-1052 de 2001, C-1256 de
2001 y C-013 de 2000, debe inhibirse para proferir sentencia de fondo.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

1. Conforme al artículo 241 ordinal 4º de la Constitución, la Corte es


competente para conocer de la constitucionalidad de los artículos 370, 376,
385, 386 y 387 del Código Sustantivo del Trabajo, ya que se trata de una
demanda de inconstitucionalidad en contra de normas que hacen parte de una
ley.

Cosa juzgada constitucional. Artículos 370 y 376 (parcial) del Código


Sustantivo del Trabajo.
Expediente D-7138

2. En primer lugar, la Sala encuentra que en sentencia C-271 de 1999, esta


Corporación resolvió declarar “EXEQUIBLES la expresión "la votación de
la huelga en los casos de la ley y", contenida en el inciso primero del artículo
376 del C.S.T., asi como la locución "optar por la declaratoria de huelga o",
que hace parte del parágrafo de la misma disposición”

En esa oportunidad, esta Corporación concluyó que si se tiene en cuenta que


la asamblea general expresa la voluntad general del sindicato y la declaratoria
de huelga es una de las funciones más importantes de la organización, “el
legislador … se ajustó a los preceptos de la Constitución que regulan el
derecho de asociación sindical, a los principios democráticos que rigen la
estructura y el funcionamiento de los sindicatos, y al ejercicio legítimo del
derecho de huelga” y, por lo tanto, no se violaron los artículos 39 y 55 de la
Constitución y los Convenios 87 y 98 de la O.I.T.

3. Igualmente, en sentencia C-797 de 2000, la Corte resolvió declarar


“EXEQUIBLE la expresión ‘la determinación de la cuantía de la caución del
tesorero; la asignación de los sueldos” contenida en el art. 376 del C.S.T. y
EXEQUIBLE en forma condicionada, como se expresa en la consideración
3.2.3, la expresión “la aprobación de todo gasto mayor de un equivalente a
diez (10) veces el salario mínimo mensual mas alto”, del mismo artículo”. Y,
de otra parte, decidió “Declarar INEXEQUIBLE el parágrafo del art. 376
del C.S.T”.

Para adoptar esas decisiones, la Corte consideró que, a partir de la


interpretación del artículo 39 de la Constitución y el Convenio 87 de la O.I.T.,
i) es razonable que la ley exija una caución al tesorero de los sindicatos y que
su cuantía sea determinada por la asamblea porque de esa manera se garantiza
el adecuado y correcto manejo del patrimonio de dichas organizaciones; ii) es
válido constitucionalmente que la ley hubiere conferido a la asamblea la
facultad para asignar los sueldos a los empleados del sindicato, “pues como
órgano supremo de la administración es normal que tenga [esa]
competencia”, con la que se busca evitar que se tomen decisiones arbitrarias;
iii) “es irracional, en la forma como esta concebida, la norma del mismo art.
376, según la cual, la asamblea debe aprobar “todo gasto mayor de un
equivalente a 10 veces el salario mínimo mas alto”, porque ello puede
atentar contra la eficacia y la eficiencia administrativas, en la medida en que
dado lo ínfimo de dicha cuantía será necesario reunir frecuentemente a la
asamblea general, cuando se requiera realizar asi sea en forma urgente un
gasto que supere la aludida cifra, con los consiguientes inconvenientes para
el buen funcionamiento administrativo. En tales circunstancias, con el fin de
superar los problemas que pueden derivarse de la aplicación estricta de la
referida norma, la Corte la declarará exequible bajo el entendido de que
corresponde a la asamblea la aprobación de todo gasto que supere la cuantía
mencionada, siempre que no este contemplado en el presupuesto”; iv) el
parágrafo del artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo es contrario a la
Expediente D-7138

Constitución porque “corresponde a las organizaciones sindicales en forma


autónoma definir lo relativo a la representación”.

4. Eso muestra que, mediante sentencias definitivas previas, esta Corporación


confrontó varios apartes contenidos en el artículo 376 del Código Sustantivo
del Trabajo con los artículos 39 de la Constitución y 3º del Convenio 87 de la
O.I.T., expresiones normativas que nuevamente se acusan infringidas porque
hacen parte del artículo ahora impugnado, por lo que es evidente que respecto
de las expresiones “la determinación de la cuantía de la caución del
tesorero”, “la asignación de los sueldos”, “la aprobación de todo gasto
mayor de un equivalente a diez (10) veces el salario mínimo mensual mas
alto” y "la votación de la huelga en los casos de la ley y", del artículo 376, ha
operado el fenómeno de la cosa juzgada constitucional que impide un nuevo
pronunciamiento de fondo, por lo que la Sala se estará a lo resuelto en las
sentencias C-271 de 1999 y C-797 de 2000.

5. De otra parte, en reciente oportunidad, esta Corporación estudió la


constitucionalidad del artículo 370 del Estatuto del Trabajo, que es la norma
ahora demandada y, mediante sentencia C-465 del 15 de mayo de 2008,
resolvió declarar su exequibilidad, por el cargo analizado, “en el entendido de
que le depósito de la modificación de los estatutos sindicales cumple
exclusivamente funciones de publicidad, sin que ello autorice al Ministerio de
la Protección Social para realizar un control previo sobre el contenido de la
reforma”.

Para llegar a esa conclusión, la Corte comparó la norma acusada con el


artículo 39 de la Constitución y el Convenio 87 de la O.I.T., en tanto que
reiteró que ese instrumento hace parte del bloque de constitucionalidad y,
concluyó que el legislador no puede sujetar la entrada en vigencia de las
reformas a los estatutos del sindicato a su registro o depósito en el Ministerio
de la Protección Social, puesto que las decisiones de la asamblea adquieren
vigor para los miembros del sindicato desde el mismo momento de su
aprobación, sin injerencia del Estado. Cosa distinta es, que frente a terceros,
dicha reforma deba ser objeto de depósito en el Ministerio para que pueda ser
oponible.

No obstante, ante la posibilidad de que este depósito se interprete como un


requisito para la validez de las reformas estatutarias, de tal forma que se
desconocería la autonomía sindical, la Corte condicionó la exequibilidad del
artículo 370, en el entendido que dicho depósito cumple solamente funciones
de publicidad y no de control previo por parte del Ministerio.

Lo dicho muestra que, al igual que la situación anterior, los cargos resueltos
por esta Corporación mediante sentencia C-465 del 15 de mayo de 2008, son
idénticos a los que en esta oportunidad presentan los demandantes como
sustento de su pretensión de inexequibilidad, por lo que claramente se tiene
que existe cosa juzgada constitucional y así se declarará en la parte resolutiva
de esta providencia.
Expediente D-7138

Problemas jurídicos a resolver

6. Los demandantes consideran que los artículos 376, 385, 386 y 387 del
Código Sustantivo del Trabajo, vulneran los artículos 39 de la Constitución y
3º del Convenio 87 de la O.I.T., porque, a su juicio, cuando la ley señala
atribuciones exclusivas a la asamblea del sindicato, un mínimo de reuniones y
el quórum que requiere ese órgano para deliberar, impide que los estatutos
señalen las reglas necesarias para su organización interna y, por consiguiente,
interfiere de manera arbitraria en la autonomía sindical. De igual forma,
opinan que el desarrollo de los principios democráticos a los que están
obligados los sindicatos corresponde a la asamblea general y a su
reglamentación interna, por lo que la ley no puede imponer una forma
determinada de organizar el sindicato. La Central Unitaria de Trabajadores
coincide con los demandantes en pedir la inexequibilidad de algunos apartes
de los artículos 376 y 386 y la totalidad del artículo 385 del Código
Sustantivo del Trabajo, por cuanto implican una injerencia arbitraria del
Estado en asuntos internos de la organización sindical. Para el efecto, citaron
algunos conceptos de la Comisión de Expertos de la O.I.T., que indican que
los únicos límites legales autorizados a los sindicatos son los de naturaleza
formal y no material.

Por su parte, el Ministerio de Protección Social y un ciudadano interviniente


consideran que las disposiciones normativas acusadas se ajustan a la
Constitución porque, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 39 de la
Constitución y el Convenio 87 de la O.I.T, la autonomía sindical y el principio
de no injerencia en la actividades de las organizaciones sindicales no son
absolutos sino que pueden limitarse por la ley y los principios democráticos.
Entonces, cuando el legislador determina un número mínimo de reuniones de
la asamblea por derecho propio, un conjunto de atribuciones de exclusivo
resorte de todos los afiliados al sindicato y un quórum deliberatorio específico,
simplemente desarrolla la democratización de las actividades sindicales. Para
sustentar sus conclusiones, citan algunos conceptos del Comité de Libertad
Sindical de la O.I.T.

A su turno, el Ministerio Público consideró que la Corte debe inhibirse para


pronunciarse de fondo porque, según su criterio, las demandas acumuladas no
plantean razones de índole constitucional y, por lo tanto, los cargos no son
específicos, ni pertinentes, ni suficientes.

7. Lo anterior muestra que, en primer lugar, la Sala debe analizar si existe


demanda en debida forma que autorice un pronunciamiento de fondo y, sólo
en caso de ser afirmativa la respuesta, el problema jurídico que debe resolver
consiste en determinar si el legislador violó el derecho a la autonomía sindical
y la garantía de no injerencia del Estado en las decisiones internas de los
sindicatos, al señalar atribuciones exclusivas, un número mínimo de reuniones
Expediente D-7138

al año, el quórum deliberatorio de la asamblea general de afiliados a las


organizaciones sindicales y una excepción a dicho quórum.

Demanda en debida forma y principio pro actione

8. De manera uniforme y constante esta Corporación ha dicho que la acción


pública de inconstitucionalidad desarrolla los derechos de los ciudadanos a
participar en la conformación, ejercicio y control del poder político (artículos
40 y 229 de la Carta), por lo que su ejercicio no puede estar sometido a
estrictas formalidades ni a requisitos especiales que dificulten el acceso a la
justicia para defender la Constitución y hacer eficaz la democracia
participativa.

No obstante lo anterior, la jurisprudencia constitucional también ha señalado


en varias ocasiones que la efectividad del derecho de acceso a la justicia para
interponer acciones públicas en defensa de la Constitución no impide que el
legislador señale condiciones de procedencia formal de esta acción, pues es
una carga procesal razonable que busca racionalizar su uso e impedir el
control de constitucionalidad oficioso de todas las leyes. Por esa razón, en
sentencia C-131 de 1993, la Corte Constitucional declaró la exequibilidad del
artículo 2° del Decreto 2067 de 1991, de acuerdo con el cual una demanda de
inconstitucional se entiende presentada en debida forma cuando indica: i) las
normas que se acusan como inconstitucionales, ii) las normas superiores que
se consideran vulneradas, iii) las razones por las que la Corte Constitucional
es competente para conocer la demanda y, iv) los motivos por los cuales se
estima que las disposiciones constitucionales han sido infringidas.

Especialmente, en cuanto a este último requisito, la Corte ha explicado que el


cargo de inconstitucionalidad “no se satisface con la exposición de cualquier
tipo de razones o motivos, sino que es necesario que éstas sean ‘claras,
ciertas, específicas, pertinentes y suficientes”1. Así, el cargo es claro cuando
se presentan argumentos comprensivos y consecuentes con lo solicitado. Los
motivos de impugnación son ciertos cuando la demanda recae sobre una
proposición normativa real y existente2, y no sobre una deducida por el actor,
o implícita3. Las razones de inconstitucionalidad son específicas cuando el
actor explica por qué la disposición acusada desconoce o vulnera la Carta,
pues “el juicio de constitucionalidad se fundamenta en la necesidad de
establecer si realmente existe una oposición objetiva y verificable entre el
contenido de la ley y el texto de la Constitución Política, resultando
inadmisible que se deba resolver sobre su inexequibilidad a partir de

1 Sentencia C-1052 de 2001.


2En Sentencia C-362 de 2001, la Corte concluyó que no existían cargos porque los argumentos
dirigidos a reprochar la disposición partían de proposiciones que no se derivaban de la norma
acusada.
3 Mediante Sentencia C-504 de 1995, la Corte concluyó que la disposición acusada no correspondía
a la realmente consagrada por el legislador.
Expediente D-7138

argumentos ‘vagos, indeterminados, indirectos, abstractos y globales’ que no


se relacionan concreta y directamente con las disposiciones que se acusan”4.

En este mismo sentido, el cargo de inconstitucionalidad es pertinente cuando


presenta argumentos de constitucionalidad congruentes con lo solicitado, pues
las discusiones puramente legales y las solicitudes dirigidas a constatar la
vigencia o aplicabilidad de la ley no son admisibles en el proceso de
constitucionalidad. Por ello, la Corte ha dicho que no prosperan las
acusaciones cuyo fundamento es el análisis de conveniencia5, necesidad6 o
actualidad doctrinaria7. Finalmente, los cargos son suficientes cuando la
demanda está dirigida a desvirtuar la presunción de constitucionalidad de la
ley, esto es, cuando se genera un verdadero debate constitucional8.

9. Ahora bien, las demandas acumuladas sostienen que la ley no tiene


autorización constitucional para regular el número de reuniones que debe
tener la asamblea del sindicato, ni el quórum requerido para deliberar
válidamente, ni para determinar cuáles decisiones de la asamblea son
indelegables, pues ello impide que los estatutos de las organizaciones de
trabajadores o de empleadores, que concretan la autonomía sindical, señalen
la organización interna y las reglas necesarias para la regulación sindical, con
lo cual se desconocen el derecho a la autonomía sindical previsto en el
artículo 39 de la Constitución y el principio de no injerencia del Estado en las
organizaciones sindicales consagrado en el Convenio 87 de la O.I.T.

Por el contrario, algunas opiniones que se presentaron en el proceso sostienen


que las normas acusadas simplemente concretan la facultad conferida al
legislador por el artículo 39 de la Constitución y el Convenio 87 de la O.I.T.
para limitar el derecho a la asociación sindical y desarrollar los principios
democráticos en las organizaciones sindicales.

Como puede verse, los demandantes plantean una discusión de contenido


constitucional porque surge de la confrontación objetiva y lógica entre los
artículos 376, 385, 386 y 387 del Código Sustantivo del Trabajo y los
artículos 39 de la Constitución y 3º del Convenio 87 de la O.I.T. Así, el debate
constitucional se ha planteado en forma concreta y clara en torno a dos
problemas de índole superior que son propios del control de
constitucionalidad abstracto, a saber: i) la hermenéutica de las normas que,
según criterio de los actores, integran el bloque de constitucionalidad, pues la
cuestión se circunscribe a determinar si las reglas legales afectan el núcleo
esencial del derecho a la asociación sindical. Para ello, es pertinente analizar
de acuerdo con la jurisprudencia constitucional, de una parte, si el Convenio
87 de la O.I.T. hace parte del bloque de constitucionalidad y, de otra, cuáles

4 Sentencia C-1052 de 2001


5 Puede verse la Sentencia C-269 de 1995.
6 Sentencias C-090 de 1996, C-357 de 1997, C, 374 de 1997, C-012 de 2000 y C-040 de 2000.
7 Sentencia C-504 de 1993.
8 Sentencia C-1037 de 2002.
Expediente D-7138

son los criterios para determinar el contenido esencial del derecho a la


autonomía sindical. Y, ii) la determinación legal sobre el número mínimo de
sesiones al año de la asamblea del sindicato, el quórum deliberatorio de la
misma, una excepción a ese quórum y la atribución de facultades exclusivas
al máximo órgano del sindicato, desarrolla la eficacia constitucional de los
principios democráticos en las organizaciones sindicales o si violan el núcleo
esencial del derecho a la asociación sindical y de la garantía de no injerencia
del Estado en los asuntos internos de los sindicatos.

En conclusión, a juicio de la Sala, los demandantes plantean un cargo de


inconstitucionalidad claro, específico, cierto, pertinente y suficiente para
generar el debate constitucional que autoriza una decisión de fondo.

Jurisprudencia constitucional sobre el derecho a la libertad sindical.

10. En varias ocasiones esta Corporación ha tenido la oportunidad de


manifestar que el derecho a la asociación sindical no sólo se encuentra en el
artículo 39 superior, sino en un conjunto de disposiciones de rango
constitucional que concretan la relevancia que, para el Estado Social de
Derecho y la democracia participativa, tienen las organizaciones sindicales,
puesto que, de acuerdo con la jurisprudencia de esta Corporación, los
Convenios 879 y 98 de la O.I.T, hacen parte del bloque de constitucionalidad y
por esa razón condicionan la validez de las normas de inferior jerarquía.

La Corte ha dicho que la asociación sindical tiene un doble carácter: de una


parte, de derecho subjetivo10 respecto de cada afiliado que puede protegerse
en forma individual aún por medio de la acción de tutela y, de otra, de
garantía a la persona jurídica sindical que impide la intromisión arbitraria de
las autoridades públicas y de otros particulares y, por su condición, puede
exigirse como ente colectivo11.

En efecto, el artículo 39 superior consagra los principios generales de libertad


para la creación y permanencia de las asociaciones sindicales y el de
autonomía de los sindicatos en su organización, composición, estructura,
pluralismo, gestión administrativa y financiera. Esta autonomía se concreta en
formas precisas de libertad, tales como las señaladas en el artículo 3º del
Convenio 087 de la O.I.T., según el cual las organizaciones de empleadores y
de trabajadores tienen autonomía para “redactar sus estatutos y reglamentos
administrativos”, los derechos a “elegir libremente sus representantes, el de
organizar su administración”, y a organizar sus “actividades y el de formular
9 En las siguientes sentencias pueden encontrarse las razones por las que la Corte Constitucional
considera que el Convenio 87 de la O.I.T., hace parte del bloque de constitucionalidad: C-797 de
2000, C-311 de 2007, C-043 de 2006, C-1188 de 2005, C-401 de 2005, T-285 de 2006, C-449 de
2005 y C-035 de 2005, entre otras.
10 Al respecto, pueden consultarse, entre otras, las sentencias T-441 de 1992, C-385 de 2000, T-
329 de 205, T-953 de 2005, T-1178 de 2004 y T-979 de 2004.
11 En este sentido, pueden verse las sentencias T-005 de 1997, T-568 de 1999, T-510 de 2002, T-
509 de 2005, T-072 de 2005 y T-359 de 2005.
Expediente D-7138

su programa de acción”. Para proteger esos derechos, el instrumento


internacional reafirma la garantía de autonomía del sindicato y la prohibición
del Estado de interferir arbitrariamente en las decisiones sindicales por cuanto
“las autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda
a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal”.

El artículo 3º del Convenio 87 de la O.I.T. ampara la autonomía e


independencia del sindicato, como elemento esencial del derecho a la
asociación sindical, desde dos perspectivas. En primer lugar, desde el punto
de vista positivo porque les otorga los derechos a redactar sus estatutos, elegir
libremente sus representantes, organizar su administración, sus actividades y
formular su programa de acción. En segundo lugar, desde la perspectiva
negativa en tanto que expresamente establece el deber de las autoridades de
abstenerse de toda intervención que tienda a limitar o entorpecer el ejercicio
legal de este derecho. Es también, si se quiere, un derecho a la inmunidad
frente a las intervenciones arbitrarias del Estado y de los particulares.

11. Así las cosas, de la interpretación del artículo 39 de la Constitución, del


Convenio 87 de la O.I.T. y de los artículos 22 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y 8º del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, la jurisprudencia constitucional ha
concluido que los miembros de las organizaciones y las asociaciones
sindicales son sujetos de derecho libres, autónomos, independientes12 y
respetuosos del imperio de la ley y la Constitución. Son libres para crear
organizaciones y decidir, sin discriminación y distinción alguna, si se afilian o
no a grupos determinados para proteger intereses comunes. Los sindicatos y
sus afiliados son autónomos para autoregularse, en tanto que tienen la
facultad para señalar las reglas internas de organización administrativa,
financiera y de gestión funcional y orgánica del sindicato. De igual manera,
son independientes, porque tienen espacios de inmunidad que rechazan y
prohíben la intervención arbitraria e intromisión de las autoridades públicas y
de los particulares. De hecho, podría decirse que la independencia de las
organizaciones sindicales resguarda la libertad sindical para organizarse y
decidir sobre sus intereses y limita la libertad de configuración normativa del
legislador. Finalmente, la Corte ha dicho que los afiliados y los sindicatos
deben ser respetuosos del imperio de la ley y la Constitución, no sólo porque
la eficacia normativa de los derechos fundamentales también se impone frente
a los particulares13, sino porque la libertad sindical no es absoluta sino que

12 En cuanto a la libertad, autonomía e independencia de los sindicatos, puede acudirse, entre


otras, a las sentencias C-385 de 2000, C-797 de 2000, C-449 de 2005, C-043 de 2006, C-449 de
2005, C-311 de 2007 y C-1188 de 2005.
13 Sobre el deber de los sindicatos de respetar el derecho fundamental al debido proceso en la
expulsión de alguno de sus miembros, pueden verse las sentencias T-329 y T-331 de 2005. También
resulta interesante la ponderación que realizó la sentencia T-1189 de 2003, entre el derecho a la
libertad sindical de los miembros del sindicato de un hospital que expresaron sus reclamaciones
laborales con gritos y arengas y el derecho a la vida y a la tranquilidad de los enfermos
hospitalizados que no podían conciliar el sueño y recuperar su salud debido al ruido generado por
los trabajadores.
Expediente D-7138

está limitada por las reglas necesarias y razonables para proteger los
principios democráticos14.

12. Como se aprecia en el artículo 39 superior, el Constituyente limitó la


libertad sindical, al señalar que “la estructura interna y el funcionamiento de
los sindicatos y organizaciones sociales y gremiales se sujetarán al orden
legal y a los principios democráticos”. En el mismo sentido, al interior de la
Organización Internacional del Trabajo se ha entendido que la garantía de
libertad sindical no es absoluta, pues el artículo 8º del Convenio 87 dispone
que “Al ejercer los derechos que se les reconocen en el presente Convenio, los
trabajadores, los empleadores y sus organizaciones respectivas están
obligados, los mismo que las demás personas o las colectividades
organizadas, a respetar la legalidad”… de todas maneras aclara que “la
legislación nacional no menoscabará ni será aplicada de suerte que
menoscabe las garantías previstas en el presente Convenio”.

Igualmente, el artículo 22 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos reconoce el derecho de toda persona a asociarse con otras para
fundar sindicatos, afiliarse a ellos y proteger sus intereses. Y, el numeral 2º de
esa disposición declara que el ejercicio de ese derecho “sólo podrá estar
sujeto a las restricciones previstas por la ley que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad
pública o del orden público, o para proteger la salud o la moral públicas o
los derechos y libertades de los demás”.

El artículo 8º del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales regula la libertad sindical de una manera más detallada, así:

1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar:

a) el derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su


elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización
correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y
Desarrollo de la libertad sindical mediante el control de la O.I.T. No
podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las
que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática
en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la
protección de los derechos y libertades ajenos;

b) el derecho de los sindicatos a formar federaciones o confederaciones


nacionales y el de éstas a fundar organizaciones sindicales
internacionales o a afiliarse a las mismas;

c) el derecho de los sindicatos a funcionar sin obstáculos y sin otras


limitaciones que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una

14 En este punto, recuérdese además de las sentencias citadas en las dos notas anteriores, las
sentencias C-201 de 2002, T-270 de 2004 y T-1328 de 2001, entre otras.
Expediente D-7138

sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden


público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos;

d) el derecho de huelga, ejercido de conformidad con las leyes de cada


país” (negrillas fuera del texto original)

En este orden de ideas, se tiene que tanto de las normas internacionales que
integran el bloque de constitucionalidad como del artículo 39 de la
Constitución se deduce que la protección del derecho a la libertad sindical
mediante la consagración de garantías que van desde la no injerencia de las
autoridades y de los particulares en ámbitos de autonomía del sindicato, hasta
la exigencia de participación efectiva y directa de todos los afiliados en las
decisiones trascendentales de la vida sindical que implican la posibilidad legal
de limitar esta garantías. En otras palabras, el hecho de que la Constitución
proteja la libertad sindical no significa que sea imposible establecer
restricciones para reducir el alcance de la protección, pues es claro que este
derecho puede ser limitado mientras no se haga imposible su ejercicio, se
anule o desnaturalice su núcleo esencial.

13. En relación con los asuntos que hacen parte del núcleo esencial del
derecho a la libertad sindical, la jurisprudencia de esta Corporación considera
que lo integran las siguientes atribuciones:

“i) El derecho de todos los trabajadores, sin discriminación ni distinción


alguna, para agruparse a través de la constitución de organizaciones
permanentes que los identifican como grupos con intereses comunes, y
cuya defensa propugnan. Este derecho implica la libertad tanto para
afiliarse como para retirarse de dichas organizaciones;

ii) La facultad de constituir y organizar estructural y funcionalmente las


referidas organizaciones y conformarlas automáticamente como personas
jurídicas, sin la injerencia, intervención o restricción del Estado;

iii) El poder de las organizaciones de trabajadores de determinar: el


objeto de la organización, condiciones de admisión, permanencia, retiro
o exclusión de sus miembros, régimen disciplinario interno, órganos de
gobierno y representación, constitución y manejo del patrimonio,
causales de disolución y liquidación, procedimiento liquidatorio, y otros
aspectos que atañen con su estructura, organización y funcionamiento,
que deben ser, en principio, libremente convenidos por los miembros de
las asociaciones sindicales al darse sus propios estatutos o reformarlos,
salvo las limitaciones que válidamente pueda imponer el legislador
conforme al inciso 2 del art. 39;

iv) La facultad de las asociaciones sindicales para formular las reglas


relativas a la organización de su administración, así como las políticas,
Expediente D-7138

planes y programas de acción que mejor convengan a sus intereses, con


la señalada limitación;

v) La garantía de que las organizaciones de trabajadores no están sujetas


a que la cancelación o la suspensión de la personería jurídica sea
ordenada por la autoridad administrativa, sino por vía judicial;

vi) El derecho de las organizaciones sindicales para constituir y afiliarse


a federaciones y confederaciones nacionales e internacionales;

vii) La inhibición, para las autoridades públicas, incluyendo al


legislador, de adoptar regulaciones, decisiones o adelantar acciones que
tiendan a obstaculizar el disfrute del derecho a la libertad sindical.”15

En esta línea, la Corte concluyó, por ejemplo, en sentencia C-797 de 2000 16


que el legislador violó el núcleo esencial de la libertad sindical al determinar
la representación de los trabajadores en una empresa cuando existen dos o
más sindicatos de base o cuando coexisten un sindicato gremial y otro de base
o de industria, pues ello hace parte de la facultad para organizar estructural y
funcionalmente, en forma autónoma las referidas organizaciones. De igual
forma, en sentencia C-311 de 200717, la Corte consideró que el legislador
desconoció el núcleo esencial del derecho a la libertad sindical al prohibir que
la junta directiva de las organizaciones sindicales sea conformada en su
mayoría por personas extranjeras, porque la consideró una injerencia
injustificada del Estado en la libertad de elección de las directivas sindicales y
en su capacidad de autogobierno.

Por el contrario, en otras ocasiones, la Corte consideró que algunas medidas


que limitaban los derechos a la libertad y a la asociación sindical se ajustaban
a la Constitución, en tanto que no afectaron su núcleo esencial porque
constituyen reglas válidas y razonables para desarrollar los principios
democráticos que obligan a las organizaciones sindicales. Cuatro ejemplos
ilustran la posición de la Sala: en sentencia C-271 de 1999 18, la Corte
consideró razonable que la ley entregue la facultad exclusiva a la asamblea del
sindicato de votar la huelga, en tanto que éste constituye uno de los actos más
importantes del sindicato y, por lo mismo, debe adoptarse por mayoría de los
afiliados de forma que se exprese la verdadera voluntad colectiva, lo cual es el
desarrollo de los principios democráticos. Así mismo, en sentencia C-1491 de
200019, esta Corporación declaró exequibles unas expresiones contenidas en el
artículo 70 de la Ley 50 de 1990, según las cuales cuando el sindicato o
sindicatos agrupen más de la tercera parte de los trabajadores de una empresa,
ésta no podrá suscribir pactos colectivos o prorrogar los que tenga vigentes,
15 Sentencia C-797 de 2000. M.P. Antonio Barrera Carbonell. En este mismo sentido, pueden
consultarse las sentencias C-311 de 2007, C-280 de 2007 y T-1178 de 2004.
16 M.P. Antonio Barrera Carbonell.
17 M.P. Nilson Pinilla Pinilla
18 M.P. Antonio Barrera Carbonell.
19 M.P. Fabio Morón Díaz.
Expediente D-7138

puesto que es razonable y justificado que la ley determine un número mínimo


de afiliados para representar los intereses de todos los trabajadores.
Igualmente, en sentencia C-201 de 200220, la Corte consideró ajusta a la
Constitución la exigencia legal de un mínimo de 25 trabajadores y
empleadores para constituir un sindicato, como quiera que lo encontró
necesario y proporcionado a la finalidad perseguida que es el fortalecimiento
de la estructura y organización democrática del mismo. Finalmente, en
sentencia C-043 de 200621, esta Corporación resolvió declarar exequibles unas
expresiones del artículo 55 de la Ley 50 de 1990, que limitan la facultad de
regulación interna de los sindicatos para crear más de una subdirectiva o
comité en un mismo municipio, porque el legislador busca garantizar la
participación real y efectiva de todos los afiliados del sindicato en las
decisiones que los afectan.

14. En síntesis, la interpretación que la Corte Constitucional ha hecho de los


artículos 39 de la Constitución, 3º del Convenio 87 de la O.I.T, 22 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 8º del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, permite inferir tres premisas: La
primera, que la libertad y la autonomía sindical, que surgen de los derechos de
asociación sindical, al trabajo y a la participación democrática en los asuntos
que interesan a los trabajadores y empleadores, goza de amplia protección
constitucional que se concreta en garantías para la conformación y ejercicio
autónomo, libre e independiente de organizaciones sindicales y en
prohibiciones de injerencia arbitraria por parte de las autoridades públicas y
de los particulares. La segunda, que la libertad y la autonomía sindical, no son
derechos absolutos sino que pueden limitarse por la ley, siempre y cuando no
violen ni desnaturalicen su núcleo esencial de protección, o impidan o
entorpezcan el ejercicio normal del derecho. Y, la tercera, que es válida la
limitación de los derechos sindicales cuando las medidas adoptadas se dirijan
razonable y proporcionadamente a concretar los principios democráticos.
Dicho de otro modo, la limitación legal del derecho a la asociación sindical se
ajusta a la Constitución cuando sea necesaria para el desarrollo de la
democracia y no constituya un obstáculo para su ejercicio.

Procede ahora, entonces, la Corte a estudiar cuáles son los principios


democráticos que autoriza al legislador a limitar el derecho a la autonomía
sindical.

Democratización de la organización y funcionamiento de los sindicatos

15. La democracia como principio jurídico de obligatorio cumplimiento parte


del supuesto según el cual las personas pueden participar en escenarios
propios para la defensa de sus intereses, la expresión de sus convicciones o la
solución colectiva de sus conflictos. Precisamente, por ello, en el marco de la

20 M.P. Jaime Araújo Rentería.


21 M.P. Clara Inés Vargas Hernández
Expediente D-7138

democracia participativa, las decisiones más importantes para la defensa de


intereses comunes no sólo se ejerce por los ciudadanos mediante los
mecanismos políticos tradicionales que se imponen al Estado, tales como el
voto, el plebiscito, el referendo, la consulta popular o la revocatoria del
mandato (artículo 103 superior), sino también con la utilización de
instrumentos jurídicos o el ejercicio de derechos entre particulares, tal es el
caso del ejercicio del derecho de petición (artículo 23 de la Carta), o de
acceso a la educación que formará personas para la democracia (artículo 67 de
la Constitución) o de asociación para crear sindicatos (artículo 39 superior).

Ese fenómeno de expansión de la democracia y de la imposición normativa de


sus principios a espacios que tradicionalmente se rigen por la autonomía de la
voluntad privada, ha sido una constante en el constitucionalismo
contemporáneo y en la visión Social del Estado de Derecho porque se tiene
claro que la efectividad de los derechos no sólo se garantiza mediante la
abstención del Estado y la inmunidad de la intervención de las autoridades
públicas, sino también con la consagración de reglas jurídicas que si bien, en
principio, son aplicables en las relaciones entre el Estado y los administrados,
deben ampliarse a ciertos particulares. De hecho, sólo de esta forma es posible
consolidar los valores, principios y reglas constitucionales que propenden por
la prevalencia de la dignidad humana, el respeto por la diferencia, la
importancia de la diversidad, el pluralismo y la búsqueda de la participación y
representación en la solución pacífica de las controversias, aspectos
consustanciales y esenciales de la democracia.

Es así como la propia Constitución señaló el deber de democratizar las


relaciones internas al seno de organizaciones particulares con gran relevancia
política o social. Por ejemplo, el artículo 26 de la Constitución autoriza la
creación de colegios privados de profesionales, pero impone su organización
y funcionamiento democrático. También, el artículo 52 de la Carta garantiza
el derecho de toda persona a constituir y pertenecer a organizaciones
deportivas, siempre y cuando su estructura y propiedad sean democráticas. En
el mismo sentido, a pesar de que los artículos 67 y 68 de la Constitución
consagran la libertad de enseñanza y el derecho a escoger distintas opciones
educativas que pueden ofrecer los particulares, se impone la formación de las
personas en los valores de la democracia y la participación de la comunidad
educativa en la dirección de las instituciones de educación (artículo 41
superior). De igual forma, el artículo 78 superior permite la creación de
asociaciones de consumidores y usuarios, pero su representatividad dependerá
de la aplicación de procedimientos democráticos internos. Finalmente, el
artículo 107 de la Carta garantiza a todos los ciudadanos a fundar, organizar y
desarrollar partidos y movimientos políticos, pero impone una organización
democrática.

16. En este contexto, la exigibilidad de la democracia en los sindicatos es


indudable, pues aunque resulta un lugar común afirmar que el derecho de
asociación sindical corresponde a una expresión social fundamental en un
Estado democrático, es bueno recordar que entre la libertad sindical y la
Expediente D-7138

democracia existe una dependencia mutua que, incluso, puede verse como una
relación circular, pues es evidente que sólo en Estados democráticos puede
garantizarse la verdadera eficacia del derecho a constituir organizaciones
sindicales para la defensa de los derechos comunes de un oficio o profesión y
que el ejercicio del derecho a la libertad sindical contribuye a afianzar y
consolidar la democracia en una sociedad. Dicho en otros términos, puede
ejercerse libremente el derecho de asociación sindical solamente en las
democracias y solamente se realiza la democracia si se garantiza el ejercicio
libre del derecho de asociación sindical.

Así las cosas, las limitaciones al derecho de asociación sindical autorizadas


por las normas que conforman el bloque de constitucionalidad deben
originarse en la ley y tienen como objetivo concretar los principios
democráticos que le son inherentes a la actividad sindical, pues la
democratización de la organización sindical constituye un límite irrefutable
que impone el respeto de los derechos de sus integrantes. Se trata, entonces, de
hacer efectivos, en el sindicato, los principios de la participación democrática
dentro de la democracia participativa, que si bien es cierto limitan la libertad
estatutaria y de actuación de las asociaciones sindicales, no lo es menos que
dichas restricciones se justifican y constituyen una injerencia válida en la
autonomía de dichas organizaciones porque fortalecen la lucha sindical y
otorga legitimidad a las decisiones.

17. En este sentido, el Comité de Libertad Sindical de la O.I.T. 22 ha declarado


que “un movimiento sindical realmente libre e independiente sólo puede
desarrollarse dentro del respeto de los derechos humanos fundamentales” 23
(párrafo 35) y que “las únicas limitaciones a los derechos enunciados en el
artículo 3 del Convenio No. 87 que eventualmente se podrían admitir
deberían circunscribirse a asegurar el respeto de las reglas democráticas en
el movimiento sindical” (párrafo 452). En este mismo sentido, el Comité dijo
que “los principios enunciados en el artículo 3º del Convenio No. 87 no
impiden el control de la actividad interna de un sindicato si esta viola
disposiciones legales o estatutos. Pero es importante que el control de las
actividades internas de un sindicato y la adaptación de medidas de
suspensión o disolución queden en manos de las autoridades judiciales, no
solo para garantizar un proceso imparcial y objetivo y para asegurar los
derechos de defensa (que solo puede ser garantizado plenamente por un
proceso judicial normal), sino también para evitar el peligro de que las
medidas adoptadas por las autoridades administrativas parezcan arbitrarias”
(párrafo 453).

22 A pesar de que, como lo explicó la sentencia T-979 de 2004. M.P. Jaime Córdoba Triviño, las
recomendaciones del Comité de Libertad Sindical de la Organización Internacional del Trabajo no
tienen carácter vinculante para los Estados miembros de la O.I.T., sirven como elementos de apoyo
para la interpretación de los Convenios de ese organismos internacional.
23 La Libertad Sindical. Recopilación de Decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo. Publicación de la
O.I.T. Ginebra. Tercera Edición. 1985.
Expediente D-7138

No pueden existir, entonces, disposiciones internas de los Estados miembros


que indiquen una subordinación de los sindicatos a la política económica del
gobierno, o que regulen minuciosamente el procedimiento de elecciones
internas de un sindicato, o que determinen la forma precisa en que un
sindicato puede tener representación en una federación, pues corresponde a
cada organización decidir libremente estos asuntos. Sin embargo, el Comité ha
aceptado que la ley puede establecer que, para decidir acerca de ciertas
cuestiones que afectan a la existencia misma del sindicato, su funcionamiento
o su estructura, tenga que contarse con la mayoría de los afiliados, si ello tiene
por finalidad garantizar el derecho de éstos a participar democráticamente en
la vida de la organización (párrafos 343 y 361).

En consecuencia, para el Comité de Libertad Sindical de la O.I.T. es claro que


los espacios de inmunidad frente al Estado y a favor de la constitución,
desarrollo y vida interna del sindicato no pueden confundirse con una
prohibición al legislador para imponer reglas vinculantes entre particulares
sobre el respeto de los derechos fundamentales de sus afiliados y la adopción
democrática de las decisiones internas que se exigen por vía constitucional,
dándole al legislador un margen de desarrollo a partir de la concretización de
los principios democráticos en el sindicato

18. Ahora, existe relativo consenso en la doctrina sobre el contenido del


concepto jurídico de democracia y sobre las reglas generales que la identifican
y estructuran, las cuales, para efectos prácticos, pueden denominarse
principios democráticos. De este modo, resulta indudable que, dentro de los
elementos de la democracia sustantiva o también denominados principios
materiales de la democracia, se encuentran la dignidad humana, libertad, la
igualdad y el pluralismo y, dentro de los elementos propios de la democracia
procedimental o principios estructurales encontramos, por ejemplo, la
participación, la representación, la adopción de decisiones por mayoría, el
respeto por las minorías, la prohibición de la arbitrariedad y el principio de
imparcialidad.

De hecho, la Corte ha dicho, por ejemplo, que “la igualdad, la pluralidad y la


participación se destacan entre los principios democráticos a los cuales debe
sujetarse la estructura y el funcionamiento de los sindicatos”24. Igualmente,
señaló que, en aras de hacer efectiva la aplicación del principio democrático
en las organizaciones sindicales, era indispensable aplicar el principio de
primacía de la voluntad de la mayoría25 y que la participación de todos los
miembros del sindicato interesados en la toma de una decisión, “es tal vez el
más importante de los ‘principios democráticos”26. Ciertamente, de los
contenidos importantes del derecho de asociación sindical en el seno de una
sociedad democrática se encuentra el derecho de los afiliados a participar en la
toma de decisiones trascendentales de la organización y a que su voto tenga la
24 Sentencia C-311 de 2007. M.P. Nilson Pinilla Pinilla. En esa misma línea puede consultarse la
sentencia T-173 de 1995. M.P. Carlos Gaviria Díaz
25 Sentencia C-085 de 2005. M.P. Jorge Arango Mejía
26 Sentencia T-173 de 1995. M.P. Carlos Gaviria Díaz
Expediente D-7138

validez de disidencia o de construcción de la mayoría para que, de manera


directa o por intermedio de sus representantes, se ejecuten las actividades
dirigidas a defender los intereses comunes, por lo que es natural que los
representantes sindicales sólo puedan expresar la voluntad colectiva y no la
individual que apenas lo identifica como afiliado.

19. De esta manera, resulta obvio concluir que los principios democráticos a la
libertad, dignidad, igualdad, pluralismo, participación, representación,
primacía de la voluntad mayoritaria, respeto por la minoría, prohibición de la
arbitrariedad e imparcialidad, entre otros, se proyectan de manera obligatoria
en la organización sindical y constituyen un límite razonable y necesario a la
autonomía estatutaria y decisoria de los sindicatos. De ahí que, únicamente
resultan válidas constitucionalmente las restricciones legales del derecho a la
libertad sindical cuando se dirigen a concretar los principios democráticos y,
por lo tanto, a exigir la eficacia normativa de la democracia en los sindicatos,
en tanto y cuanto se trata de particulares a quienes el constituyente reconoció
enorme relevancia para el Estado Social de Derecho y un papel preponderante
en el desarrollo de la sociedad democrática.

Con base en todo lo expuesto, la Sala entra a resolver los problemas jurídicos
planteados en cada una de las normas acusadas.

Análisis individual de las normas impugnadas

20. En cuanto al artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo, se tiene
que los demandantes lo consideran contrario a los artículos 39 de la
Constitución y 3º del Convenio 87 de la O.I.T., puesto que, a su juicio, la ley
desconoce la autonomía estatutaria del sindicato para determinar las funciones
de la asamblea general y cuáles de ellas pueden o no ser delegadas a otros
órganos del sindicato. Como el cargo formulado es bastante concreto, la Sala
se limitará a analizar si la ley violó la autonomía sindical, contenida en las
disposiciones que se consideran infringidas, al señalar actuaciones que
únicamente corresponden a la asamblea del sindicato y no puede delegarse a
otros órganos del mismo.

La asamblea general es el máximo órgano de las organizaciones sindicales


porque agrupa a todos sus afiliados y es el escenario propicio para expresar las
ideas que se consideran pertinentes y necesarias para defender los intereses y
aspiraciones comunes. Así, la voluntad mayoritaria de los miembros del
sindicato se expresa principalmente en la asamblea general, que es el órgano
de representación de sus afiliados por antonomasia. Es, entonces, la asamblea
la manifestación por excelencia de la democracia en el sindicato. En este
sentido, cuando la ley dispone que corresponde exclusivamente a la asamblea
del sindicato el cumplimiento de unas funciones y, por lo tanto, excluye la
posibilidad de delegarlas a otros de sus órganos, no solamente busca obtener
un consenso mayoritario en relación con aspectos fundamentales para el futuro
Expediente D-7138

de la organización sindical, sino también garantizar la transparencia en la toma


de decisiones porque evita la concentración y el ejercicio arbitrario del poder.

Por esas razones, se justifica entregar a la asamblea, en forma exclusiva, la


facultad de adoptar decisiones fundamentales para el futuro de la organización
sindical, pues de esta manera se impide que pueda delegar medidas
trascendentales a otros órganos que, por su propia naturaleza y lógica de la
gestión sindical, no tienen la misma representatividad que la que expresa la
unión máxima de sus afiliados. En consecuencia, resulta razonable que la ley
señale la exclusividad de la decisión de la asamblea cuando ésta resulta
fundamental para el futuro de la organización sindical.

21. Ahora bien, de acuerdo con el artículo 376 del Estatuto del Trabajo, las
funciones que corresponden en forma exclusiva a la asamblea son
trascendentales para el adecuado ejercicio del derecho de asociación sindical
porque necesariamente inciden en la estructura y funcionamiento de la
organización, como pasa a verse:

No sólo es necesario sino también adecuado que la decisión de modificar los


estatutos del sindicato sea adoptada por la mayoría de los miembros, por dos
razones. La primera, porque el reglamento se impone y es obligatorio para
todos los afiliados y, la segunda, porque el poder de las organizaciones
sindicales para darse su propio estatuto o reformarlo hace parte del núcleo
esencial del derecho subjetivo de asociación sindical y, por lo tanto, puede
predicarse de cada uno de sus miembros. Luego, es una medida trascendental
para el futuro democrático del sindicato.

De igual manera, es razonable que las decisiones de fusionar el sindicato con


otras asociaciones, de liquidar o disolver el sindicato, o de afiliarse o retirarse
de federaciones o confederaciones y la adopción de pliegos de peticiones sean
adoptadas únicamente por la asamblea porque de esta forma se garantiza que
la mayoría de los miembros del sindicato sean los responsables del futuro del
mismo, lo cual expresa los principios democráticos de participación de los
ciudadanos en los asuntos de su interés y la primacía de la voluntad
mayoritaria.

Es igualmente lógico, desde una perspectiva democrática, que solamente a la


asamblea del sindicato corresponda decidir la sustitución en propiedad o la
destitución del director, la expulsión de afiliados, la designación de
negociadores, la elección de conciliadores y de árbitros, pues a pesar de que
podrían considerarse únicamente asuntos de gestión interna, lo cierto es que
tocan aspectos estructurales de la organización y funcionamiento del sindicato
porque son los representantes de los afiliados para efectos de la defensa de los
intereses comunes. De ahí que sea necesario garantizar la mayor
representatividad y legitimidad de las decisiones mediante la designación de
las personas idóneas para el efecto. También, es indudable concluir que, con
esta medida, el legislador pretende evitar la concentración del poder en manos
Expediente D-7138

de otros órganos de la organización sindical, lo cual se ajusta plenamente a los


principios democráticos que resultan obligatorios al sindicato.

Finalmente, la Sala encuentra razonable que la fijación de cuotas


extraordinarias y la aprobación del presupuesto general no pueda ser delegada
a otros órganos del sindicato porque hace efectivos los principios
democráticos de transparencia y de control a la arbitrariedad.

22. La norma impugnada, entonces, resulta idónea, necesaria, adecuada y


proporcionada para garantizar la estructura y funcionamiento democrático de
los sindicatos porque exige la participación efectiva y verdadera de sus
afiliados, razón por la cual la Sala declarará la exequibilidad de las
expresiones, que no han sido objeto de pronunciamientos previos de esta
Corporación, contenidas en el artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo,
por el cargo analizado en esta sentencia.

23. Respecto del artículo 385 del Código Sustantivo del Trabajo
impugnado, la Sala encuentra que es válido constitucionalmente que la ley
hubiere dispuesto que la asamblea general del sindicato debe reunirse por lo
menos cada seis meses, por las siguientes razones:

Como punto de partida para el análisis, debe tenerse en cuenta que la norma
acusada consagra el mínimo de reuniones a las que debe convocarse a la
asamblea del sindicato (2 al año), pues la ley confiere a sus estatutos la
facultad para determinar un número superior a ellas. De ahí que, esa
disposición no desconoce la autonomía sindical para regular el número de
reuniones de la asamblea porque, a pesar de que señala un mínimo anual, le
deja un margen de libertad importante para que los estatutos señalen más
convocatorias al año.

Ahora, si se tiene en cuenta que la asamblea es el órgano máximo de la


organización sindical, es lógico inferir que, en aplicación del principio
democrático a la participación, la ley puede exigir que los estatutos de la
misma permitan la mayor participación posible de sus miembros, por lo que
es válido que la ley hubiere limitado la autonomía del sindicato y hubiere
regulado el número mínimo de reuniones al año.

Pero, es más, las relaciones obrero patronales y el sentido mismo de la


creación de sindicatos como mecanismo adecuado para defender intereses
comunes y dar solución pacífica a conflictos, exige la adopción de
instrumentos que realmente faciliten la mayor participación de las partes; de
ahí que las reuniones del pleno de los afiliados tienen un sentido claramente
participativo y un carácter instrumental para la materialización del ejercicio
activo del derecho de asociación sindical. Entonces, a juicio de la Corte,
resulta razonable en la aplicación de los principios democráticos que la ley
señale como mínimo el derecho de los afiliados a reunirse en asamblea dos
veces al año, porque constituye un elemento necesario para exigir la
Expediente D-7138

comunicación constante entre todos los miembros del sindicato y su total


compromiso con las metas y objetivos que los involucran, resulta adecuado
para ejercer un control directo y serio de la gestión de los representantes que
materializa la democracia participativa en las organizaciones sindicales.
Finalmente, no se considera desproporcionado exigirle a los miembros de las
organizaciones sindicales que, un mínimo de dos veces al año, hagan
presencia, participen y expresen sus preocupaciones en asuntos de interés
colectivo.

Por lo expuesto, la Corte declarará la exequibilidad de la norma objeto de


estudio.

24. En cuanto a los artículos 386 y 387 del Estatuto del Trabajo, según los
cuales, la asamblea general del sindicato debe deliberar con un quórum que
no podrá ser inferior a la mitad más uno de los afiliados, para lo cual sólo se
computarán los votos de los socios presentes y, en caso de que esa regla
resulte impracticable, se admite que los estatutos determinen otros sistemas
que garanticen la representación de los afiliados en la asamblea.

Una manifestación directa y clara de la aplicación de los principios


democráticos en el seno de las organizaciones privadas con relevancia social
es la aplicación de la mayor participación de los afiliados en la toma de
decisiones importantes para el futuro de la colectividad. Entonces, sólo si se
diseñan instrumentos con estructura participativa que aseguren la
representación adecuada de todos los miembros del sindicato, es posible
predicar la democratización de las organizaciones sindicales. El escenario
natural de la participación de los afiliados en el sindicato es la asamblea
general y sólo si existe una mayoría real para la toma de decisiones es factible
la representación efectiva y real de los intereses del gremio.

Por esas razones, a juicio de la Sala, la mayoría que representa la mitad más
uno de los afiliados es la más adecuada para preservar los principios
democráticos en el sindicato, con mayor razón si se tiene claro que el quórum
deliberatorio es un requisito mínimo indispensable para el normal
funcionamiento y organización de los sindicatos.

Entonces, la democracia se basa, como regla de más usual identificación, en la


adopción de decisiones mediante el sistema de mayorías y la aplicación más
adecuada de esa regla es la mayoría absoluta de los afiliados, tal y como lo
prevé la norma acusada; por lo que es evidente que ésta no sólo no contradice
la Constitución sino que la desarrolla. Ahora, por esa misma razón, también es
válido constitucionalmente que el legislador hubiere establecido una
excepción a dicha regla y hubiere permitido que, en caso de que la mayoría
absoluta de los afiliados constituya un quórum tan rígido que impida el normal
ejercicio de las funciones de la asamblea, los estatutos dispongan otro sistema
que garantice la representación real y efectiva de los intereses de todos los
afiliados.
Expediente D-7138

Por todo lo expuesto, la Sala concluye que no prospera el cargo formulado por
los actores y, por lo tanto, debe declarar la exequibilidad de los artículos 386 y
387 del Código Sustantivo del Trabajo.

III. DECISION

En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional, administrando justicia, en


nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE

Primero.- ESTARSE A LO RESUELTO en la sentencia C-465 de 2008, por


medio de la cual la Corte Constitucional resolvió declarar la exequibilidad del
artículo 370 del Código Sustantivo del Trabajo, por el cargo analizado, “en el
entendido de que el depósito de la modificación de los estatutos sindicales
cumple exclusivamente funciones de publicidad, sin que ello autorice al
Ministerio de la Protección Social para realizar un control previo sobre el
contenido de la reforma”.

Segundo.- ESTARSE A LO RESUELTO en las sentencias C-271 de 1999 y


C-797 de 2000, por medio de las cuales la Corte Constitucional declaró la
exequibilidad de las expresiones "la votación de la huelga en los casos de la
ley y" , “la determinación de la cuantía de la caución del tesorero”, “la
asignación de los sueldos” y “la aprobación de todo gasto mayor de un
equivalente a diez (10) veces el salario mínimo mensual mas alto”, contenidas
en el artículo 376 del Código Sustantivo del trabajo.

Tercero.- Declarar la EXEQUIBILIDAD de las expresiones sobre las cuales


no hay pronunciamiento previo de la Corte Constitucional, contenidas en el
artículo 376 del Código Sustantivo del Trabajo y de la totalidad de los
artículos 385, 386 y 387 de la misma normativa, por el cargo analizado en
esta sentencia.

Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en la Gaceta de la Corte


Constitucional, cúmplase y archívese el expediente.

HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO


Presidente
Expediente D-7138

JAIME ARAUJO RENTERÍA MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA


Magistrado Magistrado
Aclaración de voto

JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO RODRIGO ESCOBAR GIL


Magistrado Magistrado

MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO MARCO GERARDO MONROY CABRA


Magistrado Magistrado

NILSON PINILLA PINILLA CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZ


Magistrado Magistrada

MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ


Secretaria General
Expediente D-7138

ACLARACION DE VOTO A LA SENTENCIA C-674 DE 2008 DEL MAGISTRADO JAIME


ARAÚJO RENTERÍA

DERECHO DE ASOCIACION SINDICAL-Modalidad del derecho de


libre asociación y expresión de la autonomía de la voluntad que el
ordenamiento jurídico reconoce a los trabajadores (Aclaración de voto)

DERECHO DE ASOCIACION Y AUTONOMIA SINDICAL-


Protección constitucional/DERECHO DE ASOCIACION Y
AUTONOMIA SINDICAL-Protección no es absoluta (Aclaración de
voto)

SINDICATO-Existencia jurídica a partir de su


constitución /CONSTITUCIÓN DE SINDICATO-Declaración
colectiva de voluntad (Aclaración de voto)

DERECHO DE ASOCIACION SINDICAL-No intervención del


Estado en constitución de sindicato/PRINCIPIO DE PUBLICIDAD DE
ACTA DE CONSTITUCION-Efectos (Aclaración de voto)

DEPOSITO DE REFORMAS ESTATUTARIAS DE SINDICATOS-


Requisito con fines de acopio de información y expedición de
certificaciones sobre su contenido/REFORMAS ESTATUTARIAS DE
SINDICATOS-Efectos (Aclaración de voto)

La declaración de constitución de un sindicato, así como las de modificación


de sus estatutos, al constituir una declaración colectiva de voluntad produce
sus efectos jurídicos entre las partes de las misma, o sea, entre los fundadores
y los miembros del sindicato, a partir del momento de su creación o
modificación de los estatutos, como ocurre en general en el campo jurídico
con las declaraciones de voluntad, en particular en materia de contratos. En
cambio, en relación con los terceros, la declaración de voluntad de
constitución del sindicato o de la modificación de los estatutos, sólo produce
efectos jurídicos a partir de su comunicación a los mismos, en forma
particular o en forma general, esto es mediante su publicación.

PUBLICIDAD DE LA CONSTITUCION DE SINDICATO Y


MODIFICACIONES DE LOS ESTATUTOS SINDICALES-Debe
cumplirse en medio idóneo, ágil y amplio que permita cumplir dicho
requisito/DIARIO OFICIAL-Medio utilizado para dar publicidad a los
actos y documentos de la administración pública/PUBLICIDAD DE LA
CONSTITUCION DEL SINDICATO Y MODIFICACIONES DE
LOS ESTATUTOS SINDICALES-Debe cumplirse en el Diario Oficial
(Aclaración de voto)

REGISTRO SINDICAL-Funciones de acopio de información y


expedición de certificaciones sobre su contenido (Aclaración de voto)
Expediente D-7138

La publicidad de la constitución de los sindicatos de trabajadores como de las


modificaciones de los estatutos sindicales requiere un medio idóneo, ágil y
amplio que permita cumplir con dicho requisito, con el fin de que tales
decisiones produzcan efectos jurídicos respecto de terceras personas en forma
general. Dicho medio debe ser el principal utilizado por la administración
pública para dar publicidad a los actos y documentos, esto es, el Diario
Ofician, sin que ello implique la eliminación de la inscripción en el Registro
que lleva el Ministerio de la Protección Social, el cual debe cumplir las
funciones adicionales de acopio de información y expedición de
certificaciones sobre su contenido.

PUBLICACION EN EL DIARIO OFICIAL-Momento a partir del cual


se entiende cumplida (Aclaración de voto)

La Corte considera que la publicación en el Diario Oficial debe entenderse


cumplida a partir del pago de los derechos correspondientes, como se aplica
para otras publicaciones en dicho medio, particularmente en materia de
contratación estatal.

Referencia: Expediente D-7138 y D-7140


(acum.)
Demandas de inconstitucionalidad contra
los artículos 370, 376, 385, 386 y 387 del
Código Sustantivo del Trabajo.
Magistrado Ponente:
MARCO GERARDO MONROY CABRA

Con el respeto acostumbrado por las decisiones de esta Corte, me permito


aclarar mi voto al presente fallo, mediante el cual se decide en el ordinal
primero, estarse a lo resuelto en la sentencia C-465 de 2008, “por medio de la
cual la Corte Constitucional resolvió declarar la exequibilidad del artículo
370 del Código Sustantivo del Trabajo, por el cargo analizado, “en el
entendido de que el depósito de la modificación de los estatutos sindicales
cumple exclusivamente funciones de publicidad, sin que ello autorice al
Ministerio de la Protección Social para realizar un control previo sobre el
contenido de la reforma”.
En este sentido, me permito consignar a continuación algunas observaciones
relativas a mi posición jurídica respecto de la libertad sindical y el requisito
del depósito de la modificación de los estatutos sindicales:
1. El derecho de asociación sindical, como una modalidad del derecho de libre
asociación de las personas para el desarrollo de las diversas actividades lícitas
que realizan en sociedad, es expresión de la autonomía de la voluntad de las
mismas para regular sus intereses, que el ordenamiento jurídico les reconoce,
la cual se ejerce en este caso dentro del marco de la protección especial del
Expediente D-7138

Estado al trabajo y de la garantía de unos derechos mínimos de los


trabajadores consagradas en la Constitución Política (Arts. 25 y 53).

El ejercicio de la autonomía de la voluntad está limitado en forma general por


el orden público, esto es, por las condiciones básicas o fundamentales de la
vida social, de interés general, que el ordenamiento jurídico prevé en normas
imperativas, no derogables por los particulares.

Esta limitación se explica en un Estado Social de Derecho como el


colombiano, por la sujeción de todos los gobernados al ordenamiento jurídico,
en primer lugar a la Constitución Política, y por la prevalencia del interés
general (Arts. 1°, 4° y 6° C. Pol.).

El Art. 39 superior establece que los trabajadores tienen derecho a constituir


sindicatos sin intervención del Estado y que su reconocimiento jurídico se
producirá con la simple inscripción del acta de constitución.

Este precepto concuerda con el contenido en el Art. 2° del Convenio 87 de la


OIT, en virtud del cual los trabajadores, sin ninguna distinción y sin
autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones que
estimen convenientes, así como el de aliarse a estas organizaciones, con la
sola condición de observar los estatutos de las mismas.

En este sentido, el Art. 3° del Convenio 87 de la OIT establece que las


organizaciones de trabajo tienen el derecho de redactar sus estatutos y
reglamentos administrativos, el de elegir libremente sus representantes, el de
organizar su administración y sus actividades y el de formular su programa de
acción. Agrega que las autoridades públicas deberán abstenerse de toda
intervención que tienda a limitar este derecho o a entorpecer su ejercicio legal.

No obstante, el citado Art. 39 de la Constitución contempla que la estructura


interna y el funcionamiento de los sindicatos y organizaciones sociales y
gremiales se sujetarán al orden legal y a los principios democráticos.

Por su parte, el Art. 8° del Convenio 87 de la OIT dispone que al ejercer los
derechos que se les reconocen en el mismo, los trabajadores y sus
organizaciones respectivas están obligados, lo mismo que las demás personas
o las colectividades organizadas, a respetar la legalidad.

Del mismo modo, el Art. 22 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y


Políticos, antes transcrito, establece que el ejercicio del derecho de asociación
sindical sólo podrá estar sujeto a las restricciones previstas por la ley que sean
necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional,
de la seguridad pública o del orden público, o para proteger la salud o la moral
públicas o los derechos y libertades de los demás.
Expediente D-7138

Igualmente, los Arts. 8° del Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales, 16 de la Convención Americana de Derechos Humanos
y 8° del Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos
Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
“Protocolo de San Salvador”, también transcritos antes, contienen un
enunciado normativo similar a este último.

Con base en los anteriores enunciados normativos se puede concluir que la


Constitución Política y los tratados internacionales en materia de trabajo
ratificados por Colombia protegen el derecho de asociación y la autonomía
sindicales de los trabajadores, pero la protección otorgada no es absoluta o
ilimitada, pues dicha normatividad permite que la ley establezca restricciones
con fundamento en los principios democráticos, la seguridad nacional, la
seguridad, la salud o la moral públicas y los derechos y libertades de los
demás.

En el mismo sentido, la Corte Constitucional ha señalado en numerosas


ocasiones que las limitaciones o restricciones a los derechos fundamentales
deben sujetarse al principio de razonabilidad, en cuanto deben perseguir
finalidades legítimas o válidas a la luz de la Constitución Política y deben
materializarse con medios que sean: i) adecuados o idóneos para la
consecución de aquellas; ii) necesarios, es decir, que no existan otros medios
que no sacrifiquen los valores, principios o derechos constitucionales o que los
sacrifiquen en menor medida, y iii) proporcionales en sentido estricto, o sea,
que sus beneficios sean superiores a la afectación de los valores, principios o
derechos constitucionales.

2. Conforme a lo dispuesto en el demandado Art. 370 del Código Sustantivo


del Trabajo, cualquier modificación de los estatutos sindicales no tendrá
validez ni comenzará a regir, mientras no se efectúe su depósito por parte de la
organización sindical, ante el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.

3. De conformidad con las disposiciones mencionadas anteriormente es claro


que los sindicatos existen en forma jurídicamente válida en virtud de su
constitución, mediante una declaración de voluntad colectiva, emitida en
ejercicio de la autonomía de la voluntad privada, la cual, por exigencia
constitucional debe constar en un acta que debe inscribirse en el registro
correspondiente. Así mismo, les asiste el derecho de modificar sus estatutos, lo
cual debe tener validez desde el momento mismo de su modificación de
conformidad con la Constitución y la ley.

Ello implica, sin lugar a discusión, que la declaración de constitución de un


sindicato, así como la de modificación de sus estatutos, al constituir una
declaración colectiva de voluntad produce sus efectos jurídicos entre las
partes de la misma, o sea, entre los fundadores y los miembros del sindicato, a
partir del momento de su creación o modificación de los estatutos, como
ocurre en general en el campo jurídico con las declaraciones de voluntad, en
particular en materia de contratos.
Expediente D-7138

En cambio, en relación con los terceros, la declaración de voluntad de


constitución del sindicato o la de la modificación de los estatutos, sólo
produce efectos jurídicos a partir de su comunicación a los mismos, en forma
particular o en forma general, esto último mediante publicación.

Este es el efecto propio del principio de publicidad, que tiene


predominantemente un fundamento racional, en cuanto en forma general los
actos jurídicos sólo producen efectos a partir de su conocimiento, real o
presunto, por parte de sus destinatarios, como ocurre por ejemplo con las leyes
y los actos administrativos, con los actos procesales según los diversos
códigos de procedimiento y con los actos de los particulares en el ámbito
contractual.

La relevancia jurídica del principio de publicidad explica su garantía a nivel


constitucional como uno de los componentes del debido proceso (Art. 29 C.
Pol.) y como uno de los principios que rigen las actuaciones de la
Administración Pública (Art. 209 ibídem).

En efecto, debe precisarse que la decisión del sindicato de modificar los


estatutos sindicales, produce todos sus efectos jurídicos en relación con los
afiliados, a partir de su adopción, y sólo los produce en relación con los
terceros, incluidos el patrono respectivo y el Estado, a partir de su
comunicación particular o general, ésta última mediante publicación.

En este sentido debe resaltarse que la autoridad encargada de la inscripción en


el registro público no tiene competencia a la luz de la Constitución para
efectuar un control de legalidad de las mencionadas decisiones de los
sindicatos, ya que en un Estado Social de Derecho como el colombiano dicho
control les corresponde a los jueces.

4. Por otra parte, este magistrado considera oportuno señalar que la publicidad
tanto de la constitución de los sindicatos de trabajadores como de las
modificaciones de los estatutos sindicales requiere un medio idóneo, ágil y
amplio que permita cumplir dicho requisito, con el fin anotado de que tales
decisiones produzcan efectos jurídicos respecto de terceras personas en forma
general.

Con base en la garantía destacada que la Constitución Política y el Convenio


87 de la OIT otorgan al derecho de asociación y la autonomía sindicales de los
trabajadores, dicho medio debe ser el principal utilizado por la Administración
Pública para dar publicidad a sus actos y documentos, esto es, el Diario
Oficial, conforme a las normas legales pertinentes (Ley 57 de 1985; Decreto
ley 2150 de 1995, Art. 95; Ley 489 de 1998, Art. 119) en cuanto asegura el
logro de la finalidad perseguida y protege suficientemente los derechos de los
trabajadores; además, evita que el Gobierno Nacional intervenga en la
Expediente D-7138

organización y funcionamiento de los sindicatos de trabajadores y controle sus


actividades.

No obstante, ello no implica la eliminación de la inscripción en el registro que


lleva el Ministerio de la Protección Social, regulado en el Código Sustantivo
del Trabajo (Arts. 365-372) y en normas reglamentarias, el cual debe cumplir
las funciones adicionales de acopio de información y expedición de
certificaciones sobre su contenido.

En todo caso, para este magistrado es claro que el legislador podrá, en


desarrollo de su potestad de configuración normativa consagrada en los Arts.
114 y 150 de la Constitución Política, señalar un órgano de publicidad distinto
del Diario Oficial para los mencionados actos sindicales de los trabajadores.

Igualmente, con base en los principios de celeridad y eficacia contemplados en


el Art. 209 de la Constitución Política, y también por exigencia del principio
de igualdad consagrado en el Art. 13 ibídem, la Corte considera que la
publicación en el Diario Oficial debe entenderse cumplida a partir del pago de
los derechos correspondientes, como se aplica para otras publicaciones en
dicho medio, particularmente en materia de contratación estatal (Art. 41, Par.
3°, Ley 80 de 1993).

5. Por lo expresado coincido con que la norma acusada es exequible de


manera condicionada, y ello en criterio de este magistrado, en el entendido de
que:

i) Los sindicatos de trabajadores existen válidamente a partir de su


constitución, y su existencia produce plenos efectos jurídicos a partir de
aquella en relación con sus fundadores, y a partir de la publicación del acta
respectiva respecto del Estado y los demás terceros.

ii) Así mismo, las modificaciones a los estatutos sindicales producen efectos
jurídicos a partir de su adopción, en relación con los afiliados, y a partir de su
comunicación particular o de su publicación respecto del Estado y los demás
terceros.

iii) La publicación para el efecto jurídico mencionado debe hacerse en el


Diario Oficial y se entiende surtida a partir del pago de los derechos
correspondientes.

iv) La inscripción en el registro sindical del Ministerio de la Protección Social,


del acta de constitución de los sindicatos de trabajadores y de los cambios
totales o parciales en la junta directiva de los mismos, sólo tiene como
finalidad y efecto la conservación de la información y la expedición de
certificaciones con base en ella.

Con fundamento en lo expuesto, aclaro mi voto a la presente sentencia.


Expediente D-7138

Fecha ut supra.

JAIME ARAÚJO RENTERÍA


Magistrado

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