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Campos Medina Ismael

La verdad es un perro callejero al que todos los vecinos de la cuadra le dan un


nombre diferente

Bajo un cielo azul cerúleo, que se extendía profundamente hasta conectarse con la
tierra, las palabras y las ideas en la mente de un individuo exploraban su propia
inmensidad. Al acecho siempre estaban las profundas certidumbres, dibujadas en su
instinto. De igual forma todo lo que no pudiera trabarse con una explicación tenía el
color de una experiencia sin trasfondo, un hecho cuya factibilidad ni pasaba de ser un
racimo variopinto de anécdotas, o experiencias estéticas que satisfacían a modo de
inspiración esos otros pensamientos, mejor acabados, con una intención más alejada del
placer, y mejor descrita como la búsqueda de la verdad. Y aunque el nombre de su
experiencia tenga el tinte dramático de una película protagonizada por Will Smith,
donde el final es satisfactorio para todo el mundo y todos llegan a percibiese como
sujetos capaces de encontrar la verdad… La realidad es que ese individuo, por un
instante, breve pero demasiado lúcido como para ignorarlo, se encuentra con que se
siente atraído por todas las posibles fuerzas de verdad descritas en el mundo. Acepta el
papel de la física como la gran estructura del análisis de las leyes que ejercen en nuestro
planeta y fuera de él. Acepta la verdad biológica que nos sitúa como los homínidos
mejor desarrollados. Entiende el valor de la antropología como la mejor forma de
perseguir las huellas de las civilizaciones antiguas vistas de cerca, en los huesos de
algún antepasado que pueda mostrar algo que nos conecte más todavía con nuestro
contexto social, y nuestra relación con los pueblos que han sido arrasados por la
civilización. La historia es claro que representa ese gran estudio sobre el pasado con la
intensión de configurar aun mejor el conocimiento de las sociedades venideras,
exponiendo las diversas fallas en el sistema, como también sus grandes logros. De igual
forma entiende que las artes forman parte de algo que no se puede eliminar del espíritu
humano, pues la conexión que ejerce sobre todos los hombres, logra que nos situemos
en un punto más neutro en el cual descubrimos que la disparidad es un absurdo. En fin,
flor y canto a la actividad humana, casi confeccionadas pobremente por un recién
egresado de preparatoria sobran en el imaginario colectivo. Lo interesante es justo su
posición frente a la filosofía, esa que algún día, según algunos, daba la cátedra de como
se investigaba el mundo, y que ahora, subordinada a la ciencia, es casi para muchos, y
sobre todo para aquellos que apelan a subordinarse fielmente a la ciencia, es casi
poesía, o mero anacronismo; evaluación del vestigio, ensamble del cadáver mal logrado
del saber oculto en aquello que no tiene rigor. En fin, la filosofía siempre deviene en la
construcción y aquella que ya no reina en este mundo, es la filosofía ilustrativa, o en
todo caso historia de los modos de pensamiento, una cita que poner en Facebook cuando
no se sabe que decir, conocimiento de sobre mesa para impresionar a alumnas de primer
semestre. Automáticamente llega a la mente de este personaje, la idea de que el
conocimiento desgastado y pobremente articulado, no es lo qué el desea. Al contrario, el
quiere el saber más próximo a lo absoluto, a lo incuestionable, aquello que lo ahuyente
de la paparrucha poética del sentimiento y el saber que no esté enfocado en el dominio
de lo adquirido por el conocimiento, y el saber para reconfigurar el mundo que al se le
muestra como imperfecto y con una sola vía para remediarlo: renegar de aquello que no
esté dado por el pensamiento científico, que debe ser frío, bien calculado y bien
dispuesto a la verdad. ¿No parece triste esta verdad supuesta? ¿ No es este un
sometimiento, un sustituto de una deidad? ¿Cuál seria la solución a este abatimiento del
espíritu? ¿A caso será necesario atacar el valor de la verdad? O mejor aún ¿el valor del
conocimiento, o del que conoce? ¿Eso no sería aniquilar el valor del pensamiento, y por
tanto el valor de la filosofía? ¿Sera el nihilismo la respuesta? Y si esa fuera la respuesta
¿ de verdad queríamos la verdad? ¿Qué habría después de semejante verdad? Con sus
manos en los bolsillos, después de que una cavilación inocente se volviera en martirio,
camina a paso ligero, ignorando al cielo que por un instante lo hizo dudar.

El futuro… no es hoy

La filosofía tiene esa rara tendencia a construir. Parece que lo que en un principio era
una descripción posible de las cosas, llego a un punto limite en el que las cosas ya no
estaban ahí sólo para describirlas, sino para aprenderlas y dominarlas. Digamos que
parte de la evolución nos ha hecho ser de este modo; a escrito en nuestra psique la
profunda necesidad de razón a través del dominio, como benefactor para la expansión y
preservación de la especie. Según el texto de Karl-Otto Apel, el falsacionismo de
Popper apunta específicamente a esta relación de una verdad siempre en construcción
desde la cual no hay un estatismo en el acto del pensamiento, y mucho menos en los
postulados que se mantienen activos respecto a este, y es gracias a esto que hay una
verificación de la falibilidad del pensamiento, mostrando así que el falibilismo "está
formado por una teoría evolutiva del saber y por una teoría cosmológica de la evolución
comprendida análogamente”1De igual forma, como suele pasar con postulados relativos
al evolucionismo, de un modo eugenista, Peirce concibe que no solamente desechamos
el conocimiento que no tiene implicaciones de verdad, depurando así nuestro saber en
sentido constructivo, pero relativo a una función específica. De hecho construyendo su
postura en el Meliorismo, se apunta a que esto esta realizado con el fin de que la
especie, o la constitución de su pensamiento, y se vea beneficiada por dicha depuración
trabada a lo largo de diferentes evaluaciones dadas por expertos en los temas tratados en
cuestión. “el núcleo del falsacionismo metodológico podría ser correcto, pues no
representa más que una prosecución metodológicamente consciente de la selección
natural en el plano de la evolución del saber (como en el sentido de la máxima de
Popper: dejemos que mueran teorías o hipótesis en lugar de hacerlo nosotros
mismos).”2Pero esto no bajo el influjo “natural” inconsciente como se presenta siempre
a la madre naturaleza, sino a través de un pensamiento que supone que el hombre es
capaz de trabajar lo suficiente para llegar al perfeccionamiento de sí mismo, y por lo
tanto Pierce introduce el in the long run3 que implica no sólo la contraposición de
“verdades” o postulados establecidos y la aceptación del vencedor como algo que se
transforma en absoluto, sino que es necesario hacer una evaluación de la falibilidad de
dicha verdad a lo largo del tipo. Eso significa, que como suele pasar con ese dejo de
cristiandad que habita en todos nosotros, los proyectos de la vida humana siguen
trabajando hacia el futuro y nunca con el pensamiento de hoy como el futuro que
aconteció y no pasó nada. Y ese es el problema que se puede apreciar con esta teoría. Si
bien el Meliorismo no caen estrictamente en postulados metafísicos para asegurarse a sí
mismo, supone directamente que el trabajo de “especialistas” en el campo de la ciencia
y el conocimiento navega bajo la bandera Kantiana del sapere aude, y de hecho
configuran la justificación de su sistema en el supuesto de “la deducción trascendental
de la validez a largo plazo de los procedimientos sintéticos de razonamiento.” 4 Esto
implica que no solamente hay una verdadera apuesta al progreso del hombre basándose
en el ideario del futuro, cosa que a mi parecer debería de ser una de esas hipótesis que
debieron morir, pues como señala Lee Edelman hay que tener “rechazo a la historia

1
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.39
2
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.40

3
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.40

4
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.41
como narrativa lineal(teleología de los pobres) donde el significado consigue revelarse
el mismo- como sí mismo – a través del tiempo” o de manera más breve, hay que
“rechazar la insistencia de la esperanza”. 5Como mencionaba, no sólo apuestan a ese
progreso siempre postergable, sino que además el esbozo de la teoría dado por Apel,
muestra que tienen la misma base ideológica de una verdad que se reafirma o se
reconstruye a partir de la percepción y la recreación, redoblamiento de lo percibido,
igual que Nietzsche y Sartre, sólo que con esa bella indumentaria que es siempre el
lenguaje complejo que justifica la labor. Aunque esto lo analizaré a detalle más
adelante. Por ahora quiero que se prosiga con un asunto obscuro e intrincado, como
siempre suele pasar cuando se habla de Kant. Pues ya que veo que algunos utilizan la
visión Kantiana para un uso más ligado a la Ilustración, partiré de la misma voz de
autoridad desde una lectura poco usual, que demuestra que o bien la verdad fue
construida por un cúmulo de investigadores de manera más plácida al inquebrantable
camino de la construcción filosófica, o simplemente la interpretación del conocimiento
aún está muy lejos de tener un camino viable que apunte a la universalidad, o peor aún,
que nadie nunca entendió a Kant, y hemos trabajado el pensamiento occidental de
manera accidentada.

No i Kant (No i can't) : una antesala al nihilismo y una respuesta a la búsqueda de


la verdad

Según Heinrich Von Kleist, un escritor Alemán que fue precursor del romanticismo, y

se suicidó en una cabaña después de matar a su novia, Kant ha demostrado que sólo

podemos acceder a las cosas a través de la lente de nuestra subjetividad, y que en

consecuencia no puede darse ninguna verdad objetiva, y según lo interpreta Safranski:

“Claramente estamos ante una interpretación errónea de la filosofía Kantiana, ya que

Kant estaba muy lejos de reducir el mundo objetivo a un mero producto de nuestra

imaginación. Tampoco pretendía en absoluto destruir las certezas metafísicas relevantes

para la moral, sino tan sólo negar que puedan alcanzarse por medio de la razón

teórica.”6 Por otro lado, Daniel Jenish, un teólogo muy ligado a Hamann, y quien

5
Edelman, Lee, No al futuro, Egales, Barcelona, p. 21
6
Rüdiger Safranski, ¿Cuánta verdad necesita el hombre?, Barcelona, Tusquets, p.43
también se suicidó, al igual que el caso anterior después de leer a Kant, en un texto

titulado Sobre el fundamento y el valor de los hallazgos del profesor Kant sobre

metafísica, moral y estética, “interpreta el idealismo Kantiano no en un sentido absoluto

sino en un sentido crítico. Es decir, como idealismo trascendental: siendo nuestro

intelecto no arquetípico sino ectópico, o sea no originario, productor él mismo de las

ideas y los conceptos que conoce, si no limitado, finito, la cosa en sí no puede ser

eliminada. Vale decir, queda una resistencia dura del ser que no se deja absorber y

resolver enteramente en pensamiento. Ahora bien, a pesar de que la anulación de la cosa

en sí se muestra a nuestra razón y a nuestra imaginación como una hipótesis monstruosa

y terrible, aún así ella ha sido largamente practicada por la filosofía más reciente, que ha

entendido y desarrollado el idealismo en sentido absoluto. Pero con esta filosofía ha

terminado por negar la realidad dec las cosas, es decir, ha terminado por aniquilar en el

abismo de la irrealidad, entre “las ondas leteicas de la eterna nada” la naturaleza entera

con las miríadas de seres y creaturas que pululan en el universo. Si hubiera que

interpretarlos de ese modo, el idealismo y el criticismo “predicarían en más manifiesto

ateísmo y nihilismo” (ef. Pôggeler en Arendt, 1974: 335 ss.; Riedel, 1978: 380)”7

Como se puede ver en estos dos testimonios, aquellos individuos manifestaron un temor

a lo que suponían era la entrada a un término que probablemente no comprendían bien,

que ratificaba la supuesta creencia estipulada por Kant. Cuando dice que “ la materia de

todo fenómeno nos viene dada únicamente a posteriori. Por el contrario, la forma del

fenómeno debe estar completamente a priori dispuesta para el conjunto de las

sensaciones en el psiquismo y debe, por ello mismo, ser susceptible de una

consideración independiente de toda sensación”8, se comprende por que “Kant concedió

al empirismo que <<todo conocimiento comienza con la experiencia.>> Pero <<de ello
7
Volpi, Franco, El nihilismo, Buenos Aires, Biblios, p. 27
8
Kant, Emmanuel, Critica de la Razón Pura, España, Gredos, p. 62
ni se sigue, concluyendo como racionalista, que todo proceda de la experiencia >>

aceptando también el deductivismo. ¿Cómo salir del dilema entre empirismo y

racionalismo? Kant, en la línea del constructivismo racionalista, apela al artilugio del

yo trascendental: la experiencia es experiencia para mí.”9 Y seguido de esto cuando al

hablar del espacio como condición subjetiva de la sensibilidad, y admite que la

representación del espacio no puede estar, pues, tomada de las relaciones del fenómeno

externo a través de la experiencia, sino que si esta experiencia externa misma es posible,

lo es solamente a través de una representación pensada.”10 O al mencionar del tiempo

que “no es mas que la forma de nuestra intuición interna” 11podemos percibir que esta

especie de metafísica interna, le atribuye demasiado poder al individuo sobre la

representación que hay del mundo real, y por ende es fácil suponer que todo lo dado en

el mundo es de cierto modo algo a lo que el le otorga el sentido. No hay mundo sin

individuo y en consecuencia, la verdad podría caer en subjetivismos, a los que si bien no

quería llegar Kant, su visión sobre la construcción de la sociedades a través de la

creación y destrucción, así como su postura a favor de la revolución, podrían dar a

entender un replanteamiento del valor de las instituciones sociales, morales, y

epistemológicas, cuestionamiento que abrirá las puertas al nihilismo. Según el texto de ,

basándose en la opinión de Cunningham “en cada de una de las sucesivas críticas

desaparece algo. En la critica de la razón pura, al esforzarse por decir algo de la verdad,

desaparece el mundo, reducido a una mera apariencia. En la critica de la razón práctica

desaparece el bien, quedando sólo el hacer actos buenos; otra apariencia. En la tercera,

la Critica del juicio, discutiendo sobre lo bello y lo sublime, al final lo bello sólo es algo

subjetivo; nueva apariencia. En resumen, según Cunningham, lo único que queda en la

9
Negro Pavón, Dalmacio, 2005, Kant y el nihilismo, Anales de la Academia de ciencias morales y
políticas, p 454
10
Kant, Emmanuel, Critica de la Razón Pura, España, Gredos, p. 64
11
Kant, Emmanuel, Critica de la Razón Pura, España, Gredos, p. 74
primera crítica es la capacidad de "decir, en la segunda la capacidad de hacer, y en la

tercera la capacidad de ver." al final no se puede decir nada, ni se puede hacer nada, ni

ver nada.”12

Lo que queda claro es que la intención misma de Kant ni es caer en un nihilismo

exacerbado, pero muchos de los preceptos que configuran su sistema lleva a diversos

individuos que ejercen una lectura que los deriva a ese camino, a pesar de que toda su

creación se encamina a un constructivismo del hombre y su perfeccionamiento, y tal vez

esa es la razón por la que el nihilismo en su obra, o los lectores que lo catalogan de ser

nihilista, justifican esta postura a través de lo que indirectamente fue el uso de la

racionalidad y el conocimiento como instrumento para el desmantelamiento de los

precepto anteriores a Kant

Por ende incluso la visión de un futuro muestra que el futuro no se regiría por las

mismas mentes de la época en la que este saber no estaba presente. Por ello, la

revolución y el romanticismo fueron grandes soportes del surgimiento del nihilismo. Lo

que demuestra que una lectura obscura o no, puede derivar en una gran problemática

que subsume al pensamiento occidental en un devenir a nada, según la perspectiva

actual y popular. Lo mejor sería, en el peor de los casos crear textos estrictamente claros

y no sustituir la claridad por intrincadas barreras de lenguaje.

Y a esto quiero apuntar. Más allá del modo vago en el que se muestra el nihilismo, que

como sabemos es una postura filosófica que considera que ni las instituciones, ni el

pensamiento tienen un punto valido más allá de la nada de la cual todo parte, ayuda

mucho a entender que creer en algo semejante como una verdad absoluta es algo necio,

y este ejemplo de Kant, demuestra que hay diversas posturas incluso sobre la supuesta

12
Negro Pavón, Dalmacio, 2005, Kant y el nihilismo, Anales de la Academia de ciencias morales y
políticas, p 462
verdad de su acción filosófica. Alguien apelará a que es producto de una mala

interpretación, pero no es un caso aislado si pensamos en Schopenhauer como alguien

que siguió la linea del pensamiento Kantiano para su Mundo como voluntad y

representación, y es uno de los pesimistas( antítesis manifiesta del Meliorismo) más

famosos, y si pensamos con Nietzsche que el pesimismo es la entrada al nihilismo

entenderemos como una línea muy larga de doctrina acecha la mala interpretación de

Kant, pues Schopenhauer no fue sólo seguido por Nietzsche, sino también por

Mainlander (otro suicida )para su filosofía de la redención, en donde justifica

filosóficamente el suicido. Lo que demuestra que los caminos empinados a una vertiente

específica tienen un peligro. Y el peligro más fuerte es el de la relación de la verdad y el

conocimiento con el dominio.

Con esto lleguemos al punto de Nietzsche y Sartre sobre la verdad y la postura que

considero más viable para este tema.

La verdad es un perro callejero al que todos los vecinos de la cuadra le dan un


nombre diferente

Cuando Peirce piensa que “ la probable convergencia de los razonamientos sintéticos de


diferentes personas y desde distintas evidencias perceptivas no sólo representa la
posibilidad del conocimiento progresivo de lo real; más bien, un conocimiento teórico
completo o suficientemente profundo de lo real presupone, en principio, la convergencia
de los razonamientos sintéticos de todos los miembros de una comunidad ilimitada de
investigadores”13 y después en un ejemplo que versa así:

1. Premisa: eso de ahí... es tal y cual.

2. Premisa: lo que es tal y cual es, por lo general, un A.

3. Conclusión: luego, esto es, ciertamente, un A.

13
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.42
Y con ello concluye que “En un razonamiento de este tipo la primera premisa representa
la autodonación (Selbstgegebenheit) no interpretada del fenómeno: eso que se puede,
por ejemplo, fotografiar pero que no se puede pensar ni, por tanto, conocer, «como
algo»[…]Por el contrario, la segunda premisa representa la posible subsunción de una
clase de fenómenos posibles bajo un concepto, tal y como es factible normalmente por
el uso convencional del lenguaje.”14 Básicamente habla del sistema circular de la verdad
en el que se complica tanto Sartre, al percibir el en si y para si sólo después de que la
experiencia comentada pueda ser redoblada por el otro (individuo, prójimo) creando así
una verdad que nos es posible y que de hecho se nutre de interacción. La diferencia es
que la interacción aquí con Peirce, debe ser de personas que sean investigadores, no sólo
los individuos regulares. Por otro lado Sartre no concibe la posibilidad de que este
movimiento culmine como algo que abrirá la percepción de todos fabricando la
experiencia como algo que nos volverá un uno colectivo. Apela a que la verdad dada en
sentido colectivo, es siempre necesaria en ese estado, puesto que la pluralidad es lo que
da esencia a la verdad trazada con el fin de recrearse, ya que la resolución de la
recreación a través de la perdida de la colectividad es una resolución casi tan trágica
como la aniquilación total, pues atribuye a la verdad el propósito de resolución, sin que
esta llegue a gestarse de modo absoluto. 15 Esto diría que la resolución de lo que podría
darse en caso de que Donald Trump dejara la presidencia, sería una verdad inacabada si
explotara la bomba antes de ello. Por lo tanto la verdad nunca esta enteramente
construida, siempre debe estar en movimiento, pero como su movimiento es irresoluble,
es un acto absurdo considerar que algo en esencia pueda ser verdadero (en sentido
absoluto) y consecuentemente, que haya una verdad. Mostrando así que como siempre
pasa con el lenguaje formal quieren desmantelar un sistema para construir uno más
intrincado. Tan es así que Nietzsche llegó a conclusiones similares en un lenguaje más
sencillo, principalmente por ser más poético.

Cuando menciona que al hablar de la cosa en sí, pensando en la verdad, de entrada


admite que jamás se manifestará ante nosotros. Admite que esta en primera instancia
aparece como “un impulso nervioso extrapolado en imagen” 16 Después admite que el
hombre no tolera más ser arrastrado por impresiones, por lo que genera de ellas

14
Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, p.43

15
Cfr. Sartre, J. P., Verdad y existencia, Paidos, Barcelona, p. 66
16
Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Tecnos, Madrid, p. 22
conceptos descoloridos que después le permiten construir un orden piramidal de costos
y grados, además de privilegios.17 Y finalmente dice : “Aquel a quien envuelve el hálito
de esa frialdad, se resiste a creer que también el concepto, óseo y octogonal como un
dado y, como tal, versátil, no sea más que el residuo de una metáfora y que la ilusión de
la extrapolación artística de un impulso nervioso en imágenes es, sino la madre, la
abuela de cualquier concepto.”18

El conocimiento tiene una ligadura muy profunda con la relación de dominio y


superioridad, nacido del antropocentrismo que evidentemente habita en él. Es difícil
lidiar con la posibilidad de que no haya nada de absoluto en la mente y el entorno como
para darnos la seguridad de que hay un para qué. Nadie niega el valor del testimonio,
puesto que está aquí, en este papel, y en el de muchas personas mas relevantes. Y aún
antes estaba y sigue en el discurso. Y mucho antes en la creación pictórica rudimentaria.
El testimonio mismo de la pluralidad de la verdad es el para si en el que se enreda tanto
Sartre pata legitimar su discurso filosófico. La reducción de la posibilidad de acceso a la
verdad no debe verse como la insinuación de una dejadez o renuncia entera al
testimonio. Sólo lo somete a un juicio mas intimo donde probablemente el veredicto
seria la libertad con la condición de renunciar al Yo todo poderoso que otorga el
sentido. Renunciar al sentido como principio de individuación, es renunciar a la trampa
de la verdad absoluta y esto nos sitúa en la integración del mundo como un bosquejo
interminable que se estimula a sí mismo para verificarse y beneficiarse de la
reconstrucción aparente que esto supone. Que un hombre pueda hacerlo ni significa que
aquel que no lo hace está por debajo de él. Pues básicamente trabaja el sentido de algo
que no parece ser perseguido por ninguna otra especie. Y esta puede ser una perspectiva
incómoda, pero como dice Nietzsche al preguntarse ¿Qué es la verdad? Responde: “Una
hueste en movimiento de metáforas, metonimias, y antropocentrismos, en resumidas
cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas,
adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo
considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se han
olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto desgastadas y sin fuera sensible,
monedad que han perdido si troquelado y no son consideradas ya como monedas, sino
como metal.”19
17
Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Tecnos, Madrid, p.26
18
Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Tecnos, Madrid, p. 27
19
Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Tecnos, Madrid, p. 25
Bibliografía:

Nietzsche, Friedrich, Sobre verdad y mentira en sentido extra moral, Tecnos, Madrid
1996

Sartre, J. P., Verdad y existencia, Paidos, Barcelona 1996

Apel, K. O., Teoría de la verdad y ética del discurso, Paidos, Barcelona, 1991

Bibliografía complementaria:

Kant,Emmanuel, Filosofía de la historia, México, FCE

Kant, Emmanuel, Critica de la Razón Pura, España, Gredos, p. 74

Negro Pavón, Dalmacio, 2005, Kant y el nihilismo, Anales de la Academia de ciencias morales

y políticas

Volpi, Franco, El nihilismo, Buenos Aires, Biblios

Rüdiger Safranski, ¿Cuánta verdad necesita el hombre?, Barcelona, Tusquets

Edelman, Lee, No al futuro, Egales, Barcelona

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