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Modelos y análisis
Estratificación
Por definición, los sistemas de estratificación son un conjunto de sistemas que
comparten como característica común la inequidad social, que pueden ser por adscripción
al nacimiento o no.
Aquellos que se estructuran a partir de la adscripción por nacimiento, su
estratificación está basada en definiciones tradicionales que le atribuyen equivalencia o
diferencias innatas relacionadas con un valor intrínseco. Esta categorización se racionaliza
a través de un mito de origen que legitimiza el sistema; se perpetúa por una diferencia de
poder alcanzable, expresados en el comportamiento diferencial requerido y en las
recompensas diferenciales que se les otorgan, y experimentados por ellos como acceso
diferencial a bienes, servicios, nivel de vida, respeto, autodeterminación, entre otras
valiosas cosas.
Estratificación étnica
Usar el adjetivo ‘étnica’ para modificar la estratificación pone el énfasis en el modo
de reclutamiento, abarcando una gran variedad de bases para la adscripción, de las cuales
todas están determinadas por el nacimiento y derivan presuntamente de compartir una base
genética, una ancestralidad, una socialización temprana; y son por esa razón consideradas
como inmutables.
Casta
Jati (similar a ancestralidad común) en la India refiere a interdependientes,
jerárquicos, e innatos grupos. La estratificación se manifiesta en estima público de acuerdo
con los miembros de varios grupos, en las recompensas disponibles para ellos, y en el
poder que pueden tener, y en la naturaleza y el modo de sus interacciones. Los Jatis son
regionalmente específicos y culturalmente distintivos, y cada uno es usualmente asociado
con una ocupación tradicional y son casi siempre endógamos.
La racionalización que justifica el sistema es tanto religiosa como filosófica, basada
en la idea de la pureza o contaminación de los grupos, y en la noción de correcta conducta,
just deserts, y reencarnación para explicar el papel individual dentro del sistema.
Como una explicación a la inequidad del modelo, esta racionalización sólo abarca a
las clases que el sistema beneficia, pero es dudosa o reinterpretada por aquellos que son
oprimidos por el mismo.
Raza
Los sistemas de estratificación racial son aquellos en los cuales el estatus de
adscripción innata es asociado con características físicas. La mayoría de las veces estas
diferencias son más imaginarias que reales, hasta llegar a ser ficticias. Estos sistemas
comparten el principio de que la estratificación está basada en presuntas características
innatas, ancestrales y características físicas distintivas.
Raza, como base para la estratificación social, es un fenómeno socialmente definido.
Los racistas consideran y tratan a las personas como diferentes debido a su pertenencia a
un estrato social definido en términos sociales. A este fenómeno social se le asocian
características físicas.
La universalidad del racismo puede ser entendida a partir del hecho de que los
rasgos físicos solo dramatizan las diferencias sociales, pero a la vez las explican y justifican.
El efecto de tal explicación es el de hacer parecer la inequidad social como natural, más que
como una elección humana y una imposición artificial.
En forma de síntesis, raza se usa normalmente por los científicos sociales para
enfatizar diferencias físicas; casta, enfatiza rangos comunes, ocupaciones específicas,
endogamia y una organización corporativa; estratificación étnica, hace hincapié en
distinciones culturales.
‘Raza’ vs ‘Casta’
Las castas parecen ser más útiles, analíticamente, que las razas, porque hacen
referencias a diferencias sociales más que distinciones físicas; y son las distinciones
sociales las que son universales a todos los sistemas.
La comparación entre blancos-negros en América y las castas de la India
ocasionalmente muestra que el primero marca una dicotomía, mientras que el segundo una
compleja jerarquización social.
Cuanto más uno intenta acercarse a la naturaleza y la dinámica de las razas y las
castas, y dentro de las experiencias de las personas que las viven, más éstas se vuelven
fenómenos similares y comparables.
Colonialismo
El concepto de colonialismo ha ganado popularidad en los últimos años por el
análisis del racismo y la estratificación racial del occidente. Este modelo se enfoca en la
historia de la expansión occidental y la explotación de la personas, a través de la noción de
superioridad del dominante. El racismo es un aspecto integral de este proceso, las
diferencias entre colonizador y colonizado fueron utilizadas para justificar la inferioridad del
colonizado justificando al colonizador.
El colonialismo, interno o externo, es un proceso que ha ocurrido en repetidas
ocasiones y contextos, con muchas manifestaciones específicas y muchos resultados
comunes. La estratificación por castas, razas, etnias, y el pluralismo han sido alguno de los
resultados.
Clase
La clase se caracteriza por ser un estatus adquirible, y en este sentido se diferencia
de raza, casta o etnia, así como sus consecuencias. En un sistema de clases, uno es
clasificado en función de sus comportamientos y atributos (sueldo, ocupación, educación,
tipo de vida, etc). En este tipo de sistemas, la movilidad individual es posible, aunque difícil.
En estos sistemas, los estratos pueden no distinguirse, o no conocerse por las
personas que lo viven.
Pluralismo
Esta situación se da cuando dos o más tradiciones culturales diferentes caracterizan
la población de una sociedad específica. Los sistemas de adscripción por nacimientos son
sistemas de pluralismo, ya que están marcados por la separación social.
La separación manual de los grupos lleva inevitablemente al nacimiento de
instituciones específicas de cada grupo. Casta, raza, y estratificación étnica, como todos los
sistema plurales, son sistemas de separación social y heterogénea cultural, mantenidas por
un sistema económico y político superior, más que por acuerdos o consensos entre las
partes.
Jerarquías como interacción simbólica
La universalidad en las jerarquías sociales de patrones de interacción que
simbolizan la superioridad o inferioridad es un hecho claro. Las jerarquías sociales existen
sólo en la experiencia, comportamientos y creencias de aquellos que la componen. La
interacción interpersonal se convierte en el vehículo para la expresión de esta jerarquía.
Jerarquías como ideología
Cada ideología es única en las culturas en las que sucede. Cada una es asociada a
estructuras sociales, procesos y experiencias individuales muy similares. Esta similaridad es
generada por la adscripción al nacimiento en un estrato y no se da por diferencias de
ideología.
La existencia de una ideología de la jerarquización social no quiere decir que esta
ideología sea compartida o interpretada de la misma manera por todos los individuos de la
sociedad.
Estratificación sexual
Este criterio ha sido largamente ignorado o desprestigiado por los teóricos de la
estratificación, lo que puede darse por varios factores, sin olvidar que la mayor cantidad de
los miembros del sexo privilegiado han autorizado la mayor parte del trabajo teórico.
Cambio y emancipación
La existencia de un sistema social no da por sentado su aceptación por todas las
partes de la sociedad. Que eso sucede es reflejo de una efectiva política de opresión. La
posibilidad de un grupo de volverse subversivo depende del balance de poder que se
permita a los grupos estratificados y de la definición de la situación que los individuos
poseen.
Conclusión
Sólo hay una manera que los productos de la opresión se disuelvan, y es acabando
la opresión. Para parar la opresión, uno debe eliminar la estructura y estratificación en la
cual se basa.
2. El problema de una ‘teoría general’ y del derechos de ‘extender’ las categorías y las
leyes de la economía política
Al construir el modelo formal de un sistema económico posible procedemos
haciendo voluntariamente un abstracción de todas las diferencias existentes entre los
sistemas reales. Pero formalmente no significa realmente idéntico. A nivel de un análisis
formal que en principio se realiza por abstracción de las diferencias reales no se dispone de
ningún criterio para decidir si dos sistemas son realmente idénticos o diferentes.
Por esta vía es posible encaminarse a una teoría general verdadera que tiene como
tarea pensar la identidad y a la vez la diferencia de los sistemas.
La definición formal de lo económico no sólo es incapaz de definir su objeto, sino
que resulta prácticamente inútil para analizar el problema real que plantea: el de la mejor
forma de organización de la economía en el marco de una sociedad dada, porque este
análisis supone una explicación científica de las razones de ser de los fines socialmente
reconocidos como necesarios y de su funcionamiento en la estructura de las sociedades.
La teoría de las leyes de funcionamiento de la economía en el seno de los diversos
tipos de estructura sociales posibles y de su fundamento.
De hecho, pensamos que la economía política no puede ser o no basta que sea una
teoría general, porque los fenómenos económicos en el seno de una sociedad primitiva, aun
siendo más simples que la economía de una sociedad moderna, son socialmente más
complejos y por ello no tienen ni el mismo sentido ni el mismo contenido.
Una misma realidad puede tomar significados distintos e inesperados por el hecho
de pertenecer a conjuntos sociales distintos. Una vez más, la estructura da un sentido a los
elementos que la componen y no hay que buscar el mismo elemento en varias estructuras
para demostrar una identidad funcional sino la misma relación entre los elementos de una
estructura y los de otra. Las diferencias entre los sistemas económicos son igualmente
importantes que las semejanzas, y las diferencias dependen de las estructuras sociales en
el seno de las cuales funciona un mismo elemento.
Cuando más compleja sea la división del trabajo, mayor será la autonomía relativa
que adquieren las actividades económicas en el seno del conjunto social y más
posibilidades habrá de definir las categorías económicas elementales, categorías y leyes
‘simplemente’ económicas. A la inversa, cuanto más simple sea una sociedad, menos
posibilidades habrá de aislar lo económico de los demás elementos de la vida social y más
complejo será el análisis de un mecanismo aparentemente económico, ya que toda la
configuración social se encuentra directamente presente en el seno de este mecanismo.
● Cohen, Ronald. (1979). ‘El sistema político’. En: Antropología política. Anagrama,
España. Pp. 27 - 52.
Los problemas básicos de antropología política
La necesidad más inmediata es consolidar lo que es conocido, e intentar
proporcionar a los trabajadores de campo una estructura conceptual que haga justicia a la
complejidad de los fenómenos políticos. Tal esquema o modelo debería proporcionar
también flexibilidad suficiente para que los conceptos básicos sean aplicados
comparativamente, durante un período determinado, tanto al esquema a estudiar o
desarrollar como a los procedimientos de investigación.
El objeto de la antropología política comprende una gama amplia de sistemas
políticos que abarca desde el nivel familiar de organización, hasta los Estados no-
occidentales más altamente centralizados y los imperios con estructuras de gobierno
central, burocracia permanente y medios de mantener una vida política organizada en un
territorio extenso que abarca a muchas comunidades locales. Uno de los problemas
metodológicos principales es obtener una serie de conceptos que puedan hacer
adecuadamente frente a un tipo de variación muy amplio en los datos, de forma que cada
estudio de un caso individual se incorpore a un cuerpo de materiales que sean comparables
unos con otros.
Los sistemas políticos indígenas están pasando por alguna clase de cambio
rápido a medida que quedan incorporados dentro de los límites del Estado-nación moderno.
Esto presenta otro problema metodológico, que implica el intento de incluir en nuestro
pensamiento algunos medios para discutir el cambio.
Otro de las problemas es saber qué es político y qué no lo es. Esto está
íntimamente relacionado con la cuestión de si podemos hablar realmente de un ‘sistema’ o
del sistema político como un rasgo especial de la vida social o no.
¿Qué es político?
Un modelo conceptual bien elaborado del sistema político es el de M. G. Smith.
Argumenta que la política hace referencia a un conjunto de acciones por medio de las
cuales se dirigen y administran los asuntos públicos. Llama actividad gubernamental al
funcionamiento del sistema y la divida en esfera administrativa y esfera política. La primera
trata de la estructuración autorizada de los roles gubernamentales, mientras que la segunda
se refiere al ejercicio de, y a la competencia por, el poder en el sistema. Los roles
administrativos son dispuestos jerárquicamente por necesidad, mientras que las
interacciones políticas pueden tener lugar entre gente o gentes que desempeñan estos
roles. Smith concibe el poder en tanto que influencia sobre las decisiones y la formación de
la política, con la competencia como ingrediente continuo y constante de la vida política.
El esquema de Smith ha intentado caracterizar toda actividad política, y dirige
nuestra atención hacia la rivalidad y la competencia como rasgos universales de todo
sistema, sin importar cuál sea su grado. Pero puede que no sea tan fácil aplicar el esquema
a las sociedades más sencillas. Esto nos deja preguntándonos sobre el poder de los grupos
de interés no gubernamentales en la sociedad y sobre su relación con el sistema político
formalmente constituido y reconocido del emirato.
Easton distingue lo político de lo no-político, sugiriendo que la actividad política
se refiere a la formulación y ejecución de decisiones obligatorias y terminantes de un
sistema social. Define la decisión como un acto que localiza hechos valorados entre
personas y grupos, y las decisiones autorizadas se producen cuando las personas
afectadas por ellas se sienten obligadas a llevarlas a cabo. Limita su análisis al sistema
social de escala más amplia de la sociedad a la que se refieren las decisiones, en el
sistema político.
Para la mayoría de los antropólogos, sería bueno una definición del sistema
político que concentrase la atención directamente sobre los rasgos estructurales de los
sistemas políticos más que sobre la naturaleza del acto político en sí mismo.
La clasificación de los sistemas políticos sobre la base de su estructura de autoridad
esclarece cuestiones relativas a las diferencias en estas estructuras, mientras que
posiblemente oscurece otras cuestiones acerca de otros cambios tales como tipos de
ideología política o personalidades de los líderes, que en este caso deben introducirse en el
análisis de otra forma.
El autor ha preferido utilizar las estructuras de autoridad como una base para el
análisis de los sistemas políticos, porque las cuestiones sobre la variación en estas
estructuras, y las teorías que ayudan a explicar tales diferencias, son importantes y
centrales para el estudio de la política.
Aquellos aspectos de las relaciones sociales que pueden ser identificados como
políticos están específicamente relacionados con el poder y la autoridad cuando éstos
ocurren en las relaciones sociales. El poder es una capacidad para influenciar el
comportamiento de otros y/o lograr influencia sobre el control de las acciones valoradas.
Cualquier miembro puede conseguir el poder.
La autoridad es por legitimado, y es un aspecto de todas las relaciones sociales
jerárquicamente ordenadas, en que el superior tiene un derecho reconocido a una cantidad
estipulada de poder sobre los subordinados. La distinción entre poder y autoridad ésta en
que la estructura de autoridad es mucho menos fácil de observar y demostrar que una
estructura de poder. Esto se debe a que la primera es una red de rol reconocido
formalmente, mientras que el segundo se refiere a un conjunto de interrelaciones entre
aquellos que controlan el poder.
La polity hace referencia al tamaño y naturaleza de la comunidad jurídica, y varía de
sociedad a sociedad y algunas veces dentro de la misma sociedad según las épocas. Una
comunidad jurídica es la red de escala más amplia de relaciones de autoridad que
produce un conjunto de interrelaciones entre los roles. Esta puede estar presenta
constantemente o en ocasiones.
Cualquiera que sea el tamaño de la polity, fuera de ella hay pocos medios de poner
fin a las disputas, es decir, no hay autoridad que sirva de enlace entre una polity con otras,
de suerte que ambos sistemas sea subordinados. Una polity no coincide necesariamente
con ‘sociedad’ o con ‘sistema económico’, o con cualquier otra categoría social
analíticamente importante. El uso de la polity como la entidad social en la que el sistema
político se manifiesta a sí mismo implica que es bastante posible hablar de una tribu
integrada por un número de polities constituyentes o, por lo contrario, hablar de una tribu
como parte de una polity multi-étnica más grande.
Se puede definir sistema político como un aspecto de las relaciones sociales. Este
aspecto concierne al poder y a las relaciones de autoridad que afectan a la vida social de
una polity, en la medida en que ese grupo se define en las tradiciones y prácticas de la
sociedad.
Uno de los problemas de investigación que tal conceptualización pone de
relieve es el de la distribución de poder y de la autoridad dentro de las organizaciones
llamadas no-políticas en la sociedad, y el de su carácter y conexión con el sistema político a
medida que se diferencia progresivamente en una red de rol separado de las sociedad.
A medida que las sociedades se hacen más complejas, la relación de conducta
excluida por definición del sistema político, con respecto a la conducta en ese sistema, se
convierte en un problema interesante a investigar para arrojar luz sobre la cultura política,
es decir, sobre la ideología y práctica del poder y las relaciones de autoridad en la cultura
como un todo.
El proceso político
En el sistema político en general, las relaciones de poder a autoridad puede verse
en dos formas: primero, en la crisis o disminución de autoridad; segundo, en la legitimación
de poder tal que nuevos roles de autoridad son creados y/o reforzados los más antiguos en
la cantidad de poder que disponían. En el primer caso, se supone el principio de entropía,
que plantea que en todos los sistemas políticos de todas las épocas hay una tendencia de
los subordinados a rechazar la autoridad de los superiores. Estas manifestaciones son
reprimidas o mantenidas bajo control por las fuerzas de legitimidad. Las dos fuerzas, la de
legitimidad y su opuesta, la entropía, están en tensión de suerte que un aumento en una
produce una disminución igual en la otra.
El proceso político no es sencillamente una relación abstracta entre el poder y la
autoridad. En términos de acción se manifiesta a sí mismo como un conjunto de actividades
agrupadas bajo la categoría general de la toma de decisiones. Una decisión se define
como una elección entre alternativas, y una decisión autorizada es una elección entre
alternativas en que la elección tiene efectos significativos y obligatorios respecto a aquellos
miembros del sistema político a que se refiere. Las decisiones son el resultado de
demandas hechas en el sistema.
Las decisiones observadas por los antropólogos pueden separarse en dos
categorias principales:
- Aquellas que son aspectos del funcionamiento normal del sistema político,
decisiones de rutina.
- Aquellas que son más a menudo periódicas y/o irregulares, decisiones de crisis.
Estos diferentes tipos de decisiones varían según la profundidad y el grado de
proyección que tienen en la polity, lo que quiere decir que la participación política asociada
a cada tipo de decisión varía también. En otras palabras, a medida que nos movemos de las
decisiones cotidianas o de rutina a las de crisis, se implican de manera creciente amplios
sectores del sistema político.
La socialización política
Si en una polity existen un gran número de decisiones autorizadas, es importante
saber cómo y por qué en un sistema político los actores aceptan tal dirección y creen
firmemente que hacerlo así es la forma correcta de actuar. Aquí la suposición es que,
aunque puede haber algo tan universal como el hombre político, es probable que la forma,
contenido e intensidad de tales cualidades psicológicas varíe según los sistemas políticos.
Lo primero que se debe exponer es qué clase de cultura política existe en el sistema político
en el que estamos interesados.
Por cultura política se entiende un conjunto de ideales y símbolos que describen
las metas y fines de la vida política en términos de las tradiciones de los miembros. En la
práctica,esto implica también la forma en que el poder y la autoridad son entendidos y
practicados por una cultura como un todo.
La socialización política está firmemente basada en el tiempo. La gente aprende la
conducta política conveniente en su juventud y luego intenta aplicar este saber cuando son
adultos como miembros plenamente experimentados. Cuanto más conveniente es la
socialización para la práctica actual, más estable y permanente es el sistema político, y
viceversa.
Sobre las cualidades del liderazgo político lo que se necesita es una comprensión
de las fuerzas que crean un liderazgo legítimo y de la forma en que la misma gente y los
líderes llegan a conocer y aceptar estas pautas.
● Foucault, Michel. (1976). ‘Las redes del poder’. En: Barbarie N° 4 - 5 (1981-2), San
Salvador de Bahía Brasil. Pp. 23 - 39.
Es necesario generar una concepción del poder que permita comprender mejor las
relaciones que se establecieron entre poder y sexualidad en las sociedades occidentales.
El autor posee una concepción positiva de la tecnología del poder. Nosotros
cuando intentamos reflexionar sobre nuestra sociedad, sobre la manera como el poder se
ejerce en ella, lo hacemos fundamentalmente a partir de una concepción jurídica: dónde
está el poder, quién detenta el poder, cuáles son las reglas que rigen al poder cuál es el
sistema de leyes que el poder establece sobre el cuerpo social. Realizamos una sociología
jurídica del poder.
La concepción negativa del poder que se posee en el occidente puede responder a
la influencia de Kant, según el cual la ley moral, el ‘tu no debes’, la oposición debes/no
debes, es, en el fondo, la matriz de regulación de toda la conducta humana.
En Occidente, los grandes sistemas establecidos desde la edad media, se
desarrollaron por medio del crecimiento del poder monárquico a costas del poder o mejor de
los poderes feudales. En la lucha entre estos poderes, el derecho fue siempre el
instrumento del poder monárquico contra las instituciones, las costumbres, los reglamentos,
las formas de ligación y de pertenencia características de la sociedad feudal.
El derecho romano reaparece en Occidente, en los siglos XIII y XIV, fue un
instrumentos formidable en las manos de la monarquía, para lograr definir las formas, y los
mecanismos de su propio poder, a costas de los poderes feudales. El crecimiento del
Estado en Europa fue parcialmente garantizado o, en todo caso, usó como instrumento el
desarrollo de un pensamiento jurídico.
El forma del derecho fue un sistema de representación del poder común a la
burguesía y la monarquía. Ambas lograron instalar, poco a poco, desde el fin de la Edad
Media hasta el siglo XVIII una forma de poder que se representaba, que se presentaba
como discurso, como lenguaje, el vocabulario del derecho. Y cuando la burguesía se
desembarazó finalmente del poder monárquico, lo hizo precisamente utilizando ese
discurso jurídico que había sido hasta entonces el de la monarquía, él cual fue usado contra
la propia monarquía.
Occidente nunca tuvo otro sistema de representación, de formulación y de análisis
del poder que fuera el sistema del derecho, el sistema de la ley. Y yo creo que esta es la
razón por la cual, a fin de cuentas, no tuvimos hasta recientemente otras posibilidades de
analizar el poder.
¿Cómo podríamos intentar analizar el poder en sus mecanismos positivos? Lo que
podemos encontrar en Marx es que en el fondo no existe un poder, sino varios poderes.
Poderes, quiere decir, formas de dominación, formas de sujeción que operan localmente.
Estas formas locales poseen su propia modalidad de funcionamiento, procedimiento y
técnica. Por lo que debemos hablar de los poderes o intentar localizarlos en sus
especificidades históricas y geográficas.
El sistema de poder monárquico presentaba para el desarrollo del capitalismo dos
inconvenientes mayores:
1. El poder político era un poder muy discontinuo. Un número infinito de cosas, de
elementos, de conductas, de procesos escapaban al control del poder. Esto exigía la
instauración de un poder continuo, poder atómico e individualizante, que cada
individuo, en él mismo, en su cuerpo, en sus gestos, pudiese ser controlado en vez
de esos controles globales y de masa.
2. Era un sistema excesivamente oneroso, porque la función del poder era
esencialmente el poder de recaudar, de tener el derecho de recaudar cualquier cosa.
El poder era entonces, recaudador y predatorio. Lejos de favorecer o estimular el
flujo económico, era permanentemente su obstáculo y freno. Apareció una segunda
necesidad, encontrar un mecanismo de poder tal que al mismo tiempo que
controlase las cosas y las personas hasta en su más mínimos detalles, no fuese tan
oneroso ni esencialmente predatorio.
En el ámbito de la tecnología del poder hubo toda una invención al nivel de las
formas de poder a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Podemos agruparlas en dos tipos
diferentes pero relacionados:
A. La disciplina, es, en el fondo, el mecanismo del poder por el cual alcanzamos a
controlar el cuerpo social hasta los elementos más tenues con los cuales llegamos a
tocar los propios átomos sociales, esto es, los individuos. Técnicas de
individualización del poder, enfoca a los individuos hasta en sus cuerpos, en sus
comportamientos.
a. ANATOMO-POLÍTICA: Una política que hace blanco en los individuos hasta
anatomizarlos.
B. El siglo XVIII descubrió que el poder se ejerce sobre una población. Que se debe
ejercer sobre los individuos en tanto constituyen una especie de entidad biológica
que debe ser tomada en consideración si queremos precisamente utilizar esa
población como máquina de producir todo, de producir riquezas, de producir bienes,
de producir otros individuos.
a. BIOPOLÍTICA: todos los grandes organismos administrativos, económicos y
políticos, todo eso encargado de la regulación de la población.
Conclusión
La práctica de la reciprocidad y las interpretaciones sobre ella han adquirido nuevas
dimensiones, que no hacen más que actualizar cultural y políticamente las tensiones
creadas por nuevas experiencias históricas.
● Barabas, Alicia. (1996). La ética del Don. Los sistemas indígenas de reciprocidad.
En: Alicia Barabas. Dones, sueños y santos: ensayos sobre religiones en Oaxaca.
Editorial Porrua/Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Pp. 149 - 177.
El intercambio recíproco: algunos elementos para el análisis
El fenómeno del intercambio es no sólo universal sino también total, ya que puede
extenderse a todo tipo de cosas, seres, hechos, comportamientos y actividades en cualquier
campo de la vida social, tanto económico como religioso, jurídico y político, entre otros.
Lévi-Strauss decía que la sociedad se funda en el intercambio y existe por la combinación
de todo tipo de intercambios en diversas instituciones.
El intercambio recíproco fue estudiado por M. Mauss como un hecho social total
porque está presente y actuando en cada parte de la estructura social. M. Sahlins enfatiza
el aspecto articulador del intercambio recíproco, ya que consideraba al ‘don’ como la
estrategia de comunicación, solidaridad y alianza que las sociedades segmentarias
implementaban como contrato o pacto social. En este sentido, la creación de alianzas
mediante la reciprocidad constituiría una defensa contra los conflictos internos que
amenazan a dichas sociedades.
La economía del don (Mauss) predomina allí donde los grupos de parentesco que
componen la sociedad, para poder reproducirse, necesitan formar parte de un sistema de
endeudamiento con los demás que asegure la mutua dependencia. M. Godelier expresa
que el don es la condición misma de producción y reproducción de las relaciones sociales,
que constituyen el armazón de la sociedad y caracterizan los vínculos que se entablan entre
personas y grupos.
Según Mauss toda forma de intercambio recíproco tiene tres obligaciones básicas:
dar, recibir y devolver. Godelier señala una cuarta: intercambio establecido entre los seres
humanos y los sagrados. Los intercambios de tipo agnósticos promueven rivalidad,
competencia y estratificación, los intercambios recíprocos equilibrados fomentan
solidaridad e igualdad.
Godelier enfatiza en que la ausencia de estratificación nunca es total, y que, por
ello, debe tomarse en cuenta la situación del que da y del que recibe para desentrañar
realmente los significados sociales y culturales de los dones y contradones. Entre personas
con estatus desigual estaríamos frente a intercambios guiados por el interés en ganancias
sociales o materiales.
La particularidad del contexto social es tan importante para M. Godelier como el
contexto histórico en que se realizan los intercambios recíprocos, porque éste contribuirá a
explicar las transformaciones en los sistemas de reciprocidad.
Si bien el don es un acto voluntario supone la obligación de retribuir. Este
compromiso ineludible es un pacto sancionable de manera moral, pero no jurídicamente.
La autora se acerca a la perspectiva de M. Shalins, para quien el punto clave de la
obligación reside en las sanciones sociales a las que se hace acreedor quien no retribuye,
ya que es considerado como inmoral e implica la muerte social. En este sentido, la
reciprocidad podría ser entendida como una forma de control social apoyada en las
sanciones sociales y sagradas que prescribe la normatividad sociocultural.
En la ética del don se ponen en juego valores fundamentales de las sociedades a
pequeña escala. Ésta puede ser definida como: el conjunto de representaciones, valores y
estipulaciones que orientan a la sociedad a ejercer una moral sustentada en la reciprocidad
equilibrada, en todos los ámbitos de la vida social, y humanizada en la relación con lo
sagrado, con el objetivo de reproducir un equilibrio natural y social siempre mediado por el
don.
La obligatoriedad del don equilibrado crea relaciones de solidaridad mutua, así
como, también, crea relaciones de dependencia. En sociedades poco estratificadas las
relaciones de dependencia deben ser reequilibradas siguiendo una precisa normatividad.
M. Shalins propuso un esquema tripartito:
● Reciprocidad generalizada: ayuda prestada sin espera de retribución, o al menos
con una expectativa indefinida y sin contradon estipulado Es la base de las
relaciones cotidianas en el seno de los grupos domésticos y expresa también las
relaciones y obligaciones diferenciales entre los parientes.
● Reciprocidad equilibrada: pacto social mediante el intercambio directo y equivalente
del bien recibido. Este es el tipo que privilegia el aspecto social del intercambio, ya
uqe dones y contradones de bienes y servicios se realizan sobre todo para mantener
buenas relaciones con los demás. La ayuda mutua, en algunos grupos, es
concebida como trabajo, en un concepto amplio de trabajo que incluye no sólo la
mano de obra sino también los bienes donados, en la medida que éstos son frutos
del trabajo. Cuando la reciprocidad equilibrada y más o menos inmediata se realiza
entre vecinos, como norma de etiqueta y buena vecindad, usualmente toma la forma
de intercambios instrumentales de comida.
● Reciprocidad negativa: el intercambio persigue ventaja o lucro, en ocasiones con
trampa. Ej: suicidio vengador / homicidio vengador / agnósticas.
● Shalins, Marshall. (1977). ‘La sociedad opulenta primitiva’ (capítulo I). En:
Economía de la edad de piedra. Ed. Akal, Madrid. Pp. 13 - 53.
Las economías de la caza y la recolección son las que emplean los niveles
termodinámicos más bajos: menos energía per cápita y por año que cualquier otro modo de
producción. Se la podría denominar la sociedad opulenta primitiva.
A la opulencia se puede llegar por dos caminos diferentes. Las necesidades pueden
ser ‘fácilmente satisfechas’ o bien produciendo mucho, o bien deseando poco. La
concepción más difundida, al modo de Galbraith, por el cual se piensa que las necesidades
son infinitas, mientras que los medios son limitados. Una estrategia Zen hacia la opulencia
considera que las necesidades materiales humanas son finitas y escasas y los medios
técnicos, inalterables pero por regla general adecuados. Adoptando esta estrategia, un
pueblo puede gozar de una abundancia material incomparable… con un bajo nivel de vida.
Nos inclinamos a pensar que los C-R son pobres porque no tiene nada; tal vez sea mejor
pensar que por ese mismo motivo son libres. Sus posesiones materiales limitadas al
extremo los liberan de todo cuidado respecto a sus necesidades cotidianas y les permiten
disfrutar de la vida.
La subsistencia
La consecución de alimentos es intermitente, dejando mucho tiempo para el ocio,
lo cual redunda en una proporción de sueño durante el día per cápita y por año mayor que
en cualquier otra condición social.
● Zonabend, Francoise. (1988). ‘De la familia. Una visión etnológica del parentesco y
la familia’ (Introducción). En: Burguiere, Andre - Klapisch-Zuber, Cristiana - Segalen,
Martine; Historia de la Familia. Alianza, Buenos Aires. Pp. 17 - 79.
DE LO IDÉNTICO A LO IDÉNTICO
El término familia tiene muchas acepciones, lo que refleja las variaciones históricas
de la institución. Casa, el conjunto de individuos que viven bajo un mismo techo; gens,
comunidad formada por todos los que descienden de un mismo antepasado; agnati,
parientes paternos, cognati, los maternos, y posteriormente, por extensión, el conjunto de
los parientes de sangre: todas estas diferentes unidades de parentesco las reunimos hoy
bajo el mismo vocablo de “familia”. No obstante estos círculos de pertenencia han variado
de amplitud según el lugar y época, los grupos sociales o las circunstancias.
En todo lugar y todos los tiempos existieron, bajo formas variadas, agrupaciones
familiares que desempeñaron un papel más o menos fundamental en la organización de las
leyes orales o escritas que regían las sociedades.
La experiencia nativa:
Un niño nace en el seno de una familia, las primeras palabras que aprende son las
voces que designan a su madre y a su padre; después vienen los vocablos de parentesco…
asi el mundo se divide entre los Suyos y los Otros. Se concluye que la familia es un atributo
de la condición humana.
En la etnología destacan dos nombres: Morgan y Lévi-Strauss.
Morgan postulaba que los términos de parentesco subyacen a las relaciones de
parentesco existentes en todas las sociedades, que constituyen, pues, conjuntos
relacionales unidos por una misma ley y que forman sistemas: El defendía el concepto de la
unidad fundamental de la “familia humana”, ya que es todas partes se utilizan términos de
parentesco, se dispone de un sistema y se conoce alguna forma de familia. Disponía a las
sociedades sobre una escala de progreso con arreglo a su terminología de parentesco
(Evolucionismo del S XIX).
Ejemplo: el que un grupo designara a todos los hermanos del padre con un mismo
término indicaba que dicha cultura no había sido incapaz de reconocer al progenitor y que
cabía la posibilidad de que prevaleciera en ella alguna forma de matrimonio de grupo,
procedía sin duda por una fase en que dominaba la promiscuidad sexual. Esto, sumado a
su desarrollo económico y tecnológico, ponía a las sociedades primitivas en los escalones
más bajos, mientras que en la cúspide estaba la sociedad occidental, con una familia
conyugal monógama.
Morgan, pese a las críticas, sentó las bases del método etnológico y formuló los
principales problemas teóricos que se le plantean a la investigación sobre la familia y el
parentesco.
Levi-Strauss recuperó el concepto de Morgan de la unidad de la familia humana a
través de sus formas de concebir el parentesco. Esta idea (que los sistemas de filiación y de
alianza, es decir, los sistemas de parentesco, incorporan en su trama toda la historia de la
humanidad desde el pasado más remoto hasta el presente más próximo) la demuestra L-S
por medio de su tesis de la prohibición del incesto (hecho asociado a prescripciones
matrimoniales con personas extrañas al círculo más estrecho del parentesco).
La familia nuclear
La familiar nuclear, según Ralph Linton, es el sustrato de todas las demás
estructuras familiares. Murdock considera que la familia nuclear cumple funciones vitales:
1. La relación sexual: La familia nuclear satisface las necesidades sexuales y reduce la
fuerza perturbadora de la competencia sexual.
2. La reproducción: La familia nuclear garantiza la protección de la mujer durante su
embarazo, relativamente largo, y durante los meses o años de la lactancia.
3. La educación: Es esencial para la enculturación. Sólo el hombre y la mujer adultos
que residen juntos poseen conocimientos adecuados para la enculturación de los
niños de ambos sexos.
4. La subsistencia: Dadas las especialidades conductuales impuestas a la hembra
humana por su papel reproductor y las diferencias anatómicas entre hombres y
mujeres, la división sexual del trabajo hace más eficiente la subsistencia.
Según este punto de vista, la familia nuclear garantiza así la relación heterosexual,
la reproducción, la enculturación y el sostén económico con más eficacia que cualquier otra
institución.
La idea de la familia nuclear universal apoya el punto de vista de que las unidades
domésticas de familias no nucleares son inferiores, patológicas o contrarias a la naturaleza
humana.
La familia extensa
La familia extensa es un grupo doméstico integrado por germanos, sus cónyuges y
sus hijos y/o padres e hijos casados. También las familias extensas pueden ser poliginas.
Las familias extensas proporcionan un mayor contingente de mano de obra y pueden
realizar una gran variedad de actividades simultáneamente.
La legitimidad
Según algunos antropólogos, la esencia de la relación marital recibe en esa parte de
la definición de Gough que trata de la asignación de los derechos del estatus por nacimiento
o a los sitios. Por el concepto de nacimiento legal o legítimo no es universal. Bajo este
concepto subastas el presupuesto de que toda sociedad posee un conjunto único y bien
definido de reglas que identifican los nacimientos legítimos e ilegítimos, y también que los
transgresores serán objeto de partido o desaprobación. Ambos supuestos carecen de una
base empírica firme.
Ninguna sociedad garantiza a las mujeres total libertad de concepción, pero las
restricciones impuestas a la maternidad y las ocasiones para estar vivo y la desaprobación
varían enormemente.
Resumen
El nivel estructural de los sistemas socioculturales está integrado en parte por
grupos domésticos interrelacionados. Cada identificar tales grupos por su ligazón a un
espacio vital o domicilio en el que tienen lugar las actividades de comer y dormir, las
relaciones sexuales maritales y la crianza y disciplinamiento de los jóvenes. Sin embargo,
no hay una pauta única o mínima de actividades domésticas. Análogamente, tampoco se
puede considerar la familia nuclear como la célula básica de todos los grupos domésticos.
Subvenciones sexual, reproductora y productiva pueden ser satisfechas con instituciones
alternativas no necesariamente domésticas. Uno de los hechos más importantes acerca de
las instituciones domésticas humanas es que no existe una sola pauta que sea más natural
que otras.
Las pautas humanas de apareamiento muestran un enorme grado diversidad,
aunque en todo el mundo sea algo similar a lo que se llama matrimonio.
Sobran evitación del incesto sólo son una pequeña parte del espectro de
matrimonios preferidos y prohibidos que reflejan los portes intereses corporativos de los
grupos domésticos. Las preferencias por ciertos tipos de intercambios matrimoniales crean
connubios circulares en los que la reciprocidad entre los grupos domésticos puede ser
directa o indirecta. El vínculo marital tiene naturaleza corporativa.
La estructura del parentesco significa dos cosas distintas que, como se verá, los
antropólogos mantiene, con razón, juntas:
En primer lugar, la estructura de parentesco específica que tipo de apareamientos
van a tener lugar realmente, dentro de la posibilidad random.
En segundo lugar, la estructura de parentesco específica qué roles, con qué rigidez
y hasta qué punto, son funciones, por sí decirlo, de la posición de parentesco biológico del
agente.
A pesar de que los dos sentidos del término son distintos, los antropólogos hacen
bien en ponerlos juntos, ya que ello es inevitable. La razón es que muchas limitaciones
importantes del apareamiento operan basándose en roles sociales; por ejemplo, en una
sociedad que conozco un hombre no puede casarse con una mujer que ha mamado en el
mismo pecho que él.
El autor intenta explicar un sistema de nomenclaturas a través de un lenguaje ideal.
Considera que los patrones biológicos, deberían ser complementados con los rasgos
socioculturales. No lo termine de entender del todo.