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Unidad 3.

PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES: ECONOMÍA - POLÍTICA -


PARENTESCO
3.1 La organización económica. Los conceptos de propiedad y excedente. El trabajo como
transformación social de la naturaleza. La producción, distribución y consumo de bienes
materiales y bienes simbólicos. La acumulación originaria de capital. Los conceptos de
modo de producción y formación social. Antropología e historia. Antropología y economía
política. Formalismo, sustantivismo y materialismo dialéctico. Opulencia vs, escasez. La
vigencia actual del formalismo en la macroeconomía. El don y la reciprocidad como
opuestos a la lógica de acumulación propia del capitalismo.
3.2 La organización política y los sistemas políticos. El campo de lo político. Lo público y lo
privado. Los conceptos de poder, autoridad y legitimación. El concepto de estratificación
social: minorías étnicas, castas, clases sociales. Críticas a la concepción formal de poder.
Relaciones de poder y modo de producción. Tecnologías de poder,
3.3 Relaciones de consanguinidad y afinidad o alianza. Sistemas de parentesco, sistema de
denominaciones y significados. El concepto de familia. El grupo doméstico como unidad de
análisis. Vinculación entre la organización a nivel de lo doméstico y la estructura social.

● Berreman, Gerald (1972).’Race, caste and other invidious distinctions in social


stratification’. En: RACE Vol. 13 N° 4. Pp. 385 - 414.
Una sociedad está socialmente estratificada cuando sus miembros están divididos
en categorías que están diferenciadas en poder, estimación y recompensa. Estos sistemas
de colectivos sociales ranqueados varían enormemente en las ideologías en las cuales se
apoya la categorización de sus individuos.
Una de las bases más utilizadas para categorizar y compararlas es la diferencia de
status heredado por nacimiento vs no heredado por nacimiento. La primera categoría
es utilizado con castas o estratificaciones racial, o más recientemente, en estratificaciones
étnicas, referida a estatus definidos por compartir una ancestralidad o rasgos al
nacimientos. La segunda categoría se utiliza para estratificación de clases, refiriéndose a
estatus compartidos por cierto tipo de poder adquisitivo, educación y ocupación.
Sin tener en cuenta las características particulares que se dan en cada sociedad, la
estratificación está basada en tres dimensiones primarias: clase, estatus y poder. Las
cuales se expresan, respectivamente, en riqueza, prestigio y la capacidad de controlar la
vida de las personas.
Al considerar la raza (color), casta, etnicidad o el género. Estas son distinciones
independientes de la ocupación, poder adquisitivo, o cualquier otra característica individual.
Estas categorizaciones son asociadas al nacimiento, y a pesar de haber una gran variedad,
comparten algunas características:
1. La identidad es entendida como consecuencia del nacimiento o de la herencia, y por
ese motivo inmutable.
2. La identidad le confiere al individuo un grado de valor definido y afirmado
socialmente que se considera intrínseco al individuo.
3. Este valor heredado es evaluado relativamente con lo del resto de la sociedad. A
partir de esto se considerara a alguien superior o inferior.
El tema crucial con respecto a las adscripciones por nacimiento, tanto para la
sociedad como la el individuo, es que no recae tanto en la fuente del estatus, como en el
hecho de que no puede modificarse.
Las estratificaciones a partir de la adscripción por nacimiento tienen características
en común de estructura, función y significado, y tiene consecuencias comunes en la vida de
aquellos que las experimentan y en la historia social de las sociedades que las presentan.

Modelos y análisis
Estratificación
Por definición, los sistemas de estratificación son un conjunto de sistemas que
comparten como característica común la inequidad social, que pueden ser por adscripción
al nacimiento o no.
Aquellos que se estructuran a partir de la adscripción por nacimiento, su
estratificación está basada en definiciones tradicionales que le atribuyen equivalencia o
diferencias innatas relacionadas con un valor intrínseco. Esta categorización se racionaliza
a través de un mito de origen que legitimiza el sistema; se perpetúa por una diferencia de
poder alcanzable, expresados en el comportamiento diferencial requerido y en las
recompensas diferenciales que se les otorgan, y experimentados por ellos como acceso
diferencial a bienes, servicios, nivel de vida, respeto, autodeterminación, entre otras
valiosas cosas.
Estratificación étnica
Usar el adjetivo ‘étnica’ para modificar la estratificación pone el énfasis en el modo
de reclutamiento, abarcando una gran variedad de bases para la adscripción, de las cuales
todas están determinadas por el nacimiento y derivan presuntamente de compartir una base
genética, una ancestralidad, una socialización temprana; y son por esa razón consideradas
como inmutables.
Casta
Jati (similar a ancestralidad común) en la India refiere a interdependientes,
jerárquicos, e innatos grupos. La estratificación se manifiesta en estima público de acuerdo
con los miembros de varios grupos, en las recompensas disponibles para ellos, y en el
poder que pueden tener, y en la naturaleza y el modo de sus interacciones. Los Jatis son
regionalmente específicos y culturalmente distintivos, y cada uno es usualmente asociado
con una ocupación tradicional y son casi siempre endógamos.
La racionalización que justifica el sistema es tanto religiosa como filosófica, basada
en la idea de la pureza o contaminación de los grupos, y en la noción de correcta conducta,
just deserts, y reencarnación para explicar el papel individual dentro del sistema.
Como una explicación a la inequidad del modelo, esta racionalización sólo abarca a
las clases que el sistema beneficia, pero es dudosa o reinterpretada por aquellos que son
oprimidos por el mismo.
Raza
Los sistemas de estratificación racial son aquellos en los cuales el estatus de
adscripción innata es asociado con características físicas. La mayoría de las veces estas
diferencias son más imaginarias que reales, hasta llegar a ser ficticias. Estos sistemas
comparten el principio de que la estratificación está basada en presuntas características
innatas, ancestrales y características físicas distintivas.
Raza, como base para la estratificación social, es un fenómeno socialmente definido.
Los racistas consideran y tratan a las personas como diferentes debido a su pertenencia a
un estrato social definido en términos sociales. A este fenómeno social se le asocian
características físicas.
La universalidad del racismo puede ser entendida a partir del hecho de que los
rasgos físicos solo dramatizan las diferencias sociales, pero a la vez las explican y justifican.
El efecto de tal explicación es el de hacer parecer la inequidad social como natural, más que
como una elección humana y una imposición artificial.

En forma de síntesis, raza se usa normalmente por los científicos sociales para
enfatizar diferencias físicas; casta, enfatiza rangos comunes, ocupaciones específicas,
endogamia y una organización corporativa; estratificación étnica, hace hincapié en
distinciones culturales.

‘Raza’ vs ‘Casta’
Las castas parecen ser más útiles, analíticamente, que las razas, porque hacen
referencias a diferencias sociales más que distinciones físicas; y son las distinciones
sociales las que son universales a todos los sistemas.
La comparación entre blancos-negros en América y las castas de la India
ocasionalmente muestra que el primero marca una dicotomía, mientras que el segundo una
compleja jerarquización social.
Cuanto más uno intenta acercarse a la naturaleza y la dinámica de las razas y las
castas, y dentro de las experiencias de las personas que las viven, más éstas se vuelven
fenómenos similares y comparables.
Colonialismo
El concepto de colonialismo ha ganado popularidad en los últimos años por el
análisis del racismo y la estratificación racial del occidente. Este modelo se enfoca en la
historia de la expansión occidental y la explotación de la personas, a través de la noción de
superioridad del dominante. El racismo es un aspecto integral de este proceso, las
diferencias entre colonizador y colonizado fueron utilizadas para justificar la inferioridad del
colonizado justificando al colonizador.
El colonialismo, interno o externo, es un proceso que ha ocurrido en repetidas
ocasiones y contextos, con muchas manifestaciones específicas y muchos resultados
comunes. La estratificación por castas, razas, etnias, y el pluralismo han sido alguno de los
resultados.
Clase
La clase se caracteriza por ser un estatus adquirible, y en este sentido se diferencia
de raza, casta o etnia, así como sus consecuencias. En un sistema de clases, uno es
clasificado en función de sus comportamientos y atributos (sueldo, ocupación, educación,
tipo de vida, etc). En este tipo de sistemas, la movilidad individual es posible, aunque difícil.
En estos sistemas, los estratos pueden no distinguirse, o no conocerse por las
personas que lo viven.
Pluralismo
Esta situación se da cuando dos o más tradiciones culturales diferentes caracterizan
la población de una sociedad específica. Los sistemas de adscripción por nacimientos son
sistemas de pluralismo, ya que están marcados por la separación social.
La separación manual de los grupos lleva inevitablemente al nacimiento de
instituciones específicas de cada grupo. Casta, raza, y estratificación étnica, como todos los
sistema plurales, son sistemas de separación social y heterogénea cultural, mantenidas por
un sistema económico y político superior, más que por acuerdos o consensos entre las
partes.
Jerarquías como interacción simbólica
La universalidad en las jerarquías sociales de patrones de interacción que
simbolizan la superioridad o inferioridad es un hecho claro. Las jerarquías sociales existen
sólo en la experiencia, comportamientos y creencias de aquellos que la componen. La
interacción interpersonal se convierte en el vehículo para la expresión de esta jerarquía.
Jerarquías como ideología
Cada ideología es única en las culturas en las que sucede. Cada una es asociada a
estructuras sociales, procesos y experiencias individuales muy similares. Esta similaridad es
generada por la adscripción al nacimiento en un estrato y no se da por diferencias de
ideología.
La existencia de una ideología de la jerarquización social no quiere decir que esta
ideología sea compartida o interpretada de la misma manera por todos los individuos de la
sociedad.
Estratificación sexual
Este criterio ha sido largamente ignorado o desprestigiado por los teóricos de la
estratificación, lo que puede darse por varios factores, sin olvidar que la mayor cantidad de
los miembros del sexo privilegiado han autorizado la mayor parte del trabajo teórico.

Consecuencias de la desigualdad heredada


‘Los productos de la opresión son aquellos que se usan para justificarla’.

Cambio y emancipación
La existencia de un sistema social no da por sentado su aceptación por todas las
partes de la sociedad. Que eso sucede es reflejo de una efectiva política de opresión. La
posibilidad de un grupo de volverse subversivo depende del balance de poder que se
permita a los grupos estratificados y de la definición de la situación que los individuos
poseen.

Conclusión
Sólo hay una manera que los productos de la opresión se disuelvan, y es acabando
la opresión. Para parar la opresión, uno debe eliminar la estructura y estratificación en la
cual se basa.

● Godelier, Maurice. (1975). ‘Racionalidad de los sistemas económico’. (Capítulo III).


En: Racionalidad e irracionalidad en economía. Siglo Veintiuno, México, D. F. Pp.
241 - 313.
La antropología se presenta aquí primeramente de un modo restrictivo, pero cerca
de su práctica real como disciplina teórica que intenta a la vez describir (etnología) y
explicar científicamente (teoría antropológica) los mecanismos de funcionamiento de
sociedades concretas, llamadas ‘primitivas’ o ‘tradicionales’.
La antropología plantea realidades históricas y esto nos basta para hacer a un lado
dos modos erróneos de confrontar y de oponer la antropología y la historia. El antropólogo y
el historiador hacen realmente una obra científica cuando piensan el acontecimiento en el
seno de una estructura y disciernen las estructuras por medio de los acontecimientos.

Objeto y método de la antropología económica


La antropología económica tiene por objeto el análisis teórico comparado de los
diferentes sistemas económicos reales y posibles. Junto con la economía política destinada,
al parecer, al estudio de las sociedades industriales modernas mercantiles o planeadas, la
antropología económica quiere ser en alguna forma una especie de extensión de la
economía política para las sociedades abandonadas por los economistas.

1. La noción del sistema económico y el análisis de su funcionamiento


El campo de lo ‘económico’:
Los económico se definió, primero, de Platón a A. Smith, como la riqueza material
de las sociedades. Sin embargo, reducir la actividad económica a la producción, la
distribución y el consumo de bienes es amputarla del inmenso campo de la producción y
cambio de servicios.
Otra forma en la que se definió fue como toda acción que combina medios escasos
para alcanzar del mejor modo posible un objetivo. Esta definición no capta lo económico
como tal, y lo disuelve en una teoría formal de la acción orientada a un fin, donde nada
permite ya distinguir la actividad económica de la actividad orientada hacia la búsqueda del
placer, del poder o de la salvación.
El autor define lo económico como la producción, la distribución y el consumo de
bienes y servicios. Lo económico se presenta, por lo tanto, como un campo específico de
relaciones sociales a la vez exterior e interior respecto a los demás elementos de la vida
social, es decir, como la parte de un todo que sería a la vez exterior e interior a las demás
partes, como la parte de un todo orgánico.
La perspectiva antropológica prohíbe describir lo económico sin mostrar a la vez
su relación con los demás elementos del sistema social.
La noción de ‘sistema’:
● Sistema: un conjunto de estructuras vinculadas entre sí por ciertas reglas (leyes).
● Estructura: un conjunto de objetos vinculados entre sí según ciertas reglas (leyes).
● Objeto: cualquier realidad posible, individuo, concepto, institución y cosa.
● Regla: los principios explícitos de combinación, de planteamiento de relación entre
los elementos de un sistema y las normas intencionalmente creadas y aplicadas
para organizar la vida social.
○ La existencia de estas reglas permite suponer que en la medida en que
sigan, la vida social posee ya cierto orden.
La tarea de las ciencias sociales es confrontar estas reglas con los hechos para
hacer aparecer leyes.
La noción de estructura y la noción de sistema tienen algunas características en
común:
● Son homogéneas de dos modos:
○ Las dos designan combinaciones de objetos según reglas.
■ Los objetos sin relación constituyen una realidad carente de sentido; y
las relaciones sin objeto un sentido carente de existencia.
○ Las dos designan relaciones del Todo a las Partes.
■ Una estructura es a la vez, un todo con relación a sus partes, y una
parte con relación al sistema al cual pertenece.
● Un sistema económico es un elemento del sistema social.
Las leyes de funcionamiento de un sistema:
En el estudio de un sistema, se impone al investigador una doble tarea:
● Estudiar cuáles son los elementos de este sistema y sus relaciones en un tiempo (t)
de la evolución de este sistema.
○ Análisis sincrónico
● Estudiar de qué manera estuvieron formados y evolucionaron estos elementos y sus
relaciones durante (día) el tiempo que dura este sistema.
○ Análisis diacrónico, a la vez que una teoría de la génesis y de la evolución de
un sistema.
El estudio de un sistema debería permitir el conocimiento de sus leyes. Como regla
se entiende a los principios explícitos y deseados de organización de la sociedad. La tarea
del investigador consiste en confrontar las normas y los hechos, para poner en evidencia a
través de sus relaciones una cierta necesidad que expresan las leyes de funcionamiento
sincrónico y diacrónico del sistema. Es pasar de lo intencional a lo intencional y analizar su
relación es pensar teóricamente la realidad social tal como se manifiesta y cada uno la vive,
como una realidad a la vez deseada y no deseada, en la que se influye y se padece, como
una realidad mixta.
El objetivo último de todo conocimiento científico es el conocimiento de leyes.
Es preciso ahora aplicarlas de modo más apegado al campo propio de lo económico. Para
tal aplicación es posible utilizar dos vías:
A. Describir los elementos concretos de un sistema rela, cubierto de una información
suficiente, y encontrar la explicación más probable de su funcionamiento, la lógica
más respetuosa de la secuencia de los acontecimientos que caracterizan la
evolución. En el marco de este estudio, que es el del especialista de una sociedad y
de una época, esta vía está prohibida.
B. Queda otra ruta, que no explora ya un sistema real sin un sistema posible, la ruta del
formalismo.
El modelo formal de un sistema económico posible:
¿Qué se entiende por sistema posible? Es la representación del elemento común a
todo caso posible del género del sistema considerado. Un elemento formal común es un
factor invariante, lo que subsiste en todas las variedades y variaciones posibles del sistema
considerado. El formalismo es un avance eidético, conforme al cual el pensamiento se
desliga de todo sistema real para apropiarse todos los sistemas posibles y así encontrar lo
real como lo posible realizado.
En la medida en que, para construir el modelo formal de un sistema económico
posible, el pensamiento hace abstracción de la diferencia entre los sistemas reales, el
avance formalista constituye la explicación de una parte de las condiciones de posibilidad
de este conocimiento, por medio de la puesta en evidencia de las estructuras formales de
todos los sistemas económicos posibles.
Un sistema económico es la combinación de tres estructuras: la de la producció,
de la distribución y del consumo.
Si lo que se produce, distribuye y consume depende de la naturaleza y de la
jerarquía de las necesidades en el seno de una sociedad, la actividad económica está
vinculada orgánicamente a las demás actividades, políticas, religiosas, culturales y
familiares, que forman con ella el contenido de la vida de esta sociedad y a las cuales
proporciona los medios materiales de realizarse.
Las estructuras de la producción:
La producción es el conjunto de operaciones destinadas a proporcionar a una
sociedad sus medios materiales de existencia. Un sistema económico puede combinar la
cosecha, la caza, la agricultura y el artesanado..
Su comparación permitiría esbozar una tipología de las formas de vida material que
sea a la vez cronológica (histórica) y funcional (lógica). Las formas de producción se
asemejan en el hecho de que producir es combinar ciertas reglas técnicas (T), recursos (M),
herramientas (O) y hombres (H), para obtener un producto (Q), aprovechable socialmente.
La actividad productora es una actividad reglamentada por normas técnicas que
expresan las necesidades a las cuales es preciso someterse para triunfar.
Todo proceso de producción constituye una serie ordenada de operaciones cuya
naturaleza y encadenamiento se basan en las necesidades a las cuales es preciso
someterse para obtener el producto final esperado.
La combinación de los factores de producción se efectúa en cuadros que se llaman
unidades de producción. El cuadro depende, por lo tanto, de la naturaleza de los trabajos
emprendidos y de los medios disponibles (O, H) para emprenderlos.
Las estructuras de distribución:
Las operaciones de distribución son las que determinan, en el seno de una
sociedad, las formas de apropiación y de uso de las condiciones de producción y de su
resultado, el producto social. La apropiación de estos objetos está sometida en toda
sociedad a reglas explícitas que definen derechos (escritos o no) que los diversos miembros
de esta sociedad tienen sobre estos objetos.
1. La primera categoría de las reglas de apropiación y de uso concierne a los factores
de producción. Las reglas que refieren a la apropiación de los recursos, suelo y
materias primas pueden revestir distintas formas.
a. En una sociedad, las reglas de apropiación y de uso de los factores de
producción pueden diferir para cada tipo de objeto y combinarse en un
conjunto complejo y coherente.
2. La segunda categoría de las reglas de apropiación y de uso se refiere a los efectos
de la producción, el producto final, sea de bienes o de servicios. Esta misma
categoría comprende dos tipos de reglas, según el motivo de distribución sea directa
o indirectamente económico.
a. Directamente económico: es preciso descontar previamente una parte del
producto social para renovar los factores de la producción, y asegurar la
continuidad de la producción y de las condiciones materiales de existencia.
b. Indirectamente económicas: es preciso mantener a los que todavía no
producen, los niños, o a los que ya no producen, los ancianos y enfermos.
i. El nivel dependerá del excedente de producción.
Si se analiza el conjunto de las operaciones de distribución se constata pues que
algunas de ellas distribuyen entre las actividades no económicas de la vida social, política,
religiosa, cultural, etc, los medios materiales necesarios para su ejercicios.
Al mismo tiempo, el desarrollo de las actividades no económicas supone la
existencia de un excedente económico, es decir, no lo que está de más, un superávit
absoluto, sino lo que rebasa el nivel socialmente reconocido como necesario para la
subsistencia de los miembros de una sociedad.
La aparición de un excedente hace posible -lo cual no quiere decir necesario-
transformaciones estructurales en la sociedad.
La explotación del hombre por el hombre empieza cuando el servicio cesa y existen
descuentos sin contrapartida.
El análisis de las diversas categorías de las estructuras de distribución nos
mostraron el papel estratégico de las operaciones y de las normas de distribución de los
factores de la producción en el funcionamiento de las sociedades. Estas operaciones
controlan las posibilidades de acción que ofrece un sistema social a los individuos y a los
grupos que lo desarrollan y lo sufren, posibilidades iguales y desiguales de poder, de cultura
y de nivel de vida.
Las reglas de distribución controlan la estructura del consumo.
Las estructuras del consumo:
El consumo de los factores de producción, recursos, equipo y trabajo, no es más
que el proceso mismo de producción, cuya existencia y continuidad asegura. Aspi, está
sometido a las reglas técnicas de la producción y a las reglas sociales de la apropiación de
los factores de producción. El consumo personal, bajo sus formas individual o social, se
opera en el marco de unidades de consumo que pueden a veces coincidir con las unidades
de producción.
En el consumo se expresan todos los valores del sistema social, por medios como
las elecciones y las prohibiciones alimenticias, por ejemplo..
En definitiva, vemos que toda producción es un acto doble, sometido a las normas
técnicas de una relación determinada de los hombres con la naturaleza, y a las normas
sociales que rigen las relaciones de los hombres entre sí en el uso de los factores de
producción. La solidaridad orgánica de las estructuras de un sistema económico se
manifiesta por medio de la complementariedad y la circularidad de los procesos, en los que
la producción permite el consumo y éste, a su vez, permite la producción.
El análisis sincrónico y diacrónico de los sistemas económicos puede ahora definirse
como: análisis sincrónico, tratara de reconstruir en un cierto momento de la evaluación de
un sistema, el funcionamiento de las estructuras de la producción, de la distribución y del
consumo; el análisis diacrónico, se propondrá reconstruir la génesis de los elementos del
sistema y de sus relaciones y luego seguir la evolución de su funcionamiento por medio de
una serie de imágenes sincrónicas del sistema.
Confrontando las reglas y los hechos tratará entonces de determinar en qué
condiciones el sistema varía o queda invariable, así como de desprenderse sus leyes
de funcionamiento.

2. El problema de una ‘teoría general’ y del derechos de ‘extender’ las categorías y las
leyes de la economía política
Al construir el modelo formal de un sistema económico posible procedemos
haciendo voluntariamente un abstracción de todas las diferencias existentes entre los
sistemas reales. Pero formalmente no significa realmente idéntico. A nivel de un análisis
formal que en principio se realiza por abstracción de las diferencias reales no se dispone de
ningún criterio para decidir si dos sistemas son realmente idénticos o diferentes.
Por esta vía es posible encaminarse a una teoría general verdadera que tiene como
tarea pensar la identidad y a la vez la diferencia de los sistemas.
La definición formal de lo económico no sólo es incapaz de definir su objeto, sino
que resulta prácticamente inútil para analizar el problema real que plantea: el de la mejor
forma de organización de la economía en el marco de una sociedad dada, porque este
análisis supone una explicación científica de las razones de ser de los fines socialmente
reconocidos como necesarios y de su funcionamiento en la estructura de las sociedades.
La teoría de las leyes de funcionamiento de la economía en el seno de los diversos
tipos de estructura sociales posibles y de su fundamento.
De hecho, pensamos que la economía política no puede ser o no basta que sea una
teoría general, porque los fenómenos económicos en el seno de una sociedad primitiva, aun
siendo más simples que la economía de una sociedad moderna, son socialmente más
complejos y por ello no tienen ni el mismo sentido ni el mismo contenido.
Una misma realidad puede tomar significados distintos e inesperados por el hecho
de pertenecer a conjuntos sociales distintos. Una vez más, la estructura da un sentido a los
elementos que la componen y no hay que buscar el mismo elemento en varias estructuras
para demostrar una identidad funcional sino la misma relación entre los elementos de una
estructura y los de otra. Las diferencias entre los sistemas económicos son igualmente
importantes que las semejanzas, y las diferencias dependen de las estructuras sociales en
el seno de las cuales funciona un mismo elemento.
Cuando más compleja sea la división del trabajo, mayor será la autonomía relativa
que adquieren las actividades económicas en el seno del conjunto social y más
posibilidades habrá de definir las categorías económicas elementales, categorías y leyes
‘simplemente’ económicas. A la inversa, cuanto más simple sea una sociedad, menos
posibilidades habrá de aislar lo económico de los demás elementos de la vida social y más
complejo será el análisis de un mecanismo aparentemente económico, ya que toda la
configuración social se encuentra directamente presente en el seno de este mecanismo.

3. Hacia una renovación de la noción de ‘racionalidad económica’


La ciencia se pierde cuando empieza la ideología y la ideología empieza cuando una
sociedad se toma como referencia absoluta, como centro de perspectivas primeras o
últimas.
Se deben buscar la lógica interna del sistema económico en los modos de
producción de la sociedad, teniendo en cuenta que no va a ser vista a simple vista a través
de las representaciones que los individuos se hacen de su situación de existencia.

● Cohen, Ronald. (1979). ‘El sistema político’. En: Antropología política. Anagrama,
España. Pp. 27 - 52.
Los problemas básicos de antropología política
La necesidad más inmediata es consolidar lo que es conocido, e intentar
proporcionar a los trabajadores de campo una estructura conceptual que haga justicia a la
complejidad de los fenómenos políticos. Tal esquema o modelo debería proporcionar
también flexibilidad suficiente para que los conceptos básicos sean aplicados
comparativamente, durante un período determinado, tanto al esquema a estudiar o
desarrollar como a los procedimientos de investigación.
El objeto de la antropología política comprende una gama amplia de sistemas
políticos que abarca desde el nivel familiar de organización, hasta los Estados no-
occidentales más altamente centralizados y los imperios con estructuras de gobierno
central, burocracia permanente y medios de mantener una vida política organizada en un
territorio extenso que abarca a muchas comunidades locales. Uno de los problemas
metodológicos principales es obtener una serie de conceptos que puedan hacer
adecuadamente frente a un tipo de variación muy amplio en los datos, de forma que cada
estudio de un caso individual se incorpore a un cuerpo de materiales que sean comparables
unos con otros.
Los sistemas políticos indígenas están pasando por alguna clase de cambio
rápido a medida que quedan incorporados dentro de los límites del Estado-nación moderno.
Esto presenta otro problema metodológico, que implica el intento de incluir en nuestro
pensamiento algunos medios para discutir el cambio.
Otro de las problemas es saber qué es político y qué no lo es. Esto está
íntimamente relacionado con la cuestión de si podemos hablar realmente de un ‘sistema’ o
del sistema político como un rasgo especial de la vida social o no.

La política como sistema


Si consideramos la actividad política como un sistema, estamos haciendo un
número de suposiciones:
A. Tiene unidades concretas.
B. Que están interrelacionadas de una manera demostrables.
C. Los segmentos dentro del sistema se influyen en formas conocibles
D. Hay relaciones conocidas y conocibles entre el sistema y/o sus partes con otros
sistemas y/o partes.
La permeabilidad de un sistema límite es una variable característica e importante,
puesto que define cuántas veces y con qué eficacia el sistema responde como un todo a
influencias procedentes del exterior. ‘Sistema’ es un ardid analítico para separar de su
contexto un conjunto de fenómenos que deseamos estudiar.
Otro rasgos del análisis de sistemas es un análisis funcional en el sentido
teleológico. El sistema como un todo cumple un cometido.
Cuando tratamos la vida política como un sistema implica dos clases de análisis
funcionales. Primero, dado que las partes están interrelacionadas y que el mismo sistema
es parte de un todo más amplio, es decir, la sociedad, estamos forzados a pensar en la
relación de las partes entre sí en un sentido analítico o matemático, de suerte que cualquier
parte, o el sistema como un todo, sea función de una serie de determinantes. Segundo, el
sistema es de naturaleza política y, por consiguiente, debe ser considerado como ejerciendo
una función política por lo que respecta a su actividad general. Una función política hace
referencia a la actuación y a las consecuencias del poder y a las relaciones de autoridad de
una sociedad.

¿Qué es político?
Un modelo conceptual bien elaborado del sistema político es el de M. G. Smith.
Argumenta que la política hace referencia a un conjunto de acciones por medio de las
cuales se dirigen y administran los asuntos públicos. Llama actividad gubernamental al
funcionamiento del sistema y la divida en esfera administrativa y esfera política. La primera
trata de la estructuración autorizada de los roles gubernamentales, mientras que la segunda
se refiere al ejercicio de, y a la competencia por, el poder en el sistema. Los roles
administrativos son dispuestos jerárquicamente por necesidad, mientras que las
interacciones políticas pueden tener lugar entre gente o gentes que desempeñan estos
roles. Smith concibe el poder en tanto que influencia sobre las decisiones y la formación de
la política, con la competencia como ingrediente continuo y constante de la vida política.
El esquema de Smith ha intentado caracterizar toda actividad política, y dirige
nuestra atención hacia la rivalidad y la competencia como rasgos universales de todo
sistema, sin importar cuál sea su grado. Pero puede que no sea tan fácil aplicar el esquema
a las sociedades más sencillas. Esto nos deja preguntándonos sobre el poder de los grupos
de interés no gubernamentales en la sociedad y sobre su relación con el sistema político
formalmente constituido y reconocido del emirato.
Easton distingue lo político de lo no-político, sugiriendo que la actividad política
se refiere a la formulación y ejecución de decisiones obligatorias y terminantes de un
sistema social. Define la decisión como un acto que localiza hechos valorados entre
personas y grupos, y las decisiones autorizadas se producen cuando las personas
afectadas por ellas se sienten obligadas a llevarlas a cabo. Limita su análisis al sistema
social de escala más amplia de la sociedad a la que se refieren las decisiones, en el
sistema político.
Para la mayoría de los antropólogos, sería bueno una definición del sistema
político que concentrase la atención directamente sobre los rasgos estructurales de los
sistemas políticos más que sobre la naturaleza del acto político en sí mismo.
La clasificación de los sistemas políticos sobre la base de su estructura de autoridad
esclarece cuestiones relativas a las diferencias en estas estructuras, mientras que
posiblemente oscurece otras cuestiones acerca de otros cambios tales como tipos de
ideología política o personalidades de los líderes, que en este caso deben introducirse en el
análisis de otra forma.
El autor ha preferido utilizar las estructuras de autoridad como una base para el
análisis de los sistemas políticos, porque las cuestiones sobre la variación en estas
estructuras, y las teorías que ayudan a explicar tales diferencias, son importantes y
centrales para el estudio de la política.
Aquellos aspectos de las relaciones sociales que pueden ser identificados como
políticos están específicamente relacionados con el poder y la autoridad cuando éstos
ocurren en las relaciones sociales. El poder es una capacidad para influenciar el
comportamiento de otros y/o lograr influencia sobre el control de las acciones valoradas.
Cualquier miembro puede conseguir el poder.
La autoridad es por legitimado, y es un aspecto de todas las relaciones sociales
jerárquicamente ordenadas, en que el superior tiene un derecho reconocido a una cantidad
estipulada de poder sobre los subordinados. La distinción entre poder y autoridad ésta en
que la estructura de autoridad es mucho menos fácil de observar y demostrar que una
estructura de poder. Esto se debe a que la primera es una red de rol reconocido
formalmente, mientras que el segundo se refiere a un conjunto de interrelaciones entre
aquellos que controlan el poder.
La polity hace referencia al tamaño y naturaleza de la comunidad jurídica, y varía de
sociedad a sociedad y algunas veces dentro de la misma sociedad según las épocas. Una
comunidad jurídica es la red de escala más amplia de relaciones de autoridad que
produce un conjunto de interrelaciones entre los roles. Esta puede estar presenta
constantemente o en ocasiones.
Cualquiera que sea el tamaño de la polity, fuera de ella hay pocos medios de poner
fin a las disputas, es decir, no hay autoridad que sirva de enlace entre una polity con otras,
de suerte que ambos sistemas sea subordinados. Una polity no coincide necesariamente
con ‘sociedad’ o con ‘sistema económico’, o con cualquier otra categoría social
analíticamente importante. El uso de la polity como la entidad social en la que el sistema
político se manifiesta a sí mismo implica que es bastante posible hablar de una tribu
integrada por un número de polities constituyentes o, por lo contrario, hablar de una tribu
como parte de una polity multi-étnica más grande.
Se puede definir sistema político como un aspecto de las relaciones sociales. Este
aspecto concierne al poder y a las relaciones de autoridad que afectan a la vida social de
una polity, en la medida en que ese grupo se define en las tradiciones y prácticas de la
sociedad.
Uno de los problemas de investigación que tal conceptualización pone de
relieve es el de la distribución de poder y de la autoridad dentro de las organizaciones
llamadas no-políticas en la sociedad, y el de su carácter y conexión con el sistema político a
medida que se diferencia progresivamente en una red de rol separado de las sociedad.
A medida que las sociedades se hacen más complejas, la relación de conducta
excluida por definición del sistema político, con respecto a la conducta en ese sistema, se
convierte en un problema interesante a investigar para arrojar luz sobre la cultura política,
es decir, sobre la ideología y práctica del poder y las relaciones de autoridad en la cultura
como un todo.

Las relaciones de autoridad


Las relaciones de autoridad de un sistema político constituyen sus rasgos
constitucionales. Además, en el grado en el que las relaciones de autoridad forman una red
entre los roles, podemos hablar de una estructura de autoridad. Esta es el rasgo básico
de identificación de las categorías taxonómicas, mediante el cual los antropólogos designan
y distinguen una clase de polity de otra en la lista que generalmente estudian.
Para poder clasificar los sistemas políticos según sus diferencias y semejanzas en
las estructuras de autoridad, es necesario preguntar quién puede hacer qué a quién en
cualquier nivel determinado de la polity. Lo que nosotros buscamos es un conjunto de
normas explícitamente declaradas o implícitas en la práctica, que indiquen cómo están
distribuidos los valores escasos entre superiores y subordinados. ¿Cuáles son los derechos
reconocidos de los superiores y los subordinados? Por un derecho reconocido se entiende
una conducta asociada con un rol o grupo a la cual ningún individuo o grupo se opone con
éxito. Mientras que nadie se oponga activamente y con éxito a la prerrogativa, sigue siendo
reconocida.
La legitimidad, para S. M. Lipset, hace referencia a la capacidad del sistema para
engendrar y mantener la creencia de que las instituciones políticas existentes son las más
apropiadas para la sociedad.
Es importante en antropología política investigar siempre que sea posible la historia
pasada de la estructura de autoridad, aislando los cambios principales que han tenido lugar.
Es importante saber si:
1. Los roles de autoridad han aumentado o disminuido su poder a lo largo del tiempo.
2. Los subordinados han mantenido una respuesta constante o variable hacia sus
superiores.
3. Ha habido alló alguna diferenciación de rol significativa tal como la creación de
nuevos roles políticos.
4. Ha habido algunos cambios en la relación de la polity en estudio y sus partes con
respecto a otras polities sus partes en las influencias interpolities.
Para entender totalmente el sistema debemos conocer cómo cambia y por qué,
cómo funciona en la práctica, y qué influencias se están produciendo en él para facilitar o
detener el cambio en cualquier dirección.

Los atributos del poder


Según Smith, el poder es segmentario, es decir, no puede ser nunca totalmente
contenido dentro de las relaciones de autoridad o, si se quiere, dentro de la constitución de
la polity. Siempre hay, para los individuos y los grupos medios, que competir por cantidades
mayores de poder de la que es legítimamente su derecho bajo las relaciones de autoridad
operantes en el sistema en cualquier momento particular del tiempo.
Según los teóricos de la política en la cultura occidental, un sistema político requiere
para funcionar un cierto tipo de motivación a nivel psicológico entre, por lo menos, algunos
de sus miembros. Es razonable preguntar, si la variación en la intensidad de la motivación
de poder está o no relacionada con las diferencias en la naturaleza de los sistemas políticos
en general y con las relaciones de autoridad en particular cuando las comparaciones son
hechas a lo largo de toda la serie de polities conocidas por el antropólogo.
La influencia es conceptualizada como la acción componente u operativa de poder
en las relaciones interpersonales. Cuando recogemos datos del poder debemos buscar:
A. Tantas medidas de influencia relativa como sea posible.
B. Mencionar expresamente a qué actividades o dimensiones particulares se refiere la
influencia, y qué conductas han sido utilizadas para indicar o medir tal influencia.
Además, las cuestiones básicas de cuánto poder es deseado entre miembros de una
polity y de qué modo se mide el poder, es importante para comprender y analizar las
fuentes de poder válidas para los miembros.
La interacción entre las relaciones de poder y la estructura de autoridad
constituye una base fundamental del sistema político.

El proceso político
En el sistema político en general, las relaciones de poder a autoridad puede verse
en dos formas: primero, en la crisis o disminución de autoridad; segundo, en la legitimación
de poder tal que nuevos roles de autoridad son creados y/o reforzados los más antiguos en
la cantidad de poder que disponían. En el primer caso, se supone el principio de entropía,
que plantea que en todos los sistemas políticos de todas las épocas hay una tendencia de
los subordinados a rechazar la autoridad de los superiores. Estas manifestaciones son
reprimidas o mantenidas bajo control por las fuerzas de legitimidad. Las dos fuerzas, la de
legitimidad y su opuesta, la entropía, están en tensión de suerte que un aumento en una
produce una disminución igual en la otra.
El proceso político no es sencillamente una relación abstracta entre el poder y la
autoridad. En términos de acción se manifiesta a sí mismo como un conjunto de actividades
agrupadas bajo la categoría general de la toma de decisiones. Una decisión se define
como una elección entre alternativas, y una decisión autorizada es una elección entre
alternativas en que la elección tiene efectos significativos y obligatorios respecto a aquellos
miembros del sistema político a que se refiere. Las decisiones son el resultado de
demandas hechas en el sistema.
Las decisiones observadas por los antropólogos pueden separarse en dos
categorias principales:
- Aquellas que son aspectos del funcionamiento normal del sistema político,
decisiones de rutina.
- Aquellas que son más a menudo periódicas y/o irregulares, decisiones de crisis.
Estos diferentes tipos de decisiones varían según la profundidad y el grado de
proyección que tienen en la polity, lo que quiere decir que la participación política asociada
a cada tipo de decisión varía también. En otras palabras, a medida que nos movemos de las
decisiones cotidianas o de rutina a las de crisis, se implican de manera creciente amplios
sectores del sistema político.

La socialización política
Si en una polity existen un gran número de decisiones autorizadas, es importante
saber cómo y por qué en un sistema político los actores aceptan tal dirección y creen
firmemente que hacerlo así es la forma correcta de actuar. Aquí la suposición es que,
aunque puede haber algo tan universal como el hombre político, es probable que la forma,
contenido e intensidad de tales cualidades psicológicas varíe según los sistemas políticos.
Lo primero que se debe exponer es qué clase de cultura política existe en el sistema político
en el que estamos interesados.
Por cultura política se entiende un conjunto de ideales y símbolos que describen
las metas y fines de la vida política en términos de las tradiciones de los miembros. En la
práctica,esto implica también la forma en que el poder y la autoridad son entendidos y
practicados por una cultura como un todo.
La socialización política está firmemente basada en el tiempo. La gente aprende la
conducta política conveniente en su juventud y luego intenta aplicar este saber cuando son
adultos como miembros plenamente experimentados. Cuanto más conveniente es la
socialización para la práctica actual, más estable y permanente es el sistema político, y
viceversa.
Sobre las cualidades del liderazgo político lo que se necesita es una comprensión
de las fuerzas que crean un liderazgo legítimo y de la forma en que la misma gente y los
líderes llegan a conocer y aceptar estas pautas.

Las relaciones interpolity


Las relaciones interpolity varían con relación a la defensa de las fronteras del
sistema político. Por un lado, la polity actúa como una unidad total por medio de su
estructura de autoridad, mientras que por otro, sólo partes del sistema político interactúan
con partes de otras autoridades.
Las relaciones interpolity se complican por el hecho de que algunas polities
interactúan horizontalmente, es decir, con otras unidades que son independiente y
generalmente del mismo status. Por el otro, las polities tratan unas con otras cuando una de
ellas es una parte pequeña aunque deslindada de la otra; este tipo de relación interpolity
más reciente es de tipo vertical.

● Deleuze, Gilles. (1990). ‘De las sociedades disciplinarias a las sociedades de


control’. En: Babel, Buenos Aires, N° 21. Pp. 17 -23.
Historia
Foucault situó las sociedades disciplinarias en los siglos XVIII y XIX: estas
sociedades alcanzan su apogeo a principios del XX, y proceden a la organización de los
grandes espacios de encierro. El individuo no deja de pasar de un espacio de encierro a
otro, cada una con sus leyes. Foucault analizó muy bien el proyecto ideal de los lugares de
encierro, particularmente visible en la fábrica: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en
el tiempo, componer en el espacio-tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser
superior a la suma de las fuerzas elementales.
Pero lo que Foucault también sabía era la brevedad del modelo. La crisis vendría
en beneficio de nuevas fuerzas que se irían instalando lentamente, y que se precipitarían
tras la segunda guerra mundial: las sociedades disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo
que dejábamos de ser.
Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro, todos
saben que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Son las
sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias.
Lógica
Los diferentes aparatos de control son variaciones inseparables, que forman un
sistema de geometría cuyo lenguaje es numérico. Los encierros son moldes, módulos
distintos, pero los controles son modulaciones, como un molde auto-deformante que
cambiaría continuamente, de un momento a otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de
un punto a otro.
La fábrica constituía a los individuos en cuerpo, por la doble ventaja del patrón que
vigilaba a cada elemento de la masa, y de los sindicatos que movilizaban una masa de
resistencia; pero la empresa no cesa de introducir una rivalidad inexplicable como sana
emulación, excelente motivación que opone a los individuos entre ellos y atraviesa a cada
uno, dividiéndolo en sí mismo. La formación permanente tiende a reemplazar a la escuela.
En los sociedades de control, la empresa, la formación, el servicio son los estados
metaestables y coexistentes de una misma modulación, como un deformador universal. El
hombre del control es más bien ondulatorio, en órbita sobre un haz continuo.
Es una evolución tecnológica pero, más profundamente aún, una mutación del
capitalismo. El capitalismo del siglo XIX es de concentración, para la producción, y de
propiedad. Erige pues la fábrica en lugar de encierro, siendo el capitalista el dueño de los
medios de producción, pero también eventualmente propietario de otros lugares. En cuanto
al mercado, es conquistado ya por especialización, ya por colonización, ya por baja de los
costos de producción. Pero, en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la
producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo. No compra materias
primas y vende productos terminados: compra productos terminados, o monta piezas. Lo
que quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un
capitalismo para la producción, sino para el producto, es decir, para la venta y para el
mercado. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no son lugares analógicamente
distintos, sino las figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa
que sólo tiene administradores. Las conquistas de mercado se hacen por temas de control y
no ya por formación de disciplina, por fijación de cotizaciones más aún que por baja de
costos, por transformación del producto más que por especialización de producción. El
servicio de venta se ha convertido en el centro o el ‘alma’ de la empresa. El marketing es
ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El
control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado.
El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado. El control no
sólo tendrá que enfrentarse con la disipación de las fronteras, sino también con las
explosiones de villas-miseria y guetos.
Programa
Régimen de prisiones: la búsqueda de penas de ‘sustitución’, al menos para la
pequeña delincuencia, y la utilización de collares electrónicos que imponen al condenado la
obligación de quedarse en su casa a determinadas horas.
Régimen de las escuelas: las formas de evaluación continua, y la acción de la
formación permanente sobre la escuela, el abandono concomitante de toda investigación en
la Universidad, la introducción de la empresa en todos los niveles de escolaridad.
Régimen de los hospitales: la nueva medicina ‘sin médico ni enfermo’ que diferencia
a los enfermos potenciales y las personas de riesgo, que no muestra, como suele decir un
progreso hacia la individualización, sino que sustituye el cuerpo individual o numérico por la
cifra de una materia ‘dividual’ que debe ser controlada.
Régimen de la empresa: los nuevos tratamientos del dinero, los productos y los
hombres, que ya no pasan por la vieja forma-fábrica.
Las crisis de las instituciones muestran la instalación progresiva y dispersa de un
nuevo régimen de dominación.

● Foucault, Michel. (1976). ‘Las redes del poder’. En: Barbarie N° 4 - 5 (1981-2), San
Salvador de Bahía Brasil. Pp. 23 - 39.
Es necesario generar una concepción del poder que permita comprender mejor las
relaciones que se establecieron entre poder y sexualidad en las sociedades occidentales.
El autor posee una concepción positiva de la tecnología del poder. Nosotros
cuando intentamos reflexionar sobre nuestra sociedad, sobre la manera como el poder se
ejerce en ella, lo hacemos fundamentalmente a partir de una concepción jurídica: dónde
está el poder, quién detenta el poder, cuáles son las reglas que rigen al poder cuál es el
sistema de leyes que el poder establece sobre el cuerpo social. Realizamos una sociología
jurídica del poder.
La concepción negativa del poder que se posee en el occidente puede responder a
la influencia de Kant, según el cual la ley moral, el ‘tu no debes’, la oposición debes/no
debes, es, en el fondo, la matriz de regulación de toda la conducta humana.
En Occidente, los grandes sistemas establecidos desde la edad media, se
desarrollaron por medio del crecimiento del poder monárquico a costas del poder o mejor de
los poderes feudales. En la lucha entre estos poderes, el derecho fue siempre el
instrumento del poder monárquico contra las instituciones, las costumbres, los reglamentos,
las formas de ligación y de pertenencia características de la sociedad feudal.
El derecho romano reaparece en Occidente, en los siglos XIII y XIV, fue un
instrumentos formidable en las manos de la monarquía, para lograr definir las formas, y los
mecanismos de su propio poder, a costas de los poderes feudales. El crecimiento del
Estado en Europa fue parcialmente garantizado o, en todo caso, usó como instrumento el
desarrollo de un pensamiento jurídico.
El forma del derecho fue un sistema de representación del poder común a la
burguesía y la monarquía. Ambas lograron instalar, poco a poco, desde el fin de la Edad
Media hasta el siglo XVIII una forma de poder que se representaba, que se presentaba
como discurso, como lenguaje, el vocabulario del derecho. Y cuando la burguesía se
desembarazó finalmente del poder monárquico, lo hizo precisamente utilizando ese
discurso jurídico que había sido hasta entonces el de la monarquía, él cual fue usado contra
la propia monarquía.
Occidente nunca tuvo otro sistema de representación, de formulación y de análisis
del poder que fuera el sistema del derecho, el sistema de la ley. Y yo creo que esta es la
razón por la cual, a fin de cuentas, no tuvimos hasta recientemente otras posibilidades de
analizar el poder.
¿Cómo podríamos intentar analizar el poder en sus mecanismos positivos? Lo que
podemos encontrar en Marx es que en el fondo no existe un poder, sino varios poderes.
Poderes, quiere decir, formas de dominación, formas de sujeción que operan localmente.
Estas formas locales poseen su propia modalidad de funcionamiento, procedimiento y
técnica. Por lo que debemos hablar de los poderes o intentar localizarlos en sus
especificidades históricas y geográficas.
El sistema de poder monárquico presentaba para el desarrollo del capitalismo dos
inconvenientes mayores:
1. El poder político era un poder muy discontinuo. Un número infinito de cosas, de
elementos, de conductas, de procesos escapaban al control del poder. Esto exigía la
instauración de un poder continuo, poder atómico e individualizante, que cada
individuo, en él mismo, en su cuerpo, en sus gestos, pudiese ser controlado en vez
de esos controles globales y de masa.
2. Era un sistema excesivamente oneroso, porque la función del poder era
esencialmente el poder de recaudar, de tener el derecho de recaudar cualquier cosa.
El poder era entonces, recaudador y predatorio. Lejos de favorecer o estimular el
flujo económico, era permanentemente su obstáculo y freno. Apareció una segunda
necesidad, encontrar un mecanismo de poder tal que al mismo tiempo que
controlase las cosas y las personas hasta en su más mínimos detalles, no fuese tan
oneroso ni esencialmente predatorio.

En el ámbito de la tecnología del poder hubo toda una invención al nivel de las
formas de poder a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Podemos agruparlas en dos tipos
diferentes pero relacionados:
A. La disciplina, es, en el fondo, el mecanismo del poder por el cual alcanzamos a
controlar el cuerpo social hasta los elementos más tenues con los cuales llegamos a
tocar los propios átomos sociales, esto es, los individuos. Técnicas de
individualización del poder, enfoca a los individuos hasta en sus cuerpos, en sus
comportamientos.
a. ANATOMO-POLÍTICA: Una política que hace blanco en los individuos hasta
anatomizarlos.
B. El siglo XVIII descubrió que el poder se ejerce sobre una población. Que se debe
ejercer sobre los individuos en tanto constituyen una especie de entidad biológica
que debe ser tomada en consideración si queremos precisamente utilizar esa
población como máquina de producir todo, de producir riquezas, de producir bienes,
de producir otros individuos.
a. BIOPOLÍTICA: todos los grandes organismos administrativos, económicos y
políticos, todo eso encargado de la regulación de la población.

El poder se hace materialista, tiene la vida y el cuerpo de las personas.

El sexo es el eje entre la anátomo-política y la biopolítica, él está en la encrucijada


de las disciplinas y de las regulaciones y es en esa función que él se transforma al fin del
siglo XIX, en una pieza política de primera importancia para ser de la sociedad una máquina
de producir.
La prisión como sistema de represión va a ser un sistema de reeducación de los
criminales Se buscaba la producción de individuos obedientes. Quedó en claro que ellos no
producían aquel resultado, mientras más tiempo se pasaba en prisión, menos se era re-
educado y más se era delincuente (productividad negativa).
¿Por qué las prisiones permanecieron, a pesar de esta contraproductividad? Porque
de hecho producían delincuentes y la delincuencia tiene una cierta utilidad económica-
política en las sociedades que conocemos:
1. Cuanto más delincuentes existan más crímenes existirán, cuanto más crímenes
hayan más miedo tendrá la población y cuando más miedo en la población, más
aceptable y deseable se vuelve el sistema de control policial.
2. La delincuencia posee una utilidad económica; vean la cantidad de tráficos
perfectamente lucrativos e inscriptos en el lucro capitalista que pasan por la
delincuencia.
3. Sirve masivamente en el siglo XIX y aún en el siglo XX a toda una serie de
alteraciones políticas tales como romper huelgas, infiltrar sindicatos obreros, servir
de mano de obra y guardaespaldas de los jefes de partidos políticos.
A partir del siglo XIX en las sociedades existe otro mecanismo de poder que se
infiltraba, que no obedecía las formas jurídicas y que no tenía por principio fundamental la
ley sino el principio de la norma, y que poseía instrumentos que no eran los tribunales, la ley
y el aparato judiciario, sino la medicina, la psiquiatría, la psicología, etc. Estamos en un
mundo de la regulación.
Vivimos en una sociedad en la que el crimen ya no es más simplemente ni
esencialmente la trasgresión a la ley, sino el desvío en relación a una norma.
Marx sabía perfectamente que lo que hacen la solidez de las relaciones de poder es
que ellas no terminan jamás, que no hay de un lado algunos y de otro lado muchos, ellas
atraviesan en todos lados; la clase obrera retransmite relaciones de poder, ejerce relaciones
de poder.
Lo que es interesante es, en efecto, saber, cómo en un grupo, en una clase, en una
sociedad operan mallas de poder, es decir, cuál es la localización exacta de cada uno en la
red del poder, como él lo ejerce de nuevo, cómo lo conserva, como él impacta en los
demás, etc.

● Gordillo, Gastón. (2007). ‘Reciprocidad y diferenciación social’. En: gordillo En el


Gran Chaco, antropologías e historias. Buenos Aires, Biblios, pp. 53 - 82.
El igualitarismo de los grupos cazadores-recolectores es producto histórico: esto
es, el resultado de relaciones sociales que deben ser recreadas y actualizadas a través de
prácticas cotidianas. La incorporación de estos grupos dentro de relaciones capitalistas y
estatales ha significado, al respecto, que las prácticas reciprocitarias enfrenten nuevas
condiciones que a menudo amenazan sus posibilidades de reproducción.
La reciprocidad generalizada es, por un lado, el principal mecanismo social por el
cual se intenta inhibir la diferenciación pero, en forma simultánea, se ve gradualmente
reformulada y debilitada por ella.
Actualmente, en algunos grupos como los Tobas, al reciprocidad se está
resignificando, con un contenido diferenciado según los actores involucrados y permiten
apreciar que los significados y valores presentes en un grupo, lejos de constituir un ‘texto’
uniforme, están configurados por relaciones locales de poder.

Diferenciación social en formas productivas domésticas


Lenin sostuvo que la mercantilización de la producción rural tengía, a largo plazo, a
desintegrar al campesinado y dividirlo en dos grandes clases sociales: una burguesía rural,
que contrata mano de obra asalariada, acumula capital y lo reinvierte en la producción, y un
proletariado rural, que es gradualmente despojado de su acceso a la tierra. El desarrollo
de la producción mercantil suele ser sin duda la principal vía de diferenciación dentro de
los sectores domésticos. Otra vía posible es la inserción dentro de aparatos estatales a
través de empleos calificados.
En primer lugar, la sola adquisición de un empleo público por parte de un miembro
de un grupo doméstico se convierte en una vehículo de diferenciación social estricto sólo si
esta unidad familiar abandonara las prácticas productivas domésticas y dejará, por ende, de
ser una unidad de producción. Se convertiría, según Nicos Poulantzas, en una nueva
pequeña burguesía: el grupo de los empleados calificados de la burocracia estatal.
Una segunda vía posible de diferenciación se produciría cuando, a través del
empleo, la unidad familiar logra acumular un cierto capital y reinvertirlo en el pequeño
comercio o la producción mercantil. En estos casos, la diferenciación marcaría la inserción
de esta unidad dentro de la pequeña burguesía de pequeños comerciantes y empresarios
familiares capitalizados.
Diversos autores han resaltado que las relaciones de producción de los sectores
domésticos imponen límites a formas internas de acumulación y diferenciación social: a
través de formas de distribución de recursos, prestaciones laborales u obligaciones rituales.
Estas prácticas varían según la forma productiva, pero entre los cazadores-recolectores el
principal mecanismo nivelador lo constituye la presión distributiva emergente de la
reciprocidad generalizada.

Reciprocidad y relaciones de producción entre cazadores-recolectores


En los grupos cazadores-recolectores las relaciones de producción están basadas
en el acceso colectivo a la tierra y los recursos naturales, la propiedad individual de los
instrumentos de trabajo (se comparten) y la distribución del producto a través de una
reciprocidad generalizada.
La reciprocidad generalizada constituye una modalidad de distribución de
alimentos que suele involucrar a todos los miembros del grupo de residencia. En este modo
de intercambio, la expectativa de devolución (si bien existe) suele ser flexible en cuanto a
los recursos involucrados y al momento en el que debería llevarse a cabo.
El autor realiza críticas a la visión de dos corrientes distintas:
● Ecología cultural: adaptación ecológica-energética a las variaciones de productividad
asociadas a la caza, pesca y recolección.
● Culturalismo: resultado de una suerte de ‘altruismo moral’.
El valor social de la reciprocidad, surge sobre todo de relaciones de producción
comunitarias. Como tal, la reciprocidad se expresa no sólo positivamente a través de una
distribución voluntaria, sino también a través de formas de control sobre las actitudes que
puedan amenazarla. Por ello, la reciprocidad generalizada tiene también componente
coercitivo, emergente de la presión social por mantener la apropiación igualitaria de los
frutos de la producción.
Cuando la distribución igualitaria se ve amenazada por un proceso de
diferenciación, suelen producirse múltiples conflictos y fuertes presiones redistributivas.
Los mecanismos niveladores están atravesados por profundos conflictos que marcan la
contradicción entre los intereses individuales de los grupos domésticos protagonistas de la
diferenciación y los intereses colectivos del resto del grupo.
Socavada por la diferenciación y al mismo tiempo actualizada por el control que se
ejerce sobre ella, la reciprocidad se inserta en nuevas prácticas que la reformulan y le
otorgan a los ojos de los actores nuevos significados.

La reciprocidad generalizada en la actualidad


Entre los toba, la reciprocidad generalizada posee, a pesar de las presiones a las
que está siendo sometida, una gran importancia en la distribución social de alimentos. Una
de las formas de hacer efectiva esta distribución es tomar la iniciativa de compartir.
Frente a esta distribución activa, existe otra modalidad, con presenta una presión más
directa que se llama ‘llegarse’, ir a la casa del potencial dado buscando recibir de él.
Existen diferencias entre los alimentos en cuanto a la modalidad de compartir.
Con respecto a la producción agrícola, esta inhibición en la iniciativa de compartir es
resultado de la mercantilización que incentivaron los misioneros anglicanos a principios de
la década de 1970, y ha implicado un cambio significativo en la distribución de las primicias
de la cosecha. Muchas veces la distribución resulta a partir de que los demás vayan a pedir.
El convite de alimentos supone algún tipo de retribución posterior, ésta es
indefinida en cuanto a los recursos involucrados y al momento en que debería hacer
efectiva.
A veces la distribución puede exceder los límites de la comunidad. Este fenómeno
institucionalizado socialmente es la ‘visita’ a parientes de otras comunidades, que en
muchos casos se hace para solicitar u obsequiar alimentos.
Al ser un proceso en el que las relaciones igualitarias son puestas cotidianamente a
prueba, la distribución de alimentos tiende a ser una frecuente fuente de conflictos.

Empleo publico y prácticas diferenciadas


Existen diferencias en las ganancias entre aquellos individuos con un empleo
calificado y aquellos que no. Estas diferenciaciones, sin embargo, todavía no han generado
una diferenciación de clase en sentido estricto. Ello se debe, en buena medida a las formas
de presión social que la gente más pobre ejerce a través de la reciprocidad generalizada.
Ningún grupo doméstico con un empleado público calificado ha dejado de ser una unidad de
producción.

La presión de los más pobres


Estas situaciones se acentúan en el caso de los líderes políticos, ya que a la
presión distributiva se le suma su propia necesidad de mantener el consenso sobre su
liderazgo. Estos líderes se ven, además, obligados a realizar grandes despliegues públicos
de generosidad.
Las presiones distributivas están acentuando la contradicción entre los intereses
individuales de los grupos domésticos con empleo calificado y los de la comunidad en su
conjunto. Por un lado, la constante distribución de recursos atenta contra la posibilidad de
los empleados de adquirir y acumuar bienes de consumo. Por el otro, la acumulación de
estos bienes limita lo que se distribuye al resto de la comunidad.
Los líderes con cargos como concejales o delegados suelen hacer una apología
del drenaje de recursos al que la comunidad los somete, debido a su lugar como
detentadores de los intereses y valores grupales. Los empleados sin un lugar público de
consenso que proteger terminan quejándose, veladamente al principio y amargamente
después.
Hay un control constante sobre las actitudes de los empleados, su generosidad es
sometida constantemente a prueba, y la menor actitud que pueda ser interpretada como
egoísta o incluso mera envidia de su estatus suele desencadenar tumos sobre su
‘mezquindad’’. Pueden terminar siendo embrujados por los shamanes, por lo que viven con
miedo.

La resignificación de la reciprocidad generalizada


Mecanismo coercitivo, a través del cual los más pobres obligan a los mas ricos a
sociabilizar sus riquezas.. El incremento de las presiones distributivas está atravesando por
una paradoja: es expresión de la gravitación que aún posee la reciprocidad generalizada
pero, al mismo tiempo, refleja la profundidad de la crisis en la que se encuentra y la fuerza
de las tendencias que presionan para socavarla.

Conclusión
La práctica de la reciprocidad y las interpretaciones sobre ella han adquirido nuevas
dimensiones, que no hacen más que actualizar cultural y políticamente las tensiones
creadas por nuevas experiencias históricas.
● Barabas, Alicia. (1996). La ética del Don. Los sistemas indígenas de reciprocidad.
En: Alicia Barabas. Dones, sueños y santos: ensayos sobre religiones en Oaxaca.
Editorial Porrua/Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. Pp. 149 - 177.
El intercambio recíproco: algunos elementos para el análisis
El fenómeno del intercambio es no sólo universal sino también total, ya que puede
extenderse a todo tipo de cosas, seres, hechos, comportamientos y actividades en cualquier
campo de la vida social, tanto económico como religioso, jurídico y político, entre otros.
Lévi-Strauss decía que la sociedad se funda en el intercambio y existe por la combinación
de todo tipo de intercambios en diversas instituciones.
El intercambio recíproco fue estudiado por M. Mauss como un hecho social total
porque está presente y actuando en cada parte de la estructura social. M. Sahlins enfatiza
el aspecto articulador del intercambio recíproco, ya que consideraba al ‘don’ como la
estrategia de comunicación, solidaridad y alianza que las sociedades segmentarias
implementaban como contrato o pacto social. En este sentido, la creación de alianzas
mediante la reciprocidad constituiría una defensa contra los conflictos internos que
amenazan a dichas sociedades.
La economía del don (Mauss) predomina allí donde los grupos de parentesco que
componen la sociedad, para poder reproducirse, necesitan formar parte de un sistema de
endeudamiento con los demás que asegure la mutua dependencia. M. Godelier expresa
que el don es la condición misma de producción y reproducción de las relaciones sociales,
que constituyen el armazón de la sociedad y caracterizan los vínculos que se entablan entre
personas y grupos.
Según Mauss toda forma de intercambio recíproco tiene tres obligaciones básicas:
dar, recibir y devolver. Godelier señala una cuarta: intercambio establecido entre los seres
humanos y los sagrados. Los intercambios de tipo agnósticos promueven rivalidad,
competencia y estratificación, los intercambios recíprocos equilibrados fomentan
solidaridad e igualdad.
Godelier enfatiza en que la ausencia de estratificación nunca es total, y que, por
ello, debe tomarse en cuenta la situación del que da y del que recibe para desentrañar
realmente los significados sociales y culturales de los dones y contradones. Entre personas
con estatus desigual estaríamos frente a intercambios guiados por el interés en ganancias
sociales o materiales.
La particularidad del contexto social es tan importante para M. Godelier como el
contexto histórico en que se realizan los intercambios recíprocos, porque éste contribuirá a
explicar las transformaciones en los sistemas de reciprocidad.
Si bien el don es un acto voluntario supone la obligación de retribuir. Este
compromiso ineludible es un pacto sancionable de manera moral, pero no jurídicamente.
La autora se acerca a la perspectiva de M. Shalins, para quien el punto clave de la
obligación reside en las sanciones sociales a las que se hace acreedor quien no retribuye,
ya que es considerado como inmoral e implica la muerte social. En este sentido, la
reciprocidad podría ser entendida como una forma de control social apoyada en las
sanciones sociales y sagradas que prescribe la normatividad sociocultural.
En la ética del don se ponen en juego valores fundamentales de las sociedades a
pequeña escala. Ésta puede ser definida como: el conjunto de representaciones, valores y
estipulaciones que orientan a la sociedad a ejercer una moral sustentada en la reciprocidad
equilibrada, en todos los ámbitos de la vida social, y humanizada en la relación con lo
sagrado, con el objetivo de reproducir un equilibrio natural y social siempre mediado por el
don.
La obligatoriedad del don equilibrado crea relaciones de solidaridad mutua, así
como, también, crea relaciones de dependencia. En sociedades poco estratificadas las
relaciones de dependencia deben ser reequilibradas siguiendo una precisa normatividad.
M. Shalins propuso un esquema tripartito:
● Reciprocidad generalizada: ayuda prestada sin espera de retribución, o al menos
con una expectativa indefinida y sin contradon estipulado Es la base de las
relaciones cotidianas en el seno de los grupos domésticos y expresa también las
relaciones y obligaciones diferenciales entre los parientes.
● Reciprocidad equilibrada: pacto social mediante el intercambio directo y equivalente
del bien recibido. Este es el tipo que privilegia el aspecto social del intercambio, ya
uqe dones y contradones de bienes y servicios se realizan sobre todo para mantener
buenas relaciones con los demás. La ayuda mutua, en algunos grupos, es
concebida como trabajo, en un concepto amplio de trabajo que incluye no sólo la
mano de obra sino también los bienes donados, en la medida que éstos son frutos
del trabajo. Cuando la reciprocidad equilibrada y más o menos inmediata se realiza
entre vecinos, como norma de etiqueta y buena vecindad, usualmente toma la forma
de intercambios instrumentales de comida.
● Reciprocidad negativa: el intercambio persigue ventaja o lucro, en ocasiones con
trampa. Ej: suicidio vengador / homicidio vengador / agnósticas.

¿INTERCAMBIOS RECÍPROCOS EN OAXACA?

● Shalins, Marshall. (1977). ‘La sociedad opulenta primitiva’ (capítulo I). En:
Economía de la edad de piedra. Ed. Akal, Madrid. Pp. 13 - 53.
Las economías de la caza y la recolección son las que emplean los niveles
termodinámicos más bajos: menos energía per cápita y por año que cualquier otro modo de
producción. Se la podría denominar la sociedad opulenta primitiva.
A la opulencia se puede llegar por dos caminos diferentes. Las necesidades pueden
ser ‘fácilmente satisfechas’ o bien produciendo mucho, o bien deseando poco. La
concepción más difundida, al modo de Galbraith, por el cual se piensa que las necesidades
son infinitas, mientras que los medios son limitados. Una estrategia Zen hacia la opulencia
considera que las necesidades materiales humanas son finitas y escasas y los medios
técnicos, inalterables pero por regla general adecuados. Adoptando esta estrategia, un
pueblo puede gozar de una abundancia material incomparable… con un bajo nivel de vida.

Origen del error


La visión tradicional de la situación de los cazadores es pre-antropológica y extra-
antropológica. Es posible que sea uno de los prejuicio más claros del Neolítico, una
apreciación ideológica acerca de la capacidad del cazador para explotar los recursos de la
tierra lo cual está muy de acuerdo con el empeño histórico de privarlo de la misma.
La actual economía de mercado, una trampa ideológica, alentá idénticas opiniones
desfavorables con respecto a las vida de los cazadores.
Reuniendo la producción de la división internacional del trabajo, el mercado pone a
nuestra disposición un deslumbrante conjunto de productos; cada adquisición es al mismo
tiempo una privación. El axioma que rige nuestra Economía es: la aplicación de medios
insuficientes frente a fines alternativos para obtener la mayor satisfacción posible en
determinadas circunstancias.
Si el hombre moderno, con todas sus ventajas tecnológicas, carece todavía de
recursos, ¿qué posibilidad tiene entonces este salvaje desnudo con su arco insignificante y
sus flechas? Habiéndole atribuido al cazador impulsos burguesas y herramientas
paleolíticas juzgamos su situación desesperada por adelantado.
La escasez no es una propiedad intrínseca de los medios técnicos. Es una relación
entre medios y fines. Deberíamos considerar la posibilidad empírica de que los cazadores
trabajan para sobrevivir, un objetivo finito, y que el arco y la flecha son adecuados a ese fin.
Por parte de la antropología muchas veces se han cometido dos grandes errores al
evaluar a los cazadores-recolectores:
1. Mucha ingenuidad.
2. No tener en cuenta la situación actual de los C-R, desplazados tanto por sectores
agrícolas como por la propia expansión colonial.

Una especie de abundancia material


La abundancia material depende en parte de las facilidades de producción, y ésta
de la simplicidad de la tecnología y la democracia de la propiedad. El acceso a los
recursos naturales es directo por naturaleza, así como la posesión de las herramientas
necesarias es general y el conocimiento de las técnicas requeridas común. Si a esto le
agregas las costumbres liberales de compartirlo todo, tendréis que toda la gente puede
participar en general de la prosperidad existente, tal como sucede en realidad.
Esta prosperidad depende también de un nivel de vida objetivamente bajo. Es
importante tener en cuenta que la cuota acostumbrada de productos comestibles se
establece culturalmente en un nivel modesto.
Algunos etnógrafos aseguran que la consecución de alimentos es tan satisfactoria
que la gente parece no saber qué hacer con la mitad de su tiempo. Por otra parte, el
movimiento es una de las condiciones de ese éxito, en algunos casos más movimiento que
en otros, pero siempre con rapidez suficiente como para despreciar las satisfacciones que
surgen de las pertenencias.
Desde la perspectiva interna de la economía, es erróneo afirmar que las
necesidades están ‘restringidas’, los deseos ‘reprimidos’ e incluso que la noción de forma es
‘limitada’. Dichas afirmaciones implican de antemano la noción de Hombre Económico y
una lucha del cazador con su propia naturaleza inferior dominada finalmente por un voto
cultural de pobreza. El Hombre Económico es una invención burguesa: como lo dijo
Marcel Mauss, ‘que no se sigue de nosotros, sino que nos antecede, como el hombre
moral’.

Nos inclinamos a pensar que los C-R son pobres porque no tiene nada; tal vez sea mejor
pensar que por ese mismo motivo son libres. Sus posesiones materiales limitadas al
extremo los liberan de todo cuidado respecto a sus necesidades cotidianas y les permiten
disfrutar de la vida.

La subsistencia
La consecución de alimentos es intermitente, dejando mucho tiempo para el ocio,
lo cual redunda en una proporción de sueño durante el día per cápita y por año mayor que
en cualquier otra condición social.

Nuevas consideraciones sobre los cazadores y recolectores


La contingencia fundamental de los C-R es que: exige movimiento para mantener
una producción ventajosa. El desplazamiento periódico y las restricciones en cuanto a
fortuna y a población son, al mismo tiempo, imperativos de la práctica económica y
adaptaciones creativas, del mismo modo que esas necesidades de las que se hacen
virtudes. Es precisamente en ese marco donde se hace posible la opulencia.
La pobreza no es una determinada y pequeña cantidad de cosas, ni es sólo una
relación entre medio y fines; es sobre todo una relación entre personas. La pobreza es un
estado social. Y como tal es un invento de la civilización.

● Zonabend, Francoise. (1988). ‘De la familia. Una visión etnológica del parentesco y
la familia’ (Introducción). En: Burguiere, Andre - Klapisch-Zuber, Cristiana - Segalen,
Martine; Historia de la Familia. Alianza, Buenos Aires. Pp. 17 - 79.
DE LO IDÉNTICO A LO IDÉNTICO
El término familia tiene muchas acepciones, lo que refleja las variaciones históricas
de la institución. Casa, el conjunto de individuos que viven bajo un mismo techo; gens,
comunidad formada por todos los que descienden de un mismo antepasado; agnati,
parientes paternos, cognati, los maternos, y posteriormente, por extensión, el conjunto de
los parientes de sangre: todas estas diferentes unidades de parentesco las reunimos hoy
bajo el mismo vocablo de “familia”. No obstante estos círculos de pertenencia han variado
de amplitud según el lugar y época, los grupos sociales o las circunstancias.
En todo lugar y todos los tiempos existieron, bajo formas variadas, agrupaciones
familiares que desempeñaron un papel más o menos fundamental en la organización de las
leyes orales o escritas que regían las sociedades.
La experiencia nativa:
Un niño nace en el seno de una familia, las primeras palabras que aprende son las
voces que designan a su madre y a su padre; después vienen los vocablos de parentesco…
asi el mundo se divide entre los Suyos y los Otros. Se concluye que la familia es un atributo
de la condición humana.
En la etnología destacan dos nombres: Morgan y Lévi-Strauss.
Morgan postulaba que los términos de parentesco subyacen a las relaciones de
parentesco existentes en todas las sociedades, que constituyen, pues, conjuntos
relacionales unidos por una misma ley y que forman sistemas: El defendía el concepto de la
unidad fundamental de la “familia humana”, ya que es todas partes se utilizan términos de
parentesco, se dispone de un sistema y se conoce alguna forma de familia. Disponía a las
sociedades sobre una escala de progreso con arreglo a su terminología de parentesco
(Evolucionismo del S XIX).
Ejemplo: el que un grupo designara a todos los hermanos del padre con un mismo
término indicaba que dicha cultura no había sido incapaz de reconocer al progenitor y que
cabía la posibilidad de que prevaleciera en ella alguna forma de matrimonio de grupo,
procedía sin duda por una fase en que dominaba la promiscuidad sexual. Esto, sumado a
su desarrollo económico y tecnológico, ponía a las sociedades primitivas en los escalones
más bajos, mientras que en la cúspide estaba la sociedad occidental, con una familia
conyugal monógama.
Morgan, pese a las críticas, sentó las bases del método etnológico y formuló los
principales problemas teóricos que se le plantean a la investigación sobre la familia y el
parentesco.
Levi-Strauss recuperó el concepto de Morgan de la unidad de la familia humana a
través de sus formas de concebir el parentesco. Esta idea (que los sistemas de filiación y de
alianza, es decir, los sistemas de parentesco, incorporan en su trama toda la historia de la
humanidad desde el pasado más remoto hasta el presente más próximo) la demuestra L-S
por medio de su tesis de la prohibición del incesto (hecho asociado a prescripciones
matrimoniales con personas extrañas al círculo más estrecho del parentesco).

DEL MISMO A LOS OTROS


En todas partes el nacimiento es fruto de la unión entre un hombre y una mujer, pero
este dato biológico es reinterpretado, retraducido por cada grupo social con un arreglo a una
lógica propia. El hombre y la mujer están unidos en el matrimonio por vínculos de pura
“conveniencia”, que son exclusivamente sociales y se califican de relaciones de alianza o
también de afinidad. Es decir, que el parentesco, ese conjunto de relaciones de filiación, de
alianza y de germanidad que une a los hombres entre sí, engloba en su propia concepción
lo biológico y lo social.
En muchas sociedades, el sexo constituye un medio de definir las categorías
específicas de relaciones de parentesco. Si se elige el sexo masculino como elemento
estructurador, la relación se denomina agnaticia y la filiación patrilineal: la calidad de
miembro del grupo se adquiere a través del padre. Si el eslabón mediado entre los
individuos que se considera pertinente es de sexo femenino, la relación se llama uterina y la
filiación matrilineal: los vínculos de parentesco se trazan por línea femenina. Los grupos
cuyos miembros están trazados entre sí por vía exclusivamente masculina o femenina se
denominan unilineales. Puede ocurrir, además, que ambos sexos intervengan en la
definición del parentesco; la filiación es entonces bilineal; o que ninguno de los sexos sea
discriminante; en tal caso la filiación se llama cogniticia o indiferenciada.
El parentesco, aunque tenga en cuenta los condicionamientos biológicos de a
concepción y la procreación, se presenta en todas partes como un hecho esencialmente
social, objeto de manipulaciones y elecciones de orden simbólico.
Las palabras, los nombres, las conductas:
El parentesco es, en primer lugar, un vocabulario, esas primeras palabras que todos
los niños aprenden y que sirven para designar a las personas incluidas en la categoría de
“pariente” o para dirigirse a ellas. A este léxico de términos de parentesco se agrega un
acervo de nombres propios. Por último, este conjunto de palabras y de nombres esta dotado
de una especie de protocolo, expresado de forma más o menos clara, que dicta a cada cual
la conducta que debe mantener ante un pariente.
Términos para clasificar:
En cada sociedad el conjunto de términos de parentesco utilizados delimita el campo
social del parentesco en ella reconocido. En este campo, los parientes se clasifican, por
medio de estos términos, en diferentes categorías que constituyen un sistema de
clasificación cuyo plan se refleja en el vocabulario o nomenclatura.
Se comprende que si toda sociedad dispone de términos específicos para clasificar y
designar a los parientes en virtud de su propia especificidad, dichos términos no son ni
traducibles a nuestro propio vocabulario ni generalizables, y que el empleo de nuestros
propios términos de parentesco para describir situaciones “exóticas” torna rápidamente
incomprensible esta descripción. Por ello, la elaboración de una serie de símbolos que
presentan gráficamente a los individuos y sus relaciones fue un primer paso hacia una
presentación mas clara de los hechos del parentesco.
Morgan descubrió que a veces un mismo término se aplicaba a varias posiciones
genealógicas, en tanto que algunos designaban más que a una única posición. Definió así,
dos grandes tipos de sistemas terminológicos: los descriptivos y los clasificatorios.
Son descriptivos aquellos sistemas en que los términos “padre/ madre/ hermano/
hermana/ hijo/ hija/ esposo/ esposa” denotan una sola posición genealógica, designándose
a los parientes de 2do grado mediante compuestos de estos términos básicos.
Son clasificatorios los sistemas en que un mismo término denota varias posiciones
genealógicas. Así, puede suceder que un mismo vocablo designe al padre y a los hermanos
de este, que se distinguen conjuntamente de los hermanos de la madre, y que se designe
mediante otro término a la madre y a sus hermanas, distinguiéndolas igualmente de las
hermanas del padre.
Muy rara vez se encuentran terminologías del parentesco que sean puramente
descriptivas o puramente clasificatorias; por lo general, son las dos cosas a la vez.
Al introducir esta clasificación, Morgan puso de manifiesto las formas en que las
sociedades construyen su espacio genealógico y permitió comprender por qué aplican
determinadas distinciones y asimilaciones a parientes situados en niveles genealógicos
idénticos.
Las investigaciones de Morgan se restauraron más tarde bajo una forma algo
diferente. Concentrándose en los términos de parentesco mas extendidos, los etnólogos
trataron de ordenar estas nomenclaturas en tipologías más precisas y manejables, entre
ellos se encuentran: Tylor, Rivers, Kroeber; Lowie y Murdock.
Murdock (1949) toma como base de su tipología los términos que un individuo
emplea para designar a sus germanos (hnos de sangre), sus primos paralelos y sus primos
cruzados. Estableció así cinco grandes tipos terminológicos de parentesco, denominados a
partir de los grupos culturales en que se identificaron por primera vez.
Nuestro sistema es de tipo esquimal: distinguimos entre nuestros germanos y
nuestros primos, pero bajo esta última forma denominación, asimilamos tanto a los primos
paternos como maternos.
Estas reflexiones han permitido aclarar una serie de rasgos significativos de la
realidad social de las culturas estudiadas: la terminología esquimal pone en relieve el papel
de la flia nuclear. En cambio, la hawaiana muestra una tendencia a privilegiar la familia
extensa que agrupa a ambos lados, el paterno y el materno.
Además, estas terminologías han permitido introducir un orden en las elecciones en
materia de parentesco efectuadas por las sociedades a partir de este hecho biológico antes
aludido; armar, por decirlo así, el inventario de las posibilidades lógicas de que disponen los
hombres para clasificar a los parientes. Hoy en dia, se sabe que dichas posibilidades
ascienden a 6 y que, en todas las sociedades conocidas, solamente 5 se han hecho
realidad (ninguna asimila a germanos y primos cruzadosà G=X=P)
Nombres para identificar:
Los términos de parentesco se utilizan en dos contextos distintos: para el tratamiento
y para la referencia. Es decir, sirven tanto para dirigirse a un pariente como para designarlo
cuando se habla de él. La referencia pertenece al aspecto formal del lenguaje en su faceta
de corpus o incluso del repertorio; el tratamiento, por el contrario, responde al enunciado, al
ejercicio del discurso, al dialogo. Por ejemplo: nuestros padres se refieren a nosotros
mediante términos de parentesco hijo/a, pero cuando se dirigen a nosotros lo hacen por
nuestros nombres. Nosotros en cambio solemos usar el término de parentesco para las dos
cosas.
Conductas para saber vivir:
El parentesco no se expresa solamente por medio de términos; también entraña un
código que rige las actitudes que debe adoptar cada persona con respecto a un pariente.
Hay pueblos en los que la totalidad de las conductas entre consanguíneos y aliados se
encuentran totalmente codificadas.
Estos comportamientos obligatorios no son simples pretextos morales, son objeto de
una permanente reinterpretación, se prolongan en el orden de la simbología y de la
ideología, y constituyen en cierto sentido todo un discurso sobre el tipo de parentesco que
se otorga cada sociedad.
Levi-Strauss observa que las actitudes prescritas oscilan siempre entre dos polos: la
familiaridad o la reserva, la ternura o la autoridad, la licencia o la decencia verbales, para
concentrarse después, más concretamente, en la relación avuncular, que une al hermano
de una mujer con el hijo de ésta.
Si se contempla la totalidad de actitudes entre todos los parientes implicados (la
hermana, el hermano, el marido de la hermana y su descendiente, sobrino del tío materno),
cabe apreciar que son interdependientes, que forman un sistema y que, por lo tanto siempre
deben analizarse conjuntamente. La ley por la que se rigen estas actitudes mutuas puede
formularse como: “la relación entre tío materno y sobrino es a la relación entre hermano y
hermana como la relación entre padre e hijo es a la relación entre marido y mujer. De al
manera que, conociendo un par de relaciones sería siempre posible deducir el otro par”.
“Veamos, pues, que el avunculado, para ser comprendido, debe tratarse como una relación
interior a un sistema, y que es el sistema mismo el que se debe considerar en su conjunto
para percibir su estructura. Esta estructura reposa en cuatro términos (hermano, hermano,
padre, hijo) unidos entre si por dos pares de oposiciones correlativas y tales que, en cada
una de las dos generaciones implicadas, existe siempre una relación positiva y otra
negativa”.
Esta estructura, la más sencilla que cabe concebir y que puede existir en todas las
sociedades, es el átomo del parentesco, en el cual están presentes los 3 tipos de relaciones
familiares que siempre se dan en una sociedad humana: filiación, alianza y germanidad,
cada una de las cuales se encuentra en relación de oposición y complementariedad con las
otras dos.
A la familia elemental, Levi-Strauss añade otro pariente: el tío materno, el cual, al
ceder a su hermana, permite la formación de una nueva celula familiar y la existencia del
hijo.
La familia conyugal no puede ser el punto de partida de los sistemas de parentesco,
debido a la prohibición del incesto, no puede reproducirse por sí misma, sino que debe
entrar en relación de intercambio, a través del matrimonio, con otras unidades semejantes.
Esta proposición, que postula el papel central de la alianza en los sistemas de parentesco,
se conoce como teoría de la alianza.
En esta estructura básica, el eje de los cuñados es central: ellos son los que
intercambian esposas y alrededor de ellos se construye la familia. Por lo tanto, es inútil
intentar comprender por qué el tío materno y, por extensión, la relación avancular aparecen
en las estructuras de parentesco: no aparecen, están inscritas en el fundamento mismo de
dicha estructura en virtud de la norma de la prohibición del incesto.
Por qué y cómo esposarlos
Prohibiciones y prescripciones:
La prohibición del incesto (la idea de que hay que evitar las uniones entre parientes
cercanos) no es resultado de tendencias psicológicas o fisiológicas propias del individuo,
producto de sus instintos biológicos, sino, por el contrario, el primer acto de organización
social de la humanidad. Se trata de una norma establecida por las sociedades para regular
las relaciones entre los sexos con el objetivo explicito de sustituir, tanto en este ámbito
como en todos los demás, el azar por el orden. Su universalidad la convierte en un rasgo
propio de la naturaleza, la multiplicidad de sus formas la transforma precisamente en un
fenómeno cultural: la prohibición del incesto efectúa, pues, la transición entre el estado de la
naturaleza y el estado de la cultura.
Mientras que, en las sociedades animales, por ejemplo, la naturaleza abandona la
alianza al azar, a la cultura le resulta imposible no introducir un oren y unas reglas. Reglas
que varían según las sociedades y que, entro de ellas, cambian según las épocas.
Esta prohibición expresa, ante todo, la necesidad de que los grupos eviten el
aislamiento, por medio de las alianzas con otros grupos. Abre la posibilidad de crearse
parientes. Por lo tanto, tiene un reverso positivo: proporciona el medio para relacionar a los
hombres entre sí y para superponer a los vínculos naturales del parentesco los vínculos
(que a partir de entonces serán artificiales, ya que les habrá sustraído al azar de los
encuentros y a la promiscuidad de la existencia familiar) de la alianza elegida por la regla.
Esta regla negativa tiene por corolario una regla positiva, no menos universal: la exogamia,
que impone que las dos alianzas se celebren fuera del grupo familiar inmediato.
A menudo la exogamia tiene como contrapartida la endogamia, que exige el
matrimonio en un grupo o espacio prescritos.
Esta exogamia impuesta encuentra, pues, su prolongación en la necesidad de
intercambiar unas mujeres por otras. Intercambio implica reciprocidad. De forma que estas
reglas de alianza que el hombre ha impuesto han hecho posible la organización de la
sociedad.
La prohibición del incesto despeja el camino a la exogamia, que implica el
matrimonio con otros, lo cual trae consigo intercambios y reciprocidad.
Estos intercambios matrimoniales, en los que los hombres donan mujeres a cambio
de otras, no tienen lugar entre individuos, sino entre grupos: de dadores y donatarios, que
hacen, así, circular a las mujeres entre ellos.
Las reglas matrimoniales responden en su totalidad a dos clases de intercambio (el
intercambio restringido y el generalizado) que se efectúan en todo sistema de parentesco.
Por otra parte, estos últimos pueden reagruparse, siempre en función de los modos de
matrimonio, en 3 tipos fundamentales: los sistemas elementales, semicomplejos y
complejos.
En los sistemas elementales, la regla matrimonial no se limita a prohibir un círculo de
parientes, sino que prescribe el pariente con el que debe, preferentemente, contraerse
matrimonio. Los sistemas complejos son aquellos que únicamente prohíben el matrimonio
en un círculo de parientes próximos, sin dictar expresamente la elección de un consorte.
Entre los sistemas anteriores se intercalan los sistemas semicomplejos, que
promulgan prohibiciones matrimoniales con respecto a clases de parientes y no con
respecto a parientes genealógicamente precisados.
El intercambio restringido consiste en dar sistemáticamente una mujer a cambio de
otra con arreglo a la formula conocida de “donador-donador”. Aquí se incluye todo sistema
que divide al grupo, de modo efectivo o funcional, en un cierto numero de pares de
unidades de intercambio tales que, en un par cualquiera X-Y, la relación de intercambio se
reciproca: cuando un hombre X se casa con una mujer Y, un hombre Y siempre debe poder
casarse con una mujer X. Estas dos mitades suelen ser exógamas y como la pertenencia a
una y otra se basa en la regla de filiación unilineal, los parientes mas próximos a Ego que
pertenezcan a la mitad contraria y sean, por lo tanto, responsables resultan ser los primos
cruzados bilaterales.
El intercambio generalizado consiste en entregar una mujer a un grupo y recibir una
de otro que, a su vez, la ha recibido de otro grupo distinto, estableciéndose así,
intercambios en cadena entre los participantes. La característica principal de este
intercambio es que rompe con la obligación de reciprocidad inmediata e incluye en el ciclo
un numero teóricamente ilimitado de participantes. Es preferencial el matrimonio con la
prima cruzada matrilineal. El círculo de alianzas puede ampliarse, dando entrada a nuevos
participantes que se integran en la comunidad. Existe un riesgo: que el don inicial quede sin
contrapartida. Para prevenirse esto surge la institución de la compensación matrimonial o
precio de la novia, que consiste en prestaciones, en especie o en metálico, que la familia del
esposo debe a la de la esposa; esta institución permite, en cierta medida, garantizar la
devolución de una esposa, ya que un hermano o un padre que recibe dicha compensación
por una hermana o una hija puede, incluso debe, reinvertirla en seguida con objeto de
obtener una esposo para sí mismo o para su hijo.
El precio de la novia permite que las riquezas economías circulen entre las unidades
sociales y, en el interior de cada una de estas, establece lazos solidarios entre padres e
hijos, primogénitos y benjamines. No obstante puede servir de vehículo a relaciones
jerárquicas en el caso de un reparto desigual de la riqueza y cuando existen estatus
diferentes entre las diversas unidades sociales presentes en el sistema.
Fruto de las condiciones político-económicas, el intercambio generalizado nos
introduce en las sociedades con sistema de parentesco complejo; sobre todo si se añade
que el matrimonio acompañado de una compensación matrimonial permite escapar a la
obligación del consorte prescrito, ese pariente que los sistemas elementales ordenan
esposar.
Bajo el manto del parentesco:
Estos sistemas complejos sólo implican reglas negativas, sin imponer categoría ni
pariente preferencial algunos que deban desposarse. Se caracterizan por prohibiciones
relativas a determinados parientes y la ausencia de obligaciones matrimoniales.
Así funcionan nuestras sociedades y muchas de las arcaicas, la diferencia es de
grado, no de naturaleza.
Las sociedades occidentales ya no condenan el incesto con tanto rigor, cabe
suponer q en esta evolución de las costumbres han desempeñado algún papel el ascenso
del individualismo y el lugar menos importante que ocupa el parentesco en nuestras
sociedades. La organización de nuestras alianzas se deriva, en primer lugar, de estrategias
individuales, resultantes de consideraciones de índole social o económica.
Igual, pese a los cambios sociales y a la diversificación de los medios y grupos
sociales, el individuo sigue teniendo más oportunidades de casarse dentro de su medio
social o de uno próximo al suyo que dentro de uno completamente diferente.
A la proximidad social se añade la cultural. Entre los consortes sigue predominando
la semejanza en cuanto al nivel de instrucción o a la fe y practica religiosas.
Se sabe que en nuestras sociedades la alianza no puede caracterizarse por una
posición genealógica estable: expresa otros factores políticos, económicos y sociales que
no subestimamos. Pero los etnólogos han demostrado que, en las llamadas sociedades
arcaicas, se sabe “disfrazar las maniobras sociales o políticas bajo el manto del
parentesco”.

LOS UNOS Y LOS OTROS


La mecánica del grupo
Como se reclutan y posteriormente se articulan los grupos de parentesco. Esta
mecánica esta en función del tipo de filiación adoptado y del modo de residencia elegido por
el grupo.
En el caso de la filiación unilineal, la situación diferirá según se trate de sociedades
de filiación parti o matrineal.
En el caso de la filiación patrilineal, la pertenencia al grupo social y la transmisión de
bienes, privilegios o estatus se realiza de padres a hijos a lo largo de las generaciones.
Estas sociedades, en las que es primordial la determinación de la paternidad, conceden
una gran importancia al matrimonio y a los derechos del padre sobre sus hijos; asimismo, a
partir de su matrimonio la residencia pasa a ser patrilocal (casa del padre del marido) o
virilocal (casa del marido). Por lo que se refiere a las hijas y hermanas, el grupo trata de
librarse de ellas. Si una mujer enviuda, su familia de alianza esa obligada a encontrarle un
nuevo esposo (ejemplo: levirato)
En la filiación matrilineal los bienes y estatus se transmiten a través del hermano de
la madre a los hijos de la hermana. El marido pertenece toda su vida a la unidad social de
su propia madre o de sus hermanas; por lo general no ostenta autoridad alguna dentro de
su grupo conyugal.
Sea cual sea el modo de residencia adoptado, se comprende que en las sociedades
matrilineales, que apenas se preocupan del problema de la paternidad, solo se otorgue una
importancia limitada a los vínculos maritales. En ellas, además, el divorcio es frecuente.
La patrilinealidad es el reconocimiento de los vínculos genealógicos; el
patriarcado, una forma de organización política, sea a nivel de la sociedad global, o a
nivel del grupo familiar, en el cual la autoridad esta en manos del varón mas viejo de
la generación más anciana, el patriarca, que a su vez suele transmitirla a su
primogénito. Los matriarcados no han existido más q en la memoria mitológica de las
sociedades.
Todavía no se sabe cómo surgieron estos sistemas sociales, lo que es seguro es
que las decisiones derivan ante todo de los condicionamientos económicos o eclógicos, y
no del hecho biológico básico.
Los lazos de filiación unilineales, al privilegiar una línea para el reconocimiento del
parentesco, dichos grupos se tornan particularmente sensibles a las fluctuaciones
demográficas. En el caso de la filiación masculina, toda línea que carezca de descendiente
masculino esta destinada a desaparecer. En esta situación los linajes recurren a
fraccionamientos (segmentación).
En un contexto patrilineal, el proceso de división resulta más fácil de realizar: cada
hijo o hermano debe fundar su propio grupo consiguiendo una esposa. Esto también se da
en la filiación matrilineal, pero no es tan sencilla de realizar, ya que los hermanos que
emigran con sus hermanas deben encontrar marido para ellas. En el contexto matrilineal, la
filiación esta reñida con el predominio político de los hombres; en cambio, ambos factores
se conjugan armoniosamente cuando la primera se traza por línea masculina.
También se puede recurrir a la adopción para suplir la falta de descendencia.
La patri o matrifiliacion no se excluyen mutuamente. Ninguna sociedad ha sido
nunca estrictamente unilineal y si los principales privilegios y derechos se transmiten por
una lines, la otra se reconoce, no obstante, de forma secundaria. Asimismo, existen pueblos
que eligen el reconocimiento con igual categoría de las dos líneas de filiación de sociedades
con filiación bilineal.
A la unilinealidad y la bilinealidad se añade una 3ra posibilidad, cuando la
pertenencia al grupo deja de estar en función del sexo: la indiferenciación del modo de
filiación. Las sociedades que adoptan este modo se denominan indiferenciadas o
cognaticias.
La arquitectura del grupo:
Sea cual fuere el modo de filiación adoptado, los individuos que dicen estar
emparentados entre sí constituyen grupos de parientes. Todos sus miembros reivindican un
antepasado común, hombre o mujer, por línea masculina, femenina o por una u otra línea.
Tales grupos basados en la común descendencia se denominan grupos de filiación o
grupos de descendencia. Se trata de unidades sociales que pueden tener un nombre,
poseer y explotar bienes en común y compartir determinadas actividades rituales. Cuando
se puede reconstruir el trazado exacto de los lazos genealógicos entre los individuos vivos y
el antepasado común, el grupo forma un linaje. El clan es un grupo más vasto, de mayor
profundidad genealógica, ya que sus miembros se refieren a un antepasado más o menos
mítico.
Los etnólogos reservan los términos linaje y clan para las sociedades de filiación
unilineal. En estas, la pertenencia a un grupo de parentesco determina completamente la
posición social de un individuo, tanto en el interior de su propio grupo de filiación como
hacia el exterior. De esta pertenencia se derivará su obligación de casarse dentro o fuera de
s clan o linaje, así como sus derechos a heredar determinados bienes y las funciones que
van ligadas a éstos. El linaje o clan es más que un conjunto de parientes unidos por lazos
privilegiados; es, además, una persona jurídica: sus miembros son solidarios entre sí,
actúan de forma conjunta en todas las circunstancias, rituales o profanas, poseen y explotan
bienes en común, y ejercen de generación en generación las mismas funciones políticas,
militares o religiosas.
En la filiación indiferenciada, un individuo puede considerarse miembro de tantos
linajes como antepasados reconozca. Estos linajes o clanes cognaticios funcionan en
sociedades poco populosas y con medios de producción limitados. Esto se debe a que su
flexibilidad permite remediar las fluctuaciones demográficas. Estos grupos permiten que
sus miembros puedan hacer valer sus derechos sobre los bienes de tal o cual linaje, según
la coyuntura demográfica del momento. Si bien es cierto que los grupos cognaticios carecen
de autentica eficacia social, en el sentido de que no constituyen verdaderas unidades
diferenciadas, sí conservan, no obstante, una elevadísima capacidad funcional.
De forma más general, el grupo de parientes que conserva una competencia
funcional en las sociedades cognaticias es la parentela. Este grupo se define con respecto a
un individuo; se trata de un grupo personal: comprende a todas las personas con las que
éste se reconoce emparentado. La comprensión de este grupo varía según las sociedades.
Este grupo solo tiene pues una existencia efímera: dura el tiempo de una vida y los hijos no
heredan las parentelas de los padres xq se trata de grupos que se definen con respecto a la
persona. Este grupo lábil no puede actuar solidariamente como una unidad perenne, ni
poseer bienes en común, ni desempeñar funciones permanentes.
La parentela es la configuración de parentesco que presentan la mayor parte de las
llamadas sociedades modernas.

DE LA MISMA OLLA Y DEL MISMO FUEGO


En el punto central de las parentelas suele encontrarse un núcleo familiar,
constituido en la mayor parte de los casos por una pareja de cónyuges y sus hijos jóvenes,
al cual pueden añadirse otros parientes, ascendentes o colaterales, o incluso no
emparentadas que participan en las actividades de producción y consumo de la familia. El
conjunto de las personas que viven bajo un mismo techo constituye un grupo domestico.
Las configuraciones familiares que cabe observar en este contexto son sumamente
variadas: de hecho, se articulan alrededor de la oposición fundamental entre familia
restringida (nuclear) y la familia ampliada, la cual puede ser una familia troncal o extensa,
de acuerdo con el numero de núcleos ascendentes, descendentes o colaterales articulados
a la familia conyugal que constituye el centro.
Las configuraciones domesticas están sujetas a un ciclo de ampliación o de
encogimiento. Los matrimonios, nacimientos y muertes se sus miembros provocan la
aparición por división o reagrupamiento, de formas familiares sucesivas en el seno del
grupo. Fortes (1958) distingue 3 fases en el ciclo que denomina domestico:
- Una fase de expansión que comienza con el matrimonio de la pareja
fundadora y que se extiende a lo largo de todo el periodo de fecundidadad de la esposa en
que los hijos se encuentran a cargo de los padres.
- Una fase de dispersión que comienza con el primer matrimonio en el seno
de la familia y que difiere, asimismo, según el tipo de organización familiar.
- Una fase de siustitucion que sigue a la muerte de los padres y corresponde
a la fase de instalación de los nuevos padres, es decir, de los hijos.
Si el ciclo de varía dependiendo de la configuración del grupo, también esta
sometido a condicionamientos de índole demográfica, económica y social. En tanto formas
sociales de organización, las configuraciones familiares son a la vez producto del sistema
de parentesco y de un conjunto de condicionamientos que remiten al sistema social en que
se inscriben. El grupo domestico es, en cierto sentido, la realización concreta de la familia
tal como la modelan los factores exteriores.

VUELTA A LOS ORÍGENES


En el núcleo de estos grupos domésticos, en el seno de estas líneas de filiación y
linajes, e inserta siempre una familia, entendida como “la unión más o menos duradera y
socialmente aprobada de un hombre, una mujer y sus hijos” (L-S), institución que responde
a las necesidades y a los deseos fundamentales del individuo y de la especie: el deseo
sexual, el deseo de la reproducción, la necesidad de criar, de proteger a los niños, y de
conducirlos hasta la autonomía. Hay notables variaciones según las culturas.
La union conyugal
Existen sociedades en las que los hombres o las mujeres tienen la posibilidad de
celebrar uniones con más de un consorte a la vez. Dichas sociedades se denominan
polígamas. Se habla de poliginia, cuando el varón puede tener simultáneamente más de
una esposa, y de poliandría, cuando la mujer puede disponer de más de un marido.
No es frecuente que una sociedad sea estrictamente poliándrica, suele ser al mismo
tiempo polígina.
Algunos han propuesto que la poliandria reporta ventajas a las sociedades en que el
comercio a largas distancias, la ganadería transhumante o incluso los servicios bélicos
obligan a los varones a ausentarse durante largos periodos de tiempo.
También se ha sostenido que la poliandria, fraterna (que los esposos sean hermanos
entre sí) o de otro tipo, encuentra su razón de ser en factores demográficos. En otros casos,
la adopción de la institución vendría impuesta por la avanzada edad a la que contraían
matrimonio los varones. La diversidad de situaciones en que aparece la poliandria
demuestra la inutilidad de buscar una causa única y exhaustiva de su presencia. Por lo
demás, la mayor parte de las sociedades no son ni totalmente poliándricas ni
exclusivamente polígonas, sino las dos cosas a la vez. A veces la cosa se complica todavía
más cuando el grupo admite el divorcio y hombres y mujeres se casan de nuevo, cada uno
por su parte, o cuando las sociedades que practican los matrimonios secundarios, uniones
que una mujer celebra con posteridad a su primer matrimonio, llamado primario, y sin que
éste se rompa. Ver ejemplo nuer en P 69)
Es imposible encontrar causas racionales para explicar estas instituciones maritales.
En todos los casos dichas instituciones constituyen un elemento esencial del sistema social
del cual forman parte.
La diversidad de formas que adopta la unión conyugal demuestra que esta no tiene
por objetivo la satisfacción de los instintos sexuales, ni tampoco la socialización de los
niños. Se trata ante todo, de que pueda instaurarse una unión entre individuos, de que en lo
sucesivo les vincule un contrato de alianza: poco importan, en el fondo, los términos del
contrato; lo que cuenta es la existencia misma de éste.
Maternidad y paternidad
Cabe observar que esta relación biológica no es en absoluto necesaria para la
creación de un vinculo de parentesco y de afecto entre padre/madre/hijos y, por lo tanto,
para la creación de una familia.
La adopción no hace sino mostrar “la manipulación social” de que es objeto el
engendramiento biológico, pues crea entre padres e hijos adoptivos lazos idénticos a los de
la consanguinidad.
En cuanto a las sociedades poliándricas, el “padre” es, bien el mayor del grupo de
hermanos, bien el conjunto de maridos de la madre, el hermano de la madre.
La paternidad puede ser compartida entre varios hombres.
La diferenciación entre paternidad biológica y social se puede extender a la
maternidad, pues a menudo se separan los papeles de mater y genitrix. Todas las
sociedades tienen en cuenta los condicionamientos biológicos de la reproducción, pero la
genitrix no es forzosamente la madre social.
Así pues, “la maternidad se basa no tanto en la función genitora como en el papel
social que se atribuye a la madre”. Por lo demás algunas sociedades van todavía más lejos,
ignorando o fingiendo ignorar el papel del hombre o de la mujer, o ambos, en el proceso de
procreación. Ejemplos en P. 70-71
Ningún sistema de parentesco es pura y simplemente resultado de la reproducción
biológica y, la familia que se deriva de éste, escapa igualmente a este condicionamiento.
La vida conyugal
Habitualmente, suele concebirse a la pareja matrimonial ocupando un espacio, un
lugar en el cual se desarrolla su vida íntima y en el que reside con sus hijos. Pero las
sociedades han resuelto de formas diversas esta cohabitación, llegando incluso a excluirla.
Cuando el marido reside fuera, las casas se componen de
madres/hermanos/hermanas e hijos de estos últimos. Estas familias, denominadas
consanguíneas suelen asimilarse a las familias llamadas matricéntricas de las antiguas
sociedades coloniales o ciudades de industrialización recientes.
Para tener existencia real y jurídica, la familia no necesita ponerse bajo un mismo
techo.
En cuanto a las familias matricéntricas, el problema debe buscarse en las crisis
sociales recientes de occidente.
En las sociedades polígamas, cada esposa posee su propia vivienda y el marido va
a visitarlas de forma sucesiva, pero no reside de forma permanente con ninguna de ellas ni
con los hijos.
Sin embargo, por diversas que sean las formas que adopta la unión matrimonial, por
variables que sean las formas de imbricación entre paternidad y maternidad biológica y
social, por diferentes que sean los modos de cohabitación, la familia sigue existiendo.

¿POR QUÉ LA FAMILIA?


Levi-Strauss dice “sin familias no habría sociedad, pero tampoco habría familias si
no existiera ya una sociedad”. En otras palabras, la familia existe para que la sociedad
exista, para que se reproduzca idéntica a si misma, de generación en generación; pero, al
mismo tiempo, si la sociedad existe, es por que la familia apareció en algún momento.
Las razones biológicas no pueden por si solas explicar la existencia de la institución:
ni la paternidad ni la maternidad se reducen a papeles biológicos; se encuentran
socialmente determinados, lo mismo que el amor paterno y materno. Análogamente,
ninguna razón natural, permite comprender la obligación de proseguir las relaciones
sexuales entre una pareja a lo largo de toda la vida. Sin embargo, se observa que cualquier
sociedad, establece una diferencia entre unión legal, sancionada jurídicamente, y unión libre
(concubinato) o relaciones sexuales esporádicas, aunque éstas sean intoleradas o incluso
prescritas por el grupo. En todas las sociedades tradicionales, se separa solteros de
casados.
Por lo demás, el paso de un estado a otro, va acompañado de ceremonias, rodeado
de ritos civiles y religiosos.
Este acto oficial de matrimonio no se produce por razones de moral sexual o por
cualquier otro tipo de preocupaciones relativas a placeres sexuales; responde sobre todo a
consideraciones de índole económica. En efecto, el elemento común a todos los tipos de
unión, es la instauración de prestaciones mutuas entre hombres y mujeres. El matrimonio
establece una división sexual de las tareas cuyo efecto es la interdependencia de los sexos:
para sobrevivir hay que asociarse. Esta división, no tiene ningún carácter fisiológico, no esta
inscripto en la naturaleza, ya que varía de unas culturas a otras. Sin embargo, parece que
en todas partes se asigna a los hombres las tareas prestigiosas y a las mujeres las faenas
subalternas.
La división sexual del trabajo, se observa en todas partes.
Al instituir la prohibición universal del incesto, que implica el intercambio de
consortes y la reglamentación de las relaciones sexuales, la sociedad pudo nacer y
perpetuarse; esta no podría existir de no haber dos familias dispuestas a ceder un hombre y
una mujer, de cuyo matrimonio nazca una tercera familia.
Estos juegos de intercambio, restringidos o generalizados, van siempre
acompañados de una regla que fija la posición de los hijos en función de la de sus padres:
reglas de descendencia unilineal, bilineal o indiferenciada.

● Harris, Marvin. (1986). Introducción a la Antropología General. Editorial Alianza,


España. (Capítulo XIV Pp. 261 - 281 y Capítulo XV Pp. 282 - 304)
Capítulo XIV: La organización de la vida doméstica
La esfera doméstica de la cultura
Todas las culturas tienen actividades pautadas que se pueden agrupar en la
categoría de la esfera doméstica de la vida. Sin embargo, no hay ninguna cultura en la
que estas actividades se realicen exclusivamente dentro de marcos domésticos y, en
muchas, algunas se realizan fuera de ellos. La variedad de combinaciones de actividades
características de la vida doméstica es tan grande que resulta difícil encontrar un único
denominador común para todas ellas.
Esto constituye en sí mismo un hecho importante, pues ninguna otra especie
muestra una variedad tan enorme de comportamientos asociados a las pautas de comer,
dormir, buscar abrigo, tener relaciones sexuales y criar neonatos y niños.

La familia nuclear
La familiar nuclear, según Ralph Linton, es el sustrato de todas las demás
estructuras familiares. Murdock considera que la familia nuclear cumple funciones vitales:
1. La relación sexual: La familia nuclear satisface las necesidades sexuales y reduce la
fuerza perturbadora de la competencia sexual.
2. La reproducción: La familia nuclear garantiza la protección de la mujer durante su
embarazo, relativamente largo, y durante los meses o años de la lactancia.
3. La educación: Es esencial para la enculturación. Sólo el hombre y la mujer adultos
que residen juntos poseen conocimientos adecuados para la enculturación de los
niños de ambos sexos.
4. La subsistencia: Dadas las especialidades conductuales impuestas a la hembra
humana por su papel reproductor y las diferencias anatómicas entre hombres y
mujeres, la división sexual del trabajo hace más eficiente la subsistencia.
Según este punto de vista, la familia nuclear garantiza así la relación heterosexual,
la reproducción, la enculturación y el sostén económico con más eficacia que cualquier otra
institución.
La idea de la familia nuclear universal apoya el punto de vista de que las unidades
domésticas de familias no nucleares son inferiores, patológicas o contrarias a la naturaleza
humana.

Alternativas a la familia nuclear


Es evidente que todas las culturas tienen formas alternativas de organización
doméstica y que éstas son con frecuencia más importantes que la familia nuclear. Las
cuatro funciones señaladas se pueden realizar en el contexto de instituciones alternativas
que a veces son totalmente ajenas a la esfera doméstica.

La poligamia y la familia nuclear


La poligamia es cuando el padre o madre están casados y viven simultáneamente
con más de un cónyuge. Los matrimonios plurales crean situaciones domésticas que son,
desde los puntos de vista conductual y mental, muy diferentes.

La familia extensa
La familia extensa es un grupo doméstico integrado por germanos, sus cónyuges y
sus hijos y/o padres e hijos casados. También las familias extensas pueden ser poliginas.
Las familias extensas proporcionan un mayor contingente de mano de obra y pueden
realizar una gran variedad de actividades simultáneamente.

Los grupos domésticos con uno solo de los padres


La forma más frecuente de instituciones domésticas no nucleares con un solo
progenitor es aquella en la que la madre está presente y el padre ausente. Se les denomina
unidades domésticas matrifocales.
La incidencia mundial de la matrifocalidad se ha visto oscurecida por la tendencia a
considerar tales unidades domésticas como aberrantes o patológicas. Al describir los
grupos domésticos, los científicos sociales a menudo se centran en la forma preferida desde
el punto de vista emic o ideal y descuidan las realidades etic y conductuales.

La legitimidad
Según algunos antropólogos, la esencia de la relación marital recibe en esa parte de
la definición de Gough que trata de la asignación de los derechos del estatus por nacimiento
o a los sitios. Por el concepto de nacimiento legal o legítimo no es universal. Bajo este
concepto subastas el presupuesto de que toda sociedad posee un conjunto único y bien
definido de reglas que identifican los nacimientos legítimos e ilegítimos, y también que los
transgresores serán objeto de partido o desaprobación. Ambos supuestos carecen de una
base empírica firme.
Ninguna sociedad garantiza a las mujeres total libertad de concepción, pero las
restricciones impuestas a la maternidad y las ocasiones para estar vivo y la desaprobación
varían enormemente.

Funciones del matrimonio


Toda sociedad regula las actividades reproductoras de sus adultos sexualmente
maduros. Una manera de hacerlo consiste en establecer reglas que definen las condiciones
en que las relaciones sexuales, el embarazo, el nacimiento y la cría de los hijos son
permisibles y que asignan privilegios y deberes en relación con estas condiciones.
El matrimonio a veces:
● Establece el Padre legítimo de los hijos de una mujer.
● Establece la Madre legítima de los hijos de un hombre.
● Da al marido o a su familia extensa control sobre los servicios sexuales de la
esposa.
● Da a la esposa o a su familia extensa control sobre los servicios sexuales del
marido.
● Da al marido o a su familia extensa control sobre la fuerza de trabajo de la esposa.
● Da a la esposa o a su familia extensa control sobre la fuerza de trabajo del esposo.
● Da al marido o a su familia extensa control sobre la propiedad de la esposa.
● Da a la esposa hubo su familia extensa control sobre la propiedad del marido.
● Establece un fondo común de propiedad en beneficio de los hijos.
● Establece una relación socialmente significativa entre los grupos domésticos del
marido y de la esposa.

El matrimonio en las familias extensas


En estas circunstancias, el matrimonio se le debe adecuadamente como un contrato
o una alianza entre grupos. Este contrato varíen contenido, pero influye en las uniones
presentes y futuras en que intervengan a otros miembros de ambos grupos.
Muchas sociedades, la naturaleza corporativa del matrimonio se pone de manifiesto
en el intercambio de personas o de bienes valiosos entre los respectivos grupos domésticos
en que han nacido el novio y la novia. Los intereses corporativos se expresan en la
institución conocida como precio de la novia. Una alternativa frecuente al precio de la novia
es el servicio de la novia (a veces llamado servicio de pretendiente). También se puede
exigir a la familia del novio el pago de una dote. El contrario del precio de la novia es el
precio del novio.

Los grupos domésticos y la evitación del incesto


El marido y la esposa deben provenir de distintos grupos domésticos. Los miembros
del grupo doméstico deben casarse fuera, es decir, de una forma exógama; no pueden
casarse dentro del grupo, es decir, de una forma endógama.
Las explicaciones de la interdicción del incesto en el seno de la familia nuclear se
dividen en dos grupos: las que hacen hincapié en el factor instintivo y las que subrayan las
ventajas sociales y culturales de la exogamia.

Los matrimonios preferenciales


La presencia de la exogamia implica que los intereses corporativos de los grupos
domésticos deben ser protegidos mediante reglas que estipulan quien ha de casarse con
quien. Existe el matrimonio preferencial entre primos cruzados.
A veces se obtienen la reciprocidad en el matrimonio mediante varios grupos
domésticos establecen alianzas matrimoniales entre sí intercambiando mujeres en ciclos.
Establecer alianzas domésticas denominadas comnubios circulares.
Acción frecuente del interés doméstico corporativo en el matrimonio en la práctica
del sororato y del levirato.

Resumen
El nivel estructural de los sistemas socioculturales está integrado en parte por
grupos domésticos interrelacionados. Cada identificar tales grupos por su ligazón a un
espacio vital o domicilio en el que tienen lugar las actividades de comer y dormir, las
relaciones sexuales maritales y la crianza y disciplinamiento de los jóvenes. Sin embargo,
no hay una pauta única o mínima de actividades domésticas. Análogamente, tampoco se
puede considerar la familia nuclear como la célula básica de todos los grupos domésticos.
Subvenciones sexual, reproductora y productiva pueden ser satisfechas con instituciones
alternativas no necesariamente domésticas. Uno de los hechos más importantes acerca de
las instituciones domésticas humanas es que no existe una sola pauta que sea más natural
que otras.
Las pautas humanas de apareamiento muestran un enorme grado diversidad,
aunque en todo el mundo sea algo similar a lo que se llama matrimonio.
Sobran evitación del incesto sólo son una pequeña parte del espectro de
matrimonios preferidos y prohibidos que reflejan los portes intereses corporativos de los
grupos domésticos. Las preferencias por ciertos tipos de intercambios matrimoniales crean
connubios circulares en los que la reciprocidad entre los grupos domésticos puede ser
directa o indirecta. El vínculo marital tiene naturaleza corporativa.

Capítulo XV: Parentesco, residencia y filiación


El parentesco
Dos ideas o principios intervienen en la organización de la vida doméstica en todas
partes: la idea de afinidad o de las relaciones a través del matrimonio; y la idea de filiación.
Las personas que se relacionan a través de la filiación o de la combinación de afinidad y
filiación se consideran “parientes”. El campo de las ideas constituido por las creencias y
expectativas que los parientes comparten entre sí se llama parentesco.
La filiación
El significado emic de la filiación no es equivalente a su significado biológico. Los
antropólogos han distinguido entre el “padre” culturalmente definido y el genitor, o padre
biológico real. Una distinción similar es necesaria en el caso de la “madre”. Aunque la
madre culturalmente definida es normalmente la genetrix, la práctica de la adopción crea
muchas discrepancias entre las maternidades emic y etic.
La filiación es la creencia de que ciertas personas desempeñan un importante papel
en la creación, nacimiento y crianza de los hijos. Implica la conservación de algún aspecto
de la sustancia o espíritu de la gente en futuras generaciones, y es, pues, una forma
simbólica de inmortalidad.
Los antropólogos del siglo XIX emplearon una calificación etnocéntrica de
consanguinidad para designar las relaciones de filiación. Sin embargo, la filiación no
depende necesariamente de la idea de herencia de sangre, ni tampoco implica
necesariamente aportaciones iguales del padre y de la madre.
A pesar de la gran diversidad de teorías sobre la naturaleza de los papeles
procreadores, hay un reconocimiento universal de alguna acción especial de cooperación
que vincula tanto al marido como a la esposa al proceso de la reproducción.
Las reglas de filiación
De las relaciones de filiación de un individuo pueden deducirse sus deberes,
derechos y privilegios con respecto a otras personas y en relación con muchos aspectos
distintos de la vida social.
Los antropólogos distinguen dos grandes clases de reglas de filiación: la cognaticia y
la unilineal. Las reglas de filiación cognaticias son aquellas en las que se usa la filiación
masculina y femenina para establecer cualquiera de los deberes, derechos y privilegios
antes mencionados.
Las unilineales restringen los lazos parentales, o bien exclusivamente a los varones,
o bien exclusivamente a las hembras, siendo la filiación matrilineal o patrilineal.
La regla de filiación bilateral es aquella en la que el parentesco se traza de forma
igual y simétrica siguiendo las líneas materna y paterna en las generaciones ascendente y
descendente y a través de individuos de ambos sexos.
Otra variación de la regla cognaticia se denomina de filiación ambilineal, en la que
las líneas de filiación trazadas por ego ignoran el sexo de los lazos parentales. El ego traza
la filiación a través de varones y hembras, pero la línea se tuerce de un lado a otro,
incluyendo a determinados antepasados o descendientes, sean masculinos o femeninos, y
excluyendo a otros.
La regla de la doble filiación es en la que ego traza de modo simultáneo la filiación,
matrilinealmente a través de la madre, y patrilinealmente a través del padre.
Cada una de las anteriores reglas de filiación proporciona la base lógica para alinear
mentalmente a la gente en grupos de parentesco emic.
Grupos de filiación cognaticia: variedad bilateral
Aplicada a la esfera de parientes de amplitud indefinida y a un número
indeterminado de generaciones, da lugar al tipo de grupo llamado parentela. Su principal
característica es que la amplitud y profundidad del cómputo bilateral son indefinidas. Como
consecuencia, los egos y sus germanos se identifican con una parentela cuya composición
no puede ser la misma para otras personas (salvo para los primos dobles del ego: primos
cuyos padres son dos hermanos que han intercambiado hermanas).
Grupos de filiación cognaticia: variedad ambilineal
Se puede soslayar las características de la parentela bilateral, indefinida y centrada
en el ego, especificando uno o más antepasados desde los que se traza la filiación a través
de varones y/o hembras. El agrupamiento resultante tiene una composición potencialmente
idéntica para cualquier ego que lleve a cabo el cómputo, este es el linaje cognaticio. Se
basa en el supuesto de que todos los miembros del grupo de filiación pueden especificar los
lazos genealógicos exactos que los emparentan con el fundador del linaje.
Una variante es el clan cognaticio, en el que la filiación desde el fundador del linaje
no necesita ser demostrada porque viene estipulada.
Grupos de filiación unilineal
Cuando la filiación unilineal se demuestra sistemáticamente respecto a un
antepasado concreto, el grupo de parentesco resultante se llama matrilinaje o patrilinaje.
Todos los linajes incluyen el mismo conjunto de personas, independientemente de la
perspectiva genealógica desde la que se contemplan. Sin embargo, debido a la exogamia,
ambos sexos no pueden seguir residiendo juntos después de la infancia.
Los linajes máximos incluyen todas las generaciones y todos los descendientes
colaterales del primer antepasado. Los linajes mínimos sólo abarcan tres generaciones.
Cuando la filiación unilineal es estipulada y no necesita ser demostrada el grupo
resultante se denomina patriclán o matriclán. Pueden incluir subclanes e incluso abarcar
linajes.
Pautas de residencia postmarital
La pauta de residencia que se sigue después del matrimonio constituye un
importante determinante de las reglas de filiación. Influyen en las reglas de filiación porque
determinan quién entra, deja o permanece en un grupo doméstico.
Neolocalidad - domicilio diferente del de los parientes del marido o de la esposa.
Bilocalidad - cambia alternativamente desde los parientes del marido a los de la
esposa.
Ambilocalidad - algunas parejas residen junto a los parientes del marido y otras junto
a los de la esposa.
Patrilocalidad - residencia en el domicilio del padre del marido.
Matrilocalidad - residencia en el domicilio de la madre de la esposa.
Avunculocalidad - residencia en el domicilio del hermano de la madre del marido.
Amitalocalidad - residencia en el domicilio de la hermana del padre de la esposa.
(teórica)
Uxorilocalidad -residencia junto a los parientes de la esposa.
Virilocalidad - residencia junto a los parientes del marido.
Causas de la filiación bilateral
Está asociada a diferentes combinaciones de neolocalidad, ambilocalidad y
bilocalidad. Alto grado de movilidad y flexibilidad entre las familias nucleares, como
adaptación para los cazadores recolectores, intrínseco de la organización en bandas.
Determinantes de los linajes y clanes cognaticios
Asociados a la ambilocalidad, implica una forma de vida aldeana relativamente más
sedentaria, así como un potencial algo mayor para el desarrollo de intereses corporativos
exclusivos sobre propiedades y personas.
Determinantes de los linajes y clanes unilineales
Bajo condiciones sedentarias en poblados dedicados a la horticultura, los grupos de
filiación unilineal con núcleos de miembros localizados y bien definidos, así como un sentido
creciente de solidaridad y una ideología de derechos exclusivos sobre recursos y gente que
se convirtieron en la forma predominante de los grupos de parentesco.
Los grupos de filiación unilineal están asociados a una u otra variedad de residencia
unilocal; es decir, la patrilinealidad a la patrilocalidad, y la matrilinealidad a la matrilocalidad.
Causas de la patrilocalidad
Al estructurar los grupos domésticos en torno a un núcleo de padres, hermanos e
hijos, la patrilocalidad facilita la cooperación militar entre los varones que han sido criados
juntos y evita que padres, hijos y hermanos se enfrentes en el terreno del combate cuando
una aldea ataca a otra.
Causas de la matrilocalidad
Cuando la caza, la guerra y el comercio, dominadas por los varones, dejan de ser
actividades de corta duración que tienen lugar en las inmediaciones de la aldea para
convertirse en expediciones a larga distancia que pueden durar varios meses, los intereses
corporativos de sus patrigrupos quedarían a cargo de sus mujeres. La matrilocalidad
resuelve el problema porque estructura la unidad doméstica en torno a un núcleo
permanente de madres, hijas y hermanas residentes a las que se adiestra en pautas
laborales de cooperación.
Causas de la avunculocalidad
Una manera de reducir los conflictos que surgen al tener los varones que ceder el
control sobre sus propios hijos a los miembros de los grupos de parentesco de sus esposas,
es reducir las obligaciones maritales del varón, débiles en las sociedades matrilocales)
hasta el punto de que la convivencia con la esposa deje de ser necesaria. Así se desarrolla
la pauta de residencia avunculocal. El varón acaba yéndose a vivir con los hermanos de su
madre en su unidad doméstica matrilineal, donde se le une su esposa. Así, el nucleo de una
unidad doméstica avunculocal está integrado por un grupo de hermanos y los hijos de sus
hermanas.
La amitalocalidad, lo contrario de la avunculocalidad, nunca ocurre.
Terminologías de parentesco
Todas las culturas poseen un conjunto especial de términos para designar a los
distintos tipos de parientes. Los términos y las reglas para usarlos constituyen el sistema
terminológico de parentesco de una cultura.
La terminología esquimal
Ninguno de los términos que designan a los del ego se aplica fuera de la familia
nuclear, y no se establece distinción alguna entre los lados materno y paterno. Por lo
general carecen de grupos de filiación corporativos y la familia nuclear tiende a sobresalir
como una unidad productiva y reproductora independiente y funcionalmente dominante.
Esta pauta se halla con frecuencia entre los pueblos cazadores y recolectores.
La terminología hawaiana
Se emplea un solo término para los miembros de la generación del ego, otro para los
miembros de la generación de los padres del ego. A veces no hay distinción entre el sexo.
Su rasgo más destacable es la aplicación de idénticos términos a personas que están
dentro y fuera de la familia nuclear. La terminología hawaiana es, pues, compatible con
situaciones en las que la familia nuclear está inmersa dentro de un contexto doméstico
dominado por familias extensas y otros grupos de filiación corporativos. Es compatible con
las formas de filiación ambilineal y bilateral.
La terminología iroquesa
Hay distinciones entre primos cruzados y paralelos, tías y tíos cruzados y paralelos;
además, la hermana de la madre se asimila terminológicamente a la madre, el hermano del
padre al padre y los primos paralelos a los hermanos y hermanas del ego. Esta pauta
obedece a que los germanos pertenecen a un mismo grupo de filiación unilineal de carácter
corporativo y a que las alianzas matrimoniales se basan en matrimonios de primos cruzados
entre estos grupos.
● Dumont, Luis. (1975). Introducción a dos teorías en Antropología Social. Barcelona:
Anagrama.
Ernest Gellner: Lenguaje ideal y estructura de parentesco
Lenguaje ideal
El lenguaje ideal debería tener ciertas características:
1. No es ambiguo.
2. No puede engañar ni extraviar, la sola notación permite averiguar claramente cuáles
inferencias y transiciones son autorizadas y cuáles no.
3. No debe tergiversar la naturaleza de la realidad.

La estructura del parentesco significa dos cosas distintas que, como se verá, los
antropólogos mantiene, con razón, juntas:
En primer lugar, la estructura de parentesco específica que tipo de apareamientos
van a tener lugar realmente, dentro de la posibilidad random.
En segundo lugar, la estructura de parentesco específica qué roles, con qué rigidez
y hasta qué punto, son funciones, por sí decirlo, de la posición de parentesco biológico del
agente.
A pesar de que los dos sentidos del término son distintos, los antropólogos hacen
bien en ponerlos juntos, ya que ello es inevitable. La razón es que muchas limitaciones
importantes del apareamiento operan basándose en roles sociales; por ejemplo, en una
sociedad que conozco un hombre no puede casarse con una mujer que ha mamado en el
mismo pecho que él.
El autor intenta explicar un sistema de nomenclaturas a través de un lenguaje ideal.
Considera que los patrones biológicos, deberían ser complementados con los rasgos
socioculturales. No lo termine de entender del todo.

J. H. M. Beattie: Parentesco y antropología social


En un trabajo reciente, el profesor Gellner sostiene la importancia de lo propiamente
físico para la antropología social, en particular en conexión con la relación entre conexión
genealógica y parentesco social.
El doctor Rodney Needham rechazó dicha pretensión, argumentando que el estudio
antropológico del parentesco no es una investigación de categorías biológicas, sino sociales
y culturales, de forma que ningún esquema basado únicamente en la distinción de los
diferentes tipos de conexiones genealógicas podría ser de ninguna utilidad para analizar
dichas categorías.
El trabajo de Gellner se basa en dos errores:
1. Una comprensión inadecuada de la naturaleza del método científico.
a. Los científicos no pueden estudiar todo a la vez, se ven obligados a escoger
un campo de interés y aceptar los materiales periféricos a este campo.
2. Su incapacidad para comprender la naturaleza del parentesco como campo de
investigación para los antropólogos sociales.
a. El parentesco no es un conjunto de relaciones genealógicas, sino un
conjunto de relaciones sociales.
Los que el antropólogo debe hacer es aislar el campo de las relaciones sociales
institucionalizadas en el que el pueblo bajo consideración utiliza el lenguaje del parentesco,
un idioma que es expresado en base a conexión genealógicas, o, en ciertos sentidos de la
palabra parentesco, en base a conexiones de afinidad.
Los términos de parentesco son los nombres de categorías, en ocasiones grupos,
de personas socialmente definidas. La tarea del antropólogo es, esencialmente, comprender
las categorías sociales de otros pueblos, no imponerles acríticamente sus propias
categorías.
La preocupación principal del antropólogo es sonsacar los diversos conceptos que la
gente tiene sobre el parentesco, relacionando éstos y las pautas de comportamiento
institucionalizado, con las que están asociados uno con otro y, además, con otros aspectos
sociales de la comunidad que se está estudiando.
El punto fundamental sobre las relaciones de parentesco es que deben ser algo
distinto, por ejemplo, relaciones políticas, jurídicas, económicas o rituales. El parentesco es
el idioma utilizado en algunas sociedades para hablar y pensar sobre ciertos tipos de
relaciones económicas, políticas, jurídicas, etc.
Todas las explicaciones sociológicas y culturales hacen o presuponen algún tipo de
afirmación sobre el medio físico y no cabe duda de que este medio no está fuera de los
límites de la antropología. Pero no hay justificación alguna para traerlo a colación, a no ser
que algunos de sus aspectos sean pertinentes para la solución de un problema de interés
socio-antropológico.
No defiendo una sociología puramente idealista. Coincido con Parsons, Firth y otros
en que los fenómenos sociales deben estudiarse al nivel de la acción (en términos
causales) y el nivel de las ideas (en términos de conceptos, símbolos y valores).

David. M. Schneider: La naturaleza del parentesco


Para Beattie el parentesco es un idioma. Es algo, tiene un nombre, pero su
contenido no es parentesco, sino económico o político u otra cosa. Una relación de
parentesco debe ser algo distinto, porque dicha relación sólo existe como un idioma.
Pero si aceptamos el hecho de que una relación de parentesco puede simbolizarse
por una relación económica, y una relación económica puede expresarse en el idioma del
parentesco, se hace inmediatamente evidente que esto es cierto para todo -política,
economía, ritual, religión, magia, derecho, etc. Y, por supuesto, incluso para el lenguaje.
Si el parentesco es símbolo e idioma, y si todo lo demás tiene su aspecto simbólico
e idiomático, esto difícilmente diferencia el parentesco de cualquier otra cosa. Decir, en
consecuencia, que el parentesco es el idioma cuyos términos se expresan otras relaciones
es no decir nada.
Lo que Beattie deberia saber es que el hecho de que la relación entre padre e hijo
posee un contenido económico, no significa que carezca de otro contenido, es decir, que
carezca de contenido de parentesco.

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