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En la relación creada por medio de un contrato de trabajo, sin importar la denominación que se le
dé al momento de realizar la contratación, siempre van a concurrir tres elementos constitutivos:
- La persona que se vincula directamente con el empleador es la encargada de realizar las
actividades por las cuales se está contratando.
- Debe existir siempre una continua subordinación en cuanto al desarrollo de estas actividades.
- Hay un salario por el trabajo realizado.
Por su parte, el contrato por prestación de servicios se caracteriza por ser un acuerdo de
voluntades, en donde de forma independiente y autónoma una persona, denominada contratista,
se obliga a realizar o a ejecutar una actividad determinada, de acuerdo con el objeto mismo del
contrato, a favor de otra, denominada contratante.
Otra cosa importante es que en el contrato por prestación de servicios existe una retribución
económica que no se denomina 'salario" sino “honorarios”.
Salud: la cotización corresponde al 12.5 por ciento del salario mensual de cada trabajador,
distribuida en un 4 por ciento aportado por el trabajador y un 8.5 por ciento, por el empleador.
Pensión: corresponden al 16 por ciento del salario mensual de cada trabajador, en donde el 4 por
ciento debe ser aportado por el trabajador y el 12 por ciento, por el empleador.
Prestaciones Sociales: Estos pagos adicionales al salario (cesantías, intereses a la cesantía, prima
de servicios, vacaciones, etc.) solo emanan de un contrato de trabajo, nunca de un contrato de
prestación de servicios.
Otros
- No incluye vacaciones
- No incluye licencias de maternidad
- No incluye incapacidades
- Al contratista le hacen una retención por honorarios del 10 por ciento para las personas no
declarantes y del 11 por ciento paras las declarantes.
Indemnizaciones: No hay lugar al pago de una indemnización de carácter laboral, pero como se
trata de una relación civil o comercial, la legislación encargada puede establecer una eventual
indemnización y más si se demuestra que el contratista cumplió a cabalidad con todas las
actividades encomendadas en el contrato.
Estos aportes dependen de la actividad que realiza cada trabajador, pues no existe un único
porcentaje de cotización sino que varía desde el 0.522 por ciento hasta el 6.96 por ciento del
salario mensual en el caso de los trabajadores o sobre una base de cotización del 40 por ciento del
valor bruto mensual del contrato en el caso de los contratistas. En otras palabras, esto depende de
la peligrosidad de la actividad (detalles en la ley 1562 de 2012).
En el contrato de trabajo el aporte lo realiza el 100 por ciento el empleador, mientras que en uno
por prestación de servicios le corresponde hacerlo en su totalidad al contratista.
CONCLUSIONES
Establecer las ventajas del uno respecto del otro depende necesariamente de cada caso concreto y
la finalidad que busque la persona.
“Estar contratado formalmente en una empresa tiene ventajas muy grandes económicamente
hablando. Sin embargo, no todas las personas tienen la capacidad para ser buenos empleados o
buenos emprendedores, son dos grupos de personas que tienen características muy distintas en
cuanto a capacidad para adaptarse, seguir instrucciones, motivación de logro, necesidad de
aprobación y reconocimiento, entre otros factores”, dice Inés Pardo, gerente de Altos Ejecutivos
Ltda., socios de Carrer Partners International, firma global de gerencia de talento.
Para Pardo, el precio de un contrato formal es muy alto emocionalmente. “De las mayores
ventajas que tiene una persona independiente, freelance, asociada, o contratada por prestación
de servicios es que no tiene que cumplir con un horario de trabajo, puede invertir el tiempo de la
manera que más le convenga, y dedicarse a actividades que realmente disfruta, además le permite
ser más productivo y no invierte el 40 por ciento en actividades diferentes a su función como sí lo
hace una persona empleada”, agrega.
“Entre los atributos que tiene ser independiente está la autonomía, el tener logros donde tú eres
el directo responsable, la creación de redes fuertes con tus clientes y proveedores, además del
diseño de políticas y procesos de manera autónoma”, complemente Cristina Herrera, gerente de
Talenti.
Y esta vez lo hacemos de una manera sencilla y práctica que esperamos sirva para resolver las
inquietudes que acompañan a algunos lectores sobre las características propias de estas dos
formas de contratación de servicios.
Así pues, a continuación enlistamos 20 diferencias que presentan tales negocios jurídicos:
En el contrato de trabajo hablamos de empleador y trabajador como extremos del vínculo; en el
contrato de prestación de servicios hablamos de contratante y contratista.
6. En el contrato de trabajo el trabajador cuyo salario sea igual o inferior a dos veces el
salario mínimo legal, tiene derecho a dotación de calzado y ropa de labor; en el de
prestación de servicios el contratista no tiene esa prerrogativa.
12. En el contrato de trabajo el trabajador tiene derecho al pago de recargos por trabajo
nocturno, horas extras, dominicales y festivos, etc. En el de prestación de servicios el
contratista no cuenta con esas garantías.
13. En el contrato de trabajo el trabajador puede ser sancionado por el empleador (llamadas
de atención, amonestaciones, suspensiones, etc.), por faltas cometidas dentro de la
empresa o fuera de ella cuando lo hace en ejercicio de su labor. En el de prestación de
servicios el contratista no está sometido al régimen disciplinario del contratante.
14. En el contrato de trabajo el trabajador no puede ausentarse del lugar de trabajo sin
autorización del empleador o de sus representantes; en el de prestación de servicios el
contratista no requiere de dichos permisos pues es autónomo.
15. En el contrato de trabajo el trabajador debe escuchar, obedecer y cumplir las órdenes que
le imparta el empleador o sus representantes; en el de prestación de servicios el
contratista no está sometido a esa disciplina.
17. En el contrato de trabajo el trabajador tiene derecho a que a la terminación del vínculo el
empleador le expida una certificación de trabajo, en la que se indique el tiempo servido
por el trabajador, los cargos desempeñados y el salario devengado; en el de prestación de
servicios el contratista no puede exigir una certificación en tal sentido.
18. En el contrato de trabajo el trabajador despedido sin justa causa tiene derecho a que a la
terminación del contrato el empleador lo reinstale en el lugar en donde lo contrató. En el
de prestación de servicios no, salvo que se haya acordado dicha reinstalación.
19. En el contrato de trabajo el trabajador puede hacer parte del sindicato de base de la
empresa; el trabajador vinculado mediante contrato de prestación de servicios no tiene
esa posibilidad.