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¿Puede configurarse violencia familiar sin relación de subordinación?

Martes, 03 de Marzo de 2020


Los casos de violencia familiar, en su mayoría, tienen como sujetos intervinientes a personas con
relación de parentesco o afinidad. Sin embargo, aunque ello demostraría la familiaridad, ¿puede
subsumirse la conducta agresora como violencia familiar pese a no existir “relación asimétrica”
entre la víctima y el sujeto agente? Esto es lo que precisó la Sala Penal Permanente de la Corte
Suprema [R.N. N.º 2030-2019/Lima].

La Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar”, en el artículo 7 (modificado por la Ley N.º 30862) señala como
sujetos de protección –además de las mujeres–, a miembros del grupo familiar (cónyuges,
convivientes, hijos, padres, parientes por afinidad hasta el segundo grado, etc.).
 
Asimismo, se define a la violencia familiar como la conducta que causa muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder,
de parte de un integrante a otro del grupo familiar. Es decir, para la configuración de la violencia
familiar se requiere del componente de “relación asimétrica” entre ambas partes.
 
De ahí que, no es plausible generalizar y subsumir en esta Ley 30364 todos los actos que, si bien en
un principio se han desplegado en prejuicio de un integrante familiar, empero no se desarrollaron
en un contexto de violencia previo proveniente de una relación asimétrica; sin embargo, ergo no
implica que puedan ser tipificados en delitos comunes como lesiones u homicidio –por asignar
unos ejemplos–.
 
Finalmente, la valoración de esta línea de subordinación entre miembros de una familia, debe
también atender al grado de independencia que posea la víctima respecto del sujeto; por
ejemplo, sería irrisorio asignar el nomen iuris  de violencia familiar, a aquellas lesiones propinadas
del padre al hijo (mayor de edad que reside fuera de la unidad familiar), producto de una gresca
entre ambos.
 
Así lo ha precisado la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema al resolver el  Recurso de
Nulidad N.º 2030-2019/Lima, en su resolución expedida el 27 de febrero de 2020. En dicha
decisión, el colegiado declaró no haber nulidad en la sentencia de instancia que condena a su
autor por el delito de lesiones simples.
 
 Puede destacarse de esta resolución emitida por la Sala Penal Suprema Permanente, cuya
ponencia corresponde al magistrado César San Martín Castro, lo establecido en el séptimo
considerando:
 
En el caso sub judice es de destacar que los agraviados son personas mayores de edad –forman
una propia unidad familiar–, y no domiciliaban ni estaban bajo ningún tipo de dependencia con el
imputado. Es verdad que este último es padre del agraviado y suegro de la agraviada, pero aun
cuando existe una relación de parentesco no se presenta una circunstancia asimétrica en sus
relaciones mutuas –incluso, la deuda que origino la agresión es del imputado respecto del
agraviado–. La agraviada resultó lesionada pero a propósito de una situación agresiva en que trató
de intervenir para separar a su esposo y por ello resultó con dos heridas cortantes defensivas.
∞ Siendo así, es de subsumir correctamente el tipo penal cometido y, luego, imponer una
condena condicional al no existir datos que permitan estimar que tal medida no impedirá en el
futuro la comisión de otros delitos.

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