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Objetivo Nº

1.- Criminología.

Criminología como ciencia


El estudio del delito, de su autor y de los medios de lucha contra ambos, no puede
llevarse a cabo por una sola disciplina. Designamos el conjunto de todas las disciplinas que
se dedican al estudio del delito, autor y medios de lucha contra ambos con la denominación
de Enciclopedia de las Ciencias Penales
Comprendiendo básicamente la Criminología, la Penología y la Política Criminal

Concepción amplia y concepción restrictiva de la criminología: diversas formulaciones


doctrinales.
No existe un concepto de pacífico de Criminología, lo que no debe sorprender si se
tiene en cuenta que el concepto de una Ciencia se encuentra siempre condicionado por la
determinación del objeto y los límites de la misma, y es esta una cuestión en la que los
criminólogos muestran las opiniones más dispares. A este condicionamiento hay que añadir
que conceptualmente pueden distinguirse varias clases de Criminología: la Científica, la
Aplicada, la Clínica, la Académica y la Analítica, lo que dificulta el logro de un concepto
unitario y pacífico.
Por otra parte, una contemplación del panorama doctrinal de la Criminología
permite distinguir:

- Un sector doctrinal que concibe la Criminología como una suerte de "constelación


criminológica" de la que formarían parte todas las Ciencias que se ocupan del crimen.
- La orientación norteamericana mantenida últimamente por criminólogos alemanes, que
incluyen en la Criminología las materias que integran lo que infra-llamamos Penología,
esto es, ejecución de las penas y medidas de seguridad. Orientación predominante en la
actualidad.
- La posición llamada Escuela Austriaca
- Una Orientación Restringida que reduce el ámbito de la criminología a la investigación
de los factores de la criminalidad.
La Criminología puede definirse como la disciplina científica que tiene por objeto el
estudio de los factores del delito, de las conductas desviadas relacionadas con él, del
delincuente y de su víctima. Todo ello contemplado desde una óptica casual-explicativa que
sirve para distinguirla de la ciencia del Derecho Penal y de la Penología.
La Criminología es una Ciencia. Aporta una información válida, fiable y contrastada
sobre el problema criminal; información obtenida gracias a un método (empírico) que
descansa en el análisis y observación de la realidad. En consecuencia, la científica de la
Criminología solo significa que esta disciplina, por el método que utiliza, está en
condiciones de ofrecer una información viable y fiable (no refutada) sobre el complejo
problema del crimen, insertando los numerosos y fragmentarios datos obtenidos del examen
de éste en un marco teórico definido.
La criminología como ciencia empírica e interdisciplinaria
Por su naturaleza, la Criminología es una ciencia Causal-Explicativa, Empírica e
Interdisciplinaria, cruzada por ciencias distintas y fundamentalmente por la Biología
Criminal (Antropología y Psicología criminal), y la Sociología Criminal, el delito, en su
perspectiva naturalista constituye a la vez un acto individual (biológico, que comprende lo
corpóreo y lo psíquico) y un comportamiento social.
La Criminología adquirió autonomía y rango de ciencia cuando el Positivismo
generalizó el empleo del Método Empírico, esto es, cuando el análisis, la observación, y la
inducción sustituyeron a la especulación y el silogismo, superando el razonamiento
abstracto, formal y deductivo del mundo clásico. Someter la imaginación a la observación y
los fenómenos sociales a las leyes implacables de la naturaleza era una de las virtudes,
según Comité , del método positivo, del método empírico.
La Criminología es una ciencia del "ser", Empírica; el derecho, una ciencia cultural
del "deber ser", Normativa. Que la Criminología pertenezca al ámbito de las ciencias
empíricas significa, en primer lugar; que su objeto (delito, delincuente, víctimas y control
social) se inserta en el mundo de lo real, de lo verificable, de lo mensurable y no en el de
los valores. La naturaleza Empírica de la Criminología implica, ante todo, que ésta
descansa más en hechos que en opiniones, más en la observación que en discursos o
silogismos.
La Criminología pretende conocer la realidad para explicarla. El Derecho valora,
ordena, y orienta aquella con una serie de criterios axiológicos. La criminología se
aproxima al fenómeno delictivo sin prejuicios, sin mediaciones, procurando obtener una
información directa de éste.
La Criminología es una ciencia empírica, pero no necesariamente "experimental". El
método "experimental" es un método empírico, pero no el único, y no todo método
empírico, sin embargo, tiene por fuerza naturaleza experimental.
Pero el método empírico no es el único método criminológico. Pues siendo el
crimen, en definitiva, un fenómeno humano y cultural, comprender el mismo exigirá del
investigador una actitud abierta y flexible. Intuitiva, capaz de halla las sutiles aristas y
múltiples dimensiones de un profundo problema humano y comunitario.
El Principio Interdisciplinario se halla significativamente asociado al proceso
histórico de consolidación Criminológica como ciencia autónoma.
Son muchas las disciplinas científicas que se ocupan del crimen como fenómeno
individual y social. La Biología (criminal), la Psicología (criminal), la Sociología
(criminal), con sus respectivos métodos, enfoques y pretensiones han ido acumulando
valiosos saberes especializados sobre aquél. Ahora bien, el análisis científico reclama una
instancia superior que integre y coordine las informaciones sectoriales procedentes de las
diversas disciplinas interesadas por el fenómeno delictivo; que elimine posibles
contradicciones internas e instrumente un genuino sistema de "retroalimentación", según el
cual cada conclusión particular se corrige y enriquece al contrastarse con las obtenidas en
otros ámbitos y disciplinas.
Lógicamente, ésta es la función que corresponde a la criminología, si bien el
principio interdisciplinario plantea espinosas dificultades tanto desde un punto de vista
conceptual como operativo.

El principio interdisciplinario, por tanto, es una exigencia estructural del saber


científico, impuesto por la naturaleza totalizadora de éste, y no admite monopolios,
prioridades ni exclusiones entre las partes o sectores de un tronco común.
OBJETO DE LA CRIMINOLOGÍA
El objeto de estudio de la Criminología es el delito. El delito presenta dos aspectos
claramente identificables: concepto Penal o Normativo y el Criminológico o Real
Al primero pertenece los valores y el deber ser y al segundo todo lo físico y
psíquico. El objeto de la Criminología se circunscribe al aspecto real o criminológico, el de
la Ciencia del Derecho Penal al aspecto penal o normativo.
Desde el nacimiento de la Criminología se ha polemizado sobre cual es el concepto
del delito del que esta ciencia debe partir: si del mismo que ofrece el ordenamiento
jurídico-penal o si puede darse un concepto distinto, propio de la Criminología.
El criminólogo estudia la descripción del hecho criminal (fenomenología criminal),
los factores que lo producen (Etiología Criminal), la personalidad de su autor (el
delincuente) y la víctima del delito, tanto en su personalidad como en su posible condición
de factor o estímulo del hecho criminal.
MÉTODO
La naturaleza interdisciplinaria que se ha destacado proporciona una idea de la
complejidad de la realidad criminológica. Esta complejidad exige un método que sea capaz
de establecer todos sus aspectos y que proporcione una visión de síntesis. Para lograrlo, la
Criminología aplica los métodos de las disciplinas que la integran (Antropología,
Psicología, Sociología) y en general de todas las ciencias del hombre. Su metodología tiene
como centro la observación y toma en cuenta los diversos procedimientos sociológicos,
asentados en gran parte sobre bases estadísticas. Los dos instrumentos más eficaces son la
observación individual y la estadística, aunque esta última ofrezca un alto margen de error,
debido, entre otras causas, a la llamada "cifra negra".

Delito, delincuente, víctima y control social como objetos de la criminología.

El Delito.
Uno de los rasgos más acusados de la moderna Criminología es la progresiva
ampliación y problematización del objeto de la misma.
La Criminología se ocupa del delito. Pero el delito interesa, también, a otras
ciencias, disciplinas y ramas del saber: la Filosofía, la Sociología, el Derecho Penal, etc.
procede, pues, delimitar el concepto de delito que utiliza la Criminología, por dos razones:
porque no existe un concepto único, unívoco, pacífico de delito y porque la autonomía
científica de la Criminología debe permitir a ésta la determinación de su propio objeto, sin
someterse a las definiciones de delito que procedan de otros ámbitos o instancias.
Existen, en efecto, numerosas nociones de "delito". El Derecho Penal. Por ejemplo,
se sirve de un concepto formal y normativo, impuesto por exigencias ineludibles de
legalidad y seguridad jurídica: delito es toda conducta prevista en la ley penal y solo
aquella que la ley castiga.
La Filosofía y la Ética acuden a otras pautas e instancias más allá del Derecho
Positivo: el orden moral, el natural, la razón, etc.
Pero ninguno de estos conceptos de delito puede ser asumido, sin más, por la
Criminología. El jurídico penal constituye su obligado punto de partida pero nada más,
porque el formalismo y el normativismo jurídico resultan incompatibles con las exigencias
metodológicas de una disciplina empírica como la criminología.
El concepto filosófico de "delito natural" (tanto en su versión positivista como en la
iusnaturalista) tampoco se adviene a las necesidades de la Criminología. Finalmente, el
concepto sociológico de "conducta desviada" adolece de semejantes limitaciones.
La Criminología Clásica, dócil y sumisa a las definiciones jurídicas formales de
delito, hizo del concepto de delito una cuestión metodológica prioritaria.

No así la moderna Criminología, consciente de la problematización de aquél, que se


interesa sobre todo por temas de mayor transcendencia, por ejemplo, las funciones que
desempeña el delito como indicador de la efectividad del control social, su volumen,
estructura y movimiento, el reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales,
etc.
Hasta tal punto ha pedido interés el debate academicista sobre el concepto
criminológico de delito que un sector doctrinal sugiere utilizar el que más corresponda a las
características y necesidades de la concreta investigación criminológica.
Para la Criminología el delito se presenta, ante todo, como "problema social y
comunitario", caracterización que exige del investigador una determinada actitud para
aproximarse al mismo. Es un problema de la comunidad, nace en la comunidad y en ella
debe encontrar fórmulas de solución positivas.
Los problemas sociales reclaman una particular actitud en el investigador, que la
Escuela de Chicago denominó Empatía
.- Interés, aprecio, fascinación por un profundo y doloroso drama humano y comunitario.
Contraria a la Empatía es la actitud cansina e indiferente Tecnocrática, de quienes abordan
el fenómeno criminal como cualquier otro problema, olvidando su trasfondo aflictivo, su
amarga realidad como conflicto interpersonal y comunitario. O la estrictamente Formalista
que ve en el delito un mero supuesto de hecho de la forma penal, el antecedente lógico de la
consecuencia jurídica. Y por supuesto existe la respuesta Insolidaria de quienes lo
contemplan como un "cuerpo extraño" a la sociedad, producto de la anormalidad o
patología de su autor.
El crimen no es un tumor, ni una epidemia o lacra social, ni un cuerpo extraño ajena
a la comunidad, ni una anónima magnitud estadística referida al ficto e irreal "delincuente
medio" sino un doloroso problema humano y comunitario.

El Delincuente
La Criminología se ocupa, como es lógico, del delincuente: de la persona del
infractor.
La persona del delincuente alcanzó su máximo protagonismo como objeto de las
investigaciones criminológicas durante la etapa positivista. El principio de la diversidad que
inspiró la Criminología tradicional convirtió a éste en el centro casi exclusivo de la atención
científica.
En la moderna Criminología, sin embargo, el estudio del hombre delincuente ha
pasado a un segundo plano, como consecuencia del giro sociológico experimentado por
aquella y de la necesaria superación de enfoques individualistas en atención a objetivos
político criminales. El centro de interés de las investigaciones se desplaza prioritariamente
hacia la conducta delictiva misma, la víctima y el control social.
Pero más significativo es la imagen que se profesa del hombre delincuente: con el
prototipo de criminal se opera en la Criminología, porque son muchas y controvertidas las
concepciones que se sustentan sobre el delito y el delincuente.
Cuatro respuestas son paradigmáticas: la Clásica, la Positivista, la correccionalista
y la marxista.
- El Mundo Clásico partió de una imagen sublime, ideal, del ser humano como centro del
universo, como dueño y señor absoluto de sí mismo, de sus actos. El Dogma de la Libertad
hace iguales a todos los hombres (sin diferencias entre el hombre delincuente y no
delincuente) y fundamenta la responsabilidad: el absurdo comportamiento delictivo solo
puede comprenderse como consecuencia del mal uso de la libertad en una concreta
situación, no a pulsiones internas ni a influencias externas. El crimen, pues, hunde sus
raíces en un profundo misterio o enigma. Para los Clásicos, el delincuente es un pecador
que optó por el mal, pudiendo y debiendo haber respetado la ley.

- El Positivismo Criminológico por el contrario, destronaría al hombre, privándole de su


centro y de su reinado, al negar el libérrimo control del mismo sobre sus actos y su
protagonismo en el mundo natural, en el universo y en la historia. El hombre, según Ferri
no es el rey de la Creación, como la tierra no es el centro del universo, sino una
combinación transitoria, un combinación química que puede lanzar rayos de locura y de
criminalidad. El Positivismo Criminológico inserta el comportamiento del individuo en la
dinámica de causas y efectos que rige el mundo natural o el mundo social: en una cadena de
estímulos y respuestas, determinantes internos (biológicos) o externos (sociales), explican
su conducta. Para el Positivismo Criminológico, el infractor es un prisionero de su propia
patología (determinismo biológico) o de procesos causales ajenos al mismo (determinismo
social): un esclavo de su herencia, encerrado en sí, incomunicado de los demás, que mira al
pasado y sabe, fatalmente escrito, su futuro: un animal salvaje y peligroso.

- La Filosofía Correccionalista pedagógica, pietista, ve en el criminal un ser inferior,


minusválido, incapaz de dirigir por sí mismo (libremente) su vida, cuya débil voluntad
requiere la eficaz y desinteresada intervención tutelar del Estado. El delincuente aparece
ante el sistema como un menor de edad, desvalido.

- El Marxismo, por último, responsabiliza del crimen a determinadas estructuras


económicas, de suerte que el infractor deviene mera víctima inocente y fungible de
aquellas: la culpable es la sociedad.

La víctima del delito.


Ha padecido un secular y deliberado abandono. Disfrutó su máximo protagonismo
durante la justicia primitiva, siendo después drásticamente "neutralizadas" por el sistema
legal moderno.

En el denominado "Estado Social de Derecho", aunque parezca paradójico, las


actitudes reales hacia la víctima del delito oscilan entre la compasión y la demagogia, la
beneficencia y la manipulación. La Victimo logia ha impulsado durante los últimos lustros
un proceso de revisión científica del "rol" de la víctima en el fenómeno criminal.
Protagonismo, neutralización y redescubrimiento son, pues, tres temas que podrían reflejar
el estatus de la víctima del delito a lo largo de la historia.
El abandono de la víctima del delito es un hecho incontestable que se manifiesta en
todos los ámbitos: en el Derecho Penal (sustantivo y procesal), en la Política Criminal, en la
Política Social, en las propias Ciencias Criminológicas. El sistema legal define con
precisión los derechos del inculpado, sin que dicho garantismo a favor del presunto
responsable tenga como lógico correlato una preocupación semejante por los de la víctima.
Las siempre escasas inversiones públicas parecen destinarse siempre al penado (nuevas
cárceles, infraestructura, etc.), como si la resocialización de la víctima no fuera un objetivo
básico del Estado "Social" del derecho.
El abandono de la víctima del delito, desde luego, se aprecia tanto en el ámbito
jurídico, como en el empírico y en el político. El Sistema legal (el proceso) nace ya con el
propósito deliberado de "neutralizar" a la víctima, distanciando a los dos protagonistas
enfrentados en el conflicto criminal, precisamente como garantía de una aplicación serena.
Objetiva e institucionalizada de las leyes al caso concreto. La experiencia había demostrado
que no puede ponerse en manos de la víctima y sus allegados la respuesta del agresor. La
consecuencia de tal fenómeno es muy negativa y de hecho, ha podido ser constatada en
investigaciones empíricas. El infractor, de una parte, considera que su único interlocutor es
el sistema legal, y que solo ante éste contrae responsabilidades. Y olvida para siempre a su
víctima. Ésta se siente maltratada del sistema legal: percibe el formalismo jurídico, su
criptolenguaje y decisiones como una inmerecida agresión, fruto de la insensibilidad, el
desinterés y el espíritu burocrático de aquél.
Tiene la impresión, no siempre infundada, de actuar como mera coartada o pretexto
de la investigación procesal, como objeto y no como sujeto de derecho, lo que ahondará el
distanciamiento entre la víctima y el sistema legal.
Tampoco es alentador, finalmente, el panorama para la víctima en las esferas de
decisión política porque el estado "social" de Derecho conserva demasiados hábitos y
esquemas del estado liberal individualista. El crimen sigue siendo un fatal accidente
individual, a todos los efectos: la solidaria reparación del daño y la resocialización de la
víctima, una meta lejana.
La Victimo logia ha llamado la atención sobre la necesidad de formular y ensayar
programas de asistencia, reparación, compensación y tratamiento de las víctimas del delito.
Cuatro de ellos merecen una mención particular:

1º.- Programa de asistencia Inmediata


.- Ofrecen servicios relacionados con las necesidades más imperiosas, de tipo material,
físico psicológico, que experimentan las víctimas de determinados delitos frecuentemente
no denunciados. Sus destinatarios son, pues, colectivos muy específicos (ancianos, mujeres
violadas o maltratadas, etc.). Corren a cargo, por lo general, de instituciones privadas
(religiosas, de ámbito local) que desarrollan y gestionan tales programas con plena
autonomía e independencia de la Administración, o bien en un régimen de concierto con
ésta.

2º.- Programas de reparación o restitución a cargo del propio infractor


(Restitución).- Tratan estos programas de instrumentar la reparación del daño o perjuicio
padecido por la víctima a través del pago de una cantidad de dinero, de realización de una
determinada actividad o de la prestación de ciertos servicios por el infractor mismo en
beneficio de la víctima.

3º.- Programa de compensación a la víctima


.- La particularidad de los mismos estriba en el carácter público de los fondos con que se
financian y el carácter monetario de las prestaciones que, en forma de seguros o
indemnizaciones, ofrecen a las víctimas de ciertos delitos, con el objeto de satisfacer parte
de los costes de dicha victimización. El estado asume unos costes que tienen su origen en el
propio fracaso en la prevención del delito.

4º.- Programas de asistencia a la victima-testigo


.- Se dirigen, específicamente, a la víctima que ha de intervenir como testigo en el proceso,
por lo que no solo se orientan en provecho de la víctima sino en interés propio del sistema
que necesita de su cooperación.
Concepto penal y concepto criminológico de delito
El Derecho Penal, se sirve de un concepto formal y normativo, impuesto por
exigencias ineludibles de legalidad y seguridad jurídica: delito es toda conducta prevista en
la ley penal y solo aquella que la ley penal castiga.
Este concepto no puede ser asumido sin más por la Criminología. El concepto
jurídico penal constituye su punto de partida, pero nada más, porque el formalismo y el
normativismo jurídico resultan incompatibles con las exigencias metodológicas de una
disciplina empírica como la Criminología.
La Criminología se ocupa de hechos irrelevantes para el Derecho Penal (el llamado
"campo previo" del crimen, la "esfera social" del infractor", la "cifra negra", conductas
atípicas pero de singular interés Criminológico como la prostitución o el alcoholismo, etc.).
A la Criminología interesa no tanto la calificación formal, correcta, de un suceso
penalmente relevante la imagen global del hecho y de su autor: la etiología del hecho real,
su estructura interna y dinámica, formas de manifestación, técnicas de prevención del
mismo y programas de intervención del infractor, etc.
La Criminología Clásica, dócil y sumisa a las definiciones jurídicas formales de
delito, hizo del concepto de delito una cuestión metodológica prioritaria.
No así la moderna Criminología, consciente de la problematización de aquél, que se
interesa sobre todo por temas de mayor transcendencia, por ejemplo, las funciones que
desempeña el delito como indicador de la efectividad del control social, su volumen,
estructura y movimiento, el reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales,
etc.
Hasta tal punto ha pedido interés el debate academicista sobre el concepto
criminológico de delito que un sector doctrinal sugiere utilizar el que más corresponda a las
características y necesidades de la concreta investigación criminológica.
La teoría del delito natural
Garófalo se propone encontrar un "delito natural"; hasta los ensayos de los
criminólogos norteamericanos que tratan de hallar un concepto sociológico.
El concepto de delito natural es un concepto valorativo que sustituye a las
denostadas valoraciones legales por valoraciones socioculturales. La inexistencia de
criterios generalizadores válidos y la imposibilidad de elaborar un catálogo cerrado,
exhaustivo, de "delitos naturales" demuestran que esta categoría carece de operatividad.
Que no aporta un marco conceptual sólido y definido al quehacer criminológico.
La teoría del delito Natural apunta una serie de conductas nocivas, para cualquier
sociedad y en cualquier momento, con independencia incluso de las propias valoraciones
legales cambiantes. Su definición, sin embargo, decepciona, ya que difícilmente puede
elaborarse un catálogo absoluto y universal de crímenes, y menos aún en torno a conceptos
tan ambiguos como los de "piedad" y "probidad" prescindiendo de los mandatos legales.

Problematización y relativización del concepto criminológico de delito


Para la Criminología el delito se presenta, ante todo, como "problema social y
comunitario", caracterización que exige del investigador una determinada actitud para
aproximarse al mismo. Es un problema de la comunidad, nace en la comunidad y en ella
debe encontrar fórmulas de solución positivas.
Los problemas sociales reclaman una particular actitud en el investigador, que la
Escuela de Chicago denominó Empatía
.- Interés, aprecio, fascinación por un profundo y doloroso drama humano y
comunitario. Contraria a la Empatía es la actitud cansina e indiferente Tecnocrática, de
quienes abordan el fenómeno criminal como cualquier otro problema, olvidando su
trasfondo aflictivo, su amarga realidad como conflicto interpersonal y comunitario. O la
estrictamente Formalista que ve en el delito un mero supuesto de hecho de la forma penal,
el antecedente lógico de la consecuencia jurídica. Y por supuesto existe la respuesta
Insolidaria de quienes lo contemplan como un "cuerpo extraño" a la sociedad, producto de
la anormalidad o patología de su autor.
El crimen no es un tumor, ni una epidemia o lacra social, ni un cuerpo extraño ajena
a la comunidad, ni una anónima magnitud estadística referida al fictio e irreal "delincuente
medio" sino un doloroso problema humano y comunitario.

La Escuela Clásica

En los siglos XVII y XVIII surgieron nuevas clases sociales, como por ejemplo los
mercaderes, banqueros y los hombres de negocio ( los burgueses ), llamada esta época
como la Era de las Luces. El esfuerzo de mucho trabajo, el pensamiento racional fueron
causas que hizo que la Ética Protestante despertara para que las personas alcanzaran su
éxito personal. Comenzaron a surgir nuevos cambios en la manera de pensar, alcanzando un
auge las ciencias en la búsqueda de las normas legales y desplazando los erróneos caminos
de Dios. Gracias a esto se dieron cuenta que el hombre a través de la razón experimento los
dolores y placeres, por tal motivo el Estado dejo de ser observado como una entidad divina,
que imponía sus castigos y reglas para todos los ciudadanos, sino que se exigió que siguiera
los dictados de la razón.

La reforma clásica tuvo sus inicios en la última mitad del siglo XVIII en Inglaterra e
Italia y se extendió a Europa Occidental y ha EUA de allí en adelante. Teniendo en cuenta
que lo mas importante es que la Escuela Clásica no existió como tal desde el punto de vista
histórico, sino que gracias a ENRRICO FERRI, que comenzó a llamarle clásicos a los
juristas pre positivistas y posteriores a BECCARIA.

BECCARIA en 1764 escribió una obra con el nombre de De Delitos y Castigos, esta
obra fue escrita tan solo cuando el constaba con 26 años de edad. El trataba de encontrar la
igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, Escribir las leyes para que pudiera ser
comprendida por todos los individuos y no solo por máximos juristas y sobre todo que la
interpretación de esta no se pudiera dar de una forma desviada a la moral por los juristas o
jueces y por último el de limitar el ámbito de las leyes penales al mínimo necesario para
minimizar el delito.
POSTULADOS DE LA ESCUELA CLASICA

La Escuela Positiva

Esta es todo lo contrario a la Escuela Clásica, la Escuela Positiva si tuvo una


existencia real, con un grupo de juristas que retaron a otros juristas del campo para poder
imponer sus ideas. Una clase de intelectuales que hacen de LOMBROSO un jefe y sus
conocimientos una doctrina.

la escuela positiva consiste en lo siguiente: estudiar al delito, primero en su génesis natural,


y después en sus efectos jurídicos, para adaptar jurídicamente a las varias causas que lo
producen los diversos remedios, que por consiguientes serán eficaces debido a los excesos
de la escuela clásica, nace la escuela positiva. Todo se debió al abuso de la dogmática, al
olvido del hombre delincuente a sus creencias de haber de haber agotado la problemática
jurídico-penal.

El principal medio de difusión de esta escuela fue la revista "archivi di psichiatria, scienze
penali e antropología crimínale". la vida de esta escuela ha sido agitada y fecunda, llena de
aciertos y de errores también, así como ha tenido muchos que la apoyan también están los
que la contradicen.

La escuela criminal positívanos consiste únicamente, en el estudio antropológico


del criminal, pues constituye una renovación completa, un cambio radical de método
científico en el estudio de la patología social criminal, y de los que hay de más eficaz entre
los remedios sociales y jurídico que nos ofrece. la ciencia de los delitos y de las penas era
una exposición doctrinal de silogismos, dados a luz por la fuerza exclusiva de la fantasía
lógica; nuestra escuela ha hecho de ello una ciencia de observación positiva, que,
fundándose en la antropología, la psicología y la estadística criminal, y así de como el
derecho penal y los estudios penitenciarios, llega a ser la ciencia sintética que yo mismo la
llamo sociología criminal, y así esta ciencia, aplicando el método positivo al estudio del
delito, del delincuente y del medio, no hace otra cosa que llevar a la ciencia criminal
clásica el soplo vivificador de las ultimas e irrefragables conquistas hechas por la ciencia
del hombre y de la sociedad, renovada por las doctrinas evolucionistas "

Dentro de los representantes e esta escuela, tenemos a LOMBROSO, FERRI Y


GAROFALO, esto no quiere decir que sean todos sino que con ellos son con los cuales se
marca el principio de una corriente que llegaría con fuerza hasta nuestros días.

Postulados de la escuela positivista


Escuela Social

Esta apoyada por el filosofo DURKHEIM, esta escuela no tiene su fundamento en


el contrato sino en la dialéctica. Esta escuela tiene antecedentes en la Lyon, en especial en
Lacassagne, en la cartográfica y en la de intersicologia con Tarde. Son famosas las
sentencias lapidarias de Lacassagne: "Las sociedades tienen los criminales que se merecen
y el medio social es el caldo del cultivo de la criminalidad mientras que el microbio es el
criminal" 7.

Para la escuela social, el presupuesto operante es el de la desigualdad material y la


división del trabajo, y no el de la igualdad del contrato.

La responsabilidad penal es individual, pero requiere una depuración de las fuerzas


sociales.

Su sistema jurídico busca ante todo una justicia social y tiene un criterio político
que busca la comprensión y mejoras sociales.

Tratándose del delincuente, la escuela social realiza los estudios de estos bajo un enfoque
sociológico., la patología se desplaza del campo individual al social. Esta escuela introduce
el estudio de la motivación en el delincuente y hace la medición punitiva con base en
factores objetivos y subjetivos., desde luego la lista de factores subjetivos la amplia, y a
mas de esto, no solo reconoce la atenuación punitiva derivada de ambas factores sino que
llega también a admitir la exclusión de responsabilidad. La escuela social fue la primera en
hacer la distinción entre lo patológico y lo no patológico, con énfasis en lo no patológico.

La clasificación de delito y delincuente, Esta escuela nos dice que es normal,


quedando a salvo la anormalidad biológica y psicología del delincuente. Tiene una
interpretación legal Psicosocial jurídica. Esta escuela permite un fuerte avance de la
criminología, y con el favorece la maduración de la misma hacia una ulterior integración,
todavía inexistente, con el derecho penal.

El mérito principal de la escuela social radica en introducir el concepto de "función


social del derecho”, en el cual, la ley aparece como el mejor mecanismo para lograr una
justa composición y un equitativo desarrollo de la sociedad. Este concepto de función social
a su vez introdujo cambios de la mayor importancia en el derecho privado y en el derecho
público, por ejemplo, con las figuras del abuso del derecho y de la expropiación,
respectivamente y dio comienzo a la eliminación de la arraigada separación tajante entre lo
privado y lo público, división sobre la cual se basan todos los sistemas jurídicos.

Escuela Anómmica

Su fundamento teórico está basado en la anomia, situación en la cual el desarrollo


social desborda al control institucional. El presupuesto operandi esta fundamentado en la
desigualdad material y una mayor división del trabajo. Sigue la responsabilidad en el
campo individual pero aparece la tendencia a socializarla.

La finalidad del sistema jurídico está basada en el hallazgo del nivel natural en la
meritocrasia. El enfoque es sociológico y se dirige a la contracultura, pero no a la cultura.
Solo el proletario aparece representado en las estadísticas de criminalidad. Desde luego la
escuela anomica no hace caso omiso de la motivación en el delincuente, pero, en verdad,
tampoco hace de este aspecto su principal punto de meditación, puesto que la motivación
importante no esta en el individuo sino en la sociedad.

Al centrar el foco eruptivo de la delincuencia en la sociedad y no en el individuo, la


medición punitiva en si pierde importancia pues resulta de poca utilidad en el tratamiento
de la delincuencia mantenida erróneamente dentro de rigurosos esquemas individuales.
Empieza otro tipo de cuestionamiento en derredor de la facultad punitiva.

EL principal aporte fue el punto víctima de las peores criticas y rechazos:


interpretación de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy representada en las cifras
policiales de criminalidad.

Escuela Ecológica

Su fundamento teórico es el que la formación de la sociedad es orgánica y no


contractual. El presupuesto operandi está basado en la desigualdad material y muy grande
división del trabajo. Su responsabilidad deja de ser individual y se convierte en social y
grupal. El hallazgo del equilibrio biótico-social es la finalidad del sistema jurídico.

El principal aporte de esta Escuela Ecológica, con sede en Chicago y producto de


las inmigraciones incontroladas de europeos, es la interpretación de la delincuencia de la
mafia.

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