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VISTO.
CONSIDERANDO.-
Las cifras demuestran que el endeudamiento promedio supera con creces los ingresos del
grupo familiar, esto es fácilmente comprobable, ya que de acuerdo a la información
estadística al primer semestre del año 20191 demuestra que existen más de 4.600.000 de
personas que mantienen en el sistema al menos una cuota morosa, ello, sin contar otra clase
de créditos de tipo financiero, como los “créditos automotrices” que no son contabilizados
para estos efectos. En términos de cuantía, se ha estimado como promedio, $1,7 millones
de deuda por chileno, por lo cual se plantean modificaciones para lograr que la ley de
insolvencia cubra un mayor número de deudores que quieran resolver su situación.
Hoy en día, bancos e instituciones financieras, junto a grandes tiendas comerciales, tienen
créditos vigentes por cobrar a millones de personas de la más diversa cohorte social,
1
https://www.defensadeudores.cl/nuevo-record-46-millones-de-morosos-en-chile/
quienes, por un retraso de pocos días, se ven en peligro de perder sus bienes en
procedimientos ejecutivos y eventuales embargos, ya que debido a su precaria situación
económica están impedidos de pagar altos montos de una sola vez.
Estos factores, fueron algunos de los que se tuvieron en cuenta al momento de tramitar la
ley 20.720 sobre Insolvencia y Reemprendimiento, por medio de la cual se permite
reorganizar o liquidar los pasivos y activos de una empresa o persona deudora. Sin
embargo, en dicha ley, subsisten diversos vacíos y enfoques equivocados que a nuestro
juicio entorpecen su aplicación y dificultan que cumpla con el rol que fue llamada a jugar.
Respecto a los deudores derivados del Crédito con Aval del Estado, esta iniciativa legal
busca corregir las enormes desigualdades e injusticias que se han cometido respecto de
ellos. A saber, si bien se ha intentado incluirlos, vía judicial, en el procedimiento de
insolvencia que la ley 20.720 trata, la Corte Suprema ha dejado en claro que se deben
excluir las deudas generadas por el Crédito con Aval del Estado en la colación de las
2
https://www.superir.gob.cl/wp-content/uploads/2019/07/CIFRAS-PRIMER-SEMESTRE.pdf
deudas a ser liquidadas en el procedimiento. Dentro de los argumentos del máximo tribunal
para llegar a esta conclusión, se ha esgrimido el carácter de especial de la ley 20.027 -CAE-
respecto a la 20.720 -Ley de Insolvencia y Reemprendimiento-, basado en la interpretación
del artículo 8° de este último cuerpo legal, que señala que “Las normas contenidas en leyes
especiales prevalecerán sobre las disposiciones de esta ley.”.
Además, se adhiere al argumento que señala que ese crédito es una “deuda de interés
social” al estar contenido en una ley cuyo supuesto objetivo era “ampliar la cobertura en el
sistema de educación superior” y, por consiguiente, no es una “deuda comercial” como las
que se busca liquidar con el procedimiento de la ley 20.720.
Sin embargo, diferimos ampliamente de ambos argumentos, toda vez que, sobre el
particular, vemos que coexisten varias asimetrías en materia crediticia. En primer lugar se
ha señalado por la Corte Suprema que “la aplicación del procedimiento concursal de
liquidación voluntaria, en caso alguno alcanza a los créditos con garantía estatal, toda vez
que contempla normas procedimentales diversas, teniendo un fin absolutamente distinto a
la Ley N° 20.720, ya que estas normas atienden a créditos con fines comerciales, derivadas
de emprendimientos y en caso algunos a deudas relacionadas a los costos de los estudios en
educación superior, lo cual, como ya se ha dicho, tienen un fin asistencial, puesto que se
trata de un crédito de carácter social”3.
Pese a lo anteriormente señalado, no es dable considerar las deudas emanadas del crédito
CAE, como deudas de “interés social”, ya que, si bien al momento del otorgamiento pueden
haberse considerado los antecedentes socioeconómicos, en su etapa de cobro o ejecución,
dichas deudas son cobradas en términos análogos a las deudas “comerciales”, en atención
que, ante los tribunales, la banca no hace diferencia entre un tipo de deuda y otro, todo ello
sin considerar la enorme antijuridicidad del carácter de “imprescriptible” de las deudas del
CAE, igualándolo al tratamiento de los crímenes de lesa humanidad en nuestro
ordenamiento. Todo lo anterior, creando un “traje a la medida” para cierto sector de la
banca que se ha visto beneficiado con la laxa regulación de este tipo de créditos. En
3
Sentencia Corte Suprema, 9 de mayo de 2017, rol 4656-2017
concordancia con lo anterior, se deben efectuar las adecuaciones legales, atendido a que, en
la práctica judicial y comercial, este tipo de créditos han tenido el mismo tratamiento que
los llamados “comerciales”, por lo que deben igualarse las condiciones de ambos frente a
un procedimiento de insolvencia general como la tratada por la ley 20.720.
Luego, respecto del carácter de especialidad de una ley sobre otra, podría pensarse que es
correcto, ya que la 20.027 trata un tipo específico de créditos, como lo es el CAE, mientras
que la ley 20.720, trata de un procedimiento general sin distinción al tipo de crédito. Cabe
señalar que, no adherimos a esta argumentación de la Corte Suprema, toda vez que
estimamos que se comparan dos normas legales con un criterio equivocado, ya que la ley
20.027 sobre el CAE no es una norma que regule procedimientos concursales 4, a diferencia
de la ley 20.720 que si lo hace, por lo cual, se cae el argumento de que la ley del CAE
prime por criterio de “especialidad” sobre la ley de Insolvencia.
Hacemos nuestro el argumento en virtud del cual, “si basta una ley especial para solicitar la
exclusión de un crédito, el procedimiento concursal de liquidación quedará vacío y sin
sentido; por el contrario, si solo procede la exclusión debido a una ley concursal especial,
muchos créditos dignos de una tutela (igual o superior a un crédito CAE), como, por
ejemplo, un crédito por alimentos deberá ingresar al concurso y extinguirse en caso de no
ser íntegramente pagado”.5
Finalmente, es el propio espíritu de la ley 20.720 de dar una salida, un nuevo comienzo o
fresh start como se denomina en derecho comparado a los deudores, por lo cual han de
hacerse las adecuaciones legales necesarias para que dicho espíritu se cumpla.
Por las razones anteriormente señaladas, tengo a bien presentar la siguiente iniciativa legal.
PROYECTO DE LEY.-
4
CABALLERO GERMAIN, Guillermo, “La exclusión de un crédito del procedimiento concursal
de una empresa deudora. Sentencia Corte Suprema, 9 de mayo de 2017, rol 4656-2017”, Revista
chilena de Derecho Privado, N.º 29, pp. 347-361 https://scielo.conicyt.cl/pdf/rchdp/n29/0718-0233-
rchdp-29-0347.pdf
5
Ibidem, pp. 14
ARTÍCULO PRIMERO.- Introdúzcase las siguientes modificaciones a la ley 20.720 que
sustituye el régimen concursal vigente por una ley de reorganización y liquidación de
empresas y personas, y perfecciona el rol de la superintendencia del ramo, en el siguiente
sentido:
2. Sustitúyase, el inciso segundo del artículo 260, por uno nuevo del siguiente tenor:
“La Persona Deudora podrá someterse a un Procedimiento Concursal de
Renegociación si tuviere dos o más obligaciones vencidas, actualmente exigibles,
provenientes de obligaciones diversas, cuyo monto total sea superior a 40 unidades
de fomento.”
4. Sustitúyase, en el artículo 261, el literal e), por uno del siguiente tenor: “e) Una
declaración jurada en que conste que es Persona Deudora o que, habiendo iniciado
actividades comerciales, haya prestado servicios por un monto igual inferior a 250
unidades de fomento durante los veinticuatro meses anteriores a la presentación de
la referida solicitud, y”
6
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/105844/Analisisorganizacional.pdf?
sequence=3&isAllowed=y
ARTÍCULO SEGUNDO.- Introdúzcase las siguientes modificaciones a la ley 20.027 que
establece normas para el financiamiento de estudios de educación superior, en el siguiente
sentido:
2. Reemplácese, en artículo 14 inciso quinto, la frase “desde ese momento” por “en
seis meses desde dicho evento”
3. Suprímase el artículo 17
SENADORA DE LA REPÚBLICA