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La cátedra Calzetta de Psicología Evolutiva Niñez dedicó el espacio de
su último teórico para la exposición de uno de los proyectos que está llevando
a cabo en la última década: la escritura en pacientes autistas.
La cátedra Calzetta de Psicología Evolutiva Niñez dedicó el espacio de
su último teórico para la exposición de uno de los proyectos que está llevando
a cabo en la última década: la escritura en pacientes autistas.
La cátedra Calzetta de Psicología Evolutiva Niñez dedicó el espacio de
su último teórico para la exposición de uno de los proyectos que está llevando
a cabo en la última década: la escritura en pacientes autistas.
La cátedra Calzetta de Psicología Evolutiva Niñez dedicó el espacio de
su último teórico para la exposición de uno de los proyectos que está llevando a cabo en la última década: la escritura en pacientes autistas. Para ello, comenzaron realizando una introducción de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), definida como una patología donde todas áreas del desarrollo evolutivo se ven afectadas. Entre esta categorización se encuentran el Autismo, Síndrome de Rett, Síndrome Desintegrativo Infantil, Síndrome de Asperger y Otros no especificados. Haciendo hincapié en los desarrollos de Leo Kanner (EE.UU., 1943) conceptualizaron al autismo como un trastorno de la comunicación, el comportamiento (con predominancia de actividades repetitivas y estereotipadas) y la integración social. A su vez, puntualizaron una serie de indicadores para su temprana detección: - No interacción visible - Déficit social - Carecen de sentido común de las reglas sociales - Alteraciones en el lenguaje y de comunicación (por ejemplo: ecolalias) - No presentan atención conjunta (foco mensual mutuo) - Suelen faltar objetos transicionales (o bien su existencia es muy rara)
Enriqueciendo su exposición con datos estadísticos y recorriendo las
distintas terapias actualmente utilizadas (psicoanalítica y cognitiva), señalaron que la finalidad de su proyecto es focalizar y lograr una aproximación a la subjetividad de los niños autistas. Objetivo superador a la propuesta de ‘cuasi- adiestramiento’ que practican otras corrientes. Para ello, pusieron en práctica un dispositivo donde el sujeto tuviese a su disposición un panel alfanumérico, una computadora y el sostén físico de un profesional para poder acceder a la escritura. Con el soporte de videos, mostraron los progresos en casos de suma gravidez, demostrando así sus hipótesis: los pacientes autistas no carecen de subjetividad, sino que incluso se ven sometidos a un gran sufrimiento psíquico. En algunos casos, se llegó a demostrar que el sujeto ya había aprendido a leer, previo a la escritura, correspondiendo de tal manera a una lógica propia, pero a su vez, muy distinta operativamente al desarrollo esperable.
Considero a la siguiente pregunta como eje en este trabajo: ¿es el sujeto
autista el que debe adaptarse a nuestra lógica, o bien, nosotros como parte de la disciplina psicológica deberíamos facilitar los canales para hacer el camino inverso?
Partiendo de las bases que el comportamiento autista debe entenderse
como una serie de defensas que buscan aminorar la tensión traumática que despiertan las interacciones con el entorno, es de suma importancia el trabajo puntual e individual, uno a uno, para poder dar con la estrategia apropiada.
Si bien el trabajo será arduo y muy demandante, poder trazar los
puentes entre subjetividades, será el camino más fecundo a recorrer. Muy probablemente, ambas partes podrán realizar un intercambio de inimaginables beneficios.