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La ansiedad: su relación con el IMC y el ejercicio aeróbico.

Vargas Linas Mónica Berenice, Nava Sandoval Vanessa Jaret

Resumen
Aunque la obesidad se considera un problema de salud mundial, poco se sabe sobre su
relación con la ansiedad y del efecto que podría tener el ejercicio en esta sintomatología.
Debido a esto se planteó comprobar que hay diferencias en los niveles de ansiedad entre
las mujeres que realizan ejercicio aeróbico y aquellas que no lo realizan. Mediante un
diseño cuasi experimental de grupos de comparación no equivalentes, en el que
participaron 128 mujeres mexicanas de entre 25 a 60 años; se encontró una relación
significativa entre el IMC y las escalas Ansiedad-Rasgo y Ansiedad-Estado, además se
identificó una diferencia significativa entre el grupo que hacía ejercicio y el que no lo hacía.
Aunque no es posible establecer una relación unidireccional entre la obesidad y la
ansiedad, la forma en que percibimos las situaciones amenazantes y la práctica de
ejercicio suelen relacionarse con menores niveles de ansiedad.

INTRODUCCIÓN

Planteamiento del problema

¿Existen diferencias en los síntomas de ansiedad en mujeres de 25 a 60 años con sobrepeso

u obesidad que hacen ejercicio aeróbico comparado con mujeres que no lo realizan?

Justificación

Aunque la obesidad es considerada un problema de salud tanto a nivel mundial como en

nuestro país se sabe muy poco sobre su relación con la ansiedad, siendo, este último,

también uno de los trastornos psicológicos más frecuentes en la población. Específicamente


en las mujeres, estos dos problemas de salud se han incrementado en las últimas décadas y

lo estudios han demostrado que el ejercicio físico además de disminuir el peso corporal

también se relaciona con una disminución de los síntomas de ansiedad, sin embargo, no se

han realizado estudios en mujeres mexicanas que establezcan una relación entre la obesidad

y la ansiedad, ni mucho menos entre el ejercicio aeróbico y la ansiedad. Sobre todo, en la

población de 25 a 60 años que corresponde a aquellas mujeres mexicanas que, debido a sus

actividades diarias, su condición física o económica no acuden a algún gimnasio, sino que

por su acceso tan fácil, suelen hacer ejercicio aérobico como correr, caminar o acuden a

clases de zumba.

Antecedentes

Actualmente se sabe que la obesidad contribuye a una variedad de problemas físicos, como

la hipertensión o la diabetes; y mediante varios estudios se ha demostrado claramente su

relación; sin embargo, no es posible afirmar lo mismo cuando se intenta relacionar la

obesidad con la salud psicológica. Becker and et al., (2001) describen que los fenómenos

psicológicos más estudiados en esta área han sido la depresión y, en menor grado la

ansiedad.

Respecto a la obesidad y los trastornos de ansiedad; Gariepy, Nikta and Schmitz (2010),

refieren que no está clara la vinculación entre ellos, pues algunos estudios identifican una

asociación mientras que otros no han podido observar una relación significativa. Una de las

explicaciones por las que se relaciona la obesidad y la ansiedad consiste en que las personas

con sobrepeso u obesidad sienten presión por obtener el control de su peso, lo cual es
molesto, especialmente después de varios intentos en los que se ha fracasado; también se ha

descrito que el estilo de vida, el consumo de dietas con muchas calorías y la falta de

ejercicio  físico además de ser causas de la obesidad también podrían aumentar el riesgo de

ansiedad en estas personas (Gariepy, Nikta and Schmitz, 2010).

Se sabe que en cualquier tratamiento de sobrepeso y obesidad se recomienda (además de la

modificación de la dieta) realizar ejercicio físico, pues se han encontrado diversos trabajos

científicos que describen tanto los beneficios físicos como los que se producen en la salud

mental. Con respecto a los efectos que se producen en la salud mental, Stathopoulou et al.

(2006) refieren que los estudios experimentales que sugieren estos beneficios se han

realizado en poblaciones clínicas diagnosticadas con depresión, ansiedad o trastornos de la

alimentación. Los resultados de estos estudios indican que mayores niveles de actividad

física se asocian con una mejor calidad en la salud psicológica de estos pacientes. Por otro

lado, el mismo autor menciona que también se han realizado estudios en poblaciones

generales, por ejemplo, un estudio realizado en la población de Finlandia sugiere que las

personas que hacían ejercicio al menos dos a tres veces a la semana experimentaron

significativamente menos depresión, ira, estrés o desconfianza, que aquellas personas que

realizaban ejercicio con menos frecuencia o no lo practicaban en absoluto.

Sin embargo, autores como Marleen (2008) argumentan que, aunque los resultados de

estudios experimentales en poblaciones clínicas sugieren un efecto causal del ejercicio

sobre la ansiedad y la depresión, no está claro si este efecto se puede aplicar en la población

general, ya que existen otros factores que también influyen en el comportamiento del

ejercicio y la presentación de síntomas de ansiedad y depresión. Marleen (2008) consideró


la variación genética como uno de estos factores y llevó a cabo en la población un estudio

longitudinal con gemelos genéticamente idénticos, en los que encontró que el gemelo que

ejerció más no mostró menos síntomas ansiosos ni depresivos que el co-gemelo que realizó

menos ejercicio.

Stathopoulou (2006) describe que la investigación que se ha realizado sobre los

mecanismos por los cuales el ejercicio ejerce efectos positivos en la salud mental se divide

en dos grandes categorías: mediadores fisiológicos y factores psicológicos. Con respecto a

los mediadores fisiológicos se considera que el ejercicio genera cambios en el metabolismo

y la disponibilidad de neurotransmisores, por ejemplo, Brooks y sus colegas (citado en

Stathopoulou, 2006) realizaron un estudio en animales y mostraron que el ejercicio

aumentaba el recambio de serotonina, a nivel de los receptores postsinápticos 5- HT2C. En

relación con los factores psicológicos se considera que el ejercicio genera cambios en la

autoeficiencia y en la interrupción de pensamientos negativos (Stathopoulou, 2006). Craft

(2005) encontró en pacientes diagnosticados clínicamente con depresión que el ejercicio se

asociaba con un mayor uso de técnicas de distracción y una disminución en la rumiación a

lo largo del tratamiento.

Marco conceptual

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad se definen

como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

En el año 2008, 1.500 millones de adultos tenían exceso de peso. Dentro de este grupo, más
de 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesos. por lo que la

OMS declaró a la obesidad y al sobrepeso con el carácter de epidemia mundial. México no

es la excepción a la regla, al contrario, según un reporte de la Organización de las Naciones

Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en nuestro país el 32.8% de las

personas son obesas, porcentaje que nos colocaba por encima de Estados Unidos, que se

consideraba el primer lugar en obesidad con un 31.8% (Moreno, 2012).

Para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos se utiliza el Índice de Masa

Corporal (IMC), el cual es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla. Se

calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros

(kg/m2).  Según la OMS el sobrepeso corresponde a un IMC igual o superior a 25 y la

obesidad a un IMC igual o superior a 30.

La obesidad también se ha convertido en un motivo de preocupación para las autoridades

de salud debido a que suele acompañarse de consecuencias físicas, psíquicas y sociales

(Moreno, 2012). Dentro de las consecuencias psíquicas se ha relacionado con enfermedades

mentales como la depresión y la ansiedad.

La depresión es considerada un trastorno del estado de ánimo que puede tener múltiples

facetas, dependiendo del número de síntomas y no siempre obedece a las mismas

causas; mientras que la ansiedad alude a distintas manifestaciones físicas y mentales que no

se atribuyen a riesgos reales, sino que pueden manifestarse en forma de crisis o como un

estado persistente o difuso (Sierra, Ortega and Zubeidat, 2003).


Históricamente se han elaborado y aceptado varias teorías con relación a la ansiedad, sin

embargo la de mayor difusión corresponde a la Teoría Rasgo- Estado de Spielberger ,la

cual definía el Estado de Ansiedad como un estado emocional transitorio caracterizada por

una percepción subjetiva de sentimientos de aprensión y temor y , una alta activación del

Sistema Nervioso Autónomo; por lo que aquellas situaciones que fuesen percibidas como

amenazantes, con independencia del peligro real, generarían Estados de Ansiedad. El Rasgo

de Ansiedad constituirá una predisposición por parte del individuo, a percibir las

circunstancias del exterior como amenazantes y, por lo tanto, una tendencia a responder con

fuertes Estados de Ansiedad (Guijarro, 2001).

Objetivo General.

Comprobar que hay diferencias en los niveles de ansiedad entre las mujeres de 25 a 60 años

con sobrepeso y obesidad que realizan ejercicio aeróbico y aquellas que no lo realizan.

Objetivos específicos.

 Conocer la relación entre el IMC de las mujeres mexicanas de 25 a 60 años y los

síntomas de ansiedad.
 Comparar los niveles de ansiedad que se presentan entre las mujeres de esta

población que hacen algún ejercicio aeróbico y las mujeres que no realizan

ejercicio.

 Explicar las diferencias en los síntomas de ansiedad tanto en mujeres de 25 a 60

años con sobrepeso y obesidad que realizan ejercicio aeróbico como en aquellas que

no lo realizan.   

Hipótesis.

Las personas obesas y con sobrepeso presentan más ansiedad que quienes tienen un peso

normal o bajo peso.

Las mujeres de 25 a 60 años que realizan ejercicio aeróbico presentan menos ansiedad que

aquellas que no realizan ejercicio aeróbico.

MÉTODOS

Diseño de estudio

Se realizó un diseño cuasi experimental de grupos de comparación no equivalentes.

Participantes

Participaron 128 mujeres mexicanas de entre 25 a 60 años. Por muestreo no probabilístico

de tipo intencional, se seleccionaron a 64 mujeres que practicaban ejercicio aeróbico y a 64

mujeres que no practicaban ningún tipo de ejercicio.


Instrumentos

El Índice de Masa Corporal se calculó dividiendo el peso (kg) entre la altura (m) al

cuadrado (kg/m2), datos que fueron reportados por cada una de las participantes.

El Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (State-Trait Anxiety Inventory, STAI) fue

elaborado por Spielberger, Gorsuch y Lushene (1970). Consta de dos escalas

independientes, una para medir la ansiedad estado y otra para medir la ansiedad rasgo, con

un total de 40 ítems (20 para cada una de las escalas) que se presentan en un formato de

respuesta de escala Likert de 4 puntos y es autoaplicado. Fiabilidad: Consistencia

interna:0.90-0.93 (subescala Estado), 0.84-0.87 (subescala Rasgo). Fiabilidad test-retest:

0.76-083 (subescala Rasgo). Validez. Muestra correlaciones con otras medidas de

Ansiedad, como la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor y la Escala de Ansiedad de

Cattell (0.73-0.85).

Procedimiento

Estudiantes del quinto semestre de la Facultad de Psicología de la UNAM realizaron el

trabajo de campo en parques y mercados localizados en el centro de la delegación Benito

Juárez, en el Distrito Federal. Tanto a las mujeres que hacían ejercicio aeróbico como a las

mujeres que no lo hacían, se les brindó una explicación verbal sobre su participación en el

estudio y sólo a aquellas que firmaron el consentimiento informado y cumplieron con el

requisito de edad se les aplicó el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo.

Consideraciones éticas
Las participantes firmaron un consentimiento informado (Ver Anexo 2) después de la

explicación verbal sobre el estudio y no recibieron ninguna remuneración económica.

Plan de análisis

Se efectuó el análisis de correlación de Spearman para evaluar la relación de la ansiedad-

estado y ansiedad-rasgo con variables como el IMC, la frecuencia y la intensidad de

ejercicio. Para comparar ambos grupos (las que hacen ejercicio con las que no lo hacen) se

llevó a cabo la prueba paramétrica t de Student.

RESULTADOS

La muestra estuvo formada por 128 participantes, cuya edad promedio fue de 35.5 años

(SD= 9.23), con una edad mínima de 21 años y máxima de 65. En relación al IMC el valor

máximo fue 52.69 y el mínimo de 12.88, con un promedio de 26.28 (SD= 5.96).

De la muestra total, 64 mujeres (50%) hacían algún tipo de ejercicio aeróbico y 64 (50%)

no hacían ejercicio. De las 64 mujeres que hacían ejercicio aeróbico: 30 (46,7%) corrían, 26

(40.6%) asistían a clases de zumba, 3(4.7%) nadaban y otras 3 mujeres montaban bicicleta

estática. La cantidad promedio de horas en las que practicaban ejercicio fue 0.99 horas

(SD=1.22) y los meses en promedio que llevaban haciendo ejercicio correspondió a 2.64

(SD=2.97).

Después del análisis descriptivo de las variables, se encontró una asociación significativa

entre el IMC y los síntomas de ansiedad, r=0.150, p<0.05. Esta correlación significativa

también se presenta al relacionar el IMC con la Ansiedad como Estado y con la Ansiedad
como Rasgo. Además, se halló una asociación negativa entre las horas de ejercicio

dedicadas a la semana y la ansiedad, r=-0.218, p<0.01; y también entre los meses dedicados

al ejercicio aeróbico y la ansiedad, r=-0.284, p<0.01 (Ver Tabla 2).

Finalmente se halló una diferencia en las puntuaciones obtenidas de la prueba de Ansiedad,

entre las mujeres que hacen ejercicio aeróbico (M=34.62; SD=8.26) y las que no hacen

ejercicio (M=39.29; SD=10.74; t (129) =-2.76, p=0.007) siendo aquellas mujeres que hacen

ejercicio las que presentan menor nivel de sintomatología de ansiedad.

Cuando se realizó la misma prueba con las puntuaciones para la Ansiedad como Estado y

para la Ansiedad como Rasgo también se hallaron diferencias entre las mujeres que hacen

ejercicio y las que no lo hacen (Ver tabla 3).

Tabla 2.
Correlaciones
Ansiedad Ansiedad

Ansiedad Estado Rasgo

Rho IMC Coeficiente de correlación .150* .196* .174*

Sig. (unilateral) .046 .013 .025


de Spearman
N 127 127 127

Horas Coeficiente de correlación -.218** -.264** -.187*

Sig. (unilateral) .007 .001 .017

N 128 128 128

Meses Coeficiente de correlación -.284** -.315** -.251**

Sig. (unilateral) .001 .000 .002

N 128 128 128


Tabla 3.
Datos descriptivos Prueba t student
Media Desviación Estándar t gl Sig.
Ansiedad Hacen ejercicio M=34.62 SD=8.26 -2.76 129 0.007

No hacen ejercicio M=39.29 SD=10.74

Ansiedad Hacen ejercicio M=34.98 SD=8.10 -3.24 126 0.02

Estado No hacen ejercicio M=40.85 SD=12.01


Ansiedad Hacen ejercicio M=34.04 SD=7.42 -2.63 126 0.09

Rasgo No hacen ejercicio M=38.18 SD=10.14

CONCLUSIONES

De acuerdo con los resultados obtenidos en la escala de Ansiedad- Estado, las mujeres

mexicanas de 25 a 60 años de edad con obesidad y sobrepeso presentaron en ese momento

mayores niveles de ansiedad que las mujeres que tienen un peso normal; sin embargo,

también obtuvieron resultados superiores en la escala de Ansiedad- Rasgo, esta última

escala se refiere a la tendencia o predisposición a la ansiedad, es decir , que las mujeres con

sobrepeso y obesidad de acuerdo a sus características individuales son mujeres que además

tienden a percibir las situaciones como más amenazantes que las mujeres con un peso

normal y las que tienen un bajo peso, de acuerdo a la clasificación de la OMS.

Esta relación en doble sentido coincide con lo que se ha encontrado en la literatura, pues,

Gariepy, Nikta and Schimitz refieren que, aunque se puede explicar que las personas con

obesidad presentan mayores niveles de ansiedad debido a que sienten presión por obtener el
control de su peso; también el estilo de vida, el consumo de dietas con muchas calorías y la

falta de ejercicio pueden ser causas tanto de la obesidad como de la ansiedad.

Por otro lado, los resultados en la escala Ansiedad- Estado demostraron que las mujeres

mexicanas de 25 a 60 años que realizan ejercicio aeróbico presentan menos ansiedad que

aquellas que no lo realizan, además de que estos niveles son más bajos en las mujeres que

hacen ejercicio más horas a la semana y entre las mujeres que son más constantes. El que

también se hallan obtenido resultados similares en la escala Ansiedad- Rasgo al comparar

estos dos grupos de mujeres, nos indica que aquellas mujeres que hacen ejercicio tienen

menos predisposición a la Ansiedad y son aquellas que cuando practican algún ejercicio

aeróbico, suelen dedicar más tiempo o ser más constantes. Además de encontrar resultados

que demuestran uno de los beneficios psicológicos del ejercicio, también sugiere que las

personas con menos predisposición a tomar las cosas como amenazantes, son aquellas que

hacen ejercicio y tienen menos ansiedad, sin embargo, no es posible afirmar con certeza lo

anterior, ya que el presente estudio es transversal y se requiere de una investigación de

larga duración en la que además se tome en cuenta el tipo de personalidad de las mujeres

mexicana.

Otra limitación del estudio consiste en que la muestra no es representativa de toda la

población mexicana, pues sólo se realizó en mujeres de la delegación Benito Juárez en el

Distrito Federal y el estilo de vida correspondiente no sólo a nivel delegacional sino en

cada estado de la República es diferente; y las costumbres, ideas o prejuicios pueden influir

en los niveles de ansiedad de las mujeres, en su percepción de las situaciones amenazantes

e incluso en las actitudes que se tienen ante el ejercicio aeróbico.


Nuestros resultados dan lugar a futuras investigaciones de tipo control, en las que mediante

estudios experimentales se demuestre que el ejercicio como parte del tratamiento para la

obesidad disminuye los niveles de ansiedad, tomando en cuenta un solo tipo de ejercicio

aeróbico, ya que en esta investigación se consideraron cuatro: correr, zumba, natación y

montar bicicleta.

Si bien no es posible establecer una relación unidireccional entre la obesidad y la ansiedad,

la forma en que percibimos las situaciones amenazantes y la práctica de ejercicio suelen ser

factores que podrían considerarse como protectores, debido a su relación inversa con los

niveles de ansiedad.

REFERENCIAS

Becker ES., and et al., (2001). Obesity and mental illness in a representative sample of

young women. International Journal of Obesity.25 (1):55-59.

Craft L., (2005). Exercise and clinical depression: Examining two psychological

mechanisms. Psychologycal of Sport and Exercise. 6:151-171.

Gariepy G., Nitka D., and Schimitz N.,(2010).The association between obesity and anxiety

disorders in  the population: a systematic review and meta-analysis.International

Journal of Obesity. 34:407-419.


Guijarro A., and Cano A., (2001). Procesos cognitivos en el trastorno de Ansiedad

Generalizada.Revista Electrónica de Psicología.3(1).

Moreno, M., (2012) Definición y clasificación de la obesidad. Revista Médica Las Condes.

23 (2); pp;124-128.

Stathopoulou, G., et al., (2006). Exercise interventions for mental health: a quantitative and

qualitative review. Clinical Psychology Science and Practice.13 (2) :179-193.

Sierra J., Ortega V., and Zubeidat I., (marzo, 2003). Ansiedad, angustia y estrés: tres

conceptos a diferenciar.Revista malestar y Subjetividad: 3 (1) :10-59.

Stubbe, J., et al., (2008). The association between exercise participation and wellbeing: a

co-twin study. Archive of General Psychiatry. 65 (8):897-905.

      

ANEXO 1

Peso:____kg Talla:_____m Edad:______años.


¿Realizas ejercicio? Sí No
¿Qué tipo de ejercicio? Correr Zumba Nadar Montar bicicleta.
¿Cuántas horas a la semana haces ejercicio? 1-2 3-4 5 -6 más de 6
¿Durante cuántos meses lo haz realizado? 1 2 3 4 5 6 más de 6
IDARE

Inventario de Autoevaluación por


C.D Spielberger, A. Martínez Urrutia, F. González- Reigosa, I. Natalicio y R. Díaz
Guerrero.
Instrucciones: Algunas expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo.
Lea cada frase y marque con una X la casilla que indique cómo se siente ahora
mismo, o sea, en este momento. No hay contestaciones buenas ni malas. No emplee
mucho tiempo en cada frase, pero trate de dar la respuesta que mejor describa sus
sentimientos ahora.
Expresiones No en lo Un poco
absoluto Bastante Mucho
1.Me siento calmado
2. Me siento seguro(a)
3. Estoy tenso(a)
4. Estoy contrariado (a)
5. Estoy a gusto
6. Me siento alterado(a)
7. Estoy preocupado(a) actualmente por
algún posible contratiempo
8. Me siento descansado(a)
9. Me siento ansioso (a)
10. Me siento cómodo(a)
11. Me siento con confianza en mí
mismo(a)
12. Me siento nervioso(a)
13. Me siento agitado(a)
14. Me siento “a punto de explotar”
15. Me siento reposado(a)
16. Me siento satisfecho(a)
17. Estoy preocupado(a)
18. Me siento muy agitado(a) y
aturdido(a)
19. Me siento alegre
20. Me siento bien

Algunas expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo. Lea cada frase y
marque con una X la casilla que indique cómo se siente generalmente. No hay
contestaciones buenas o malas. No emplee mucho tiempo en cada frase, pero trate de
dar la respuesta que mejor describa cómo se siente generalmente.
Expresiones No en lo Un
absoluto poco Bastante Mucho
21.Me siento bien
22. Me canso rápidamente
23. Siento ganas de llorar
24. Quisiera ser tan feliz como otros parecen
serlo
25. Pierdo oportunidades por no decidirme
rápidamente
26. Me siento descansado(a)
27. Soy una persona “tranquila, serena,
sosegada”
28. Siento que las dificultades se me
amontonan al punto de no poder superarlas
29. Me preocupo demasiado por cosas sin
importancia
30. Soy feliz
31. Tomo las cosas muy a pecho
32. Me falta confianza en mí mismo
33. Me siento seguro(a)
34. Procuro evitar enfrentarme a las crisis y
dificultades
35. Me siento melancólico(a)
36. Me siento satisfecho(a)
37. Algunas ideas poco importantes pasan por
mi mente y me molestan
38. Me afectan tanto los desengaños que no
me los puedo quitar de la cabeza
39. Soy una persona estable
40. Cuando pienso en mis preocupaciones
actuales me pongo tenso(a) y alterado(a)
ANEXO 2

CARTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO

El presente estudio se llevará a cabo por alumnos de la Facultad de Psicología de la


Universidad Nacional Autónoma de México, como parte de las actividades de la
materia de Métodos de la Investigación.  Consiste en una investigación para conocer
la relación entre el peso, el ejercicio y la ansiedad, lo cual nos permitirá saber la
importancia del ejercicio para la salud mental.
Su participación en el estudio radicará en resolver un cuestionario de manera
anónima, relacionado con la ansiedad y la actividad física.

La participación es totalmente anónima y voluntaria. Usted es libre de detener su


participación en el momento que lo desee, y en tal caso sus datos serán confidenciales
y se utilizarán sólo con fines académicos.

Si tiene alguna duda o aclaración puede contactar al grupo de investigadores a través


del siguiente correo electrónico: ejercicioysaludmental@gmail.com

He leído y comprendido los fines de la presente investigación, y otorgo mi


consentimiento para participar en el estudio y que mis datos sean utilizados con fines
académicos.
Fecha y Lugar:
__________________

Nombre completo y firma del participante:

_______________________________________________________________

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