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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
SAN CRISTÓBAL, ESTADO TÁCHIRA
MAESTRÍA: SEGURIDAD CIUDADANA

BASAMENTO LEGAL PARA EL USO DE LA TECNOLOGÍA EN


LA FUNCIÓN POLICIAL

Integrantes:
Castellanos, Anthony 17.492.902
Rosas, Franklin 16.334.235
Villamizar, Danny 14.583.465

Marzo de 2020
ÍNDICE

pp.

INTRODUCCION..............................................................................................3
USO DE LAS TECNOLOGIAS EN LAS OPERACIONES POLICIALES..........5
Definición.......................................................................................................5
La Función Policial.........................................................................................5
ÚLTIMAS TENDENCIAS EN EL MARCO DE LA GESTIÓN DE LA
SEGURIDAD PÚBLICA Y EN LA UTILIZACIÓN DE NUEVAS
TECNOLOGÍAS PARA PREVENIR LA DELINCUENCIA..............................12
Policía guiada por la inteligencia.................................................................12
COMPSTAT Policing (Nueva York).............................................................15
Smart Cities.................................................................................................17
Sistemas de información geográfica (SIG)..................................................20
La videovigilancia.........................................................................................22
BASAMENTO LEGAL.....................................................................................23
CONCLUSIONES............................................................................................27
REFERENCIAS...............................................................................................28

ii
INTRODUCCIÓN

En muchos países, los oficiales de la policía llevan consigo armas de


fuego (arma de reglamento) en sus habituales obligaciones laborales.
Las fuerzas policiales modernas hacen un considerable uso de los
equipamientos de radiocomunicaciones y computadoras portátiles llevados
por cada persona e instalados en los vehículos, por este medio coordinan el
trabajo, comparten información y brindan ayuda rápidamente. En los últimos
años, los vehículos tienen instalados computadores que aumentan las
comunicaciones, permitiendo el envío de llamadas de forma más sencilla,
verificar vehículos hurtados, antecedentes penales de personas
sospechadas en pocos segundos, actualizar el historial de la rutina diaria del
policía y enviar en tiempo real otros informes requeridos. Con el tiempo estos
sistemas, se han perfeccionado y se han convertido en sistemas integrados,
que utilizan tecnología digital.
Los avances informáticos, aplicados a las labores policiales, han
aportado nuevas técnicas de análisis para el estudio de las pruebas
delictivas, así como modernos sistemas de identificación personal, que
agilizan las investigaciones criminales, para individualizar al responsable de
una conducta delictiva. Las nuevas tecnologías de la comunicación y la
información son la expresión de un movimiento desde la "sociedad
disciplinaria" a la "sociedad de control", un orden social distinto. Hoy, la
clásica representación del poder, basada en la idea del panóptico
unidireccional, ya no sirve para explicar la forma en que es ejercida la
vigilancia. La policía, como institución y como actividad, se ha visto obligada
a incorporar técnicas y tecnologías nuevas, acordes a la nueva racionalidad.
Junto a las preocupaciones y discusiones que ha generado la tensión entre
la efectividad de las nuevas tecnologías en el campo de la seguridad y la
legitimidad de su uso, hay otras consecuencias de esta incorporación que
deben ser tenidas en cuenta.

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En Venezuela, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas cuenta con equipos de alta tecnología, que vienen a constituir
piezas fundamentales para la lucha contra el delito, siendo uno de los países
latinoamericanos que cuenta con tecnología de punta.

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USO DE LAS TECNOLOGÍAS EN LAS OPERACIONES POLICIALES

Definición

Son aquellas herramientas y métodos empleados para recabar, retener,


manipular o distribuir información y se encuentra generalmente asociada con
las computadoras y las tecnologías afines aplicadas a la toma de decisiones,
el uso de las tecnologías en las operaciones policiales es puesta en práctica
como un conjunto de conocimientos teóricos y prácticos que permiten
concebir, realizar y automatizar sistemas basados en estructuras de
información.

La Función Policial

Primero que todo hay que tener presente que la policía nace de una
necesidad de la sociedad de prevenir todo acto doloso o que revista
características de delito y que afecte la persona o lo bienes del individuo y la
sociedad misma y para posteriormente reprimir estos actos, pero con el
tiempo y la evolución de esta función policial, también para planificar y
prevenir estos mismos.
La función policial se caracteriza por ser eminentemente preventiva,
aunque, también debe realizar funciones y labores represivas, debiendo
enmarcar su actuar estrictamente dentro de los que la Ley le faculta, estando
siempre al servicio público y al de todos los ciudadanos y cada uno de los
habitantes de un país, sin distinción de ninguna especie, procurando siempre
propugnar medidas para mantener el clima de normalidad y tranquilidad que
la ciudadanía requiere, para su normal funcionamiento.
En todo el mundo el incremento de la capacidad para vigilarnos desde
el nacimiento a la muerte, de lo que consumimos a lo que nos enferma, de la
cuenta de banco a las opiniones políticas. Nuevas técnicas desarrolladas por

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el complejo militar-industrial se extienden a la policía, demás instancias
oficiales y compañías privadas. Al mismo tiempo, leyes y regulaciones añejas
se hacen de la vista gorda o no pueden contener la creciente carrera de
violación de derechos humanos y control represivo a la sociedad que ello
implica.

Evolución

El desarrollo de versátiles sistemas de computación capaces de


procesar grandes cantidades de datos revolucionó la vigilancia. Además de
los cuantiosos recursos destinados al desarrollo de métodos para hacer
cumplir sus mandatos, los gobiernos aplicaron los nuevos medios
informativos para aumentar la eficiencia y el alcance de sus burocracias. Al
mismo tiempo, el sector privado exploraba y explotaba inéditas posibilidades
de ganancia.
Compañías que ofrecían servicios tales como ventas por teléfono, seguridad
privada, banca, empezaron a valerse del nuevo hardware y software
informativo no solamente para fortalecer sus capacidades administrativas,
sino también aplicándolos al crédito, al mercadeo y otros usos.
Nuevos adelantos en genética, en investigación biométrica, avanzados
sistemas de registro telemático, de "transporte inteligente de datos", y de
cotejo de transferencias financieras han aumentado dramáticamente la
cantidad de detalles disponibles. Diversos convenios internacionales facilitan
el intercambio de información a través de las fronteras y al igual que las
legislaciones nacionales, con el pretexto de "garantizar la seguridad"
frecuentemente impiden que la sociedad civil pueda enfrentar, o incluso
reconocer, tales invasiones a la vida de las personas.
Siempre se nos ha vendido la imagen de una Norteamérica donde el
Estado concede absoluta prioridad al respeto de los derechos ciudadanos,
cuando lo cierto es que allí los organismos militares, policiales, de espionaje

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y las grandes corporaciones tienen una larga historia de burla e ignorancia a
los limites promulgados para la protección de las libertades civiles y esto
puede constatarse claramente en múltiples ejemplos citados en las
referencias que acompañan a este trabajo. No es de extrañar que, con el
final de la guerra fría, las agencias de inteligencia y defensa busquen nuevas
misiones en el ámbito interno para justificar sus presupuestos y estén
transfiriendo técnicas hacia aplicaciones civiles. La CIA y la Nacional Security
Agency, por ejemplo, hacen hincapié sobre el espionaje económico y
recalcan la cooperación con instancias policiales en asuntos de terrorismo,
tráfico de drogas y falsificación de dinero.
El sector oficial también se vale de su poder de financiamiento para
influenciar en esa dirección la investigación y el desarrollo. Mientras que
muchos subsidios federales se cancelan alegando recortes de presupuesto,
generosos fondos aun fluyen para fomentar la cooperación entre los sectores
público y privado para la innovación en tecnologías de espionaje. Los
Laboratorios Nacionales, tales como Ames, Sandia y Los Halamos,
mantienen asociaciones activas con el FBI. El Nacional Instituta Of Justice,
da becas y apoyo para transferir tecnología de punta a las policías estatales
y locales.
Para contrarrestar los recortes en los contratos militares comenzados
en la década del ochenta, las compañías electrónicas y de computadoras se
expanden por nuevos mercados domésticos y del extranjero con equipos
originalmente desarrollados para él ejército. Estas compañías también
promueven sus productos en numerosos países del Tercer Mundo, en
especial aquellos con los más tenebrosos historiales de irrespeto a los
derechos humanos. No sorprende que regímenes brutales como los de
Tailandia, China y Guatemala usen equipos made-in-USA para aplastar la
disensión político-social; ni tampoco nadie parece alarmarse porque los
fabricantes del más aterrador instrumental de tortura carecen de mayor
restricción burocrático-legal a sus operaciones, que son publicitadas por

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Internet sin ningún espanto por parte de quienes se quejan por la pornografía
o las incitaciones al terrorismo que rondan en el ciberespacio.
Un ejemplo representativo es el caso de Tailandia. El banco de datos
central de la población del país y su sistema de documentos de identidad
desarrollados por Control Data Sistema de EE.UU., son los elementos claves
de un procedimiento de información múltiple que ha sido usado por el ejército
tailandés para fines de represión política (parecidos sistemas de tarjetas
inteligentes de identidad han sido comercializados en más de una docena de
países del Tercer Mundo y en muchos otros se oyen propuestas al respecto).
Dichas tarjetas de identidad tienen huellas dactilares electrónicas e imágenes
del rostro, y hay la posibilidad de confrontarlas por enlace telemático con una
base de datos que cubre la totalidad de la población. La base abarca casi
todas las agencias del gobierno y está controlada por el poderoso Ministerio
del Interior, dominado por la policía y el ejército.
Después de un largo proceso para determinar lo que requerían las
autoridades tailandesas, Control Data Sistema diseño un sistema que
permite acceso a una gran variedad de bases de datos incluyendo: Base
Central de la población, Sistema Electoral Nacional, Base de los Miembros
de Partidos Políticos, Listas de Votantes, Sistema de Registro Electrónico de
minorías, Sistema de identificación de Huellas Electrónico, Sistema de
Identificación Facial Electrónico, Sistema de información de Población y
Vivienda, Sistema de Recaudación de Impuestos, Sistema de información de
Pueblos, Sistema de información Secreto, Sistema de Opinión Publica,
Sistema de Investigación Criminal, Sistema de Seguridad Nacional, Sistema
de Control de Pasaportes, Sistema de Control de Conductores, Sistema de
Registro de Armas, Sistema de Registro Familiar, Sistema de Control de
Extranjeros y Sistema de Control de Inmigración.
La Smithsonian Institution de EE. UU. estuvo tan impresionada ante el
proyecto y sus resultados que otorgó al gobierno tailandés el premio anual de
1995 "por el uso innovador de la tecnología), patrocinado por ellos y por la

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revista Computer World, lo cual no dejo de ser aprovechado por el Ministerio
del Interior tailandés para rebatir a las críticas internas y externas originadas
por su multiplicada capacidad de represalia contra toda expresión de
descontento.
En un mundo computarizado y conectado a la red, un número de
registro único, personal y universal permite la fácil recuperación y
consolidación de datos. Donde aún no lo hay, la presión para llegar a un
identificador único, aparentemente para facilitar el intercambio de referencias
con propósitos de administración, está en aumento y varios planes hoy día
en vigor se deslizan hacia sistemas de identificación universal obligatorios.
En los EE.UU., el Social Security Number (SNI) fue inventado en 1938 para
determinar a los trabajadores elegibles para beneficios de jubilación
gubernamentales. En 1961 el CRS (Infernal Revende Servicie - la agencia
que recauda los impuestos) comenzó a usarlo como un número de
identificación de contribuyente y poco a poco otras agencias le siguieron.
Desde entonces los bancos y otras entidades no gubernamentales pueden
legalmente rechazar a clientes que se nieguen a dar el SNI, su uso en el
sector privado se da por descontado en todo, desde los seguros médicos a
las solicitudes de crédito.
Así, las tarjetas inteligentes, ampliamente utilizadas en Europa, tienen
un circuito microelectrónico que puede guardar varias páginas de
información. La aún más avanzada tecnología óptica, capaz de guardar
cientos de páginas de datos en un microcircuito está en uso en los EE.UU.;
así, Columbia/HCA Healthcare Corporación anuncio recientemente que iba a
proveer a 50.000 residentes de la Florida con tarjetas conteniendo su
historial médico, incluidos los rayos X.
Los identificadores de función múltiple son el siguiente paso. UTAH es
uno de los varios estados que ha propuesto una "smart caed" única para
servicios tan diversos como el registro de vehículos y las bibliotecas. Otros
proyectos en discusión, en la onda de lo que el actual Vicepresidente Al Dore

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denomina "re-inventar el gobierno", piden un registro único para beneficios
de asistencia pública, sellos de comida, y otras tareas del gobierno federal.
Florida y Maryland ya han experimentado con el concepto. Las tarjetas se
vuelven cada vez más inteligentes. Placas activas, ya en uso en muchas
compañías de alta tecnología, transmiten su ubicación y, por lo tanto, la del
portador.
A menos que la calidad de la información se mantenga a la altura de la
cantidad, el precepto de "entra basura, basura sale" se impone. No es
sorprendente pues que las fuerzas económicas y políticas que han
fomentado el avance de las tecnologías de identificación también se
interesen por refinar los medios de recoger información pertinente. En 1988,
el experto australiano Roger Clarke acuño el neologismo datavigilancia para
referirse a las nuevas técnicas para investigar a la gente usando su estela
cibernética, que ahora son parte de la vida cotidiana, y que en una
progresión casi exponencial vienen aumentado la capacidad de ver a través
de las paredes, oír conversaciones y rastrear movimientos. Describamos
brevemente algunas de esas conocidas innovaciones tecnológicas:
El Radar: que se inspira en la eco localización que tienen los
murciélagos para no chocar en la oscuridad.
El sistema AFIS: que es un mecanismo ideado por las mayores
agencias de seguridad del mundo, como el FBI estadounidense y la
INTERPOL, que consiste de un sistema informático donde las impresiones
digitales de criminales se colectan, digitalizan y almacenan en una base de
datos, para posteriores comparaciones.
Los simuladores de operaciones policiales: El objetivo es generar
vídeos de formación para los cuerpos de seguridad del estado en el que se
aprenden las estrategias de seguimiento a sospechosos (desde coches,
motos o por aire), se diseñan los Planos en 3D del lugar de encuentro con
delincuentes para conocer el lugar exacto, accesos, recorridos, a fin de tener
más a resguardo a los agentes secretos, etc.

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El Satélite Simón Bolívar: es el primer satélite artificial propiedad del
Estado venezolano lanzado desde China el día 29 de octubre de 2008. Es
administrado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología a
través de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE) para el
uso pacífico del espacio ultraterrestre. Está ubicado a 35.786,04 kilómetros
de la superficie de la tierra en una órbita geoestacionaria.
Detectores de masa por ondas de milímetro: Desarrollados por la
Milite Corporación, estos artefactos usan una especie de radar para ver bajo
la ropa. Mirando la porción de ondas de milímetros del espectro
electromagnético emitido por el cuerpo humano, el sistema es capaz de
detectar objetos como armas y drogas a una distancia de 3,5 metros o más.
También puede captar actividad al otro lado de una pared normal.
Forward Looking InfraRed (FLIR, visor infrarrojo de anticipación):
inventado originalmente para aplicación en aviones caza y helicópteros
localizando aeronaves enemigas, el FLIR puede detectar un diferencial de
temperatura de 0,18 grados C, precisión mucho mayor que los detectores de
calor antes usados.
Monitor Van Eck: Cualquier computadora emite bajos niveles de
radiación electromagnética del procesador central, la pantalla y otros
aparatos periféricos. Aunque los expertos no están de acuerdo si el alcance
es unos cuantos metros o más de un kilómetro, estas señales pueden ser
remotamente recreadas en otra computadora. Para extraer información de
otra computadora y transmitirla para ser analizada.
Sistemas de transporte inteligentes: Se refiere a un número de
tecnologías para el control del tráfico aéreo, terrestre y acuático, incluyendo
sistemas de evitar choques, colectores de peaje automáticos, rastreadores
de posición por satélite, y reguladores del costo de peaje según tráfico.
Sistemas de seguimiento para problemas de "contrainteligencia":
También han sido instalados en NE Cork, donde el FBI ha instalado un
sistema de seguimiento físico en tiempo real. A nivel comercial, las

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compañías de seguros están persuadiendo a los propietarios de automóviles
a que instalen el Lojack, que se supone ayuda a recuperar carros robados
emitiendo señales de localización una vez que el sistema es activado
remotamente.
Dinero Digital: En potencia, esta innovación creara uno de los
sistemas más completos para recabar información individualizada. Utilizando
programas de computadora y tarjetas inteligentes para reemplazar el
efectivo, el consumidor puede gastar dinero virtual en transacciones
pequeñas como leer el periódico electrónico "on line", hacer llamadas desde
teléfonos públicos, pagar peaje electrónicamente, comprar al detal, así como
cualquier operación que hoy día se hace con tarjetas de crédito.
Audio-censores avanzados: El Rapid Prototyping Facility del FBI y
ARPA en el Laboratorio de investigación de Quantico, Virginia, está
produciendo sistemas electrónicos microminiaturizados, equipos de vigilancia
únicos hechos a la medida de cada investigación. Esperan poder fabricar en
24 horas sistemas de escucha específicamente diseñados, con un micrófono
que pueda reducirse al tamaño de un circuito integrado. El FBI ya ha
desarrollado un prototipo de micrófono guiado electrónicamente del tamaño
de un maletín que puede oír conversaciones discretamente en espacios
abiertos. Colocados en una ciudad, podrían escuchar disparos y dar la
localización a la policía.
Cámaras de televisión de circuito cerrado (CTV): Los avances
técnicos han aumentado las capacidades y rebajado el costo de los equipos
de video, convirtiéndolos en un guardián frecuente en tiendas y áreas
comunes.

ÚLTIMAS TENDENCIAS EN EL MARCO DE LA GESTIÓN DE LA


SEGURIDAD PÚBLICA Y EN LA UTILIZACIÓN DE NUEVAS
TECNOLOGÍAS PARA PREVENIR LA DELINCUENCIA

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Policía guiada por la inteligencia

La idea de una policía basada en la inteligencia sienta sus raíces en la


experiencia británica. Con la publicación en 1993 de un documento (“Helping
with Enquiries: Tackling Crime Effectively”) por parte de la Comisión de
Auditoria del gobierno británico, donde se argumentaba que era preciso un
uso más eficiente de los recursos de su policía, cada vez más avanzados
tecnológicamente, y que centrara sus actividades en tener controlados a los
delincuentes de una forma proactiva más que intentar controlar los delitos.
Dicho informe estaba interesado en mejorar la investigación criminal de
los diferentes delitos, pero la idea de policía inteligente que este informe
contribuyo a estimular, tenía otras aspiraciones mucho más ambiciosas. La
cuestión fundamental es ¿que entendemos por inteligencia? Existen muchas
interpretaciones del concepto, pero por regla general, cuando se habla de
inteligencia, se alude a “información que ha sido sometida a algún tipo de
análisis y evaluación con la intención de informar futuros actos de control
social” (Innes y Sheptycki, 2004; Medina Ariza, 2011).
La policía inteligente en sus orígenes empleaba el análisis del delito y la
inteligencia criminal de una forma estratégica para la posterior selección de
delincuentes sobre los que actuar. Las técnicas para reducir la delincuencia
se concentran en la prevención y el control de las actividades de ciertos
delincuentes, usando la inteligencia criminal contras las actividades de los
mismos. Las técnicas empleadas eran el uso de informantes, análisis de las
llamadas a la policía y de los delitos que se registraban, la vigilancia de
sospechosos, la entrevista con delincuentes, etc. Lo revolucionario es que el
uso de la inteligencia obtenida por medio de la información secreta es como
un recurso de planificación y no como un elemento de prueba en casos.
Resumiendo, la policía inteligente es “un modelo de actuación y una
filosofía de gestión en los que el análisis de datos y el uso de la inteligencia
criminal son centrales en un marco objetivo de toma de decisiones que

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facilita la reducción, disrupción y prevención del delito por medio de la
gestión estratégica y el uso efectivo de estrategias de aplicación de la ley
que se centran en los delincuentes prolíficos y serios” (Ratcliffe, 2008;
Medina Ariza, 2011).
Otro aspecto revolucionario en referencia a este concepto es que
proponía su uso no solo en los casos de delincuencia organizada, sino
también para tratar de controlar lo que viene llamándose “delincuencia
voluminosa” (volumen crime), que son delitos de poca relevancia pero que
constituyen la mayor parte de los actos que aparecen en las estadísticas
policiales. El modelo aspiraba a generalizar y extender el uso y la obtención
de la información criminal más allá de las unidades especializadas. El cambio
que esto suponía era triple, ya que daba un uso diferente de la inteligencia
criminal, un uso extendido de la información criminal y un uso generalizado,
no restringido a las brigadas de información.
Es un modelo donde la policía, de forma proactiva, interpreta el medio
comunitario para determinar dentro del contexto criminal quienes son los
principales actores y además cuales son las amenazas en dicho medio, para
intentar desarrollar soluciones frente a estas amenazas y sujetos, en
colaboración con otras agencias o actores (Ratcliffe, 2008; Medina Ariza,
2011). Ratcliffe (2008) destaca que no estamos hablando de una táctica o
conjunto de ellas, sino de un modelo de organización de servicios y
actuación que describe de qué forma usar la información de la que dispone la
policía para combatir la actividad de los delincuentes (Medina Ariza, 2011).
Con la adopción a nivel nacional del Modelo Nacional de Inteligencia en
el Reino Unido, la idea de policía inteligente recibió un particular impulso, que
se convirtió en el modelo de organización de actividades y servicios de la
policía de Inglaterra y Gales a partir del año 2004, tras su introducción por la
Police reform Act de 2002. Este modelo llevaba a la policía inteligente hacia
unas nuevas direcciones, no limitándose solo a la gestión de delincuentes
prolíficos, sino extendiéndose su uso a otros objetivos como la gestión de

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delitos, gestión del desorden, reducir las oportunidades de delinquir, etc.
(Maguire y John, 2006; Medina Ariza, 2011).
El Modelo Nacional de Inteligencia distingue una serie de niveles. A
nivel local, los policías de barrio gestionan los problemas de la delincuencia
obteniendo información y usando inteligencia criminal en su área local. En el
segundo nivel, se encuentras las operaciones contra delincuentes o grupos
que actúan en más de una jurisdicción. En el tercer nivel se ubican las
operaciones, desarrolladas por las unidades especializadas, contra la
criminalidad organizada más seria, que actúan a un nivel nacional o
internacional.
El modelo atribuye básicamente las formas de actuar a cada uno de los
niveles mencionados, especificando de qué forma las distintas técnicas de
obtención de información han de ser utilizadas e interpretadas para
desarrollar productos de inteligencia, que posteriormente pueda ser
empleados para adoptar decisiones tácticas y estratégicas para actuar en
determinados problemas criminales y delincuentes o grupos. En conclusión,
el trabajo policial guiado por inteligencia es un modelo de negocios y filosofía
gerencial que busca utilizar el análisis de la información y la inteligencia de
manera más estratégica, para orientar la adopción de toma de decisiones.
Recientemente, los departamentos de policía, en las grandes áreas urbanas
han empezado a hacer un mayor uso de la vigilancia electrónica y de las
nuevas tecnologías para poderlo llevar a cabo.

COMPSTAT Policing (Nueva York)

La implantación del sistema COMPSTAT a la ciudad de Nueva York


durante la puesta en funcionamiento de las políticas de tolerancia cero
explicadas anteriormente, es otro de los pioneros y grandes avances
policiales, en cuanto a la gestión y eficacia de los recursos aplicados a la
prevención del delito, mediante la utilización de las nuevas tecnologías. Es

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una de las estrategias que William Bratton adopto al ser nombrado
supervisor de la policía de Nueva York. El termino se corresponde con la
abreviación de un archivo informático que originariamente se llamaba
“compare stats”, comparar estadísticas (Silverman, 1999; Medina Ariza
2011).
Cuando Bratton se reunió con los representantes de las divisiones del
departamento de policía de Nueva York, se dieron cuenta de que no sabían
cuál era la situación actual de la delincuencia, habiendo una demora entre
tres y seis meses en generar estadísticas policiales. Para ello se tomaron
medidas y se empezaron a tomar estadísticas semanales computarizadas y
agregadas a un documento que se llamaba “Compstat book”. Poco a poco
dicho documento se convirtió en un instrumento de gestión. Desde 1994 se
comenzaron a celebrar reuniones regulares a las que acudían todos los jefes
de precinto, así como los mandos superiores y el propio Bratton.
Con la difusión de las nuevas tecnologías de información,
particularmente los sistemas de información geográfica, les permitía
presentar los datos obtenidos geográficamente en una gran pantalla, dándole
teatralidad a dichas reuniones. De esta manera se exigía responsabilidades
a aquellos que no ofrecían resultados y se premiaban a aquellos jefes que si
lo lograban. Además, poco a poco, se fueron presentando datos que no solo
se referían a los delitos y las tasas de arresto de los delincuentes, sino
también otro tipo de información, como los recursos disponibles cada
momento, las características sociodemográficas de las áreas, fotografías de
las áreas, el tipo de respuesta de los efectivos a las distintas incidencias, las
ausencias laborales de os mismos, etc. (Medina Ariza, 2011).
Este sistema permitía el seguimiento en tiempo real de la evolución de
la delincuencia en todos los distritos policiales de la ciudad, permitiendo
tomar decisiones de gestión y administración en materia de seguridad
ciudadana y además la información obtenida se podía ofrecer al público con
gran inmediatez. Todo el sistema CompStat se basa en la información,

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añadiéndose la misma de tal modo al sistema, que cualquier persona que la
necesitara pueda disponer de ella. Es un sistema tecnológico muy bien
acabado, siendo la antesala de lo que se usa en la actualidad.
Este modelo ha sido imitado en todos los Estados Unidos y también en
Europa y en el resto del mundo. Eso sí, cada país o cada ciudad tiene su
propia versión, con un nombre distinto y aplicándose a las necesidades
concretas del cuerpo policial en cuestión, pero los principios básicos vienen
siendo los mismos de entonces. El hecho de tener una información en tiempo
real, cuidadosa y oportuna, garantiza una gran eficacia y rapidez para poder
anticiparse a los problemas derivados de la delincuencia, y de este modo
poder resolverlos y hacer un seguimiento de los mismos de una forma
exhaustiva (Silverman, 2002). A través del proceso evolutivo, en la actualidad
encontramos sistemas informáticos, software, dispositivos móviles y otros
instrumentos de gran ayuda como herramientas policiales, para dotar de una
mejor gestión y eficacia los servicios que prestan estos cuerpos.

Smart Cities

Con el gran avance de las sociedades, también ha ido evolucionando y


mejorando las ciudades, con importantes cambios organizativos,
tecnológicos, sociales y económicos, para llegar al fin u objetivo de ser unas
ciudades innovadoras, mejorando la calidad de vida de su población y
adaptada a sus necesidades en la época actual. Podemos describir Smart
City o ciudad inteligente, como aquella que aplica las tecnologías de la
información y de la comunicación (TIC) con el objetivo de generar una
infraestructura garantizando un mayor desarrollo sostenible, un aumento de
la calidad de vida de sus ciudadanos, una mayor eficacia de los recursos de
los que se dispone y una mayor participación activa de los ciudadanos
(Endesa Educa, 2016).

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Este nuevo modelo, se basa en conceptos básicos como las nuevas
tecnologías, la sostenibilidad, la innovación y la integración, los cuales deben
pasar a convertirse en valores y se deben inculcar a la población para poder
lograr el desarrollo de una ciudad innovadora, tanto por parte de las
Administraciones como por parte de los propios ciudadanos.
Dichas Smart Cities apuestan por una creación de sistemas inteligentes
en sectores como el transporte, la salud, las infraestructuras, el turismo, las
energías, teniendo efectos positivos en el medio ambiente y generando
modelos sociales inclusivos, haciendo las ciudades más atractivas para las
actividades economías y las inversiones. Por lo tanto, son unas ciudades
sostenibles económica, social y medioambientalmente.
Ahora bien, dichas ciudades tendrán que tener unas políticas de
seguridad y unas policías a la altura de las circunstancias para poder hacer
frente de las necesidades ciudadanas de un modo más eficiente. Para ello el
ámbito policial también ha ido evolucionando y adaptando las estrategias
públicas de seguridad hacia lo que viene siendo la llamada “SMART
POLICING16” (Strategically Managed, Analysis and Research-driven,
Technology-based), es decir, policía inteligente. Utiliza la tecnología, la
investigación y el análisis para apoyar una gestión estratégica de las
actividades llevadas a cabo por la policía. Se han empezado ya a utilizar
estos enfoques, utilizando las tecnologías para una recogida más eficiente de
datos y su posterior visualización, para el intercambio de datos y de
información.
El objetivo principal de las Smart Policing, viene siendo mejorar el
rendimiento general de las policías a través de un uso mucho más eficiente
de sus recursos. Encontramos tres componentes principales:
Gestión Estratégica: Comienza con una evaluación de las actividades
criminales, amenazas y vulnerabilidades, es decir, un análisis de las
deficiencias. Acto seguido, se seleccionan los objetivos o metas para mejorar
el desempeño de la policía, donde las herramientas, tecnologías y

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metodologías disponibles se implementan y dan apoyo a estas metas y
objetivos. Un plan estratégico debería incluir también procesos para
fortalecer los lazos de las policías con la comunidad para generar un apoyo
sobre las iniciativas de las policías. Por último, el programa se supervisa y
evalúa su efectividad para realizar posibles ajustes o modificaciones.
Análisis e Investigación: Una investigación y análisis de los datos
históricos son muy importantes para poder establecer unas prioridades
estratégicas. Se deben analizar también los datos en curso para usarlos
como una monitorización del progreso de los objetivos marcados. Como
resultado, se puede tomar mejores decisiones sobre la asignación de los
recursos y su despliegue.
Tecnología: Los recientes avances en cuanto a las tecnologías y sus
herramientas, pueden ayudar en gran medida a las organizaciones policiales.
Lo hacen a través de una mejor captación de datos, su visualización y
análisis, un mejor intercambio de información y a través de las actividades de
vigilancia. Nuevo software de inteligencia artificial que utilizan una matriz de
datos para impulsar el despliegue de medios policiales, programas de
comunicación en internet que mejoran el conocimiento de la situación y la
comunicación entre los policías y las comunidades, tecnologías de vigilancia
electrónica que empleando un software son capaces de identificar
características fáciles de los sospechosos, son algunos de los avances que
se están utilizando por las policías actuales.
El gran avance de la tecnología hace posible la creación de múltiples
aplicaciones y software que son de gran utilidad para las policías. Sin ir más
lejos, a principios del año 2014, a iniciativa de la Universidad Jaume I de
Castellón y la Policía Local y Ayuntamiento de Castellón, nace la Cátedra
EuroCop, donde se plantea una colaboración Universidad-Empresa a
EuroCop Security Systems, a fin de desarrollar proyectos y Sistemas para la
Predicción del Delito.

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Uno de los servicios que ofrece esta empresa, es una Plataforma
Tecnológica Policial, que cubre la gestión integral de la policía, tanto en el
aspecto operacional (automatizando todas sus tareas operativas,
administrativas, judiciales, etc., desde cualquier lugar y momento), como en
el aspecto táctico y estratégico a fin de lograr la máxima eficacia en la labor
policial (Eurocop.com, 2012).
Las últimas tendencias en el marco de la gestión de la seguridad
pública, marcan una clara evolución de los modelos policiales, partiéndose
del objetivo principal que es la prevención de la delincuencia, usando las
nuevas tecnologías e inteligencia para poder hacer frente de un modo más
eficiente a las necesidades de los ciudadanos en cada momento.

Sistemas de información geográfica (SIG)

Los Sistemas de Información Geográfica (también conocido con los


acrónimos SIG en español o GIS en inglés) se pueden definir como una serie
de herramientas de almacenamiento, gestión, organización, manipulación y
análisis de datos espaciales, capaces de trabajar con un ingente volumen de
información. Estos avances en geografía computarizada y el desarrollo de
sistemas de información geográficos han iniciado una revolución y un gran
avance en la gestión de la seguridad.
La policía siempre ha utilizado mapas para mostrar cómo se distribuye
espacialmente la delincuencia, pero los nuevos desarrollos tecnológicos han
creado nuevas oportunidades para estudiar el fenómeno de la delincuencia y
responder al mismo (Medina Ariza, 2011). En la última década, esta
introducción de sistemas de información geográficos en los departamentos
de policía de todo el mundo ha tenido un gran impacto para la práctica y
eficacia de los servicios policiales.
Estos sistemas de análisis permiten recompilar y analizar la información
sobre la delincuencia y sobre los delitos que la policía tiene en su poder, de

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una forma mucho más sofisticada. Los análisis geográficos de estos datos
policiales, permiten la identificación de espacios geográficos y temporales en
los que se pueden concentrar distintas actividades delictivas; la relación que
hay entre estas actividades y las características medioambientales que se
dan en dichos lugares; la identificación de patrones y series delictivas que
solamente se pueden descubrir con un adecuado nivel de segregación o
separación de los datos; la distancia del domicilio de los delincuentes y sus
cómplices al mismo tiempo que las distancias con el lugar donde se haya
cometido el delito, etc. (Eck et al.,2005; Medina Ariza, 2011). Además, los
sistemas de información geográfica, resultan ser extremadamente útiles para
el estudio del fenómeno delictivo en una dimensión geográfica específica.
Permiten la elaboración de “mapas del delito”, que nos proporcionan una
imagen rápida, concreta y fácilmente interpretable de la intensidad con la que
los hechos delictivos se producen en un territorio en un intervalo de tiempo,
pudiéndose incluso interpretar el espacio urbano sobre el que concierte dicho
impacto.
Estos mapas permiten a la policía apreciar el panorama delictivo con
mucha mayor facilidad que textos o bases de datos. Gracias a estas
tecnologías podemos identificar también lo que viene llamándose como “Hot
Spots” o “puntos calientes”, que son determinadas zonas y momentos en los
que se concentran actividades delictivas. Los delitos no se distribuyen de una
manera homogénea, sino más bien, podemos encontrar lugares donde
apenas registran delincuencia y otros donde se acumulas los incidentes
(Fernández Molina, Vázquez Morales and Belmonte Mancebo, 2013).
La aparición de estos mapas digitales donde se puede analizar los
puntos calientes, se ha convertido en una técnica de análisis muy utilizada
por las policías de hoy en día ya que pueden identificar visualmente donde
los delitos tienden a estar concentrados, facilitando la toma de decisiones
respecto hacia dónde dirigir los recursos policiales y pudiendo incluso
realizar políticas preventivas en dichas zonas a largo plazo.

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Como podemos observar, las nuevas tecnológicas pueden ser de gran
ayuda y en este caso con los sistemas de información geográfica, a través de
los cuales se pueden crear diferentes mapas, dándole a la policía muchas
facilidades tanto para identificar lugares calientes o concentrados del delito,
como para ayudar a comprender la distribución real de la delincuencia para
poder responder a la demanda de servicios y a reducir la delincuencia en
dichas zonas.

La videovigilancia

La videovigilancia es la innovación tecnológica que viene representando


por excelencia la sociedad del control en su manifestación urbana. Se ha
generalizado el empleo de cámaras de vigilancia conectadas con circuitos
cerrados de televisión ya que tiene numerosas funciones hoy en día, tanto en
espacios públicos como en espacio privados. Como ya se ha mencionado
anteriormente, la videovigilancia es una herramienta de prevención
situacional que puede servir para incrementar el nivel de vigilancia formal,
teniendo por tanto un efecto disuasorio al aumentarse la percepción de los
delincuentes de poder ser identificados o detenidos si cometen un hecho
delictivo.
La utilización de la misma plantea, en primer lugar que puede aumentar
la probabilidad de identificación y detención de los infractores, en segundo
lugar, que puede aumentar el nivel de seguridad ciudadana, por tanto hay
que fomentar el uso de espacios videovigilados, y en tercer lugar, que puede
actuar como recordatorio para el ciudadano de que es necesario tomar
precauciones frente el delito, pudiendo ser empleado por el personal de
seguridad privado y la policía en aquellos espacios donde su intervención
sea necesaria (Welsh y Farrington, 2003b; Medina Ariza, 2011).

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En este sentido, podemos decir que la videovigilancia puede servir
como un mecanismo de extensión de la visión de la policía y del personal de
seguridad privada para poder realizar mejor sus funciones. Hay que destacar
que se ha producido una expansión masiva en relación a estas herramientas,
sobre todo en el Reino Unido, para la prevención del delito en espacios
públicos, sobre todo en el centro de las ciudades (Norris y Armstrong, 1999;
Medina Ariza, 2011).
Este desarrollo también se ha ido extendiendo en distinto grado en
otros países, donde por ejemplo en España, la legislación sobre esta materia
ha adoptado una posición particularmente garantista, pero también existen
presiones para que se dé una mayor incorporación de la videovigilancia en
los sistemas de seguridad ciudadana (Medina Ariza, 2011). La problemática
viene ya que para el uso de esta herramienta o nueva tecnología, hay que
tener en cuenta que las cámaras pueden significar una vulneración de
derechos fundamentales innegablemente, como es el derecho a la intimidad,
derecho a la propia imagen, por lo tanto se tiene que evitar y proteger.
Además, para su implantación es necesario un gran respaldo
económico, donde en el Reino Unido entre el año 1999 y el año 2001, el
gobierno británico facilito unos 170 millones de libras para su implantación en
el centro de las ciudades (Welsh y Farrington, 2003b; Medina Ariza, 2011).
No está muy clara su eficacia, ya que hasta en el informe de la Policía
Metropolitana de Londres del año 2009, indica que a pesar del gran número
de cámaras instaladas a Londres son muy pocos los delincuentes detenidos
y condenados gracias a las grabaciones, y que la mayoría de las mismas,
nunca las había visto nadie, ya que no disponen de personal suficiente para
realizarlo (Guillen Lasierra, 2011).
De todos modos, para conseguir mayor seguridad se necesita una
aproximación más compleja a muchos factores, teniendo en cuenta las
causas de los problemas e intentar abordarlos, pero tampoco hay que

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negarse a utilizar ciertas tecnologías o elementos de la prevención
situacional que nos pueden ser útiles en ciertos momentos.

BASAMENTO LEGAL

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, aprobada en


1999, mediante el artículo 322 que establece la organización de los órganos
de seguridad ciudadana, como medio para garantizar la protección de los
ciudadanos y sus hogares en el disfrute de los derechos fundamentales,
incorpora la creación de instituciones e instrumentos legales que permitan
abordar integral y eficazmente la problemática de la inseguridad ciudadana.
Las materias objeto de competencias concurrentes, están reguladas por
leyes de bases que se orientan por los principios de interdependencia,
coordinación, cooperación, corresponsabilidad y subsidiaridad. Que genera
el ámbito normativo en materia de coordinación para que los estados y los
municipios formulen las normas relativas al desarrollo de la actuación y
funcionamiento de los Cuerpos de Seguridad Policial que actuarán en sus
correspondientes jurisdicciones.
Nuestra Carta Magna, establece que es competencia esencial y
responsabilidad del estado; la Seguridad de la Nación, fundamentada en el
desarrollo Integral de ésta y todos los venezolanos y venezolanas donde
tenemos la responsabilidad en la defensa, así como personas naturales o
jurídicas, tanto de derecho público como privado, que se encuentre en el
espacio geográfico nacional. también estipula la corresponsabilidad entre el
Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de
independencia, democracia, paz, libertad, igualdad, justicia, solidaridad y la
afirmación de los derechos humanos, el principio de esta corresponsabilidad
se ejerce sobre los ámbitos económico, social, político, cultural, geográfico,
ambiental y militar. Nuestras fronteras gozan de una atención prioritaria en el

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cumplimiento y aplicación de los principios de seguridad de la nación, con un
régimen especial y regulado por la ley.
En tal sentido, el Ejecutivo Nacional de conformidad con la ley
organizará los Órganos de Seguridad Ciudadana; donde destaca la
organización de protección civil y administración de desastres como órgano
rector en casos de calamidad pública, dejando bien claro el carácter civil y
respeto a la dignidad y los derechos humanos. la función de los órganos de
seguridad ciudadana constituye una competencia concurrente con los
Estados y Municipios en los términos establecidos en nuestra constitución.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela resume
respecto a este tema que la seguridad de la Nación es competencia esencial
y responsabilidad del Estado, fundamentada en el Desarrollo Integral de ésta
y su defensa es responsabilidad de los venezolanos y venezolanas; también
de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de
derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico nacional. La
seguridad y la defensa organizada por el Estado, regida por los principios de
integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y
corresponsabilidad, tiene la misión de garantizar la independencia y la
soberanía de la nación, asegurar la integración territorial, la seguridad de la
nación, la participación activa en el desarrollo nacional, la cooperación en el
mantenimiento del orden interno y la defensa del ejercicio democrático de la
voluntad popular consagrada en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y leyes de la República.
La seguridad y defensa propenden a la preservación del Estado de
Derecho, al bienestar colectivo, la protección de bienes y recursos
nacionales y la satisfacción de los intereses de una nación libre y soberana.
Que ambos son bienes que buscan para su bienestar tanto de una persona
como de un país. La seguridad de la Nación es competencia esencial y
responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo integral de ésta y
su defensa es responsabilidad de los venezolanos y venezolanas; también

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de las personas naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de
derecho privado, que se encuentren en el espacio geográfico nacional. La
seguridad de la Nación se fundamenta en la corresponsabilidad entre el
Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de
independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad,
promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos,
así como en la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y
colectivas de los venezolanos y venezolanas, sobre las bases de un
desarrollo sustentable y productivo de plena cobertura para la comunidad
nacional. El principio de corresponsabilidad se ejerce sobre los ámbitos
económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar.
Asimismo, el Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de Identificación
promulgado a los veinte días del mes de septiembre de 2001, señala:
Artículo 2. El Estado garantizará la incorporación de tecnologías que
permitan desarrollar un sistema de identificación seguro, eficiente y
coordinado con los demás órganos del Poder Público.
Por otra parte, la Ley de Reforma de la Ley Orgánica de Seguridad de
la Nación, en el Título I sobre la Seguridad de la Nación, en su Artículo 2º
manifiesta: “La seguridad de la Nación está fundamentada en el desarrollo
integral, y es la condición, estado o situación que garantiza el goce y ejercicio
de los derechos y garantías en los ámbitos económico, social, político,
cultural, geográfico, ambiental y militar…”.

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CONCLUSIONES

Actualmente el duro, difícil y cambiante mercado competitivo se vuelve


más complejo por la gran diversidad de información que se ven obligados a
almacenar y analizar, razón por la cual las organizaciones se ven en la
necesidad de recurrir a poderosas y/o robustas herramientas o sistemas que
les sirvan de soporte a la hora de tomar decisiones. De esta forma estos
inteligentes, precisos y eficientes sistemas son adoptados por más
instituciones, en las cuales se convierten y/o transforman en una importante
estrategia de trabajo.
Las nuevas tecnologías de comunicación e información pueden ser
aplicadas para mejorar la capacidad operativa y la efectividad de los cuerpos
policiales, al mismo tiempo que aumentan el poder de información y
comunicación estratégicamente decisivo en su desempeño. La recopilación
de datos y la reutilización de los mismos en tiempo real es una de las
herramientas estratégicas de mayor importancia en las operaciones
policiales alrededor del mundo.
A pesar de estas ventajas, es necesario tomar en cuenta que la
introducción de nuevas tecnologías dentro de los cuerpos policiales significa
en muchos casos el monitoreo permanente del trabajo policial, el
seguimiento y evaluación en tiempo real de sus actividades, y en general el
ejercicio de una mayor supervisión, control y dirección de los funcionarios
policiales. Esta situación pudiera generar resistencias dentro de los cuerpos
de seguridad por lo que la tecnologización de las policías significa no sólo la
provisión de equipamiento tecnológico, sino también la transformación
conceptual, organizacional, ética y humana de estas instituciones. La
tecnologización es un proceso de transformación total orientado a la calidad
que implica un radical cambio del personal, los procesos y las tecnologías.

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REFERENCIAS

Fernández Molina, E., Vázquez Morales, D. and Belmonte Mancebo, M.


(2013). Los puntos calientes de la delincuencia. Un análisis de la
distribución espacial del fenómeno delictivo en la ciudad de Albacete.
[online]. Disponible en:
http://www.idee.es/resources/presentaciones/JIIDE13/jueves/38_puntos_
calientes_delincuencia.pdf

García-Pablos de Molina, A. (2009). Tratado de criminología. 4ª edición


actualizada, corregida y aumentada. Valencia: Tirant lo Blanch.

Guillén Lasierra, F. (2011). Les polítiques de seguretat ciutadana. Papers:


Regió Metropolitana de Barcelona: Territori, estratègies, planejament,
[online] (53), pp.0022-32. Disponible en: http://ddd.uab.cat/record/65474.

López Sánchez, M., Marchal Escalona, A. y Cuenca Miranda, A. (2011).


Policía y seguridad pública. Pamplona: Aranzadi.

Medina Ariza, J. (2011). Políticas y estrategias de prevención del delito y


seguridad ciudadana. Madrid: Edisofer.

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