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RECOMENDACIONES DEL CUIDADO DEL SISTEMA NERVIOSO Y EL

SISTEMA INMUNE:
El Sistema Nervioso:

intrincada red de células encargadas de recibir y procesar la información procedente de


estímulos externos e internos, así como de coordinar la respuesta ante dichos estímulos.

El sistema nervioso (SN) es el centro de control de nuestro organismo y su función


principal es coordinar todos los procesos que nos permiten realizar cualquier tipo de
actividad, desde las funciones más básicas como respirar, hasta las más complejas como
moverse, hablar o pensar.

El sistema nervioso se divide en sistema nervioso central (SNC), constituido por el encéfalo
(dentro del cráneo) y la médula espinal (dentro de la columna vertebral) y el sistema
nervioso periférico (SNP), formado por los nervios que recorren todo el cuerpo conectando
el resto de los órganos y tejidos con el sistema nervioso.

El encéfalo, conformado por el cerebro, el tronco del encéfalo y el cerebelo constituye una
compleja estructura a la cual los nervios y la médula envían constantemente una gran
cantidad de información procedente tanto de nuestro cuerpo como del exterior. En el
encéfalo toda esta información se procesa para generar señales que, a través de la médula y
los nervios, se envían a todas las partes del cuerpo. Así es como, por ejemplo, el sistema
nervioso ordena a nuestros músculos de la pierna que se contraigan para que podamos
empezar a caminar.

El Sistema Inmune:

Es el principal mecanismo de defensa de nuestro organismo y se encarga de protegernos


frente a cualquier agente o sustancia que pueda causarnos alguna enfermedad o infección.

El sistema inmunológico es uno de los sistemas más importantes del cuerpo humano,
encargado de proteger al organismo contra la agresión de agentes patógenos
(microorganismos; como bacterias, virus, parásitos y hongos) y elementos tóxicos
(contaminantes ambientales y venenosos).
Este sistema está formado por varios elementos, entre los que destacan como primera línea
de defensa, las barreras físicas de nuestro cuerpo, tales como: la piel, las mucosas y las
lágrimas que funcionan como barreras de protección. Dentro de los componentes mayores
están los ganglios y vasos linfáticos, el bazo, el timo, la medula ósea y los leucocitos que a
su vez están conformados por diferentes tipos de células entre los que destacan por su papel
principal los linfocitos.

RECOMENDACIONES:

Por lógica es primero que cuidemos nuestro sistema nervioso, ya que el sistema inmunitario
basa en el su equilibrio. Es difícil que se produzcan caídas de defensas por sí mismas, ya
que debe de haber una predisposición (del corto y medio plazo previamente).

Intentar mantener la Tranquilidad en el día a día, especialmente en situaciones “estresantes”


(exámenes, exceso de trabajo, etc.) para que la cosa no vaya a más y el cuerpo reaccione de
un modo completo y sin problemas.

1. Mantener un control emocional (disgustos) si evitamos el descontrol emocional las


hormonas aran un trabajo eficaz.
2. No consumir alimentos que puedan dañarnos a nosotros específicamente (los que no
produzcan intolerancias o alergias, o simple mente los que no nos sientan bien.

3. Evitar la polución del aire, agua, etc. Por supuesto, no fumar, e intentar alejarse de


los ambientes sobrecargados de humo o mal ventilados.

4.  Evitar los cambios de temperatura extremos que obligarán al organismo a hacer


adaptaciones rápidas para poder estabilizar el cuerpo. Evitar las mojaduras ó viento
frío etc. que puedan descompensarnos.

5. Evitar el estrés. Ya que con él se descompensa el sistema nervioso, después el


endocrino y finalmente el inmunitario, con la caída de defensas correspondiente.

6. Evitar la falta de higiene, sobre todo en manos, pies y orificios del cuerpo. Tampoco


es conveniente “pasarnos de limpios”; un uso excesivo de productos de higiene,
sobre todo si no respetan el PH de la piel, puede alterar la flora bacteriana natural
de nuestro organismo dejándonos desprotegidos.

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