Sei sulla pagina 1di 7

ES MODIFICABLE LA INTELIGENCIA???

UNA MIRADA DESDE LA TEORIA DE LA MODIFICABILIDAD ESTRUCTURAL COGNITIVA DE


REUVEN FEUERSTEIN.

Por: Germán Pilonieta


Equipo Cisne. www.cisne.org
Colombia.
2006

Para iniciar este artículo es necesario decir que la Teoría de la Modificabilidad Estructural
Cognitiva (MEC) y sus presupuestos, tienen la virtud de poseer el más nítido y transparente
punto de inicio en la compresión del organismo humano, de la naturaleza de su
estructura cognitivo-afectiva y del comportamiento del ser humano, en comparación
con otras posturas tradicionales en donde la característica general es de concebir la
inteligencia, la personalidad, y demás realidades del organismo humano como fijas e
inamovibles,. La MEC, definitivamente, concibe al organismo como poseedor una
dinámica plástica y flexible que la lleva a poseer la función de modificarse a sí misma y la
de ser impredecible en sus manifestaciones y en su desarrollo.

Tradicionalmente los constructos humanos han sido cosificados y concretizados en


unidades inamovibles para aplicarles los métodos de las ciencias exactas, que fue una
pretensión de algún momento de la psicología. Instrumentos y concepciones de
medición se convirtieron en las tareas más importantes y la inteligencia quedo reducida
a lo que miden los test, con la connatural extensión a esferas del ser humano como la
afectividad tan en boga hoy, la personalidad y demás aspectos. La educación quedo
atrapada desde ese momento en ese tipo de enfoques.

Cuando en modificabilidad se habla de la inteligencia, lo primero que surge es su


fundamentación y su principio esencial que le da la pertinencia y validez a esa
definición.

El organismo humano, es mirado y concebido como lo que es, como un verdadero


sistema que se alimenta y se retroalimenta de sus mismos procesos, que crece y se
desarrolla de manera insospechada, o mejor…, impredecible. Que se identifica en sus
subsistemas de manera clara pero al mismo tiempo interdependientes, con lo cual surgen
todo tipo de relaciones. Que supera en esencia lo meramente anatómico y fisiológico,
para colocarse en el nivel típicamente antrópico, con todas las maravillas del salto hacia
la conciencia de la que tan brillantemente nos habla Tehilard de Chardin, es sin duda
alguna la manifestación de un sistema definitivamente abierto. Ontológicamente
abierto. Y eso hace que sin duda alguna la distancia entre los seres de los niveles
anteriores, e inferiores, se diferencien mucho del ser humano, como un nuevo tipo de
organismo.

Sin duda alguna, también el comportamiento humano a través de los siglos ha mostrado
variaciones muy significativas que lo hacen poseedor de una gran capacidad para
modificarse. Esta capacidad en sus múltiples dimensiones de funcionamiento, muy
legítimamente se pueden atribuir a un constructo denominado inteligencia, mas que a
nociones objetales utilizadas por los fixistas en las tradicionales teorías psicológicas.

El comportamiento humano se considera, desde la perspectiva de la Teoría de la


Modificabilidad, como lo que se genera en el organismo (un “estado específico”)
humano ante ciertos estímulos, ya sean internos o externos. Es un nuevo estado del
organismo ante una estimulación (no se esta hablando para nada de condicionamiento
operante). No es el “rasgo” de una supuesta inteligencia fija de la personalidad, como
característica constitutiva. Esta diferencia es muy importante reconocerla.

Ahora bien, es muy curioso pero en algún momento, a raíz de los trabajos de Sinott (1981)
acerca de la teoría de la relatividad, se hizo un intento por elaborar algunas definiciones
en Psicología y en las teorías del comportamiento semejantes a las expresiones utilizadas
por el relativismo predominante en las nuevas ciencias físicas en contraposición con los
enfoques pre-relativistas de las disciplinas sociales y del comportamiento.

En el transcurso del desarrollo de la definición de la MEC se asemejó mucho y se alineó


un poco a este enfoque, como expresión de un marcado acento relativista que se
sugieren en algunos pocos parámetros de Sinott. Un poco mas adelante con Rhodes
(1993) se señala que la teoría cuántica como referente, se puede encontrar también en
la MEC , en cuanto que posee su énfasis en la existencia del organismo como generador
de realidad y no como simple recipiente y reproductora de realidad. Lo que lleva a
concluir que el organismo humano es el que produce la realidad y no son
individualidades o colectivos que simplemente la perciben y la almacenan. Esto es muy
importante hoy en la concepción de un nuevo tipo de educación y además, esta de
acuerdo con la ontología del paradigma naturalista, hermenéutico, constructivista, que
es dimetralmente opuesto al positivista.

Como bien se sabe, los enfoques relativistas tienen la virtud de abandonar las posiciones
rígidas, en todos los procesos y secuencias, sobre todo cuando se refieren a lo cognitivo,
a la personalidad, y su postura y operacionalización se tornan un poco mas flexibles, en
cuanto que se consideran los cambios que se producen en lo que se va a medir. Esto
coincide plenamente con el enfoque de la MEC ya que esta considera la transformación
y los cambios como los objetivos fundamentales de cualquier tipo de evaluación
(diagnóstico) y no del funcionamiento manifestado por una persona, estadísticamente
manejado. Lo que se considera a la hora de realizar evaluaciones, es el poder de
cambio del organismo, la propensión para aprender y realizar transformaciones
estructurales a todo nivel. Esto trae consecuencias dramáticas en la educación y en las
demás intervenciones de tipo personal. Y por esta razón modificabilidad es importante,
por el poder conceptual que conlleva. Es una teoría, no un modelo, ni una didáctica, ni
una pedagogía. Esto no quiere decir que de ella no puedan derivarse modelos,
didácticas y pedagogías.

La MEC como teoría, puede tener su lugar en la dimensión de las ciencias del
comportamiento que definitivamente están afectando de manera muy profunda las
concepciones acerca del organismo humano, los desarrollos de la vida y el rol del medio
como factores en la constitución de los comportamientos en las personas. La MEC en
concreto, se considera como una opción muy eficaz y eficiente para efectuar
transformaciones y producir “estados positivos no existentes” en una persona, así como
modos y maneras de existir y ser, nuevas operaciones y obviamente nuevos
comportamientos. Considera también la MEC estas opciones accesibles a todo tipo de
organismo humano, independiente de las tres barreras u obstáculos que frecuentemente
impiden, o están implicadas en los cambios estructurales significativos a saber: la
etiología, como los períodos críticos del desarrollo, la edad, y la severidad de la
condición exigida por el nivel de cambio que se requiere, es decir, el estado actual de
organismo.

En relación con la etiología, es importante decir por lo menos que, no es una


determinante fija como se la consideraba desde siempre en las concepciones
deterministas de la inteligencia y la personalidad. En la MEC es un estado que puede y
debe ser superado por medio de las formas y maneras apropiadas de “intervención”, por
las que esas condiciones se pueden convertir en estados flexibles al usarse un modo de
intervención también flexible. En la MEC se denomina “mediación”.

Determinantes como los dados por factores herenciales, condiciones genéticas,


anomalías cromosomáticas, y la deprivación cultural (importante para la educación
formal) afectan indudablemente, pero no eliminan la propensión del organismo para ser
modificado, y esto se logra cuando se le coloca en condiciones especiales en donde la
flexibilidad es desarrollada.

Sobre este aspecto existen muchísimos trabajos científicos que hacen ver que la MEC,
vista como calidad de intervención, “mediación”, puede cambiar la dirección de un
determinante etiológico de manera real y duradera.

En cuanto a la edad y su relación con la plasticidad del organismo en los procesos de


cambio, la MEC conceptúa que este factor disminuye o reduce la plasticidad en una
persona, pero afirma que puede ser compensada con el desarrollo de otros factores
propios del desarrollo posterior.

Así como la resiliencia es enfática en proporcionar conocimiento para esta situación, la


MEC como teoría y como práctica profesional, reconoce que la calidad de los vínculos,
la sensibilidad a la cooperación, la identificación de necesidades vitales y sociales, la
experiencia de vida, son factores de modificabilidad.

Conocer y profundizar en la psicología del espacio vital, es el mejor camino para


comprender que la modificabilidad humana es independiente de los mal concebidos
estadios o períodos del desarrollo que son abstracciones artificiales y tienen que ver con
estados de la personalidad, no son rasgos estables. Es bueno recordar que los famosos
períodos del desarrollo se fundamentan en las concepciones embrionarias, mientras que
las concepciones de la MEC que son de tipo cultural, no se estancan ni las reducen a la
edad o períodos de desarrollo. El nuevo concepto de los “espacios dinámicos de
formación”, promocionados desde el equipo Cisne de Investigación tiene fundamento
en esta concepción.

Por lo tanto la extraedad no es un obstáculo, pero es necesario decir que no se la puede


manejar de cualquier manera para que realmente se puedan superar los
condicionamientos, se debe trabajar a través de la mediación.
En relación con la posible severidad de la condición de una persona, la MEC no la
considera como un bloqueo infranqueable para la transformación y el logro de la
modificabilidad efectiva. La actividad modificadora es válida en la medida que los
diseños del medio y las modalidades de intervención sean cuidadosas, pertinentes y
permanentes. En la Mediación son considerados 12 criterios1

La mediación, o sea el diseño y puesta en marcha de situaciones para el logro de


experiencias “sinérgicas y positivas” de aprendizaje mediado, como se aprecia, tiene dos
roles: uno, el explicativo que se encarga de demostrar la universalidad del fenómeno de
la modificabilidad y el heurístico, que tiene que ver con el desarrollo de los sistemas de
intervención y también con las materializaciones de las opciones de modificabilidad,
derivadas de los fundamentos de la Teoría.

La mediación, que es la llave maestra del proceso, tiene una concepción teórica que se
describe como la interacción de un organismo humano con el medio, en donde se
desencadenan fenómenos de posicionamiento de un ser humano formado en MEC,
entre el estímulo (intencionalmente diseñado y proporcionado) y el organismo que va a
modificarse, disparando en la persona la propensión para ello, es decir, para ser mas
inteligente cada vez. La mediación es la forma y manera de evidenciar y lograr en la
existencia humana la plasticidad y la flexibilidad que se concretizan en la modificabilidad
de la estructura cognitivo-afectiva y al mismo tiempo trabaja en la construcción de la
posibilidad de automodificarse, que en esencia, es la autonomía, como capacidad de
logro y opción.

Desde la perspectiva de la MEC, la inteligencia entonces, es definida como la


propensión o poder del organismo humano para ser modificado en su propia estructura,
o sea, adquirir nuevos estados, como respuesta a las necesidades de adaptación a
nuevos y poderosos estímulos, sean estos internos y externos, a través de la mediación. Y
esto tiene fundamento en el principio de la MEC que dice:

“El organismo humano es un sistema abierto que en su evolución adquirió la


propensividad para modificarse a sí mismo a través del acto humano mediador”
(Feuerstein 1974).

1
Ver Revista Magisterio. Número 12. 2006.
Para la educación y especialmente para los procesos formativos, es de gran
significación, el desarrollo del concepto de la propensión para aprender como un factor
vital, pues se trata de considerar lo estructural como objeto de trabajo y mediación por
parte del maestro. El desarrollo de la estructura cognitiva es la condición básica para
que la inteligencia pueda manifestar su poder de adaptación, de relación, de
aprendizaje y de creatividad.

Suele suceder que los determinantes causados por la deprivación cultural impidan o
bloqueen la capacidad para aprender o para desarrollar la inteligencia y esto se refiere
a la deficiencia existente en la estructura en términos de funciones cognitivas, sean estas
de entrada, de elaboración o de salida que son las que permiten el desarrollo de las
operaciones mentales.2

En estos términos y desde todo lo dicho anteriormente, la MEC, representa para la


educación un factor, no solo explicativo de la inteligencia como poder adaptativo y
relacional, sino un marco operacional de manejo para su desarrollo y también
instrumental puesto que proporciona instrumentos especializados para entrar en el
mundo de la estructura cognitiva de las personas con el fin de poder lograr procesos de
automediación.

Ser cada vez mas inteligente significa realizar mejores respuestas a las situaciones en
términos de relaciones cada mas complejas y de nivel abstracto. Productividad de la
inteligencia quiere decir poder comprender la naturaleza de las situaciones y abordarlas
de manera coherente y sobre todo productivamente. Es lo que se ha dado en llamar la
productividad ética de los conocimientos.

Todo esto no se da por generación espontánea, ni gracias a la experiencia docente, ni al


debate interno, ni a lo proporcionado por la universidad, es preciso que se produzca de
manera intencional y realizado por profesionales especializados, en el marco de un
proceso de formación como maestro mediador.

Conclusión.

2
Ver Revista Magisterio N. 12. 2006
Comprender el rol del maestro- mediador y sobre todo formarse como tal, significa la
posibilidad de proporcionar a las personas, a todo tipo de personas, la posibilidad de ser
más inteligentes y efectivos respecto de sus procesos educativos en el nuevo milenio.
Significa además la posibilidad de eliminar los efectos de la deprivación cultural que en
otros términos quiere decir, desbloquear la estructura cognitiva deficiente gracias a la
ausencia de mediación en las etapas decisivas del desarrollo y que ocasiona graves
fallas de formación. Y en general proporciona a los maestros las herramientas
conceptuales, operacionales e instrumentales para desarrollar un trabajo profesional de
tipo estructurante, en donde la autonomía y la creatividad son sus efectos evidentes.

Bibliografía.
Martínez José María. La Mediación En El Proceso De Aprendizaje. E. Bruño. Madrid. 1994.
……………………. Es Modificable La Inteligencia?. Ed Bruño. Madrid. 1997.
Melillo Aldo. Resiliencia Y Subjetividad. Ed. Paidós. Barcelona. 2005
Pilonieta. Germán. Evaluación De Competencias Básicas Profesionales En El Docente. Ed . Magisterio. Bogotá.
2006.
Pilonieta, Germán., Proyecto Educativo Para Jóvenes Y Adultos Trabajadores. SED. Bogotá, 1995.
Pilonieta, Germán., 16 Manuales Para Educación De Adultos. Aprendiendo A Mediar. SED. Bogotá. 1994.
Pilonieta, Germán., Desarrollo De La Inteligencia Y Del Pensamiento Divergente. Bogotá. Mimeo. 1996.

Potrebbero piacerti anche