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ALEGACIONES
Tal imputación es arbitraria puesto que no existe ningún elemento que permita
manifestar que la tenencia de dicha sustancia (hachís/marihuana) fuese ilícita,
aportando sin embargo esta parte acreditación de la licitud de la tenencia por
cuanto que la misma viene motivada por su uso terapéutico, recogido por el
Tribunal Supremo cuando, en sentencia de 4 de febrero de 1987, afirma que el
bien jurídico protegido en abstracto por el delito contra la salud pública es
precisamente la salud pública puesta en peligro por el consumo de
estupefacientes con fines no científicos o médicos.
Por otra parte, es evidente que existe una calificación pública sobre los
hechos realizada por personas cuyo testimonio goza de una presunción de
veracidad, debiéndose diferenciar respecto al alcance del valor de los mismos
entre el testimonio ofrecido por los agentes de la guardia civil sobre hechos cuya
fijación viene predominantemente asimilada por vía sensorial y sobre aquellos
otros cuya representación se alcanza mediante presunciones o juicios de
inferencia (sentencias de 7 y 11 de mayo de 1992), presunciones o juicios de
inferencia que deberán someterse, en todo caso, al juicio ponderado obtenido a
partir del contraste de dichos testimonios con los otros elementos de
conocimiento concurrentes (sentencia de 8 de octubre de 1990, y sentencia
76/1990), lo que supondrá la quiebra de la presunción de veracidad de los
citados testimonios respecto a las presunciones o juicios de inferencia
precisamente por la existencia de elementos subjetivos concurrentes.
Así las cosas tenemos que, si bien existiría presunción de veracidad en las
manifestaciones de los agentes en cuanto a la existencia de la sustancia en el
interior del vehículo -por cuanto tal e-tremo pudo ser apreciado de forma
sensorial y directa-, la calificación de dicha tenencia como ilícita se alcanzaría
mediante presunciones o juicios de inferencia sobre los cuales ya no sería
aplicable tal presunción, debiendo imperar en dicho momento lo dispuesto en
nuestro Artículo 24 de la Constitución Española. Y ello porque el Artículo 25,1 de
la Ley de Seguridad Ciudadana sanciona la tenencia ilícita, no la mera tenencia
y será de cargo de quien acuse probar la ilicitud de dicha tenencia, sin que se
haya realizado por parte de la administración actividad alguna tendente a probar
tal e-tremo y sin que quepa, precisamente por aplicación del Art. 24 de la
Constitución Española, la posibilidad de otorgar presunción de ilícita a cualquier
tenencia, má-ime cuando, como sucede en el presente supuesto, la tenencia es
debida a motivos terapéuticos.
Esta parte pretende hacer uso de los siguientes MEDIOS DE PRUEBA que en
este acto propone:
Por todo ello a V.I. SOLICITO que teniendo por presentado este escrito se
sirva admitirlo con los documentos y copias que lo acompañan, tenga por
evacuado en tiempo y forma el trámite conferido y por efectuadas las
alegaciones que en el mismo se contienen, así como por propuestos los medios
de prueba que se detallan, acordando su práctica y, previos los trámites
pertinentes, dicte en su día resolución por la que se acuerde no haber lugar
imposición de sanción alguna y devolver a quien suscribe la sustancia incautada
indebidamente.