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INTELIGENCIA EMOCIONAL

1. DEFINICIÓN
El término INTELIGENCIA EMOCIONAL se refiere a la
“capacidad humana de sentir, entender, controlar y
modificar estados emocionales en uno mismo y en los
demás”. No es ahogar las emociones, sino dirigirlas y
equilibrarlas.

La inteligencia emocional es la capacidad que tiene una


persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus
emociones y las de los demás con eficiencia y generando
resultados positivos. En otras palabras, es la habilidad para
gestionar bien las emociones para la gente que nos rodea
se sienta a gusto a nuestro lado.

Una persona que se enfada con facilidad, que se pone triste


con frecuencia o que no es capaz de controlar sus impulsos
es alguien con mala inteligencia emocional. Por el contrario,
una persona que se conoce bien a sí mismo, que es capaz
de pensar antes de actuar, que entiende sus impulsos, que
los expresa con educación siendo sincero pero, a la vez,
consiguiendo no afectar negativamente a la gente que le
rodea es una persona con muy buena inteligencia
emocional.

2. PRINCIPIOS
1.- Recepción: Cualquier cosa que incorporemos por
cualquiera de nuestros sentidos.
2.- Retención: Corresponde a la memoria, que incluye la
retentiva (o capacidad de almacenar información) y el
recuerdo, la capacidad de acceder a esa información
almacenada.
3.- Análisis: Función que incluye el reconocimiento de
pautas y el procesamiento de la información.
4.- Emisión: Cualquier forma de comunicación o acto
creativo, incluso del pensamiento.
5.- Control: Función requerida a la totalidad de las
funciones mentales y físicas.
3. CARACTERÍSTICAS
Según David Goleman, el autor del famoso libro Inteligencia
Emocional, las personas con un adecuado nivel
de inteligencia emocional se definen por poseer unas
determinadas características que confluyen en el siguiente
perfil:

o Capacidad de automotivación: son personas cuya


conducta no depende de la motivación extrínseca (los
premios o halagos que nos dan los otros), sino de la
motivación intrínseca (del deseo de hacer una tarea o
conseguir algo por sí mismo).

o Saben posponer las recompensas: son personas que


saben llevar a cabo un esfuerzo a pesar de que los
resultados que buscan tras el mismo aparezcan más
tarde o a veces sean inciertos (por ejemplo estudiar una
carrera, presentar proyectos, preparar una oposición,
plantar un jardín, etcétera).

o Controlan sus impulsos: no son víctimas de sus


impulsos y decisiones tomadas en un momento puntual.
Son reflexivos y saben valorar adecuadamente las
diferentes alternativas.

o Toleran la frustración: no se rinden ni irritan


fácilmente cuando no se ven cumplidos sus objetivos.

o Controlan sus estados emocionales: sienten


emociones como todos, pero saben regularlas para que
no les causen problemas (por ejemplo cuando se enfadan
saben dejar de estar enfadados en lugar de enfrentar
conflictos).
o Presentan adecuadas habilidades sociales: adoptan
un estilo de comunicación asertivo en su relación con los
demás y son personas empáticas.
4. FUNCIONAMIENTO
La inteligencia emocional nos sirve para entendernos a
nosotros mismos, pero también para relacionarnos mejor
con los demás y además, para gestionar nuestras propias
emociones de una forma adecuada y saludable.
Pero, gestionar las emociones no quiere decir eliminarlas;
quiere decir manejarlas para que no nos desborden y
tomen el control de la situación.

Para Goleman, los principales componentes de la


inteligencia emocional son:

• Autoconocimiento emocional (o conciencia de uno


mismo): Se refiere al conocimiento de las emociones y
cómo nos afectan.

Es muy importante conocer el modo en el que nuestro


estado de ánimo influye en nuestro comportamiento, cuáles
son nuestras virtudes y nuestros puntos débiles. Nos
sorprenderíamos al saber cuán poco sabemos de nosotros
mismos.

• Autocontrol emocional (o autorregulación): El


autocontrol nos permite no dejarnos llevar por los
sentimientos del momento. Es saber reconocer qué es
pasajero en una crisis y qué perdura.

• Automotivación: Dirigir las emociones hacia un objetivo


nos permite mantener la motivación y fijar nuestra atención
en las metas en lugar de en los obstáculos. En esto es
necesaria cierta dosis de optimismo e iniciativa, de forma
que seamos emprendedores y actuemos de forma positiva
ante los contratiempos.

• Reconocimiento de emociones ajenas (o empatía):


Las relaciones sociales se basan muchas veces en saber
interpretar las señales que los demás emiten de forma
inconsciente y que a menudo son no verbales.

El reconocer las emociones ajenas, aquello que los demás


sienten y que se puede expresar con gestos, por una mala
contestación, nos puede ayudar a establecer lazos más
reales y duraderos con las personas de nuestro entorno. No
en vano, reconocer las emociones ajenas es el primer paso
para entenderlas e identificarnos con ellas.

• Relaciones interpersonales (o habilidades sociales):


Cualquiera puede darse cuenta de que una buena relación
con los demás es una de las cosas más importantes para
nuestras vidas y para nuestro trabajo. Y no solo tratar a los
que nos parece simpático, a nuestros, amigos, a nuestra
familia.

5. EJEMPLIFICACIÓN DE CASOS
1. El cerebro muchas veces solapa las verdaderas
emociones con otras: es frecuente que las personas se
enojen para no manifestar la tristeza.

Se debe comprender verdaderamente cuál es la emoción


que se siente es uno de los puntos más altos de la
inteligencia emocional.

2. Valorar los triunfos de los demás, sin estarse


permanentemente comparando y sacando conclusiones
para la vida propia.

3. Las personas con inteligencia emocional alta son capaces


de aceptar los errores cometidos y de perdonarlos, pero
no con esto dejando de aprender de lo que han hecho.

4. Pensar en las reacciones realizadas en forma inmediata a


las emociones, tratar de interpretarlas y aprender de
ellas.

6. IMPORTANCIA
Con todo lo expuesto, apreciamos que la importancia de la
inteligencia emocional se debe a que mediante ella
logramos motivarnos, controlamos nuestros impulsos,
regulamos los estados de ánimo y empatizamos con los
demás.

Nos permite no solo convivir con quienes nos rodean, sino


sobrevivir. Es, en fin, la que controla gran parte de quiénes
somos.

La inteligencia emocional a su vez, favorece en gran


manera los vínculos personales saludables, pues incluye la
habilidad de compartir y entender también las emociones
de otras personas.
Por otro lado, las personas con inteligencia en el campo
emocional tienen más probabilidades de alcanzar un
excelente rendimiento a nivel laboral. De hecho, algunas
investigaciones realizadas han demostrado que la mayoría
de los profesionales exitosos cuentan con esta
característica.

INTRODUCCIÒN
Al hablar de la inteligencia y las emociones no pensamos
que están ligadas, pero las emociones y la inteligencia se
encuentran más estrechamente ligadas de lo que a veces
pensamos.

Según el Psicólogo Daniel Goleman nos dice que la


inteligencia emocional “se refiere a la habilidad para
percibir, entender, razonar y manejar las emociones de uno
mismo y de los demás”, así también debe involucrar la
capacidad de ser consciente de las emociones y de cómo
estas afectan e interactúan con las denominadas
inteligencias tradicionales.

Para aplicar, en toda su extensión, la inteligencia


emocional, que potencialmente todos poseemos, creemos
que hay que conocer más a fondo sus aspectos y practicar
parte de los componentes que la integran, teniendo en
cuenta que afectan a los rasgos de la personalidad de cada
formador.
Pensamos que en muchos casos desconocemos hasta qué
punto somos capaces y cómo podemos proyectar nuestras
habilidades.

De esta manera en el siguiente trabajo, definiremos que es


la inteligencia emocional, cuáles son sus principios, sus
principales características, cómo funciona la inteligencia
emocional, algunos ejemplos y por último la importancia
que en esta radica.

CONCLUSIÒN
De esta manera se puede concluir que:
 La inteligencia emocional consiste en controlar las
emociones y saber la causa que genera los diferentes
sentimientos como la ansiedad, la ira, la tristeza, entre
otros, así como asumir las consecuencias de nuestras
decisiones y actuaciones con la finalidad de buscar
soluciones y mejorar de esta manera las relaciones
sociales.

 El hombre, en toda su acepción, posee un conjunto de


sentimientos que producen emociones expresadas de
forma verbal o no.
La capacidad para manejar dichas emociones depende de
cómo cada persona enfoca su Inteligencia Emocional,
donde las relaciones inter e intrapersonales son esenciales
para lograr el autocontrol, piedra angular del éxito en sus
relaciones laborales, sociales, personales, entre otros.

 Las personas que manejan con destrezas esas


habilidades emocionales, tienden a mayor proporción a
ser eficaces en su vida y por lo tanto a sentirse
satisfechas, por el hecho de manejar sus conductas
mentales en beneficio propio; al contrario de aquellos
individuos que no logran dominar su mundo emocional,
perjudicando drásticamente el desarrollo de su vida, sea
esta laboral, familiar o social.

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