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Capítulo I

La vida, en su sentido mas amplio, es un concepto que alude a la existencia, por lo


tanto, “la vida se inicia en el momento de la fecundación” (Julián Pérez Porto,
2015), esto quiere decir que, desde ese preciso momento, comienza una nueva
etapa para el ser humano, desde la etapa prenatal hasta la etapa de la vejez. Cada
una de estas etapas son de suma importancia y tienen un gran impacto en el ámbito
psicológico, pero mediante diferentes estudios realizados, se ha comprobado, que
la adolescencia es la etapa mas importante que vive el ser humano.
Ahora bien “La adolescencia es el período de la vida de los seres humanos que
transcurre entre los 10 y 19 años de edad, donde existen cambios biológicos,
psíquicos y sociales” (Lucia Raysa Menéndez-López, 2018). Por lo tanto, la
adolescencia es una de las fases más fascinantes y quizás más compleja, ya que los
jóvenes establecen su independencia emocional y psicológica, aprenden a entender
y vivir su sexualidad y a considerar su papel en la sociedad del futuro, a su vez, los
adolescentes luchan con cambios físicos y emociónales en muy poco tiempo.
Asimismo, la adolescencia es un periodo con grandes posibilidades, quizás es una
de las etapas más decisivas en la vida, ya que “Es un período de transición
constructivo, necesario para desarrollo del yo". (Hurlock, 1990, p. 15), esto quiere
decir, que todos los adolescentes se enfrentan a la necesidad de establecer su
propia identidad y se plantean la necesidad de trazar su propio camino, y de
realizar su propia vocación, en esta etapa comprendida el joven empieza a pensar
en su futuro, esto a la vez sirve para que el joven madure, y encuentre buenas
oportunidades para llegar a una personalidad más consolidada, también aparece
una mayor curiosidad por conocer el mundo que lo rodea y experimentar todo
aquello desconocido.
Por otra parte, los adolescentes en esta etapa necesitan un debido apoyo y una
debida orientación. “Los adolescentes necesitan padres que tengan una conducta
íntegra y coherente” (José Valdés Rodríguez, 2017) ya que es una etapa llena de
cambios, los jóvenes necesitan ser atendidos por su familia, ya que se presentan
amistades y situaciones dañinas para los jóvenes, a su vez estas situaciones afectan
sus creencias, cultura y afectos, por esta razón, necesitan padres que le dediquen
tiempo de calidad y mantener una buena relación con los jóvenes, aunque se
dificulte esa socialización. Es muy importante realizar una aproximación a la vida
de los adolescentes y adentrarse en sus problemas, también es necesario realizar un
mayor acercamiento amistoso a los jóvenes para lograr ganar su confianza y
ayudarlos en sus dificultades, todo esto para que no tomen decisiones equivocadas,
que muchas veces se extienden o traen consecuencias para toda la vida.
De esta manera, los padres necesitan explicar a los jóvenes todos los cambios
físicos y sociales que atravesarán en ese tiempo, a su vez, deben atenderles,
ayudarlos con su autoestima, invitarle a integrarse a grupos positivos, ya sean de
tipo social, artístico, académico, y deportivo, donde logren apropiarse de saberes,
desarrollar aptitudes, destrezas y formarse en valores. Cuando el adolescente se
encuentra en un ambiente en el que no se siente querido y aceptado, se encontrará
cohibido en su desarrollo físico y mental y su sentimiento de seguridad se verá
afectado. Es aquí donde los padres juegan un papel fundamental colaborando para
que su hijo adolescente tenga confianza en sí mismo y amor propio, y les inculquen
la fortaleza que necesitan para que superen sus debilidades.

La adolescencia también es una edad muy complicada, tanto para el joven que está
experimentando una gran cantidad de cambios internos y externos que no sabe
controlar, como para los padres y adultos que están con ellos, pues su actitud casi
siempre suele impedir que se pueda hablar tranquilamente con los jóvenes.
Además, esta etapa puede presentar dificultades ya que el adolescente es
vulnerable a diferentes situaciones y está en proceso de desarrollo personal. Un
claro ejemplo es el “mal estado de ánimo” o “humor negativo”. “En esta etapa se
presentan dificultades en el Humor, Emociones, Sentimientos, Afectos sexuales,
Atracción, Enamoramiento y Afectos sociales” (F. López Sánchez., 2015) esto
quiere decir que los jóvenes pueden presentar dificultades para expresarse,
comprender, compartir, y usar socialmente bien las emociones. Estas dificultades
generan problemas de comunicación, ya que no compartir las emociones
imposibilita la empatía, y no saber regular las emociones conllevan a problemas en
las relaciones sociales y laborales, incluso con la mayor posibilidad de tener
conductas violentas, esto se debe a la demora en el proceso de maduración
psicosocial, ya que provoca en los jóvenes un estado de frustración cuyo síntoma
más claro es su explosiva agresividad, que desemboca frecuentemente en actos
de violencia o en distintas formas de conducta inapropiadas, y en ocasiones, en la
evasión de una realidad que les resulta ingrata, es decir, se sienten incomprendidos
o rechazados. Cuando el adolescente vive en circunstancias de conflictos,
es tierra fértil para sufrir impactos de una realidad llena de frustraciones.

Desde el punto de vista afectivo y social los sufrimientos de soledad, frustración,


inseguridad emocional e interpersonal son las más frecuentes ya que es común la
aparición de ciertos problemas psicológicos que son más o menos graves según el
trastorno del que se trate. Por otra parte, la depresión aparece con relativa
frecuencia en la adolescencia debido a diferentes situaciones. Estos sentimientos
hacen que sea difícil tener una vida normal e impide el desarrollo de sus
actividades habituales, a su vez, estos sentimientos conllevan al trauma que puede
afectar al adolescente a lo largo de su vida.
Ahora bien, según ( Nuri Humet, 2018 ) “un trauma es una herida psicológica que
puede ser provocada por diversas situaciones generalmente extraordinarias,
inquietantes, abrumadoras y perturbadoras, que van más allá de las experiencias
usuales”. Esto quiere decir que los sucesos traumáticos son eventos que tienen el
potencial de provocar sufrimiento significativo en los adolescentes, que producen
fuertes reacciones emocionales, físicas, conductuales y espirituales. En otras
palabras, el trauma, sin importar su origen, lastima de tal manera la salud y salud
mental, la seguridad y el bienestar los jóvenes, que este puede llegar a desarrollar
creencias falsas y destructivas de sí mismo y del mundo. Sin embargo, hay
adolescentes que no obtienen ayuda para superar estos traumas
Los jóvenes que han sido expuestos a un ambiente de malos tratos, a la negligencia,
al abuso sexual o a cualquier tipo de ambiente perjudicial, habrá tenido que
desarrollar una serie de estrategias para sobrevivir, sin saber por dónde salir,
afrontar o asimilar una situación. Estos jóvenes si no reparan el trauma, en un
futuro serán adultos que evitarán las relaciones afectivas, mostrándose fríos y faltos
de sentimientos y empatía o, por el contrario, fuertemente dependientes de una
pareja, un hijo, una madre o cualquier figura que pueda darles ese vínculo que no
tuvieron de adolescentes.
Es importante destacar, que cualquier joven al ver una conducta de abuso o de
abandono, lo vive como una amenaza a su vida y, por tanto, esto le afecta
traumáticamente. La mayoría de los adolescentes se ven afectados
traumáticamente por el abuso sexual, ya que a lo largo de esta etapa presentan
síntomas de depresión y pensamientos suicidas por el trauma dejado.
Según (López, Aportes de la Educación Social para la Prevención del Abuso Sexual
Infantil., 2015) “El abuso sexual hace referencia al trato deshonesto a una persona
de menor experiencia, fuerza o poder” esto quiere decir que, los adolescentes se ven
como víctimas más vulnerables, indefensas, desprotegidas que han sido
afectadas por una figura mas “poderosa” que aprovecha ese poder para abusar de
ellos. Lastimosamente el abuso sexual es una realidad más cotidiana de lo normal.
Al mismo tiempo, es una realidad oculta.
El abuso sexual en adolescentes es tan “agresivo” y tan “perverso” que todas las
áreas de la personalidad quedan afectadas, destruyendo moralmente a la
persona. La primera de ellas es la sexualidad. Puede darse desde una
sexualidad muy inhibida y reprimida, a conductas sexuales compulsivas que
desencadenen en la promiscuidad o incluso la prostitución. Por esta razón, hoy
en día se ven embarazos en adolescentes a muy temprana edad, también hoy en
día se ve una gran tasa de suicidios en adolescentes, que pueden ser por
diversos problemas, como la depresión, el abandono y el sentirse culpable por
un abuso sexual.

Con respecto a, como sanar esas cicatrices en adolescentes, hay diferentes


métodos y terapias y una de ellas es la hipnoterapia, según (Dolores Rizo Vidal,
2018) “La hipnosis es una técnica terapéutica mediante la cual se lleva al
hipnotizado a un estado de concentración máxima”. Esto quiere decir que permite
que el adolescente experimente una sensación de profunda relajación y a su vez se
pueda ingresar al subconsciente para encontrar y solucionar distintos bloqueos,
traumas y vivencias. A través de la hipnosis el joven se libera “lógica y
racionalmente” y mediante este estado de trance se expresará libremente, en donde
se tocará su ser interior y sus anhelos más profundos

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