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SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

1. Acuerdos logrados en los pactos de Benidorm, Marzo y Sitges.


El Pacto de Benidorm
El pacto de Benidorm, firmado el 24 de julio de 1956, fue el inicio del que posteriormente se
denominaría Frente Nacional. En él se planteaban las nociones principales para formar un gobierno
de coalición entre los partidos tradicionales de Colombia: Liberal y Conservador. Sus creadores
fueron Alberto Lleras Camargo, director del Partido Liberal, y Laureano Gómez, líder de una de las
facciones del Partido Conservador; ambos personajes, expresidentes de la República de Colombia.
Benidorm es considerado el “punto de partida de la política de entendimiento de los partidos y la
unificación de esfuerzos para luchar contra la tiranía”. El gobierno de Laureano Gómez fue derrocado
el 13 de junio de 1953, por las Fuerzas Militares y respaldado por el Partido Conservador. Gómez fue
entonces exiliado a España y el general Gustavo Rojas Pinilla fue el que asumió la Presidencia, pero
pasado un tiempo, su gobierno se tornó dictatorial, Pinilla se escudó en las Fuerzas Armadas para
realizar actos despóticos innaturales en una República; uno de ellos, y quizás el que más caldeo los
ánimos, fue la censura a la prensa. Los primeros acercamientos entre Alberto Lleras y Laureano
Gómez se llevaron a cabo por correspondencia, y así fue como se planeó el encuentro que daría como
resultado el Pacto de Benidorm, el 14 de julio de 1956, se encontraron Lleras y Laureano en
Benidorm, municipio español ubicado a las orillas del mar Mediterráneo; en este ambiente de
cordialidad fue donde ambos líderes sentaron las bases del Frente Nacional. Varios fueron los puntos
que se tocaron en Benidorm, pero el más importante fue sin duda acabar con la dictadura de Gustavo
Rojas Pinilla. Era claro que para lograrlo era necesaria una alianza entre liberales y conservadores.
Finalmente, el Pacto se firma el 24 de julio de 1956 y es recibido con entusiasmo por los respectivos
partidos.
Acuerdo de Marzo
Mariano Ospina Pérez (también expresidente de Colombia), que era presidente de la Asamblea,
renuncia al denunciar a Rojas de monopolizar los poderes del Estado; sumado a esto, las Fuerzas
Armadas respaldan a Rojas para que continúe su mandato de 1958 a 1962. Este acto permite que el
ospinismo, que era el que lideraba el Directorio Conservador, se una al Directorio Liberal para apoyar
el proyecto de coalición bipartidista. El pacto que se firma es denominado El Pacto de Marzo (firmado
el 20 de dicho mes en 1957) es el que sella la oposición a la dictadura, después de esto, el 10 de mayo
cae el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, cumpliéndose uno de los objetivos del Pacto de
Benidorm, y así se instaura un gobierno transicional en cabeza de una Junta Militar. Es importante
resaltar lo que consiguió el Pacto de Benidorm, que fue el que sentó las bases para el acuerdo final,
el de Sitges, que es el que dará la última estocada para la instauración del Frente Nacional.
Tratado de Sitges
Después de un año de haberse realizado el Tratado de Marzo, entre los ex presidentes Laureano
Gómez y Alberto Lleras, tuvo lugar otro, no menos importante, para examinar la situación existente
a la caída de la dictadura de Rojas Pinilla y para estudiar los procedimientos que podrían
recomendarse para el regreso a la vigencia de las instituciones republicanas. El 27 de julio de 1957 a
las 10 y media de la mañana se celebró un gran tributo de bienvenida a Alberto Lleras Camargo, que
retornaba de entrevistarse con Laureano Gómez. Por esos días, este encuentro absorbía toda la
atención del pueblo colombiano y de la prensa: “Durante dos semanas la opinión ha vivido pendiente
de las conversaciones de los dos expresidentes y cabezas de los partidos políticos colombianos que,
en julio de1956 dieron base en Benidorm al movimiento que derribó en diez meses a Rojas Pinilla”.
La exaltación heroica de estos personajes sobresalía en la opinión pública, pues representaban la
promesa de un nuevo porvenir Lleras era claro en su principal objetivo pues, “El acuerdo de Sitges
es consecuencia lógica del pacto de Benidorm, y su principal objetivo es el de consolidar la paz de
Colombia, con base en la unión de todos los colombianos y el apoyo decidido de las fuerzas armadas”
El 29 de julio de 1957, el ex presidente, Alberto Lleras Camargo, Leyó en una cadena de radiodifusión
el tratado, luego de ser revisado por los miembros de la Junta Militar, que ya lo habían aprobado y
además, habían convocado a elecciones para el 7 de agosto de 1958. También el día anterior había
sido presentada a consideración de los jefes de ambos partidos, y a los miembros de CONACCIÓN.
Primeramente, el tratado proponía las bases políticas para la paz, pues el país se encontraba aún en
medio de la violencia y de una gran crisis económica debido al deterioro del sector externo. Ahora
era necesario consolidar y ampliar las bases para el entendimiento que en Benidorm se habían
establecido, buscando la mutua cooperación entre los partidos para la restauración de la Constitución
que había sido abolida por Rojas. Esto, con el fin de volver a vivir bajo el amparo de leyes dictadas
por representantes auténticos del pueblo, era necesario un orden constitucional en el cual cada persona
conociera sus derechos, obligaciones y cuáles las penas para quien las violase, además que fueran
acatadas por todos.

2. Los nuevos acuerdos políticos pactados entre liberales y conservadores


a. Hacia el primer acuerdo: la generación de condiciones para la negociación
Una primera fase preliminar se extendió de marzo a junio de 1956, momento en el cual Lleras decidió
viajar a reunirse con Laureano Gómez en Benidorm, España. El jefe del Partido Liberal hizo varios
diálogos con el sector laureanista del Partido Conservador. En ellos, fue necesario establecer
instancias de confianza mutua apoyadas en declaraciones en pro del entendimiento entre los partidos,
el interés por el retorno a las instituciones democráticas y, de parte del liberalismo, el apoyo a un
candidato conservador que le ofreciera garantías. Fue importante, también, excluir de las
conversaciones aquellos temas que pudieran generar desacuerdo, como fue el caso de la cuestión
religiosa.
b. De Benidorm al Pacto de Marzo: fijando los parámetros de la negociación
Sólo en el mes de julio llegó la esperada pero ambigua respuesta de Laureano Gómez a Alberto Lleras,
la cual convenció a este último de que resultaba imprescindible una visita personal. Con esta decisión
comenzó la segunda fase del proceso, en la cual el Pacto se concretó por primera vez gracias a la
firma del Acuerdo de Benidorm. Esta fase se extendió hasta la apurada convocatoria a sesiones de la
ANAC en marzo de 1957, hecho que condujo a la firma del Pacto de Marzo entre los dos partidos.
c. Del Pacto de Marzo a Sitges: del Frente Civil al Frente Nacional
Mientras el buen suceso del Acuerdo de Benidorm pasaba por estas altas y bajas, el 20 de marzo el
general Rojas convocó a la ANAC casi en secreto. Los partidos decidieron responder a este gesto con
la firma conjunta del manifiesto en que habían trabajado dificultosamente laureanistas y liberales
durante los meses previos. Comenzó así la tercera fase del proceso de construcción del Pacto, que se
extendería hasta la firma del Acuerdo de Sitges en julio de 1957. El manifiesto, “Comunicado
conjunto de los partidos Liberal y Conservador”, conocido como el Pacto de Marzo, planteó un
programa mínimo contra la reelección de Rojas y se comprometía a crear un gobierno civil en nombre
de los dos partidos. Para concretar la oposición, se creó una Comisión de Jurisconsultos de los dos
partidos encargada de examinar la validez de los actos expedidos por la ANAC. Además, se aceptaba
la candidatura conservadora apoyada por los dos partidos como fórmula para el retorno de los civiles
al poder.
La firma del documento generó bastantes tensiones. Fue firmado por los liberales de casi todos los
sectores, con excepción del sector popular minoritario que apoyaba a Rojas.
d. De Sitges al Plebiscito: el pacto adquiere su forma definitiva
En este marco, el jefe del Partido Liberal viajó de nuevo a España para reunirse con Laureano Gómez.
De nuevo, en su calidad de líderes de los dos partidos firmaron el Pacto de Sitges, cuarto acuerdo
fundamental para la elaboración del pacto frente nacionalista. En este acuerdo se precisaron los
mecanismos para la transición al gobierno civil y se avanzó en el diseño de garantías mutuas para el
ejercicio compartido del poder.
La declaración de Sitges fue bastante más extensa y detallada que la de Benidorm e incluyó por
primera vez el recurso a un Plebiscito para darle legitimidad y perdurabilidad a lo pactado.
Aparentemente, esta fórmula surgió por iniciativa de algunos estudiantes y fue acogida ante la
ausencia de otras alternativas viables para sacar adelante una reforma constitucional, debido al
desgaste del mecanismo de la Asamblea Constituyente. En su contenido se incluyeron prácticamente
todos los rasgos operativos de la repartición paritaria del poder, con excepción de la alternación
presidencial. Nuevamente la facción que le dio un impulso decisivo al acuerdo fue el laureanismo.
De agosto a diciembre se desarrollaron varios componentes claves del proceso. El primero de ellos
fue el relacionado con la elaboración definitiva del texto que sería sometido a votación popular en el
Plebiscito. El segundo asunto fue definir si las elecciones para Congreso se efectuarían
simultáneamente con las presidenciales o si se llevarían a cabo en fechas separadas.

3. Consolidación del Frente Nacional a partir del nombramiento de la Junta


Militar
El 1o de diciembre de 1957 se efectuó el Plebiscito. Como se ve en el Cuadro, fue el proceso electoral
de mayor participación en la historia colombiana. Además del resultado, de por sí contundente, se
contó con la participación del voto femenino por primera vez, en aplicación de una medida adoptada
por la ANAC en 1954, durante el gobierno del general Rojas. De esta forma, “se eliminaron en
Colombia todas las restricciones del sufragio, inaugurándose así la era del sufragio universal”. La alta
votación ha sido atribuida a varios factores: el ya referido de la participación femenina que luego no
se mantendría en niveles semejantes, el ejercicio del sufragio luego de varios años sin ejercerlo, la
propaganda gubernamental y partidista a favor del pacto y el rechazo al régimen militar. Igualmente,
el Plebiscito fue avalado por los principales sectores organizados de la sociedad: los partidos, la
Iglesia, los gremios de la producción y las confederaciones sindicales.
El Acuerdo sobre la alternación constituyó, entonces, el último recurso de negociación antes de la
consumación definitiva del Pacto con la elección y posesión de Alberto Lleras como presidente.
Dentro de los varios tipos de acuerdos examinados, éste tuvo una dinámica y una lógica similar a la
del Pacto de San Carlos. Sirvió para superar el último obstáculo latente en el proceso y dejó la vía
abierta a la culminación exitosa de la transición pactada. Sirvió de catalizador a un cambio
significativo en la posición del laureanismo que implicaba, además, una modificación de fondo a lo
aprobado tras largas y difíciles negociaciones. De nuevo, convergieron circunstancias muy propicias
para facilitar la solución al entrabamiento existente, en gran parte por el peso de lo avanzado hasta
allí.
4. Características que marcaron cada uno de los gobiernos del frente nacional.
a. Gobierno de Lleras Camargo, 1958-1960
El gobierno de Alberto Lleras Camargo comenzó el 7 de agosto de 1958. Su primera fase,
correspondiente a la ejecución inicial del pacto frente nacionalista, se dio entre la fecha señalada y
las elecciones de marzo de 1960. Es una fase en la cual el gobierno tuvo que actuar ceñido a los
parámetros fijados en las negociaciones y, por tanto, se evidenciaron los efectos iniciales de las
garantías y concesiones mutuas en el proceso político. En este lapso, el primer gobierno del Frente
Nacional tuvo frente a sí varios desafíos que se desplegaron en las distintas instancias del acontecer
social. En el terreno propiamente político se vio abocado a culminar el proceso de conformación del
andamiaje institucional del Frente Nacional. En lo relacionado con el orden público, el gobierno debió
afrontar los rezagos de la Violencia. Esto significó atender dos procesos divergentes. De una parte,
los efectos complejos del conflicto social y regional que se expresó a través de la cruenta pugna
bipartidista, que en conjunto llevó a agudos procesos de cambio y descomposición en las relaciones
sociales previamente existentes. Para ello se recurrió a políticas de rehabilitación, en términos de
atender las víctimas de la violencia y desactivar algunas manifestaciones vigentes de la misma. De la
otra, el fenómeno particular del bandolerismo, en tanto manifestación última de ejercicio de acciones
violentas por parte de agrupaciones previamente inmersas en la lucha partidista, para lo cual se
recurrió a la represión. Ésta se dirigió a eliminar los reductos de bandoleros, proceso en el cual se
utilizó el estado de sitio y se involucró a las Fuerzas Armadas. En cuanto a la economía, el gobierno
encontró un panorama menos dramático que el enfrentado por la Junta Militar, gracias a las medidas
de ajuste y estabilización adoptadas con éxito desde mayo de 1957. Le correspondió a este gobierno
instaurar la planificación económica, para lo cual resultó fundamental la creación del Departamento
Nacional de Planeación y la conformación del Consejo Nacional de Política Económica. Estas dos
figuras dan cuenta de los mecanismos estatales creados para asegurar un adecuado y técnico manejo
de la política económica, acorde con las exigencias de los organismos internacionales y con los
requerimientos de los sectores productivos más influyentes.
b. Guillermo león valencia
En 1962, el conservador León Valencia sustituyó a Lleras en la presidencia. En líneas generales,
continuó las mismas políticas que su predecesor e impulsó un gran plan para electrificar las zonas
rurales. Uno de sus mayores éxitos se produjo en el ámbito económico, al lograr aumentar las
exportaciones de café y petróleo. Esto significó una importante mejora en la economía del país.
León Valencia también intentó acabar con los últimos focos de violencia que quedaban en Colombia.
Sin embargo, el bombardero de Marquetalia, en 1964, acabó provocando el nacimiento de otro grupo
guerrillero: las FARC.
c. Carlos Lleras Restrepo
Continuando con la alternancia establecida en el acuerdo, el siguiente presidente le correspondió al
Partido Liberal. Se trató de Carlos Lleras Restrepo, quien centró sus esfuerzos en modernizar las
estructuras estatales y en reformar las políticas económicas. Lleras Restrepo sí logró aprobar una
importante reforma agraria, además de dar voz a los campesinos con la formación de una organización
que agrupaba a sus representantes. Aparte de esta medida, Lleras Restrepo reformó la Constitución
para dar más poder a la figura del presidente, incorporar la figura de emergencia económica ante una
situación excepcional y aumentar hasta 1978 el periodo en el que liberales y conservadores debían
repartirse por igual los cargos públicos.

d. Misael Pastrana
Misael Pastrana, del Partido Conservador, fue el último de los presidentes del Frente Nacional. Su
mandato comenzó en 1970 y pronto se enfrentó a varios problemas políticos. Para esa época se había
creado en Colombia un nuevo partido que amenazaba la primacía de los tradicionales. La ANAPO
(Alianza Nacional Popular) había sido fundada por Rojas Pinilla y estuvo a punto de ganar las
elecciones de 1970. Las acusaciones de fraude electoral llevaron a que parte del nuevo partido creara
un nuevo grupo armado, el M-19. De acuerdo con el pacto que dio lugar al Frente Nacional, este
debía terminar en 1974. Las elecciones de ese año, ya sin la alternancia obligatoria, llevó al Partido
Liberal al gobierno. Sin embargo, la reforma constitucional que había llevado a cabo Lleras Restrepo
hizo que los cargos se repartieran entre los dos grandes partidos.

5. Hecho fundamental que marcó la elección del último presidente del Frente
Nacional, el conservador, Misael Pastrana Borrero.
La segunda mitad de los años sesenta presenció cierto agotamiento del pacto político y los esfuerzos
de reinvención del poder ejecutivo en cabeza del Dr. Lleras Restrepo no dieron resultados. Interesado
éste en propiciar una democracia más directa, tomó cierta distancia de los partidos políticos y optó
por una política de mano fuerte hacia los sectores opuestos al sistema político. Muestra de ello fue la
ilegalización de la Fundación Universitaria Nacional (FUN) y la represión a la que fueron sometidas
todas las expresiones de reivindicación social y política. Por su parte, las relaciones con los actores
sociales no fueron menos complicadas y azarosas, si bien inicialmente las centrales obreras (Unión
de Trabajadores de Colombia, UTC y Central de Trabajadores de Colombia, CTC) no realizaron
considerables manifestaciones, ciertas medidas económicas lesivas a los intereses de los trabajadores
estimularon el enfrentamiento contra el gobierno. La propuesta de capitalizar el Fondo Nacional del
Ahorro con los aportes a cesantías de los obreros generó una aguda desconfianza y distanciamiento
de los sindicatos y empleadores. Todo se desbordó en 1969 cuando se convocó a manifestaciones
contra el alza de los precios del transporte, acciones que si bien iniciaron en Cali, terminaron por
afectar a todo el país. Todas estas tensiones pusieron de presente una situación de crisis social general.
El Frente Nacional fue entonces un periodo en el que la movilización estudiantil, pero no solo ella,
como se ha visto, experimentó un súbito auge. Desde finales de 1969 los conflictos estallaron en
universidades como la Tecnológica de Pereira e Industrial de Santander, a las que se sumaron la
Universidad Nacional, la Universidad del Valle y la de Antioquia e incluso algunas privadas como la
Gran Colombia y la Pontificia Bolivariana en Medellín. Tal situación se complicó durante el primer
trimestre de 1970, debido al cierre al que fue sometida la Universidad Nacional desde el 24 de febrero
hasta el 13 de abril, hecho que generó la solidaridad de las universidades privadas más importantes
de la capital. El último periodo presidencial del Frente Nacional da muestras del agotamiento del
sistema. Como resultado de la reforma constitucional de 1968, las elecciones de 1970 para asambleas
departamentales y concejos municipales no siguieron la regla de la paridad, lo que permitió la
competencia política en todos los niveles político-administrativos.
El General Rojas Pinilla denunció que en la elección de Pastrana se había cometido fraude, ya que
según sus estimativos él había ganado con amplia mayoría. No obstante, los datos oficiales señalaron
que Rojas Pinilla había obtenido 1.561.468 votos, mientras que el representante del FN, había ganado
el favor de 1.625.025 sufragantes Cabe recordar que los usuarios campesinos experimentaron un
proceso de politización hacia la izquierda, hecho que los llevó, a apoyar, además de las invasiones de
tierra, formas de protesta cada vez más radicales, tales como la toma de oficinas públicas. La presión
política que estos grupos sociales empezaban a ejercer, obligó al gobierno a realizar una revisión de
sus directrices administrativas, pero no para ceder a las demandas sino para contenerlas. Con unas
organizaciones campesinas cada vez más alejadas de la órbita gubernamental, una aguda situación de
movilización universitaria y una fuerte tensión con los maestros y otros gremios nacionales, el Frente
Nacional parecía derrumbarse.

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