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comisión oficial de la

investigación

Los momentos finales del ARA San Juan no fueron segundos, ni


minutos, sino horas donde una serie de hechos, algunos
simultáneos y otros concatenados, llevaron a la implosión del
submarino que yace en el fondo del Mar Argentino. A esta
conclusión arribaron los tres expertos de la comisión
investigadora y ad honoremque creó el Ministerio de Defensa
a un mes del último contacto con la nave argentina.LA
NACION accedió al borrador del informe final que será
entregado a fin de mes aOscar Aguad .
Para llegar a estas conclusiones, los integrantes del equipo
analizaron casos anteriores y bibliografía internacional. Además,
se reunieron con otros expertos internacionales, con personas que
llevaron adelante la reparación de media vida del submarino y
mantuvieron contactos con la Organización del Tratado de
Prohibición de Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en
inglés) que detectó la "anomalía hidroacústica" el 15 de noviembre
pasado.

Una larga noche en medio de un temporal


Según el borrador del documento, lo que se estima que ocurrió, y
que sólo podría ser confirmado en caso de encontrar el submarino
y sacarlo a superficie, comenzó con un incendio en el tanque de
baterías ubicado en la proa. El incidente habría sido provocado
por la entrada de agua a través del snorkel.

El temporal del 14 de noviembre era desde el sudoeste, es decir


que el submarino en superficie debía navegar hacia el noreste para
que las olas vinieran de popa y afectaran menos la navegación.

El incendio obligó a que el ARA San Juan saliera a superficie, de


noche, y en medio de una tormenta. Controlar ese incidente, sacar
el humo y el hidrógeno podría haber llevado horas, en la
oscuridad y con clima hostil. Según el reporte, cuando se pudo
controlar [aunque sea parcialmente] la situación, se decidió ir a
inmersión con intención de navegar hacia Mar del Plata y seguir
trabajando en las reparaciones

Para los expertos, llegado este punto, la tripulación acumulaba


desgaste "físico y psíquico" por haber estado en esa situación toda
la noche. Eso no fue reportado en laúltima comunicación de las
8.52 del 15 de noviembre.
A partir de allí, el algún momento se habría reavivado el incendio
o desatado uno nuevo. Otra vez a oscuras y ahora con la
tripulación cansada, una nueva explosión podría haber generado
descontrol. Ante esa situación, se perdió o se vio afectado el
"sistema de gobierno" de la embarcación, que se habría ido hasta
el fondo. A estas alturas, los tripulantes ya habrían tomado
conciencia de su destino final. Cabe destacar que, a la hora de salir
a superficie, no se tiene en cuenta la profundidad del mar en ese
sector porque no se imaginaba que pudiera ocurrir una falla que
dejara al submarino sin control.

Según la Comisión, la explosión que se detectó, en realidad fue


una implosión y el abollamiento del casco por la presión del agua.
Eso es lo que se pudo chequear a través del CTBTO.

La comisión
Los miembros de la comisión son los contraalmirantes Adolfo
Trama y Alejandro Kenny y el capitán de navío Jorge Bergallo,
quien además es el padre de Jorge Ignacio Bergallo,uno de los
44 tripulantes del ARA San Juan.
El trabajo de los expertos comenzó con el armado de una planilla
de dos carillas que le entregaron a Aguad con todas las
teorías que se habían mencionado hasta el momento. Luego
fueron descartando, una por una, todas esas hipótesis, hasta llegar
a su conclusión final.

La primera definición fue que el submarino estaba en condiciones


de navegar sumergido con seguridad. Esto surge de los informes
del mismo comandante y de las inspecciones efectuadas por la
Armada. Ninguna de las pruebas que se efectuaron antes de salir a
navegar - tal como se hace con los aviones antes de iniciar un
vuelo- evidenciaron señales de alerta o sistemas que funcionaran
mal.

No presentó ninguna falla ni en la navegación de julio ni en


los 20 días de iniciada la misión hasta el 15 de noviembre. Para los
expertos, y según reza el informe que llegará a las manos de
Aguad, los submarinistas "no hubieran corrido el riesgo de salir a
navegar en inmersión en Ushuaia con invitados y autoridades si
hubiera existido la posibilidad de algún accidente o evidenciar
alguna falla". Por eso, descartaron como causal del hundimiento
fallas de mantenimiento o de la reparación de media vida.
Luego descartaron "completamente" que haya sido embestido por
otro barco estando en superficie. Para la comisión, si eso hubiese
ocurrido, se habría hundido la otra nave en lugar del submarino,
ya que el casco es muy duro para soportar grandes presiones de
agua y explosiones durante una eventual guerra. Además,
hubieran aparecido en la superficie del mar numerosos elementos
de ese barco.

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