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La Guerra Fría como orden geopolítico mundial

En 1945, Alemania, Japón e Italia habían sufrido una derrota, Francia había sido ocupada, la URSS

estaba arrasada y Gran Bretaña estaba arruinada; en cambio, la economía de Estados Unidos se

había expandido durante la guerra y para ese mismo año ya realizaba más de la mitad de la

producción mundial, sin embargo, desde el punto de vista geopolítico, la hegemonía de Estados

Unidos fue incomparablemente menos afortunada que la hegemonía británica del siglo anterior.

La hegemonía de Estados Unidos se ha visto perjudicada por la existencia de de un rival ideológico

y militar muy importante: la URSS. La política de equilibrio de poder practicada por Gran Bretaña

le permitía mantenerse al margen y manipular por la vía diplomática a las demás grandes

potencias; en cambio, Estados Unidos era una parte fundamental de la nueva situación de

equilibrio de poder y se implicó continuamente en una formidable y peligrosa carrera de

armamentos

La transición geopolítica a la Guerra Fría

Tras la Segunda Guerra Mundial hubo un corto período que constituye un ejemplo clásico de

transición geopolítica.

Dos acontecimientos mundiales, que ocurrieron con sólo diez años de diferencia en ciudades

alemanas, simbolizan este cambio: en 1938, en Munich, Gran Bretaña y Alemania mantuvieron

negociaciones para evitar una guerra mundial, y en 1948, en Berlín, EUA y la URSS tuvieron un

enfrentamiento que muchos creyeron que acabaría en otra guerra mundial.

Para 1947 la Guerra Fría ya era algo evidente para todo el mundo. Se escribió mucho sobre cómo

se inició la Guerra Fría, apareciendo dos escuelas de pensamiento que llegaron a conclusiones

opuestas. La llamada escuela Ortodoxa, atribuye la responsabilidad al expansionismo de la URSS

que no dejó a EUA otra salida que la política de contención. En respuesta al comportamiento de

EUA en Vietnam surgió una escuela Revisionista que atribuía a ese país la responsabilidad de la

Guerra Fría y según esta tesis, la URSS fue aislada porque no estuvo dispuesta a sucumbir a los

planes mundiales hegemónicos de EUA.

Desde un punto de vista geopolítico, los más interesantes los estudios más interesantes, son los

que destacan el papel que tuvo Gran Bretaña en la creación de la Guerra Fría.

En 1945 la situación geopolítica era muy inestable, puesto que los tres grandes ganadores tenían
prioridades muy distintas. Estado Unidos tenía, evidentemente, la prioridad económica de abrir las

empresas norteamericanas al mundo, Gran Bretaña tenía la prioridad política de continuar siendo

una potencia importante y la prioridad de la URSS era sin duda, salvaguardar su frontera

occidental en la Europa oriental por la que había penetrado sus invasores dos veces en veinte

años.

Al principio estos intereses parecían compatibles con al buena voluntad surgida a raíz de la

victoria, que se resumía en la visión que tenía el presidente Roosevelt de un solo mundo, cuyo

símbolo fue la creación de las Naciones Unidas,

Esta idea no resultó debido a las relaciones bilaterales entre los aliados victoriosos cuando acabó

la Segunda Guerra Mundial y los distintos modos en los que los tres grandes podrían convertirse

en un mundo bipolar: un eje antihegemónico contra los EUA, un eje antiimperial contra Gran

Bretaña y EUA es la debilidad estratégica de Gran Bretaña con relación a los otros dos.

No es de extrañar que la prioridad principal de los políticos británicos de la época consistiera en

llevar a cabo la política que mantuviera a Gran Bretaña a la cabeza junta a estados unidos y la

Unión Soviética. Pronto sepulto evidente que para ellos necesitaría que se le presentara ayuda a

financiera desde el exterior, ya que la economía británica estaba en tan graves apuros que sólo

podía liberarse de la quiebra si negociaba un préstamo de emergencia, cuya única fuente podía ser

Estados Unidos.

Así pues, el apoyo que recibió Gran Bretaña no respondía a los intereses de las empresas

norteamericanas, sino que constituía un baluarte contra la amenaza de la expansión del

comunismo. Según Kolko y Kolko (1973), la política exterior de Estado Unidos pasó de la

negociación a la cruzada.

Gran Bretaña informó a Estados Unidos que no podía seguir manteniendo tropas en Grecia y

Turquía, lo que provocó el discurso del presidente Truman en el que los norteamericanos se

comprometían a apoyar a los pueblos libres en cualquier parte del mundo. La doctrina Truman

estaba claramente dirigida contra la Unión Soviética y supone el comienzo formal de la Guerra

Fría.

La creación de la OTAN en 1949 confirmó la nueva posición de Gran Bretaña como primer

lugarteniente de EUA en un orden mundial nuevo. Ésta no constituía una degradación de estatus
tan considerable si tenemos en cuenta que el país en 1945 estaba en bancarrota

Fases de la Guerra Fría.

Sea cual sea la importancia del papel de Gran Bretaña en la génesis de la Guerra Fría, lo que es

seguro es que los acontecimientos posteriores intervinieron fundamentalmente las dos

superpotencias, Estado Unidos y la Unión Soviética, que son las responsables de la Guerra Fría

desde 1947 hasta que finalizó en 1989.

Walter Lippman acuñó la expresión por primera vez en 1947, con el objetivo de resaltar el

contraste entre las diferencias de EUA y la Unión Soviética en aquel momento y la entonces

reciente guerra caliente con Alemania. Posteriormente surgió una interpretación muy distinta de

la Guerra Fría, que hacía hincapié en la reconciliación de las superpotencias, entonces se decía que

la Guerra Fría había experimentado un deshielo.

Esta terminología de se ha inscrito en e lenguaje político al decir que las relaciones entre las

superpotencias “a veces son frías y a veces son caliente”.

Halliday, utiliza estos conceptos para dividir la Guerra Fría en cuatro fases, que nos servirán para

poner de manifiesto cómo el primer patrón de conflictos, a semejanza de la teoría del corazón

continental de Mackinder, ha evolucionado poco a poco hasta convertirse en global.

En el primer periodo de Halliday, lo que llama “la primera Guerra Fría”, que comprende desde

1947 a 1953, lo todos los enfrentamientos de importancia de las superpotencias tienen lugar en el

margen continental.

La concentración de la actividad de las superpotencias en la zona anterior y en la exterior del

margen continental. La intensidad de la actividad viene definida por el nivel de interacción de tipo

conflictivo o de tipo cooperativo, y tiene por objetivo poner de manifiesto la creación de esferas

de interés de as superpotencias rivales.

El siguiente periodo de antagonismo inestable, que va desde 1953 a 1969, está caracterizado por

al altibajos que combinan elementos fríos, calientes y deshielo. Los conflictos se desplazan desde

el margen continental a Oriente Medio y al Sudeste Asiático.

Entre 1969 y 1979 llegamos al tercer periodo, en el que predomina el deshielo; la détente

constituye un esfuerzo mutuo para llegar mediante negociaciones a una solución de las

diferencias. Los conflictos de Oriente Medio continúan pero entonces surgen otros
enfrentamientos en el África Austral y en Centroamérica.

A partir de 1979 comienza otra fase, “la Segunda Guerra Fría” de Halliday en la que desaparece el

deshielo. Aunque continúan los importantes enfrentamientos en el margen continental, de forma

singular, en Oriente Medio, el África Austral y Centroamérica llegan a tener un papel igualmente

importante en las relaciones de las superpotencias.

La Segunda Guerra Fría, fue el producto de la competencia indirecta entre las super potencias

iniciada a raíz de las actividades de otros Estados menos importantes, que se produjeron en el

cuerno de África, Agnistán, Irán y Polonia desencadenaron la reintensificación del conflicto entre

los soviéticos y los estadounidenses. La importancia de estos conflictos indica que las

superpotencias estaban perdiendo la capacidad de ser las únicas que definían el orden geopolítico.

La llega al poder de Gorbachev en 1985 señala el comienzo de la desintegración de este orden

mundial.

La Guerra Fría como superestructura: ¿fue una gran contienda o una gran inspiración?

La guerra fría es fundamentalmente una estructura política basada en dos tipos de contradictorios

de relación entre las superpotencias: una de oposición y otra de dependencia.

Las teorías que destacan la oposición tratan de atribuir responsabilidades, haciendo hincapié en

que la Guerra Fría, según sea la escuela de análisis “Ortodoxa” o “Revisionista”, es

respectivamente el resultado de la amenaza soviética o la consecuencia del imperialismo

norteamericano. En ambos casos se considera que el mundo se enfrenta a un conflicto decisivo

entre dos formas de ver el mundo: el comunismo y el capitalismo. Esos modos de vida en valores

completamente distintos, son incompatibles. En palabras de Halliday, no encontramos ante la

“gran contienda” que puede considerarse como una batalla ideológica o, de una forma más

elemental, un conflicto global de clases.

La Guerra Fría no es algo natural ni inevitable, sino que es un orden mundial concreto que da

prioridad a ciertas cuestiones a expensas de otras.

En resumen, las superpotencias dependen una de la otra para mantener un orgen mundial que

favorezca su política de superpotencias.

La Guerra Fría es un señuelo que evita la formulación de políticas alternativas. Se han detectado

este tipo de señuelos en tres escalas geográficas. En ámbito nacional de cada de una de las
superpotencias la Guerra Fría ha servido para movilizar a sus habitantes para que apoyen a su

Estado en el enfrentamiento que tiene con el enemigo.

También ha permitido que las superpotencias mantengan, más allá de sus fronteras, un control

estricto de sus aliados. Cada una de las superpotencias lideraba un bloque de países, cuyas

opciones en política exterior eran considerablemente reducidas.

Por último, al margen de los bloques, se puede decir que la Guerra Fría desviaba la atención del

problema de las enormes desigualdades materiales entre el Norte y el Sur.

La gran contienda es en realidad la Gran Conspiración, según esta interpretación la Guerra Fría no

perjudicó en absoluto la hegemonía de Estado Unidos, sino que constituyó un “concierto” de

grandes potencias que no era muy distinto del orden mundial de la hegemonía británica del siglo

anterior.

No hay duda de que las superpotencias utilizaron la Guerra Fría para afianzar su posición.

La interpretación de la URSS en el análisis de los sistemas-mundo

Hemos visto que los enfoques tradicionalistas de la geopolítica consideraban que la URSS era una

potencia terrestre que suponía una amenaza para el predominio tradicional de las fuerzas

marítimas.

Según la tesis del autor, la Unión Soviética estaba compuesta por dos sistemas-mundo que operan

a la vez, el capitalista y el socialista.

Este concepto tiene su origen en el intento de Stalin, durante el periodo de entre guerras, de

construir un solo país.

Szymasnski ha intentado integrar esta postura marxista ortodoxa en el sistema teórico de

Wallerstein afirma que realmente existían dos sistemas mundiales diferentes y que los negocios

entre ambos se encuadraban en el comercio de artículos de lujo y no en el de artículos básicos.

Desde este punto de vista, los dos sistemas

Charles Levinson ha aportado pruebas que ponen en evidencia lo que él denomina “la fachada

ideológica” tanto en la geopolítica norteamericana como en la soviética.

Levinson muestra una lista de 151 empresas de quince países distintos que tenían oficinas en

Moscú. Sólo en Bucarest operaban 108 empresas multinacionales de trece países. En el otro

sentido, Levinson encontró que había 170 empresas conjuntas internacionales de a RSS en 19
países occidentales. Por tanto, nada tiene de extraño que en 1977 la tercera parte de las

importaciones y la cuarta parte de las exportaciones soviéticas se llevaran a cabo en países

occidentales. Levinson llegó a la conclusión de que, a pesar de que el centro de atención fuera la

política internacional, eran esas operaciones económicas tan importantes las que orientaban la

política internacional.

Gunder Frank ha aportado pruebas adicionales del mismo proceso, al que denomina empresa

transideológica. Registra el aumento considerable del comercio entre el Este y Oeste que se

produjo durante la Guerra Fría y analiza los diversos acuerdos de trueque y de otro tipo que

hicieron posible dicho aumento.

Según Wallesrtein, todas esas pruebas colocan a la Unión Soviética y a sus aliados en Europa

Oriental en la semiperiferia Económica.

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